[Cine] Irrational Man (2015)

Cine

Irrational Man (2015); vista el 28 de septiembre de 2015.

Es un rito anual. Ir a ver la película de Woody Allen. Este hombre, a sus 79 años, sigue haciendo una película al año. Y creo que se va a meter también en el mundo de la televisión. No es un récord. Eastwood puede que no tenga la misma regularidad, pero casi, y es octogenario. El caso es que nos vamos un lunes tranquilo a la versión original de la película. En esta ocasión, tanto la versión original como la doblada conservan el mismo título en inglés. A saber porqué no han dejado que metiera mano el peligroso delincuente contra la humanidad que traduce o pone los títulos en las películas extranjeras cuando las doblan.

En esta ocasión, nos introduciremos en un drama con notas criminales que nos recuerda parcialmente a cierta novela de Highsmith, llevada a la pantalla por Hitchcock. Abe (Joaquin Phoenix), un profesor de filosofía, de ética en concreto, llega a una universidad de Nueva Inglaterra, creo que mencionan Newport, para dar clases. Con fama de excéntrico y mujeriego, se encuentra sumido en una profunda crisis existencial. Pronto llamará la atención de dos mujeres, una de sus alumnas, la encantadora Jill (Emma Stone), y la sensual profesora de química Rita (Parker Posey). Tomando café con Jill, escuchará la historia de un pobre mujer, a punto de perder a sus hijos en un proceso de divorcio por culpa de un corrupto juez. La mujer desearía que el juez muriese. Abe se planteará satisfacer los deseos de la mujer, lo cual dará nuevos alicientes a su vida… pero…

La estupenda fotografía de Khondji es uno de los alicientes de la película. Un director poco reconocido, aunque si se repasa su filmografía se entenderá mi admiración.

La estupenda fotografía de Khondji es uno de los alicientes de la película. Un director poco reconocido, aunque si se repasa su filmografía se entenderá mi admiración.

No nos engañemos. Aunque por un momento parezca que podamos encaminarnos hacia un estupendo thriller, como el que nos ofreció con Match Point, el misterio de la película no es más que un macguffin, que Allen utiliza para reflexionar sobre algunos aspectos relacionados con la ética, o la falta de la misma, paradójicamente en su tradicional alter ego encarnado esta vez en profesor de ética. Con la estupenda fotografía de Darius Khondji y los energéticos compases del jazz de Ramsey Lewis, especialmente de su versión de The «In» Crowd, estamos ante una película de modestas pretensiones, pero que a mí me resultó razonablemente agradable de ver. Y que por el camino nos deja las habituales reflexiones sobre el sentido de la vida, la muerte, el sexo, y ligar con chicas considerablemente más jóvenes.

Importante es el trabajo de los actores. En este caso, Phoenix cumple. Aunque quizá será por que su personaje parte de una situación de desgana existencial, que a ratos me parece que la desgana se le pega un poco. Pero cumple. Emma Stone está uber charming ejerciendo de pijita monísima y la mar de lista. Sigo diciendo que en realidad esta chica no es tan guapa, pero que nos lo hace creer sin esfuerzo alguno. Y en realidad tampoco es tan joven ya como para hacer de universitaria, pero a pesar de todo nos lo creemos. Y nos sabe a poco el papel de Parker Posey, que nos ofrece algún buen momento, especialmente cuando el drama flirtea con la comedia. Hay algo ahí poco aprovechado. Aparte de que también está muy atractiva.

Da la impresión de que el director le ha dejado rodar con luces estupendas, no como al pobre al que obligó a iluminar en Barcelona en las horas centrales del día. Menuda pesadilla. Pero bueno. Tampoco le debió ir tan mal que luego repitió con Blue Jasmine.

Da la impresión de que el director le ha dejado rodar con luces estupendas, no como al pobre al que obligó a iluminar en Barcelona en las horas centrales del día. Menuda pesadilla. Pero bueno. Tampoco le debió ir tan mal que luego repitió con Blue Jasmine.

Pues nada. Lo dicho. Rito anual cumplido. Siempre lo digo. Aquí estamos simplemente ante la dosis anual de reflexiones existenciales que el neoyorquino se puede permitir hacer. Y somos fieles puesto que, además del mayor o menor entretenimiento que nos produce, siempre queda la posibilidad de que vuelva a aparecer los destellos de genio que de vez en cuando surgen del director. Pero bueno, no va a ser de las memorables.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***
Por ello, he traído a esta entrada algunas fotografías tomadas con mi nueva GM5 a primeras horas de la mañana, con luz agradable. Que bien que nos dejan las duras luces del verano.

