[TV] Cosas de series; la galaxia vista por otros y la galaxia de la habitación de cuatro tatamis y medio

Cine, Televisión

Es domingo y normalmente debería recomendar fotografías y fotógrafos. Pero realmente,… hoy no me apetece. Y lo que me apetece es hablar de buena animación televisiva. Así que voy a ello.

Hace un par de años, Diney+ nos sorprendió gratamente con Visions. Una antología de animación, con pequeños cortos realizados en distintos países por todos el mundo, no americanos, por autores a los que se dio libertad para interpretar a su manera el universo Star Wars. Sip. Hay jedis, hay señores del Sith, hay imperio, hay rebeldes, hay contrabandistas, y hay gente de todo tipo de especies más o menos alienígenas, algunas que nos resultan familiares y otras que no. Pero los elementos formales, el expresionismo del dibujo, las historias son originales, siempre que sean fieles al espíritu global de la franquicia. Y sinceramente, de promedio, es mejor que los materiales originales y «auténticos» de Disney/Lucasfilm actuales (o pasados). Evidentemente son píldoras entre 13 y 22 minutos, propuestas conceptuales que, al menos de momento, no van más allá. No parece que se vaya a aprovechar estas ideas para realizar nuevas propuestas. Disney es muy conservadora y no va a arriesgar. Porque los fanáticos de la franquicia son muy conservadores y ya han demostrado que sólo quieren más de lo mismo aunque acaben descontentos cuando se lo dan. Recientemente se estrenó la segunda temporada, o segunda tanda de cortometrajes. Y si no me ha causado el mismo impacto es porque ya no ha perdido el efecto sorpresa, el efecto de lo realmente novedoso. Por lo demás, bien. Ojalá arriesgasen más los productos «oficiales» de la franquicia.

Y lo que realmente me ha encantado es la llamada The Tatami Galaxy. Este universo universitario en la ciudad de Kioto lo empecé por el final, viendo la secuela que recientemente pude ver en Disney+, con la que me divertí mucho, por lo que busqué por internet cómo ver los materiales originales. Incluso he localizado las novelas originales en las que se basan las producciones de animación. Ya veremos si las leo o no en un futuro. La serie principal y central de este universo es Yojōhan Shinwa Taikei [四畳半神話大系, las crónicas mitológicas de los cuatro tatamis y medio], aunque se suele titular fuera de Japón como The Tatami Galaxy. Primero… voy a explicar la cosa de los tatamis. Para mucha gente, un tatami es el tipo de suelo propio de las casas tradicionales japonesas, realizado con planchas de paja originalmente, aunque hoy en día se usan materiales diversos. Pero también es una unidad de medida para la superficie de las habitaciones, porque cada plancha de tatami está normalizada a unas dimensiones en torno a los 90 x 180 cm, aunque varían por regiones. Así,… una habitación de 6 tatamis tendría una superficie de 0,9 x 1,8 x 6 = 9,72 metros cuadrados. Y la habitación de Watashi [私, la forma más popular y común de decir yo en japonés], el protagonista de nuestras historias, sería la de una residencia universitaria de 0,9 x 1,8 x 4 = 7,29 metros cuadrados. Cuatro tatamis y medio es muy versátil porque las planchas se pueden disponer de diversas formas, en una configuración perfectamente cuadrada de 2,7 metros de lado. No muy grande verdad. Una plancha de 90 x 180 cm es similar a las camas individuales de 90 cm que se pueden encontrar en países occidentales. Suficiente si la persona no es muy alta.

La serie original consta de 11 episodios. Y la tónica general es que cada uno de ellos es como si fuera lo que sucede a Watashi en sus dos primeros años de estudiante universitario en diversos universos paralelos, dependiendo de las elecciones que realiza al llegar a la universidad en su primer año, especialmente en lo que se refiere a los clubes universitarios a los que se apunta. Su aspiración al llegar a la universidad es pasárselo lo mejor posible, disfrutar de la vida universitaria y vivir romances con hermosas «doncellas de cabello negro» [Kurokami no otome 黒髪の乙女] Pero indefectiblemente todas las alternativas acaban en catástrofe, especialmente por la intervención de su amigo Ozu, cuyo aspecto es el de un yōkai [妖怪, espíritu o criatura de carácter malévolo] Y nunca consigue pasarlo bien y ligar, aunque la doncella de pelo negro que busca está ahí, es un compañera un año menor llamada Akashi. Así es durante los seis primeros episodios. Luego hay tres en los que se centran sobre sus opciones de ligue entre tres mujeres, una atractiva estudiante que trabaja como higienista dental, una muñeca hinchable muy realista, y una chica a la que no conoce, pero con la que se cartea. Y finalmente, los dos episodios finales, en los que una de las versiones de Watashi descubre que ha estado viviendo en realidades alternativas centradas alrededor de la habitación de cuatro tatamis y medio, y queda metido en un bucle del que habrá de salir para poder continuar con su vida.

Esta serie es fenomenal. Es imaginativa, original, muy dinámica, llena de personajes divertidísimos que se repiten, pero nunca son iguales, juega de forma divertida con el concepto de universos paralelos a partir de unas decisiones originales y, por encima de todo, es una romántica historia de un amor que «nunca» llega a materializarse con una chica absolutamente encantadora, casi ideal, cuyo único defecto parece ser su irracional terror hacia las polillas. Pero la cosa no queda aquí.

La serie es de 2010, basada en una novela de 2004 de Tomihiko Morimi. Que en 2006 escribió otra novela, Yoru wa Mijikashi Aruke yo Otome [夜は短し歩けよ乙女, la noche es corta, la doncella pasea], que narra el after party de una boda a la que asisten como invitados Kōhai/Kurokami no otome [ya hemos mencionado que la segunda denominación es doncella de cabello negro, 後輩 hai sería un estudiante más joven respecto a otro de un curso superior], una chica, y Senpai [先輩, un estudiante mayor respecto a otro de un curso inferior], un chico. Y Senpai está colado por Kurokami no otome. Y mientras la chica pasa numerosas aventuras, pasándoselo estupendamente, disfrutando de la vida y de la relación con otras personas, el chico las pasas canutas, metido en problemas constantemente mientras intenta acercarse a la chica y declararle su amor. La cuestión es que en 2017 se adaptó a una película, quedando meridianamente claro que es una historia alternativa más en Tokio, alrededor de los personajes de The Tatami Galaxy, en otro universo paralelo a los anteriores. Y es enormemente divertida y disfrutable, con una animación estupenda, muy expresionista, llena de acción y buen rollo. Y, también, muy romántica.

El descubrimiento de este universo de universos paralelos en torno a la vida universitaria en Kioto ha sido un descubrimiento absoluto. Me lo he pasado como pocas veces, y me han entrado ganas de más. Aparte de «enamorarme» perdidamente de las «doncellas de cabello negro» que, por lo demás, nunca me han hecho caso. Siempre he tenido más éxito con las rubias, naturales o no. Muy recomendables. La serie y la película… de las chicas/mujeres, cada cual se las verá con quien quiera o pueda.

[TV] Cosas de series; nuevas versiones y recuperaciones de personajes (unas mejores y otras desafortunadas)

Televisión

Las dos series que traigo hoy me interesaron desde el momento en que las vi anunciadas. Una, con cierta esperanza y buenas expectativas; la otra, con escepticismo. Ya es triste esperar las novedades del universo Star wars, con lo que nos marcó a toda una generación, con escepticismo… incluso pesimismo. Pero así son las cosas gracias a Lucas y Disney…

Allá por el mes de agosto del año 2011, un momento de mi vida en el que andaba necesitado de historias optimistas y bonitas porque había muchas cosas a mi alrededor que no funcionaban bien, vi en televisión la adaptación cinematográfica de la primera novela de Audrey Niffeneger, The Time Traveler’s Wife. Me gustó. Me puso de buen humor. Incluso si el corolario de la película como historia de amor es un poco melancólico. Leí poco después la novela… pero no me entusiasmó en exceso, sin considerarla una pérdida de tiempo. Recientemente se ha emitido la primera temporada de una serie de televisión que revisa la historia. Con la pelirroja Rose Leslie al frente, recordemos que la protagonista de la historia es la mujer, no el viajero en el tiempo, aunque lo podamos considerar coprotagonista, la cosa prometía. Sólo han sido seis episodios, muy dinámicos. Como digo, revisa la historia, puesto que la amplía; nos habla de posibles cosas que pudieron pasar en la relación en las que por extensión, o voluntad de la autora, no se entraba. Con lo cual, aumentan los temas que explora la narración, además de los básicos, el rol de las personas en una relación romántica, la pérdida y el duelo, el libre albedrío, el determinismo, el azar en nuestras vidas,… Globalmente considerada, hasta ahora, la serie es correcta, yendo de menos a más. Conforme avanzan los episodios se crece. Pero sobretodo, y como podíamos esperar, el pilar fundamental de la serie son sus intérpretes. La capacidad de generar empatía y solidaridad es importante en esta historia para poder engancharse a ella. Y ese es el principal activo de esta producción, con sólo seis episodios por temporada, lo que la hace muy visible.

