[TV] Cosas de series; segundas temporadas de comedias de episodio corto agradables de ver

Televisión

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta están comentadas desde el punto de vista de la técnica fotográfica en Fotos en serie. En la bahía de San Francisco, una mañana con algo de niebla..

En estas últimas semanas he terminado de ver las segundas temporadas de dos comedias de Netflix, que me resultan agradables de ver. Aunque hay una que me gusta mucho más que la otra… que quizá está empezando a cargarme un poquito en algunas cuestiones, aunque sigo pasándolo bien. Son comedias que se ven rápido porque tienen unos 30 minutos por episodio. Algo más en alguna ocasión, ya que al no depender de los cortes publicitarios programados de las cadenas de televisión tradicionales, muestran cierta libertad con la duración de cada episodio. Es algo que se empieza a ver con frecuencia. Ya no sé si llamar a estas series comedias de situación. Los episodios tienden a ser cortos, pero creo que el espíritu de estas series no es el mismo que las sitcom clásicas. No sé. Creo que sí que son comedias de situación, pero actualizadas y modernas, alejándose de aquellas de realiza con múltiples cámaras y risas enlatadas.

La primera que vi fue la segunda temporada de Nobody wants this, protagonizada por Kristen Bell y Adam Brody, una podcaster sin religión alguna y un rabino judío, que ligan, y comienzan una relación en la que tendrán que salvar las diferencias entre sus muy distintos entornos y escalas de valores. En general, y en un tono de comedia, con algún toque de drama aquí y allá, vemos como progresa la relación y como van encajando una con el otro, llegan a términos medios o aceptación de las singularidades del otro. Recordemos que a su alrededor hay otros familiares o amistades, que tienen sus propios problemas de relaciones y parejas, que aportan o condicionan a la pareja principal. Si la primera temporada nos presentaba la situación y el comienzo de la relación, en esta segunda temporada los problemas van haciéndose más profundos, y las soluciones a los mismos no pueden ser de compromiso. En mi opinión ha estado un peldaño por debajo de la anterior, porque el desenlace a la crisis de final de temporada ha tenido una resolución excesivamente rápida y poco satisfactoria. Y porque queriéndose mover en lo políticamente correcto, comete errores típicos de lo políticamente correcto, como es la equidistancia entre valores distintos, que no siempre se pueden admitir como equidistantes.

En un tono muy distinto tenemos a un estupendo Ted Danson, representando a un profesor universitario jubilado en San Francisco que, triste y aburrido tras quedar viudo, empieza a colaborar como infiltrado con una agencia de detectives llevada por una inteligente y dedicada investigadora privada (Lilah Richcreek Estrada), en A man on the inside. En esta ocasión, en lugar de infiltrarse en una residencia de personas mayores, lo hace en una pequeña universidad privada, principalmente orientada hacia las letras y humanidades, con problemas de monetario, y que tiene miedo de perder la importante donación de un multimillonario (Gary Cole) por los ataques de agentes desconocidos, opuestos a los extremos capitalistas del individuo. En la serie se mantienen algunos fijos de la anterior, como la hija del protagonista (Mary Elizabeth Ellis), pero también la directora de la residencia de la primera temporada (Stephanie Beatriz), que tiene unos escarceos con la investigadora, de evidente resonancia romántica, pero que son desaprovechados en general, a pesar de la química que tienen en pantalla. Quizá en la tercera temporada. Y aparece un potencial interés romántico para el protagonista (Mary Steenburgen), que genera bastante diversión.

Esta serie me ha divertido más que la anterior, y de hecho me he visto su segunda temporada en pocas tardes. También es cierto que es mucho menos arriesgada en los temas que trata, y eso hace que lo tenga más fácil. Pero es de las que te pone de buen humor, de las que hasta el «culpable» es de los buenos, y hay sus motivos, y quien queda castigado es otro, realmente malo, aunque no sea el culpable. Pero lo que hace que la serie sea especialmente apreciable no está en las tramas sino en la simpatía del reparto, y el ingenio de los guiones, que hace que sea una serie dinámica y divertida.