Por ello, he traído a esta entrada algunas fotografías tomadas con mi nueva GM5 a primeras horas de la mañana, con luz agradable. Que bien que nos dejan las duras luces del verano.

[Cine] Una segunda oportunidad (En chance til) (2014)

Cine

Una segunda oportunidad (En chance til, 2014): vista el 14 de septiembre de 2015.

Película danesa que vimos en versión doblada al castellano en la sala de cine comercial, última de las firmadas por Susanne Bier, realizadora del país escandinavo que últimamente nos ha mostrado algunas cosas interesantes. De todas formas, los doblajes me resultan insatisfactorios, y encontré «por ahí» la versión original que he visto en mi casa. De ahí lo de conservar los dos títulos en la reseña. También presenta como atractivo la presencia en el reparto de algunas caras conocidas, con cierto éxito en la televisión mundial. Es decir, la que se rueda en inglés. Aunque sea intérpretes daneses.

Bier nos presenta una historia de carácter fundamentalmente moral. Dos policías, Andreas (Nikolaj Coster-Waldau) y Simon (Ulrich Thomsen). El primero, más joven, felizmente casado con una guapa mujer, Anna (Maria Bonnevie), y un bebe estupendo, un poco más llorón de la cuenta por las noches. Una bonita casa, bonitos paisajes, una vida casi ideal. El segundo, mayor, sumido en un profunda depresión con tendencias alcoholizantes por un divorcio traumático y mal asumido. Una pareja de yonquis, un delicuente en libertad provisional, Tristan (Nikolaj Lie Kaas), conocido por maltrato a sus parejas, y su actual pareja, Sanne (May Andersen), con quien tiene un bebé. Andreas y Simon descubren en un servicio que el bebe de Tristan y Sanne recibe muy malos cuidados, y tienen miedo de que sufra malos tratos. Pero no consiguen que los servicios sociales se hagan cargo del bebé. Poco después, una insospechada tragedia en el idílico hogar de Andreas, le llevará a una espiral de decisiones erróneas que afectará profundamente a la vida de estas siete personas, incluyo los dos bebés.

Dada la nacionalidad y las localizaciones de la película, viajaremos fotográficamente a Dinamarca; pero nos situaremos en el museo de arte moderno Louisiana, cerca de Copenhague.

Dada la nacionalidad y las localizaciones de la película, viajaremos fotográficamente a Dinamarca; pero nos situaremos en el museo de arte moderno Louisiana, cerca de Copenhague.

Como digo, aunque bajo la forma de una intriga policiaca, estamos a una película fundamentalmente moral. Sobre dilemas éticos y sobre afrontar las malas decisiones que tomamos en la vida. Película de diálogos sobrios, muy visual, muy escandinava, usando a su favor el tranquilo paisaje danés, que a pesar de sus llanuras y espacios abiertos al mar, puede resultar también opresivo, bien filmada e iluminada. Sin embargo, hay algo que te deja insatisfecho. Más si la ves dos veces en una semana. Al principio, no sabes lo que es. Pero si lo piensas bien te das cuenta de que la situación planteada es muy forzada. Que los servicios sociales no intervengan ante un bebé que es encontrado por la policía encerrado en un armario y sucio de los pies a la cabeza con sus heces, me parece poco creíble, y más para un país como Dinamarca. El conjunto de decisiones que Andreas toma en una noche, siendo como es un policía íntegro o con un alto sentido de la moral… Eso hace que en un momento dado vivas las situaciones derivadas con un sensación de cierta y realidad. Hay una cierta quiebra de la suspensión temporal de la incredulidad que acompaña a la visión de una obra de ficción. Eso es lo que he identificado como el principal origen de la insatisfacción al ver el filme.

Porque las interpretaciones está a buen nivel. Para el público occidental, será fácilmente reconocible el protagonista, Coster-Waldau, que además de aparecer en distintos largometrajes en los últimos años, es uno de los protagonistas de Game of Thrones, interpretando al orgulloso venido a menos Jamie Lannister. Es quien lleva la mayor parte del peso de la película, y cumple su trabajo, aunque paradójicamente me parece el más flojo del quinteto protagonista. Su compañero Thomsen, a quien hemos visto de mafioso local en Banshee, pero que yo recuerdo desde la muy interesante y «dogmática» Festen, tiene un papel más sobrio, con mucha menos presencia en pantalla pero con más matices, que saca adelante sin problemas. Los dos drogadictos hacen unos papeles bastante sólidos y convincentes, lo cual es especialmente meritorio en la top-model May Andersen, que en su primer papel de actriz en una obra de ficción, donde no tiene que parecer guapa ni lucir palmito, muestra muchos matices y mucha capacidad de transmitir con sutiles cambios de gesto, en una película que usa y abusa del primerísimo plano. Dejo para el final a la sueca Maria Bonnevie, que le toca de alguna forma bailar con la «más fea» (no es nada fea la chica), y que a mí me parece que lo borda, siendo de lo más interesante de la película.

