[Libro] The murder of Roger Ackroyd – Agatha Christie

Literatura

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Wells, una pequeña ciudad con una tremenda catedral gótica me servirá de escenario para comentar esta entrada literaria.

No soy especialmente aficionado a la whodunit en forma de libro. Con el cine y la ficción televisiva, si está bien llevada la acción… ya tal. Pero en libros… me cuesta. Y la reina de la whodunit es Agatha Christie, con su Poirot, Miss Marple y demás. En su momento, en mi juventud, muy juventud, es decir, adolescencia y poco más, aún disfruté con algunos de sus libros. Pero poco a poco me empezaron a aburrir. Todos seguían un esquema muy similar. Quizá los que más me llamaban la atención eran los que no pertenecían a ninguna de sus series de detectives más famosos. Y esa tónica de apatía hacia las obras de la británica la he mantenido en toda mi edad adulta. Lo cual no ha impedido que de Pascuas a Ramos le haya dado alguna oportunidad extra. Sin mucho éxito.

Hace pocos meses leí un artículo muy elogioso de este libro. Uno de los primeros dedicado a Hercule Poirot, se afirmaba en el artículo que fue el que de alguna forma lanzó a la escritora y al personaje. Llegaban a decir que es uno de los más influyentes de la autora y del género en líneas generales. Especialmente por el inesperado giro final de la historia, cuando descubrimos quien es el asesino. Sí, claro, hay un asesino. Y no es el mayordomo… ¿o sí? ¿Y precisamente por eso es inesperado el final? No lo voy a destripar. Supongo que en el contexto de la época puedo entender que tuviera un gran éxito y que fuera influyente en el género. Pero cuando has leído ya unos cuantos… pues tampoco te parece para tanto. Como en tantas ocasiones, porque tengo la sensación de que escenarios y personajes se repiten constantemente, un señor acomodado, que vive en una pequeña ciudad o pueblo de provincias en las Midlands inglesas, o algún sitio parecido, aparece un día muerto. Y cuando va a empezar la investigación, aparece por allí el famoso detective, Monsieur Poirot, ya retirado y acomodado, que accede a hacerse cargo del caso y con sus brillantes dotes deductivas, es capaz de ver de forma evidente lo que es desconocido para los demás. Y a pesar de que todo es una deducción, y nunca tienes claro que hayas pruebas físicas suficientes para incriminar al sospechoso/asesino… este confiesa y todo queda resuelto. Lo de siempre,… con un giro inesperado.

Narrado en primera persona por el médico del pueblo, que por supuesto conoce a todo el mundo, tiene las mismas características de estilo que todos los de la autora. Lleno de tópicos que muestran que era una individua bastante esnob y clasista en su clasificación de los seres humanos, aficionada a la fisiognomía, infame pseudociencia que afirmaba saber del carácter y personalidad de un individuo a través de su aspecto físico, y que no era más que una forma de racismo, clasismo y aporofobia. Los nazis alemanes eran muy aficionados a la fisiognomia cuando estudiaban las razas infrahumanas y esas cosas. Son las cosas que con el tiempo me llevaron a rallarme bastante con las obras de Christie. Pues eso. Más de lo mismo.

¿Es horrible? Pues no. Es relativamente entretenido. Me la leí durante las vacaciones en Sicilia. Como viajé sólo, mientras comía o me desplazaba en trenes o autobuses, iba leyendo. Y como es de lectura fácil, incluso en su versión original en inglés, aunque con formas estilísticas que resultan un tanto anticuadas ya, pues se lee enseguida. Pero vamos… lo dicho. Por cierto, he dicho algo en el comentario que, al lector de ficción avezado le servirá para imaginar quien es el asesino. A mí me sirvió. Aunque no lo pueda demostrar, antes de la mitad del libro ya había supuesto quienes es el asesino.

