[Fotos] Angulares y cosas de Fujifilm

Fotografía, Fotografía personal

Si no fuera porque estoy muy contento con mi cámara y objetivos para los viajes en torno al sistema Micro Cuatro Tercios, consideraría que el sistema de cámaras de objetivos intercambiables sin espejo más interesante del momento es el de Fujifilm. Con un tamaño en los cuerpos bastante razonable, con buena electrónica y unas ópticas muy notables, la «cuadra» de los Fujinon lleva muchos años dando ejemplares de muy buena raza, no dejan de ser objetos fotográficos muy interesantes. La única pega es que los objetivos abultan el doble que los de OlympusPanasonic. La ventaja sobre el sistema Micro Cuatro Tercios puede ser las mayores posibilidad de jugar con los desenfoques, y mejor comportamiento en sensibilidades altas. Pero vamos, insuficiente para que me lleve a cambiar de sistema.

Pero para poder valorar lo mejor es probar. Y eso es algo que he podido hacer. El domingo pasado. Aunque eso sí, yo también bajé al centro de la ciudad con mi particular sistema «mirrorless». Baje con la M-E calzada con el Snapshot-Skopar 25/4 de Voigtländer, un objetivo que da sorprendentes buenos resultados para lo desapercibido que pasa, y el desafortunado nombre que lleva. Eso de «snapshot» suena como si sólo sirviese para fotos casuales.

Jardín de infancia

Cada vez comparto más la opinión de muchos de que los grandes angulares pueden ser más discretos que los teleobjetivos para las tomas callejeras.

Esculturas de Gómez Ascaso

En general, la gente no tiene la impresión de que también sale en la foto. Te ven «apuntando» a otra parte. Especialmente si te pones a 3 metros de distancia todo lo más.

De Zaragoza... al charco

En fin, en una mañana de un fin de semana climatológicamente inestable me dirigí al centro, donde habíamos quedado.

El material con el que trastear es la Fujifilm X-E1 de un amigo, que ha pasado su primer año de vida pegada a un zoom estándar, aunque de buena calidad, y que ahora goza eventualmente de la compañía del Fujinon 35/1,4, una óptica estándar de excelente calidad y alta luminosidad. A mí me parece un acompañante ideal para la cámara. Un conjunto discreto y con muchas posibilidades. Durante un rato puse una de mis tarjetas. Las fotos no son nada del otro mundo, porque no estoy familiarizado con la cámara. Con las cámara más clásicas para película pocas veces necesito el manual de instrucciones. Pero cuando una cámara electrónica para toma digital tiene sus mandos donde al ingeniero japonés le sale de allí, sin ningún tipo de estandarización, pues te tienes que mirar el manual y acostumbrarte un poco. Pero bueno. Os dejo algunos ejemplos.

No me des la espalda...

Una vez que te acostumbras a tener cuidado con el botón que memoriza la exposición, y que lo han puesto en donde normalmente va apoyado mi pulgar derecho, la medición de la luz con la cámara no supone ningún problema.

Cabizbundo y meditabajo

Un poquito más de velocidad de obturación tenía que haberle dado para fijar el movimiento de la pareja en el interior del arco del Deán; más teniendo en cuenta el buen comportamiento de la cámara a altas sensibilidades.

Brrrrummm Brrrrrummm

Un f/1,4 con un sensor APS-C nos ofrece una profundidad de campo similar a la de f/2 en el formato tradicional de 35 mm. Es decir, a un metro de distancia, muy escasa. Lo cual, gusta mucho. Está de moda. Aunque puede llegar a cansar.

Se lo dejo barato...

Más conveniente resulta el control de la profundidad de campo en tomas más generales para aislar el objeto principal del fondo, pero sin perder mucha información del ambiente.

Mignon... cosa... incógnita (al menos para mí)

La última foto, para esta extraña máquina de escribir alemana de principios del siglo XX. Por más que la miro, no me perece muy práctica… de hecho, no reconocí su utilidad. Gracias a Nati, por habernos informado.

[Televisión] Cosas de series; viajando por el Yukon y nuevamente por Suecia

Televisión

Pocas novedades en esta semana en la que además he ido siguiendo la programación habitual con irregularidad. Pero por lo menos os puedo hablar de dos series, o algo así, con principio y final. Seré breve, que no ando muy sobrado de tiempo hoy.

Parece que las cadenas televisivas que habitualmente se dedican a la divulgación y el documental están usando últimamente la ficción para tratar sus temas. Y en Discovery Channel van y deciden contar la fiebre del oro del Yukón a finales del siglo XIX en una miniserie de seis en tres episodios. Digo seis en tres, porque obviamente estaba pensada como seis episodios de 42 minutos, pero la han emitido en tres episodios de hora y media y en días consecutivos. Así que vista del todo. Y en esta miniserie, seguiremos las aventuras de dos petimetres de Nueva Inglaterra, que tras terminar sus estudios, se dirigen a Dawson City para hacer fortuna si hay suerte y pillan un buen yacimiento de oro entre los sedimentos del río Klondike que da nombre a la serie, que se llama así Klondike. Todos los tópicos del «western» y la frontera trasladados al norte del Canadá. Los buenos, los malos, los pillos, las prostitutas, la tía buena de carácter y, eso sí, en vez del shérif y sus ayudantes, la Policía Montada del Canadá. La verdad es que la serie está realizada técnicamente muy bien, con buen ambientación, y unos paisajes impresionantes. Pero el exceso de tópicos, un ritmo no demasiado acertado (la historia no da para mucho más de hora y media de película), y un protagonista muy poco carismático (Richard Madden), a quien habíamos visto más o menos igual de soso en Game of Thrones, hace que la cosa me haya parecido entretenida pero floja. Anuncian al principio de cada capítulo que habrá violencia y sexo, pero luego se queda en las balaceras tradicionales de las del oeste y algún culete que otro. Y aunque le pongan una sintonía que recuerda a la de los Tronos,… pues se queda en un espectáculo para párvulos en comparación. Al parecer, basada en hechos y personajes reales.

Amanecer en el valle de Tena

Viendo los paisajes nevados del Yukón (en realidad la serie está rodada en Alberta, en la proximidad de Calgary), me doy cuenta que hecho de menos los días de esquí en los Pirineos. Muchos de ellos, en Formigal, al final del Valle de Tena.