Un lugar al que se puede ir sin problemas solo, acompañado o en familia. Niños incluidos.

Un lugar al que se puede ir sin problemas solo, acompañado o en familia. Niños incluidos.

Película que se puede ver sin ningún problema, aunque ya aviso que se trata de un drama con tintes trágicos, no apto probablemente para engullidores palomiteros, esta fauna a la que no dan de comer en casa y que va al cine con el único fin de deglutir toneladas de maíz, sal y grasas con refrescos de cola, junto con películas intrascendentes. A estos, no. No se la recomiendo. Bueno… me he visto dos dramas daneses en menos de una semana… no voy a ganar para psicoanalistas.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***
Y que combina perfectamente, sin ningún problema, el contacto con el arte moderno y contemporáneo y el paseo por bellos parques y la contemplación de tranquilos paisajes a orillas del Øresund.

Y que combina perfectamente, sin ningún problema, el contacto con el arte moderno y contemporáneo y el paseo por bellos parques y la contemplación de tranquilos paisajes a orillas del Øresund.

[Televisión/Fotografía] Cosas de series extra; algo de ética y un triste adiós a la redacción de noticias (The Newsroom)

Televisión

Pues sí. Como hago de vez en cuando con algunas selectas series cuando llegan a su final, voy a dedicar a The Newsroom una entrada especial televisiva cuando ha llegado al término de su tercera, corta y última temporada. Han tenido el detalle de dejar que la serie se despidiera con una minitemporada de seis episodios que, ya adelanto, a mí me han gustado bastante.

Veamos, probablemente podemos asegurar sin temor a equivocarnos que The Newsroom no ha sido una serie perfecta. Bueno. Ninguna lo es. Las hay mejores y las hay peores. Las hay muy buenas que no nos perderíamos, y otras que sin embargo abandonamos. La mayor parte de la series malas o flojas no las vemos, pero existen una serie de guilty pleasures que no nos perdemos tampoco. Bueno, pues para mí la redacción de la ficticia ACN ha sido una muy buena serie, llena de imperfecciones, que no me hubiese perdido por nada del mundo.

La serie que celebramos hoy es de ambiente básicamente neoyorquino, así que me trasladaré fotográficamente a Manhattan.

La serie que celebramos hoy es de ambiente básicamente neoyorquino, así que me trasladaré fotográficamente a Manhattan.

Esta serie ha recibido muchos palos de cierta crítica y de cierto sector de la sociedad. Se decía que no representa la realidad del periodismo y de las cadenas de televisión. Que era una utopía, un sueño de sus productores, pero que el mundo no es así… Que por lo tanto tendría más de fantasía que,… patatín, patatín, patatán. Efectivamente, eso es así. Desgraciadamente es así. Desgraciadamente, la prensa, los medios de comunicación, la televisión no son servicios públicos destinados a mantener una población informada y crítica. No son eso. Desgraciadamente, estamos rodeados de medios de comunicación que sirven a intereses empresariales y políticos no declarados. Desgraciadamente, las televisiones de hoy en día son el circenses del panem et circenses de finales del siglo XX y XXI. Efectivamente, hoy en día los listos de las televisiones son los que han convencido a la población de que si les hacen el trabajo de enviarles las noticias y las fotos desde casa, desde el móvil, desde la calle, así no tienen que pagar profesionales cualificados y críticos que informe si no objetivamente, que es muy difícil, sí con ecuanimidad. Nada eso es necesario. Si además la gente se siente orgullosa si su foto sale por la tele o la publica un periódico. Da igual la finalidad de tal publicación o las consecuencias éticas derivadas. Nada de eso importa. Desde este punto de vista, la serie es un engaño. No refleja la realidad, ni hacia donde va el mundo de la información. Un cuento.