[TV] Cosas de series; dramedias, comedias dramáticas… o como queráis llamarlas

Televisión

Hoy no ando con mucho tiempo, pero no quería dejar esta semana sin entrada televisiva. No vaya a ser que se me acumulen muchas series. De hecho, ya se me han acumulado muchas series. En pocos días, cuando pensaba que se me estaban agotando las que tenía pendientes de comentario. Y hoy vamos con comedias con episodios de corta duración. Tradicionalmente, estas comedias de episodios cortos han sido las comedias de situación o sitcom para los más anglófonos de los castellanoparlantes. Pero la comedia de situación suele ser comedia pura, incluso si permite algún momento de dramilla, muy ligero y tal. Sin embargo, desde hace un tiempo, tenemos comedias con episodios que rondan los 30 minutos, que quizá entren más en el concepto de comedia dramática, o dramedia, para los que adaptan directamente el término inglés dramedy. Una adaptación correcta por otra parte. Un acrónimo bien formado. Como lo está desde hace siglos el término tragicomedia. Vamos con dos dramedias. Una más comedia, otra más drama, pero dramedias.

Hemos podido ver en Netflix Nobody wants this. Diez episodios de media hora de duración protagonizados por un rabino muy comprometido con su labor pastoral (Adam Brody), y una podcastera (Kristen Bell) que habla de relaciones y sexo con su hermana (Justine Lupe) en sus emisiones. Por supuesto, gentil. Cuando gentil no quiere decir agradable y simpática sino no judía. Y empiezan una relación poco a poco, improbable, pero que se va afianzando más allá de la atracción física, claro. Pero claro, en sus entornos respectivos, especialmente entre la familia del rabino y en su sinagoga, nadie quiere esta relación. Y a partir de ahí, os podéis imaginar. No está mal. Tiene momentos inspirados. Pero al mismo tiempo, me resulta demasiado inverosímil en algunos momentos, poniendo a dura prueba mi renuncia voluntaria a la incredulidad. Interpretaciones entre correctas y bastante buenas, según los casos, y diálogos entretenidos, como corresponde a una buena comedia. Esta es la que es más comedia que drama. Kristen Bell está lejos de sus mejores momentos… hace 20 años, pero cumple. En realidad, es de esas series en las que los secundarios muchas veces son lo mejor.

Más seria, aunque disfrazada de drama, es la segunda temporada de Shrinking. Está en Apple TV+, y los que lo ven todo doblado y traducido la encontrarán como Terapia sin filtro. El título original es una juego de palabras entre los psiquiatras, a los que los anglófonos llaman coloquialmente shrink, y el significado de la palabra que es encogerse. La primera temporada ya me gustó. Mucho. Y la segunda temporada también. Incluso si detrás de un aspecto más amable, ha sido en realidad más dramática. Engaña mucho esta serie. El duelo es el principal tema, junto con la relación padre-hija. Pero también la decadencia de la vejez, otras relaciones progenitores-vástagos más diversas y variadas, el sentimiento de culpa, la redención, la familia en general, la amistad… Tiene buen rollo, pero tiene momentos realmente complejos. Acompañado todo por ese disfraz de comedia, con excelentes diálogos y muy ágil. Claro,… el reparto se las trae. Hacía tiempo que no veía a un Harrison Ford tan inspirado. Pero todos lo hacen muy bien. Visitad el enlace a IMDb y allí tenéis todo el reparto. Tendremos tercera temporada. Igual que de la anterior tendremos segunda temporada. Las veremos si nada lo impide.

[TV] Cosas de series; mujeres con problemas y astronautas como pollos sin cabeza

Televisión

Si os he de ser sincero, en estos tiempos no me siento muy motivado por muchas series que en el pasado me atraían. Hoy en día, quizá por otras cosas que llevo en la cabeza, lo intrascendente, bien hecho si es posible me atrae más que lo sesudo. Y las historias autoconclusivas en una temporada me apetecen más que las temporadas sucesivas. También me pasa que he empezado varias series que he abandonado al segundo o tercer episodio… No me centro. Además, dedico menos tiempo a las series. Pero a pesar de todo, hoy tengo tres series o temporadas de series que he visto en las últimas semanas, aunque me ha costado terminarlas más de lo que hubiera pensado en el pasado.

