[TV] Cosas de series; detectives torturados y japonesas a la greña

Televisión

Podría hablar de muchas cosas… De una primera temporada del «castillo de naipes» original, el británico,… De la rareza de ponerme a ver voluntariamente, sin nadie apuntándome a la cabeza con un fusil, una primera temporada de superhéroes mutantes de la Marvel,… Incluso de tímidas incursiones a otras series que quedan en nada. Pero lo anterior lo dejaré para más adelante. Hoy voy con dos series muy muy muy muy distintas, pero ambas me parecen muy interesantes.

No tuvimos tiempo de recorrer las zonas montañosas donde se encuentra Karuizawa cuando visitamos Japón, aunque hubiésemos querido. Lo más parecido, cuando visitamos Nikko, bastante más al norte de la isla de Honsu. Aquí, unas imágenes del recorrido en tren entre Utsunomiya y Nikko.

Llegó la tercera temporada de True Detective. Por fin. Después de una primera que es considerada magistral, y una segunda muy criticada, que a mí no me parece tan mal, llega la tercera. Generalmente, en las series de televisión, quien se lleva el mérito (o demérito) principal no es el director sino el creador, que suele participar tanto en la concepción de la serie como en los guiones. Es bien conocido que en esta serie el creador es Nic Pizzolatto; pero su primera temporada se caracterizó por ser una de las primeras en inaugurar la moda de que directores de postín cinematográfico se metieran a dirigir televisión. Los ocho episodios de aquella fueron dirigidos por Cary Joji Fukunaga. En las siguientes no ha sido así, aunque en esta última, cuatro, la mitad de los episodios, vienen firmados por Daniel Sackheim que, además de productor ejecutivo de esta y otras series, suele participar en tareas de dirección en series de cierto prestigio o pretensiones. Pero si algo caracteriza a esta serie son las parejas de detectives torturados con casos difíciles o imposibles. Que como en el que nos ocupa, llevan toda una vida resolverlos. Interpretados en esta ocasión por dos excelentes Mahershala Ali y Stephen Dorff (atento a este último, que Ali se lleva muchas merecidas alabanzas, pero Dorff está impresionante), acompañados por abundantes buenos secundarios, entre quienes destaca, por la trascendencia del papel como por su trabajo Carmen Ejogo. A mí me parece muy recomendable, aunque no alcance el nivel de la primera. Pero es que eso es tarea muy difícil. Pero está muy bien. No para quien guste de los procedimentales policiacos al uso. Pero es que aquí hablamos de «verdaderos» inspectores de policía. O detectives que les llaman los americanos.

Muy distinto, pero que muy distinto, es el contenido de Terrace House: Opening New Doors, última edición del más conocido programa de telerrealidad nipón, que está recibiendo alabanzas en todo el mundo, emitido internacionalmente por Netflix. Yo, que siempre he despotricado contra la telerrealidad, me confieso colgado de esta peculiar producción japonesa en la que puedes ir desde un punto en el que nunca pasa nada, hasta conflictos intensos, como los que nos han regalado las tres últimas participantes de Opening New Doors, que ha llegado a su fin tras 49 programas y mas de un año de convivencia de distintos participantes, siempre de seis en seis, tres hombres y tres mujeres, entre los 18 y los treintaipoquitos años. Situada en esta ocasión la vivencia en la montañosa y turística ciudad de Karuizawa, en la provincia de Nagano, ha seguido la tónica habitual de programas resumen de entre 35 y 45 minutos con tramos de comentarios por parte de los seis divertidos panelistas, que además de sacarle punta a lo que vemos en pantalla, tienen el cometido de hacer comprensible al espectador internacional las peculiaridades de la forma de convivir y reaccionar de la gente en Japón. La conocida extrema cortesía de los nipones unida a un miedo cerval al conflicto, hace que de vez en cuando afloren comportamientos pasivo-agresivos, que dan una salsa picante inusual a un programa que por lo demás contrasta tremendamente con los horrores de la telerrealidad occidental, por su tranquilidad, sus momentos de aburrimiento, por las incapacidades sociales de no pocos de sus participantes, todo lo cual lo hacen un espectáculo particularmente relajante, con eventuales momentos de gran diversión. Reconozco que para mí tiene una connotación de placer culpable. Pero ya tengo ganas de que llegue la nueva edición en pocos meses. Dicen que la nueva casa estará en Tokio, otra vez. Pues a ello.

