[Cine/Cinetren] De «princesas disney» galácticas y reporteros de guerra

Cine, Fotografía

La noticia del día en el mundo del cine ha sido la compra de Lucasfilm por parte de la todopoderosa Disney. Y no se han contentado con esto, han anunciado que en 2015 nos llega una nueva trilogía del universo Star Wars. Podría haber sido peor. Podrían haber anunciado un «reboot» de la franquicia. El cine ya no es el séptimo arte. El cine ahora es como los macdonalds o los benettons. Franquicias.

Un «reboot» hubiera producido uno de los mayores temores que surgieron entre los veteranos y nobles aficionados a la trilogía original; que no son los mismos que los fans de Star Wars que por defender son capaces de defender hasta a ese engendro llamado Jar Jar Binks, uno de los culpables con su torpeza política del ascenso al poder de Palpatine. Y ese temor es que, como se comenta por ahí, se pueda considerar a la princesa Leia una princesa disney. Bajo ningún concepto. Me explicaré.

Las princesas disney, esperan pacientes a que vengan los héroes a salvarlas. Pero cuando estos llegan, no son las que cogen las pistolas, hacen un agujero en la pared y se tiran a un vertedero.

Las princesas disney adoooooooran a los animalitos peludos. No les llaman felpudo con patas. Y menos si son inteligentes.

Las princesas disney se casan con principes azules. Aunque no faltan los seres azules en el universo Star Wars, la princesa Leia se casa con un contrabandista que no duda en pegarte un tiro por debajo de la mesa de un bar si considera que la conversación se prolonga demasiado.

Banda de Dixieland

Tocaba una banda de jazz galáctico cuando Han Solo disparó sobre el pobrecito Greedo en la cantina de Mos Eisley.

Una princesa disney no dudaría en enamorarse de un tipo feo y contrahecho y brutal, para bailar con teteras y candelabros en el castillo del bruto, o para saltar de gárgola en gárgola por las terrazas de Notre-Dame. Pero desde luego antes muerta que convertida en la esclava sexual de una lasciva babosa gigantesca.

La princesas disney desde luego no se morrean con sus hermanos. Incluso si no saben que son sus hermanos. Bajo ningún concepto.

Definitivamente, la princesa Leia nunca será una princesa disney. Aunque vete a saber qué princesas saldrán de ahí. En cualquier caso, a quienes pasamos nuestra adolescencia y juventud con la compañía de la princesa Leia y los demás, hace quince años la perspectiva de la reactivación de la saga nos hubiera llenado de ilusión. De hecho, así sucedió cuando por aquel entonces el tío Gilito anunció las precuelas. Pero poco dura la alegría en la casa del pobre. Aquello sólo fue una operación para ganar dinero. Mucho dinero. Y ahora Gilito ha vuelto a hacer caja a lo grande. Pero los nuevos amos querrán hacer más caja. Recuperar lo invertido y más. Así que… cualquier cosa nos puede pasar. No sólo eso… también podrían volver a sacar en pantalla a un achacoso Indiana Jones, o a su hijo, o a la madre que lo parió, o hacer un reboot… esta última siempre es la peor opción.

Luna, lucero y farola

Y no he comentado el «tomate» que pudo haber entre la princesa y los ositos de la luna de Endor… que no es la que aparece en la foto que es la Luna de la Tierra.

En fin. Dejemos a Disney y los jedis y pisemos suelo terrestre. Este fin de semana me merendé un par de películas para mi colección de películas relacionada con la fotografía. Las recomendaron en CSC Magazine, un blog fotográfico dedicado a las compactas de objetivos intercambiables. Se trata de Harrison’s Flowers (Las flores de Harrison) y The Bang Bang Club. Las dos sobre reporteros de guerra o de zonas en conflicto. Están reseñadas en mis páginas dedicadas a La fotografía en el cine.

Nubes de tormenta

Densas nubes de tormenta cubren el universo Star Wars… ¿alguna posibilidad de que despejen?

[Fotos] Cuando uno se despista seleccionando fotografías

Fotografía personal

El pasado viernes recibí en casa el álbum de fotos de mi viaje a Londres (y algo más), que como viene siendo habitual realizo y compro a través de Blurb. Aunque quiero probar algo nuevo. Ya os hablaré de ello más adelante. El caso es que por otro proyectillo que llevo adelante, durante los ventosos y fríos días del fin de semana estuve revisando las fotografías del viaje. Y me dio mucha rabia. Me di cuenta que había unas cuantas de ellas en las que no había seleccionado para el libro la mejor foto. Que en este caso, las prisas hicieron que hiciese una selección mediocre de imágenes. Tiene dos defectos el libro. Que he puesto demasiadas fotos, y que en determinados ocasiones no he seleccionado adecuadamente la que debería haber puesto. ¡Y me da una rabia! Os dejo con algunas de las que deberían estar.

Aviso. No es que sean mejores o peores, o buenas en lo absoluto. Es que eran o me parcen más adecuadas. Bueno. Algunas sí que son mejores.

Entre las fotos nocturnas del entorno de King’s Cross esta es mejor que las seleccionadas, por la presencia de los dos jóvenes, y se me pasó.

Estuve buscando una fotografía del entorno de Portobello Road, como vista general, y no vi nada de interés. Esta podría haber cumplido perfectamente.

Esta imagen es representativa del ambiente de la biblioteca del Victoria & Albert Museum, y dice más que alguna otra de las que puse.

No está mal la fotografía que subí con las librerías de ocasión en el South Bank, pero esta aporta más contraste e información.

Este paisaje del Támesis con las gaviotas, tiene menos gaviotas, es menos espectacular, pero en general está más equilibrado en su composición que el seleccionado para el álbum.

De entre todas las fotos de la sosa «performance» de la gente de Tino Sehgal en la Tate Modern, ahora estoy convencido que esta es de las que mejor aspecto tiene. Y mejor tratada está.