La acción de la serie de espías de hoy transcurre la mayor parte del tiempo en Viena, así que me voy fotográficamente a las calles y parques de la capital austriaca.

Con un título tan largo como The Woman in the House Across the Street from the Girl in the Window, tenía varios atractivos a priori. Su protagonista, Kristen Bell, que nos ha gustado en varias series; la duración de sus episodios, en torno a los 30 minutos de promedio; y su presunto tono de parodia de alguna película que no he visto, que recibió muchos palos de la crítica, y de cierto tipo de literatura que se está convirtiendo en los últimos años en un tópico. Bell es una mujer que perdió a su hija en un accidente y se ha vuelto agorafóbica por miedo a la lluvia, que caía cuando la muerte de la niña. Se ha separado de su marido, bebe demasiado tintorro, y sus amistades empiezan a cansarse de ella. Un día, un padre viudo y su hija se mudan a la casa de enfrente. Y la protagonista presencia el asesinato de la novia del padre, acuchillada, a través de la ventana… pero nadie va a creer en lo que vio. El problema es que la serie es inconsistente en su narración, para ser una parodia no te genera excesivas sonrisas ni buen humor, y sus continuos giros argumentales, que abundarían en lo paródico, se convierten en una pesadez. Floja, floja. Menudo pinchazo de Netflix y de Bell, que hace lo que puede, pero sin llegar a salir adelante.

Hanna es la adaptación a serie de televisión de una entretenida película de espías con protagonista adolescente. Y ha llegado a su tercera y última temporada en Amazon Prime Video. Es una serie con momentos entretenidos, con un reparto razonablemente competente, pero que no acaba de destacar en ningún aspecto en concreto. Y con algunos vaivenes argumentales que no siempre son bien digeribles. Le pasaba lo mismo a la película original. No obstante, en muchos momentos funciona como entretenimiento no demasiado trascendente, está razonablemente bien realizada y, junto con el trabajo de sus intérpretes, es el motivo por el que he llegado hasta el final. Pero,… sin más.

Y finalmente, Space Force sí que es una comedia que me divierte. Y con episodios muy cortos, tipo comedia de situación, se ve con facilidad. Y aunque tiene un tono ligero, no deja de tirar alguna china crítica contra la sociopolítica actual. Incluso si la triste actualidad sociopolítica actual ha descontextualizado el hecho de que el enemigo actual más amenazante es Rusia y no China. En cualquier caso, esta rama paródica de la de más reciente creación de las fuerzas armadas estadounidenses, y que inspiró la serie, ha generado una serie de personajes con grandes debilidades y carencias, pero que inspiran simpatía. Una rama militar para una serie claramente antimilitarista, pero que no hace sangre de las personas sino de determinados conceptos y estereotipos. No es brillante, y le costó arrancar, pero a mí me entretiene.

[TV] Cosas de series; un buen lugar

Televisión

The Good Place ha sido sin lugar a dudas una de las sorpresas más agradables de los últimos años. Protagonizada por dos intérpretes que consiguieron en su momento grandes éxitos por sus series que los dieron a conocer y que hicieron que se ganaran el afecto de los espectadores, Ted Danson por Cheers y Kristen Bell por Veronica Mars, lo cierto es que ha funcionado no solamente por ellos, sino también por el excelente trabajo del resto del amplio reparto, y por el inteligente planteamiento de sus creadores y guionistas.

Cementerios, el lugar al que nuestros restos van, habitualmente, después de la muerte. Si van a algún sitio más, es algo en debate, aunque una idea cada vez menos sostenida o sostenible de modo racional.

