[Cine] Programa doble; el más que probable adiós a dos directores significativos

Cine

Víctor Erice tiene 83 años, y es un director de referencia, fundamental, del cine español. Uno de los maestros, de los imprescindibles. Ha llevado una vida aparentemente normal, discreta, dedicada sobretodo a la docencia. Sólo ha estrenado cuatro largometrajes a lo largo de su vida.

Woody Allen tiene 87 años, y también es un director de referencia, fundamental, del cine universal. También lo podríamos considerar magistral, y algunas de sus películas pueden figurar sin lugar a dudas entre las más estrictas y selectas listas de mejores películas de la historia. Aunque fíjate tú, no necesariamente mejor que Erice. Sus últimos años y su última etapa creativa ha venido salpicada por sus escándalos familiares y sobre su cuestionable ética en las relaciones con los miembros femeninos más jóvenes de su familia. Nunca ha sido condenado por ningún delito, y mi punto de vista es que el problema es más ético que delictivo. Lo cual no es banal. Esto ha afectado a su capacidad para producir en Estados Unidos, obligándose a buscar producciones desde Europa. No llevo la cuenta de sus películas; pero es muy probable que el número de largometrajes de ficción para la gran pantalla, no cuento los telefilmes y demás, sea 50.

Ha de ser París. Porque una de las dos películas transcurre íntegramente en París. Y la otra, parcialmente. O al menos en algún lugar de Francia.

Hay obvias diferencias entre ambos directores. Diferencias muy significativas que hacen, que a día de hoy, quien despierte nuestras simpatías sea Erice. Aunque no podemos negar que de Allen nos quedarán sus películas, aunque su persona haya quedado borrosa, desenfocada, como aquel Harry deconstruido, una de su mayores genialidades. Octogenarios ambos, han estrenado en la cartelera española prácticamente al mismo tiempo las que pueden ser con muy muy muy alta probabilidad sus últimas películas, sus despedidas. Y decidimos aceptar la «invitación» a estas despedidas, y en sendas matinales de fin de semana, en días consecutivos, las vimos antes de salir de viaje hacia San Sebastián.

Cerrar los ojos (2023; 56/20231007)

Erice se despide por todo lo alto. Lo cual no quiere decir que su película vaya a ser un taquillazo, o tampoco que vaya a tener la repercusión o el reconocimiento que debería. Los temas por los que circula hoy en día el cine español son otros, a veces de forma cansina, o mal enfocada, por lo que el sabor a clasicismo, a referencias de largo recorrido a su propia obra o la de otros escritores y cineastas que Erice plantea puede pasar desapercibida. Pero hacía tiempo que una película española no me absorbía tanto. Simplemente con las primeras secuencias de la película filmadas en película de 16 mm y estupendamente iluminadas por el director de fotografía, Valentín Álvarez, la película ya me tuvo de su parte. ¿Quién lo dijo? ¿Lubitsch? ¿Más probablemente Wilder, su discípulo? En las primeras secuencias, sé contundente, deja al espectador bien pegado a su butaca, y luego tómate tu tiempo en contar tu historia. Pues eso. Pero con estilo, sin fuegos artificiales, a base de luz, granos de plata y José Coronado y José María Pou en un peculiar mano a mano homenajeando a Marsé. O recordando el intento de Erice de adaptar a Marsé, algo que al final haría Fernando Trueba, en una película que no me acabó de convencer en su momento.

Y la historia es una historia de nostalgia. El director de éxito fugaz (Manolo Solo), que terminó 30 años atrás cuando su mejor actor (Coronado) desapareció nada más comenzar el rodaje de su película en común, y que comienza una búsqueda de su antiguo amigo, una búsqueda que le llevará a reconectar con su antiguo ayudante (Mario Pardo), con la antigua amante de ambos (Soledad Villamil), o con la hija del desaparecido (Ana Torrent), hasta recalar en una residencia de ancianos del litoral andaluz, donde puede que se encuentre un hombre desmemoriado que podría ser el antiguo galán.

