[Fotos] Paisaje ferroviario en Ayerbe con película para negativos en color.

Fotografía

Esta serie de fotografías que ilustran esta entrada de este Cuaderno de ruta puede verse, comentada desde un punto de vista de la técnica fotográfica, en Carlos en plata. El entorno de la estación de Ayerbe con Leica M2 y película Kodak Gold 200.

De esta escapada mañanera a Ayerbe un sábado de julio ya hablé en su momento, porque también llevé película para negativos en blanco y negro en formato medio. Recordaré que un conocido tenía cosas que hacer en esta población de la provincia de Huesca, le acompañé, yendo y viniendo en la misma mañana con el tren, pero yo me quedé en el entorno de la estación tomando paisajes ferroviarios, mientras él resolvía sus asuntos.

Ya lo dije hace unos días. Pensaba que tal vez su estación conservaría más elementos de la arqueología ferroviaria, y que el paisaje ferroviario en el entorno de la estación sería algo más interesante. Una impresión que había adquirido al pasar de vez en cuando por el lugar. Pero luego no fue para tanto. No nos engañemos. Tiene sus posibilidades. Difíciles de explotar en una mañana nublada, en la que al ir apareciendo el sol entre las nubles cerca de las 10 de la mañana… pues la luz que nos ofrecía venía bastante dura y contratada. En cualquier caso, aquí os dejo algunas fotografías realizadas sobre película fotográfica para negativos en color. Después de todo, ese rato que pasé deambulando por el lugar, lo pasé bien. Y me quedaron algunas fotos para terminar el rollo al día siguiente en el Parque Grande de Zaragoza.

[Recomendaciones fotográficas] Fotógrafos italianos y algunos otros que me han llamado la atención

Fotografía

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en Fotos en serie. Ola de calor. Temperaturas que rondan, y a veces sobrepasan, los 40 ºC. Antaño eventos puntuales a lo largo del verano, actualmente cada vez más frecuentes. Las altas presiones y la llegada del aire caliente de África dejan polvo en suspensión en la atmósfera. Y a las 9:30 de la mañana, el tono de la luz es mucho más cálido de lo habitual. Parece el tono de la hora dorada inmediatamente después de la salida del sol o inmediatamente antes de su puesta.

Esta semana pasada he estado con bastante trabajo, que me ha dejado cansado. No físicamente, pero si mentalmente. Por la tarde, cuando quedo libre de mis obligaciones profesionales, y más con el calor del verano, no tengo muchas ganas de hacer cosas. Me siento pasivo. Pero aun así, de los Substacks que me llegan por correo electrónico recojo algunas entradas sobre fotógrafos que me apetece recomendar. Los de hoy proceden de Photosnack y de Flakphoto. Yo mantengo dos líneas de publicación en Substack; Carlos en plata, en la que hablo de mis propias experiencias fotográficas, y Fotos en serie, cortas series de fotografías relacionadas, las más de las veces de mis viajes, pero no necesariamente, que luego enlazo en estas páginas. Como las de hoy que son fotografías que he realizado esta misma mañana, en la que he salido a caminar un rato antes de que el calor haga desagradable permanecer en el exterior haciendo ejercicio.

En primer lugar, he de hablar de Gianni Berengo Gardin (1930 – 2025) que falleció hace unos días, en los primeros de este mes de agosto en la ciudad de Génova. El fotógrafo italiano nació no lejos de la capital ligur, en Santa Margherita Ligure… podría haber seleccionado algunas fotografías de esa población costera del mar de Liguria para ilustrar la entrada. Si la memoria no me falla, aunque tengo recursos de las fotografías de Gardin desde hace por lo menos 30 años, fue en 2006 en Milán cuando conocí más a fondo la obra de este fotógrafo documentalista, en una exposición dedicada a su obra.Es de estos fotógrafos de los que se dice «es el Cartier-Bresson italiano» y lugares comunes similares. Porque tienen personalidad propia, visión propia y un trabajo original. ¿Por qué no decir que Cartier-Bresson fue el Gardin francés o alguna chorrada por el estilo? Lo importante es que fue un fotógrafo dedicado a su profesión, con una impresionante ética personal y laboral, que nos ha dejado un legado de cientos de miles de fotografías, que pueden sobrepasar el millón, y que es una fuente fundamental para entender visualmente como fue el siglo XX, especialmente en Italia y el conjunto de Europa. Una selección de su trabajo en Peter Fetterman Gallery.