Voy a comentar una situación particular. Para ilustrar la forma de hacer y de paso establecer mi visión ética personal. Quien siga este Cuaderno de ruta sabrá perfectamente que soy aficionado a la fotografía. Todas mis entradas llevan al menos una fotografía hecha por mí; la mayor parte de las veces más de una. Hace unos días, reunido para celebrar el fin de año con otros aficionados a la fotografía me dieron la noticia:

«Una de tus fotografías ha salido publicada en un periódico.»

O en la página web de un periódico; no sé.

«Hasta ponían tu nombre.»

¿¿¿??? Pues yo no sé nada. Nadie me ha dicho nada.

Nueva York, junto a todo el nordeste de los Estados Unidos, se presupone como la región más progresista del país, más predispuesta a las luchas por las libertades.

Nueva York, junto a todo el nordeste de los Estados Unidos, se presupone como la región más progresista del país, más predispuesta a las luchas por las libertades.

Algunos de lo que me lo comentaban me lo decían como si me tuviese que hacer ilusión o algo… No quise saber ni qué medio de comunicación fue, ni qué foto era, ni qué noticia era la que ilustraba la fotografía. Sólo sé que el medio de comunicación se había arrogado el derecho de publicar un fotografía hecha por mí, sin pedirme permiso, sin comunicármelo siquiera, no digamos ya sin preguntarme si yo estaba de acuerdo en que se publicase en el contexto que fuera. Se habían limitado a tirar por la calle del medio. La mayor parte de nosotros no vamos a protestar; estamos muy liados con nuestras cosas y nuestros problemas como para meternos en estos líos. A mucha gente, que le pase esto le hace ilusión. A ellos, a los medios, les sale más barato; así no tienen que pagar a fotógrafos profesionales.

Pues bien. Mejor dicho; pues mal. Yo no estoy de acuerdo con estas prácticas. Me parece que son de una falta de ética profesional y corporativa absoluta. Así no se hacen las cosas. Y si se lo comentas a algún periodista o profesional de los medios con tono de crítica se te queda mirando como si fueras un marciano. Me avergüenzo de los medios de comunicación que sufrimos en esta sociedad. En los que hace tiempo, por la falta de confianza que siento, evito invertir ni un céntimo. Yo que durante años era uno de los fieles que a primera hora de la mañana, cuando casi no había amanecido, pasaba por el quiosco a comprar mi ejemplar de la prensa. Nunca más.

Antes de terminar con mi opinión de la serie, para cualquier aficionado o profesional de la fotografía que pudiera leer esto, mi posición respecto a la utilización de las fotografías que hago como aficionado que soy.

Salvo algunas, todas mis fotografías las publico con un aviso de que me reservo el derecho de copia y de utilización. Las excepciones las publico bajo licencia Creative Commons, con las condiciones de que se pueden compartir con reconocimiento de autoría, para usos estrictamente no comerciales y sin permitir obras derivadas. El uso por un medio de comunicación no reúne estas condiciones. En dos ocasiones, medios de comunicación me han llamado para obtener mi permiso. Les he dicho que no, que el uso para el que las querían no me parecía adecuado. Uno de ellos se ofreció a pagarme una cierta cantidad. Contesté que no soy profesional, que me gano la vida de otro modo, y que no tengo interés en pisar el terreno a otras personas que se dedican profesionalmente a la fotografía de prensa y que considero más idóneos que yo para proporcionarles el producto que necesitan.

Cuanto haya de cierto en ese hecho y cuanto no, eso es algo que no me considero capacitado para analizar.

Cuanto haya de cierto en ese hecho y cuanto no, eso es algo que no me considero capacitado para analizar.

Los únicos usos para los que he cedido fotografías que se podrían considerar comerciales han sido a tres o cuatro artistas, danzantes, mimos, animadores callejeros, que tienen muy poco o ningún presupuesto para crear material de promoción y de los que he obtenido fotografías en alguno de sus espectáculos. Entiendo que son casos en los que no piso los derechos de ningún profesional,… porque esta gente no tiene dinero ni presupuesto para contratarlos. Por lo tanto no hay lucro cesante posible.

También he negado mi colaboración a administraciones públicas. Creo que aunque usen el dinero público también tienen que pagar a profesionales adecuados por sus obras. El dinero público tiene que crear empleo y riqueza, no satisfacer mi ego de aficionado.