Más o menos, las cosas importante de esta película ya las he dicho. Obra de autor, clasicismo, buen hacer técnico, y excelentes interpretaciones, al servicio de un auténtico maestro del cine, del que sólo lamentaremos que no se haya prodigado más y nos haya ofrecido más ejemplos de su capacidad y sabiduría. Pero esta película es una excelente despedida, un auténtico testamento de una forma de entender el cine. Desgraciadamente, alejada de las tendencias actuales, en las que todo el mundo es un «creativo», pero pocos crean auténtico arte.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

Coup de chance (2023; 57/20231008)

La que puede ser, muy probablemente, última película de Woody Allen tiene un tono muy distinto. Muy probablemente será calificada, como tantas otras, como una «obra menor» del director. Con una filmografía tan amplia, es difícil que todo sean obras maestras o grandes películas. Quizá por ello se ha inventado el término «obra menor» para hablar de obras que, denotando las capacidades de su autor, las buenas o excelentes capacidades de su autor, no alcanzan ese nivel de gran película u obra maestra. Heredera de Match Point, película que rodó casi 20 años antes en Londres, y que fue una gran película, se mezclan ciertas dosis de comedia, con el romance, con los celos y el crimen.

Con una encantadora Lou de Laâge al frente del reparto, encarnando a una mujer treintañera, profesional, casada con un hombre de éxito en los negocios (Melvil Poupaud), con la etiqueta de mujer florero, y que encuentra una salida a la monotonía de su vida burguesa y convencional en el reencuentro con un antiguo compañero de instituto (Niels Schneider), convertido en escritor, nos encontraremos con una historia de intriga y crímenes, siempre con un tono más ligero del esperado por el tema.

Con un crítica a la burguesía acomodada, monótona y esnob, Allen vuelve a reflexionar sobre el efecto del azar, de la suerte, en nuestras vidas, como ya sucedía en la película mencionada con antelación. La película es agradable de ver, las interpretaciones son correctas, y cuenta con la estupenda iluminación de Vittorio Storaro en la dirección de fotografía, más una banda sonora de jazz clásico, con especial presencia de los particulares ritmos de Dave Brubeck, entre otras grabaciones clásicas de jazz. En fin, una serie de elementos que han hecho que haya sido fiel al neoyorquino a lo largo de mi vida, incluso si hoy en día ya no lo miro con la misma simpatía que antaño. La película se ve con agrado, pero tampoco será de las que perduren de forma indeleble en nuestra memoria. Una pena que no hay encontrado un mejor para el final de su carrera, quien ha sido un excelente director, pero en el que han pesado demasiado sus propias contradicciones personales.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] Entrada «coche escoba»: Woody Allen, Mudbound y otros estrenos de Netflix

Cine

Mis tradiciones me indican que mañana 2 de enero tengo que hacer el resumen de mi año cinéfilo. Pero todavía no he revisado todas las películas que entran en el mismo, porque la última semana del año ha estado muy entretenida desde el punto de vista cinematográfico. No sólo por la visita de rigor a las salas de cine para ver la última de Woody Allen, sino porque este año entran también los estrenos directos en las plataformas de vídeo bajo demanda, y he visto en estos días de fiesta la friolera de tres. Vamos con ella. Acompaño la entrada con algunas fotografías procedentes de los últimos carretes en blanco y negro del años. La Yashica Mat 124G con un Lomography 100 Earl Grey que me quedaba suelto por ahí, las cuadradas, y la Agfa Billy con un Fujifilm Neopan 10 Acros, las rectangulares.

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Wonder Wheel (2017)

Wonder Wheel (2017; 542017-2712)

Las dosis anual de Woody Allen nos ha llegado con el final de año, cuando últimamente solía llegarnos a final del verano. Quizá tenían más esperanzas de que este año alcanzase más reconocimiento de cara a la temporada de premios.

