[Fotos (y otras cosas)] En blanco y negro a final de año y otra forma de publicar

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Mezclo cosas. Siguiendo con mi revisión de las series de fotografías que voy haciendo, y después de haber priorizado las de viajes recientes, vuelvo a las que hice a finales de año. En concreto, el último rollo de negativos en blanco y negro que hice en el 2023. Pero en lugar de publicarlo en mi lugar habitual, donde tarde o temprano pondré una copia del artículo, he estado probando el servicio Substack, que me parece que tiene algunas ventajas interesantes. De momento son, eso, pruebas. Pero me ha gustado como me he sentido redactando el artículo que aparecerá, todavía está en borrador y tengo que refinar alguna cosa, en

Pero por lo demás, os dejo a continuación algunas de las fotografías de ese rollo realizadas al caer la tarde en la ribera del río Ebro a su paso por Zaragoza,…

o al día siguiente, mientras daba un paseo matinal, por algunos de los parques de Zaragoza. Fueron días de estar de fiesta y relajarse.

[Fotos] Paseo posnavideño en un día soleado

Fotografía

Llegadas las fechas navideñas, es costumbre que algunos viejos amigos que llevan “exiliados” varias décadas, vengan a pasar unos días a Zaragoza. Cuando digo “exiliados” me refiero a personas que encontraron su futuro profesional, familiar o ambos lejos de nuestra ciudad. Pero siguen teniendo familia en Zaragoza, a la que visitan en Navidad. Nada original. Una costumbre, probablemente, con fecha de caducidad. Porque tan apenas nos quedan ya miembros de la generación de nuestros padres, que han ido falleciendo. Pero todavía vienen y siempre buscamos una ocasión para vernos. En los últimos años, si el tiempo lo permite, una mañana.

El caso es que en la mañana del 26 de diciembre, entre el chocolate con churros del «desayuno» a las diez de la mañana, y el aperitivo con unas tapas a la una y media de la tarde, fuimos recorriendo la ciudad y haciendo algunas fotografías de recuerdo del día. Los detalles técnicos de las fotos los podéis encontrar en Emulsiones que están bien en presentaciones de baja calidad – Fujifilm GS645S Wide 60 con Lomography Color Negative 800.

Las fotos con retratos de personas y de grupos forman parte de la esfera privada, pero hice algunas tomas del paisaje urbano. La mayor parte de este grupo de amigos es partidario de tener una presencia discreta en las redes sociales y en internet. Especialmente, si hay menores involucrados. Por eso, lo que traslado a esta entrada son simplemente vistas de la ciudad. Pero hay fotos muy chulas de gente.

[Fotos] Instantáneas en días fríos

Fotografía

Estaba convencido de que hoy y mañana no podría escribir nada, ni aquí, ni en mi Cuaderno de ruta. Tengo fiesta, y hemos programado viajes en el día. Pero el de hoy no empieza hasta cerca de las diez y media de la mañana. Y me he despertado pronto. Así que me da tiempo.

En los últimas días de enero he hecho un cartucho de película instantánea Polaroid. Los detalles los podéis encontrar en Formatos de fantasía para película instantánea – Polaroid Now+ con i-Type Golden Moments. Pero no me han quedado muy allá. Eso de los bordes dorados y otras fantasías en las películas instantáneas no siempre me convencen. El borde tradicional blanco, o el negro como alternativa, están bien. Y luego,… el frío. Qué inseguro me siento con esta película los días de frío. Qué mal se revela.

[Fotos] Hacia el solsticio de invierno

Fotografía

Hoy tocarían mis habituales recomendaciones fotográficas. Es domingo. Pero ni tengo mucha cosa seleccionada, ni tengo mucho tiempo. Así que lo dejaré en mostraros algunas fotos del rollo de negativos en color que hice a mediados de diciembre para confirmar que mi Leica Minilux funcionaba correctamente. Os lo cuento de forma más extensa en Confirmación de funcionamiento de la compacta – Leica Minilux con Orwo Wolfen NC500.