[Cine] Death on the Nile (2022)

Cine

Death on the Nile (2022; 12/20220224)

Como avisaba en mi última entrada cinematográfica, se nos han acumulado en siete días dos películas firmadas por Kenneth Brannagh. Y ya avisaba que, en mi opinión, hay cierta irregularidad en su carrera. Las da de cal y de arena. Hace poco más de cuatro años estrenaba una ambiciosa adaptación de la novela más famosa de Agatha Christie. Una escritora que leí con frecuencia durante una fase de mi vida, entre la adolescencia y primeros años de juventud, pero que abandoné pronto. Novelas formulaicas, con alguna excepción, que pronto me aburrieron por falta de incentivo intelectual. En cualquier caso, la segunda novela que leí de la escritora británica fue Poirot en Egipto, título con el que se publicaba hace cuarenta años la novela Death on the Nile en España. Supongo que para dejar claro a los fans de la escritora que se trataba de una novela del famoso detective belga Hercule Poirot.

Una visita recientes al templo de Debod en Madrid, trasladado de su lugar original por la construcción de la presa de Asuán, que también supuso el traslado del templo de Abu Simbel, la joya de los templos nubios, y que es visitado por los protagonistas de la película.

Mi primera novela de Christie fue El tren de las 4:50 (4.50 from Paddington), una novela que todavía aprecio en el recuerdo. Que no era de Poirot, era de Miss Marple, aunque la protagonista efectiva fuera otro personajes. Yo debía tener 14 o 15 años. Y un par de años más tarde, debido a que buena parte de mis compañeros de clase vieron la primera adaptación de la novela que nos ocupa hoy, yo no la vi hasta años más tarde en televisión, me agencié esta aventura detectivesca y la leí. Me entretuvo mucho, aunque hoy, en el recuerdo, no se sostiene también como el asesinato ferroviario que he mencionado. En cualquier caso, el drama celotípico de la alta sociedad sobre las aguas del Nilo entre el arribista Simon Doyle (Armie Hammer), la rica heredera Linnet Ridgeway (Gal Gadot) y la despechada y vibrante Jacqueline de Bellefort (Emma Mackey) tenía mimbres para hacer una historia mucho más interesante que la que escribió Christie o se ha adaptado en los cines. Bueno, claro… también está Poirot (Kenneth Brannagh). Es una pena que el encorsetamiento en la fórmula detectivesca de la autora inglesa le cortara las alas a la historia. Que además es muy glamurosa.

Al igual que en su película de 2017, Brannagh nos plantea una película espectacular, de amplios paisajes, colores impactantes, muy de postal o de foto llamativa en un instagram de viajes. Hay que considerar que vimos la película en un evento especial, con proyección de película cinematográfica de 70 mm, la alta resolución del cine tradicional, en versión original. El problema es que la espectacularidad visual viene cojeando de dos patas. Por un lado, en el aspecto técnico, los abundantes cromas con fondo generados por ordenador cantan mucho, y en algún momento dan la sensación de que estamos ante una película de animación con personajes reales. No muy aceptable en los tiempos que corren. Por otro lado, la adaptación de la historia es apresurada, nada sutil y a ratos un pelín confusa. Supongo que para no alargar en exceso la producción. Menos mal que yo sabía perfectamente lo que sucedía.