A pesar de la espectacularidad de la nave central de la catedral de Canterbury, no obtuve buenas imágenes de la misma, por no encontrar anclajes visuales buenos en el primer plano. Curiosamente, esta fotografía que deja la nave como en un plano secundario, funciona razonablemente bien y no la consideré.

El paseo en Margate, con una luz otoñal suave, estuvo lleno de oportunidades fotográficas. La fotografía que seleccioné de estas coloridas casas está bien en sus geometrías, pero carece del elemento humano que esta sí que tiene.

Estuve dando muchas vueltas en torno a las imágenes de esta torre con reloj en el puerto de Margate. Y no seleccioné ninguna. Esta sin embargo ahora me parece con posibles, salvo el punto oscuro que rompe la regularidad de la base. Que haciendo un poco de trampa se puede eliminar. También podría reconsiderar el equilibrio del color. Quizá en tonos más fríos. Se estaba haciendo de noche.

También en Margate quise contrastar la armonía de sus edificios más tradicionales con el horror urbanístico de algunas moles. Al final no me convenció ninguna, pero esta no funciona mal del todo.

No me preocupó mucho el patio del British Museum. Ni la luz, ni la afluencia de gente permitían en el breve intervalo de tiempo que tardamos en atravesarlo, mejorar fotos que tengo de algún viaje anterior. Pero puestos a escoger una, debería haber tirado de las geometrías de la que hoy traigo aquí. Que tampoco es una cosa del otro mundo, pero me convence más ahora que la elegida. O simplemente haber ignorado el lugar.

La alegre y erotico-festiva tienda de la esquina opuesta a Foyles me llamó la atención y le hice varias fotografías. Luego tan apenas me gustó ninguna, pero ahora esta la veo con un equilibro aceptable gracias a la vespa del primer palano y a la presencia humana.

Entre las ardillas de St James’s Park, esta está menos nítida, pero el movimiento le otorga dinamismo a la fotografía.

La nocturna del Palace Theatre con los carteles de «Singin’ in the Rain» que va en el álbum me gusta. Pero el contraste de los colores los colores complementarios, azul y amarillo, merecería tal vez una oportunidad.

[Cine] Argo (2012)

Cine

Argo (2012), 28 de octubre de 2012.

Si me llegan a decir hace unos años que iba a tener ganas de ir a ver una película dirigida y protagonizada por Ben Affleck, hubiera pensado que me estaban tomando el pelo. Un actor que ha hecho bodrios sin ton ni son, y que cuando no hacía un bodrío, conseguía estropear con su interpretación lo que podía ser interesante. Pero en los últimos años, las cosas están cambiando. Sobretodo se ha mostrado como un director prometedor. E incluso sus interpretaciones parecían si no de alta calidad, por lo menos contenidas, sobrias, lo cual las hacía razonables. Y he aquí que nos llega una película que no pocos sitúan en la carrera de los óscars. Pues vamos a ver lo que da de sí.

El argumento está basado en una historia colateral a la crisis de los rehenes en Irán. Unos estudiantes islámistas exhaltados irrumpió en la embajada de los Estados Unidos en Teherán en noviembre de 1979, y mantuvo como rehenes a los norteamericanos que allí se encontraban hasta enero de 1981. Pero seis de ellos, el día del secuestro consiguieron escabullirse y refugiarse en casas de diplomáticos canadienses. Según la película en la residencia del embajador canadiense. Ya comentaremos que la película no es fiel a los acontecimientos, solo al desarrollo general de la historia. Para extraer a los seis escapados del país, un agente de la CIA, Tony Mendez (Ben Affleck), ideó una tapadera por la cual él se desplazaría a la capital iraní, y los convertiría en un equipo de producción de un filme de ciencia ficción, a la moda de Star Wars que estaba de moda por entonces, que buscaba localizaciones en Irán. Y aproximadamente, eso es lo que nos cuenta la película.

Digo aproximadamente. Y digo bien, porque Hollywood se caracteriza por muchas cosas, pero nunca por su fidelidad a los acontecimientos históricos. Y por lo que he leído hay un sinnúmero de detalles que nos indican que con la excusa de mantener la tensión dramática han modificado bastante la historia real. No entraré ahora a detallarlos. Paso. Se pueden leer por ahí. Lo cierto es que esta práctica, que me joroba mucho, me sienta muy mal que maltraten la historia, realmente puede haber colaborado a que tengamos una película que te engancha, bien hecha, razonablemente bien documentada cuando no deciden saltarse conscientemente la realidad, y que presenta un thriller bastante más que decente, en el que no falta un cierto grado de acción moderada, realista, algo de humor, y la tensión y el suspense necesario para que la cosa funcione. Hasta tal punto que le perdono las inexactitudes históricas. Uno se la plantea como un filme de ficción y ya está. Ya funciona. Muy bien.

Una película con esta temática uno teme que se convierta en una americanada insoportable. Como muchas de las que ha interpretado el director y protagonista. Pero no. No incide en el patrioterismo. Es más. Dosifica críticas y mantiene una razonable «equidistancia» con las responsabilidades políticas, aunque sí que decide convertir al protagonista en héroe. Un héroe atípico, discreto, que lleva adelante una aventura que tiene, tal y como se plantea en el filme, todos los números para fracasar. En la historia real, la cosa no estuvo tan dramática.

Hay muchas cosas que hacen que la película funcione. El guion, la realización, la ambientación,… y también la interpretación. A Ben Affleck, con melena y barbas setenteras, cuesta reconocerlo, lo  cual te evita el prejuicio derivado por el condicionamiento pavloviano provocado por filmes anteriores. Como ya digo, sus interpretaciones han comenzado a ser soportables cuando se ha vuelto más contenido, más sobrio. Y en este filme consigue componer un personaje convincente. Y es algo importante, porque salvo alguna simpática y humorística intervención de John Goodman o Alan Arkin, el resto de los personajes tienen una trascendencia limitada, aunque todos cumplen bien.