En cualquier caso, aunque el tipo de película que usé no me entusiasma, por eso la usé, porque si no iba bien la cosa no me daría pena la pérdida, hay una cosa que hizo que las fotos quedasen relativamente bien. Y es que hacia el solsticio de invierno, cuando las horas de luz son menos, la luz es la más idónea para fotografiar a lo largo de las horas centrales del día. El sol va también más bajo sobre el horizonte, y la luz nos llega más tumbada, más difusa, proyectando sombras menos intensa. Siempre lo he dicho, lo ideal sería que durante todo el año tuviéramos la calidad de luz de diciembre, pero con la duración del día y las horas de luz del mes de abril. Pero todo no se puede tener.

[Foto] Un puente; visitarlo una y otra vez

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No es infrecuente que muchos aficionados a la fotografía se bloquean ante los temas que encaran. A muchos les atrae eso que ahora llaman, en inglés habitualmente, street photography, lo que viene a ser fotografía documental de lo cotidiano, lo que sucede en las calles y plazas de las ciudades. Pero se ha generado el dogma de que eso consiste en fotografiar a la gente que pasa, y eso corta al aficionado, incapaz de romper la barrera de la esfera personal. Existen muchas otras formas de hacer fotografía documental que no impliquen invadir la esfera personal de la gente. Y con más frecuenta de lo que creemos, con mejores resultados. O el paisaje urbano… parece que necesitamos elementos arquitectónicos llamativos, singulares, algo que no esté en nuestra rutina diaria. O el retrato… si necesitamos modelos, o cómo tratar con ellos, o el equipo que tenemos que llevar, y el «bokeh» famoso… siguiendo siempre las modas, tengan sentido o no. No exploramos la diversidad de posibilidades que ofrece la fotografía, aprovechando aquella que nos satisfaga y nos haga sentir cómodos, sin que deje de ser un reto que imponga una mejora constante.

A mí me gusta determinado tipo de paisaje urbano o periurbano. Y desde hace tiempo he decidido seguir el ejemplo de algunos de los mejores fotógrafos, aunque mis resultados sean muy humildes en comparación. Volver una y otra vez a los mismos paisajes y escenarios. En color o en blanco y negro. En todas las estaciones del año. A distintas horas del día. En digital o con película tradicional. Con buen tiempo o con lluvia. Durante este invierno he dedicado algunas mañanas y varias tardes a pasar un rato recorriendo de un lado al otro el puente del Hierro de Zaragoza, oficialmente llamado puente del Pilar, aunque muchos zaragozanos no lo sepan. Es un lugar con muchas posibilidades, pero en el que es muy fácil caer en el tópico.

Cuando a principios de diciembre decidí comprobar que una cámara que tenía aparcada funcionaba correctamente, podéis saber más en Comprobando que todo va bien – Leica Minilux con Lomography Potsdam Kino 100, también elegí ese entorno para hacer mis pruebas. En unas mañanas de invierno, pero con una climatología que no sé si calificar de otoñal templada o de primaveral, y en con película tradicional, en blanco y negro. Y son un aporte más a la colección de fotografías que sobre el lugar y el entorno voy recogiendo. Y de las cuales valdrán para el futuro unas cuantas. Ya veremos se alguna vez las incluyo en un proyecto más complejo. Pero ese es mi enfoque actual. Visitar los lugares que me despiertan interés, una y otra vez. Hasta que sea incapaz de ver nada más. Nos vemos por allí.

[Fotos] Mañana soleada

Fotografía

Hoy no tengo mucho tiempo para hacer comentarios sobre nada, así que simplemente pondré algunas fotos realizadas en una mañana soleada de noviembre, realizadas en blanco y negro tal y como explico en Blanco y negro urbano en Super Slide – Hasselblad 500CM con Distagon 50 mm y Foma Ortho 400. A ver si mañana me da tiempo a hablar un poco de cine, con una comedia negra que me resultó más interesante de lo que esperaba a priori.

