Me encontré hace unos diez días un rollo expuesto y sin revelar de película en blanco y negro, que no conseguía recordar cuándo y en qué circunstancias lo había utilizado. Al revelarlo se aclaró. Fue un rollo que usé el 5 de marzo de este 2018 en el Museo Pablo Gargallo. Como estaba «obsesionado» en ese momento con las fotos en color del lugar,… se me olvidaron. Pues aquí están. Que os gusten. Los detalles técnicos en En el museo y olvidada en un cajón – Fujifilm GS645S Wide + Ilford Delta 400.
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[Fotos] San Valero en el museo Pablo Gargallo
Arte, FotografíaHace ya mes y medio desde que realicé estas fotografías en el museo Pablo Gargallo de Zaragoza durante la jornada de puertas abiertas, o sea, entrada gratis, de los museos municipales con motivo de la fiesta local de San Valero. Realizadas con el último rollo que me quedaba de determinado tipo de película. Los detalles técnicos aquí: Museo Pablo Gargallo – Hasselblad 500CM + Cinestill 800T.
[Fotos] Paseando el domingo con película en blanco y negro caducada
FotografíaPequeña prueba de una película en blanco y negro caducada realizada en un paseo mañanero de domingo por Zaragoza, visitando el Museo Pablo Gargallo.
Los detalles técnicos en el siguiente enlace: Probando una Kodak T-Max 400 caducada hace 6 años.
[Fotos] Con José Garrido en el Museo de Zaragoza
FotografíaFotos de la visita que hicimos hace ya casi dos meses con José Garrido, fotógrafo del Museo de Zaragoza, a su entorno de trabajo, algunos miembros de la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza (AFZ). En el enlace a continuación lo explico más despacio.





[Fotografía] Cinestill 800T 120 – Una película «de cine» para las cámaras de medio formato – Fotografía y otras artes visuales
Arte, FotografíaAprovechando una visita al Museo Pablo Gargallo de Zaragoza para probar las bondades, y los posibles defectos si los tiene, de una nueva película negativo en color para cámaras de formato medio, basada en las emulsiones utilizadas en cinematografía.














[Libro] Cómo visitar un museo de arte
ArteEste librito publicado por la Editorial Gustavo Gili en este 2016 y escrito por el holandés Johan Idema me lo regalaron hace ya un tiempo, junto con otra serie de objetos, en una situación de desenfadada y amable. Pero se me había quedado debajo en la pila de cosas para leer y no había encontrado momento para ello. Lo cuál es curioso, porque se lee en un periquete. De hecho, es uno de esos libros que no tienes porque leerlo de tirón. Ni siquiera tienes que leerlo en orden. Al fin y al cabo son un conjunto de reflexiones que puedes leer o recordar cuando creas conveniente. Pero la semana pasada, y ante la perspectiva de la visita en Madrid de una serie de exposiciones, como os conté ayer, lo cogí y en un día me lo ventilé.

Si ayer os hablaba de que estuvimos visitando el Museo Thyssen-Bornemisza, fotografías de esta visita servirán para ilustrar esta entrada.
Como digo, no es un libro organizado para una lectua continua de principio a fin. No es un ensayo sesudo sobre la museística y cómo los usuarios de los museos de arte deben confrontar las obras de arte expuestas en ellos. Más bien son ráfagas, ideas o propuestas, que se nos presentan en dos a cuatro páginas o poco más, fotografías o ilustraciones incluidas, que pretenden guiarnos ante la «responsabilidad» de visitar un museo y sacar algún provecho de él.
El punto de partida, o la necesidad sentida por el autor que le lleva a escribir el libro, es que visitar un museo se ha convertido en algo que puede resultar intimidante a distintos niveles. La seriedad, excesiva, con que se trata el tema del arte, el lenguaje enrevesado, abstruso y oscuro que utilizan los «expertos» para «explicar» las exposiciones que comisarían o las obras que en los museos se conservan, los dogmas sobre las actitudes ante estas obras de arte, son para el autor barreras que se levantan entre el espectador y la obra de arte. Paradójicamente en un momento en el que la elevada movilidad de las personas a la hora de viajar por el mundo les impone «la obligación» de visitar algunos museos que suelen ser calificados como «visitas obligadas» en sus viajes. Eso sí, aunque nunca hayan visitado el museo de bellas artes de su ciudad.

Idema propone romper las barreras. En primer lugar facilitando el diálogo y la conversación. Frente al «por favor, guarden silencio», hay que hablar ante la obra de arte, sobre ella y las emociones o dudas que nos suscita. Hay que dialogar con los guias, que deben mostrarse menos académicos y más cercanos a la peripecia humana. Hay que fomentar el diálogo y la interacción entre los visitantes, frente al susurro y el silencio, y la distancia entre ellos. Hay que permitir la interacción con la obra de arte… permitir las fotografías, dejar que los modernos «smartphones» se usen en el museo para adquirir información complementaria, incluso, cuando sea posible, combinar la experiencia visual con experiencias auditivas, tactiles, olfativas o gustativas. Hay que favorecer los cafés y los restaurantes en los museos como lugar de intercambio de ideas. Y hay que cambiar la actitud con la que se acude al museo. De un comportamiento pasivo, «a ver que me enseñan», a un comportamiento proactivo, «a ver que me encuentro y me sorprende», tomar notas, dibujar o realizar esbozos. Arriesgar… no acomodarse ante los estilos que nos agradan de siempre y osar la interacción con aquellos que nos incomodan o no entendemos bien. Visitas orientadas, qué quiero ver y qué no quiero ver. Evitar visitar el museo con cansancio… En fin… muchas cosas.