No sé si es una película a la que yo daría un óscar. También dependerá de contra quien compita. Pero es una buena película. Muy entretenida y bien hecha, y que sin duda es una de las recomendaciones fijas en el momento actual en la cartelera española. Es una película muy equilibrada, y que trasciende también un poco más allá de ese equilibrio con notas de calidad.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

Una de las inexactitudes del filme es que se supone que Mendez pide el visado para entrar en Irán en Estambul, cuando en realidad lo hizo en Bonn. Pero ciertamente, aunque la antigua capital federal alemana es mona, la ciudad del Bósforo es mucho más exótica y fotogénica. Y te da una excusa para montar una reunión secreta en Santa Sofía.

[Fotografía] Recomendaciones semanales; encontrado en internet

Fotografía

Esta semana he tenido un poquito más de tiempo para digerir las cosas que han surgido por ahí en internet en la cosa fotográfica, así que tendré que seleccionar entre los enlaces marcados. A ver que tal me quedan.

En un tweet, Guillem Calatrava de Naturpixel nos recomendaba un enlace de El País en el que nos hablan de Wilhelm Brasse, un prisionero político polaco en Auschwitz, que sobrevivió a la ordalía y al que obligaron sus carceleros a ejercer de fotógrafo en el ominoso campo. Y fue el que tomó muchas de las imágenes con las que los nazis documentaron sus propias atrocidades y que hoy nos estremecen. Después de la guerra no quiso volver a ejercer de fotógrafo.

En el fotoblog Raw File de Wired podemos ver una serie de fotografías tomadas por Toufic Beyhum durante su peregrinación a la Meca. En ellas pone en contraste la belleza de las mezquitas y centros de peregrinación con la monstruosidad de los edificios, muchos de ellos hoteles, que han surgido a su alrededor para albergar a los peregrinos. Las fotografías de Beyhum son interesantes por varios motivos. Tienen un enorme interés documental. Tienen una indudable calidad fotográfica. A pesar de que la fotografía está prohibida en los lugares sagrados, aunque tolerada con las pequeñas cámaras compactas y teléfonos móviles, las fotografías están tomadas con una Hasselblad 500 para película fotoquímica, que no es un aparato precisamente discreto.

Revisaba ayer fotografías de todo el año, y vi algunas no usadas hasta ahora del viaje a Noruega. Gente haciendo fotos.

Reflexionaba Rafael Roa hace unos días sobre el mercado actual del arte, y del arte fotográfico en particular. A mí me interesa la fotografía, pero sigo sin entender como funciona el mercado del arte fotográfico. En alguna feria que he visitado, sigue pareciéndome que hay una relación demasiado grande entre precios y metros cuadrados de fotografía, cosa que también comenta Roa. Pero lo que me interesa es que su entrada sirve para recordar a Duane Michals, un fotógrafo que me parece realmente interesante. Y aprovecho para recordar que hace unos meses Le Journal de la Photographie (entonces La Lettre de la Photographie) dedicó un día a recorrer la trayectoria de este autor.

El surrealismo fue una corriente artística que siempre me ha interesado mucho. Y algunos de los fotógrafos surrealistas están entre mis favoritos. En Fotógrafos en la red nos recomendaban hace unos días a Tommy Ingberg, un fotógrafo sueco actual cuya obra está intrínsecamente encuadrada en este estilo artístico. Y creo que merece la pena conocer su obra.

Con todo tipo de aparatos, y por todas las partes.

Entre lo surrealista y lo onírico se encuentran también las fotografías de las casas voladoras de Laurent Chéhère. Inspiradas por el cortometraje de Albert Lamorisse Le ballon rouge, nos muestran casas típicamente parisinas flotando en el aire en un ambiente similar al de la película mencionada. Nos lo comentaron en el fotoblog Lightbox de Time.

Este fotoblog nos recordó también hace unos días las fotografías de Ingrid Bergman tomadas por Gordon Parks durante el rodaje de la película Stromboli. Me parecen muy intensas y como captan perfectamente las sensaciones de la Bergman en aquel dificil rodaje.

Y con todo tipo de luces y situaciones.

Para aquellos que gusten de las fotografías de los famosos, tenemos que recordar que hubo un tiempo en que estas no estaban asociada a los aspectos más sórdidos de su vida, sino que estaban llena de estilo y glamour. Y Le Journal de la Photographie dedicaba su edición del pasado miércoles a la colección de John Kobal. Sin duda alguna un buen rato de entretenimiento.

Finalmente, fotografía científica. Microsiervos nos contaba hace poco sobre la imagen de 9 Gigapíxeles (9.000 millones de píxeles), que ha publicado el ESO del centro de la Vía Láctea y que se estima que reune unos 84 millones de estrellas. Y se puede recorrer y ver cada una de las estrellas. Obviamente es una composición de numerosas fotografías, tomadas con el telescopio VISTA.

Por hoy nada más. Había más cosas, pero no quiero extenderme en exceso. Además, tiempo habrá para ir comentando. Aunque serán ya las cosas que aparezcan por ahí la próxima semana.

Y claro, también hay gente a la que lo que le gusta es que le hagan fotos. Las tres primeras fotos están tomada en distintos lugares de Oslo, y esta última en Bergen, Noruega.

[Fotos] Westbrook Bay

Fotografía personal

En Weather.com anuncian bajadas de temperaturas importantes. Máximas en Zaragoza de 13ºC. Mínimas de 3ºC. Son las 9:23 de la mañana y estamos a 14ºC. Hoy va a ser un día raro. Lo presiento. Hay muchos otros pequeños indicios. Espero que sea raro pero bien. No raro pero mal. Eso no lo puedo definir todavía. En cualquier casos, no me voy a poner ahora a escribir de cosas de las que no tengo ganas.