Danson y Bell triunfaron en las series mencionadas, pero luego han llevado trayectorias irregulares. Creo que Danson es un intérprete mucho más sólido, y nunca he tenido claro porqué no ha sido capaz de hacer una carrera más brillante. Kristen Bell siempre me ha parecido una intérprete más limitada, pero que cuando un papel le va, entonces brilla. Como ha sucedido en esta ocasión. Pero ya digo que estamos ante una serie en la que hay mucha gente que aporta mucho. No voy a mencionarlos a todos, pero de los fijos las Janet de D’Arcy Carden y la ingenuidad y salidas de pata de banco del Jason de Manny Jacinto son los que más me han gustado a mí. Y de los recurrentes, Shawn (Marc Evan Jackson), Vicky (Tiya Sircar) y la Juez (Maya Rudolph) son los que mejores momentos nos han dejado.

No voy a decir que hay sido la serie perfecta, porque ha tenido sus altibajos; pero ha tenido momentos fenomenales y, sobre todo, ha sabido mantener la coherencia interna. Hay que decir que en su primera temporada daba la sensación de que la premisa de partida no prometía mucho más allá de esa primera temporada y una segunda ante el twist argumental del final de la primera. Pero los planteamientos han ido creciendo, o se han desarrollado muy bien, llevándonos a una reflexión mucho más profunda de lo que parece en una comedia de situación sobre la naturaleza del ser humano, sobre el peligro de los maniqueísmos, sobre la necesidad de un planteamiento vital ético, individual y personal, y sobre el hecho de que no necesitamos una promesa de una vida eterna, de un cielo, para realizarnos personalmente y sentir que hemos tenido una vida digna. Y sin necesidad tampoco de que nadie sea un héroe o «un triunfador» sea lo que coño sea eso. La serie, sin hacer sangre sobre ninguna creencia en particular, cuestiona de base las ideas de trascendencia al estilo de las viejas religiones. De un modo amable, pero claro.

Para finalizar, comprobaréis que es una de las pocas series para las que, a su final, dedico una entrada en este Cuaderno de ruta en exclusiva. Creo que es perfectamente recomendable para cualquiera. Y encima tiene un final que resulta bastante satisfactorio. A por ella, si estáis abonados a Netflix.

[TV] Cosas de series; dos mujeres en sus respectivos infiernos

Televisión

Tanto Eleanor Shellstrop (Kristen Bell) como Elizabeth of Windsor (Claire Foy) viven ya en Netflix sus respectivos infiernos en sus segundas temporadas. Dos series muy distintas, pero ambas muy recomendables. Con las dos puedes disfrutar. Y con una de ellas te podrás reir. Con la otra,… puede que también. Pero es seria.

The Good Place – 2ª temporada

Esta comedia de situación norteamericana sorprendió en su primera temporada. Después de haberno hecho reír durante toda ella, dio un vuelco final a su trama que la dejó preparada para una segunda temporada renovada.

Mentiría si dijese que todo ha sido estupendo en esta segunda temporada. He de reconocer que me costó cogerle el tranquillo. Sus primeros episodios me parecieron un poco apresurados, como con ganas de correr mucho. Pero al cabo mereció la pena, puesto que permitió situar a los 6 personajes principales de la serie en un punto a partir del cual pudieron crecer y avanzar, sin encasillar la serie en ningún momento.

Carlos Carreter

Nada… hoy toca visitar los dominios de la «Isabelita»… Incluso nos llegaremos a las puertas de sus casas, en Londres y en Windsor.

Recientemente he leído un análisis de la serie que muestra hasta qué punto, lejos de ser una mera serie de entretenimiento, tiene calado. Realmente, hay una reflexión sobre cuestiones éticas y morales de cierto calado, que sin embargo nos entran con facilidad, muy didácticamente. Y totalmente alejadas de cualquier dogmatismo o a priorismo sobre lo que es correcto o no. Probablemente, si alguna conclusión se puede sacar es lo absurdo del concepto del cielo (el buen lugar) o el infierno (el mal lugar) para premiar o castigar el comportamiento de nadie. Tan condicionado por su entorno y el momento que le ha tocado vivir. Y con valores en continua evolución, nunca estables ni prefijados.

Todos los intérpretes están bien, aunque especialmente nos alegremos de la recuperación de Bell, a la que añorábamos desde su Veronica Mars. No es que haya estado inactiva precisamente; simplemente, nunca la he encontrado al nivel que prometía. En cualquier caso, ahí la tenemos liderando la función con un hilarante Ted Danson, que tiene momentos sublimes. Y con un final de temporada que ya nos avisa que la serie se volverá a reinventar en su tercera temporada. Que ya añoramos.

