La caméra de Claire (2017; 34/20180716)
Título oficial en francés para una película cuyos diálogos están en su mayoría en coreano y en inglés, aunque haya alguno también en el idioma de Molière. Película del director surcoreano Hong Sang-soo, y protagonizada por su actriz favorita y pareja actual en la vida real, Kim Min-hee, con la participación especial y simpática de Isabelle Huppert.
Nota: por respeto a las gentes de oriente, se conserva el orden habitual de su onomástica, con el apellido en primer lugar, y luego el nombre personal que les es otorgado. Así, Kim y Hong son los apellidos de ambas personas mencionadas, aunque aparezcan en primer lugar.

Tenía dos opciones, o ilustraba con motivos coreanos, por los protagonistas, o con motivos franceses, por las localizaciones; al final, me voy a Arlés, que no es lo mismo que Cannes, pero no anda lejos, y no deja de representar el ambiente del Mediterráneo francés. Sin playa.
Para comentar esta película nos tenemos que ir un poquito hacia atrás. Hace un año comentaba otra película dirigida por el mismo director y protagonizada por la misma actriz. Kim Min-hee se hizo relativamente conocida en occidente hace unos años por protagonizar un película de intriga erótica que recibió muy buenas críticas. Pero ya era una actriz y modelo famosa y conocida en su país, Corea del Sur. Un país que ha entrado en la modernidad a gran velocidad, con un gran desarrollo especialmente de las industrias tecnológicas, pero que ha tenido que evolucionar socialmente muy deprisa, siendo una sociedad que por mi experiencia, y lo que se aprecia por motivos indirectos, parece bastante conservadora. Por lo tanto, cuando el director Hong y la actriz Kim inician una relación, y esto implica la ruptura del matrimonio previo del director, se monta un escándalo. Como ha sucedido tradicionalmente en las sociedades conservadoras, la que se lleva las culpas es la actriz, aunque los problemas matrimoniales estuvieran en el director y en su esposa previa. De ahí surgió la película que pude ver hace un año, que de alguna forma era una reflexión y una catarsis en forma de drama sobre estos hechos, a través de unos personajes ficticios, pero que tienen mucho en común con los reales.
La película de hoy es al mismo tiempo un pequeño experimento, un pequeño divertimento, y un paso más en esa catarsis. Nuevamente estamos ante un caso de infidelidad, real o imaginada, en el que el pato lo paga la mujer que llega de nuevas al triángulo. O si no llega, pero lo parece. Si la atención película llegaba en torno de drama, en esta ocasión no faltan dialogos chuscos, situaciones casi cómicas. Con Huppert actuando como desencadenante del cambio y como catalizador para que descubramos las cosas como son.
La película dura menos de 70 minutos, y fue rodada en unos pocos días, con los guiones improvisados de un día para otro por el propio director, durante el festival de Cannes de 2016. Y nuevamente, el director prefiere ser el que se presente a través de un alter ego de ficción bajo una luz desfavorecedora, a veces ridiculizadora, elevando por encima de todo los demás la figura de la mujer que sufre las consecuencias del reproche moral. También nos sirve para confirmar que Kim Min-hee, es realmente una buen actriz que puede derrochar encanto, y que tiene una variedad de registros y de expresiones muy notable. Junto con Huppert, que con su pequeña cámara Instax se lo pasa estupendamente en esta película, son de lo mejor del film.
Valoración
- Dirección: ***
- Interpretación: ****
- Valoración subjetiva: ***