Como ya sabréis quienes seguís estas entradas, hace unas semanas seguí las aventuras de Erica Falk en los Crímenes de Fjälbacka, protagonizada por la actriz sueca Claudia Galli. Pero previamente a esta serie, que está basada en los caracteres creados por Camilla Läckberg, pero que son argumentos creados para la televisión, no como adaptación de sus novelas. En ella, la protagonista era la mencionada Erica Falck, escritora de ficción con gran capacidad para entrometerse en la resolución de la enorme cantidad de asesinatos que se dan en la pequeña localidad sueca, y dar con la clave para resolverlos. Pero antes de esta serie se realizaron cuatro producciones previas, que funcionan bien como una serie de cuatro casos divididos en dos episodios cada uno, o como cuatro largometrajes. Aquellas cuatro producciones sí que eran auténticas adaptaciones de los libros de la escritora sueca, y en ellas en realidad el auténtico protagonista es Patrick Hedström, primero novio y después marido de Erica, que tiene un papel más secundario, aunque eventualmente se ve involucrada en los casos y en las tramas. Tiene un tono más dramático que la serie más moderna, y a mí me parece que tienen algo más de calidad, sin que sea tampoco para tirar cohetes.

Bueno, ya vale, que entre unas cosas y otras me está costando escribir esto tres horas. Por diversas interrupciones propias de los 30 de enero. Cosas que pasan cada año.

Punta Escarra

Pero cuestiones familiares durante unos años, y un menisco tocado en la actualidad, me tienen en secano a este respecto. Y hecho de menos la luz de primeras horas del día en invierno, por ejemplo, asomados contemplando la característica figura de Punta Escarra.

[Libro] Los años de peregrinación del chico sin color

Literatura

A estas alturas, nadie puede negar que Haruki Murakami, que se ha convertido en uno de esos eternos candidatos a que apunto estuvieron l nóbel y ese tipo de premios, es una de de los escritores más comentados, influyentes y leídos de la actualidad. Lo cual es algo que encuentro paradójico, puesto que pocas de sus obras son fáciles de leer y digerir. El tipo de ficción que escribe entra del género que se ha dado en denominara con un oxímoron; el realismo fantástico o mágico. Es decir personajes que viven en un mundo en el que los elementos fantásticos conviven o se integran con lo que aparentemente es la realidad. Pero los estos personajes viven conflictos íntimos que son reales, que derivan de vivencias que están ahí, con las que han de convivir y resolver (por la frecuencia del género en la literatura hispanoamericana, algún autor anglosajón ha dicho que el «realismo mágico» es fantasía escrita en español). O no. No es fácil. Ni plantear las situaciones, ni leerlas. Por lo menos para mí. Pero hace tiempo que me tiene enganchado, a pesar de que mis sensaciones con algunas de sus obras son contradictorias. En los últimos meses, nos ha llegado su última obra, y desde luego, he ido a por ella.

Los años de peregrinación del chico sin color
Haruki Murakami; traducción de Gabriel Álvarez Martínez
Tusquets Editores, versión electrónica, 2013

Estación

Las estaciones de tren son la vocación del protagonista de la película, así que haré un recorrido por estaciones visitadas durante mis viajes el año pasado, como una lluviosa estación de Vicenza, Italia, en Semana Santa.

El relato nos cuenta la histora de Tsukuru Tazaki, un ingeniero civil en Tokio especializado en estaciones de ferrocarril, algo que le apasiona desde su infancia, que vive en relativa soledad hasta que a sus más de 35 años comienza una relación con Sara, una atractiva mujer que trabaja en una agencia de viajes, y que le lleva a recordar unos dramáticos acontecimientos que vivió en su juventud, y que a punto estuvieron de acabar con su vida. En su adolescencia, en Nagoya, vivió una profunda amistad en una pandilla con otros dos chicos y dos atractivas chicas. Estuvieron muy unidos hasta que se separó de ellos al ser el único que se trasladó a Tokio para estudiar lo que le gustaba. Aunque no perdió el contacto con el grupo, en una de las visitas a su ciudad natal se encontró con que sus amigos no querían volver a verlo ni que el los buscase o supiera de ellos. Este hecho le sumió en una depresión de la que salió vivo a duras penas. En parte se recuperó gracias a un compañero de universidad, Haidi, que un día también desapareció de su vida sin explicaciones. Sara considera que su relación no puede seguir adelante si no resuelve los fantasmas que le oprimen por aquellos hechos, lo que lo lanza a una búsqueda de lo que pasó.

Waverley Station

O la impresionante cubierta de la estación de Waverley, en Edimburgo (Escocia), durante el principio del verano.

Se podría decir que esta novela, sin dejar de tener los elementos estilísticos propios de la obra de Murakami, es la menos característica y fiel a ese estilo. Paradójicamente, creo que hace de ella la novela más fácil de leer y de comprender por el lector no avisado. Elementos que son característicos de la obra de Murakami

la referencia a la música, a una obra musical en concreto. En este caso, Les Années de Pelerinage de Franz Liszt que aparecen en parte del título de la novela. Así como alguna interpretación de jazz, alguna obra de Monk en esta ocasión,

el protagonista atribulado, con algún trauma juvenil, retraído y con dificultades para las relaciones, especialmente con el sexo opuesto,

la búsqueda de un lugar en el mundo, en un mundo a veces muy despersonalizado, gris, aunque aquí y allí aparecen notas de color o de esperanza,

y, en dosis mucho más pequeñas de lo habitual en la obra de Murakami, notas que proceden del mundo de lo onírico o lo fantástico, o momentos en los que se confunde lo que es real y lo que es imaginado o soñado.

La evolución de la obra es peculiar. En un momento dado te engancha. Mucho. Porque te da la sensación de que en toda esta historia hay un misterio. Un misterio que hay que desentrañar, que hay que averiguar. Por lo tanto, conforme vamos averiguando, en el «peregrinaje» de Tazaki que lo devolverá a su ciudad natal, y lo llevará a los lagos fineses para acabar de conocer la verdad, quizá en un primer momento pensemos que para este viaje no hacían falta tantas alforjas. Si a eso sumas que la resolución de la novela es a través de un final muy abierto, en el que caben interpretaciones varias tanto sobre lo que va a ser de la vida del protagonista, como de lo que realmente sucedió en su juventud (¿todos los sueños, fueron sueños? ¿todos los delirios, fueron delirios? ¿qué fue fantasía, imaginación, y qué fue realidad?)… Es posible que algunos se sientan defraudados como he leído por ahí.

