Snowpiercer (2013), 14 de mayo de 2014.
Nuevamente una película que cuando se estrena en pantalla grande no llega a Zaragoza, a pesar de que se lleva los mejores comentarios de la crítica para los estrenos de la semana, incluso del mes, pero que simultáneamente es programada como estreno en un canal de televisión por satélite. Así que, como ya he comentado en alguna ocasión, nos tendremos que ir acostumbrando a los estrenos en pantalla pequeña. Al final, tendré que hacerme a la idea de comprar un televisor más grande para hacerme la ilusión de estar «en el cine».
Veo esta película en versión original, fundamentalmente en inglés, con algún diálogo en coreano. Al fin y al cabo se trata de la primera producción internacional dirigida por el surcoreano Joon-ho Bong. Donde haya llegado a la cartelera española en versión doblada, creo que la podéis encontrar bajo el título Rompenieves o Snowpiercer (Rompenieves), o algo así. Es adaptación de una historieta francesa, Le Transperceneige.

Un verdadero «transperceneige» es el ferrocarril que sube al macizo de la Jungfrau en Suiza, y que atraviesa el macizo montañoso por su interior.
Película de tema postapocalíptico. Como consecuencia de un experimento para parar el cambio climático y el calentamiento global, el planeta ha entrado en un periodo bola de nieve, y todo esta helado. Los pocos supervivientes lo hacen a bordo de un fenomenal tren, construido por un empresario megalomaniaco que recorre el mundo, tardando un año en hacer el circuito completo. Lleva casi 18 años circulando sin parar con los restos de la especie humana. Especie humana que se encuentra dividida en un férreo sistema de castas diferenciado entre los que viajan en cabeza de tren, que subieron por invitación o pagando su derecho a viajar, y los que viajan en cola de tren, que fueron recogidos por caridad, y viven hacinados y con los recursos justos. De vez en cuando se produce algún conato de rebelión. Y Curtis (Chris Evans), harto ya, va a iniciar una, incitado por el viejo Gilliam (John Hurt). Pero tendrán que llegar hasta la locomotora si quieren derribar el poder omnímodo de Wilford (Ed Harris).
Con un reparto internacional y una ambientación claustrofóbica sólo «aireada» de vez en cuando por los paisajes helados del mundo que recorre el tren, nos encontramos con una producción muy interesante que, en su temática postapocalíptica nos ofrece una visión distópica de las desigualdades de las sociedades humanas, al mismo tiempo que nos ofrece una película de acción mucho más interesante que la mayor parte de las adaptaciones procedentes del cómic que se ven habitualmente, y con ventaja, desde mi punto de vista. Bien es cierto que la visión de la película en pantalla grande hubiera hecho que ganase notablemente. O que hubiera servido para poner de manifiesto las limitaciones de sus gráficos generados por ordenador. No sé.

Eventualmente podemos contemplar los grandes seracs que se desprenden en las laderas de los glaciares que flanquean estas grandes montañas alpinas.
Reparto casi coral, aunque con unos protagonistas claros, que interpretan unos caracteres más complejos y desarrollados de lo que es habitual en el mundo de la adaptación del cómic. Cumplen con suficiente solvencia.
No voy a decir que esta película haya despertado mis entusiasmos, porque no es mi estilo de película. Pero reconozco que me parece un entretenimiento bastante interesante, y con más sustancia y menos banalidad que la que nos ofrece Hollywood habitualmente con sus habituales adaptaciones de superhéroes vestidos con pijamas de colores y argumentos absurdos. Bastante más interesante el torturado Curtis que el memo del Capitán América, paradójicamente interpretados por el mismo actor. Lo único que me chirría es el falsamente esperanzador final. Falsamente esperanzador desde mi racional punto de vista.
Valoración
- Dirección: ***
- Interpretación: ***
- Valoración subjetiva: ***