[Cine] Alita: Ángel de combate (2019)

Cine

Alita: Ángel de combate (Alita: Battle Angel, 2019; 11/20190217)

Esta semana he dispuesto de muy poco tiempo libre, comparada con la mayoría. Lo de ir al cine se había puesto complicado, pero el domingo pasado me encontré a las once y media de la mañana con la mañana resuelta y cerca de unos multicines con sesiones matinales. Vista la cartelera, opté por meterme en esta película, que adapta los primeros volúmenes de una conocida historieta japonesa, y que coincide en líneas generales en su historia con dos vídeos que se lanzaron directamente al mercado de vídeo hace 25 años y de los que os hablé hace poco.

La versión actual la definen como de «acción real» que es el término usado para diferenciar las películas con actores de carne y hueso de las de animación. Pero el límite es muy impreciso. La mayor parte de lo que vemos en pantalla, dirigido por Robert Rodriguez, son gráficos generados por ordenador. E incluso para el personaje principal, Alita (Rosa Salazar), Gally o Garyi en el original japonés, es cuestionable su parecido real con la actriz que la interpreta.

En el ciberpunk es frecuente que los ambientes predominantes sean nocturnos e inspirados en las grandes urbes de extremo oriente. Pues aunque el ambiente no sea comparable, porque es mucho más apacible y pacífico, pasearemos por Kioto en la noche.

Historia claramente dentro del género ciberpunk, género distópico o postapocalíptico que combina tecnologías avanzadas con vidas muy arrastradas, nos cuenta la historia de una «joven» cyborg, de aspecto adolescente, que es rescatada por el «doctor» Dyson Ido (Christoph Waltz) de un vertedero, y que se irá desarrollando como paladina de la libertad entre los desfavorecidos en un mundo desequilibrado y lleno de desigualdades.

Aunque iba con los antecedentes de una serie de comentarios muy positivos en las semanas anteriores a su estreno, también iba con la prevención de que cuando se produjo el estreno, empezó a haber alguno no tan positivo e incluso bastante negativo. El reparto prometía ya que, además de los mencionados, encontramos nombres como Jennifer Connelly o Mahershala Ali. Pero ni esto, ni el extraordinario esfuerzo en efectos visuales de primer nivel sirven para sacar adelante una historia que es mucho ruido y pocas nueces.

Producto estándar de consumo rápido, comida basura como el género superheroico y otros similares, que es deglutido por numerosos espectadores, pero que no aporta nada e incluso tiene algún momento vergonzoso por sus planteamientos puerilmente maniqueos. Lo que en 1993, en dos vídeos de 25 minutos de bajo presupuesto tenia sentido, e incluso se presentaba con cierto estilo, aquí resulta absurdo. El guion, que es firmado entre otros por James Cameron, que también produce, es bastante bastante malo. Y con dos horas y dos minutos de duración, aburdamente largo, ya que la que es básicamente la misma historia, fue contada mediante animación en 54 minutos.

Lamentable decepción, de una historia que merecía un tratamiento con más profundidad y reflexión y menos preocupación por estúpidas carreras que no dejan de ser la eterna variación de las de Ben Hur, pero sin aportar un ápice de emoción e interés, así como otros artificios de escaso valor. No recomendable, en absoluto.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **

[Cine] Green Book (2018)

Cine

Green Book (2018; 09/201900204)

Película oscarizable, que venía precedida de excelentes críticas, algunas tan entusiastas como para considerarla una de la «tapadas» para recibir la famosa estatuilla. Candidata a mejor película, a mejor actor principal y de reparto, sorprendente que alguien considere que hay diferencia de importancia entre los dos en el argumento, al guion original y al montaje, ya comentaré mi impresión al respecto al final. Lo que más sorprende es esta película está dirigida por Peter Farrelly, uno de los hermanos que en su momento dirigieron algunas de las más infames comedias de los últimos decenios.

Los protagonistas de la película de hoy viven, salen y regresan a Nueva York en su viaje. Así que nos daremos un paseo fotográfico por la Gran Manzana. En concreto por la entretenida High Line, en el West Side de Manhattan.

Pero vamos a lo que importa, que es decir que nos cuenta una historieta basada, no sé si con precisión o más bien con relajo hacia la verdad, en la relación entre el pianista clásico y de jazz Don Shirley (Mahershala Ali) y el que fue su chófer y guardaspaldas, más tarde actor de reparto en distintas producciones de cine y televisión, curiosamente haciendo de mafioso, Tony «Lip» Vallelonga (Viggo Mortensen). Hay que decir que la historia está basada en lo que ha escrito uno de los hijos de este último personaje. Pero básicamente es una reconstrucción de uno de los viajes que realizaron por el profundo sur de los Estados Unidos en una época de fuerte discriminación racial. Suponiendo que haya dejado de existir.