S-Bahn Hackescher Markt

Y las numerosas estaciones del «s-bahn» berlinés, entre las que se encontraba junto al hotel en agosto la de Hackescher Markt.

Sin embargo, con la reflexión posterior, he tardado una semana en escribir esta entrada desde que terminé de leer la novela, a mí me vale como está. Estamos ante un viaje de descubrimiento de una persona que nunca se ha conocido bien a sí mismo. Cuya visión de quién o cómo es no concuerda con la percepción de quienes fueron sus mejores amigos, ni de su papel en el grupo, ni de cómo era la red de afectos. Y eso es lo que vale la pena del viaje. de la peregrinación. El viaje interior. La peregrinación interior. De la que el viaje o la peripecia externa no es más que un envoltorio o una metáfora.

A pesar de todo, nos deja muchos elementos en el aire. Algunos, porque quizá sea bueno que sea así. Otros, como la historia de Haidi y del padre de Haidi, porque quizá una vez cumplida su misión, se olvida de ellos. Aunque a muchos nos hubiera gustado saber más.

Quizá no la obra más notable o destacada de Murakami. Quizá como dicen algunos, un calentamiento o un entrenamiento después de la intensa 1Q84 y antes de la próxima gran empresa del escritor japonés. Pero de buen nivel en términos absolutos. O me lo parece a mí.

Grand Central Terminal

Y como no, la espectacular «Gran Central Terminal» en el centro de Manhattan, este otoño pasado.

[Cine] The Wolf of Wall Street (2013)

Cine

The Wolf of Wall Street (2013), 24 de enero de 2014.

He visto esta película en su versión original en inglés, subtitulada en castellano, por lo que conservo su título original. No obstante, para aquellos que lo prefieran, en la cartelera española es posible encontrarla doblada al castellano con el título literalmente traducido, El lobo de Wall Street.

Ya he comentado en alguna ocasión las contradicciones que experimento ante la figura del director de este filme, Martin Scorsese. Nadie va a negar a estas alturas, yo no desde luego, su nivel  como autor y realizador de cine. Pero bastantes de sus películas, incluso algunas de las más celebradas, han fallado a la hora de interesarme realmente. Tal es así que, cuando estrena película, siempre estoy un poquito a la defensiva hacia la misma. Lo cual contrasta con el hecho de que es un autor cuyos libros y artículos me encanta leer. Es un señor que, en la medida en que se muestra al público, me cae estupendamente. A estas contradicciones he de sumar las que me produce Leonardo DiCaprio. Con su aspecto aniñado, es un intérprete que sufrió una sobreexposición mediática en los años 90, en los que alternó largometrajes de razonable calidad con otros francamente olvidables, y que lleva años intentando que se le tome en serio como actor versátil y de calidad. Y creo que hay elementos para considerarlo así, pero también creo que arrastra algún problema. Si a estas consideraciones sobre su director y actor protagonista, añadimos las tres horas de metraje anunciadas, he de reconocer que nos acercamos a la película con cierta aprensión.

La película nos cuenta la historia de Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio), un agente de bolsa neoyorquino que en los años 90 se hizo multimillonario a partir de un negocio de carácter oscuro que básicamente estafaba a la gente sobre las expectivas que despertaba en los productos financieros que les vendía. Con un grupo de colaboradores de similar catadura moral entre los que destacaba Donnie Azoff (Jonah Hill), y habiéndose casado en segundas nupcias con una supermodelo, paradigma de la esposa florero, que en la película recibe el nombre de Naomi Lapaglia (Margot Robbie) (en la vida real se trataba de la modelo Nadine Caridi), vive en medio del exceso, con fiestas continuadas, una afición desmedida al alcohol, el sexo y las drogas «recreativas», hasta que un agente del FBI, en la película Patrick Denham (Kyle Chandler), pone su objetivo en su derribo.

El toro de Wall Street,... que no está en Wall Street

El símbolo de Wall Street parece más un «toro» que un «lobo»… aunque además, no está en Wall Street. Da igual. A los chinos, les encanta.

La película está basada en el libro que escribió el propio Belfort con el mismo título, y desconozco en qué medida describe con precisión la realidad de los hechos que sucedieron.Ya sabemos que muchos de los personajes son ficticios, aunque basados en los reales. Entiendo que al menos deja planteados correctamente los mecanismos de corrupción y estafa a los que recurrieron Belfort y sus secuaces. Sin embargo, hay elementos confusos en el mensaje que se nos quiere transmitir. El primero de ellos viene del hecho de que parece que es una adaptación autorizada del libro del estafador, por el que cobrará los correspondientes derechos. Un individuo que todavía no ha restituido el dinero que estafó a sus incautos clientes. Quizá un acercamiento más independiente a la historia, libre de las influencias de su instigador hubiese merecido la pena. Por otro lado, hay un hecho claro,… en muchos momentos del filme se ofrece una visión humorística y hasta simpática de los excesos y los desmanes del protagonista, que por momentos se convierte en una especie de «héroe». Lo cual me produce algunas molestias. Cierto es que en una demostración de que la justicia nunca es igual para todos, esta historia es una demostración más de que el que parte de una situación de riqueza o poder tiene más probabilidades para salir de rositas a pesar de sus delitos.

La película es larga. Muy larga. Demasiado larga. Y el recurso al narrador externo, en este caso el propio protagonista narrando su propia historia, no siempre funciona bien, y en mi caso suele funcionar peor que con la mayoría de la gente. Es un recurso que en pocas ocasiones llevo bien. Bien es cierto que la película tiene momentos de gran cine, propios del oficio y saber del director. Pero me pasa lo que en bastantes de los filmes de Scorsese; en su conjunto no termina de funcionar bien para mí, y llega un momento en que me cansa. Y empiezo a mirar el reloj.