Otro fotógrafo italiano que también me ha llamado la atención desde hace 25 años por lo menos… probablemente más, porque ya mis referencias temporales se van volviendo difusas. Franco Fontana, puro color, intenso. El que daban las diapositivas de antaño y la impresión sobre cibachrome/ilfochrome. Geometrías paisajísticas llenas de contraste cromático. Durante los años 90 era visitante frecuente de las revistas de fotografía, una década en las que había muchas, que poco a poco desaparecieron, porque se las comió el monstruo internet. Y con ello se perdió profundidad en la forma en la que conocías y llegabas a apreciar al artista. En el palacio de la Aljafería de Zaragoza hubo hace ya… no sé ¿quince años? ¿veinte años?… lo he encontrado, menos, en 2013, una exposición con algunas de sus obras, quizá de las menos conocidas pero interesantes aun así.

Philippe Halsman fue un fotógrafo divertido y optimista. O así lo hacían parecer sus dinámicas fotografías en las que la persona retratada, un famoso por algún motivo en general justificado, no como hoy en día que hay gente famosa sin que, yo al menos, sepamos por qué. Aquellos saltos intentaban reflejar la personalidad del retratado. En sus jumpologies, el retratado, preocupado por el salto, no puede impostar una expresión, un rostro, que enmascare quien realmente es. Esa es la teoría. Pero lo mejor es que miréis los retratos para ver qué descubrís del saltador de turno. No puedo olvidar tampoco de un retrato que hizo de Elizabeth Taylor, sin saltar, en color, con los típicos tonos de la Kodachrome, en el que siempre me ha parecido que es, fue, será la mujer más hermosa del mundo. En algunos de sus retratos, con o sin saltos, abrazó las influencias del surrealismo. Y uno de ellos, el más representativo de esta tendencia, el que hizo de Salvador Dalí, es el que me ha llevado a recordar a Halsman en estas páginas. Aunque dudo que Dalí no estuviese también actuando, a pesar del salto. No creo que Dalí se presentase ante el mundo de forma natural… nunca. Un genio como artista… ¿un imbecil como persona?

Termino con una nota breve sobre el fotógrafo Cyrus Mahboubian. Siempre he sentido la frustración de mi incapacidad para haber trabajado con la película instantánea en su época dorada. No las Polaroid o la Instax actuales. No. Más bien aquellas Polaroid y Fujifilm peel-apart, que daban una calidad exquisita en 9 x 12 cm, color o blanco y negro. Ahora… se hace lo que se puede con lo que hay, y siempre ha sido un medio que se ma ha atragantado. Pero el trabajo que realiza este fotógrafo con material que ha estas alturas debe estar caducado, pues hace años que dejó de fabricarse, me parece notable. Envidia cochina la que me da…

[Viaje] Otro caluroso día de excursión, en Fitero y Tudela

Fotografía

Esta serie de fotografías que ilustran esta entrada de este Cuaderno de ruta puede verse, comentada desde un punto de vista de la técnica fotográfica, en Carlos en plata. Excursión de muy caluroso festivo en viernes a Fitero y Tudela con Fujifilm X100VI.

Estamos en el fin de semana largo de mediados de agosto. Tradicionalmente es un fin de semana en el que me escapo siempre que puedo a algún sitio. Por diversos motivos. Uno de ellos es que es uno de los fines de semana más aburrido para pasarlo en Zaragoza. Calor, mucha gente de vacaciones, escasísimas actividades culturales, una cartelera de cine que da pena… Salvo que seas un asocial o tengas muchas granas de tranquilidad es un tostón.

