[TV] Cosas de series; británicos y tal

Televisión

No estoy muy seguro de que se pueda calificar la serie Bridgerton como británica, no importa que se ambiente en una ucrónica Inglaterra georgiana de principios del siglo XIX. No deja ser un producto de la factoría de Shonda Rhimes, para Netflix, más conocida por su afición a los culebronazos de todo tipo, y a no poco amarillismo en sus ficciones que a otra cosa. Y es muy norteamericana. Pero bueno… al fin y al cabo se han ido al Reino Unido a rodarla, y el reparto está repleto de intérpretes británicos e irlandeses, con el fin de que le pongan los característicos acentos que los norteamericanos consideran oportunos para estos menesteres. Con estas tramas de casamenteras al estilo de Jane Austen, pero que no tienen que ver en realidad con el fondo de lo que hablaba la célebre autora inglesa salvo en las apariencias, esta serie no deja de ser un guilty pleasure tanto como cualquier drama coreano, por mucho que tenga apariencia de superproducción. Y tiene tantos o más defectos, indudablemente disfrutables por muchos, como las series del país asiático. Lo que me sorprende es que esta segunda temporada haya tenido tanto tirón, cuando en mi opinión ha estado claramente por debajo de la primera, tanto en su historia como en el carisma de sus protagonistas, tan importante en los placeres inconfesables televisivos. Vistosa, pero regular, en mi opinión. La trama no daba, ni de lejos, para los ocho episodios de una hora, y constantemente se producían situaciones repetidas, especialmente entre los dos decepcionantes personajes protagonistas de la temporada. En realidad, la trama con más posibilidades era la de Lady Whistledown… pero estando en segundo plano, y relativamente maltratada por el guion… pues tampoco.

Fotos realizadas en Canterbury, como podría haber elegido otras localizaciones en Inglaterra, para ilustrar una entrada televisiva tan «británica».

Anatomy of a scandal es algo más serio. Sobre la impunidad de las clases altas, e más hipócritas cuanto más conservadoras, ante determinados desmanes y delitos, específicamente, aunque no sólo, en lo que se refiere los delitos contra la libertad sexual… es decir, las violaciones. Lo que más me animó a verla fue su reparto. Con Rupert Friend a la cabeza, que interpretó en su momento a uno de los mejores personajes de la excelente Homeland, encarnando a un político conservador británico de éxito y atractivo, y acusado de violación por una de las analistas políticas de su gabinete, Naomi Scott, que había sido su amante, a pesar de su «modélico» matrimonio con una esposa florero, Sienna Miller, educada en Oxford, pero dedicada a la familia. Y en el lado contrario, la fiscal a cargo de la acusación, Michelle Dockery, que en un giro algo más que previsible, tiene un interés personal en el asunto. La serie va de más a menos. Basada en una novela, creo que no es valiente y se va por las más inverosímiles ramas, para «hacer justicia». No atreviéndose ni a condenar por la vía legal, ni a generar insatisfacción por la incapacidad del sistema para hacer justicia realmente. Pero realmente, como se presuponía, lo mejor son las interpretaciones.

Y se está despidiendo la decimotercera encarnación del Doctor (Jodie Whittaker), la primera femenina. Ya se ha anunciado que en la siguiente, la decimocuarta, volverá a ser hombre, pero negro nacido en África. Y parece que como sucedió con David Tennant, la despedida será a base de unos cuantos telefilmes aislados de una temporada en su conjunto. Y el más reciente fue en la semana de Pascua, el número 199 de la nueva época que comenzó en 2005. El siguiente será un especial bicentenario, parece. No sé cuando. En esta ocasión nos hemos ido con los piratas del mar de la China, rescatando, de una forma muy sui generis la figura de una mujer pirata y corsaria, amén de otros oficios menos románticos en el ámbito de las aventuras, como la prostitución, nació pobre, de lo que no se habla en el episodio, de principios del siglo XIX, Ching Shih [o sea la señora Ching] (Crystal Yu), conocida por varios otros nombres y alias. Con el añadido de algunas amenazas alienígenas, el episodio entretiene… pero se queda muy lejos de los mejores tiempos de la serie. Cuando pienso en alguno de los telefilmes de despedida de Tennant, todavía me resulta más decepcionante.

[Cine] American Sniper (2014)

Cine

American Sniper (2014); vista el sábado 21 de febrero de 2015.

Como muchos de los que visitáis este Cuaderno de ruta ya sabréis, si presento la película con su título original es que he visto la versión original subtitulada en castellano. Esta película de Clint Eastwood, una de las que optaba a algún premio en la reciente ceremonia de los óscars, también se puede encontrar en la cartelera española con el título «El francotirador». Con la nacionalidad perdida en el proceso de traducción.

