[Cine] Licorice Pizza (2021)

Cine

Licorice Pizza (2021; 07/20220127)

Siempre he tenido unas sensaciones ambivalentes con el cine de Paul Thomas Anderson. Considero que es un excelente director de cine, con una visión muy personal, muy expresiva… pero las cosas que cuenta, la mayor parte de las veces… no me interesan. Y mira que no ha hecho muchas cosas. En el ámbito del largometraje, digo. Y creo que las he visto, de una forma u otra, todas. Pero en alguna de sus películas, tan alabadas por la crítica y por el público más cinéfilo… pues me he aburrido. Así que cuando empecé a oír hablar de esta película me quedé frío. A la expectativa. Cierto es que pronto empezaron a lloverle las alabanzas. Y premios. Pero claro, ya he dicho que sus anteriores películas… No obstante parece que era «obligatorio» ir a verla.

Si no hubiese llegado la pandemia, es probable que a estas alturas ya tuviese fotos de California para ilustrar esta entrada. Pero no ha podido ser. Así que como Nueva York también está en la película, Central Park de la Gran Manzana tendrá que valer.

La ocasión surgió un par de semanas antes de su estreno, cuando anunciaron una sesión especial, con proyección de la película sobre película de 70 mm, a lo grande. En una de las pantallas de proyección más grandes de Zaragoza; la sala 4 de los Palafox. O sea, el Palafox de toda la vida, de cuando era niño, cuando no había multicines, y el paseo de la Independencia estaba salpicado de salas de cines o teatros que sólo hacían teatro en contadas ocasiones, la mayor parte de las ocasiones proyectaban películas de cine. Por supuesto, está rodada sobre película tradicional, no sobre digital… pero no está rodada sobre película de 65 mm, sino sobre películas Kodak Vision3, de distintas sensibilidades a la luz y al color, de 35 mm. Supongo que el copiar el fotograma de 35 mm sobre el de 70 mm para la proyección, sirve para aumentar también el tamaño del grano, que hace que la película tenga el aspecto de una película de principios de los años 70, época en la que se localiza la acción. Dentro de unas semanas volvemos a otro evento similar, con una película de la que temo me arrepentiré, que sí que está rodada con 65 mm (Sí, el formato «medio» del cine es película de 65 mm para rodar, y 70 mm para proyectar. El formato «pequeño» es de 35 mm para ambas acciones. Uso nomenclatura propia de la fotografía para denominar los formatos. Habría también formatos «subminiatura» de 16 mm, como en esta excelente película, o de 8 mm, de uso por aficionados, estudiantes y principiantes).

Transcurre en la película en los años 70, a principios, en torno a 1973, la crisis del petróleo de ese año que influye en el argumento de la película nos sitúa, en uno de los valles que conforman el área metropolitana de Los Ángeles, donde el día de la foto escolar un alumno de instituto de 15 años, Gary (Alana Haim), se enamora a primera vista y empieza a tirarle los tejos a Alana(Cooper Hoffman), una de las asistentes del fotógrafo, de 23 años. Y ahí empieza una peculiar historia de amor, improbable e incluso imposible si tenemos en cuenta las edades de los protagonistas. Él es además actor infantil, y los reencuentros frecuentes comienza cuando Alana es contratada como carabina para cuidar de los actores y actrices infantiles que van a participar en un programa de televisión en Nueva York. Y así, en una serie de episodios encadenados, más que en una historia única y lineal, van produciéndose los reencuentros de los protagonistas, con altibajos en la naturaleza de su relación.

La película, como decía, está rodada para que mantenga un aspecto en la luz y la estructura de la imagen similar a las películas de aquella época. Anderson es codirector de fotografía junto con Michael Bauman, en una trabajo realmente meritorio, muy notable. Es el primer trabajo en un largometraje como director de fotografía de Bauman, aunque ha trabajado en numerosas producciones dentro del equipo de iluminación como jefe de iluminación o electricistas. El tono es luminoso, muy angelino, muy californiano, y acompaña perfectamente una historia formada por una serie de historias pequeñas que mantienen un tono de comedia, realmente muy divertido. Yo me reí varias veces. El conjunto está perfectamente enlazado y se siente como una unidad a pesar de la naturaleza episódica del argumento. Hay una progresión en la relación.