Este año no ha surgido por motivos que no vienen al caso la posibilidad. A cambio, me escaparé un fin de semana largo a final de mes. Pero dicen que no hay mal que por bien no venga, y hace unos días, con unos amigos, empezamos a pergeñar la posibilidad de hacer alguna actividad… algún viaje en el día. Lo que pasa es que la predicción del tiempo, con alertas cubriendo buena parte del espectro visible en sus longitudes de onda más largas, tampoco invitaba mucho…

Después de mucho debatir por la típica aplicación de mensajería la cosa quedó en que íbamos a salir a algún sitio para comer. Carnuza, parecía ser, a ser posible. Y de forma extraña al final acabamos visitando Fitero y su monasterio y baños, y Tudela y su casco viejo, comiendo en esta última ciudad. Yo ya estuve en Tudela hace unos meses, y os lo conté aquí, por duplicado… no, por triplicado.

Inmediatamente nos metimos en el coche con aire acondicionado y nos dirigimos a Sos del Rey Católico. Donde hacía niveles de calor similares, pero las estrechas y umbrías calles de su casco histórico medieval aliviaban notablemente el paseo. Eso sí, tras visitar el palacio de Sada, lugar donde quedó registrado el nacimiento del Rey Católico, nos encontramos que se habían cerrado las nubes y amenazaba tormenta. Así que terminamos la visita y nos volvimos a Zaragoza, que al fin y al cabo eran ya las ocho de la tarde.

[Fotos] Paisaje ferroviario en Ayerbe con película para negativos en blanco y negro.

Fotografía

Esta serie de fotografías que ilustran esta entrada de este Cuaderno de ruta puede verse, comentada desde un punto de vista de la técnica fotográfica, en Carlos en plata. El entorno de la estación de Ayerbe con Plaubel Makina 67 y película Ilford Ortho Plus.

Tengo la sensación de que ya lo he comentado en algún sitio. El paisaje ferroviario, que tradicionalmente era un objeto fotográfico interesante por su estética, sus texturas, sus formas, se está volviendo cada vez más aburrido. Lo practiqué bastante con mis cámaras fotográficas hace 25-30 años, en un momento en que muchas infraestructuras tradicionales se mantenía en estaciones y líneas ferroviarias, y había una amplia diversidad de vehículo ferroviarios, en color y formas. Pero en un país en el que la piqueta hace estragos con los edificios singulares, y hay poco interés en la conversación de la arqueología industrial… todo va desapareciendo. No sólo en lo ferroviario, en general, los paisajes españoles se están empobreciendo a marchas forzadas. Algún día tendría que hablar de ello con más profundidad.

En cualquier caso, un conocido me informó hace unas semanas de que tenía que ir a Ayerbe por un asunto particular, un fin de semana, y que ya que el Canfranero está de nuevo en funcionamiento, y teniendo en cuenta que vive cerca de la estación de Zaragoza-El Portillo, iba a ir en tren. Ir y volver por la mañana. Que si me quería apuntar. Ayerbe en sí mismo, aunque tiene algún rincón curioso, no me atraía en especial. Pero pensé que tal vez su estación conservaría más elementos de esa arqueología industrial, ferroviaria, que he mencionado. Algo queda, pero no tanto como pensaba. En cualquier caso, aquí os dejo algunas fotografías realizadas sobre película fotográfica monocroma en cámara de medio formato. También hice en color. Eso… otro día.

[Recomendaciones fotográficas] Con rapidez, intento publicar unas recomendaciones este domingo

Fotografía

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en Fotos en serie. Estos días estoy de pruebas con una Fujifilm X100VI, una de las cámaras más populares del mercado. ¿Estará a la altura de las expectativas? En unos días os lo cuento. Aquí, comprobando sus capacidades para la fotografía de aproximación.