Wall Street

De todo lo que vi en Nueva York, probablemente Wall Street fue uno de los lugares más decepcionantes.

En lo que se refiere a la interpretación… estamos ante una continua exposición al personaje protagonista, que DiCaprio interpreta bien. Pero sigue siendo difícil diferenciar a este DiCaprio del que vimos haciendo de Gatsby o de J.Edgar o de Candie en otros filmes… Aunque con el tiempo ha mostrado que es capaz de muy buenas interpretaciones, sigue teniendo una serie de modos, de tics, que hacen que veamos más al actor que al personaje que interpreta. Eso es que, desde mi punto de vista, le falta algo para ser el intérprete excelente al que aspira. Entre los secundarios destaca la breve pero jugosa aparición de Matthew McConaughey, así como el buen acompañamiento de Hill. La chica muestra maneras de ser algo más que una mujer estupenda, de hecho realmente guapa tirando a espectacular; pero limitada por la propia naturaleza del papel.

Como resumen he de decir que estamos ante una película que está bien, y que seguramente gustará mucho a los incondicionales tanto del director como del actor. Pero yo no lo soy. Y simplemente opino que está bien. El tema de la ética en los negocios financieros, en lo que pasa en Wall Street ha estado mejor tratada en otros filmes, pareciéndome como ya he dicho confuso el mensaje sobre el personaje de esta que nos ocupa ahora. Como ya he mencionado, un acercamiento un poco más sobrio, más dirigido y más independiente al personaje me hubiera parecido de agradecer.

Valoración

  • Dirección: **** Scorsese es un maestro, aunque no siempre me convence lo que me cuenta.
  • Interpretación: *** Buenos intérpretes; no geniales, pero buenos.
  • Valoración subjetiva: ***  Imposible suspender esta pelícual; bajo ningún concepto. Pero también le encuentro pegas suficientes para hacerla pasar del punto medio.
Wall Street

Un lugar feo, lleno de gente poco interesante,… pero que dan mucho por el saco al mundo…

[Fotos] Neopan 100 Acros, una chica nueva en el barrio…

Fotografía, Fotografía personal

No había usado nunca película negativa en blanco y negro de Fujifilm. Y recientemente llegó a mis manos un carrete de Neopan 100 Across, que estuve utilizando hace un par de semanas, aunque no revelé hasta este sábado, en compañía de un carrete de Ilford FP4 Plus. Las notas técnicas de cómo la utilicé y la revelé la podéis ver en Medium, que es donde suelto estos rollos. Sólo diré que me ha encantado. Así que os dejo unos ejemplos de lo que dio de sí un sábado por la mañana.

Ah… y quiero añadir que el blog de prueba que hice para mostrar a unos amigos cómo se abría uno, en el que puse fotografías en blanco y negro, sigue abierto y sigo actualizándolo con este tipo de fotos. Y se sigue llamando El blanco y el negro, claro.

La delgada línea que separa...

Una mañana gris en la Plaza de los Sitios de Zaragoza.

No me des...

Por el costado del Teatro Principal.

Calabazas

Calabazas en el mercado de productos naturales de la Plaza José Sinués.

Un manojo de acelgas

Ale, un buen plato de acelgas para comer…

Autorretrato

Los sospechosos habituales que han perpetrado este pequeño reportaje.

Una paloma

Fachada de Santa Isabel de Portugal en Zaragoza, popularmente conocida como San Cayetano.

Jamones de Teruel

Tiene buena pinta,… y unos precios…

Los ojos que...

Tú que miras…

[Fotografía] Recomendaciones semanales; pasado y futuro de la película de 35 mm, y alguna cosa sobre las series fotográficas

Fotografía

Parece ser que han decidido que este 2014 sea año de aniversarios. Ya irán llegando. Pero esta semana ha habido diversas noticias anunciando el 100º aniversario de las Leitz Camera (Leica). Sería en 1914 cuando Oskar Barnack creo su primer prototipo de cámara ligera, la Ur-Leica, para obtener negativos sobre película cinematográfica de 35 mm con una superficie aproximadamente el doble que el fotograma usado para las imágenes en movimiento proyectadas. Si queréis que os diga la verdad, creo que va a haber un montón de 100º aniversarios al respecto, puesto que tardaron casi una década más en sacar realmente el producto al mercado, y algunos años más en estandarizar una serie de aspectos, como la montura de los objetivos, que les permitió obtener el prestigios y el éxito comercial que ya conocemos. Pero bueno… hace 100 años alguien decidió, sin saberlo, que hoy muchos fotógrafos digitales suspirarían por las cámaras «full format» de sensor de 24 x 36 mm, el que Barnack estableció en aquel momento por una cuestión de conveniencia, y que entonces era conocido como «little format» si se le comparaba con el resto de material negativo que se usaba en fotografía, o «double format» si se comparaba con el tamaño del fotograma cinematográfico. Todo es relativo… ¿no? Puntos de vista.

Leica CL

Con los años, he ido haciendo una pequeña colección de Leicas, que uso de vez en cuando. Mi primera Leica fue esta Leica CL que compré en una feria de material fotográfico clásico y de ocasión en Huesca.

Sin embargo, por otro lado nos llega un anuncio más sobre el declive de la película de 35 mm, la que sirvió de base para aquellas legendarias LeicasParamount Pictures ha anunciado que va a dejar de distribuir sus largometrajes, según nos informan en Quesabesde, en forma de película de celuloide. A partir de este momento, y para mejorar la versatilidad y disminuir los costes de proyección, la distribución se realizará exclusivamente por medios digitales. Se supone que otras distribuidoras, una vez abierta la caja de los truenos, se sumarán al carro con rapidez. Esto no significa que la película de 35 mm no siga siendo una opción para filmar cine,… pero no son buenos tiempos. Y el desarrollo de las películas para fotografía fija siempre ha estado a remolque de las de cine… No son buenas noticias para los amantes de tecnologías tradicionales, entre los que me incluyo de vez en cuando.