Ayer tonteé con mi versión de escritorio de Snapseed. Otra forma de tratar las fotos. Es divertido. Pero las fotos tratadas de estas formas, en plan lo que llaman lo-fi, baja fidelidad, me cansan enseguida. No obstante, os dejo unas cuantas del paseo de hace tres semanas por Westbrook Bay, en Margate. Que os sea leve.


[Fotografía] Exposiciones en Londres; muchos fotógrafos, y muy diversos

Fotografía

Dos semanas después de volver de las minivacaciones en Londres, encuentro una ocasión para reunir en una entrada un comentario sobre las exposiciones de fotografía que visité durante esos días. Espero no olvidar nada. En orden de visita.

Victoria & Albert Museum Photographs Gallery, Room 100: Había oído hablar de la apertura en 2011 de una nueva galería dedicada a la fotografía en este museo dedicado a las artes decorativas. Así que nos metimos a verla. El museo es gratis. La verdad es que no está mal, pero su contenido es limitado. Creo que la fotografía merece un poco más de espacio, de una forma u otra, en los museos de arte moderno o contemporáneo. Cuanto menos, si seguís el enlace anterior, podréis comprobar que la web de lmuseo sí que le dedica espacio y tiempo a la fotografía.

Nick Briggs en The Classic Camera: Esta tienda especializada en Leica, aunque tiene alguna otra cosa, especialmente en el campo de las compactas con objetivos intercambiables, presentaba en sus paredes una colección de fotografías de este autor especializado en la fotografía fija de las series de época de la BBC. Algunas de ellas son o han sido comentadas en las entradas dedicadas a televisión, como Downton AbbeyGreat Expectations, o Parade’s End, y otras famosas producciones de otras televisiones como Game of Thrones. Pues nada. Que además de ser muy buen fotógrafo, te lo pasas pipa viendo las fotos, claro. Y si no daros una vuelta por su página web que os he enlazado antes.

Parque Grande, tras la lluvia

Pues no. No voy a poner más fotos del viaje. El domingo pasado aproveché la lluvia recién caída para dar un paseo por el Parque Grande, con los verdes de la vegetación bien saturados por el agua.

Cecil Beaton, Theatre of War en el Imperial War Museum: Una de las exposiciones estrella que visité. Conocía la obra de Beaton relacionada con la moda y el mundo de la escena posterior a la Segunda Guerra Mundial. Pero no sabía su historia previa. Dedicado a la fotografía por no triunfar en sus años jóvenes en el mundo del espectáculo, unas declaraciones antisemitas a finales de los años treinta le hicieron caer en desgracia. Para rehabilitarse, durante el conflicto bélico se ofreció al Ministerio de Información para documentar el esfuerzo de guerra británico. Estuvo en Londres durante el blitz, y viajó a Egipto y a China. Además de colaborar en el diseño artístico y de vestuario de películas que se hicieron en esa época. Y queda demostrado que realmente era un fotógrafo muy dotado, muy elegante, y con una capacidad estética impresionante, no importa el tema y el medio. Mereció mucho la pena de meterse en un museo lleno de cosas de matar.

Elliot Erwitt en Chris Beetles Fine Photographs: Las galerías de arte están para vender. Y esta exposición hay que considerarla más como un escaparate para las obras en ventas de Erwitt que un evento cultural. Pero se trata de una selección de las más divertidas fotografías de este interesante fotógrafo americano, nacido en París.

Parque Grande, tras la lluvia

El otoño ha avanzado lentamente este año, y las hojas están predominantemente verdes; los ocres apenas destacan todavía.

Everything Was Moving: Photography from de 60s and 70s en Barbican Centre: Otra de las exposiciones estrella del viaje. Una colectiva de la fotografía documental y fotoperiodismo de esas dos turbulentas décadas. La página oficial nos habla de 12 figuras claves como fueron Bruce Davidson, William EgglestonDavid Goldblatt, Graciela Iturbide, Boris Mikhailov, Sigmar Polke, Malick Sidibé, Shomei Tomatsu y Li Zhensheng, así como innovadores que desgraciademaente murieron prematuramente como Ernest ColeRaghubir Singh y Larry Burrows. Los que más me llamaron la atención:

Algo que ya había visto, aquí en Zaragoza, y más extenso. La revolución cultura en una provincia china tal y como la vio Li Zhensheng.

Las fotografías de guerra en el sudeste asiático de Larry Burrows.

La visión del Japón de posguerra de Shomei Tomatsu.

El colorido de las fotografías de Raghubir Singh en la India de la época. Me encantó la fotografía Moonson Rains de 1967.

Los retratos de William Egleston.

Pero esta preferencia que señalo es mi preferencia personal, porque en el resto había igualmente calidad por arrobas, como los conocedores del medio deducirán de los nombres presentes.

Parque Grande, tras la lluvia

Poca gente por el parque paseando, indudablemente por miedo a la lluvia y la humedad; aunque al final de mi recorrido el tiempo se fue aclarando.

William Klein + Daido Moriyama en la Tate Modern: No es la única fotografía que vimos en este museo de arte contemporáneo. Obras fotográficas se encuentran dispersas por las salas temáticas de la exposición permanente. Pero realmente esta es la tercera, y probablemente más llamativa, de las tres grandes exposiciones que visité. Tanto Klein como Moriyama son dos fotógrafos muy personales, que han aportado originalidad y creatividad a la fotografía de ambientes cotidianos, de la calle, de los entornos urbanos, aunque también con introspección y con reflexión personal.