Hoy quería dejar escrita una entrada con recomendaciones fotográficas recogidas en las últimas dos semanas, pero ando con muy poquito tiempo. De todas formas, aunque sea de forma telegráfica, lo voy a intentar. Si estás leyendo esto, es que lo he conseguido.

Por algún motivo, en Historia del arte con Kenza, un blog y podcast sobre arte que sigo de forma irregular, pero fiel, desde hace unos años, consideran a Marc Riboud un pionero de la fotografía. Yo no lo consideraría así. Es un fotógrafo de reportaje muy interesante, que ha estado presente en muchos lugares donde pasaban cosas durante el siglo XX. Pionero, tal vez no, pero uno de los que sentaron las bases de una forma de hacer fotografía que, al mismo tiempo, nos contaba historias y nos acercaba a otros seres humanos, sí. Hay fotografías muy famosas, que conocerás, que no sabes que las hizo Riboud.

En Youtube me recomendaron hace unos días un vídeo de Toshiki Yukawa en el que nos introduce y nos convence de las bondades del fotógrafo japonés Ihei Kimura, uno de los más prestigiosos del País del Sol Naciente, Muy activo entre los años 20 su fallecimiento en los años 70, es otro de esos fotoperiodistas que pusieron las bases para generar una cultura visual del mundo y de los acontecimientos. Uno de los premios más prestigiosos que se conceden en Japón a fotógrafos lleva su nombre.

En Aperture, hace unos días, nos hablaban de un libro de Richard Misrach, Cargo, una reflexión fotográfica sobre el comercio global, y su impacto en la navegación y en el paisaje. Misrach ha basado su obra en el paisaje como lugar de reflexión sobre la presencia y los actos humanos. Y un libro de la interesante serie y pedagógica serie The Photographic Workshop está dedicada a su obra. Un libro muy recomendable, que quizá no sea fácil de conseguir hoy en día. Yo lo tengo.

Terminaré con otro fotógrafo japonés, Yosuke Morimoto, y su serie Yoyogi Park, Shibuya-ku, Tokyo (Parque Yoyogi, distrito de Shibuya, Tokio). El parque Yoyogi se encuentra cerca de Shibuya y Harajuku, zonas de Tokio muy visitadas por los turistas, adyacente al Santuario Meiji, otro de los lugares más visitados por turistas y locales en Japón. La serie es un intento de superar el duelo por la ruptura con su novia, que le costó superar. Para ello, en la zona del Parque Yoyogi y alrededores comenzó a pedirles a jóvenes con un parecido al de su novia para que posasen en un retrato sencillo. Al mismo tiempo, tomaba imágenes de los alrededores. Más de 1000 mujeres se han prestado a lo largo de los años, en este ejercicio en el que trata de superar el duelo con la fotografía. Los dípticos de paisaje urbano y retratos me han parecido muy interesantes. Lo hemos visto en Lenscratch.

[Fotos] Zaragoza nublada, Utebo soleada, con película para negativos en color y un poquito de frustración.

Fotografía

Esta serie de fotografías que ilustran esta entrada de este Cuaderno de ruta puede verse, comentada desde un punto de vista de la técnica fotográfica, en Carlos en plata. Con cámaras Canon EOS 3 y EOS 650, objetivos Tamron 90 mm f2.8 Macro y 35 mm f1.8 y película Kodak UltraMax 400

En la parte positiva, es el segundo rollo de nueva factura que he digitalizado integramente en casa por mí mismo y los resultados han resultado no sólo satisfactorios, sino que en la mayor parte de los fotogramas del rollo de película para negativos en color mejores que lo que me llega de los laboratorios comerciales, que cobran una pasta gansa por la tarea. Y el fichero de imagen tiene bastante más resolución, diría que excesiva, no necesito tanto, y mucha más profundidad de color para trabajar con él. Fenomenal. Especialmente las soleadas fotografías realizadas en Utebo. Da igual que una película para negativos en color sea de poca o mucha sensibilidad, a todas les gusta que haya abundancia de luz.