Obi-Wan Kenobi… Uno de los personajes más potentes y carismáticos del universo Star Wars, y también uno de los más desaprovechados. Con una presencia pequeña pero fundamental en la trilogía original, el inolvidable Alec Guiness le daba un carácter muy definido e interesante. Grave en los asuntos, pero ligero en las formas. Un tanto guasón. Con sentido del humor. Discreto. Dedicado. Muy británico… si lo piensas bien, en unas películas en las que casi todos los «malos» tienen acento británicos, mientras que los «buenos» tienen acento norteamericano. En la segunda trilogía, tan floja e inconsistente, se nos presentaba una Kenobi mucho más joven, pero en la que Ewan McGregor sabía mantener la personalidad del personaje, uno de los más consistentes y bien definidos en la saga. Y sin embargo, el carácter del conflicto con Anakin Skywalker en la película en la que se pasó al lado oscuro, fue excesivamente simplista. Incluso con líneas de guion que hacen sonrojar por vergüenza ajena. Con todos estos antecedentes, todo aficionado a la saga, a pesar de los desmanes que se han cometido con ella, ha querido siempre saber y disfrutar más del personaje. Pero precisamente, por los antecedentes… el miedo invade el ánimo cuando se anuncia la serie.

La serie del mismo nombre que el personaje protagonista consta de sólo seis episodios que oscilan entre los 36 y los 53 minutos de duración. Y en el primer episodio ya se definieron las dos características que rebajaron de forma espectacular, casi catastrófica, las expectativas que pudieran haberse puesto en esta producción. La primera es el cambio de carácter del personaje, que no se recupera en ningún momento a lo largo de la serie. Tenemos a un Obi-Wan serio, timorato, incapaz de manejar el largo plazo, desesperanzado, totalmente distinto, de forma injustificada desde mi punto de vista, al que abandonamos al final de la película en que entrega a Luke a sus tíos en Tatooine. La segunda es que sigue la estela del mandaloriano, pero con poca fortuna, a la hora de plantear unas aventuras de héroe/antihéroe con niño. Pero donde la interacción entre Mando y baby Yoda (me niego a usar el horrible nombre que le pusieron) era divertida, motivadora e impulsora de la relación, la interacción entre este deslucido Kenobi con una repipi y repelente baby Leia resulta cargante por momentos. La serie no es una catástrofe, pero le falta alma. Y desparpajo. Le falta naturalidad, espontaneidad y desparpajo por toneladas, aquellas cualidades que dieron el carisma a la saga original y al personaje de Obi-Wan. A Disney le falta imaginación. En su ADN actual sobran los genes del tío Gilito (Scrooge McDuck), y su ambición de dinero, y le faltan aquellos que le den ingenio, creatividad, originalidad y aprovechamiento del buen material de base. Les falta el ADN del Mickey Mouse aprendiz de brujo. Pero al emporio que han montado agrupando franquicias que se dedican a entretener adocenando,… no creo que haya quien lo encarrile.

[TV] Cosas de series; un poco de animación oriental, sobre todo Star Wars a la japonesa

Televisión

Que en los últimos tiempos veo menos televisión es una obviedad. Desde mayo estoy en una pelea cotidiana por conseguir eliminar todos los kilos que me sobran, o por lo menos la mayor parte de ellos. Y de momento no voy mal. Pero eso conlleva, además de una dieta rigurosa, procurar dedicar suficientes horas al día a realizar ejercicio cardiosaludable. No es que haya tenido problemas de salud específicos. Es que no quiero tenerlos en el futuro. O al menos, disminuir ampliamente la probabilidad de sufrirlos. En salud, nada es seguro, todo es posible, aunque unas cosas sean más probables que otras. Así que llegados a este punto tenía poco que comentar. Poquito. Habrá que contentarse con algo de animación oriental.

Los santuarios y los barrios antiguos de Ise nos servirán para ilustrar una entrada con una serie que combina las tradiciones niponas con el universo Star Wars.

Desde China llega a través de Netflix Xian wang de richang shenghuo 仙王的日常生活, que se traduciría como La vida diaria del rey de las hadas, aunque oficialmente le han dado el título en español de La vida diaria del rey inmortal. La serie no es gran cosa en su realización y en sus argumentos, que tiran más bien a la comedia adolescente, pero curiosamente de forma global resulta entretenida. Sin más. Es una producción china por parte del mismo estudio que una razonablemente interesante antología de tres historias cortas que ya vimos no hace mucho, en la que se confirma que en China hay interés por copiar las fórmulas de éxito del anime japonés. Con tradiciones propias. En esta ocasión, cogen a una serie de seres del mundo fantástico, mágico o celestial, y los ponen en lo que sería el «Hogwarts» chino. Ya digo, nada especialmente memorable, pero suficientemente entretenido para colar uno de sus episodios de poco más de 20 minutos en ratos muertos hasta que te ves la serie. En dos meses, como me sucedió a mí.

Mucho mucho mucho más interesan es Star Wars: Visions. O quizá debiéramos decir Sutā Wōzu: Bijonzu スター・ウォーズ:ビジョンズ. Pero bueno,… esto último no es más que la forma en que los nipones pronuncian el título en inglés. Después de darle una vuelta al pensamiento, he llegado a la conclusión que esta es la producción del universo Star Wars más interesante y estimulante, junto con The Mandalorian y su Baby Joda, desde The Empire Strikes Back. Es lo que hoy en día se llama una antología, de nueve episodios, de corta duración, creo que se mueven entre los 13 y los 23 minutos, por lo que se ve enseguida, realizados con libertad creativa en estilo y guion por una serie de estudios y directores orientales, en su mayoría japoneses, aunque hay uno español y otro coreano, que trabajan para estudios japoneses. Las historias no tienen porqué adherirse al canon de la franquicia, siendo libres sus creadores de situarlas en el tiempo y entorno de su preferencia. Y lo que han conseguido es una delicia animada, que demuestra claramente que salirse de los caminos mil veces recorridos es mucho más positivo que insistir sobre ellos. De varios de los episodios, a mí me gustaría ver series completas dedicadas a esos personajes y a esas historias. Fenomenal, sobresaliente. Altamente recomendada. No sé a que estáis esperando… Y mandar a tomar viento fresco a las tontadas que dirige sin ninguna originalidad el mamón de J. J. Abrams, que tanto daño han hecho a las historias de nuestro universo de ficción favorito hasta que el propio George Lucas hace 20 años y Abrams recientemente decidieran destrozarlo.

[Cine] Star Wars: Episode IX – The Rise of Skywalker (2019)

Cine

Star Wars: Episode IX – The Rise of Skywalker (2019; 67/20191219)

Tuve clara la opinión que tenía sobre esta película desde el momento en que salí del cine. No es de las que necesite un tiempo de reflexión o reposo para digerir lo que he visto. Esto estaba claro y diáfano, desde el momento en que salen los créditos y a la actriz protagonista de la película, Rey (Daisy Ridley), la relegan a la cuarta posición en el orden del reparto, de está película firmada por el extrañamente sobrevalorado J.J. Abrams.

He esperado a comentarla al día de Navidad, confiando en el extraño espíritu de concordia y solidaridad postiza que aparece en estos días, y que brilla por su ausencia el resto del año, evite que algún fan-talibán de la saga me crucifique en algún mensaje por correo electrónico como en la película de hace dos años. El tono era tan sumamente desagradable que hasta al energúmeno o energúmena en cuestión, no había una identificación clara, debió considerar inapropiado mandar el texto como un comentario público al pie de la entrada. Y eso que en aquella ocasión alababa algunas decisiones del director, pero no por eso dejaba de quejarme de otras debilidades de la película. Que si me hubiera gustado sin condiciones supongo que a estas alturas no me contaría entre el número de los vivos… lo cual me hubiera ahorrado el presenciar algunas de las probablemente más vergonzantes escenas de la saga, firmadas por Abrams… un señor, que es tiene oficio a la hora de rodar escenas de acción, pero que por más que buceo en su filmografía creo que nunca ha tenido muchas cosas interesantes que contar. No os engañéis con aquella serie de televisión; creo que le salió de casualidad, y ni siquiera él sabía de qué iba en realidad. Tal vez en aquella otra

Creo que una de las producciones más divertidas y con mejor guion que conozco de la saga Star Wars es la atracción de Disneyland París, «Star Wars: la aventura continua». Desde luego, quien la haya creado está muy por encima del nivel que ha demostrado J.J.

Este «ascenso de Skywalker», extraño título, justificado con calzador en la última escena de la película, se puede resumir en un extraño correcalles de una punta a otra de la lejana galaxia, corriendo como pollos descabezados, en un espacio temporal que se supone que son «16 horas», 16 inverosímiles horas sean cuales sean las extrañas leyes de la física en el universo que imaginó el tío Gilito de Hollywood. Para llegar a un final absolutamente previsible, puesto que se mantiene la idea de que cada película tiene que ser en parte un espejo con su referente de la trilogía original. Hay algún dato sorprendente… pero bueno, de alguna forma había que justificar el elegir una actriz británica con un fuerte acento de inglés británico al hablar. Sí,… son cosas de las que sólo te enteras si ves las películas en versión original. En la serie original, todos los imperiales más Obi Wan (Alec Guinness), tienen acento inglés británico, mientras que los rebeldes tienen acento inglés americano. Darth Vader Hace unos días me di cuenta que hay aficionados actuales de Star Wars que no tienen ni idea de quién es Alec Guinness… En fin. Darth Vader (David Prowse/James Earl Jones) estaba encarnado por un británico, pero la voz era de un norteamericano… pero como estaba distorsionada, igual da.