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The Crown – 2ª temporada

Está claro. Esta serie de época es una serie de momentos. De episodios enteros incluso. Y el protagonismo se reparte. A mí, toda esta gente de la que hablan, me importa entre poco y nada. Pero sabes que en todo episodio encontrarás un par de escenas o secuencias que te van a dejar pegado al sillón. Un diálogo. Un cruce de miradas. Un recorrido de cámara. Lo que sea, que te permite ser consciente de lo buena que es esta producción.

Reconozco, al igual que en el caso anterior, que el comienzo de la temporada me pareció un poco moroso, y dependía mi atención mucho de estar atento a esos momentos de genialidad. El ciclo sobre el viaje del duque (Matt Smith) y sus posibles infidelidades, no me interesó gran cosa. Pero pronto entró en materia.

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Episodios absolutamente antológicos como Beryl, el que protagonizó Vanessa Kirby encarnando a una princesa Margarita con un atractivo impresionante, muy lejos de la imagen que te dan las fotografías de la época, y al mismo tiempo con una conducta elitista que te darían ganas de meterla boca a bajo en una maceta del palacio de Kengsinton.

O ese Paterfamilias en el que Matt Smith se luce y muestra hasta que punto ha dejada atrás al Doctor, y es capaz de mostrarse como un actor dramático de primer nivel.

Y estos son solo dos que he seleccionado para mostrar cómo la serie sabe ceder el testigo del protagonismo cuando conviene, repartiendo juego, otorgando variedad y profundidad, haciendo más interesante el conjunto.

Esperando también con ganas la tercera temporada, en la que se anuncian cambios de protagonistas conforme envejecen los personajes históricos.

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[Televisión] Cosas de series; recuperando a Verónica y a las nueve (o más) clones

Televisión

Esta semana me he ido de mi día habitual para hablar de televisión, de las series de televisión más precisamente, que es el jueves. Con dos días en los que no paré por casa y bastante menos tiempo para dedicarle tanto a la tele como a este Cuaderno de Ruta, he dejado para hoy sábado hacer un comentario a las cosas que salen en mi caja tonta. Y lo que voy a hacer es hablaros de un par de series que ya pasaron por ella, en muy diversas circunstancias, y que han vuelto en estas últimas semanas. Una para recordarla, la otra para recuperarla.

Veronica Mars fue una de las series que vi cuando empecé a aficionarme a esto de las series de televisión. Cuando descubrí que una parte del talento de los norteamericanos para narrar historias con medios audiovisuales se había ido de la pantalla grande a la chica. La cogí empezada, y tuve que recuperar el tiempo perdido. Si la serie empezó en 2004, yo la debí de pillar cuando empezó su segunda temporada, aunque rescatando antes la primera. Que es la mejor.

A priori, no parece una serie que pueda interesar a nadie que no pertenezca a eso que llamamos el público juvenil. Adolescentes y adultos muy jóvenes. Una chica de instituto, que como consecuencia del asesinato de su mejor amiga, pasa de ser una niña pija, hija del shériff del lugar, y con una familia ejemplar, a ser una chica marginada, hija de un investigador privado divorciado, y con una madre alcohólica perdida por el mundo. Y con los típicos tópicos que se nos cuentan en los institutos norteamericanos. Todos. Pero con una peculiaridad. La chica, Veronica (Kristen Bell), la que da nombre a la serie, comienza a ayudar a su padre en los casos como investigador, y empieza a investigar sus propios casos. Pasa a ser un procedimental detectivesco, con casos semanales, y una par o tres de misterios de fondo, el principal el asesinato de Lily (Amanda Seyfried), su mejor amiga, que sirven para dar ligazón a la temporada.

Gente en el Parque Grande

Rescato para hoy algunas fotografías tomadas con película en blanco y negro por el Parque Grande de Zaragoza.