Con un buen reparto, nos cuenta cómo, en los años 40, una joven Carolina (Juno Temple), huyendo de su marido mafioso a quien ha delatado al FBI, se refugia en Connie Island con su padre (Jim Belushi) y su madrastra (Kate Winslet). Todo irá bien, hasta que la presencia de un fornido y cultivado salvavidas playero (Justin Timberlake) inicie un peligroso triángulo con las dos mujeres.

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Película poco valorada por crítica y público, con sabor a tragedia griega, que cuenta una historia sencilla y previsible, pero desde mi punto de vista bien contada. Lejos de la originalidad de antiguas propuestas del director, está bien hecha, destacando especialmente la fotografía Vittorio Storaro, una banda sonora jazzistica, y unas excelentes interpretaciones. Muy buenos Belushi y Winslet, Temple nos sabe a poco, sabemos que se le puede sacar más partido, y Timberlake que cumple.

A mí me produjo un rato agradable, y es más recomendable de lo que parece.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

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Mudbound (2017)

Mudbound (2017; 532017-2512)

Notable propuesta que nos llega de la mano de Netflix. Aunque se estrenó principalmente en vídeo bajo demanda, han realizado un estreno limitado en salas de cine en EE.UU. para poder optar a la temporada de premios.

Dirigida por Dee Rees, la directora insiste en recuperar la historia no contada de la discriminación de la raza negra en Estados Unidos, contando las historias paralelas de dos familias, una blanca y otra negra, que se ven obligadas a convivir en una región rural del delta del Misisipí, y que comparte que uno de sus miembros está en la guerra mundial en Europa. El blanco es un capitán que pilota bombarderos y el negro un sargento que comanda un carro de combate.

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Con un reparto también de bastante nivel, aunque el nombre más conocido sea el de Carey Mulligan, seguido de Jason Clarke, aunque no sean los personajes clave de la historia que hemos de situar en los personajes interpretados por Garrett Hedlund y Jason Mitchell, es una película dura con pocas concesiones al buenismo de los espectadores, aunque algunos aspectos del final introducen un tono de happy end que nos parece muy forzado.

Está muy bien en líneas generales, y me quedé con la sensación de que se vería mejor en en sala de cine en pantalla grande. También comprendí el interés de Netflix por promocionarla en la temporada de premios. Aunque tengo la sensación de que no se comerá una rosca. Muy recomendable.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

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Bright (2017)

Bright (2017; 552017-2812)

Cuentan de esta película dirigida por David Ayer y realizada a mayor gloria de Will Smith que es el intento de Netflix por crear una de estas lucrativas franquicias donde se suceden las precuelas y las secuelas, y las productoras se hacen de oro vendiendo figuritas y otras mercaderías. Es un pastiche que toma elementos del Señor de los Anillos, de cualquier distopía con Los Ángeles como escenerario y del Quinto Elemento, para hacer un correveidile de peleas y balaceras con más bien poco sentido.

El primer día que intenté verla me quedé dormido. En una segunda intención la vi entera, aunque me costó seguirle la pista. No por compleja, sino por complicada. Para mí tiene poco sentido. Se da por sentado una segunda película. Se da por sentado que no la escribirá el mismo guionista por que parece que está implicado en el enésimo caso de denuncias de abusos sexuales en el cine americano. A Ayer también se le acusa con frecuencia de machista. Pues vale. No es una catástrofe. Pero casi. Quedaros con lo que queráis.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **

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Megen no jūnin (2017)

Mugen no jūnin (2017; 562017-3012)

Samuráis, damas en apuros, muchas espadas y muchos desmembramientos con abundancia de salsa de tomate para esta película de espadachines japoneses que, habiéndose estrenado en cines originalmente en su Japón de origen, han decidido exhibir en el mundo entero a través de Netflix. Te tienen que gustar estas películas, y os puedo asegurar que no es Yōjinbō (Yojimbo también), o Sichinin no samurai (Los siete samuráis)… El machote, Takuya Kimura, pero la chica, muy mona y con las orejas desabrochadas, Hana Sugisaki, más bien no.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

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[Cine] Café Society (2016)

Cine

Café Society (2016; 452016-3008)

Es una tradición de décadas, que cuando llega el otoño toca reencontrarse con Woody Allen, que sigue a su ritmo de película por año… y nos cuentan que tiene también pendiente de estreno una miniserie de televisión. Lo único que cambia es que en años recientes, más que en otoño, el estreno de la película de Allen es más en los finales del verano. Es posible que el neoyorquino no tenga ya el tirón de antaño, y las distribuidoras y exhibidores cinematográficos no le reservan fechas de tanto prestigio como antaño. Como sea.

