[Nostalgia] Diversiones de posguerra

nostalgia

En el baúl de los recuerdos de mi madre no falta una especie muy curiosa; la de los programas de cine, postales de actores y actrices, u otras cuestiones relacionadas con el mundo del espectáculo y la diversión de la triste posguerra española. Pero ninguna sociedad, por triste que sea de forma intrínseca estructural, puede pasar sin sus momentos de evasión. Y el cine fue probablemente el medio de pasar alguna tarde de domingo escapándose de las realidades cotidianas. De forma no muy distinta a lo que sucede hoy en día, aunque los escapismos se hayan diversificado en forma de televisión, internet, deportes de masas y otros. Algunos de estos también existían o apuntaban maneras en los años 40 y 50 del siglo XX.

Lo que me llama la atención es la existencia en el baúl de fotografías de personas disfrutando de los placeres del esquí, hechas un pincel, con los estilizados modelos de la época. Aunque la familia de mi madre, antes de la guerra, tenía sus posibles y probablemente disfrutaban de cierto «nivel» en las relaciones sociales, lo cierto es que la salida del conflicto bélico (in)civil les dejó muy mal parados económicamente. No entraremos en ello, no merece la pena ahora. Así que lo de disfrutar del esquí en las estaciones catalanas más antiguas, como La Molina, donde parece estar hecha la foto de la señora o señorita desconocida, no entraba dentro de sus posibilidades. Hoy en día la práctica del esquí no es barata, pero se ha convertido en un entretenimiento invernal mucho más común. En aquella época estaba reservado a determinado nivel socioeconómico.

Tuve que asentarme yo profesional y económicamente para que alguien de la familia pudiera disfrutar de la nieve en los Pirineos o en los Alpes. Disfrute que ya no es posible por culpa de un fisura en mi menisco interno derecho. Que se le va a hacer.

[Cine] Turist (2014)

Cine

Turist (2014); vista el sábado 28 de febrero de 2015.

Siempre me gusta poner el título original de la película cuando la vemos en versión original. En la versión doblada al castellano, el título que le han dado es «Fuerza mayor», que es la traducción directa del título que han dado a la película en el mundo anglosajón «Force Majeure», que paradójicamente es una expresión en francés. Tanto más paradoja cuanto que la versión exhibida en Franica recibía el título en inglés de «Snow Therapy»….¡¡¡¡¡¡?????? ¿Tanto les costaba haber dejado en todas parte el título que le dieron los suecos que la hicieron? Simplemente, «Turist». Cada vez entiendo menos a las gentes del marketing.

Esta película sueca dirigida por Ruben Östlund, y rodada en la estación alpina francesa de Les Arcs, venía avalada de buenas críticas y por haber optado a diversos premios a lo largo de su carrera comercial. Lo cierto es que la idea original es que después de varias semanas viendo películas «oscarizables», vendría bien «desintoxicarse» con las propuestas de otras cinematografías. Entre las propuestas diversas que aparecieron en la cartelera española este fin de semana, optamos por esta por una cuestión de conveniencia práctica.

La película nos habla de una familia sueca, el papá Tomas (Johannes Kuhnke), la mamá Ebba (Lisa Loven Kongsli), la niña mayor Vera (Clara Wettergren) y el niño pequeño Harry (Vincent Wettergren), que están pasando una semana de vacaciones esquiando en los Alpes franceses. Todo va bien, y parecen el paradigma de familia ideal hasta que sucede un incidente. Tras una noche de nevada, los cañones de la estación provocan aludes controlados, y uno de ellos crece más de la cuenta y parece dirigirse hacia la terraza del restaurante donde está comiendo la familia, cundiendo el pánico y cubriéndolo todo de la nieve pulverizada, pero sin más consecuencias. Cuando todo se aclara, se descubre que mientras que Ebba se ha quedado en la terraza protegiendo bajo su cuerpo a los niños de cualquier posible riesgo, Tomas ha salido corriendo de la terraza dejándolos solos. Esto marcará el rumbo del resto de sus vacaciones, especialmente cuando llegue Mats (Kristofer Hivju), un amigo de Tomas, con su nueva novia veinteañera Fanni (Fanni Metelius), y Ebba les cuente la experiencia mientras cenan todos juntos, y cómo se sintió. La familia entrará en crisis.

Muchas horas he echado yo esquiando en sábados y fines de semana del invierno durante años, muchas de ellas en esta estación de Formigal, en el Pirineo aragonés.

Muchas horas he echado yo esquiando en sábados y fines de semana del invierno durante años, muchas de ellas en esta estación de Formigal, en el Pirineo aragonés.