Con estos elementos y unas interpretaciones flojas, Kristen Bell se desenvuelve bien en la acción, la ironía y la comedia pero no tan bien en el drama o la tragedia, el resto del reparto salvo Enrico Colantoni y algún eventual son muy, muy limitados. El chico que interpreta a la principal interés romántico de la protagonista, Logan (Jason Dohring), me parece tirando a lamentable. La serie se salva y te engancha porque los guiones son realmente buenos. Ahí es donde está la gracia de la serie. Es cierto que Bell se hace querer, y se queda con el espectador a pesar de sus limitaciones interpretativas mencionadas. Se hace con el personaje. Kristen es Veronica y viceversa. Pocas de las cosas que le he visto a posteriori me han parecido que demostrase gran cosa, más allá de su simpatía. Pero lo bueno son las historias, que atrapan.

La serie va de más a menos y, aunque siempre es entretenida, es comprensible que limitasen su extensión a las tres temporadas que tuvo. No sé si la propuesta que hubo de convertirla en agente del FBI podría haber tenido éxito. Me da que en ese momento ya estaban despuntando muchas otras series procedimentales con más tirón que lo que podía ofrecer una Veronica Mars adulta.

Gente en el Parque Grande

El Parque Grande de Zaragoza, salvo momentos muy puntuales, nunca tiene una gran ocupación, a pesar de ser un lugar muy agradable.

En cualquier caso, la serie se ganó un montón de fans que lloraron su ausencia durante años. La serie pasó a ser considerada dentro de esa confusa categoría que es «de culto», que lo mismo se aplica al cine de arte y ensayo europeo de los años 50 y 60 que a una teleserie de un canal juvenil con fans incondicionales. Como ya comenté hace unos meses, este numeroso núcleo de fans permitió la financiación de una secuela cinematográfica mediante financiación colectiva (lo que se denomina habitualmente con el anglicismo crowdfunding). A mí la película me pareció floja. Y después de volverla a ver de forma seguida a toda la serie, el problema está en la protagonista. Carece de la soltura y el desparpajo que mostró durante la serie. Son unos cuantos años más. Además de estar físicamente rara. Me di cuenta de que estaba más rellenita e inexpresiva. Pensé que se debía a alguna cirugía plástica que es catastrófica para muchas actrices. Pero googleando por ahí, tal vez se deba a una explicación más sencilla. Los cambios físicos se debería a la reciente maternidad de la protagonistas, el resto a las limitaciones interpretativas sumadas a un interés relativo por el personaje. No sé. O lo que sea.

Orphan Black es una serie de ciencia ficción, supuestamente, canadiense, cuya temporada es del año pasado. Vi los primeros tres capítulo y lo dejé. No me convencía mucho. Pero tras muchos comentarios positivos por ahí, decidí darle una segunda oportunidad. Y es cierto a partir del quinto capítulo de la primera temporada, la serie mejora mucho. Así que las historia de los nueve (o más) clones interpretados por Tatiana Maslany ha pasado a formar parte de mi cartelera televisiva. Pronto me pondré al día. Al menos estaré a la par al finalizar esta segunda temporada. No es que me parezca el no va más del futbolín, pero sí una serie entretenida, donde la protagonista alterna versiones lamentables (Cosima) con algunas muy divertidas (Alison) de los clones, por no olvidarnos de las esperpénticas (Helena). Comentario más amplio, al final de la segunda temporada.

Gente en el Parque Grande

Por eso es un lugar agradable para pasear cuando el tiempo es razonable. Ni las fotografías a las comulgantas se hacen pesadas.

[Cine] Parece irremediable, el cine a la televisión: Veronica Mars (2014) y Byzantium (2012)

Cine

Dicen los distribuidores y los exhibidores de películas en la gran pantalla que el cine está en crisis. En alguna ocasión he mostrado mi opinión de que en ocasiones es la propia industria del cine la que con sus inconsecuencias acaba llevando a los espectadores fueras de las salas. Y cuando no parece haber alternativas, a canales de distribución de los considerados «ilegales», pero que en alguna ocasión parece ser la única razonable que se ofrece al aficionado al cine. Ausencia de versiones originales, retrasos excesivos en el estreno, versiones mutiladas, horarios inadecuados, … lo que se os ocurra imaginar. Hoy voy a comentar dos películas que en estas últimas semanas he visto de estreno en televisión, cada una con su especificidad en la distribución.

