Esta serie de fotografías que ilustran esta entrada de este Cuaderno de ruta puede verse, comentada desde un punto de vista de la técnica fotográfica, en Carlos en plata. Paisaje con Hasselblad 500CM, Sonnar 150 mm f4 y Lomography CN 800.
El martes pasado os contaba cómo aprovechaba para probar una nueva óptica con la luz y los colores de las mañanas de otoño. Ya en el principio de diciembre, cuando el invierno acecha. Unas semanas antes disfrutaba de esa luz, todavía más matizada, y con unas temperaturas más benignas, para pasear con un equipo clásico de formato medio con película tradicional. Disfruté mucho de los paseos con el equipo digital de hace unos días. Pero disfruto más de las 12 exposiciones que ofrece un rollo de película de formato 120. Esas 12 fotografías me suelen llenar más que las 30 o 40, a veces más, que pueda hacer con el más moderno equipo digital.
Esta serie de fotografías que ilustran esta entrada de este Cuaderno de ruta puede verse, comentada desde un punto de vista de la técnica fotográfica, en Carlos en plata. Paseo fotográfico por el casco antiguo de Utebo, ciudad emergente en el área metropolitana de Zaragoza.
Con esto del apagón eléctrico no pensaba que me diese para publicar nada hoy. Pero mira tú. Un tipo ha dicho que tardarían entre seis y diez horas en devolver la energía eléctrica. No sé si ha regresado en todo el país, pero en Zaragoza ha vuelto a las cinco horas y cincuenta y siete minutos aproximadamente. Así que a ese tipo habría que hacerle presidente del gobierno vitalicio o algo así. ¿No creéis?
En fin. Os dejo con unas fotografías realizadas en un sábado por la tarde de marzo con la Hasselblad en el casco histórico de Utebo. Lo que más me impresiona es que no me tuve que esforzar nada en absoluto en que las calles salieran vacías de gente. Prácticamente no me crucé con nadie entre las cinco y las seis y media de la tarde. Al otro lado de las vías del ferrocarril era otra cosa. Mucho más animado. Pero allí no hice fotos.
El tercer sábado de enero tuve “mala suerte”. Estaba programada una salida con ASAFONA Asociación aragonesa de fotógrafos de naturaleza a Morata de Jalón, pero se suspendió por miedo al estado de las carreteras tras la nieve del día anterior. Entrecomillo la “mala suerte” porque gracias a ello pude participar en un paseo convocado a través de un grupo de Whatsapp, Fotonautas 2024. Un grupo en el que participamos aficionados a la fotografía con medios fotoquímicos; la película fotográfica tradicional, las fotografía estenopeica,… y otros. Surgido en el entorno de AFZ Asociación de fotógrafos de naturaleza, no está restringido.
Llegadas las fechas navideñas, es costumbre que algunos viejos amigos que llevan “exiliados” varias décadas, vengan a pasar unos días a Zaragoza. Cuando digo “exiliados” me refiero a personas que encontraron su futuro profesional, familiar o ambos lejos de nuestra ciudad. Pero siguen teniendo familia en Zaragoza, a la que visitan en Navidad. Nada original. Una costumbre, probablemente, con fecha de caducidad. Porque tan apenas nos quedan ya miembros de la generación de nuestros padres, que han ido falleciendo. Pero todavía vienen y siempre buscamos una ocasión para vernos. En los últimos años, si el tiempo lo permite, una mañana.
Las fotos con retratos de personas y de grupos forman parte de la esfera privada, pero hice algunas tomas del paisaje urbano. La mayor parte de este grupo de amigos es partidario de tener una presencia discreta en las redes sociales y en internet. Especialmente, si hay menores involucrados. Por eso, lo que traslado a esta entrada son simplemente vistas de la ciudad. Pero hay fotos muy chulas de gente.
En estas últimas semanas,… meses diría,… he enredado con formatos muy diversos en la cosa fotográfica. Entre los formatos más grandes que hago, como pueden ser los 6 x 12 de las estenopeicas, los 6 x 9 de algunas cámaras muy antiguas, o los 6 x 7 de la Plaubel,… y los minúsculos 17 x 13 cm del formato 110 de la Kodak Pocket A-1 que me llevé a San Francisco, las diferencias son muy considerables.
Pero cuando revisé las fotografías de hoy, comprobé que, aunque no siempre sea conveniente, los formatos grandes son siempre un plus de calidad muy notable. En ocasiones marca una diferencia considerable. Lo que sucede es que no siempre son adecuados, porque los equipos para usarlos implican volumen, peso, ópticas mucho menos luminosas, el uso obligatorio de trípode en determinadas circunstancias. Es lo que hoy. Por eso morimos al paso de la manida película de 35 mm. O full frame como lo denominan los fotógrafos digitales que no han conocido o desprecian otras tecnologías. Como si la estética de sus «completos» 24 x 36 mm tuviera que ver con los 56 x 68 mm de mi Plaubel Makina 67. ¡Qué tontá!