Y con esta entrada, termino de una vez la narración de mis andanzas por la capital británica (y algo más). Cuyo diario de viaje completo podéis ver y leer. Curiosamente, mientras escribía esta entrada me he interrumpido porque me ha llegado mi copia en papel del álbum de fotografías del viaje. Que pasaré ahora a revisar cuidadosamente.

Parque Grande, tras la lluvia

Y el Huerva, con sus aguas de color chocolate, como es característico de los sedimentos que arrastra cuando las lluvias son intensas.

[Televisión] Cosas de series; sin bajar el ritmo, no señor

Televisión

Nos contaban hace unos días que iban a cancelar Animal Practice. Es una de las nuevas sitcom de este año. La verdad es que es muy floja. Si es así, no la echaré de menos. Como novedades, ha vuelto Don’t Trust the B—- in Apartment 23, una serie que al principio no me gustaba gran cosa, pero que ahora creo que tiene su puntito borde que me sí me gusta. Y Suburgatory, que sigo viendo por simpatía con los personajes, pero que no tiene tanta chispa como cuando empezó. Por lo demás, pocas novedades.

Sigue la tendencia que señalaba la semana pasada de ir a toda máquina en unas cuantas series. Lo que está pasando en Homeland creo que no se lo esperaba nadie. No cuento por no destripar. Lo cual nos deja a todos sin saber por donde van a seguir. Uno tiene la sensación de que se han merendado en un par de capítulos la historia que podía haber durado toda la temporada.

Los muertos vivientes de The Walking Dead (valga la redundancia interidiomática) están más memos que nunca, mientras que los vivos están más brutos que nunca. Estos también han tenido casi tanto gore como en buena parte de la temporada anterior.

Entre las sitcoms, Modern Family y 30 Rock siguen tan divertidas como de costumbre, y a esta última la voy a echar mucho de menos. Y entre los guilty pleasures, tampoco me quejo. Las «vengativas» de Revenge tampoco paran, aunque esto es seña distintiva de la serie. Los personajes caen como moscas, y nadie está salvo de «sufrir un accidente». Si además la guapa de la VanCamp se pasea buena parte de la película con un escotazo vertiginoso,… pues mejor… que para esto están los guilty pleasures. Desde luego, no para filosofar. Y bueno,… en esa serie cómica, aunque sé que no es su intención, que es Once Upon a Time, hemos descubierto el nuevo sentido de la frase «al Capitán Garfio se le comió la mano un cocodrilo». Si Barrie levantara la cabeza… Claro que cuando he leído por ahí que Revenge es una adaptación moderna de la novela de Dumas El Conde de Montecristo… no había caído oye. Pero hubiera jurado que Edmundo Dantés no llevaba esos escotes.

La serie que realmente me está gustando en esta primera parte del otoño sigue siendo The Paradise. La adaptación británica de Au Bonheur des Dames de Émile Zola sigue luciendo la cuidada producción de las series de la BBC, la esmerada interpretación de los actores y actrices británicos, y el interés y la intriga propia de Zola aunque sospecho que la adaptación es relativamente libre. No he leído la novela original, pero me da por ahí que el guion va un poco a lo suyo.

El resto de lo que sale por mi tele… en la línea de siempre.

«Au Bonheur des Dames», así se llaman los grandes almacenes en la novela de Zola, que en la serie británica se llaman «The Paradise». Pero los de la foto, ni están en Francia ni están en Inglaterra. Es una tienda en la Rua do Carmo de Lisboa.

[Cine] Looper (2012)

Cine

Looper (2012), 22 de octubre de 2012.

Con el aliciente de que con un vale y las entradas de las películas vistas la semana pasada, la entrada al cine esta semana sólo costaba dos eurillos, nos vamos a ver esta película de ciencia ficción y acción, que unas críticas ponen muy bien, y alguna no tan bien. En cualquier caso, decidimos arriesgar a ver este filme dirigido por Rian Johnson, y cuando menos me consuelo con la perspectiva de que si no da mucho de sí, por lo menos sale Emily Blunt, una chica que últimamente me gusta ver en el cine. Una de esas actrices británicas con encanto.

La historia es como sigue. En el 2074, se inventa el viaje en el tiempo. Y se prohibe. Pero los mafiosos lo usan para lo siguiente. Mandan a la persona de la que se quieren deshacer al pasado, treinta años atrás, y allá, unos asesinos conocidos como loopers, los apiolan y se deshacen de ellos. Un tipo, Abe (Jeff Daniels), es un paisajo del 2074, que se ha venido al pasado para montar el tinglado, y su propia mafia de asesinos. Y entre estos está Joe (Joseph Gordon-Levitt), uno de los loopers más fríos y eficientes. Pero claro, de vez en cuando, los mafiosos del futuro mandan al pasado a uno de los propios loopers para lo que llaman cerrar el círculo. Cuando esto le sucede a Joe, falla al intentar matar a Old Joe (Bruce Willis). Y entonces empiezan a ser perseguidos por la mafia. Entonces Joe descubrirá que Old Joe ha venido a matar al jefe de la mafia futura cuando todavía es un niño, y así evitar el desarrollo futuro, que incluye la muerte de su mujer (Qing Xu). Y uno de los niños posibles es Cid (Pierce Gagnon), un niño muy especial al cuidado de su madre Sara (Emily Blunt) en una granja relativamente alejada del medio urbano. Solitaria.

