Hace poco más de una semana, comentaba sobre la utilización de objetivos menos que óptimos con cámaras modernas, y hacía una referencia a un curioso objeto que hace unas semanas anunció Olympus para sus cámaras de sistema micro cuatro-tercios, y compatibles. La marca japonesa no lo considera un «objetivo» sino un «accesorio». Es decir, para ellos es una tapa para un cuerpo de cámara de este sistema. Lo que pasa es que le han puesto unas lentes, y con este «accesorio» se pueden hacer fotos. Pues bien, por un precio que es una fracción considerablemente menor de su precio de venta, me he hecho con uno. Supongo que viene de ser usado en exposición comercial o de pruebas. La caja estaba un poco chafada. El «accesorio» en estado impecable.

El «accesorio», la verdad es que en el grabado pone «Olympus Lens» «Objetivo Olympus», montado sobre una discreta Panasonic Lumix GF1, que últimamente veía poca acción.

Visto de perfil, se ve hasta que punto destaca poco del relieve frontal de la cámara.

A pesar de que he recompuesto un poco la caja, venía bastante chafada; no sé muy bien por donde habrá pasado previamente, pero el chisme está en buen estado, y me ha costado bastante menos que su precio oficial.
El objetivo, así lo consideraré a partir de ahora, es un un 15 mm (30 mm equivalente en formato 24 x 36 mm), con una apertura fija a f/8. Tiene una palanca con tres posiciones. Cerrado, enfoque a infinito y enfoque a 30 cm. Lo cierto es que a infinito en realidad está enfocando a la distancia hiperfocal, a unos dos metros. La palanca admite las posiciones intermedias entre esa posición y los 30 cm. Por lo tanto, hasta cierto punto se puede jugar con el enfoque. Su óptica está formada por tres lentes en tres grupos, y por lo demás está hecho de plástico, aunque tiene buen aspecto.
Hace unas semanas aseveraba que era un objetivo que, salvo que fuera realmente muy muy barato, más barato que las 70 libras esterlinas que he visto que cuesta en Amazon.co.uk, no merecía la pena. Es preferible ahorrar las 179 libras esterlinas a las que es posible comprar el Panasonic G 14/2,5 ASPH en la misma tienda, siendo un objetivo serio, tremendamente versátil y de gran calidad. Y que si quieres, puedes plantearte la limitación de usarlo como la tapita de Olympus. Enfocado a 2 metros, a f/8, en hiperfocal. La diferencia de calidad es enorme. Y puede hacer muchas más cosas. Pero,… la oportunidad surgió. Realmente, me ha costado mucho más barato, pero tengo prohibido dar detalles.
Este domingo por la mañana, me lo llevé de paseo. En el puente de Ámerica, acceso al barrio de Torrero de Zaragoza sobre el Canal Imperial de Aragón, me encontré con un compañero de trabajo y su esposa. Iban con una actividad organizada por una asociación ciudadana, un paseo guiado por las orillas del canal, que acababa homenajeando un roble centenario que está muy cerca de mi casa. A cinco minutos caminando. El resto de mi experiencia con el objetivo os lo cuento con fotos.

En seguida está clara una cosa. A la distancia de enfoque óptima, unos 2 metros, este objetivo permite llenar la altura del fotograma con una figura humana, con bastante nitidez y buen contraste. Pero el fondo, teóricamente a infinito, no está tan nítido como esperaba. El efecto es bueno en esta foto, pero…

Si pones la palanca de enfoque a 30 cm, también puedes obtener efectos creativos interesantes, jugando paradójicamente con la menor profundidad de campo.

Obsérvese que jugando con la palanquita de enfoque, consigo buena nitidez en la edelweiss de la gorra, mientras que el fondo se difumina un tanto, manteniendo información sobre lo que sucede y el entorno. Todo de lo más discreto. La señora, ni se ha enterado de la foto. Y la cámara estaba a menos de medio metro de su oreja.

En este cruce sobre una de las pasarelas del Canal Imperial de Aragón, y con la cámara en la cintura, se ve que al objetivo no le sientan mal las distancias relativamente cortas. Y el contraste y la saturación son muy buenas. Hay un viñeteado no tan pronunciado como el que esperaba. De hecho, a la foto le he añadido algo de viñeteado en Lightroom, para un mejor efecto.

Nuevamente, un poco de juego con la palanca en distancias cortas, y fotografíamos al fotógrafo.

Incluso cuando la luz se pone un poco tristona, el objetivo se las apaña, aunque hay que pasar de 200 a 400 ISO.

El problema, que a lo mejor no se nota con el tamaño de la imagen, es que cuando el objeto principal está muy alejado, la nitidez es floja. No sé si es porque no está exactamente en la hiperfocal, sino un poco más adelantado, o por las limitaciones de la óptica.

Pero nada, si sale el sol, y las distancias al objeto principal son de unos pocos metros, la cosa funciona bastante bien.

Así que no recomendaría el chisme para hacer paisajes, pero sí para reportaje discreto con poca luz. Fijaos que majos han salido los organizadores del homenaje al roble centenario. Los ajustes en Lightroom son mínimos.

Y subiendo a 800 ISO se atreve sin problema con una aproximación a las hojas secas del roble centenario en la sombra.

E insisto, es divertido jugar con la palanquita y acercarse al objeto de interés. El uso de este objetivo es más que nada lúdico. Y desde ese punto de vista, siempre que su precio baje o, como se rumorea, lo regalen con las cámaras Olympus, puede merecer la pena tenerlo. Especialmente para llevarlo puesto en un segundo cuerpo que si no no usarías. Como ha sido mi caso. Todas las fotos del reportaje han sido tomadas con la Panasonic Lumix GF1.