En la parte negativa, el nuevo teleobjetivo corto para macrofotografía que compre de ocasión hace unas semanas no funciona bien con las cámaras teóricamente compatibles para película fotográfica. Su comportamiento con las cámaras digitales en impecable… pero con las cámaras más antiguas… va a trancas y barrancas y su uso no es nada práctico. No es ningún drama. Suponía que podría ser así. Pero las primeras pruebas, sin rollo de película en cámara, parecían optimistas. Nada… no funciona bien. Bueno seguiremos como estábamos, que al fin y al cabo la mayor parte de la macrofotografía que hago, la hago sobre cámara digital por varias cuestiones de orden práctico.

[Fotos] Blanco y negro en el infrarrojo y en el espectro visible en Alagón

Fotografía

Esta serie de fotografías que ilustran esta entrada de este Cuaderno de ruta puede verse, comentada desde un punto de vista de la técnica fotográfica, en Carlos en plata. Con Leica M2 y película Adox HR-50 y filtros infrarrojo y amarillo sobre objetivo Biogon-C 35 mm f2.8.

Hace unas semanas, Leica sorprendió a propios y extraños con una noticia. A partir de alguna fecha de agosto de este 2025, si no recuerdo mal, procederá a comercializar una “nueva” película en blanco y negro bajo la marca y nombre comercial Leica Monopan 50. Por supuesto, nadie que conozca un mínimo de este mundillo se puede creer que Leica se ponga a fabricar película. Luego esa película, producida en Alemania, según los de Wetzlar, la tiene que estar fabricando alguien, y probablemente ya se comercialice bajo otra marca.

Con un rollo de una película absolutamente similar a la anunciada, bajo la marca Adox, me fui a los alrededores de la estación y la antigua azucarera de Alagón. Hice la mitad del rollo de 36 exposiciones, muy al principio de la mañana, tras el amanecer, con un filtro para fotografiar en el infrarrojo cercano (primeras cinco fotos). Con tiempo nublado, pero no mucho. Cuando empezó a salir el sol, hice la otra mitad del rollo con el filtro amarillo (últimas cinco fotos), el típico para mejorar el contraste sobre película en blanco y negro.

Los resultados obtenidos me han gustado bastante. Aunque por su baja sensibilidad, más si le pones filtros que se comen la luz en abundancia, no me parece la más adecuada para el estilo de fotografía, muy de reportaje, al que invitan las cámaras Leica. Pero oye, ellos sabrán

[Fotos] Madrid por PhotoEspaña 2025 y Alagón al amanecer

Fotografía

Esta serie de fotografías que ilustran esta entrada de este Cuaderno de ruta puede verse, comentada desde un punto de vista de la técnica fotográfica, en Carlos en plata. Con Pentax Spotmatic, Takumar SMC 35 mm f2 y Kodak Gold 200. Digitalización doméstica de negativos con cámara digital.

En la escapada en el día que hice en junio para visitar algunas exposiciones de PhotoEspaña 2025, me llevé una cámara con película fotográfica, como tengo por costumbre. Pero no llegué a terminar el único rollo de película que le puse. Por dos motivos. La ruta de exposiciones que realicé no me resultó ese día especialmente inspiradora, o no tenía yo la cabeza en la cuestión, y las condiciones de luz, sol radiante, implacable, en pleno solsticio de verano, cayendo casi vertical en las horas centrales del día, no era la mejor luz. No es que no sea aprovechable. Es que es un tipo de luz, de la que tantos compatriotas se siente orgullos, como si tuvieran algún mérito en ella, que me aplana, me agobia, y me descentra.