Dicho todo lo cual, volvemos a la televisión. Efectivamente, tal y como está el panorama, la redacción de noticias que nos presentaba The Newsroom era utópica e irreal. Desgraciadamente. Y precisamente por eso, porque ejercía la función de informarnos de qué debemos exigir y esperar de los medios de comunicación, porque ejercía una función crítica con la realidad tal y como existe, a la vez que nos entretenía y mucho con las aventuras de sus protagonistas, considero que era una serie imprescindible. Que no me he perdido ningún capítulo. Con sus cosas buenas, que las tenía y muchas. Con sus cosas malas, que también tenía alguna. Lo siento pero Maggie Jordan (Alison Pill) me ha resultado estomagante durante casi toda la serie. Pero había otros personajes que la compensaban de sobras. Yo me he divertido mucho. Me lo he pasado bien. He disfrutado.

Y por último, lo más importante, me he enamorado desde el primer momento y hasta el día que me despida de este perro mundo, de la única, la guapísima, la inteligente, la incomparable, la despistada, la morenaza,… de Sloan Sabbith (Olivia Munn). Aayyy…

También es un lugar donde prosperan muchas empresas que tienen poder e intereses en los medios y que no necesariamente están dispuestos a luchar por la independencia de los mismos.

También es un lugar donde prosperan muchas empresas que tienen poder e intereses en los medios y que no necesariamente están dispuestos a luchar por la independencia de los mismos.

[Libro] Elizabeth Costello

Literatura

Rota hace unas semanas la inercia que me había llevado a la no lectura habitual, ya he dado cuenta de una primera novela, mientras llevo a cuestas otra historieta de cierto calibre, y llevo avanzada otro relato de ficción. Pero vamos por partes, y lo haremos con un texto del sudafricano J.M. Coetzee, que me ha parecido curioso, aunque ya veremos si realmente interesante.

Elizabeth Costello
J.M. Coetzee; traducción de Javier Calvo Perales
Literatura Mondadori, 2011
Versión en libro electrónico

Elizabeth Costello es una escritora de éxito, australiana, anciana ya, reconocida en todo el mundo, a quien iremos conociendo tal y como es en la actualidad, pero también como fue en el pasado, en un recorrido por distintas conferencias o actos culturales que dará por todo el mundo. Lo mismo recibiendo premios en universidades americanas, que como animadora cultural en un crucero de alto nivel por los mares australes, que en un acto académico de reconocimiento de su hermana monja católica, como en un ciclo de conferencias en los Países Bajos sobre el mal… y con un último acto en un misterioso pueblo de aspecto italiano, que supone una reflexión final sobre el final de una vida. Todo ello desde el punto de vista de la escritora, o eventualmente de alguno de sus hijos.

Nos presenta Coetzee a un personaje de ficción, pero que muy bien podría existir en la realidad. Quizá sea un alter ego, a pesar del cambio de sexo, del propio escritor, aunque este era más joven que su personaje en el momento de la escritura del libro. Además de adentrarnos en la personalidad del personaje, también se nos ofrecen para la reflexión una serie de cuestiones éticas. Sobre nuestras relaciones con los demás, seres humanos o animales, especialmente sobre el mal, o cómo entendemos el mal. Sobre la sexualidad, sobre la religión y las creencias, y los difusos límites del fanatismo religioso o antirreligioso. Sobre el proceso de creación literaria, y la ética asociada a ella. Y en definitiva, sobre el final de la vida, y la reflexión sobre lo que esta ha sido o ha supuesto.

He de decir que el libro me ha supuesto un esfuerzo mayor del que parece lógico. La forma en que está escrito me gusta, la estructura de la narración me ha resultado atractiva. Pero el personaje central,… le he cogido una antipatía,… El egoísmo esencial que me parece que destila, que quizá todos tengamos por altruistas que pensamos que somos capaces de ser, no deja de incomodar. Y sin embargo reconozco que puede ser el egoísmo propio de cada uno de nosotros. De cualquier ser humano. No sé. También me ha dejado un poco desnortado el no saber cómo encajar al personaje en relación al propio autor. Son sus dudas, sus reflexiones y sus opiniones, o simplemente un vehículo para provocar una reflexión sobre los distintos temas, ocasionalmente de forma provocadora.

El esfuerzo creo que ha merecido la pena, aunque no me haya sentido cómodo en ningún momento con el texto. Pero algo así me pasó con el anterior libro que he leído del autor, Desgracia, que me gustó más, eso sí. En cualquier caso, estamos ante la obra de unos de los escritores importantes contemporáneos.

Auschwitz I

El tema del mal, en su diversas formas, aparece con frecuencia en el libro, con diversas referencias al comportamiento de los nazis en Alemania y los países que invadieron. En la fotografía, el campo de concentración de Auschwitz I, en Polonia.