[Cine] The Last Duel (2021)

Cine

The Last Duel (2021; 72/20211201)

Desde que la estrenaron quisimos ver esta película. Pero parecía que el destino estaba en contra de tal cosa. Sumado a que después de la «normalización» de las salas de cine tras la pandemia, parece que es mucho más complejo acceder a las versiones originales que antes. Digan lo que digan en su propaganda, los exhibidores cinematográficos están mucho más interesados en vender palomitas con toneladas de grasa y sal junto con litros y litros de refrescos altamente azucarados para promocionar las enfermedades cardiovasculares que en promocionar la cultura. Porque, digámoslo claramente, el cine doblado es una porquería. Sólo partiendo de la incultura generalizada derivada de las políticas de la dictadura podemos entender el rechazo de gran parte de la población a las versiones originales subtituladas. Pero bueno, finalmente acompañé a unos amigos a ver la versión doblada, aunque luego tiré de medios menos legales para contrastar lo que más vale de la película, el trabajo de interpretación, que no se puede apreciar en versión doblada. Nunca. Todos aquellos que alaban el trabajo de un actor o una actriz a partir de una versión doblada no dicen más que «tontás».

Algunas fotos del viaje de 1991 por el valle del Loira recorriendo castillos, palacios y ciudades medievales, servirá para ilustrar esta entrada cinéfila. Aunque en principio los hechos sucedieron más en Normandía que en la Francia central.

Esta penúltima película del ya octogenario Ridley Scott llega envuelta en cierta polémica. Aunque ha dejado a la crítica enamorada de este largometraje de dos horas y media de duración, el público no ha respondido, y la taquilla se ha quedado muy lejos de las expectativas puestas en ella, y del presupuesto gastado en su producción. Lo cual ha hecho que Scott montase en cólera y se haya dedicado, en las últimas semanas, a poner de vuelta y media a todo chichi viviente por no apreciar su trabajo e ir al cine a ver la película. No entraré en ello ahora, pero deja no pocos elementos para la reflexión tanto las diatribas del director, algunas airadas, como el comportamiento del público actual respecto a eso que llamamos «el séptimo arte».

A la película no le faltaba atractivo en principio. Con Matt Damon, cada vez más maduro y mejor actor, Adam Driver y la emergente Jodie Comer al frente del reparto, con algún otro nombre de cierto prestigio en él, parecía haber sobrados motivos para interesarse. La duración, un tanto excesiva, no debería ser problema, ya que últimamente el público acostumbra a merendarse largoooooometrajes de duración excesiva, sin que esta tenga mucho sentido. Así que, o pinchó la campaña promocional, o este tipo de película no interesa en la actualidad. ¿Pero que es «este tipo» de película? Pues no es otra cosa que un «rashōmon» de tomo y lomo, ambientado en Francia, en la época de la Guerra de los cien años.

El argumento, alejándose del equivalente al medievo en Japón, nos lleva a la Francia de la baja Edad Media, en una interpretación de un hecho real que sucedió a finales del siglo XIV, en el que dos vasallos del conde Pierre d’Alençon (Ben Affleck), el escudero Jack le Gris (Driver) y el caballero Jean de Carrouges (Damon), originalmente buenos amigos, se enfrentaron a muerte en París en una de las últimas justas judiciales registradas en el país galo ante la alegación de la bella esposa de este último, Marguerite (Comer), de haber sido violada por Le Gris. Los jueces no pudieron dilucidad en juicio quién decía la verdad, y Carrouges desafió a Le Gris. La película nos cuenta las versiones de los hechos, al estilo de los que sucede en la película Rashōmon de Akira Kurosawa, desde el punto de vista de los tres implicados en la trifulca. Siendo las tres versiones distintas, sólo nos falta la del leñador… que no hay en este caso. Como alguien dijo, de la guerra de Troya hubo tres versiones, la de los Aqueos, la de los Troyanos y la verdad… aunque nadie conoció nunca esta última.

La capacidad y el oficio de Scott como director está fuera de duda a estas alturas, independientemente del interés que despierten sus películas. Y la película, aunque empieza un poco morosamente, va cogiendo ritmo e interés. Aunque creo que se podría haber recortado algo su duración sin detrimento de la historia, como el interés de la misma va en aumento, no se hace larga ni pesada. Especialmente, porque tras las tres versiones de los hechos encausados, se nos narra cinematográficamente el duelo, en una secuencia magnífica, de gran realismo, basada en los testimonios de la época, que nos permite terminar la proyección con un notable subidón. Que no baja. La película se sostiene en el recuerdo y mejora en su apreciación.

Y esto es principalmente por el excelente trabajo de los tres intérpretes. Los tres. Cabría la tentación de considerar a Marguerite (Jodie Comer) como el florero de la película, pero sería injusto. El trabajo de la inglesa es impecable, con mucho matices, mayores que los de sus compañeros masculinos que, haciéndolo bien, tienen que lidiar con personajes más planos. La situación más compleja es la de la mujer y Comer sabe trasladar esto a la pantalla con convicción. Todo el reparto se sitúa en general a buen nivel.