[Fotos] Las tardes de sábado en otoño… el mejor momento para fotografiar

Fotografía

Todo el mundo alaba la belleza de las fotografías otoñales y de sus colores. Generalmente refiriéndose a los colores de las hojas de los árboles caducifolios con sus tonos ocres. Con una variedad entre los amarillos y ocres amarillo y los rojos y ocres rojos, son fotografías que gustan mucho. Y que en nuestras latitudes, con nuestra flora y con nuestras condiciones climáticas son raras. Muy raras. Lo cierto es que, en la mayor parte de los valles del sur de Europa, los árboles caducifolios no llegan a alcanzar esa riqueza cromática propia de los bosques de latitudes más frías, o en las montañas. En Zaragoza, no es infrecuente que a lo que las hojas verdes empiecen a amarillear, el tiempo empeore, llegue alguna borrasca con abundante cierzo, el viento del noroeste dominante, y caigan. Del verde al suelo sin apenas transición por esa famosa gama de colores ocres. Y con lo benignos que están siendo los otoños últimamente,… esta mañana, desde mi puesto de trabajo, veía los plátanos de sombra del hospital psiquiátrico al otro lado de la avenida, y estaban todavía con hojas, aunque ciertamente ocres. Y paseando recientemente por el Ebro, aun había árboles, a principios de enero, con hojas verdes.

Pero los colores del otoño no son sólo los de las hojas de los árboles. Son los de los atardeceres, más prolongados, con una luz suave y matizada que dura más tiempo, con la luz del sol poniente reflejándose sobre la parte inferior de las nubes con mayor o menor intensidad, luz que a su vez es reenviada al paisaje que adquiere unos tonos agradables. Si a eso sumas esas temperaturas más benignas, es el tiempo ideal para hacer fotos. Como las del rollo de película negativa en color que comento en Paisaje en naturaleza urbana con teleobjetivo – Canon EOS 3 con EF 70-210 mm f3.5-4.5 USM y Fujifilm 200, y del que traigo aquí unos ejemplos. Además, como el atardecer sucede mucho antes que en verano, aun te da tiempo a volver a casa, cambiarte y salir a disfrutar de la velada del sábado con los amigos. En verano, o una cosa o la otra. Las dos… difícil. Así que ya sabéis. En otoño, los sábados por la tarde, sacudiros la pereza y la modorra y salid a disfrutar del paisaje. Incluso del urbano.

[Fotos] Pasear la ciudad «ligero de equipaje»

Fotografía

Me gusta pasear la ciudad. Elegir, aproximadamente, sin compromisos, un poco a lo flâneur un zona por donde ir, y ver la ciudad con distintas luces, en distintos momentos días, con distinto paisaje humano. Y llevar conmigo siempre una cámara fotográfica que me permita reflejar en imágenes el ambiente del momento y el lugar. Es también un buen ejercicio fotográfico. Un buen entrenamiento para «mantenerse en forma» cuando los motivos a fotografiar sean menos cotidianos, más especiales, y queramos, necesitemos que las fotos «salgan bien».

Pero no siempre me apetece llevar una de las cámaras más versátiles y capaces. Porque generalmente son más grandes, pesadas, conspicuas… o, simplemente, interfieran con los pensamientos que me acompañan en los paseo. Por eso sigo aficionado a las cámaras compactas, de buena calidad, que pueden pasear conmigo en el bolsillo del chaquetón, o en un pequeño bolso colgado en bandolera. Y hacer fotos cuando venga bien. Como estas que hice a principios de noviembre del año pasado. Si queréis saber más de las cuestiones técnicas, podéis visitar Sensibilidad media en cámara compacta – Olympus mju-II con Lomography Color Negative 100.