Por ello, sólo hice 25 de las 37 fotografías que al final salieron en el rollo. Las otras 12 las hice, para terminar el rollo, en una de las escapadas que hice a Alagón en las últimas semanas. Una escapada de la que tengo que contar cosas fotográficamente más interesantes, próximamente. Pero no me quedaron mal las que hice con este rollo de película para negativos en color. La principal novedad de estas fotos es que, después de hacer ensayos con viejos rollos de película, es la primera que directamente digitalizo yo con la ayuda de un software dedicado. El fin principal es ahorrar una buena cantidad de dinero. El fin secundario, pero que después de la experiencia se puede convertir en el principal, para ajustar el aspecto final de la fotografía a lo que yo percibí y no a los estándares que se manejan en los laboratorios comerciales, muy centrados en «cómo tiene que lucir la Portra 400», aunque no estés haciendo retratos, y estés utilizando otras películas. De momento bien. Ya veremos en un futuro.

[Fotos] Retratos y fotografía de aproximación con película instantánea

Fotografía

Esta serie de fotografías que ilustran esta entrada de este Cuaderno de ruta puede verse, comentada desde un punto de vista de la técnica fotográfica, en Carlos en plata. Un paseo fotográfico con Hasselblad 500CM, respaldo NONS Intant y película Instax Square.

De alguna forma, esta entrada es continuación de la que publiqué hace un par de semanas ya, en la que mostraba las primeras fotografías hechas con un respaldo de película instantánea para las cámaras de formato medio de la marca Hasselblad. Las antiguas, de la actualmente llamada serie V, las cámaras de la marca lanzadas al mercado entre finales de los años 40 del siglo XX y los primeros años de la primera década del siglo XXI y que solíamos asociar a las fotografías de formato cuadrado, aunque existían respaldo para otras relaciones de aspecto en los negativos.

En aquella primera entrada probaba el respaldo, con razonable éxito, sin muchas complicaciones. Escenas de paisaje urbano, con enfoque a unos metros o infinito, con el objetivo estándar, y con una luz sencilla de gestionar. Agradable, no muy contrastada, más que de sobra para la elevada sensibilidad nominal de la película, pero sin poner a prueba sus límites. En las de hoy, he forzado más las situaciones, con luces más complejas, retratos, fotografía de aproximación y uso de otros accesorios como filtros de densidad neutra o tubos de extensión, estos últimos para las fotografías de aproximación. Espero que os gusten.

[Recomendaciones fotográficas] Medicina preventiva en fotos y otras cosas

Fotografía

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en Fotos en serie. Fotografías realizadas con la pequeña Panasonic Lumix G100 en un corto desplazamiento exploratorio a Tardienta, población de la provincia de Huesca en las líneas ferroviarias convencionales a Canfranc y Lérida desde Zaragoza, y de alta velocidad a Huesca.

No suelo hablar de mi vida privada en estas páginas. Bueno, dependiendo lo que entendamos por «vida privada». Sí que hablo, es lo fundamental, de lo que hago en mi tiempo libre, que no deja de ser parte de mi vida privada. Pero no suelo mencionar asuntos familiares, o de trabajo, u otros más personales. A pesar de que publico en diversas redes sociales en internet, fundamentalmente sobre fotografía y, aquí, otras aficiones, soy relativamente celoso de salvaguardar mis asuntos del escrutinio público. Pero hoy comentaré un poquito de mi profesión, porque tiene que ver con algunas de las recomendaciones fotográficas que traigo hoy a estas páginas.