Y si seguimos mezclando fotografía y cinematógrafo, me entero en Petapixel, no lo sabía, que en tres ocasiones, en 1941, 1942, 1947, hubo premios óscar a la foto fija de las películas de cine. En cine se distinguen dos tipos de fotografía. La importante para ellos, el director de fotografía y sus colaboradores del área de luces y eléctricos, que se encargan de la fotografía principal en movimiento de las producciones cinematográficas. Pero también está el «foto fija», el fotógrafo convencional que documenta y realiza las imágenes de promoción de las producciones cinematográficas. En los tiempos del «star system» y el sistema de estudios, las fotografías de promoción, especialmente los retratos de las estrellas, alcanzaron niveles técnicos y artísticos de nivel considerable. ¡Cuantas personas coleccionaban postales con las fotografías de promoción de sus artistas y películas favoritas!

Y mientras la película fotográfica tradicional lucha por sobrevivir, algunos se empeñan en afirmar que «la película no ha muerto» y nos muestran cómo se puede desarrollar la creatividad con este medio. Por ejemplo, con la fotografía titulada 1 kilopixel de Jefferson Chang. Imagen formada por una matriz de negativos de 24 x 36 mm, 29 rollos de 36 exposiciones, lo cual hace 1044 fotogramas, para formar una única imagen. Un trabajo original, que exigen una cuidadosa planificación.

Leica IIIf

Por su belleza, y por su contribución a la historia de la fotografía, me hice en su momento, traída de Viena, con una Leica con montura de rosca, en concreto una IIIf con su Elmar 5 cm 1:3,5.

El último número fuera de serie de Réponses Photo está dedicada a las series fotográficas. Además de poder ver espléndidos ejemplos de este concepto, hay una reflexión sobre el significado de lo que es una serie fotográfica. Y hoy traigo algunos ejemplos recientes que han aparecido por la red de redes.

En Lens Culture han estado premiando trabajos que han aparecido entre sus páginas. Y creo que son destacables los tres trabajos que aparecen en la categoría porfolio o serie fotográfica. Que ya han ido apareciendo por aquí, pero que no pasa nada por mencionarlos de nuevo.

Creo que este último es el único que no había sido mencionado, pero dada mi afición a la pintura de Edward Hopper, me ha hecho «perder» un buen rato comparando «original» y «copia».

En Lenscratch nos proponen hacer un recorrido por la obra de Frank Armstrong, un fotógrafo norteamericano que con los años ha sabido adaptarse a los tiempos y modificar el tono y la forma de sus imágenes. Y así, podemos ver cómo comenzó con bellos y técnicamente perfectos paisajes en blanco y negro tomados con una cámara de gran formato, tanto naturales como en medio urbano, allá por los años 70 del siglo XX. Pero dos décadas más tardes lo teníamos fotografiando, con su serie Main Street, las calles principales de diversas localidades norteamericanas, a todo color y en formato panorámico. Y en épocas más recientes, en la primera década de este siglo, lo tenemos haciendo una serie en blanco y negro sobre los visitantes de Liberty Island… aquí ya en modo reportaje con una cámara de  formato más modesto.

Conocí a Max Pam cuando compré un libro, catálogo de una exposición, que hizo mano a mano con Bernard Plossu. En L’Oeil de la Photographie nos hablan del último trabajo de este viajero empedernido. Con un título muy sugerente, Supertourist, basado en su visión de la India. No me importaría echarle un vistazo detallado.

Leica M2

Aunque la CL admite los objetivos de bayoneta M, no se considera como parte de esta prestigiosa serie. Así que un momento dado, me hice con la bonita y significativa Leica M2, que tantas emblemáticas fotografías ha dado a lo largo de su historia.

En L’Oeil de la Photographie dedicaron su edición de este jueves pasado a las últimas tendencias. Cada cual tendrá sus preferencias al respecto, pero yo me quedo con los trabajos This is not a Map #2 de Ronan Guillou, y Road Movie de Nicolas Dhervillers.

Y ya sólo me quedan un par de recomendaciones relacionadas con el paisaje. Una con el paisaje social, el de Groenlandia tal y como lo ve Ciril Jazbec y nos lo traen desde las páginas de Lens de The New York Times, una tierra bella pero dura, especialmente para sus habitantes, que llevan varias décadas desorientados sobre su razón de ser y su futuro, tanto individual como colectivo. Y finalmente, desde las páginas de Feature Shoot, las técnicas mistas de fotografía y diseño digital de Mark Dorf, que me parece que aportan algo distinto a los espléndidos paisajes que toma para su serie //_PATH.

Creo que hoy ha quedado clara la idea de la importancia de tener, una idea, un proyecto y reflejarlo en un serie fotográfica.

Leica ME

Y para celebrar mis propios aniversarios personales, me regalé hace unos meses con una Leica M-E, modelo digital derivado de la M9. Como a cada cual hay que darle lo suyo, he de decir que yo me inicié en serio en la fotografía con una cámara Pentax, y estas fotografías están tomadas con una Pentax MX con objetivo Pentax-M SMC 50/1,7, cargada con negativo en blanco y negro Ilford FP4 Plus revelado en Rodinal 1+50 a 20ºC durante 12 minutos. Las fotos, salvo corrección de polvo y otras motas, no han sufrido correcciones de tonos o contrastes, y están tal cual han salido del escáner.

[Libros de fotografía] Terré, McCurry, Güler… muy diverso

Fotografía

Hace ya un tiempo que no comento adquisiciones en libros de fotografía. Así que, aunque sea brevemente, os traigo lo que ha caído en mis manos en torno a las fiestas navideñas. Que hay cosas interesantes.

Obras Maestras – Ricard Terré

Editado por La Fábrica, en su estupenda colección Obras Maestras como el propio título de la obra indica, este libro funciona como catálogo de la estupenda exposición de Terré de la que pudimos disfrutar, y mucho, este verano pasado en La Lonja de Zaragoza, y que supongo que se irá moviendo por otras ciudades de la geografía española. Ni qué decir tiene que es una excelente forma de poder disfrutar de la obra de este estupendo fotógrafo catalán, y que tiene la calidad propia de los libros de esta editorial, especializada en el arte fotográfico.

Dibujante en la piazza de San Marco

Algunos de los libros de hoy incitan a viajar y conocer el mundo. Yo también dedico mi tiempo a la fotografía de viajes. Aquí, por ejemplo, documentando como algunas optan por otras formas de recoger sus impresiones distintas de la fotografía, en la piazza de San Marco de Venecia.