Margate

Algunos de los escenarios de la vampírica película que traigo hoy me recuerdan a Margate, Inglaterra, donde estuve hace año y medio.

Byzantium (2012)

Hace unos meses se produjo un fenómenos similar. Una película que a lo que se estrena en el cine se estrena casi simultáneamente en la televisión, en los canales de pago por satélite. En este caso es una película británica de vampiros que nos llega tanto a Canal Plus como a las pantallas de las salas de cine simultáneamente, dos años después de su estreno en el resto del mundo. La historia de dos mujeres, madre, Clara (Gemma Arterton), e hija, Eleanor (Saoirse Ronan), que llevan vagando dos siglos por la faz de la tierra, perseguidas por sus semejantes, y que se refugian en un antiguo hotel cerrado, el Byzantium, intentando rehacer su vida por enésima vez. Un lugar donde encontrarán tal vez a quienes determinarán su destino.

Contada simultáneamente en la época actual y en lo que sucedió hace doscientos años, este filme dirigido por Neil Jordan se aparta de la línea de los vampiros glamourosos, para ir por la de los vampiros solitarios, atribulados, marginados. Un poco en la línea que algunos autores escandinavos han propuesto. Sin embargo, la película no acaba de coger ritmo ni un tono claro, con diversos temas que van surgiendo, quedando como más importante el más sobrenatural, en vez de profundizar en las vivencias y en los sufrimientos de los personajes.

La película descansa sobre los hombros de sus hombros protagonistas. Ronan es una actriz que va desarrollándose poco a poco, y que tiene margen y posibilidades de mejora. Arterton se muestra francamente voluptuosa y metida en el papel, aunque me parece una intérprete en general más limitada.

Una película que tenía más posibilidades que las que Jordan le saca, y que no acaba de convencer del todo.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

Margate

Escenas de playa y a orillas del mar, con un tiempo perennemente otoñal.

Veronica Mars (2014)

Veronica Mars fue una serie de hace ya unos años, que tuvo una primera temporada sumamente divertida e interesante, con dos temporadas posteriores que no estuvieron mal pero que no llegaron al mismo nivel. La serie adquirió una base de fanáticos aficionados, quizá no muy grande, pero sí muy activa. Cuando se canceló la serie, muchos suspiraron por el regreso de Veronica (Kristen Bell). Un fenómeno similar al que se dio cuando se canceló la serie del espacio Firefly, y que finalmente provocó el cierre de las tramas abiertas en el largometraje Serenity. En esta ocasión también ha habido película derivada de la serie, con el mismo título de la misma. Con algunas peculiaridades en su producción.

En esta ocasión la financiación fue realizada por el método del llamado crowfunding, o financiación colectiva. En la medida en que los aficionados garantizasen con sus aportaciones previas la producción de la película esta saldría adelante. A cambio, estos podrían ver la película en salas de cine en Estados Unidos, o mediante acceso a internet en todo el mundo. La cosa funcionó, y recientemente se estrenó la película. No sin problemas. El acceso a internet para quienes aportaron dinero se limitó a un proveedor que no dio un buen servicio, con muchas quejas. Mejor funcionaron otros proveedores de pago para los que no aportaron dinero en la etapa de financiación. Y de maravilla funcionaron los canales irregulares de distribución, a los que acudieron muchos aficionados que tenían dificultades con su acceso legal. Como siempre, inconsecuencias en la distribución y exhibición por parte de la industria del cine.

La película en sí, sufre de los mismos problemas que sufrió Serenity, respecto a su serie de origen. Si bien la serie en la que se basaba funcionaba muy bien, la película no es más que una trama relativamente sencilla y previsible, que sirve de base para que los aficionados disfruten con los guiños y las apariciones de los personajes favoritos de los fanáticos del producto original. No me parece que tenga más sustancia que esta, a pesar de la buena acogida por la crítica. Entendámonos, la producción es correcta y esas cosas. Pero no me parece que de mucho más de sí. Desde luego carece de la gracia y la espontaneidad de los episodios de aquella primera temporada.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **

Margate

Decadentes estructuras turísticas, especialmente sombrías fuera de temporada, cuando los veraneantes están inmersos en su labor cotidiana en alguna despersonalizada ciudad.