Bueno. Oh, sorpresa. Una de ciencia ficción, con viajes en el tiempo, que sin renunciar a la acción y a algún efecto especial, muy moderado, nos ofrece una historia, que aunque tiene algún altibajo, tiene un indudable interés, y con una resolución satisfactoria. Las historias de viajes en el tiempo son delicadas. Si se quieren hacer bien. Las paradojas asociadas a los viajes en el tiempo han sido ampliamente desarrolladas. Y en general, parece una cuestión fuera de los límites de la física. Pero en ficción, con tal de ser cuidadoso para que las consecuencias de las paradojas no canten, dan mucho de sí. Y esta lo consigue. Esta bien hecha, bien rodada, no trata al espectador de tonto. Se inventan un futuro creible, donde las cosas no son brillantes, donde todo no cambia de repente. Como sucede en realidad. Los cambios físicos, en las casas, en las ropas, en los paisajes son progresivos en el tiempo. Y aquí nos pintan una sociedad degradada, sin llegar a una sociedad distópica, pero sí con problemas. Y es creible, dentro de los límites del universo creado. Está bien.

Las interpretaciones son de buen nivel. Ambos protagonistas, tanto Gordon-Levitt como Willis se ajustan a su papel de asesino con emociones contenidas pero no ausentes, componiendo entre los dos un personaje coherente en su distancia cronológica. Ambos son capaces matar, ambos son capaces de luchar internamente con sus dudas, ambos son capaces de sacrificarse por una mujer. O incluso un niño. Sin entrar en los detalles argumentales. Bueno, y la Blunt sale guapa, menos niña mona que habitualmente, y lo hace también bien.

Así pues, una película más que digna, no perfecta pero de lo mejor que he visto últimamente en los géneros de la ciencia ficción y de la acción, y en la que se agradece que te traten como a una persona capaz de pensar por tí mismo y con sentido crítico.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ****
Parque Grande, tras la lluvia

¿Qué aspecto tendrá este rincon del Parque Grande de Zaragoza junto al río Huerva dentro de 30 años? ¿Estará ahí todavía? ¿Será muy diferente?

[Fotografía] Tiendas relacionadas con la fotografía en Londres

Fotografía

Ya he comentado en otros sitios que en mis recientes vacaciones en Londres, lo de hacer turismo era una cuestión secundaria. Con cuatro estancias previas en la capital británica, ya tengo una idea bastante amplia de las atracciones habituales de la gran urbe a orillas del Támesis. Pero lo que es cierto es que en Londres nunca faltan eventos relacionados con las artes y la cultura, y que viene bien aprovechar las estancias para asistir a algunos de ellos, según los intereses de cada uno. Hago aquí una recopilación de los relacionados con la fotografía, que ya he ido comentando de forma dispersa en el diario de viaje. Esta entrada de hoy la dedicaré a las tiendas.

Hablar de tiendas relacionadas con la fotografía  en Londres exige un esfuerzo que está mucho más allá de mis modestas posibilidades, pues tal es la cantidad y variedad de las que hay. Pero sí que hablaré de algunas que visitamos. Para comprar o como curiosidad.

Chismes fotográficos, cámaras y otros objetos relacionados:

Portobello Market: El célebre mercadillo de antigüedades de los sábados, tiene algunos puestos en los que se dedican a la venta de cámaras antiguas o de segunda mano. Como ya sabréis los que hayáis seguido entradas anteriores, allí compré una cámara de los años 40 del siglo XX, la Zeiss Ikon Ikonta b (521/16). En este tipo de puestos, te tienes que fiar del vendedor si te dice que la cámara está bien y funciona. Hay algunas cosas que puedes hacer. Abrir la tapa del compartimento de película, accionar el obturador y comprobar que se abre y se cierra, accionar las distintas palancas o mandos mecánicos y comprobar que las cosas que se tienen que mover se mueven, etcétera. Pero siempre hay riesgos. Especialmente, cuando las cosas son muy baratas. Yo recomendaría que si vais a comprar algo, que sea en alguno de los puestos que se dedican en exclusiva a las cámaras fotográficas y no en los polivalentes. Pero bueno… la intuición de cada cual influye mucho.

Estantes con cámaras antiguas en Portobello Road.

The Classic Camera: Establecimiento dedicado a Leica tanto en material nuevo como de segunda mano. Se encuentra en Pied Bull Yard, en Bury Place, calle que se sitúa en frente del British Museum. Curiosee en la zona de segunda mano, por ver si había algún objetivo curioso y sin un precio demencial, que pudiese ser utilizado con adaptador en mis micro cuatro tercios. Pero no vi nada interesante. Hay que decir que también tienen marcas compatibles con Leica (Voigtländer, etcétera). Antaño les compré alguna cosa por correo. En concreto un Voigtländer Color-Skopar 25/4 para rosca de Leica, y el adaptador correspondiente para bayoneta Leica M.

York Cameras LTD.: También en Bury Place, tiene un amplio surtido de cámaras de segunda mano, tanto para película como digitales. Curioseamos sin más.

Camera City: A pocos metros de la anterior, en la esquina con Little Russell Street. Es taller de reparación de cámaras y venta de segunda mano. Prácticamente de forma exclusiva, para película fotoquímica. Estuvimos mirando algunas de formato medio por curiosidad, e indagando la posibilidad de conseguir algunos accesorios para mi Yashica Mat 124G.

Aperture UK Camera Cafe: Muy cerca también, en Museum Street, encontramos este curioso establecimiento, en el que además de tienda de material fotográfico, es un café donde tomarse un refrigerio, y con un excelente acceso a internet para clientes. Aunque curioseamos en las estantería, dado que estaba lloviendo, y la mañana era desapacible, aquí nos centramos más en el apartado de calentarnos y descansar que en el fotográfico. Pero bueno…

Leica Store Mayfair: La famosa, prestigiosa y carísima marca alemana tiene una tienda exclusiva en el barrio de Mayfair, en Bruton Place, bocacalle de Berkeley Square. Puesto que comprar algo aquí estaba fuera de cuestión, decidimos no obstante tener la experiencia y ver cómo te tratan. Así que fingimos estar interesados. Así como en las películas vemos como los policías juegan al juego del «poli bueno – poli malo» con los presuntos delincuentes, nos presentamos como una pareja de posibles compradores «señora enterada – señor despistado-no-entiendo-porque-todo-es-tan-caro». La verdad es que nos atendieron con esmero y cuidada cortesía. Pero no nos dio la impresión de que el «asesor de ventas» tuviera un elevado grado de conocimientos.