La cuestión es que hemos tenido nuestra dosis anual de… lo mismo. El romance, la religión, el éxito y la fama, la muerte,… el sentido de la vida en general, siguen siendo sistemáticamente los temas que interesan al peculiar director de cine que a lo tonto modorro nos presenta esta película con los 80 años ya cumplidos.

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Inevitablemente nos vamos a Nueva York fotográficamente hablando, y pasearemos por Brooklyn a orillas del East River.

Una película que no ofrece nada realmente novedoso. Momentos de comedia que nos pueden recordar a Annie Hall, paisajes de Nueva York que nos retrotraen a Manhattan, asuntos de familia que han podido ser tratados en Hannah y sus hermanas o en Días de radio, el crimen organizado que ya vimos en Ballas sobre Broadway, o el mundo de las celebridades que trato en Celebrity… Salvo esta última, que a mí no me convenció a pesar de su reparto de campanillas, todas las anteriores son ampliamente superiores a la obrita que nos trae en este 2016.

Y sin embargo, salimos del cine con buenas sensaciones. Buena música de jazz, maravillosa fotografía de Vittorio Storaro, mujeres guapas, y un romance de sabor agridulce, que sin embargo tiene más miga de lo que parece. En cualquier cosa, Woody Allen consigue algo que yo consideraba poco probable, y es que dos de los intérpretes más siesos y antipáticos de Hollywood a mis ojos (apreciación muy personal y que no tiene porque ser coincidente con otras personas), Jesse Eisenberg y Kristen Stewart, nos caigan bien y simpáticos. Y nos ofrecen un romance que en sí mismo no tiene sentido salvo que integremos en el mismo al conjunto del reparto. Por que de una forma u otra, el personaje de Stewart, Vonnie, se enamora del mismo hombre, en dos época de su vida, representados por Eisenberg y por Steve Carell, este último interpretando al tío del primero. Y el personaje de Eisenberg se enamora de una idea de mujer, representada por las dos Veronicas, la Vonnie interpretada por Stewart, y la Veronica interpretada por una desaprovechada Blake Lively, que si la primera consiguen que salga bien guapa con el diseño de vestuario, esta segunda sale absolutamente espectacular, gracias entre otras cosas a su casi metro ochenta de estatura.

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Donde contemplaremos la silueta del bajo Manhattan.

De fondo, los problemas de familia y el mundo del famoseo, que proporcionan el tono humorístico, desenfadada e incluso cómico a esta historia de amor más sustancial de lo que podría parecer al principio, con una galería de personajes secundarios que nos alegran francamente la sesión. Fenomenal la escena entre los dos padres del protagonista, discutiendo las «ventajas» del cristianismo sobre el judaísmo, y sobre las formas de afrontar la irremediable muerte que a todos nos llega.

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O nos pasearemos bajo el puente de Queensboro en Roosevelt Island.

Las críticas leídas a priori sobre esta película nos habían creado unas expectativas bajas, muy influenciadas por la tremenda flojera de la dosis del año pasado. Pero lo cierto es que salimos con una sonrisa en la boca, una buena sensación en el cuerpo y dispuestos a admitir que, si bien lo mejor de la creatividad de Woody Allen pertenece al pasado, no nos importa que nos «importune» cada año con peliculitas como esta, que por otra parte superan en interés a practicamente cualquier otra comedia romántica que se estrene en estos tiempos.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

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Y como no, por Central Park, todas ellas localizaciones muy propias de las películas de Woody Allen.