Y lo que sucedía es muy similar a lo que cuenta Christie en su novela, a la que es bastante fiel. Pero hay cambios. Se introducen una serie de cuestiones sobre la biografía de Poirot como combatiente belga en la Primera guerra mundial, que no me consta existan en los libros originales. De hecho, yo pensaba que en aquel momento era policía en Bélgica y se refugió durante la invasión alemana en Inglaterra donde permaneció. Y que desde mi punto de vista no aporta nada, salvo para humanizar al arrogante detective, incluso planteando un interés romántico con una de las viajeras del Karnac. Y el resto de los cambios se producen para introducir una improbable variedad racial y sexual para la época en que se sitúan los hechos, pero que parece obligatoria hoy en día si no se quiere ser acusado por los fanáticos de lo «políticamente correcto». De todas formas,… se han olvidado incluir algún personaje de el Asia más oriental, o sea que estos grupos étnicos pueden plantear quejas ante la película. También falta representación de los aborígenes australianos, maoríes, polinesios y melanesios, y de toda América latina. Esquimales tampoco hoy. Y algunos otros. Y en cuanto a la diversidad de género… falta algún personaje claramente transexual, gays masculinos, bisexuales, pansexuales y asexuales. Creo. Todo esto lo digo con el máximo respeto a la diversidad humana, pero con poco respeto a la «diversidad» de escaparate y forzada. Háganse historias sinceras y auténticas de todos los grupos y variantes humanas. Invéntense por favor nuevas historias con protagonismo genuino de la humanidad diversa, y dejémonos de intentar forzar al absurdo lo que ya se inventó en el pasado. A veces funciona, véase cierta adaptación de famosa escritora, pero muchas veces no.

Con un reparto funcional, pero con fuerte regresión a la mediocridad, los buenos intérpretes quedan limitados por el estereotipado desarrollo de sus personajes, mientras que los intérpretes menos brillantes salvan los muebles al verse ante personajes menos exigentes, la película no es ninguna catástrofe, y se deja ver, aunque a mí me deje profundamente insatisfecho. Entre tanta corrección política, es irónico que el protagonista masculino estuviera implicado en un escándalo, cuyo veracidad desconozco, por conducta sexual impropia. Al parecer, este hecho pudo retrasar la llegada de la cinta a los cines o afectar la promoción de la misma, que se habría enfriado por parte de las protagonistas femeninas. No lo sé a ciencia cierta. En cualquier caso… supongo que los fans de Christie la verán con ganas,… pero yo… creo que si Brannagh sigue insistiendo en crear un «universo Poirot»… que no cuenta más conmigo.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

[Libro] Un cadáver en la biblioteca – Agatha Christie

Literatura

Vamos con el comentario del primer libro que he leído en 2021. Ya llevo tres… o sea que voy con algo de retraso en los comentarios…

Según mis cálculos, a 1 de enero de 2021 hacía como mínimo treinta años que no leía una novela de Agatha Christie, a la que no será necesario presentar para la mayor parte de los lectores, siendo como es la reina casi absoluta del whodunit. Puede que hace algunos años menos, no muchos, leyera la compilación de relatos que incluye Testigo de cargo… porque me suena que estaba trabajando ya de médico residente, y eso fue en… bueno. Puede que haga más o menos de 30 años. Por ahí.

Transcurriendo la acción en algún hotel costero, vacacional, de la costa inglesa, opto por irme fotográficamente a mis experiencias semejantes. Sin cadáveres en bibliotecas. En la península de Cornualles, en Ilfracombe, no lejos de donde se debía encontrar el castillo de Tintagel, lugar de nacimiento del rey Arturo. Que en aquellos días de principios de julio de 2006, se encontraba entre la niebla.

El whodunit no tiene porqué ser una novela de suspense, ni de genero negro, ni siquiera policiaca. Simplemente… ¿quién ha sido? Y alguien lo resuelve. Teóricamente, el escritor da pistas para que el lector lo pueda deducir,… pero suele guardarse ases en la manga. Y aunque al final parezca que la solución era evidente… pues con los datos suministrados no lo era. Habitualmente… luego está cuando, si has leído suficientes novelas de estas, ya te imaginas por dónde va los tiros. O los estrangulamientos, o los venenos, o las puñaladas…

La primera novela que leí de Christie, en mi adolescencia, fue un caso de Miss Marple, El tren de las 4:50. Injustamente considerado como de Miss Marple, porque la auténtica heroína es Lucy, la joven que se introduce en la mansión de la familia esa tan desagradable. Debe ser porque me la imaginaba atractiva, a Lucy, digo, o porque realmente la novela tuviera su cosa, me gustó. Después de eso sólo otra novela de la escritora me gustó, la más famosa, también con trenes implicados. Puede que alguna otra me pareciera tolerable… pero poco a poco perdí el interés… porque todas me parecía igual. Y llegué un momento en que sencillamente dejé de entender porqué esta escritora gustaba tanto. Así de claro. Todo era igual. Todo era lo mismo. Y la mayor parte de las situaciones y personajes me parecían marcianas. Además de ser la reina del prejuicio clasista y del tópico más vulgar sobre los seres humanos. Una esnob de marca mayor.