[Cine] Un invierno en la playa (2012)

Cine

Un invierno en la playa (Stuck in love, 2012), 14 de junio de 2013.

Nos costó bastante decidir qué película ver el viernes por la tarde, en el que el calor y cierta apatía nos hicieron dudar. Al final nos decantamos por esta, según algún sitio que he visto por ahí, comedia romántica,… como drama amable lo calificaría yo. El caso es que esta película de tono romántico, dejémoslo ahí, dirigida por el novel Josh Boone, dispone de un reparto razonablemente atractivo, y las críticas no la ponían mal. Desde luego, la traducción del título al español es una memez. No se por qué no titularla directamente Atrapados en el amor. La verdad es que el título en inglés también tira a cursi.

Lo que vemos en pantalla es un año en la vida sentimental de una familia. Los padres, Erica (Jennifer Connelly) William Borgens (Greg Kinnear), se han separado hace un par de años por una infidelidad de la primera que vive con otro hombre. Sin embargo, el segundo, un escritor de éxito, ha decidido esperar a que regrese a casa, confiando casi ciegamente en que tal cosa sucederá. Eso no le impide tener una amistad con derecho a (intenso) roce con una vecina casada, Tricia (Kristen Bell), que le sirve de consejera. La hija mayor, Samantha (Lily Collins), es una precoz escritora joven de 19 años que acaba de publicar su primera novela, y que vive sus relaciones de forma casual, sin compromiso, simplemente por el sexo. No se habla con su madre, a la que no ha perdonado la situación familiar. Aunque conocerá a un compañero de facultad, Lou (Logan Lerman), que intentará cambiar su forma de pensar. El hijo menor, Rusty (Nat Wolff), de 16 años es tímido y, en contraste con su hermana, un romántico que está colado por una compañera de clase muy guapa, aunque con problemas con el consumo de drogas. A pesar de que el título en castellano nos habla de un invierno, seguiremos a la familia durante un año, desde una comida de Acción de Gracias a la siguiente, durante el cual deberán resolver sus cuestiones,… si pueden.

A orillas del mar en Margate

No tengo fotos de las playas de Carolina del Norte en el Atlántico, que es donde está rodada la película, así que nos tendremos que contentar con algunas vistas del Mar del Norte, desde Inglaterra.

A ver. Esta película no tiene complicaciones. Familia casi perfecta, de gente que dialoga, especialmente el padre, liberal, abierta de mente, con un buen rollo tremendo, y que tienen algunos problemas con las relaciones interpersonales derivadas de unos hechos que se van aclarando por el camino. No es excesivamente original, y es relativamente previsible, aunque tiene algún diálogo y algún que otro momento conseguido.

Las interpretaciones son de correctas a notables, aunque yo hecho de menos alguna presencia más de la guapa Jennifer Connelly que pudiendo dar más de sí queda un poco apagada como «mala» de la película, y de la vecinita Kristen Bell que produce alguna de las interacciones más notables e interesantes con Kinnear. La historia que se llevan entre manos CollinsLerman bordea en algún momento la intervención de la brigada anticursis, o la calificación de «cine cebolla».

Esta película no pasará a la historia del cine como algo especial desde luego. Carece de originalidad y de planteamientos realmente interesantes, pero se deja ver con razonable agrado. Es buenrollista y sales bien del cine, aunque con irregularidades. Tiene momentos buenos, que no están suficientemente explotados, y momentos no tan buenos, con cierta tendencia al pastelón en algún caso. Pero bueno… estamos ya en época veraniega y no podemos pedir, aparentemente, mucho más de la cartelera. Reconozco que la valoración que le voy a poner es benevolente, por el buen rollo con el que salimos. Pero la tendencia sería de ahí a la baja.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

A orillas del mar en Margate

En concreto, desde la ciudad de Margate, que ya ha aparecido en más de una ocasión en estas páginas.