Soy médico. Y estoy especializado en Medicina Preventiva y Salud Pública, como la inmensa mayoría de los médicos especialistas españoles, a través del sistema MIR (médicos internos y residentes), aunque ahora parece que les llaman «facultativos especialistas en formación» o algo así. Da igual. La inmensa mayoría de profesionales y usuarios de la sanidad les llaman «mires». El nombre de la especialidad es un poquito engañoso. Y tiene su origen en las necesidades de los hospitales públicos de crear servicios bien formados de medicina preventiva o epidemiología hospitalaria en los mismos. Pero el programa de formación se amplió y desde hace ya unas décadas debería llamarse algo así como «Salud Pública y Administración Sanitaria». No obstante, la medicina preventiva, que es parte de esa gran área del conocimiento médico, y de otras profesiones sanitarias, que llamamos Salud Pública. Yo trabajé siete años en ese área, y concretamente en programas de salud de medicina preventiva, hasta que me pasé a tareas de administración sanitaria, fundamentalmente planificación sanitaria, gestión de centros sanitarios, calidad en los servicios sanitarios y derechos y garantías de los pacientes y otros usuarios de los centros sanitarios. Pero la salud pública siempre tendrá un huequito en mi corazón profesional, aunque hace años que desistí de volver a esa área de trabajo. Más que nada porque no me gusta nada como funcionan las estructuras de salud pública en mi entorno.

Me gustaba trabajar en los programas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad… o mejor dicho me hubiera gustado, si no fuese por los deficientes liderazgo y organización que los asolaban, en mi humilde opinión. Y además… pagaban muy mal. Que todo importa. Pero por ese gustarme estos programas, me llamaron la atención una serie de artículos de la agencia Magnum Photos sobre estos temas. Fundamentalmente relacionados con programas de vacunación, pero también algún otro. Así, por ejemplo, nos presentan el trabajo de…

  • Newsha Tavakolian, fotógrafa iraní, que lo tiene crudo para trabajar en su país, pero puede hacerlo fuera de él, aunque sigue trabajando en Teherán. Su trabajo documenta de alguna forma los resultados de la introducción de calendarios de vacunación en Costa de Marfil, en eso que se ha dado en llamar la generación Z, que hoy en día están en su veintitantos años. Más allá de reflexionar sobre el éxito de estos programas, reflexiona con sus fotografías sobre el impacto de estos jóvenes en la sociedad y en las comunidades en las que desarrollan sus trabajos actuales.
  • Jérôme Sessini, fotógrafo francés, que realizó su trabajo en una de las regiones de Nigeria, donde una alianza de organizaciones supranacionales y locales está proporcionando un millón de dosis de vacuna contra el paludismo (o malaria, que también se llama) en niños de cinco meses de edad. Teniendo en cuenta la elevada morbilidad y mortalidad de esta enfermedad, el éxito de estos programas sería un avance importantísimo en la mejora de la salud de las comunidades de países pobres.
  • Salih Basheer, fotógrafo sudanés, radicado entre Nairobi, Kenia, y Tampere, Finlandia, viajó a algunas de las provincias de su país de origen, Sudán, para documentar el trabajo de los profesionales sanitarios que suministran vacunas básicas de los calendarios de vacunación infantil, como la polio y el sarampión. La zona en la que trabajó está siendo golpeada constantemente por conflictos bélicos. Y a la ya depauperada población local hay que sumar los desplazados por la violencia.
  • Nanna Heitmann, fotógrafa danesa, viajó a Nepal en compañía de Uma Bista, un fotógrafo local, con el fin de documentar los esfuerzos para vacunar a las niñas de entre 10 y 14 años con la vacuna contra el virus del papiloma humano, virus de transmisión sexual que es responsable de la mayoría de los cánceres de cérvix uterino. Una enfermedad que sigue apareciendo incluso entre poblaciones desarrolladas, pero que tendría que poder situarse en incidencia mínima tanto por los programas de prevención primaria, vacunaciones, como de prevención secundaria, detección precoz de lesiones precancerosas.

Y ahora vamos a terminar con un par de recomendaciones no relacionadas con lo anterior. En primer lugar, a través de PhotoBook Journal, recordando a uno de los fotógrafos de moda más destacados de la historia de la fotografía, Erwin Blumenfeld, alemán naturalizado estadounidense, y que a mí me gusta bastante por su modernidad a la hora de lanzarse a semiabstracciones, al uso del color y a los juegos de formas, colores y grafismo. Su trabajo más destacado, procede de los años 40 y 50 del siglo XX aunque ya estaba activo en los años 20, y con trabajos muy interesantes en los años 30, muy influenciado por las vanguardias, como el dadaismo y el surrealismo. Predijo con sus fotografías el alza de Hitler y los fascismos… pero como a tantos que lo hicieron, no le hicieron caso. Falleció en 1969 con 72 años, pero había abandonado ya la fotografía hacia finales de los años 50. Muy pronto. Era de origen judío, pero no profesaba religión alguno, y era, claramente, un libre pensador.

