Definitivamente nos hemos ido al mar. No teníamos nada planeado. Suponíamos que la visita a Canterbury no duraría todo el día. Que volveríamos a pasar la tarde a Londres. Pero al ver que el tren en el que hemos ido tenía destino en Margate, dos de nosotros hemos recordado que una serie británica que vimos hace unos meses, True Love, estaba rodada aquí. Y que había mar. Y que nos apetecía ver el mar. El sitio no tiene nada de especial. Pero salvo algún horror arquitectónico, tiene un pase. Y el camino que recorre la costa tiene su interés, incluso ecológico. Y la luz estaba bonita. Como se supone que es la luz británica en otoño. No el horrible solazo, con luz durísima de ayer y hoy por la mañana. Así qué muy bien, oye.
Y creo que hoy no os contaré más.