Con una dirección sobria, pero de iluminaciones y encuadres exquisítamente cuidados, donde muchas veces el personaje que habla no es quien aparece en el encuadre, de diálogos parcos y directo, esta película sueca realiza un profunda disección de las familias modernas de corte burgués, de los roles establecidos, de la comunicación entre los cónyuges, de la ética de la relación. Disección que tiene sus momentos de humor, sus momentos de drama, que bordea la tragedia, que no pocas veces lanza miradas irónicas a los personajes sin negarles cierta simpatía, y que nos ofrece un final frío extraño, que nos incita a cierta desesperanza. Especialmente cuando comprendemos que el ser humano no es ni bueno ni malo, habitualmente, que todos tenemos nuestros momentos, pero que a todos nos resulta más fácil ver la paja en el ojo ajeno que un camión de vigas en el propio.

Interpretaciones sobrias igualmente, herederas como la realización de ciertas tradiciones del cine nórdico, pero efectivas. Ambos progenitores se adueñan respectivamente de una mitad de la película, contando a partir del incidente del alud. Ambos decontruyen sus personajes con eficacia y junto con los secundarios componen un buen elenco, mezcla de intérpretes suecos y noruegos así como de otras nacionalidades, para sujetar la ya de por sí buena realización.

En los últimos años, circunstancias diversas, especialmente una lesión en la rodilla, me han impedido practicar el esquí. Con lo bonita que es la luz del invierno en estaciones como la de Artouste, al otro lado del Portalé, en Francia.

En los últimos años, circunstancias diversas, especialmente una lesión en la rodilla, me han impedido practicar el esquí. Con lo bonita que es la luz del invierno en estaciones como la de Artouste, al otro lado del Portalé, en Francia.

Desde luego no es la película comercial al uso, ni hay grandes aventuras, ni grandes eventos. Un incidente, y los pequeños eventos cotidianos que suceden en una estación de esquí. Pero detrás de todo ello hay un implacable y excelente análisis sociológico de la familia occidental y de sus valores. Se le puede poner la pega de que es un poquita morosa, que se toma las cosas con mucha calma, y que los seis o siete días que dura la acción y que configuran otros tantos capítulos del relato, se estiran quizá demasiado tiempo. Los 120 minutos de duración se me antojan algo excesivos para exponer la tesis y la reflexión mencionada. Pero es un filme interesante y recomendable salvo si eres de los que sólo te gusta el cine palomitero y con mucho ruido, o las relaciones postizas de romanticismos impostados que tanto se llevan últimanente.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

Echo de menos los paisajes de las montañas nevadas, especialmente a primera hora de la mañana, como este del paso fronterizo de Portalé, entre Francia y España, por los Pirineos centrales.

Echo de menos los paisajes de las montañas nevadas, especialmente a primera hora de la mañana, como este del paso fronterizo de Portalé, entre Francia y España, por los Pirineos centrales.

Se acabaron los Juegos Olímpicos, sigue adelante el Seis Naciones

Deporte

Pues sí, se han acabado los Juegos Olímpicos. Como ya he comentado con anterioridad, no es que hayan tenido una gran repercusión en los medios habituales. Creo que en España tenían los derechos de emisión de las pruebas por televisión RTVE y Eurosport. El canal de deportes de RTVE creo que ha emitido de vez en cuando alguna cosa, no necesariamente en directo. Eurosport ha emitido bastantes pruebas, si bien es cierto que durante las horas de inactividad en Vancouver, en Europa se dedicaban a repetir una y otra vez determinadas pruebas, haciendo difícil ver otras que se celebraban en la madrugada europea.

En cualquier caso, yo he realizado un seguimiento muy limitado de las pruebas. He intentado ver bastantes pruebas del esquí alpino, que es lo más parecido al deporte rey de estos juegos. Por otra parte, es el único que practico de entre los deportes de invierno. Aunque últimamente no mucho. Ha sido entretenido, y también ha definido lo que ya era una tendencia en mis gustos desde hace tiempo. De entre las pruebas técnicas prefiero el eslalon, el gigante me resulta más sosito; entre las pruebas de velocidad prefiero el super gigante, el descenso me parece menos entretenido aunque pueda ser espectacular dependiendo del trazado y las condiciones.

De otras disciplinas, me ha resultado entretenido el biatlón. El esquí de fondo, por sí mismo, me aburre un poco al igual que otras pruebas de fondo de otros deporte (ciclismo, atletismo, natación, etc.). Ojo, me refiero a lo que es como espectáculo; como deporte me parece muy notable y loable el esfuerzo y la dedicación de estos corredores. Pero la mezcla de esquí de fondo, con la emoción de los posibles retrasos y adelantamientos en la galería de tiro, hace que el biatlón mantenga la emoción, indispensable para un buen espectáculo deportivo, durante toda la prueba.