Untold: The Stories Behind the Photographs – Steve McCurry

En esta ocasión es Phaidon quien nos trae una obra de gran formato sobre uno de los fotógrafos más conocidos y mediáticos de la actualidad. Sigo habitualmente el blog de McCurry que, además de disfrutar de sus fotografías, nos permite conocer un poco más lo que hay detrás de las mismas. Sus historias humanas, o el proceso de llegar a tomarlas; el viaje, las circunstancias, los medios,… Y un poco de eso va este libro, excelentemente impreso, con unas fotografías espléndidas en su reproducción, en su colorido, pero que además llevan acompañadas unos textos y unas ilustraciones complementarias, que nos permiten conocer un poco más del esfuerzo y del proceso que lleva conseguir estas fotografías. Otra obra altamente recomendable para la biblioteca fotográfica de los aficionados. O de cualquiera, vamos.

Puesto de artesanías en el Rynek Główny

Yo recorro periódicamente mis fotografías de viaje. En estos momentos estoy terminando de volver a revisar el año 2008. En el mes de julio estuvimos en paseando por el Rynek Główny (plaza del Mercado) de Cracovia, en Polonia.

Estambul – Ara Güler

Una pequeña joya que encontré escondida entre los libros de la sección de viajes de una conocida cadena de establecimientos dedicados al ocio de origen francés. Por un precio muy recomendable, no llega a los 10 euros, y con textos del premio nóbel de literatura 2006, Orhan Pamuk, tenemos el libro con fotografías dedicada a la histórica capital del Imperio OtomanoGüler es un excelente fotógrafo documental, tal vez los modernos se refirieran a él como «street photographer», que tuve la ocasión de conocer hay ya unos años. Editado por Anaya Touring Club, con una calidad razonable, por ese precio me parece que no tenerlo en la biblioteca es un sinsentido para cualquier aficionado a la fotografía. O ya que los responsables de la tienda lo habían situado en una sección distinta, para cualquier aficionado a los viajes y a conocer el mundo.

Foro Romano

Y de vuelta de unos cuantos días por el golfo de Nápoles, pasamos una agradable tarde paseando por Roma. Por los Foros Imperiales, por ejemplo.

Podéis acercaros a mi fotografía de viajes en De viaje con Carlos y en mis Cuadernos de viajero, os recuerdo.

[Fotos] En un callejón

Fotografía personal

Hace ya un par de semanas estuve haciendo unas fotos con la veterana Pentax MX y un carrete de película en blanco y negro. Aún no lo he revelado. Y me llevé en la bolsa la Panasonic GF1 con la «tapita» de Olympus puesta. Más para comparar las mediciones de luz de la Pentax que para otra cosa. Era un día nublado. Muy gris. El caso es que cuando se me acabó el carrete, no lejos de la plaza de San Felipe, me encontré junto a un callejón que me llamó la atención fotográficamente hablando. Pero no tenía más que la GF1 con el limitado objetivo que es la mencionada «tapita». Ajusté una sensibilidad alta, había muy poca luz, sobrecompensé la frialdad del nublado con un ajuste del equilibrio de color para sombras, y me puse ha tomar algunos «apuntes» fotográficos. Ya los había olvidado. Los encontré ayer, y… no sé. El caso es que me apetece dejaros algunos aquí.

Por cierto, que han anunciado otra «tapita» pero con un ojo de pez… ¡quién sabe! ¿Igual me sirve para jugar a los efectos especiales! Si no se pasan con el precio…

En el callejón

La «tapita» esta pensada teóricamente para aprovechar al distancia hiperfocal, pero nunca he sacado el fondo nítido. Siempre he pensado que mi ejemplar tiene la distancia máxima de enfoque más corta de los dos metros prometidos.

En el callejón

En cualquier caso, a pesar del f/8 fijo, cuando enfocas a pocos centímetros, el desenfoque puede ser muy estético.

En el callejón

Aunque las tres lentes del cacharro, sumadas al ruido de los 1600 ISO, no permiten nunca una gran nitidez.

En el callejón

Lo cual no siempre es malo si de lo que se trata es de crear o reflejar un ambiente.

En el callejón

Y me ha servido para recuperar esa paleta de colores cálidos en las fotografías, que últimamente estaba dejando de lado, por otra más natural o neutra.

[Televisión] Cosas de series; vienen los piratas…

Televisión

Casi todas las reincorporaciones y casi todas las novedades que me han interesado en este mes de enero están ya más o menos en marcha. Desde luego, la novedad que está acaparando más la atención parece ser True Detective,… que de momento me está gustando, aunque esperaré un poco a comentar más extensamente. También me parece más entretenida y mejor hecha de lo que parecía en un principio Killer Women, aunque parece ser que el destino que pesa sobre esta serie es bastante ominoso. También es cierto que el patrioterismo barato del último episodio arruinó lo que era una trama entretenida. En cualquier caso, en esta semana que ha pasado hay que señalar alguna novedad y alguna despedida, y eso vamos.

Se despidió esta semana pasada la cortita temporada de Ground Floor, los amores improbables de un tiburón de una empresa financiera y la encargada de los servicios de mantenimiento, en clave de humor. Es una serie amable, razonablemente divertida, y con episodios de sólo 20 minutos de duración. Y la chica, Jenny (Briga Heelan), está como un queso. Qué más vas a querer. Tal vez no pase a la historia de la televisión como un hito especial, pero… espero que vuelva.

Las Armas

Hoy no relaciono fotos y contenido de la entrada. Simplemente, algunos paisajes urbanos de Zaragoza un domingo por la mañana, por la calle de las Armas,…

Y sustituimos esta «sitcom», por otra que ya conocíamos de temporadas pasadas, Men at Work. Las cosas estos cuatro compañeros de trabajo son entretenidas. Cumplen perfectamente con lo que se espera de una comedia de este tipo, sin más. Pero sin menos. Lo dicho. Entretienen.