Por una serie de causas y azares, y tras mucho insistir, fui convencido para enfrentarme al cadáver de una joven en la biblioteca de un matrimonio mayor tan esnob como la escritora o la propia Miss Marple, a la que conocen. Y debo reconocer una cosa. En las primeras páginas o capítulos de la novela… me interesó. Aquello parecía lleno de ironías. Diríase que Christie estaba autoparodiándose. Y tenía su gracia. Falsa alarma. Pronto llegó la dinámica eterna de unos investigadores entrevistando gente, abundancia de tópicos, de individuos prefabricados,… y con un agravante. En el momento en que aparece el segundo cadáver… la solución al caso se presentó como obvia. Con lo cual, la gracia, el único aliciente de la whodunit, creer que puedes resolver el caso, pero que al final te sorprendan con ingenio, se perdió por completo.

Creo que pasarán otros 30 años antes de que vuelva a abrir otra novela de Agatha Christie. O nunca. Espero no caer muy antipático por ello.

[Cine] Murder on the Orient Express (2017)

Cine

Murder on the Orient Express (2017; 482017-2811)

Hace una semana ya que fuimos a ver la nueva adaptación que Kenneth Branagh ha realizado de la que puede ser más famosa novela de Agatha Christie, y seguramente el más famoso de los casos del extravagante detective belga Hercule Poirot (siempre me he preguntado que sentirán los belgas ante este personaje, porque el hecho de que el detective fuese de esa nacionalidad siempre sonaba a una especie de broma). Sinceramente, aunque de jovencito leí bastantes de sus novelas, creo que es una de las escritoras más sobrevaloradas de la historia de la literatura. Me sobran la mayor parte de sus novelas, aunque hay algunas que sí que me parecen de una razonable calidad.

Yeni Cami (la mezquita nueva)

Estambul, el principio del viaje, parece un buen lugar para ilustrar esta entrada cinematográfica.

En cualquier caso, nuevamente tenemos el caso de resolución aparentemente imposible en el que un desagradable tipo americano es asesinado en un coche cama con destino a Calais de la Wagon Lits Cook en el famoso Simplon Orient Express, tren que atravesaba Europa entre Estambul y Calais, atravesando los Alpes por el paso del Simplon. Y de ahí su nombre… viajaba a oriente por el Simplon. El detective protagonista, Poirot, está interpretado por el propio Branagh. El resto del reparto, de relumbrón aparente, lo podéis ver en la página de IMDb. Es muy largo para reproducir aquí los personajes y quienes los encarnan.

Venía acompañada de buenas valoraciones la película… que no acabo de entender. Más allá de una producción con cierta espectacularidad, que apenas justifica la naturaleza de la historia, lo cierto es que no me parece que la adaptación, aunque bastante fiel a la novela, tenga una especial emoción. La película tira de fantasía, y el tren más que atravesar los Balcanes parece que serpentee por las Montañas Rocosas, con grandes puentes de vigas de madera incluidos. Da comienzo además con una escena de acción que tampoco se corresponde con el carácter habitual de las historias de Christie, y que no aporta nada a la historia. Más allá de la costumbre de presentar las películas de acción con una secuencia más o menos espectacular. Pero el caso es que no íbamos a presenciar una película de acción, sino a ver cómo se conseguía dar un poco de salsa a las típicas whodunit de la escritora británica. Poca salsa y salero.