Discreta entrada a Claire de Roue Books en Charing Cross Road.

Librerías

Por comodidad o conveniencia, lo cierto es que una gran parte de los libros que compramos proceden de Foyles, la excelente y completísima librería generalista de Charing Cross Road, o de la librería de la Tate Modern Gallery, que es una gozada en lo que se refiere a libros relacionados con el arte y otros caprichos. Pero visitamos alguna otra librería especializada en fotografía o en el mundo del arte con buen surtido de libros de fotografía.

Claire de Rouen Books: En Charing Cross Road también, una calle con abundancia de librerías. No hay que equivocarse. O sí, allá cada cual. Al lado hay una sex-shop con libros también que también ostenta el cartel de Claire de Rouen, y también hay una galería de arte. Para ir a la tienda especializada hay que trepar por una estrecha escalera a la que se entra por una discreta puerta, y subir al primer piso. No es grande, pero está especializada en fotografía y moda.

Koenig Books: Yo conocí mi primera librería Walther König en la Burgstrasse de Berlín. Y me quedé abrumado por la variedad y calidad de los libros de arte a la venta, con una importante sección de fotografía. Y no debe ser la más importante de la cadena. No sé. El caso es que también tiene una tienda, más pequeña, interesante de visitar en Charing Cross Road. Y también tiene su correspondiente sección de fotografía. Gestionan también la librería de la Serpentine Gallery, que también visitamos.

Artwords Bookshop: Situada en la animada Rivington Street, en una zona de Londres que está conociendo un auge cultural y social en Shoreditch, que muchos consideran parte del East End londinense.

Rivington Street, muy calmada a primeras horas de la tarde; supongo, por los establecimientos que se veían, que se animará unas horas más tarde.

[Cine] Frankenweenie (2012)

Cine

Frankenweenie (2012), 19 de octubre de 2012.

En una de las tardes de viernes más extrañas de los últimos tiempos, acabo metiéndome en los cines Aragonia a ver la última película de Tim Burton, que realmente quería ver, por hacer tiempo y me venía a mano. No recuerdo la última vez que me meto al cine solo para hacer tiempo, y es absolutamente extraordinario que esas salas de cine me vengan «a mano». Pero así son las cosas, y así es como llego a ver la nueva versión de en forma de largometraje de una historia que el propio Burton nos contó ya en los años ochenta en forma de cortometraje. Aquella estaba interpretada por personas reales, la nueva es animación con muñecos bajo la técnica del stop motion.

Victor Frankenstein en un niño que vive con sus padres y su perro Sparky en una urbanización típica de los años 50 y 60 de los Estados Unidos, en una pequeña población llamada New Holland, cuyo paisaje está dominado por una colina con un molino, a cuyo movimiento de aspas constante atribuyen los locales el que todas las noches haya tormenta. Es un niño retraído, buen estudiante, buen chico en general, al que le gustan estudiar y las ciencias, creativo. Para sus padres, su único motivo de preocupación es que no tiene más amigos que Sparky. En estas estamos cuando en su vida suceden dos cosas, la llegada al pueblo de un nuevo profesor de ciencias, el sr. Rzykruski, que aunque de aspecto imponente les es cercano y les habla en forma de experimentos y conceptos científicos claros, y la muerte por atropello de Sparky. Un desolado Victor, con su creatividad espoleada por el dolor, no se resignará a la pérdida de su querida mascota, y aplicará los conocimientos sobre electricidad que ha aprendido para devolver la vida al perro. Lo cual tendrá consecuencias imprevistas e imprevisibles. Sobre todo cuando su compañero de escuela, Edgar «E» Gore, lo descubra y difunda la noticia entre el grupo de inquietantes compañeros, que querrán traer de vuelta también a sus fenecidas mascotas.

La historia base de la película es la misma que la del cortometraje de antaño, la cual es una variación de la historia clásica del Frankenstein de Shelley tal y como lo ha visto tradicionalmente el mundo del cine. Nunca viene de más recordar que Frankenstein no es el nombre del monstruo resucitado sino el del científico que lo crea, de nombre Victor, claro. Este se supone que tiene un ayudante, tradicionalmente descrito como jorobado, de nombre Igor, homófono con el «E» Gore del compañero de escuela. Y es la trama de este y otros compañeros de clase la que está añadida a la historia original, y que permite extender la película a la casi hora y media que dura. Porque por lo demás, poco aporta a los 30 minutos del Frankenweenie original.

A partir de este supuesto, la película goza de dos virtudes. La primera es que la animación, la ambientación, y la iluminación en blanco y negro son perfectas para el filme, y muy acordes con las tradiciones del director. La segunda es que el desarrollo y el ritmo de la historia, sin bien conocidos y hasta cierto punto previsibles, están bien llevados y la hacen realmente muy entretenidas. Con un tono en general más humorístico que tétrico. Hay que considerarla más una comedia de homenaje a un determinado tipo de cine, que una película de miedo. Homenaje que no hay que limitarlo exclusivamente a los Frankenstein originales, literario o cinematográfico, sino al conjunto del cine de terror, con sus dráculas, momias, godzillas, etcétera.

No hay interpretación propiamente dicha en la película, al ser de animación. Pero la película la vi en versión original, y pude disfrutar de la voz de algún ilustre como Martin Landau como el profesor de ciencias, o menos ilustres como Winona Ryder en la voz de la vecinita de al lado. En general, el aspecto de la interpretación, en lo que se refiere a las voces de la animación está muy bien.