Ha vuelto Call the Midwife, el drama británico sobre las comadronas del destrito de Poplar en Londres, que nos ofrecieron un especial de navidad un tanto empalagoso. Con el protagonismo de la serie más distribuido, con un sentido más coral del reparto, el peso ya no cae tanto sobre la «uber-charming» Jenny (Jessica Raine) (vaya, con las «jennies»). Se le está poniendo un tufillo excesivamente buenrollista y conservador a la serie. Más del que tenía… pero antes aún había algún toque más interesante en la historia dramática de los protagonistas… No sé. Sigue estando bien, pero ya no me llama tanto la atención.

Mercado Central

saliendo al Mercado Central,…

Y como estreno realmente llamativo tenemos Black Sails. Una de piratas. Esencialmente han cogido al personaje de La isla del tesoroLong John Silver (Luke Arnold), y nos lo muestran cuando era joven y se enrola en la tripulación del Capitán Flint (Toby Stephens). Sinceramente, todavía no sé por donde irá. Apuntan buenas maneras estas «velas negras», pero puede salir cualquier cosa. Hay que darle más tiempo. Tono adulto, aviso. Hay violencia, y algún desnudo que otro. Ambos en cantidades moderados con respecto a otras producciones, pero los hay.

César Augusto

para ir a coger el tranvía cerca de la estatua de Augusto, donde nunca falta alguien inmortalizando su imagen junto a la del magno emperador que dio su nombre a la ciudad.

[Libro] El último Catón

Literatura

Dicen los aficionados a la cosa religiosa que todo pecado lleva consigo su propia penitencia. Y en esta ocasión mis pecados ha sido la pereza y la avaricia. La avaricia porque cuando vi que me ofrecían en Amazon Kindle el libro gratis, y como «me sonaba», pues decidí «comprarlo». Como era gratis… La pereza por no haberme informado de qué iba. Efectivamente «me sonaba», pero no tenía ni idea de qué iba. Pero como era gratis… Así que descubrí de que iba la cosa cuando empecé a leerlo. Asumí que había «pecado», y que debía asumir la «penitencia». Leer el libro. Y aquí os cuento cómo he vivido esta «penitencia».

El último Catón
Matilde Asensi
Editorial Planeta; versión electrónica, 2013

La hermana Ottavia Salina dirige la sección de paleografía de los archivos secretos del Vaticano. Perteneciente a una prominente familia siciliana, la octava de nueve hermanos, desde jovencita encaminó sus pasos a la vida religiosa y al estudio erudito del pasado. Pero una crisis mundial, que al parecer pone en peligro la razón de ser de la iglesia católica, hace que sus servicios sean requeridos por las más altas magistraturas del minúsculo estado vaticano. Pronto formará equipo con Kaspar Glauser-Röist, un seco y contundente capitán de la Guardia Suiza, y Farag Boswell, un arqueologo egipcio, de la minoría copta. Alguien está robando las reliquias de la Vera Cruz, y hay que detenerlos. Para lo cual contarán con la guía de Dante Alighieri, y su paso por el purgatorio en la Divina Commedia, donde tendrán que renunciar a los pecados capitales, a través de diversas pruebas en algunas de las ciudades más significativas de la cristiandad.

Santa Maria in Cosmedin

Desgraciadamente no he visitado todos los lugares que los protagonistas de esta aventurilla han de investigar, pero sí algunos. Por ejemplo, la coqueta basílica bizantina de Santa Maria in Cosmedin en Roma.

Sinceramente, dos cosas. La sinopsis que acabo de plantear me parece razonablemente precisa. Ahora que la leo, el planteamiento de la novela me parece una memez de un tamaño descomunal. Leí en una ocasión que, si se reuniesen todas las astillas dispersas por el mundo de las que se afirma que son restos de la cruz en la que se ejecutó a Jesús de Nazaret resultaría que al nazareno lo crucificaron en un bosque y no sobre un poste con un travesaño. Pase que podemos considerar el asunto de la búsqueda de la misteriosa secta que roba las dichosas astillas como un «macguffin» especialmente ridículo para lo que es un recorrido erudito y más o menos aventurero por una serie de lugares más o menos turísticos del Mediterráneo oriental, incluida Italia. Hay otros elementos que me parece que rozan, borden o simplemente se meten de lleno en lo ridículo. Como lo de la familia de la monja protagonista, que se ve venir de lejos, y que te acaba de convencer de que la heroína que nos propone Asensi es una lerda de marca mayor, por mucha habilidad que parezca tener para comunicarse en griego bizantino. Y si nos encontramos que además de los tópicos habituales del género, los mezclamos con el mito de Sangri-La, cambiando el budismo por el paleocristianismo,… pues nos sale un pastiche de mucho cuidado.

Dicho todo lo cual, estamos como de costumbre en este tipo de novelas, ante un producto de comida rápida, consumo fácil y, si no eres muy exigente, digestión fácil. Eso sí… como tenga algún tipo de inquietud o respeto sobre lo que debe ser una novela de misterio con trasfondo histórico, te puedes atragantar con frecuencia. Esto es como ir a comer al macdonald, cosa que no personalmente no hago desde diciembre de 1994, momento en que no nos quedó más remedio por no encontrar alternativa razonable a matar el gusanillo en una fría tarde en Windsor. No son pocos los estómagos literarios que se lo pasarán pipa con esta novela. Los aficionados a los bodrios de Dan Brown y similares disfrutarán. Incluso yo dirían que a lo mejor hasta valoran la supina mediocridad del anterior, ya que por lo menos el nivel histórico de la novela que aquí presento es muy superior. Mi crítica va más contra lo absurdo de muchos momentos de la trama, y contra la estulticia en la definición de los personajes, que contra la erudición en la preparación de la novela. Pero yo he aprendido la lección. Da igual lo barato, o gratis, que me ofrezcan un libro. Si no me aseguro de qué estoy cogiendo, mejor lo dejo en paz. Opinión la mía que no obsta para que la novela haya sido un éxito de ventas y se haya traducido a varios idiomas. Pero el mundo es así… partidario de la comida rápida,… o basura… como prefiráis denominarla. Y no me extrañaría recibir el comentario o mensaje airado de algún entusiasta de este producto de la «literatura patria», de los que opinan que es pecado de lesa majestad o de sedición decir que  un producto nacional de éxito comercial es un bodrio. Ya me ha pasado.