Es domingo y normalmente tocaría hacer una entrada de recomendaciones fotográficas. Pero no tenía muchas reservadas de esta semana pasada. He estado muy liado con diversas cosas y no he prestado mucha atención a navegar por internet buscando inspiración fotográfica. Así que hoy he hablado en Sensibilidad alta para tiempo incierto – Canon EOS 3 con Lomography Color Negative 800 de un rollo de película negativa en color de finales de febrero y principios de marzo que tenía un poco olvidado.
Y me he encontrado con algunas fotos tomadas en el Pabellón-puente de Zaha Hadid cuando lo reabrieron con la exposición sobre movilidad y sostenibilidad que han acordado las instituciones públicas con la principal entidad bancaria de Aragón. Una entidad bancaria que cada vez me cae menos simpática.
IberCaja ya no es una caja de ahorros. Es un banco. Pero se supone que sus dividendos van a parar a las fundaciones de las cajas de ahorros que lo formaron, directamente o por fusiones/adquisiciones. Han desaparecido en la práctica las cajas de ahorro en España, cuyos fines eran sociales, para apoyar al territorio y a las personas. Aunque indirectamente los bancos que las sustituyeron busquen que sus beneficios vayan a parar unos fines similares… los principios de gestión por los que se rigen son mucho más rigurosos empresarialmente. Me comentaban hace unos años cómo esta situación había limitado la disponibilidad de crédito para muchas empresas durante la crisis financiera que se inició en 2007, mientras que en otros países, como Alemania, la permanencia de las cajas de ahorros había permitido que las empresas aguantaran mejor. Dejando aparte que estaban mejor preparadas para aguantar de forma estructural.
Después de años de desperdicio de algunas de las obras que se hicieron para la Exposición Internacional de 2008, ahora Ibercaja da nuevo uso al Pabellón-puente. Hay una zona de paso, con una exposición que tiene mucho de propaganda de las marcas que exponen, que es de libre acceso. Pero hay un museo sobre movilidad y sostenibilidad que es de pago. Y son 10 euros. Que con los precios que llevan los museos por el mundo no es mucho en lo absoluto, sí que es en lo relativo dado el panorama museístico de Zaragoza. Flojo, disperso, y desde luego con precios mucho más asequibles. Los museos más caros son los que gestiona Ibercaja. A través de la fundación no del banco… pero es que es difícil separar uno de otro.
Y eso que no me voy poner a debatir los intereses de Ibercaja en el despropósito de arruinar el valle de Canal Roya para unir estaciones de esquí, en los que la entidad bancaria tiene unos intereses directos, por ser propietaria de las estaciones de esquí, pero también indirectos por la enorme cantidad de préstamos para compra de segunda vivienda en los Pirineos que realiza y que dan lugar a una enorme especulación urbanística en unas comarcas de gran riqueza natural que deberían estar más reguladas y controladas y no sometidas a especulación del suelo, de la vivienda y de otras cuestiones que tarde o temprano revientan en las burbujas bancarias y de la construcción. Y es que no aprendemos en este país, no importa las crisis que nos asuelan de vez en cuando. Las ganancias de Ibercaja deberían apoyar el país y las personas, pero se comporta agresivamente como un empresario más con avidez de dinero rápido y sin pensar en el futuro y en la sostenibilidad del país y las gentes. Con el visto bueno de muchos políticos. Mal vamos.
Para alegrar un poco la cosa, dejo fotografías con otros temas que venían en el mismo rollo de película fotográfica.
El recinto de lo que fue la Expo Zaragoza 2008 es estupendo para pasear con una cámara fotográfica al hombro. Especialmente al atardecer, durante los 45 o 60 minutos antes de la puesta de sol. La luz puede ser muy agradable, y el grafismo de la arquitectura de la exposición internacional, unido a la naturaleza de las riberas del río Ebro, abre muchas puertas a composiciones diversas. Pero también invita a la reflexión, como me sucedió a mí hace unas cuantas semanas, cuando dediqué varios fotogramas al hermoso Pabellón Puente diseñado por la ya fallecida arquitecta Zaha Hadid. Porque en estos momentos es frecuente ver operarios arreglando desperfectos, mientas que la obra permanece cerrada al tránsito de los peatones, y sin uso alguno para sus salas interiores.
La Exposición Universal de Sevilla 1992 ya nos mostró que era muy difícil rentabilizar y dar continuidad a muchas de las infraestructuras que genera uno de estos eventos. Especialmente si tras el periodo de bonanza y euforia económica que precede al mismo, sucede una crisis económica y financiera. Sucedió en 1993. Y sucedió todavía con más intensidad en 2008. Y no solo es el Pabellón Puente. Es la Torre del Agua, son los pabellones de la Expo, los llamados «cacahuetes»… muchos de ellos, 14 años después de la exposición internacional siguen sin uso. Y, probablemente, deteriorándose. Aquella exposición internacional de 2008 tuvo no pocos efectos positivos en la ciudad, pero también mostró la falta de realidad de los responsables políticos a la hora de gestionar sus legados. O simplemente su falta de capacidad para gestionar.