Comentaba hace unos días que Netflix está subiendo el catálogo de Studio Ghibli a su oferta cinematográfica. Película diversas, muy bellas algunas de ellas, que transmiten buenos valores humanos, técnicamente estupendas, que me parecen muy adecuadas para los tiempos de confinamiento domiciliario que vivimos. Especialmente si se está en familia y con niños y adolescentes. Abandonad las propuestas de Disney un rato… y si sois capaces de percibir el mensaje, veréis que estas películas de animación superan a la mayor parte de las propuestas del gigante americano en varias dimensiones. Si en el enlace que he puesto antes hacía referencia a las películas de Isao Takahata, hoy me centraré en tres películas que comparten dos cosas en común. Sólo las he visto previamente en una ocasión, y todas se inspiran o se basan en obras de la literatura occidental.

Tenkū no Shiro Rapyuta [天空の城ラピュタ, El castillo en el cielo] está dirigida por Hayao Miyazaki, el principal y más conocido director del estudio. La historia es original, pero toma prestado de Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift uno de los reinos maravillosos que nos describió el irlandés. Se trata del reino de Laputa [lo siento, es así en el original, por mal que suene; en los primeros doblajes al español se le llamó Lapuntu, aunque ahora se respeta el nombre original], una isla flotante que domina a un amplio número de países. Aquí veremos cómo diversas facciones buscan adueñarse de las maravillas tecnológicas de la isla, ya abandonada, mientras que dos jóvenes adolescentes intentan evitar la catástrofe bélica que de ello derivaría. Un entretenido canto a la amistad y la solidaridad, con un claro tono antibelicista y lleno de máquinas voladoras, que tanto le gustan a Miyazaki. Nunca me ha parecido a la altura de sus obras maestras, pero es muy entretenida, especialmente para ver con niños.
Gedo Senki [ゲド戦記, Cuentos de Terramar] está dirigida por Gorō Miyazaki, hijo de Hayao. Está basada en algunas de las historias sobre el mundo de Terramar de Ursula K. Le Guin. El título original de la película se traduciría como Las crónicas de guerra de Ged. Es una de las películas menos valoradas de Studio Ghibli. Y ciertamente, ni su manufactura ni su guion están al mismo nivel que muchas otras. Pero no nos confundamos, eso no quiere decir que no sea una película apreciables y entretenida. También insiste sobre los valores de amistad y solidaridad, mientras critica la ambición de poder que entre los poderosos se da.

La siguiente, y última por hoy, es un película que me parece absolutamente encantadora. Relativamente reciente, de 2010, dirigida por Hiromasa Yonebayashi, Karigurashi no Arriety [借りぐらしのアリエッティ, Arrietty y el mundo de los diminutos] está basada en la novela The Borrowers de la británica Mary Norton. Nos habla de un familia de seres diminutos, padre, madre y Arrietty, una joven de 14 años que se inicia en el mundo de las incursiones al mundo de los humanos, que es parte de su forma de subsistencia. Esto coincide con la llegada a la mansión donde habitan de un niño, Shō, que está gravemente enfermo del corazón, cuya madre, divorciada tiene que viajar constantemente para trabajar, y acude a la mansión para recibir los cuidados de su abuela. En un descuido, el niño descubrirá a Arrietty, lo que dará nacimiento a una amistad, pero también a que la vida de la familia de seres diminutos se vea puesta en riesgo. Me parece una historia sencilla, delicada y bellamente expresada en esta película de animación, con aventuras muy entretenidas. El título original se podría traducir, más o menos, como Arrietty, la incursora.
Seguiré repasando las películas del estudio. Menos una,… que me siento incapaz de volver a ver. Demasiado triste. Aunque sea prácticamente una obra maestra.