Soy uno de los que opinan que hay que acudir puntualmente a las citas con las películas de Eastwood, que si no llegan a la frecuencia anual, no les faltará mucho. En las últimas tres décadas nos ha dejado ejemplos muy sólidos de oficio y arte en la dirección cinematográfica. Y a sus 84 años quizá ya no haga una película que supere a las mejores de su filmografía; pero parece estar lo suficientemente en forma como para que nos pueda sorprender en cualquier momento. Así que vamos a ver lo que nos deparó esta su vuelta al cine bélico, un género que ha visitado en varias ocasiones, y con el que en mi opinión alcanzó unas de sus más altas cotas como director de cine en aquellas cartas que nos escribía, en japonés, desde Iwo Jima.

No hay sorpresas en el desenlace de esta película. Esta basada en un personaje real, Chris Kyle (interpretado por Bradley Cooper), cuya biografía podéis consultar en la wikipedia. Este fue un soldado de un cuerpo de operaciones especiales de la armada estadounidense, que por su habilidad con las armas de fuego ejerció de francotirador en la guerra de Irak con el fin de proteger a los infantes de marina invasores de los ataques de insurgentes y civiles hostiles. Se dice de él que es el francotirador más letal de los Estados Unidos. 160 muertes confirmadas. Una nadería si lo comparas con muchos pilotos de bombarderos de la misma nacionalidad, en realidad. La película va alternando sus cuatro relevos en el conflicto, con los períodos de descanso en los que se ponen de manifiesto las dificultades de adaptación tras el combate y las secuelas del estrés bélico, especialmente con su esposa Taya (Sienna Miller).

Estuve hace pocos días revisando las fotografías de mi viaje a Berlín en 2007, ciudad donde los efectos de los conflictos bélicos se hacen notar especialmente.

Estuve hace pocos días revisando las fotografías de mi viaje a Berlín en 2007, ciudad donde los efectos de los conflictos bélicos se hacen notar especialmente.

Decir que Eastwood tiene oficio de sobras para sacar adelante con dignidad la película es una obviedad. Así que no discutiremos los aspectos técnicos del filme. Algo más cuestionable es el guion, ya que la historia se vuelve un poco prolija, con una repetición continuada de situaciones bélicas relativamente similares, salpicadas por los momentos de retorno a los Estados Unidos. Además, en estas películas está la cuestión de la intención del director. En este caso, Eastwood no ha dudado en declarar que su intención era poner al descubierto las nefastas consecuencias que sufren las personas que participan en la inhumanidad de la guerra. Sin embargo, Eastwood es también una persona con valores conservadores aunque dentro de lo razonable, y no carga nunca a criticar en profundidad la intervención militar norteamericana y sus razones, aparentes o reales.

Apenas asistimos al debate entre la postura del protagonista, para quien es un deber proteger a sus compañeros de armas matando los potenciales insurgentes amenazantes, con su esposa que no entiende bien qué se le ha perdido en un país tan lejano, que no se siente amenazada por ese conflicto. De alguna forma, como hemos comentado con otras películas recientes que han tratado temas polémicos o difíciles, Eastwood los insinúa, los menciona, los bordea, pero no profundiza como si tuviese miedo a ofender con su posición. Tampoco se moja en las motivaciones del enemigo. Simplemente son los malos que amenazan constantemente a los soldados americanos. Ninguna reflexión al porqué una proporción apreciable de la población civil, presuntamente liberada de un tirano, se vuelve con tanta agresividad y fanatismo contra el ejército de ocupación.

Para mí es curioso que la película que mejor refleja su posición sobre la guerra sea la mencionada antes, en la que no hay protagonistas norteamericanos. En la que se pone en la piel del enemigo, intenta entenderlo, busca lo que hay en común en todos los seres humanos que sufren la guerra, y sin los peligros de molestar a algunos de sus compatriotas compone su mejor relato antibelicista. No lo consigue en la película actual.

Una ciudad mártir de sí misma, de los excesos propios y ajenos.

Una ciudad mártir de sí misma, de los excesos propios y ajenos.

También se me ocurre comparar la película que hoy nos ocupa con la también excelente película de Jean-Jacques Annaud, Enemy at the Gates (Enemigo a las puertas). Fue aquel un filme con menos intención reflexiva, más destinado a ser producto de entretenimiento. Pero también nos contaba un duelo entre francotiradores, eso sí con la distancia de situarlo en la batalla de Stalingrado durante la Segunda guerra mundial. Curiosamente, a pesar de no tener tanta intención política, aquella película mostraba entre sus escenas situaciones que marcan mucho más claramente la demencia de la guerra. Los fanatismos de los mandos, el desprecio por la vida individual, la perniciosa influencia de los políticos, el miedo del soldado,… No es de extrañar que aunque aquella película no optó a los premios de la Academia de Hollywood, esté mejor valorada por los votantes de IMDb. Tenía más entretenimiento, a la vez que había una historia interesante que contar, la de Vasili Záitsev. Bueno… a la crítica le gustó menos que la de Eastwood… todo hay que decirlo.