He visto otros deportes, no mucho, que me han parecido más o menos entretenidos dependiendo de las circunstancias. Supongo que cuando no entiendes mucho de un deporte es más difícil que te atraiga como espectador. Finalmente, ayer, vi la final del hockey hielo, algo así como el gran acontecimiento de los juegos. Si es cierto que resultó emocionante por lo incierto del resultado, es un deporte que no acaba de entrarme tampoco por la sensación de caos que se observa en el juego.

En resumen, que ya se han acabado, y hasta dentro de cuatro años en Sochi,… ¿dónde coño está esto? Ah, en Rusia.

En cuanto a mi deporte de equipos favorito, este fin de semana hemos cruzado el ecuador del torneo de este año de las Seis Naciones. Y ha sido interesante y clarificador. Por un lado, se confirma que Francia es el principal favorito, ya que permanece imbatido, y además el viernes por la noche se deshizo en Cardiff de Gales, que con dos derrotas parece muy improbable que pueda llegar a ganar el torneo. Prácticamente imposible. Los partidos de Gales están cortados todos por el mismo rasero. Un primer tiempo en el que dejan que el otro equipo lleve la iniciativa y se ponga por delante en el marcador, y un segundo tiempo en el que se animan, y comienzan una remontada, que contra un equipo como Escocia puede ser posible, pero contra un favorito como Francia,… pues no. Aunque se pusieran cerca. Si hubiesen controlado el marcado desde el principio, tal vez ahora estuviesen peleando por el título.

El siguiente partido fue el más tristón de todos. Italia recibía a Escocia en Roma, y conseguía la victoria, condenando prácticamente a los escoceses a la Cuchara de Madera… aunque quien sabe. Contra Gales estuvieron a punto de ganar… Pero el partido fue muy flojo, dado que son los peores equipos del campeonato con claridad. Bueno, en cualquier caso, Escocia había sido el dominador de este «trofeo» a lo largo del siglo XX y sólo la llegada de Italia en el siglo XXI le había privado de este «honor».

Y luego vino la sorpresa de la jornada. En Twickenham, Inglaterra recibía como favorita e invicta a una Irlanda que, aun campeona del año pasado, había perdido ya un partido contra Francia. Y los ingleses se comportaron como los galeses. Cedieron la iniciativa en el marcador en el primer tiempo, y aunque finalmente estuvieron a tiro de un ensayo para ganar el partido, tras un esforzado segundo tiempo, no consiguieron la remontada.

Si todo va normalmente, Francia ganará a Italia e Inglaterra a Escocia en la próxima jornada. A saber lo que pasará entre Irlanda y Gales, aunque apuesto por Irlanda que jugará en Dublín. En ese caso, la jornada final, con el Francia – Inglaterra, será decisiva. Francia depende de sí misma. Inglaterra e Irlanda de la capacidad de la primera de hacer algo notable en Sant-Denis.

Y esto es todo en lo que se refiere a mi «crónica deportiva» de esta semana.

El valle de Ossau cubierto con un manto de nieve, visto desde la estación invernal francesa de Artouste - Canon Ixus 400

Si te preparas para el fin del mundo, no te olvides de desgrabar en tus impuestos

Humor

Ayer fue una tarde tranquila. Lo cual está muy bien. Uno se ajetrea en el trabajo por la mañana, y por la tarde uno se calma. No necesariamente se inactiva, pero se calma. Y ayer fue una tarde calmada.

Cuando llegué a casa y comí algo, decidí ver una película grabada de la televisión por satélite, De aquí a la eternidad. No es que fuera una novedad, pero siempre es un placer volver a ver este extraordinario filme. Bien. Sobre todo por la maravillosa presencia de Deborah Kerr. Mejor.

Cuando terminó, bajé a hacer compras diversas. La fruta y esas cosas. Y ahí me encuentro con un antiguo amigo de la infancia, de visita en Zaragoza para ver a sus padres. Quedamos en que se subía un momento a casa y charrábamos un rato. Mi intención para mi tranquila y calmada tarde era ver la segunda manga del gigante femenino de los juegos de Vancouver 2010 a las 18:30, y a continuación salir a jugar al tenis un rato.

Así que se viene a casa, y mientras comienzan y vemos el esquí, empezamos a hablar de la película que ambos hemos visto recientemente, The Road – La carretera. Su curiosidad es saber qué diablos provoca la situación postapocalíptica que se presenta en el filme. Yo le digo que no importa, que la película va de otra cosa. Pero el no se da por satisfecho. Para tenerlo entretenido, y mientras se acerca la actuación de las 10 esquiadoras con opción a medalla, para que no me dé mucho la vara, le dejo el portátil y le digo que haga una búsqueda sobre el tema. Objetivo conseguido. Mientras se afana en la búsqueda, yo contemplo la debacle austriaca que con tres esquiadoras en los cuatro mejores tiempos de la primera manga se tienen que contentar con un bronce, y el triunfo de una joven alemana más contenta que ni sé y la plata de una eslovena que está como un queso.