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En cuanto al reparto… Branagh está sobreactuado, riesgo que corre con frecuencia. Del resto, se salvan poco. Michelle Pfeiffer se salva en algunas escenas. Judi Dench y Olivia Colman forman una pareja que merecía mejor tratamiento, especialmente por la calidad de ambas actrices. Otra británica, la galáctica Daisy Ridley, presenta buenas maneras. Y además tiene un papel al que se le podría haber sacado más jugo, a poco que se hubiera atrevido a saltarse un poco la fidelidad a la obra original. Los demás, pasables. Penélope Cruz, mal. Y algunas cosas que chirrían. Lo políticamente correcto llega hasta un punto en que al serio y enamorado Dr. Arbuthnot lo interpreta una actor de color, Leslie Odom Jr., para lo cual han de inventarse un trasfondo que no estaba en el original. Qué queréis que os diga. Hubo un tiempo en que Branagh era capaz de llevar en el reparto a un actor afroamericano interpretando a un rey napolitano de la casa de Aragón, y no daba ninguna explicación, ni importaba, ni pasaba nada. Simplemente ponía a un buen intérprete, sólido y con tirón, y le importaba un rábano todo lo demás. Eso era auténtica integración y no cuando se nota tanto que lo hace para quedar bien.

Me ha resultado decepcionante, sin ser ninguna catástrofe ni nada de eso. Prescindible.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

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Libros: Revisitando Agatha Christie y sus Diez Negritos

Literatura

Como todo hijo de vecino, en su momento leí varios libros de Agatha Christie, especialmente algunos protagonizados por el ínclito Poirot o por la peculiar Miss Marple. Pero acabé aburriéndome un poco. Los encontraba repetitivos; pareciera que leído uno, estaban leídos todos. Y además, me daba la impresión de que había poca imaginación en la escritoria para el tratamiento de los personajes, basándose en tópicos absolutos sobre como debiera ser cada cual.

Pero tenía curiosidad por leer una de sus más famosas novelas. Muchos dicen que la mejor. Hasta el momento sólo me había gustado algo Asesinato en el Orient Express. Viendo un edición de bolsillo un poco mona en una librería, compré pues Diez Negritos.

Este es el típico crimen de la isla desierta, o de la habitación cerrada por todos lados, en la que no parece haber forma de que haya un criminal que haya llegado, entrado, matado a alguien, y luego desaparecido. En este caso, porque todos los personajes parecen víctimas y ninguno criminal. La acción transcurre efectivamente en una isla, donde son invitados diez personas, sin relación entre sí, y que todos parecen culpables de una muerte pero a los que la justicia en ningún momento podría haber juzgado y condenado. Un misterioso justiciero se encarga de ir dándoles matarile al son de la letra de una canción infantil que da nombre a la novela.

Pues bien… será de las mejor consideradas, pero me ha dado la misma impresión que antaño. Aunque la trama está bien, mejor que otras de la escritora, la acción está muy basada en los caracteres de los personajes. Pero estos son muy tópicos. Un tipo que es un canalla es descrito con la serie de facciones que el imaginario colectivo adjudica a un canalla. Un mayordomo tiene aspecto servil. Un militar tiene aspecto de seguro de sí mismo. Un antiguo policía tiene aspecto de… lo que sea. Es como si esta señora, que escribió la novela en 1939, viviera todavía en el siglo XIX donde se creía que la maldad o la bondad se heredaban y se asociaban a una serie de rasgos físicos.

Finalmente, tanto tópico me desmotiva, y llego al final del libro, por ver que pasa. Y me da igual.

Definitivamente, dejé de leer a esta señora porque no me gustaba. Y sigue sin gustarme. A otra cosa mariposa.

Os dejo con una fotillo de mis andanzas lusitanas.

Monumento a los descubridores

Un punto de vista poco habitual para fotografiar el Monumento a los Descubrimientos en el barrio lisboeta de Belem - Canon EOS 40D, EF 28/1,8