Como conclusión, una película que sin ser una de las grandes del excéntrico director, sí que nos reconcilia en parte con él tras los relativos fiascos de sus últimas películas que nos hacían pensar que estaba en declive, pero con una pendiente pronunciada. No es que vuelva a sus grandes momentos, se muestra conservador en fórmulas ya utilizadas, pero alegra ver que toma riesgos como el de usar muñecos y stop motion en lugar de la sempiterna y menos orgánica visualmente aunque más perfecta animación digital. Cierto que en los últimos años hay películas en este tenor que la superan ampliamente, pero no viene mal. En cualquier caso, además me regalaron un vale para ir entre este lunes y el miércoles al cine por sólo 2 euros. Espero aprovecharlo.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***
Parque Grande, tras la lluvia

Cuando en una película el protagonista es un perro, suele suceder que hay un gato que está en el lado de los malos,… o torpes y tontos. Y esta no es una excepción. Estos mininos del Parque Grande de Zaragoza, sin embargo, no parecen ni torpes ni tontos.

[Fotografía] Recomendaciones semanales; encontrado en la web

Fotografía

Dos semanas seguidas sin recomendaciones semanales de fotógrafos que me hayan interesado. Entre el viaje a Londres, y el Photowalk de la semana pasada, no hubo ocasión. Tampoco esta semana he tenido mucho tiempo para pararme a mirar, y no simplemente ver, las recomendaciones que me llegan desde distintos sitios en internet. Pero a lo largo de las tres últimas semanas, algunas cosas si que he ido recogiendo. O se me han ido acumulando. Vamos a ello.

En diversas ocasiones os he hablado de fotógrafos británicos que destacaron en los tiempos del swinging London. Duffy, recientemente, o Bailey, hace algo más de tiempo. Pero siempre se ha dicho que había un tercero en discordia. Se trata de Terence Donovan. Y nos lo recordaron hace unos días en Fotógrafos en la red.

Pared tricotada en el Tubo

Después de las fotos tomadas en Londres con la Zeiss Ikon Ikonta b, el fin de semana pasado, todavía en fiestas, salí con ella a hacer fotos. Tomando algunos riesgos. Y bueno,… todo es cuestión de ir haciéndose con ella. Pared tricotada en el Tubo de Zaragoza.

Seminario de San Carlos

Real Seminario de San Carlos.

Ya hace más de dos semanas marque un porfolio en The Picture Show, con imágenes de Peter Blakely recordando a las personas que se introdujeron en el radio de 2 kilómetros del hipocentro de la explosión de la bomba atómica en Hiroshima, en las dos semanas que siguieron a la catástrofe. Personas que sufren las consecuencias de la radiación, pero también las de la incomprensión de los que les rodean, que les han temido irracionalmente.

Tengo una cuenta, semiabandonada, y sigo con frecuencia las fotografías que se publican en 500px. Un sitio para compartir fotografías y mantener porfolios no tan exclusivo como los sitios más profesionales, pero mucho más interesante como promedio que el populachero Flickr u otras redes sociales inespecíficas. En general, las fotos que se publican en este sitio son muy virgueras, pero también te pueden llegar a cansar. Así que es un alivio cuando hay algo más, como Kasper Nybo que se orienta a la acción humanitaria y al enfoque social. Y además las fotos están muy bien. Por no salir de Japón, son muy interesantes las fotografías de las consecuencias del sunami. Lo recomendaron en el blog oficial de 500px.

Reflejo

Bicicleta y reflejo.

Choripan en Echegaray

Choripán en los puestos de Echegaray y Caballero.

Y después de un tema transcendente, algo un poco más ligero, también por recomendación de The Picture Show. El fotógrafo Evan Prince nos ofrece una curiosa serie de retratos de personajes de Star Wars. Soldados de los malos. En blanco y negro. En formato medio, cuadrado. Creo que los modelos son muñequitos, pero vamos,… quedan estupendas. Muy buenas.

Entre los fotógrafos que comenta Rafael Roa, me llamó la atención Kumi Oguru, fotógrafa japonesa asentada en Bélgica. Fotografías en color muy expresivas, pero muy morbosas. Y realmente, como dice Roa, son muy bellas.

Muy interesantes también son las fotografías subacuáticas de Neil Craver, de su serie Omni Phantasmic. También son muy expresivas y muy oníricas. Nos las trajo aCurator. Y también tiene porfolio en 500px.

Por último, en Le Journal de la Photographie nos hablaron el otro día de las fotografías de Bernard Plossu en la Provenza. Este fotógrafo siempre me ha interesado mucho. Con una vieja y sólida Nikkormat, un 50 mm y sus pies para caminar, va recogiendo el mundo en fotografías. Y se mantiene fiel al pequeño formato. En un mundo que el valor de las cosas se mide muchas veces por su tamaño más que por su calidad…

Puente de Piedra

El Ebrobus se dispone a pasar bajo el puente de Piedra.

Globos y flores

Globos y flores en la plaza del Pilar durante las fiestas populares.

[Viajes] Terminado el diario de viaje de Londres (y algo más)

Viajes

Hoy va una entrada sencilla. Simplemente anunciar que he terminado el Diario de viaje de Londres.  Me ha costado un poco más de lo que pensaba. Se llama

Londres (y algo más)

El (y algo más) se debe a la excursión a Canterbury y Margate, que nos llevó durante unas horas fuera de la capital británica. Como viene siendo habitual en mis últimos diarios de viaje, está alojado en Blogger, utilizando plantillas dinámicas, que funcionan muy bien para estos fines. Bueno, daros una vuelta y ya me diréis qué tal.

Graduadas del King's College

Cachondas graduadas del King’s College en la terraza del Barbican Centre, jugando a brujas de algún «colegio de magia y brujería». Al ver a toda esta gente así vestida es justamente lo que pensamos. Incluso alguien se aventuró a decir que porl os colores de las becas, eran de las malas.