Y justo cuando estoy a punto de apagar el televisor, me sorprende una carcajada de este amigo. Se ha metido en una página dedicada a los «survivalists«. Gente que cree que el mundo se va a acabar en el 2012, mayoritariamente norteamericanos, y discute las mejores estrategias para sobrevivir al cataclismo. En uno de los artículos, habla de cómo deshacerse de todos los chismes inútiles que tenemos en nuestras casas, de que la mejor opción es donarlas a las ONGs (¿para qué lo quieren estas organizaciones si se va a acabar el mundo?)  y que además eso tiene una consecuencia muy interesante

¡¡¡Si les dan un recibo por la donación, podrán desgrabarlo de sus impuestos!!!

Estos «survivalists«, ¿realmente tienen una noción clara de lo que significa que se acabe el mundo? Al fin y al cabo ellos son los que creen que tal cosa va a suceder un día de estos… ¿Por qué diablos querrán ahorrar dinero? ¿De qué les servirá?

Sigo preguntándome por qué alguien definió al Homo sapiens como animal racional. En qué se basaba. Porque yo cada vez lo entiendo menos.

Acueducto y Cándido

Si se acaba el fin del mundo, adiós a Cándido, y sobre todo, adiós al cochinillo segoviano - Pentax P30N, Sigma 28-70/3,5-4,5

A falta de pan, buenas son tortas; o,… a falta de rugby, esquí

Deporte

Este fin de semana, el Seis Naciones ha descansado. Así que, a esperar tocan. Pero a cambio, he entretenido las tardes del fin de semana viendo algo de los Juegos Olímpicos. Fundamentalmente esquí. Especialmente entretenido el Super Gigante femenino. También la Super Combinada masculina, pero siempre me gustan más las pruebas para especialistas. Un descenso de verdad siempre es más vistoso y emocionante que un descenso de combinada. Creo. Pero bueno. No estuvo mal.

Pero lo que insospechadamente me pareció muy entretenido de ver fue una prueba de biatlón. Creía que esto sería muy soso. Como me lo parece en general el esquí de fondo. Como espectáculo, que como deporte a practicar me merece un gran respeto. Pero no. Las tandas de disparos cada vuelta, con las penalizaciones y esas cosas, hacen de estas pruebas algo muy entretenido. He visto la prueba femenina de salida en grupo (o en masa, que dicen por la tele, pero me gusta más la traducción que he elegido yo). Y fue muy divertida.

Así que nada, a ver si puedo ver algo más de aquí al final de los juegos.

Esquí de verano

Esquí de verano en el Matterhorn Ski Paradise, cerca de Zermatt, Suiza - Pentax K10D, SMC-M 200/4

Esquí, montañas y románico

Arte, Deporte, Fotografía

Ayer fue día de esquí. Aunque con algunas nubes al principio del día en Formigal, fue un buen día. O por lo menos una buena mañana… no agotamos las horas de apertura de la estación. Cuando llega el momento adecuado, plegamos y nos vamos a comer tranquilamente en algún mesón del valle.

Punta Escarra

Nubes sobre Punta Escarra - Fujifilm Finepix F10

Pico Royo

Pico Royo iluminado por un tibio sol en la mañana - Fujifilm Finepix F10

Después de comer, como todavía quedaban unas horas de luz, aproveché que había echado alguna cámara de fotos en el maletero del coche para dedicarme a un rato a la fotografía.

Después de tomar algunas imágenes de la parte alta del Valle de Tena, empecé a pensar cual de las múltiples posibilidades entre el Pirineo y Zaragoza podría ofrecer un buen interés fotográfico.

Argualas y fotógrafo

Macizo de las Argualas - Panasonic Lumix LX3

Me decidí por acercarme a fotografíar la coqueta iglesia románica de San Juan de Busa. Aislada en el monte, en una pradera entre Lárrede y Oliván, de una sencillez total y encantadora, siempre ha sido una de mis favoritas del románico en el Serrablo. Eso sí, para hacer tiempo hasta que la luz fuera adecuada, tomé algunos apuntes fotográficos en San Pedro de Lárrede.

San Pedro de Lárrede

San Pedro de Lárrede - Panasonic Lumix LX3

San Juan de Busa

San Juan de Busa - Panasonic Lumix LX3

Cuando las sombras se abatieron sobre el valle, empecé a regresar hacia Zaragoza; pero aún tuve la oportunidad de aprovechar los últimos rayos de sol sobre las cumbres pirenaicas.

Valle de Rio Gállego

Valle del Río Gállego desde Lárrede - Panasonic Lumix LX3