[Fotocomentario] Volver,… a los mismos lugares, con otras luces, con otras miradas

Fotografía

En varias ocasiones me han preguntado, especialmente personas que visitan mi Instagram dedicado a la fotografía con película fotográfica tradicional, por qué repito con frecuencia la visita a los mismos lugares. La mayor parte de las fotografías que aparecen en esa cuenta proceden de lo cotidiano. Ir de un lado a otro de la ciudad. Bien porque paseas, porque disfrutas de tu ocio haciendo ejercicio, y de paso, también, ejercitando la afición fotográfica, bien porque siempre conviene llevar una cámara encima, un bloc de notas fotográfico, cuando te desplazas para ir a trabajar, para ir a comprar… para lo que sea. Y es cierto. Son lugares cotidianos. Mil veces visitados. Y mil veces fotografiados. Es lo que hay.

No soy el único aficionado al a fotografía/fotógrafo que tiene esa costumbre de volver una y otra vez sobre los mismos temas. Muchos fotógrafos, más sabios, hábiles y expresivos que yo, lo recomiendan también. Las fotografías que acompañan esta entrada, por ejemplo, sobre las que hablo desde un punto de vista técnico en Paisaje urbano con colores poco saturados – Minox 35 GT-E con Orwo Wolfen NC500. Cuando terminan mis vacaciones de principios de otoño, a partir de la tercera semana de otoño, visitó estos lugares, donde normalmente encuentro escenas y colores que se adecúan muy bien al ambiente otoñal.

Conocemos el (hasta cierto punto) mito de los colores del otoño. Y le llamo mito, porque esos majestuosos paisajes de colores rojizos y ocres no son propios de estas latitudes. Estas latitudes austeras, áridas, presentan especies de árboles de hoja caduca que amarillean, pero pocas veces llegan a mostrar sus hojas ocres o con rojos profundos. Aunque ahora veo por la ventana unos plátanos de sombra con unos bonitos tonos ocres profundos. Con esas hojas amarillentas, propias de chopos, olmos, algún álamo… cuando llega el cierzo, con sus primeras ráfagas fuertes, las tira al suelo, y adiós a los colores del otoño. En las montañas, puede. Pero en el valle… pues no tanto. Pero no dejo de explorar el paisaje. Urbano, las más de las veces. Con distintos medios, digital o película fotográfica, de colores saturados, vivos, o matizados, tenues, como en esta ocasión. Porque es la forma de entender el paisaje. Porque es la forma en que, cuando llegue ante nosotros esos paisajes majestuosos que todos imaginamos y deseamos visitar, sepamos qué hacer con ellos. Fotográficamente hablando, claro. En otros aspectos, lo mejor qué podemos hacer con ellos es dejarlos como están. No intervenir y estropearos, aunque el impacto del ser humano sobre el paisaje sea inevitable, en mayor o menor medida.

[Fotocomentario] La seguridad del aficionado a la fotografía

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Para algunas personas, ir con una cámara fotográfica te hace sospechoso. No sé muy bien de qué. A lo largo de mi vida como aficionado a la fotografía me han pasado todo tipo de situaciones con todo tipo de gente. Desde fuerzas policiales o guardas de seguridad con ganas de propasarse en su trabajo y en sus atribuciones, gentes con una preocupante tendencia al autoritarismo dado los trabajos que realizan, hasta personas comunes que deciden cuándo y cómo los demás pueden o no hacer fotografías en la vía pública. No hablo de lugares privados. Ni estoy hablando de hacer fotos de personas en contra de su voluntad ni nada por el estilo. Simplemente, estar en la calle y hacer una fotografía del paisaje urbano. Sin más. Pues puede salirte un energúmeno o una energúmena y arruinarte el paseo.

La foto que supuestamente hice los individuos de los que hablo en el texto. Han salido favorecidos ¿verdad?

Recientemente,… bueno, hace dos meses ya,… estuve haciendo fotos en una mañana lluviosa en el paseo del Canal de Zaragoza. Los detalles técnicas de las fotos los podéis ver en Formato medio y chubascos  – Fujifilm GS645S Wide 60 con Kodak Gold 200. De repente, se me acercaron dos personas, hombre y mujer de entre 50 y 60 años, o más bien de una edad imprecisa dado su aspecto, y me empezaron a imprecar de porqué les había hecho fotos. No les había hecho ninguna foto. Y no era consciente de que aparecieran personas en ninguna de las que había hecho. Ciertamente procuraba evitar que hubiera personas, o si no había más remedio, que pasaran desapercibidas, integradas en el paisaje urbano. Así intente explicarlo, sin ningún éxito, porque no atendían a razones. Imposible llevar a cabo ningún tipo de conversación racional. La mujer en especial era muy agresiva en su verborrea. Lo que más me sorprendió es que el individuo dijo, confesó, que no quería fotos porque estaba en busca y captura. ¡¡¡Y por qué lo confiesas en voz alta???