No recuerdo dónde me recomendaron la obra de Katrin Koenning (Instagram). Guardé el enlace a su página web, pero no el enlace de la página que hablaba de ella. Realiza una obra entre el paisaje, retrato ambiental y lo conceptual que me ha llamado la atención. Es de origen alemán, de la cuenca del Ruhr, pero vive y trabaja en Australia. Incluso cuando no aparece el ser humano en sus fotografías, estas van de las relaciones entre personas, de la relación de la persona con el entorno, o del impacto del ser humano en el entorno.

[Fotos] Nueva serie en un núcleo de población próximo a Zaragoza; Alagón con película formato medio

Fotografía

Esta serie de fotografías que ilustran esta entrada de este Cuaderno de ruta puede verse, comentada desde un punto de vista de la técnica fotográfica, en Carlos en plata. Un recorrido por Alagón con Hasselblad 500CM, Distagon 50 mm f4 y Cinestill 400D.

Quien siga estas publicaciones sabrá que desde hace unos cuantos meses voy haciendo series de fotografías realizadas en las poblaciones próximas a Zaragoza, sean municipios con entidad jurídica propia o barrios rurales de la capital aragonesa. De momento he recorrido, con más o menos exhaustividad, la Cartuja Baja, Utebo, Casetas, Alagón y, en menor medida, Sobradiel y Torres de Berrellén.

De alguna forma cuento esta actividad y estas series desde enero de este 2025, como algo sistemático y más o menos planificado. Pero ya en el verano del año pasado hice alguna escapada a La Cartuja Baja, o sea que llevo prácticamente un año. Y durante ese tiempo he utilizado una variedad de equipos fotográficos y material sensible, intentando adaptarme a las circunstancias de cada desplazamiento. Eso sí, que alguna o varias de las visitas sean con equipos de formato medio es obligado. Como en este primer contacto con Alagón con película fotográfica.

[Fotos] Paseando por el Canal Imperial de Aragón con formato medio en color

Fotografía

Esta serie de fotografías que ilustran esta entrada de este Cuaderno de ruta puede verse, comentada desde un punto de vista de la técnica fotográfica, en Carlos en plata. Un paseo fotográfico con Hasselblad 500CM, Distagon 50 mm f4 y Kodak Gold 200.

Quien siga con frecuencia o revise las publicaciones de este Cuaderno de ruta en los últimos meses comprobará que las cámaras de formato son protagonista frecuente de las mismas. Indudablemente, las series dedicadas a los barrios rurales y las pueblos próximos a la ciudad de Zaragoza, que siempre incluyen al menos una sesión en formato medio, con la 500CM habitualmente, han influido mucho. Pero las de hoy corresponde a las zonas más o menos verdes próximas al Canal Imperial de Aragón y a mi casa.

Eventualmente, también uso estas cámara para realizar paseos fotográficos por la propia ciudad. Generalmente, cuando la gente habla de paseos fotográficos, o en su versión anglófona photowalks, se refiere a actividades grupales organizadas. Pero yo me refiero simplemente al hecho de salir a caminar, yo sólo o con algún amigo o colega aficionado a la fotografía, con una cámara fotográfica. Y eso es la inmensa mayoría de mis paseos o caminatas. Siempre llevo una cámara fotográfica encima. Un buen ejercicio es limitar el número de fotos que puedes hacer durante el paseo. Y para ello, el hecho de que sólo puedas hacer 12 exposiciones con un rollo de formato medio en formato cuadrado, es interesante. Te obliga a esforzarte.