Ya he comentado que en el mercadillo de antigüedades de Portobello Road me compré hace unos días una cámara de formato medio (6 x 6 cm) de objetivo retractil con fuelle, Zeiss Ikon Ikonta B, de los años 40 del pasado siglo XX. Y le puse dos carretes que ya tengo revelados.

El Big Beng desde la Torre de Londres. La primera foto que tomé con la Ikonta B. El contraluz le sentó regular, y he tenido que trabajar la imagen escaneada para mejorar el contraste.

Fotografiando desde el mismo punto, en dirección opuesta, hacia el London Eye, se obtiene una imagen bastante limpia. Aunque el error de paralaje entre el visor y el objetivo hace que los pies de los viandantes casi salgan cortados.
En los últimos tiempos está de moda entre algunos la fotografía argéntica, de película tradicional, con los chismes que hace Lomography. La empresa de unos avispados, que hacen cámaras malas de bajo coste de producción y las venden a precios desde mi punto de vista excesivos. Mortadela de la mala a precio de «lomo» ibérico, si se me permite la broma fácil. Pero bueno, la gente pica, y se compra unos chismes de plástico, elementales. El caso es que mi opción es que si quieres disfrutar de la fotografía a la antigua, búscate una cámara antigua.

De forma no bien explicada, esta fotografía de la playa de Margate ha quedado como sucia. La inspección del negativo no hace presagiar este hecho. Una pena. La foto me gusta.

La siguiente fotografía, también en Margate, está afortunadamente limpia, y ha quedado bastante bien.
Pero esto no está exento de riesgos. La Ikonta B fue una cámara de gama básica. Hay que enfocar por estimación, la velocidad de obturación máxima es de sólo 1/175 segundos, el diafragma más abierto f/4,5. Es decir, está limitada. Mi opción es usarla con película Ilford XP2 Super. Se dice de ella que se puede utilizar con mucha flexibilidad a diversas sensibilidades. Tiene una gran latitud de exposición. Mi experiencia me dice que los mejores resultados salen a 200 ISO. Pero que no pasa nada por tirar a 400 ISO si la luz escasea, incluso a 800 ISO, y que si la luz es muy intensa se puede usar a 100 ISO y también aguanta, y además con un grano muy fino. Las mismas opciones ofrecía ayer The Online Photographer, aunque ellos la usan con cámaras de gran calidad.

Esta imagen del puente de la Torre está bien, pero se aprecian una rayas del negativo. No es suciedad. Es que está rayado.

También se observan las rayas en esta imagen de la Torre de Londres al otro lado del Támesis. Además, aquí no se abrió correctamente el objetivo y hay un viñeteado importante en las esquinas superiores.
Pero aquí no acaban los riesgos. Los contraluces pueden conllevar disminuciones de contraste notables. Y por revisada que esté, a veces salen rayas en el negativo que no sabes muy bien de donde vienen. Lo que digo en el título de la entrada, la fotografía como deporte de riesgo. Pero es divertido. Y uno obtiene imágenes que realmente tienen el sabor de lo antiguo. Ahora tengo que aprender a que las fotos no me salgan torcidas.

Las malditas rayas se hacen notar también en Los Burgueses de Calais, tras el palacio de Westminster (el Parlamento). Además el contraste es flojo, por la luminosidad del cielo con una apertura amplia, produce reflejos internos en el objetivo.

Y en esta imagen de la Abadía de Westminster, las rayas son exageradas. Espero que sea una cuestión circunstancial. Si no vaya lata. Esta fue la última fotografía que tomé con la Ikonta B en el viaje.