Santa Sofía

Y también visitan Estambul, aunque no Santa Sofia, la única gran basílica bizantina que queda en la antigua Constantinopla o Bizancio, convertida en mezquita musulmana.

[Cine] The Grandmaster (2013)

Cine

The Grandmaster (一代宗師 – Yi dai zong shi, 2013), 19 de enero de 2014.

Cuando todo hacía pensar que este fin de semana tocaba ir a ver a Scorsese, nos encontramos con dos hechos. Uno, que teníamos que contar con tres horas de sesión… ¡qué manía de hacer películas interminables! Dos, que teníamos en cartelera a Wong Kar-Wai. En versión original además. Y como el director chino nos resulta siempre muy atractivo, y tan escaso de ver, que decidimos ir a ver una de… ¡artes marciales! ¡Quién lo iba a decir! Pues nada. A ello. Una advertencia que me gusta hacer. En esta entrada hay muchos nombres de personas chinas. Y allí ponen el apellido delante del nombre propio. Y así lo voy a hacer aquí, salvo en los nombres artísticos de intérpretes chinos que han occidentalizado su «nombre de pila».

Este «gran maestro» al que hace referencia el título es el apelativo por el que se conoció en un momento dado al maestro de artes marciales chino Ip Man (Tony Leung Chiu Wai), cuya vida recorreremos en esta película. Una vida en la que pasó de se hijo de un acaudalado hombre del sur de China, a caer en la pobreza durante los años de la ocupación japonesa, perdiendo a su familia, hasta que refugiado en Hong Kong se convirtió en maestro de artes marciales, dando renombre mundial a estos modos de lucha tradicional china. Pero por el camino nos cuenta también su encuentro con Gong Er (Zhang Ziyi), hija de un maestro también de luchas marciales del norte del país, con quien tuvo un encuentro que les marcó a ambos, y que tuvo un destino más triste también durante la ocupación japonesa y el estado títere de Manchuria.

El río Ebro en Escatrón

No tengo fotografías de China… así que sigo con mis paisajes de la quedada fotográfica del sábado; el río Ebro en Escatrón.

Veamos. Tres cuestiones rápidas. Una, nunca me ha interesado gran cosa el tema de las artes marciales, y esta película no ha cambiado ese hecho. Dos, escondida en esta película hay una de esas historias de amor imposibles que antes hemos visto manejar con tanta habilidad al director, pero que aquí no adquiere el protagonismo necesario. Quizá porque la realidad histórica no lo permitió. Tres, la capacidad del director para producir bellas imágenes, para encajar estupendas bandas sonoras, para rodearse de estupendos directores de fotografía, sigue intacta. Por lo tanto, mis sentimientos ante esta película son contradictorios. Me parece una película muy bella, sobre algo que no me interesa casi nada. Si simplemente hubiese pasado de los personajes históricos, hubiese dejado de lado tanta coreografía marcial, y hubiese profundizado en la historia en la relación entre los dos personajes protagonistas, aunque no se correspondiese con la realidad, aunque hubiese sido una ficción… Creo que podría haber sido una película que me hubiera gustado bastante.

Más porque creo que sus dos protagonistas son excelentes. Tony Leung ya nos ha dado muestras suficientes de su calidad actoral en más de una ocasión, y sigue ahí. Y Zhang, a pesar de que ya nos es tan cría como su aspecto nos quiere hacer pensar, siempre ha sido una actriz con mucho potencial, más allá de sus formas de muñequita. De hecho, creo que va adquiriendo madurez y ofreciendo mejores registros interpretativos.

Pero sinceramente,… a pesar de todo lo anterior, ha habido ratos que me ha aburrido. Y es que cuando un plato no es de tu gusto, ya te lo puede apañar el mejor cocinero del mundo y con los mejores ingredientes… no lo disfrutas. Y eso es lo que me ha pasado a mí. Esta película, que me parece muy bien hecha, no me ha interesado nada. Esa otra película que podría haber sido… no lo sabremos nunca.

Valoración

  • Dirección: **** Wong tiene oficio para dar y vender.
  • Interpretación: **** Muy buenos intérpretes, contenidos, pero muy expresivos.
  • Valoración subjetiva: **  Lo dicho, la cosa de las artes marciales… me sobra. Y me falta un mayor desarrollo de las historias personales.
El río Ebro en Escatrón

Con el monasterio de Rueda al otro lado del azud. Estoy menos contento con las fotos que hice con la cámara digital que con la vieja Ikonta…

[Fotos] Paisaje en blanco y negro con cámara clásica

Fotografía, Fotografía personal

Los detalles técnicos de esta serie de fotografías lo podéis encontrar en mis artículos técnicos en Medium, en concreto en el que he dedicado a usar la Zeiss Ikon Ikonta B (521/16). Aunque como curiosidad, dejaré aquí puesto un vídeo de cómo se envasa el revelador que todos llamamos Rodinal, aunque esta era una marca registrada por Agfa, y ahora se vende como R09 One ShotAdox Adonal. Da lo mismo. Tanto el que vendía Agfa como los otros dos que se venden ahora se fabrican y envasan en el mismo sitio y son lo mismo. Es el revelador fotográfico más antiguo todavía en uso, y comercializado.

Por lo demás, los paisajes que os traigo están realizados a orillas del río Ebro en Escatrón, y en las Saladas de Sástago/Bujaraloz. Se denomina «saladas» a los humedales propios de la estepa de los Monegros, y son áreas de gran interés ecologico y paisajístico.

A orillas del Ebro en Escatrón (blanco y negro)

El río Ebro a su paso junto a Escatrón y el monasterio de Rueda.

A orillas del Ebro en Escatrón (blanco y negro)

Otra vista del río Ebro desde el azud en Escatrón, que le da ese aspecto tranquilo y remansado.

A orillas del Ebro en Escatrón (blanco y negro)

El camino jacobeo del Ebro pasa por estas orillas.

Saladas de Sástago/Bujaraloz (blanco y negro)

Una de las saladas de Sástago/Bujaraloz, la más grande, nos ofrece una imagen de gran serenidad ante la ausencia de viento a la caída de la tarde.

Saladas de Sástago/Bujaraloz (blanco y negro)

En las saladas encontramos la estructura de antiguas salinas para la extracción de sal de las aguas de recolección endorreica.