Pues sí… dos elementos tan distintos como Doctor Who y la Casa Real de los Windsor están en la esencia de lo británico. Para bien o para mal. Y como han estado en el candelero televisivo, los Windsor también en el candelabro, durante las fechas navideñas, vamos a ocuparnos de ellos. En un caso para echar el cierre a una de las series más prestigiosas de Netflix en los últimos años. En el otro, porque nos advierten de un cambio de ciclo en las aventuras del más estrafalario viajero del espacio-tiempo de la televisión, así como el más longevo. Es lo que tiene,… tener dos corazones y ser capaz de regenerarse.

The Crown, una ficción histórica basada inspirada en hechos reales de la vida y de la historia de la familia real británica, ha sido durante años una de las series más prestigiosas de Netflix y de la televisión en general. Seis temporadas de diez episodios cada una, con tres protagonistas distintas en el papel de Isabel II del Reino Unido, en tres épocas de su vida, o en tres intervalos de edad distintos. En realidad cuatro. En los últimos episodios, en un flashback, se nos presentó a la Isabel adolescente de 19 años, al final de la guerra mundial en Europa. Como he dicho… FICCIÓN. Aunque esté basado en lo que la prensa y los historiadores saben de los acontecimientos que han protagonizado durante la segunda mitad del siglo XX y en los primeros años del XXI, la mayor parte de lo que aparece ante nuestros ojos es ficción, más o menos plausible, sobre lo que pudo pasar en la esfera privada de la familia real o en sus interacciones con otras personas, públicas o privadas. Hay quien no tiene en cuenta esto a la hora de valorar la serie, y la considera como una especia de docudrama, que no es. Los grandes activos de la serie han sido sus excelentes interpretaciones y la grandísima calidad de la dirección de producción.
La sexta y última temporada nos la han presentado en dos partes, separadas por algunas semanas, aunque ahora se puede ver de tirón. Los primeros cuatro episodios nos marcan el camino que llevó a la muerte de Diana de Gales (Elizabeth Debicki) y sus consecuencias inmediatas, mientras que los últimos seis episodios recorre el salto de siglo hasta el jubileo de la reina y el matrimonio de Carlos de Gales (Dominic West) con su amante de largo recorrido, Camilla Parkes Bowles (Olivia Williams). Han dedicado cierta atención a los hijos de Diana de Gales, especialmente al príncipe Guillermo (Ed McVey), actual Príncipe de Gales. Y sí… probablemente sea la más floja de las temporadas de la serie. Aunque hay que manifestar que la misma había acumulado un cierto agotamiento, a lo que hay que sumar que el fallecimiento de la reina, punto al que no llegan, y la historia mediática posterior y reciente de los Windsor también han restado interés a lo que contaba esta temporada. Y las críticas sobre cómo se cuenta la muerte de Diana de Gales… pues si tenemos en cuenta que es FICCIÓN… tan válido como cualquiera otra forma. Pero sigue siendo una buena serie; otra cosa es que haya dejado de interesar en la misma medida en la que lo hizo en su inicio. Pero bueno. Punto final. Y creo que de forma adecuada. Ah… se me olvidaba… Imelda Staunton está al mismo nivel o superior al de sus predecesoras en el trono. ¿La más verosímil de las «tres reinas»?

Y hemos tenido cuatro especiales de Doctor Who. Uno de ellos el especial navideño. Los tres primeros han sido la transición del decimotercer(a) Doctor(a) al decimoquinto (Ncuti Gatwa). Síp… el decimocuarto Doctor sólo ha durado tres especiales de una hora de duración, con el mismo rostro y personalidad que el décimo Doctor (David Tennant). Por lo tanto, hemos podido tener en pantalla, durante unos minutos simultáneamente, al que probablemente sea la regeneración más popular del personaje, Tennant, sin duda alguna, nos ha ofrecido siempre una de las personalidades más interesantes y exuberantes, con el futuro protagonista de la serie durante un par de años por lo menos. De forma similar, se recupera a una de las compañeras más populares y con más perosnalidad, Donna Noble (Catherine Tate) y se nos presenta a la futura, Ruby Sunday (Millie Gibson), una expósita con un misterio a cuestas, que ha protagonizado el especial navideño. Y sobre estas novedades, lo que puede marcar más la serie en un futuro, creo que ya lo ha hecho en estos especiales, el regreso como showrunner a la serie de Russell T. Davies. En mi opinión, Davies ha sido responsable junto con Steven Moffat de los mejores arcos de la serie. Aunque yo prefiero a Moffat.
Los cuatro especiales han sido muy divertidos. Lejos quedan las pajas mentales sobre el sobre Flux de la temporada anterior. Los tres especiales con Tennant y Tate al frente han ido a esquemas clásicos pero bien hechos. Realizados para celebrar el 60º aniversario de la llegada al universo televisivo del primer Doctor, hemos tenido una buena invasión alienígena en Londres, una nave espacial varada en el fin del universo con un «monstruo» invisible que amenaza a los protagonistas y a todo el universo conocido, y un siniestro y avieso juguetero (Neil Patrick Harris), uno de esos rivales tradicionales del Doctor, amenazando Londres y al planeta. Afortunadamente, nada de Daleks o Cybermen, que me parece muy cutres… Muy entretenidos. En el mismo nivel o muy cerca de mi especial favorito. Y el especial navideño también ha sido muy divertido. La serie precisaba una renovación o estaba condenada a languidecer. Ya estaba languideciendo. Frente a quienes criticaban a los protagonistas por ello, creo que el problema han sido los guiones. Por ejemplo, los tres especiales del 60º aniversario han mostrado cómo se puede integrar la necesaria diversidad humana en las historias, sin que resulte forzada o chirriante. Por supuesto, a los sectores más conservadores e intolerantes toda integración de la diversidad les parecerá mal. Davies señala que a partir de ahora debemos considerar como un nuevo ciclo completamente nuevo. Algo como lo que supuso el regreso de la serie en 2005… aunque con un poco más de continuidad. Veremos. Ncuti Gatwa promete. Viene de bordarlo en Sex Education, es un intérprete muy versátil. Aunque hasta ahora con cierta tendencia a la sobreactuación. Y si se confirma el regreso a un sólo acompañante principal, frente a los grupetes de los últimos tiempos… también puede ser bueno. Favorece que el espectador empatice con quien le representa en la serie… el ser humano común. Confiemos en el futuro.