El tiempo… La gestión del tiempo interno y las elipsis nunca ha sido el fuerte de la saga. Pero ya, el desmán de Abrams al respecto en esta película nos lleva a situaciones absolutamente surrealistas. O más bien, dadá. Claro que como va acompañada de un guion que está situado como en la otra punta de la galaxia con respecto al que Leigh Brackett y Lawrence Kasdan para la incontestablemente mejor película de la saga… Quizá el momento más vergonzante llega al final de la película cuando tras un festival de muertes y resurrecciones más propio de Semana Santa que de las fechas navideñas, se produce el beso más fuera lugar de todos los universos del multiverso, y que salvo para alguna shipper incorregible, lleva al conato de la carcajada a cualquier espectador inteligente de la sala.

Abrams se dedica a destruir de forma sistemática y cuidadosa todo lo que de novedoso e interesante propuso Rian Johnson en el episodio VIII de la saga, haciendo de esta película un evento absolutamente prescindible de la misma, siendo que con sus defectos es una de las más interesantes, precisamente por su iconoclastia y por imaginar que en el universo Star Wars puede haber ideas que no sean banales maniqueísmos destinados a generar nuevos muñequitos para su venta en las tiendas Disney. Si no fuera una película de Star Wars, diría que es una película bastante entretenida, sin mucho sentido, simplemente el de hacer pasar un buen rato a niños y adolescentes. Pero claro… algunos llevamos en esto desde que teníamos 13 o 14 años en 1975… y no somos ni niños ni adolescentes, y hemos visto que es universo que admite tramas más serias y comprometidas sin comprometer la diversión.

Queda por el camino la sensación de derrota. De que el vencedor real es el imperio. El de los plutócratas, por su puesto. Muchos dijimos al enterarnos de la compra por Disney de los derechos de la franquicia aquello de «I have a bad feeling about this». O como lo expresaron otros, de una forma mucho más calamariana, «It’s a trap». Y así ha sido. A pesar de que las peores película de la saga siguen siendo los episodios I, II y III, que sin embargo contenían buenas ideas, que Lucas no fue capaz de llevar a la práctica con la brillantez exigida, la galaxia de Disney nos ha ofrecido tres películas entretenidas que, sin embargo, salvo la segunda, el episodio VIII, carecían por completo de ideas. Por el camino ha quedado el fracasado intento de llevar a la franquicia una protagonista femenina, la masa de aficionados a la saga ha demostrado ser una panda de machistas de mucho cuidado, aunque la propia Disney ha contribuido también ha ello, así como de introducir otros elementos de aire fresco al conjunto de la historia. Al final, no es que la historia sea cíclica y se repita. Es que la inteligencia y la imaginación están despareciendo en Hollywood y parece que lo único que se espera es repetir las mismas situaciones una y otra vez hasta el hartazgo. Es lo que les funciona con los superhéroes de Marvel, inanes como no puedan ser otros… y es lo que al final han acabado aplicando a nuestra querida y maltratada galaxia muy muy lejana.

Y sí,… J. J. Abrams pasa a ocupar uno de los puestos de cabeza de mis más odiados directores de cine.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] Solo: A Star Wars Story

Cine

Solo: A Story of Star Wars (2018; 29/20180524)

Visita obligada a las salas de cines para todos los que iniciamos en nuestra adolescencia una aventura en un mundo absolutamente nuevo y desconocido hasta el momento. Hoy en día, los niños y adolescentes alternan entre una diversidad de franquicias en lo que se refiere al cine de aventuras. Pero en aquella época, a mediados de los años 70, la aventura clásica, la ciencia ficción y el western estaban prácticamente desaparecidos o condenados a las series B… o Z… Y fueron la mano de George Lucas, Star Wars, y Steven Spielberg, Indiana Jones, con Harrison Ford como presencia común a ambas historias las que rescataron para el cine con mayúsculas el género de la aventura. También con mayúsculas.

Dejando aparte su protagonismo absoluto en las aventuras del arqueólogo, Harrison Ford es una de las piedras angulares del éxito de de la saga galáctica. Han Solo, un personaje secundario, el fiel compañero del héroe, se ganó inmediatamente por aclamación de los espectadores el derecho a ser considerado uno de los grandes protagonistas de la serie. Especialmente, dada la sosería innata con la que vinieron al mundo sus dos compañeros más jóvenes. No es infrecuente en el género de aventuras que el malo y el compañero del héroe sean los personajes que realmente sazonen y conviertan en algo digno de ser contado el camino del protagonista hacia esa condición heroica. La segunda película de la saga confirmó a Solo como un el gran canalla de buen corazón que muchos varones quieren ser y con el que muchas señoras quieren ligar.

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Toda historia «Star Wars» va acompañada de nuevos paisajes planetarios, que suelen oscilar entre los fríos helados y los desierto abrasadores. En esta ocasión los fríos helados se corresponden con una de las más entretenidas secuencias de la película, el asalto al tren del dinero… uy, perdón,… del «coaxium». Parece que rodada en los Dolomitas, lo sustituiremos por paisajes nevados de los Pirineos a efectos de ilustrar esta entrada.

Pero desde entonces han pasado unas cuantas décadas. Nos hemos puesto un poco mayores. Y las reglas del cine y su mercadotecnia han evolucionado. Tras una trayectoria más irregular que lo que muchos quieren admitir, Harrison Ford se nos ha hecho mayor, y ya no está en las aventuras galácticas actuales. Y frente al cuentagotas con el que nos fueron llegando las películas iniciales de la saga, hoy en día, la forma en que se desarrollan las películas de las más notables franquicias llevan otros ritmos y otros planes. Y eso se nota en la saga galáctica. Desde que en diciembre de 2015 volvió con el episodio VII de las aventuras de los Skywalker, nos han llegado ya cuatro películas. Algo más de una al año. Muchos consideran que esto es un exceso. Pero fíjense, de películas de superhéroes de la Marvel, sólo en 2018 habrá cuatro películas de las que controla directamente Marvel Studios, bajo el paraguas directo de Disney. Sin contar aquellas cuya producción es controlada por Fox y Sony. Las cosas han cambiado mucho en los últimos cuarenta años en la forma de hacer cine de aventuras. Y es difícil que los que renacimos a este cine de la mano de Harrison Ford, tras nuestra época infantil de cine de reestreno, peplums y spaghetti western, nos acostumbremos a esta situación. Yo, por ejemplo, nunca me he hallado cómodo con el cine superheroico. Sinceramente, todas las películas de este género me parecen absolutamente iguales y, tras ver alguna, superfluas. Pero sus fans están encantados de ver una vez tras otra la misma película con cambios cosméticos en su argumento y sus personajes.

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De la mano de Ron Howard, tras «diferencias artísticas» con los directores previstos inicialmente, llega de nuevo a las pantallas Han Solo, pero no Harrison Ford. Howard es un director irregular, con muchos éxitos de taquilla, alguna película buena, y muchas sobrevaloradas. Mostrando el interés del estudio por que la cosa saliese bien, los guionistas de la película son los Kasdan, padre e hijo. Al fin y el cabo, el padre participó en el guion de la película más valorada de la saga, la que consagró a Han Solo con su dramático final en la carbonita. La gran cuestión era… ¿y a quién ponemos como Han Solo… ahora que no podemos contar con Harrison Ford?

La historia no tiene mucho misterio. Han cogido las diferentes referencias que en las películas originales y en algún otro producto colateral había al pasado de Solo (Alden Ehrenreich, finalmente), y las han fundido en un argumento clásico de aventuras. Que si nacido en Corellia, que si tuvo un pasado en el ejército imperial, que si le gano a Lando (Donald Glover, en la actualidad) el Halcón Milenario en una partida de naipes, que si hizo el corredor de Kessel en 12, o 14, pársecs… suponiendo que los guionistas supieran en su momento lo que era un pársec (unidad de longitud equivalente a 3,26 años luz, más de 30 billones de kilómetros). La única innovación es que el macguffin de la historia es que al héroe lo mueve una mujer, Qi’ra (Emilia Clarke, madre de dragones, nacida de la tormenta, khaleesi de los…. ¡a no que eso es otra historia!), de dudosa afiliación política, sociológica y ética.

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¿El resultado? Pues para qué creéis que he hecho una introducción tan larga. Para poder afirmar que es una película de aventuretas al uso, que no tiene ni puede tener un protagonista con un carisma comparable al Han Solo original. Que el estudio no se ha atrevido a arriesgar, ha ido a jugar sobre seguro en lo que se refiere a la historia, sin un ápice de innovación, especialmente después de la división de opiniones del respetable en el episodio VIII. Y que por lo tanto pasará a la historia como un ni fu ni fa cinematográfico. Ni tan catastrófico como los más críticos proclaman, ni tan estupendo como los más entregados al modelo de cine de franquicias nos van decir. Y que lo peor con ventaja es la presencia de Emilia Clarke, una chica monísima, pero de un mediocridad interpretativa notable. El chico nuevo… pues un pardillo haciendo de pardillo. Ni se nota, ni se mueve, ni… Punto positivo para Woody Harrelson y, si le hubiesen dado más cancha, para Thandie Newton. Indiferencia absoluta por mi parte para Glover, cuyo androide favorito L3 roza en algún momento el ridículo, convirtiéndolo caso en un sustituto de Jarjar Binks en mi odio galáctico.