Con una realización muy académica, muy correcta en los aspectos técnicos y visuales, y un buen diseño de producción con una excelente ambientación de la época, el director confía el éxito de la función en un guion con unos muy buenos diálogos, y en la excelente química entre los dos protagonistas, también excelentes profesionales de la interpretación. El resto del reparto tiene escasa importancia. Aparece de vez en cuando por ahí, desaprovechada, Linda Cardellini. Una actriz poco reconocida, quizá por su trayectoria fundamentalmente televisiva. Pero que creo que tiene madera para haber hecho o hacer en un futuro mejores trabajos. Y que además es de las que, con la edad, cada vez resultan más atractivas.

Película amable, buenrollista, sobre dos personajes con mucha menos importancia histórica de la que se nos presenta (Shirley fue un pianista virtuoso técnicamente pero que tampoco aportó grandes cosas ni a la música clásica ni al jazz), y que se ve con mucho agrado. Yo no la he visto tan oscarizable. Y aunque se anuncia la estatuilla a Ali como actor de reparto, será injusto porque es claramente tan protagonista como Mortensen, y es en esa categoría donde tendría que estar compitiendo.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Moonlight (2016)

Cine

Moonlight (2016; 102017-1302)

Fuimos el lunes pasado a ver esta película con una mezcla de sentimientos contrapuestos. Por un lado, la crítica hablaba muy bien de ella. Por otro, el avance que algunos habíamos podido ver no nos había llamado la atención, y el tema no nos atraía demasiado. Y además, daba la sensación de que forma parte de la ofensiva que parece que hay de cine con protagonistas afroamericanos, ante los reproches de años anteriores por la escasa presencia de este grupo de población en la temporada de premios cinematográficos… Algo que está produciendo buenas películas, y otras más normalitas, que de forma exagerada son incluidas en candidaturas prestigiosas.

Dirigida por Barry Jenkins, de quien no habíamos visto nada previamente, lo que sí que habíamos visto era algún nombre interesante en el reparto. Por lo tanto, finalmente decidimos que había que verla para formarnos una idea adecuada.

Cuando estuvimos en Nueva York, no visitamos ninguno de los vecindarios de población mayoritariamente afroamericana. Pero la diversidad étnica de la ciudad es evidente. Y la estratificación social asociada, también.

La película nos cuenta en tres actos el proceso de maduración de un joven afroamericano en Florida desde que es niño hasta sus vientitantos. Chiron (Ashton Sanders), también conocido como Little (Alex R. Hibbert) o como Black (Trevante Rhodes), crece marcado por una madre drogadicta (Naomie Harris). Paradójicamente, en su infancia, cuando es un niño menudo y callado, es protegido por el traficante de la zona, Juan (Mahershala Ali), y por su pareja Teresa (Janelle Monáe). Su carácter introvertido le ocasionará problemas con sus compañeros de escuela… y con el tiempo otros rasgos de su carácter irán apareciendo…

Rodada cámara en mano y muy cerca de los personajes, especialmente del protagonista, la película alterna momentos intensos y duros, con otros de calma y reflexión. En algunos aspectos, nos recuerda a la que nos presentó Linklater hace un par de años, aunque con una realización más convencional. Un recorrido por la vida de un muchacho desde que es niño hasta que se convierte en adulto. Globalmente, la película está muy bien hecha y tiene momentos muy hermosos.

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Si el trabajo de realización es muy meritorio, hay que decir que también se apoya mucho este filme en la excelente interpretación de sus protagonistas. Cuesta ver a ratos en el fornido hombretón del tercer acto a la misma persona que a los menudos muchachos de los dos primeros, pero más allá de esto, los tres cumplen con muy buena nota con su encarnación del joven Chiron, cargando sobre sus espaldas la película. Pero también hay que destacar la excelente interpretación de Ali, Harris y Monáe, que a veces sabe a poco. Y en el tercer acto, la de André Holland en la versión adulta del mejor amigo de Chiron.

No voy a negar una cosa. Estas películas sobre los barrios negros de las ciudades norteamericanas están muy bien hechas, pero a veces nos asombran. Los conflictos morales que se plantean son notables. Lejos de plantear la confrontación interracial como causa de la situación de estas comunidades, vemos como son sus miembros los que se explotan mutuamente, sin colaborar en romper el círculo vicioso de causas que producen la pobreza y las desigualdades en Estados Unidos, y otros países.

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Pero la película es muy meritoria. El director trata a sus espectadores como personas inteligentes. Da la información justa, estrictamente necesaria, dejando que el espectador reconstruya el conjunto de la historia. Hay violencia, es una película violenta, pero muy contenida y concentrada en muy pocas escenas, y aunque nos causa incomodidad, no produce rechazo en ningún momento. Creo que es justa merecedora de los reconocimientos que está teniendo. Y a mí no me importaría ver a Mahershala Ali alzando al eunuco dorado dentro de unos días. He ido comprobando en los últimos tiempos que es un actor excelente, y tendría muy merecido el premio.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

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