Como la semana pasada tuve monográfico Doctor Who, se me quedaron cosas interesantes que comentar. Incluidas algunas novedades que han ido apareciendo.
Se veía venir, la serie quería dar un giro, y The Mentalist cada vez estaba más serializada y menos procedimental. Era evidente que querían acabar con el gran arco argumental de Red John. Y ya sabemos quién es el malo malísimo malo, y su destino final. No es que haya sido para tirar cohetes, pero no ha estado mal. Ahora están en transición. Quizá vuelva a lo procedimental. Copiando en algunas cosas a White Collar,… ya veremos.
Muy divertido el capítulo en verso de How I Met Your Mother, cuyos guionistas han tenido que sudar tinta china para encajar 55 horas de acción en 22 o 24 episodios. Pero de momento no va mal del todo.
Dedicaremos un día a como van los estrenos de la temporada cuando se interrumpan por las fiestas navideñas. Aunque están en su recta final de temporada Homeland, su temporada más flojilla aunque ya va entrando en materia, y Masters of Sex, probablemente el estreno de la temporada.

Ayer estuve en Barcelona, me fui en tren a una prudente, para no madrugar en exceso, saliendo de la heladora estación de Zaragoza-Delicias.
Y vamos con las novedades. Ha vuelto otro doctor. Esta vez, perdio en la Siberia rusa y en su adición a la morfina. Nuevamente una minitemporada de cuatro capítulos para A Young Doctor’s Notebook, para lucimiento de sus dos prestigiosos protagonistas, el antiguo mago juvenil Daniel Radcliffe y el «mad man» Jon Hamm. La verdad es que su capítulo de regreso me pareció muy divertido.
También tenemos la versión norteamericana de una comedia negra británica, Getting On. Aventuras y desventuras en un hospital de cuidados intermedios para pacientes geriátricos, cuyo primer episodio me convenció a medias. Ya veremos como evoluciona.
Y hemos terminado la segunda temporada de Bron/Broen, la estupenda serie policiaca danosueca, que para mi tiene el atractivo del personaje femenino protagonista, la extraña policía sueca Saga Norén estupendamente interpretada por Sofia Helin. Los demás también están bien, pero definitivamente es este carácter el que me hace ver la serie. Quizá esta segunda temporada, muy entorno al tema de la ecología, del terrorismo biológico, y de los intereses de las multinacionales del ramo biotecnológico y farmacéutico, no haya estado tan intensa como la primera, en la que había un malo más definido. Y quizá también porque la situación ya no era tan novedosa. Pero a mí me gusta bastante. Y el final ha sido sorprendente y animado. Por un momento pensé que la dejaban cerrada, por «ausencia» de un protagonista, pero parece ser que volverá con una tercera temporada. Bien.