Nos han dejado las puertas abiertas a muchas secuelas. ¿Seguiremos viendo nuevas aventuras de Han Solo? Quizá deberíamos dejar al personaje en paz ¿Será la ambigüa Qi’ra, con la sorprendente revelación final de quién es su jefe, la que de lugar a una rama colateral en la saga galáctica? Con una actriz más consistente, no me importaría… pero esta chica tan sosa… O quizá nada de eso. Porque parece que las taquillas no van a dar los réditos previstos. Quizá porque la franquicia Star Wars no se ajusta a la de los héroes Marvel… y en Disney no lo tienen claro.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

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[Cine] Star Wars: Episode VIII – The Last Jedi (2017)

Cine

Star Wars: Episode VIII – The Last Jedi (2017; 512017-1512)

Vayamos con la última entrega de nuestra saga galáctica favorita, que en castellano le ha sido otorgada el título de «Los últimos Jedi», aunque no veo problema en que fuese «El último Jedi». Estos malditos anglosajones que no flexan los complementos por género y número… y encima con la palabra «jedi» que siendo un sustantivo tampoco lo hace… Bueno,… si nos dicen que es plural, con el plural nos quedaremos.

Hace ya una semana y un día que vi la película. Y como es tradición en los últimos años, la vi dos veces. El día del estreno en versión original con los amigos, en la matinal doblada del domingo con la familia. Viene bien verla más de una vez porque desconcierta. He tenido alguna petición de retrasar el comentario para permitir que alguna gente que me lee la viese primero… pero es que se me van a acumular las películas. Ya tengo otra en lista de espera, y con los estrenos de esta semana, y teniendo en cuenta que la que viene tengo fiesta, igual caen con facilidad un par más. Con lo soso que ha estado el otoño, parece que la cartelera se pone interesante de golpe.

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El asomar de la luna en el horizonte, o la puesta de sol en el extremo opuesto del mismo, y todo lo que puede pasar entre ambos instántes… Hoy, claro está, levanto mi cámara hacia las estrellas para ilustrar esta entrada.

No voy a hacer un resumen introductorio del argumento, para evitar cualquier tipo de destripes. Sólo haré un comentario de mis impresiones, y por qué creo que le ha faltado poco para ser una genialidad a esta película, que finalmente se queda a un paso, quizá más amplio de lo deseable, de serlo.

No hace falta decir que la factura de la película es de primer nivel. El binomio Lucasfilms-Disney no hacía suponer otra cosa. Pero además, el toque que le da Rian Johnson es muy muy muy interesante en el aspecto visual. Lástima que se prodigue tan poco. Su anterior y muy muy muy interesante largometraje es de 2012. Cinco añitos. Querríamos ver más de este director.

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Pero donde Johnson rompe con lo anterior y dota de innegable interés a esta película, como producto singular dentro de la saga, es en el tono y en el fondo. Respecto al fondo, estamos ante la película más comprometidamente política de la saga. Salvo algunos momentos en «los clones», la saga ha sido poco política. Orientada hacia el eterna lucha maniquea entre el bien y el mal, los bandos en disputa han sido demasiado obvios y simples desde ese punto de vista. Pero aquí Johnson aprovecha para introducir matices. No a lo grande… pero son detalles aquí y allá que cambian el tono del universo star wars, especialmente en el lado de los buenos. El mensaje es claro. Para que la democracia y la justicia social triunfen no se necesitan héroes de leyenda sino líderes con la cabeza bien puesta. Porque el «lado oscuro» siempre se pone de acuerdo en sus intereses y no le cuesta seguir a algún «lider supremo» que se ponga a tiro y les venga bien. Si no es uno será otro. Lo que importa es el poder. Que cada cual interprete los mensajes políticos que arrastra la película como le venga bien.

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Esta nueva orientación,… desconozco si se mantendrá. Parece que frente al monolitismo que ejercía el tío Gilito del cine, Disney ha decidido dar libertad a los directores de cada entrega por lo que el tono puede variar de una a otra. Ha variado del episodio VII al VIII, y el IX viene de la mano del mismo director que el VII… así que… En cualquir caso, viene sustentada por un humor irónico e iconoclasta que impregna el filme de principio a final, que en no pocos casos está causando desconcierto en los fans, incluso hasta el punto de causar rechazo. La forma en que va destrozando la película muchos de los símbolos de la saga,… la figura del aviador infalible,… la omnipotencia de un lider,… las reacciones de un mentor,… Creo que sólo Obi Wan Kenobi en las películas anteriores había mostrado algunos de los aspectos irónicos que ahora aparecen por doquier. Esta crítica interna al propio universo star wars a través del humor, que puede permitir una reorientación haciendo más adulto esta saga, sin que por ello deje de estar abierta a un público amplio, le puede sentar muy bien. Ójala se mantenga.

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Pero ya he dicho que la película se queda a un paso, a un escalón, amplio, de la genialidad. ¿Por dónde le vienen los problemas? Por el guion, del propio Johnson. La propuesta del director y guionista es de duración excesiva, y con arcos argumentales dentro de la película que por más vueltas que le doy, si los suprimes, no pasa nada. A penas se justifican para presentar a algún pequeño personaje que hace una pequeña acción importante, pero que se podría haber introducido de forma más económica. También hay alguna situación que por más vueltas que se le dé resulta un poco tontorrona tal y como se plantea. Cierto suicidio es un muy claro. Pero no diré más por no destripar. Estas flojeras del guion restan valor al conjunto,… lamentablemente. Ya digo. Con un guion mejor ensamblado,… una genialidad de película.

 

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El reparto está bien. Esta saga siempre es más de personajes que carismáticos que de interpretaciones virtuosas, pero bueno, el nivel es más que aceptable. Creo que el personaje de Rey (Daisy Ridley) está ligeramente desaprovechado, especialmente porque creo que esta actriz vale bastante. Pero Mark Hamill está mejor que nunca… siempre fue el más flojo del trío protagonista original. Mención especial para la vicealmirante Holdo (Laura Dern). Un poco decepcionante DJ (Benicio Del Toro), el nuevo caradura de la saga. Algo que no he dicho es que la película funciona como una imagen en un espejo deformado del episodio V, con algunos elementos que son guiños o préstamos del VI. Sí el VII era un remake encubierto del IV, esperemos que ya el IX sea totalmente original. En este aspecto, DJ sería una imagen especular deformada de Lando Carlrissian, y no cuento más.

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Creo que la película está bien situada dentro de la saga. Es difícil situarla… para mí, a diversos niveles, desde el intelectual al emocional, el Imperio siempre será la mejor. Y la película original siempre tendrá el mérito de ser eso, la original. A partir de ahí, ¿es la tercera mejor? El Despertar es una película argumentalmente mejor armada, pero arriesga muy poco, siendo como ya hemos comentado un remake encubierto de la original. Esta que nos ocupa hoy tiene más calado y despierta más interés desde muchos puntos de vista, pero arrastra algunos defectos en su armazón que no dejan de ser demasiado evidentes. Así que es cuestión de gustos. Ya diréis.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***/****

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[Cine] Rogue One: A story of Star Wars (2016)

Cine

Rogue One: A Story of Star Wars (2016; 652016-1512)

La toma de las riendas de la factoría Disney sobre Lucasfilms Ltd y sobre la franquicia Star Wars se hizo especialmente notoria cuando anunciaron que, fuera de las películas de la serie principal, iba a ver películas derivadas de la misma, con protagonistas diferentes y autoconclusivas. Y esta que tenemos con nosotros es la primera de ella. Primera cosa que dijo mi sobrino de siete años cuando la vio…

Pues esta tendría que ser la primera película y no el Episodio IV.

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«Rogue One» empieza en el planeta Lah’mu, donde la familia Erso vive escondida como granjeros, escondiéndose del Imperio Galáctico… un planeta que se parece mucho al sur de Islandia, en los alrededores de Vik y Myrdal.

Efectivamente… La trama de esta película, dirigida por el británico Gareth Edwards, está perfectamente integrada en la serie principal. ¿Cuál es esa trama? Copio literalmente, en inglés,…

It is a period of civil war. Rebel spaceships, striking from a hidden base, have won their first victory against the evil Galactic Empire.

During the battle, Rebel spies managed to steal secret plans to the Empire’s ultimate weapon, the DEATH STAR, an armored space station with enough power to destroy an entire planet.

Pursued by the Empire’s sinister agents, Princess Leia races home aboard her starship, custodian of the stolen plans that can save her people and restore freedom to the galaxy…

Traduzco al castellano por si alguien no entiende, no le suena, no lo reconoce… Uso la traducción usada en España. En Centro y Sudamérica parece que fue distinta aunque similar…

Nos encontramos en un periodo de guerra civil. Las naves espaciales rebeldes, atacando desde una base oculta, han logrado su primera victoria contra el malvado Imperio Galáctico.

Durante la batalla, los espías rebeldes han conseguido apoderarse de los planos secretos del arma total y definitiva del Imperio, la ESTRELLA DE LA MUERTE, una estación espacial acorazada, llevando en sí potencia suficiente para destruir a un planeta entero.

Perseguida por los siniestros agentes del Imperio, la Princesa Leia vuela hacia su patria, a bordo de su nave espacial, llevando consigo los planos robados, que pueden salvar a su pueblo y devolver la libertad a la galaxia…

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Sí, los fans de la serie habrán reconocido de inmediato el texto inicial de la película Star Wars (La guerra de las galaxias), más tarde rebautizado con las historias esas del episodio IV y la nueva esperanza… Pero es que es eso exactamente lo que nos cuenta la película. Por lo menos en su parte más interesante, el ataque sorpresa de un comando rebelde, posteriormente ayudado por una parte de la flota espacial de guerra rebelde, a la base imperial de Scarif, donde se encuentran los archivos espaciales con, entre otras cosas, los planos de la Estrella de la Muerte que fueron robados y que constituyen el macguffin de la película original de la saga. Argumentalmente, ambas películas son continuación inmediata una de la otra.