Sobre las interpretaciones no tengo nada que objetar. Indudablemente, el mejor papel que le he visto a Cooper hasta el momento. E incluso la para mí floja actriz que es Sienna Miller nos ofrece muestras de que quizá tenga algo más dentro de sí desde el punto de vista interpretativo de lo que parecía. Todo ello unido a un conjunto de secundarios muy coral, que funcionan con oficio.

Para terminar decir que es una película que se puede ver sin problema. Es una buena película. Imperfecta. Que nos deja con ganas de más. Que esperaríamos que estuviese mejor contada. Que nos hubiera gustado ver más incisiva y comprometida. Pero es una opción perfectamente razonable para acudir a las salas de cine.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

Y que en estos momentos en que tanta soberbia se percibe en algunos políticos destacados alemanes, no olvide que no es ese el camino... Y que no lo olviden tampoco el resto de las naciones en que desgraciadamente se divide la humanidad...

Y que en estos momentos en que tanta soberbia se percibe en algunos políticos destacados alemanes, no olvide que no es ese el camino… Y que no lo olviden tampoco el resto de las naciones en que desgraciadamente se divide la humanidad…

[Cine] Foxcatcher (2014)

Cine

Foxcatcher (2014); vista  el domingo 15 de febrero de 2015.

Pocas novedades interesantes en un fin de semana marcada por el triunfo de la mediocridad literariocinematográfica sobre cualquier otra consideración. Supongo que pocos se han animado a estrenar algo interesante por el miedo a competir contra lo que los medios han garantizado sea un producto de consumo para rebaños humanos, más que para personas, sobre el erotismo y las relaciones humanas. Nosotros nos escapamos discretamente a la versión original de una película estrenada algunas semanas antes y que venía siendo alabada especialmente por la calidad de sus interpretaciones. Veamos que ha dado de sí esta película de Bennett Miller, basada en sucesos reales en el entorno del equipo estadounidense de lucha libre en los años ochenta.

Los hermanos Schultz, David (Mark Ruffalo) y Mark (Channing Tatum), fueron medallistas olímpicos en los descafeinados juegos de Los Ángeles en 1984, la década de los boicots en los coletazos finales de la guerra fría. El mayor, David, un hombre de familia, sereno, metódico y protector de su introvertido hermano más joven. Este es atraído por un multimillonario, John du Pont (Steve Carell), que bajo unos ideales de nacionalismo extremo quiere montar y ser entrenador de un equipo de lucha libre que sea la base del éxito futuro de los Estados Unidos en ese deporte, el equipo Foxcatcher. También quiere atraer al hermano mayor, que en un principio rehusa porque tiene su vida familiar y personal bien montada. Pero con el tiempo ambos hermanos trabajarán en las lujosas instalaciones próximas a la mansión de du Pont. Pero también pronto se pondrá de manifiesto que las relaciones entre los hermanos y excéntrico el multimillonario serán difíciles.

Los paisajes en los que se desarrolla buena parte de la película parecen las tierras permanentemente otoñales o invernales de Pensilvania.

Los paisajes en los que se desarrolla buena parte de la película parecen las tierras permanentemente otoñales o invernales de Pensilvania.

Realizada con tremenda sobriedad, con escenas en las que muchas veces los diálogos son inaudibles o apenas audibles, con planos largos, la película falló básicamente en interesarme. Realmente, este tipo de historias dentro del mundo del deporte, deportes que no me interesan, y que son muy del gusto norteamericano, no me llegan a captar casi nunca. Por mucha corrección e interés que tenga la realización del filme, lo que en el se cuenta me mantiene constantemente alejado.

A eso sumo que los caracteres sobre los que trata tampoco me producen especial empatía, cuando no directamente me resultan desagradables. Caso especialmente notable con el personaje del millonario. Las interpretaciones son interesantes, pero se basan en una intensa caracterización de los intérpretes, que es algo que no me gusta en exceso. Prefiero las interpretaciones que me transmiten lo que haya que transmitir por el esfuerzo actoral y no por el maquillaje o el disfraz. De alguna forma, estas interpretaciones me resultan frías. Anecdóticas presencias de Sienna Miller, como mujer de David Schultz, y Vanessa Redgrave, como la madre del multimillonario. Esta última, podría haber dado un poquito más de sí dentro de la historia.

Así que finalmente tampoco acertamos especialmente con la película elegida. No es una mala película, ni mucho menos, y supongo que habrá quien la encuentre interesante y con no pocos méritos. Pero no nos enganchó, nos mantuvo ajenos e indiferentes a lo que sucedía en pantalla. Desconozco el grado de veracidad sobre los hechos reales. Por lo poco que he mirado por internet, parece que se toman muchas libertadas a la hora de adaptar los hechos.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

Un clima aparentemente siempre gris y frígido, parecido al fin de semana que tuvimos estos últimos días en Zaragoza.

Un clima aparentemente siempre gris y frígido, parecido al fin de semana que tuvimos estos últimos días en Zaragoza.