Pero es que además la película está salpicada con la presencia de conocidos actores y actrices, mucho más famosos que los protagonistas, que interpretan a personajes reales, aunque con los nombres algo cambiados, pero muy reconocibles. Así Christine Ebersole es Lucy Doolittle, alter ego de Lucille Ball; Sean Penn interpreta a Jack Holden, protagonista de «Los puentes de Toko-san», alter ego de William Holden que protagonizó Los puentes de Toko-ri (The bridges at Toko-ri); Tom Waits, interpreta a Rex Blau, un director de cine basado en Mark Robson… que rodó entre muchos títulos conocidos lo mencionados «puentes»; Bradley Cooper es Jon Peters, sin el nombre cambiado, peluquero, o estilista capilar si lo preferís, y productor que mantuvo una cierta relación con Barbra Streissand. Por poner unos ejemplos. El reparto es muy coral, aunque dominado por los dos personajes protagonistas, y podemos decir que el trabajo del conjunto está a un alto nivel. De los dos protagonistas, me quedo con el trabajo de Alana Haim, que también se lo curra en el mundo de la música. Toda su familia sale en mayor o medida en la película. Anderson ha dirigido vídeos musicales para el grupo que forma con sus hermanas mayores. Su trabajo es más consistente… pero también es más madura en edad que su compañero de reparto, que también lo hace muy bien. Pero si se confirma que es una contendiente para los Oscars, lo tendrá merecido.

Resumiendo, estamos ante una película con la que lo pasamos muy bien. Una comedia romántica que rompe con todos los esquemas habituales del género, que da un repaso a una época ya en la historia y a su cultura popular, y que escondidos entre lo cómico y lo romántico, no deja de hablarnos de otros valores importantes, relacionados con la tolerancia, la amistad o la familia. Por poco convencionales que puedan ser en un momento dado. Muy recomendable. De lo mejor del último año.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Phantom Thread (2017)

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Phantom Thread (2017; 10/20180211)

Ver esta película era obligatorio. Acudir a la sala de cine con una onerosa sensación de fatalismo también. Su director, Paul Thomas Anderson, es uno de los más dotados realizadores cinematográficos de la actualidad. De las últimas décadas. Al mismo tiempo, pocas veces su cine me llega, me siento interesado por él. Por motivos que no acabo de entender, sus películas «me expulsan» y acabo viviendo con ellas una experiencia no del todo agradable. Nunca lo he sabido explicar. No me pasa con frecuencia, salvo en películas rematadamente malas, que no es el caso, ni de lejos. Me ha pasado también en varias ocasiones con Scorsese.

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Fotográficamente, pasearemos, como no podía ser de otra forma, por el Londres más posh y elitista… ugghhhh…

En esta ocasión, Anderson vuelve a contar con uno de sus actores favoritos, Daniel Day-Lewis, para dar vida al ficticio modisto de alta costura británico Reynolds Woodcock. Woodcock viste a lo más selecto de la sociedad londinense. También acuden a su taller aristócratas, e incluso miembros de la realeza, de toda Europa. Vive con su hermana Cyril (Lesley Manville), que es el genio que gestiona las cuestiones prácticas de la vida personal y profesional de Woodcock. Y eventualmente mantiene relaciones con mujeres que van y vienen de su vida, vida organizada meticulosamente en torno a una rigurosa rutina de costumbres y hábitos. Hasta que conoce a Alma (Vicky Krieps), una camarera a la que propone salir, con la que empieza una relación que poco a poco irá por derroteros inesperados. Porque Alma, enamorada, no se conforma con ser una más en la rutina de la vida de Woodcock.

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Maravillosa puesta en escena, impresionante diseño de producción, para una película de época situada cronológicamente en los grises pero elegantes años 50 londinenses. Además, un trío protagonista, Day-Lewis, Manville y Krieps, en estado de gracia absoluta en sus cualidades interpretativas. Todo ello para contarnos la historia de unos individuos… que nos importaban un rábano. Engreídos elitistas trasnochados, representantes de un mundo que sinceramente nos parece falso y trasnochado. Con lo cual, una vez más, me sentí expulsado de la película, y además, pronto. Todo ello en dos y diez minutos que se hacen prolijos para lo que cuenta. Un extraordinario esfuerzo creativo y artístico para un resultado que a mí me resulta mucho más vacío de lo que nos cuentan algunos críticos, de lo que nos quieren hacer creer.

Imposible decir que es una mala película, tiene demasiados elementos positivos,… pero a mí no me interesó casi nada. Apenas el cuarto final de la película vi elementos de la historia que explotados de otra forma podrían haber dado forma a una película apasionante. Una vez más, se mantiene el divorcio intelectual entre este director y mi humilde persona.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: **

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