Y hasta aquí lo bueno. La magníficamente planteada batalla entre ambos bandos, que recuerda a algún episodio histórico en el que una escaramuza acaba convirtiéndose en una batalla de consecuencias decisivas. Como la historia de lo que pasó después, aun a riesgo de que parezca un espoiler, podemos adelantar que la batalla fue de resultado incierto desde el punto de vista táctico, pero una victoria rebelde desde el punto de vista estratégico.

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El problema de esta película ha venido señalado en varios medios con los que coincido en gran medida. Para llegar a ese punto nos cuenta una historia previa sobre los componentes del comando que inicia la confrontación en Scarif, que intenta explicarnos quienes son y cuales son sus motivaciones. Y sirven de excusa para inventarse unos cuantos mundos nuevos y montar unas cuantas trifulcas. Y para encajar un montón de guiños hacia el colectivo de fans más acérrimos, que pueden ser más o menos divertidos, pero que en realidad resultan superfluos.

La historia personal más importante es la de la joven Jyn Erso (Felicity Jones) hija del ingeniero jefe que de modo forzado colabora en la gestación de la estrella de la muerte, Galen Erso (Mads Mikkelsen). Juanto a ella, un capitán del servicio de inteligencia rebelde, Cassian Andor (Diego Luna), uno de los personajes más pobremente desarrollados de la historia, un par de aventureros que recogen por el camino y que podrían haber dado más de sí, Chirrut îmwe (Donnie Yen) y Baze Malbus (Wen Jiang), un piloto renegado imperial, Bodhi Rook (Riz Ahmed), y un robot relativamente cachondo, K-2SO (con la voz de Alan Tudyk). También pasa por ahí con más pena que gloria un lider extremista rebelde Saw Gerrera (Forest Whitaker). Como digo… este grupo diverso (actores británicos, daneses, chinos, de origen indio, mejicanos,…) va siendo presentado en una serie de escenas de acción más o menos conseguidas, pero que resultan poco cohesionadas, con poco ritmo. Mientras, conocemos también al antagonista, el director Krennic (Ben Mendelsohn), alto cargo militar del imperio responsable de la construcción del arma definitiva.

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Esta película vive de un subgénero clásico en la historia del cine; las películas de comandos. Los comandos fueron un invento inglés de la Segunda Guerra Mundial. Con el continente invadido por los alemanes, crearon una serie de fuerzas de intervención rápida, de reducido tamaño, que afrontaban objetivos de sabotaje, recogida de información, ayuda a los movimientos de resistencia, con mayor o menor éxito. Esto dio lugar a una serie de película del género bélico que tiraban de este tipo de acciones militares. Y que estaban todas cortadas por un mismo patrón. La presentación de los personajes, que con frecuencia eran tipos duros, patibularios en ocasiones, marginales dentro de la sociedad y del ejército. Después venía el entrenamiento en el que surgen las disputas personales, pero se crea también la cohesión del grupo. Se produce la misión principal, precedida o no de alguna de prueba, donde el número de bajas es alto, y culmina con un mayor o menor despliegue de pirotecnia, o metidos en una batalla de mayor proporciones. Ver películas como The Guns of Navarone (Los cañones de Navarone), The Dirty Dozen (Doce del patíbulo), The Heroes of Telemark (Los héroes de Telemark), por mencionar algunas, y sin pretender ser exhaustivo ni nada.  Y el grupo «Rogue One» es descendiente directo de estos comandos. Pero sin haberse aprendido las claves para una presentación rápida y efectiva de los personajes.

Tenemos por lo tanto una película con dos parte muy definidas, una poco conseguida y otra de buen nivel, que es la que hace que salgas del cine con buen sabor de boca. La película tiene problemas de reparto. Diego Luna no da la talla. Whitaker es prescindible, y otros personajes/intérpretes están desperdiciados en su potencial. Felicity Jones hace un trabajo meritorio en hacer creible a su personaje, pero este tiene también defectos en su concepción, en sus motivaciones y en su evolución. Todos estos síntomas son indicativos de un guion, firmado nada menos que a cuatro manos, que tiene lagunas notables. Anecdótica me parece en estos momentos la presencia de Darth Vader (con la voz original de James Earl Jones), que se limita a un par de presencias de las cuales sólo una tiene real interés más allá de satisfacer las ansiedades de los fans más acérrimos. Y también el hecho de que haya personajes virtuales generados por ordenador. También son guiños al fan, se puede en algún caso considerar un homenaje al original, por supuesto son alardes tecnológicos que aportan poco realmente, y son superfluos.

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Sabor agridulce el que nos deja este filme. Con la ventaja, que le sirve para conseguir el aprobado, de que el «dulce», lo bueno, llega al final y tapa las deficiencias de concepción de la película. Sales del cine con la sensación de haberte entretenido, de que la película encaja dentro del universo Star Wars, y de que por lo menos han tenido el detalle de dar un final digno al comando «Rogue One», que si bien miembro por miembro nos ha dejado un poco fríos, como conjunto nos ofrecen un magnífico espectáculo fílmico. Y así es como lo he visto. Por dos veces. En versión original, con los amigos, y en versión doblada con mi familia, peque incluido. Ahora a esperar el episodio VIII para dentro de un año, y el arriesgo movimiento de dedicar una película al carismático personaje de Han Solo sin el actor que le dio vida hasta el momento.

Nota: La presencia de Mon Mothma (en la película actual Genevieve O’Reilly) al frente de los rebeldes ha despitado haciendo que haya gente que se pregunta si «Rogue One» eran los espías bothan o dónde están estos… Confusión. En la trilogía original, Mon Mothma aparece sólo en el Episodio 6, y los espías bothan que mueren lo hacen para conseguir los datos de la segunda Estrella de la Muerte. En el Episodio IV, el lider de los rebeldes es el general Dodonna, un tipo de pelo tupido blanco y barba igualmente blanca, que aunque aparece en esta película actual, prácticamente no tiene papel. Mon Mothma ni estaba ni se le esperaba en 1977.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

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[Cine] Star Wars: The Force Awakens (2015)

Cine

Star Wars: The Force Awakens (2015); vista el 18 de diciembre de 2015.

Después del «rollo» que escribí ayer sobre porqué merece la pena seguir viendo las entregas de la saga Star Wars, toca hablar de la película. Y el comentario lo referencio a la primera de las dos sesiones que le he dedicado, con algunos amigos, en versión original. De ahí que conserve el título original en inglés como tengo por costumbre. Pero ya conté que dos días más tarde la volví a ver en sesión familiar matinal, en versión doblada, con el título de «Star Wars: El despertar de la fuerza».

Parece que hay «pena de muerte» para quien desvele los «secretos» del filme a quienes no lo han visto todavía… Pase… Aunque escuchamos a alguien quejarse de que le habían destripado la película original del año 1977… Hombre… Que la mitad de la humanidad se la sabe de memoria… Pero lo que sí sucederá con este comentario es que la gente sabrá qué puede esperar.

Para empezar, dejar una cosa clara. Yo me lo pasé muy bien con esta película. Me divertí mucho. Es claramente mejor y más interesante que cualquiera de la segunda y maldita trilogía de la saga, no me cabe la menor duda de que es mejor que el Episodio VI, los malditos ositos de peluche y un biquini de hojalata lastran mucho, y no es tan estupenda como el Episodio V. Porque cuando el imperio contraataca… esa película es mucha película. Tiene un guion que supera a todo lo que se ha venido haciendo en el género de acción y fantasía en mucho tiempo, género de superhéroes incluido.

La gran pregunta de la película... también de los aficionados que han analizado los avances estos meses pasados es ¿pero donde está Luke Skywalker?

La gran pregunta de la película… también de los aficionados que han analizado los avances estos meses pasados es ¿pero donde está Luke Skywalker?

Oye ¿y respecto a la original? Pues ahí le han dado… Tal vez hayáis podido leer en algunos sitios que acusan a este Episodio VII de ser un «remake» encubierto de la película original, el Episodio IV, de 1977. Yo no voy a decir tanto. Tiene suficientes elementos diferenciadores para considerar la nueva película como el inicio de una nueva historia. Pero tienen una estructura casi clavada.Tienen un «mcguffin» tremendamente similar, aunque lo perdonemos porque en eso nos permitió conocer a R2D2 en la primera película y a BB-8 en la actual. Y ambos son dos de los personajes más simpáticos de la saga. Abusan hasta el exceso de los famosos paralelismos entre películas de la saga que se han comentado desde hace años hasta la saciedad. Ante esta situación, sólo me queda decir una cosa… Para mí, empatan. El Episodio IV es más original, fue más sorprendente, más innovador, más rompedor. El Episodio VII tiene un guion mejor armado y coherente, está mejor dirigida y, atención, mejor interpretada en líneas generales. Que cada uno se quede a la hora de decantarse con lo que más valore.

Respecto a la realización, recordamos que se debe a J. J. Abrams (definitivamente J. J. no son las iniciales de Jar Jar), estoy de acuerdo con los que opinan que se agradece que vuelva a dominar el mundo real sobre los gráficos generados por ordenador. Aunque de esto hay lo suyo, inevitablemente, no tiene ni de lejos el aspecto de película de dibujos animados de la trilogía nefanda. Está rodada con ritmo, las dos horas y quince minutos se te pasan en un suspiro. Y la historia, se considere más o menos original, más o menos trillada, está bien contada.