El caso es que por donde estábamos pasan con cierta frecuencia coches de la policía local que vienen de su cuartel en el Tercer Cinturón. A algunos los he visto parar a tomar café en unos bares no muy alejados, en ocasiones con policías nacionales. Por lo tanto, este individuo, montando el pollo corría el riesgo de atraer sobre sí una atención policial obviamente muy indeseable para él. Cuando conseguí alejarme de ellos, dado lo desagradable del asunto, llegué a plantearme decir algo a algún vehículo policial si pasaba. Pero no sucedió. Ya no pude centrarme en nada y me fui a casa. En unos tiempos en que el 90 % o más de la población lleva una cámara de fotos en el bolsillo en algo que llama «teléfono móvil» y te pude hacer fotos cuando quiera, se preocupan de los que llevamos a la vista una cámara de fotos sin escondernos. Atavismos autoritarios, restos de un pasado fascista que no ha abandonado todavía a nuestra ciudadanía.

[Fotocomentario] La falta de personalidad de las ciudades españolas

Política y sociedad

Sí. Hay ciudades españolas con núcleos urbanos muy bonitos y con mucha personalidad, especialmente ciudades pequeñas, de interior. Pero las grandes ciudades, aunque puedan tener elementos interesantes que atraigan a visitantes, turistas o lo que sea, suelen tener una acusada falta de personalidad. Y mi ciudad, Zaragoza, es un ejemplo. Como en muchas otras, en las últimas décadas se han hecho esfuerzos para mejorar la «paseabilidad» de la ciudad. Pero muchas veces notas que faltan cosas. O que sobran otras. No percibes la coherencia y armonía de los cascos urbanos en el centro de la ciudad que encuentras en otros países.

La piqueta en los tiempos del desarrollismo franquista hizo estragos. En busca de la «modernidad», se tiraron por los suelos muchos edificios interesantes, para construir, al menor precio posible y sacando el mayor beneficio posible, otros edificios más grandes que en muchas ocasiones podemos calificar simplemente como feos. A mi tía Lola, que vivía en Barcelona, le oí decir en una ocasión que el paseo de Sagasta en Zaragoza era como una paseo de Gracia en pequeño, comparándolo con la conocida vía pública de la capital catalana. Pero es un ejemplo de los estragos que hizo la piqueta. Sigue siendo un paseo agradable, pero con notables engendros arquitectónicos en su recorrido.

La reflexión me viene de unas fotos que hice a finales de agosto, en el eje entre la puerta del Carmen y el Mercado Central por la avenida de César Augusto. Hablo de ellas en La Color Mission es para el amanecer y el atardecer – Minox 35 GT-E con Adox Color Mission. Un eje que, aunque carece de la armonía necesaria, tiene elementos que nos hablan de la ciudad de antaño. Como oí decir a otra persona, Zaragoza no es todo lo bonita que podría es porque no ha necesitado conservar para atraer dinero, y en un momento dado, la burguesía zaragozana, bastante mediocre culturalmente, prefirió el dinero fácil al estilo, la estética y la cultura. Es lo que hubo, y es lo que tenemos.

[Fotos] De principios de agosto… todavía

Fotografía

Hoy no hay fotocomentario. Solo las fotos. Hace cinco minutos se me acaba de liar la mañana. Y probablemente también la tarde. Así que me limitaré a ir rápido y compartir algunas de las fotografías de un rollo que hice a principios del mes de agosto, y que comento en Las ISO 100 son para el verano… y más – Canon EOS 650 con Lomography Color Negative 100.