Tras el gran impacto que me supuso la lectura de las aventuras del sastre Izak Blumenfeld, en cinco nacionalidades y tres campos de concentración, decidí seguir la lectura de la trilogía de Angel Wagenstein sobre las tribulaciones de los judíos en el siglo XX. Pero no escogí el segundo libro de la serie; ya que las tres novelas son totalmente independientes unas de otras, opté por el exotismo de extremo oriente. Así que nos iremos hasta el Shanghai de la Segunda Guerra Mundial.
Adios, Shanghai
Angel Wagenstein; traducido por Venceslav Nikólov
Libros del Asteroide, 2013
Edición electrónica

La novela es un enorme «flashback» que parte del último concierto de la «sección de cámara de Shanghai de la Filarmónica de Dresde»… por llamarla de alguna forma – Terrassenufer, Dresde
Si las aventuras del primero de los libros nos permitían seguir específicamente a una persona, un judío de la Europa Central durante la primera mitad del siglo XX, en esta ocasión concentramos el período de tiempo, pero abrimos el protagonismo ya que estamos ante una novela de carácter coral. Un violinista alemán judío y su mujer alemana cristiana soprano de prestigio, un rabino y su mujer que era profesora de educación secundaria, un prestigioso físico judío que no consigue escapar a América cuando pudo, un misterioso eslavo que se hace pasar por suizo y que no sabemos a quien sirve, un ratero sin escrúpulos pero con corazón, un bella, alta y rubia actriz judía, las monjas que tratan de ayudar a los miles de refugiados de todas las naciones y razas, los encargados de las concesiones internacionales en un juego de extrañas diplomacias y amistades/enemistades, y un fondo de miseria en el marco del conflicto sino-japonés en la ocupada ciudad de Shanghai, donde se refugian miles de judíos europeos huyendo de la persecución en su países de origen, y donde encontrarán su propio infierno en los años que dura la guerra.

De allí parte algunos de los refugiados en la ciudad china, una ciudad alemana que también sufrió duramente las consecuencias de la guerra, convirtiéndose asimismo en una de las ciudades mártires de la misma por los bombardeos incendiarios de los aliados – Frauenkirche, Dresde
Estamos ante otra magnífica novela de de Wagenstein, que quizá no tiene la profundidad, el sarcasmo, el humor, o sea tan entrañable como el anterior volumen que leí. Pero que nos vuelve a mostrar una nueva forma de manifestación del ser humano en sus peores y en sus mejores versiones. Sin duda, la guerra en China, que comenzó mucho antes que en Europa y que alcanzó cotas de crueldad también muy dramáticas tiene episodios dolorosos para la especie humana para dar y vender. Pero quizá la del gueto judío creado en colaboración entre la kempeitai japonesa y la gestapo alemana sea una de los más desconocidos. Y sin duda, en esta historia que mezcla elementos de realidad y de ficción de modo muy bien dosificado e integrado, encontramos también una dosis de aventura e intriga que hacen que su lectura avance a la velocidad del rayo.
Aunque, aviso, Wagenstein no se siente acomodaticio a los gustos de la novela de aventuras bélicas occidental. Y no todas las historias acaban bien. Casi ninguna acaba bien. En el mejor de los casos, hay supervivientes. Que no es poco. Otro libro altamente recomendable.

Y es que algo que uno aprende con el tiempo es que en las guerras no está el bando de los «buenos» y el de los «malos», sino el de los «malos» y el de los «peores»,… y en ocasiones es difícil elegir – Fürstenzug (Cabalgata de los príncipes), Dresde