Finalmente, la gran cuestión se desvela... y yo voy a contar aquí dónde estaba Luke... No tengáis miedo, que no es un "spoiler"...

Finalmente, la gran cuestión se desvela… y yo voy a contar aquí dónde estaba Luke… No tengáis miedo, que no es un «spoiler»…

Como he dicho, el guion está mejor armado, es globalmente más coherente. Aunque Lawrence Kasdan parece tener los mismos problemas con las unidades de espacio y tiempo que George Lucas en su momento. No. Los pársecs, sean 12 o 14, siguen sin ser una medida de tiempo. Un pársec es una unidad de longitud utilizada en astronomía que equivale a aproximadamente a casi 31 billones de kilómetros. Y además, la versión doblada de 1977 tenía la «virtud» de que tradujeron pársecs incorrectamente como «parasegundos», lo que convertía el doble error en un aparente acierto… En esta ocasión, han decidido que los pársecs sean un error universal… Lo deben haber hecho intencionalmente… no creo que sean tan zoquetes. Pero es que además, al igual que en la película de 1977 el paso del tiempo es absurdamente rápido. Especialmente en la parte final, donde los minutos dan para recorrer edificios o estructuras del tamaño de Manhattan. Pero lo dejaremos en que esto forma parte de la idiosincrasia de la saga y, abusando de nuestra suspensión temporal de la incredulidad, asumiremos que un minuto en Star Wars no son los 60 segundos a los que estamos acostumbrados sino más bien algo parecido a media hora.

Pero nada de lo anterior es lo que condiciona en gran medida la aceptación o el rechazo hacia esta nueva entrega galáctica. Uno de los grandes fallos de la trilogía fallida es que los personajes nos importaban un rábano. Actores en estado de acartonamiento casi permanente, incapaces de producir la menor empatía en el espectador, y a los que habían robado toda la parte de humor que acompañaba a la acción y al drama en la trilogía original. En los Episodios I a III, la saga se tomó demasiado en serio a sí misma hasta tal punto de que nos dejó la impresión de que procedía de un universo totalmente distinto, y mucho más aburrido. En esta ocasión no es así… De los protagonistas de la primera trilogía… Bueno, salen los tres, más Chewbacca (Peter Mayhew) y los dos androides, aparte de algún otro personaje menor o anecdótico. Pero de todos ellos, los únicos que adquieren real protagonismo son Chewie y Han Solo (Harrison Ford). Y reconozcámoslo,… la película ya merece la pena simplemente porque nos ha devuelto al mejor Harrison Ford, un actor que creíamos ya muerto, independientemente de que un ente autómata con su aspecto se pasee por el mundo e incluso las carteleras de cine.

Luke está en la verde Irlanda... oye. Como os lo cuento.

Luke está en la verde Irlanda… oye. Como os lo cuento.

En cuanto a los nuevos protagonistas… Pues el piloto simpático y chulito, Poe Dameron (Oscar Isaac), tiene sus momentos, pero está en realidad en una posición secundaria. Ya veremos como crece el personaje, o no, en entregas futuras. El joven despistado que se encuentra sin comerlo ni beberlo en medio del follón, Finn (John Boyega), se hace querer. Le cogemos mucha simpatía. Majo de verdad. Corre el peligro de acabar siendo un «pagafantas», pero allá él. El malo… ah, el malo. Difícil la tarea de sustituir a Darth Vader… He leído bastante que Kylo Ren (Adam Driver) no es un malo de la talla de Vader. Bueno… vamos a ver. Que he visto la primera trilogía lo suficiente como para valorar con racionalidad. Darth Vader (David Prowse) en el Episodio IV es un mascarón. Es casi una parodia de la maldad. El auténtico malo de aquella película, el que tomaba las decisiones más bordes era el Gran Moff Tarkin (excelente Peter Cushing). Darth Vader se hizo grande en el Episodio V. Con esta perspectiva, Kylo Ren no está nada mal y tiene mucho potencial por delante. Especialmente, gracias al enfrentamiento final que tiene con la auténtica protagonista del cotarro, que no es otra que Rey (Daisy Ridley). Es el gran hallazgo del filme, lo que hace que definitivamente yo no lo considere una nueva versión del Episodio IV. Porque aunque ambas historias avancen en paralelo y Rey ocupe el lugar de Luke (Mark Hamill), en realidad Rey es un personaje que nace mucho más complejo, con más capas, mucho mejor interpretado por ese gran acierto de «casting» que es Daisy Ridley. Si, Leia (Carrie Fisher) también sale por ahí. Y no molesta. Y también un montón de amigos de Abrams haciendo cameos. O la hija de Carrie Fisher, una chica desconocida que creo que tiene una o ninguna línea de diálogo, pero que reconoceréis por el peinado muy propio de las Skywalker y derivadas (aunque a mí me recuerda más a la tía Beru de joven que las ensaimadas de Leia).

Retomemos el personaje de Rey. El desarrollo de esta chica, de este personaje, y su antagonismo con Kylo Ren, es evidentemente el hilo conductor de las próximas entregas. Ya hay una variación con respecto a la primera trilogía. En aquella el antagonismo estaba entre una generación y la siguiente. Aquí los dos antagonistas son de la misma generación. Esto sólo ya debe ser el punto de partida para algo… una vez realizado el homenaje a la trilogía original, tienen que ser capaces de contarnos historias nuevas. Porque el gran problema del cine de acción de hoy en día es que nos cuenta una y otra vez la misma historia… y eso, cansa.

Quedan dos años para la siguiente entrega. El director y guionista cambian, y se concentran en Rian Johnson, que nos sorprendió agradablemente con una excelente película de viajes en el tiempo, con un muy buen y exigente guion. Terreno para la esperanza. Mientras tanto, en manos de Disney, la saga se expande, y al año que viene tendremos un «spin off», situado en la cronología interna de la serie inmediatamente antes del Episodio IV. Que con el antecedente de la película que hemos visto hoy, casi seguro que le damos una oportunidad. Uiiggg, que impaciencia.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

Disfrutando de los bellos paisajes del condado de Kerry que hoy os he traído aquí para vosotros.

Disfrutando de los bellos paisajes del condado de Kerry que hoy os he traído aquí para vosotros.

[Cine] Casi 40 años después, ¿por qué volver a Star Wars?

Cine

Sí. Este fin de semana pasado ha sido fin de semana Star Wars. Mañana escribiré una modesta reseña de la película que, ya adelanto, he visto dos veces este fin de semana. El viernes, en versión original subtitulada en castellano, lamentablemente en un totalmente prescindible 3D, con unos amigos. El domingo, en versión doblada al castellano, con mi hermana y mi sobrino de 6 años. Dos experiencias totalmente distintas.

Pero una pregunta ha surgido en estos días… ¿Por qué volver, incluso con cierta ilusión, a ver las nuevas aventuras de la saga creada por Georges Lucas? Al fin y al cabo…

Ya no estamos en los años setenta, los efectos especiales han avanzado mucho, hemos visto en estos años un montón de producciones de ciencia ficción o fantasía, ya no es la absoluta novedad que suponía en el otoño de 1977 en una España en plena transición cuando se estrenaba el episodio IV, que entonces se titulaba simplemente Star Wars (La guerra de las galaxias) y que acabaríamos conociendo tras diversos avatares como A New Hope (Una nueva esperanza).

Son diversas las localizaciones por todo el mundo utilizadas en la saga Star Wars.

Son diversas las localizaciones por todo el mundo utilizadas en la saga Star Wars.

Entonces era un adolescente,… cosa que casi cuarenta años después,… pues no. Desde luego, los gustos, las aficiones, los intereses, la forma de pensar de una persona cambian… Lo que tiene sentido que entusiasme a los 13, 14 o 15 años… pasados los 50… Pssss, no sé… De hecho, hoy en día paso absolutamente de casi todas las producciones de acción espectacular, especialmente las de superhéroes y similares, y suelo salir descontento de las que voy a ver, sintiéndome muy frustrado con las «space opera», un género que siempre he considerado favorito.

Por mucho entusiasmo que despertara en su momento, hoy en día hemos aprendido que tiene imperfecciones a porradas. Salvo el redondo episodio V, The Empire Strikes Back (El imperio contraataca), las risas que se pueden hacer con las meteduras de pata y los absurdos de los guiones de las otras película son notables. No hay más que hacer una búsqueda por internet. Para aquellos que se apañen con el inglés sugiero el siguiente vídeo.

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Lleva un rato verlo, son más de 30 minutos, pero es demoledor.

Qué vamos a decir de la segunda trilogía. El episodio I, The Phantom Menace (La amenaza fantasma), es absolutamente prescindible. No aparta nada realmente importante al conjunto de la historia. El episodio II, Attack of the Clones (El ataque de los clones), tiene un guion malo y una realización carente de ritmo y de todo interés. El episodio III, Revenge of the Sith (La venganza de los Sith), es el único que se salva en algunas cuestiones, pero sufre los males generales de esta desafortunada trilogía. Personajes fríos, que no suscitan la mínima empatía del espectador, carencia del humor que se mezclaba con la aventura y el drama en las primeras películas, exceso de imaginería digital que llevaba a que parecieran más películas de animación con algún personaje de carne y hueso por aquí y por allí, guiones malos y mal puestos en escena…

Como digo, teniendo en cuenta lo anterior, como decía ¿por qué sentir algún tipo de ilusión por un nuevo estreno de Star Wars?