Por lo tanto, estamos ante una película que yo considero muy recomendable. No tan disfrutable como la película de Kurosawa, que dosifica con maestría el drama con la comedia, la investigación judicial con el costumbrismo, y que además resulta una película rodada de tal forma que, incluso hoy en día nos maravilla, por sus excelentes resultados contando conque los medios del director japonés eran ínfimos comparados con los presupuestos con los que se maneja Ridley Scott. Y dadas las similitudes argumentales, las comparaciones, odiosas o no, son inevitables. Pero bueno… la película está bien. ¿Por qué ha pinchado en taquilla? Los «sabios» de la cosa cinematográfica sabrán. ¿Mala promoción, un tema que no interesa, una competencia tremenda en la taquilla a finales de año, un público acostumbrado al «cine basura» tipo Marvel/Disney/similares? ¿Nada de lo anterior puede asegurarse? No lo sé. Ni creo que lo sepa nunca.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Libros] Rashomon / Seppuku – el comisario Heigo Kobayashi

Literatura

Traigo hoy a estas páginas dos historietas que hace tiempo que compré, por lo menos en mayo, y que hasta estas semanas pasadas no había encontrado momento para leerlas. De tema japonés, son obra sin embargo del valenciano Victor Santos, que parte de relatos o leyendas de la literatura y la tradición del País del Sol Naciente, y las adapta con mayor o menor fidelidad al formato de relato gráfico. Que yo sepa de momento sólo está estas dos que comento hoy y que publica Norma Editorial, y no sé si habrá alguna más en el futuro. Ya adelanto que no me importaría.

Los dos volúmenes están agrupados bajo el epígrafe general «Un caso del comisario Heigo Kobayashi», que sería el protagonista e hilo conductor de los mismos. Este sería un avispado policía de la época del Japón feudal, que investigaría crímenes o sucesos complejos, que pondrán a prueba sus habilidades, y que comprometerán incluso su situación y su seguridad. No es el único personaje común a los dos títulos. En ambos casos aparece también «la Dama», una misteriosa mujer cortada por el patrón de la mujer fatal que arrastra a los hombres a su destino, y el ninja, en parte histórico, en parte legendario, Hattori Hanzō. Además de algún alguacil a las órdenes de Kobayashi.

Sanmon, Nanzen-ji - Kioto

Sanmon, la gran puerta de Nanzen-ji, templo budista en la antigua ciudad imperial de Kioto, donde están tomadas estas fotografías. Rashōmon también fue una gran puerta, de las que daban acceso a esta ciudad, pero que hoy en día ha desaparecido. Mon es la partícula de estas palabras que significa puerta. Sanmon es la «puerta de San», o Rashōmon es la «puerta de Rashō».

Rashōmon…

…adapta el relato corto En el bosque escrito por Ryūnosuke_Akutagawa y que tuve ocasión de leer hace ya un tiempo. Este relato corto, En el bosque, fue llevado al cine por el director Akira Kurosawa, también con el título de Rashōmon, aunque en realidad existe un relato corto de Akutagawa con ese título, pero que cuenta una historia distinta, aunque también se integra en el principio tanto de la película como de la historieta de Santos. Uno de los motivos por los que son celebrados tanto la película como el relato en el que se basa es porque trata un mismo hecho contado desde el punto de vista y la subjetividad de cada uno de los que han participado en él. En este caso, un samurai que muere asesinado, que habla a través de una médium, su mujer violada, que es «la Dama» de las historietas que nos ocupan hoy, el maleante que los asaltó y un leñador que pasaba por ahí.

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Seppuku,…

…nombre que recibe la forma de suicidio ritual que habitualmente conocemos en occidente como harakiri, es un relato gráfico que se configura en torno a la leyenda de los 47 rōnin o también conocido como incidente de Akō. Esta fue una historia de lealtad y venganza, en la que 47 antiguos samurais que perdieron a su señor que murió obligado a cometer seppuku como consecuencia de ser infmado por un magistrado, se vengan de este asesinándolo y decapitándolo. En la versión que nos ofrece Santos, la historia de estos 47 guerreros se cuenta colateralmente, puesto que trata de la investigación del asesinato y de lo que hay detrás del mismo. «La Dama», en esta ocasión, es la mujer ultrajada en el relato anterior que se ha convertido en la viuda del magistrado asesinado y decapitado. También esta historia tiene varias adaptaciones más o menos fieles al original en cine, de las cuales yo he visto la de 2013 en vídeo.

Si lo que buscáis son historietas de aventuras pero con un punto de inteligencia y buen hacer tanto en los dibujos como en los guiones, estas son para vosotros. A mí me han gustado.

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