Nos han llevado desde los entornos más desérticos y abrasadores hasta los más gélidos.

Nos han llevado desde los entornos más desérticos y abrasadores hasta los más gélidos.

Porque a pesar de todo lo anterior, como señalan en el National Film Registry de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, Star Wars es una saga cultural, histórica y estéticamente significativa. A nivel mundial. El reconocimiento mencionado en realidad se ha otorgado a dos de la películas de la saga, las dos primeras realizadas, y en teoría se refieren a los valores culturales, históricos y estéticos de los Estados Unidos. Pero creo que sin lugar a dudas, en este caso, esa trascendencia se puede ampliar a todo el mundo. Es decir, para empezar, son productos de la cultura que merece la pena conocer y preservar. Es algo que tiene un reconocimiento amplio.

Star Wars propone unos valores, que podrán parecer más o menos simples según quien los analice, pero que son compartidos por amplios sectores de la población. Muchos de ellos son actualizaciones de estereotipos culturales que han gozado del favor de las poblaciones durante décadas o incluso siglos. Se habla de influencias de obras japonesas, están claras las semejanzas entre Luke Skywalker y la Rebelión con Robin Hood y sus proscritos, hay una defensa de la libertades de las personas frente a la opresión de los tiranos,… No creo que haya mucho que discutir sobre esto. Lo que también está claro es que los nombres de Luke Skywalker, la princesa Leia, Darth Vader, Han Solo, R2D2,… son conocidos por muchos, de muchos países, y constantemente referenciados en las obras de la cultura popular de finales del siglo XX y principios del siglo XXI.

Es también una obra muy representativa del tiempo en que nació. Es un ejemplo claro de lo que se ha dado en llamar la posmodernidad. Mucho más que otras sagas o héroes que se han asomado al cine o la literatura de masas con posterioridad. Los superhéroes de DC Comics (Superman, Batman, etc) surgen básicamente en los años 30, y son claramente respuestas al crimen organizado que floreció en Estados Unidos con la prohibición de la distribución de bebidas alcohólicas, la ley seca. Los superhéroes de Marvel (X-men, Los Vengadores, Spiderman, etc) son producto de la guerra fría, especialmente surgen del terror a la bomba y por extensión a la energía nuclear, que produce seres extraños, mutaciones, y a partir de ahí lo que quieras. Star Wars es más reciente,… más moderna,… de hecho es una saga posmoderna.

La posmodernidad surge como respuesta todo lo anterior. Es una corriente cultural claramente anticientífica, aunque las personas que participan de ella no dudan en aprovecharse de la tecnología. Hay una fuerte tendencia al individualismo. Al relativismo cultural y la validez de cualquier opinión. Puede haber un rechazo de religiones tradicionales, pero hay una aceptación de misticismos diversos.

Aunque no han faltado tampoco los entornos de verde exhuberante y mares o lagos llenos de vida.... a veces de vida imbécil (Jar Jar Must Die)

Aunque no han faltado tampoco los entornos de verde exhuberante y mares o lagos llenos de vida…. a veces de vida imbécil (Jar Jar Must Die)

A finales de los años 60 del siglo XX, surgen corrientes culturales que van a extender estas ideas que se han venido incubando. La guerra fría dominada por las carreras científicas produce el rechazo anticientífico. En Star Wars, los héroes luchan con sables láser… las pistolas y cañones se consideran armas impropias de gente civilizada. Los ingenios del imperio galáctico se denominan horrores tecnológicos. Lo cual no impide que vivan en un entorno donde el aprovechamiento de la tecnología es constante.

La «teoría política» detrás de Star Wars nos habla de una república democrática como ideal, pero que es amenazada por el lado oscuro, por la ambición del tirano. Eso sí, una república democrática tutelada por una élite monacal que participa de un misticismo sobrenatural. No muy lejano de lo planteado en The Lord of the Rings (El Señor de los Anillos), del soberano justo, atento y preocupado por sus súbditos a los que escucha, y asesorado por el concilio de los sabios y los magos, frente al Señor Oscuro, tirano esclavizante. Gandalf también fue acogido por muchos grupos posmodernos como símbolo a finales de los 60 cuando se produjo el resurgir de la obra de Tolkien. Aunque este fuese un señor católico muy carca, que basaba su obra en la doctrina social y política de la iglesia católica.

La posmodernidad ha estado dominando desde hace cuarenta años… no ha pasado todavía. Incluso cuando todavía nuestras vidas están tan influenciadas por los desarrollos tecnológicos. Pero lo «políticamente correcto» es una expresión de que cualquier punto de vista hay que respetarlo como válido, y no está bien descalificarlo, por aberrante que sea. El respeto por las minorías, justamente reivindicado, ha dado paso a un relativismo cultural que puede llegar a ser peligroso. Véase las consecuencias en términos de enfermedad y mortalidad de los grupos antivacunas. Pero ahí tenemos a Obi-Wan, cuando se justifica ante Luke por no haberle contado la realidad sobre Darth Vader con aquello que lo que él le había contado era cierto «desde cierto punto de vista». A muchos les ha hecho gracia ese planteamiento… pero estaba ahí de forma sincera. Es fruto de una cultura y una época.

De las localizaciones que he visitado, o he estado en las cercanías, que salen en The Force Awakens, puedo elegir entre Escocia e Irlanda.

De las localizaciones que he visitado, o he estado en las cercanías, que salen en The Force Awakens, puedo elegir entre Escocia e Irlanda.

La posmodernidad actual no es la única posmodernidad que se ha dado en la historia. La ilustración y el impulso a las ciencias y la tecnología que produjo y que llevó a la revolución industrial del siglo XIX, culturalmente produjo como revulsivo el romanticismo, que a partir de ahí impregnó obras de todo ese siglo. La mas emblemática quizá el Frankenstein de Mary Shelley, que no por casualidad es homenajeado en las escenas finales del episodio III de Star Wars. Darth Vader es el moderno monstruo de Frankenstein, odiado y temido, y que al mismo tiempo surge por el miedo al rechazo y por el miedo a perder a los seres que ama.

Con todos estos condicionantes, con sus virtudes y sus defectos, ¿cómo no se puede estar expectante ante una continuación de una saga que fue precursora de mucha de la ficción fantástica posterior, y ha sido y es mucho más importante e influyente en la cultura popular que la mayor parte de esta producción cultural? Para mí es imposible.

Las emociones no son las mismas que cuando era un adolescente. Mi sentimiento de expectación no tiene el mismo cariz que el que sentía antes de la fallida segunda trilogía. Pero mi curiosidad es infinita. Además, de la misma forma que mis padres me transmitieron su admiración por algunos de sus héroes de infancia y juventud, ahora estamos traspasando la nuestra a nuestros descendientes. Llevamos debatiendo la llegada del nuevo episodio de la saga con mi sobrino de 6 años durante todo el año. Ha sido especialmente gracioso en las últimas semanas cuando el pequeño, a la vista de los avances, carteles y propagandas, a empezado a desarrollar sus teorías sobre lo que iba a pasar en la nueva película, que en nada tienen que envidiar en razonamiento y deducción a lo que muchos «sabios» sobre la saga han ido publicando en este tiempo… La saga no es sólo que continúe,… El universo Star Wars, independientemente de la multinacional que gestione sus derechos y se embolse los dólares, es propiedad ya de la cultura popular, es propiedad de todos. Y probablemente durante mucho tiempo.

Sólo quedaba esperar que la nueva película estuviera a la altura de las circunstancias. Pero mis impresiones sobre eso, os las contaré mañana.

Hoy he escogido Escocia... mañana le tocará a Irlanda.

Hoy he escogido Escocia… mañana le tocará a Irlanda.

[Varios] De guerras galácticas, robots de limpieza y otras distopías

Cine, Humor, Televisión

No pensaba que este sábado me diese para redactar una nueva entrada en este Cuaderno de ruta. Liado con cosas diversas todo el día, emparedado entre dos días dedicados en parte a la «space opera» favorita de la familia y de los amigos (pocos trekkies que se atrevan a reconocerlo en mi entorno; nos gustan mucho más las galaxias de hace mucho tiempo y muy muy lejanas), no me va a dar tiempo a poder hablar de los cuatro carretes de Kodak Tri-X de formato medio que tengo secando, pero que desde luego no me va a dar tiempo a digitalizar.

Percibo una alteración en la "fuerza"... Creo que se el lado oscuro acecha por doquier en esta galaxia.

Percibo una alteración en la «fuerza»… Creo que se el lado oscuro acecha por doquier en esta galaxia.

Ya hablaré algún día de la semana que viene sobre el Episodio VII… y me estoy pensando si con «spoilers» o sin ellos (¿pero los «spoilers» no era el nombre que le daban a los alerones horteras de los coches, que se ponen los conductores más macarras?). Por lo menos, ya ha dejado algo bueno. A propósito del famoso y anunciado mil billones de veces estreno del mencionado Episodio VII, The Big Bang Theory nos ha dejado uno de los episodios más divertidos de su historia, el Episodio 194, en el que ha habido (atención «spoilers) realmente un «gran bang»… Y no sé si todos sois conscientes de uno de los significados del verbo «to bang«… (fin de los «spoilers»)

El caso es que si algo saben los aficionados a las guerras galácticas es que hace mucho tiempo y un huevo de lejos, todo estaba infestado de robots. O «androides» que les llaman aunque tengan forma de buzón, de pelota de baloncesto o de cubo de basura. Claro,… que poco a poco, este región de la galaxia más cercana y en este mismo momento, corre el riesgo de llenarse también de robots. Empezando por el tema de la limpieza doméstica. Hoy mismo, visitando Amazon.es me he encontrado en la página de inicio con esta imagen…

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Lo de la izquierda… ¿es un robot de limpieza? ¿de verdad? Mira que a mí me parece un cubo y una fregona… Que yo tengo uno parecido y desde luego no me limpia los suelos solo y sin esfuerzo por mi parte… Y quien lo conceptualiza como «robot» ¿Amazon? ¿o Vileda? Ojoplático me quedo. Empiezo a entender lo de los «androides» con forma de cubo de basura.

En fin,… por lo menos una buena noticia. Que en el terreno de las distopías… que díganme a mí si no estamos viviendo propiamente en una de ellas, nos han anunciado hoy que Amazon Video ha renovado The Man in the High Castle por una segunda temporada. Y creo que ya conté que es una de las series que más me ha gustado este año. Aunque los medios hablen muy poquito de ella.

¿Habrá nuevos villanos, los lores del Sith, alguna nueva orden de malvados? ¿O será los de siempre? Ya veremos.

¿Habrá nuevos villanos, los lores del Sith, alguna nueva orden de malvados? ¿O será los de siempre? Ya veremos.

[Cine\Fotografía\Libros] José Luis Borau, Cecil Beaton, la dirección de fotografía, Lorenzo Silva y algo de Star Wars

Cine, Fotografía, Literatura

Ha muerto José Luis Borau. Hombre del cine nacido en estas tierras, en Zaragoza, que dirigió, escribió guiones, produjo… Dirigió la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, y era académico de la Real Academia Española, que en estos momentos dirige otro maño. Es curioso el castellano centrismo de esta institución en el que no han faltado figuras no castellanas… Pero no íbamos a eso, sino a lo de Borau. No fue un autor prolífico, y quizá por ello no es muy conocido. En cualquier caso, fue una persona muy activa, y espero que sea bien acogido en el único cielo que espero que exista, el de las gentes y amantes del cine.

Ayer estuve comprando libros y alguna revista. Del último número de Exit os hablaré más adelante. También compré Cecil Beaton: Retrospectiva de Lunwerg. No compré casi nada de este fotógrafo a propósito de la exposición que visité en Londres en el convencimiento de que cierto libro que tengo era de él. Y no. Era de Angus McBean. Ambos fotografiaron el mundo del teatro y la escena. El caso es que este libro recién publicado que recoge toda la extensión de su obra compensa la omisión. También compré Dirección de fotografía cinematográfica de la colección El arte del cine de la editorial Blume. Es el tercer libro que compro sobre dirección de fotografía en el cine, y todos están basados en repasar la obra de destacados profesionales de la cinematografía. Pero con pocas coincidencias entre ellos. Así que de esta forma tengo una amplia información sobre esta técnica y sus mejores representantes.

Escenas urbanas

Lo malo del otoño e invierno es que a lo que sales a la calle sin las obligaciones laborales, la luz se te ha ido. Así que ha tirar de blanco y negro.

Escenas urbanas

Con vosotros el «Sombrerero Loco» o un héroe de los sitios,… cada como prefiera.

Mientras paseábamos entre las estanterías de una de las librería, vimos pilas del último premio Planeta, una novela de Lorenzo Silva. Parece ser que se trata de una nueva aventura para BevilavquaChamorro, esta peculiar pareja de guardias civiles. El caso es que después de los tres primeros libros sobre la pareja, y más cuando Chamorro se hizo sargenta y dejó de parecerse a Veronica Lake en modo mojigato, mi interés por esta saga que era bastante alto ha decaído hasta el punto de que esperaré a que alguien me lo deje o a que salga en libro de bolsillo y en rebajas. El último que leí fue un auténtico tostón. ¡Ay, donde quedarán los deslices de Vila con rubias y sexys guardia Anglada en las Canarias, que tan mal acaba la pobre! Pero lo que produjo el comentario es lo de que le hayan dado el premio. Un premio al que las obras se presentan, presuntamente, de forma anónima… ¿Os imagináis al jurado preguntándose que de quién será esa novelita de guardias llamados Vila y Chamorro? Totalmente anónimo. Qué hipocresía.

Finalmente, mientras nos tomábamos unas cervezas antes de volver a casa, surgió a conversación por la joven sobrina de una de las presentes, cuál era la forma adecuada de ver la saga Star Wars. Surgió a propósito de la amenaza de resucitar la saga, tras la compra de los derechos por Disney. Mi opinión. Uno se ve la trilogía original, y tira a la basura por prescindible y aburrida la precuela. Ante el establecimiento en la conversación de que esa no era una opción posible, que la cuestión era en cómo debía abordar un neófito TODA la saga,… pues entonces también está claro. Primero los episodios IV y V, y tras una de las más fabulosas revelaciones de la historia del cine, flashback al origen de toda la historia, episodios I, II y III, y si realmente se soporta estos tres títulos hasta el final, el desenlace de toda la historia en el episodio VI. Este último sigue produciendo tremendos debates. Cómo puede ser que empiece como cine para adultos, con la princesa Leia enseñando cacho en plan de esclava sexual de una gigantesca babosa, y con las bailarinas alienígenas enseñando teta fugazmente antes que las devore un horrible monstruo, y acabe como una infantil batalla de ositos de peluche en un bosque. Absolutamente esquizofrénica.

Escenas urbanas

Pero bueno, también es posible encontrar algún momento para el color del otoño.

Escenas urbanas

O los fuertes contrastes de estos días de sol tan bajo.

Escenas urbanas

O la tranquilidad de los parques a primera hora de la tarde.

[Cine/Cinetren] De «princesas disney» galácticas y reporteros de guerra

Cine, Fotografía

La noticia del día en el mundo del cine ha sido la compra de Lucasfilm por parte de la todopoderosa Disney. Y no se han contentado con esto, han anunciado que en 2015 nos llega una nueva trilogía del universo Star Wars. Podría haber sido peor. Podrían haber anunciado un «reboot» de la franquicia. El cine ya no es el séptimo arte. El cine ahora es como los macdonalds o los benettons. Franquicias.

Un «reboot» hubiera producido uno de los mayores temores que surgieron entre los veteranos y nobles aficionados a la trilogía original; que no son los mismos que los fans de Star Wars que por defender son capaces de defender hasta a ese engendro llamado Jar Jar Binks, uno de los culpables con su torpeza política del ascenso al poder de Palpatine. Y ese temor es que, como se comenta por ahí, se pueda considerar a la princesa Leia una princesa disney. Bajo ningún concepto. Me explicaré.

Las princesas disney, esperan pacientes a que vengan los héroes a salvarlas. Pero cuando estos llegan, no son las que cogen las pistolas, hacen un agujero en la pared y se tiran a un vertedero.

Las princesas disney adoooooooran a los animalitos peludos. No les llaman felpudo con patas. Y menos si son inteligentes.

Las princesas disney se casan con principes azules. Aunque no faltan los seres azules en el universo Star Wars, la princesa Leia se casa con un contrabandista que no duda en pegarte un tiro por debajo de la mesa de un bar si considera que la conversación se prolonga demasiado.

Banda de Dixieland

Tocaba una banda de jazz galáctico cuando Han Solo disparó sobre el pobrecito Greedo en la cantina de Mos Eisley.

Una princesa disney no dudaría en enamorarse de un tipo feo y contrahecho y brutal, para bailar con teteras y candelabros en el castillo del bruto, o para saltar de gárgola en gárgola por las terrazas de Notre-Dame. Pero desde luego antes muerta que convertida en la esclava sexual de una lasciva babosa gigantesca.

La princesas disney desde luego no se morrean con sus hermanos. Incluso si no saben que son sus hermanos. Bajo ningún concepto.

Definitivamente, la princesa Leia nunca será una princesa disney. Aunque vete a saber qué princesas saldrán de ahí. En cualquier caso, a quienes pasamos nuestra adolescencia y juventud con la compañía de la princesa Leia y los demás, hace quince años la perspectiva de la reactivación de la saga nos hubiera llenado de ilusión. De hecho, así sucedió cuando por aquel entonces el tío Gilito anunció las precuelas. Pero poco dura la alegría en la casa del pobre. Aquello sólo fue una operación para ganar dinero. Mucho dinero. Y ahora Gilito ha vuelto a hacer caja a lo grande. Pero los nuevos amos querrán hacer más caja. Recuperar lo invertido y más. Así que… cualquier cosa nos puede pasar. No sólo eso… también podrían volver a sacar en pantalla a un achacoso Indiana Jones, o a su hijo, o a la madre que lo parió, o hacer un reboot… esta última siempre es la peor opción.

Luna, lucero y farola

Y no he comentado el «tomate» que pudo haber entre la princesa y los ositos de la luna de Endor… que no es la que aparece en la foto que es la Luna de la Tierra.

En fin. Dejemos a Disney y los jedis y pisemos suelo terrestre. Este fin de semana me merendé un par de películas para mi colección de películas relacionada con la fotografía. Las recomendaron en CSC Magazine, un blog fotográfico dedicado a las compactas de objetivos intercambiables. Se trata de Harrison’s Flowers (Las flores de Harrison) y The Bang Bang Club. Las dos sobre reporteros de guerra o de zonas en conflicto. Están reseñadas en mis páginas dedicadas a La fotografía en el cine.

Nubes de tormenta

Densas nubes de tormenta cubren el universo Star Wars… ¿alguna posibilidad de que despejen?