Me atrajo la vista inmediatamente, Kiki de Montparnasse, musa y amante de tantos artistas, con final triste y trágico, en esta ocasión inmortalizado por Keen van Dongen.
Más que un libro de recetas, ese «cómo visitar un museo» es más bien un libro de propuestas sobre el estado de ánimo que debemos tener a la hora de confrontar la obra de arte. Lo cual a mí me ha convencido. Así que si tenéis inquietudes en el campo del arte, no dudéis en leeros este librito.

[Viajes/fotografía] Fotografiska – Exposiciones en el museo de la fotografía de Estocolmo – Fotografía y otras artes visuales
Fotografía, ViajesLos museos dedicados de forma exclusiva a la fotografía no es que abunden. Van apareciendo poco a poco, y no suelen ser muy conocidos. En el enlace que viene a continuación, para aquellos que estén interesados en la cuestión, os hablo de mi reciente experiencia en Fotografiska, centro de fotografía contemporánea en Estocolmo.





[Viajes] 19 de junio de 2015 – tarde: Museo Nacional de Bellas Artes de Quebec | De viaje con Carlos
Viajes19 de junio de 2015 – tarde: Museo Nacional de Bellas Artes de Quebec | De viaje con Carlos.
Un museo sencillo pero coqueto, y con algunas cosas interesantes, el Nacional de Bellas Artes de Quebec. Arte de todas las épocas y mucha promoción de lo local sin olvidar lo universal.
[Viajes] 11 de junio de 2015 – primeras horas de la tarde: Museo de Bellas Artes de Montreal | De viaje con Carlos
ViajesAun me ha dado hoy para hacer otra entrada del Diario de Viaje a Canadá. Esta vez con visita al Museo de Bellas Artes de Montreal.
[Arte] Visitando el Museo Goya – Colección Ibercaja con Fotógraf@s en Zaragoza
ArteEste artículo es una variante del que ha salido publicado recientemente en el blog de Fotógraf@s en Zaragoza. ¿En qué se diferenica? En el artículo del blog de FeZ mi responsabilidad estaba en el texto, pero las fotografías son aportación de todos los que hicimos la visita. Aquí, las fotografías, para bien o para mal, son todas mías. Espero que ambos os resulten interesantes.
El jueves 28 de mayo de 2015 Fotógraf@s en Zaragoza (Facebook, Flickr) dejó parcialmente a un lado la fotografía para enfocar su atención sobre algunas del resto de las bellas artes, fundamentalmente la pintura y la escultura. Sin dejarse las cámaras en casa, como veremos. Porque recibimos la invitación del Museo Goya – Colección Ibercaja para hacer una visita guiada, reservada a 25 participantes, a las instalaciones de este museo, uno de los más emblemáticos de la ciudad de Zaragoza.
Este museo fue inaugurado en 1979, como parte de la Obra Social de Ibercaja, y sus fondos procedían fundamentalmente del legado del profesor y coleccionista zaragozano José Camón Aznar, del qué tomó originalmente su nombre. Sin embargo, en febrero de 2015 se inauguró de nuevo con el nombre de Museo Goya – Colección Ibercaja, sobre las base de la institución anterior y los fondos mencionados, entre los cuales se encuentran algunas interesantes obras del pintor aragonés Francisco de Goya y Lucientes de quien toma su nombre actual.
El museo se encuentra ubicado en la Casa del Infanzón Jerónimo Cósida, en la calle Espoz y Mina 23, un palacio renacentista que destaca por su vistoso patio. Como se nos explicó en la bienvenida al museo, este patio era el lugar donde los dueños de los palacios echaban el resto, mostrando su riqueza y poder en la riqueza ornamentación de los mismos. Nos contaron que a estos patios en Aragón se les llamaba «lunas». Y no sé qué experiencia tendréis los lectores de estas líneas que seáis aragoneses, pero de toda la vida en mi casa, al patio de luces de los edificios de viviendas se les seguía llamando la «luna». Lo que yo desconocía es que fuese un modismo local o regional.

Vista del patio de la Casa del Infanzón Jerónimo Cósida.
En la página en internet del museo podréis encontrar toda la información pertinente para planificar de forma adecuada la visita al museo; horarios, precios, cómo llegar,… Incluso para quienes no podáis acercaros allí, de momento, podéis acceder a una visita virtual,… aunque no he conseguido pasar el patio… Quizá problemas con mi navegador.
Como bienvenida, nos proyectaron una película documental de alrededor de 10 minutos de duración, que nos situaba perfectamente en la figura de Goya y su tiempo, en sus principales acontecimientos vitales y en el devenir de su obra. Además, por los comentarios que intercambié con otros miembros del grupo, coincidíamos en la calidad del montaje, del grafismo y del guion del documental. Casi encuentro una lástima que hasta el momento no lo hayan incluido en su página web, o que no lo compartan con el público en general a través del canal del museo en Youtube, donde hay comentarios de algunas obras destacadas. Valga como sugerencia, la primera que me surge a vuela pluma tras la visita del museo.

Alguna de las vistas del documental de bienvenida…

… que realmente encontramos bastante bien hecho e informativo.
Tras la bienvenida y el audiovisual, comenzamos la visita propiamente dicha a las colecciones permanentes del museo. Estas están dispuestas en tres pisos. En el primero, encontraremos fundamentalmente los antecedentes y precursores del pintor aragonés. Obras pictóricas y escultóricas del gótico, el renacimiento y el barroco, hasta llegar a la época neoclásica, época con la que se topa el pintor, aunque finalmente adquirirá un estilo más propio del romanticismo y precursor de la pintura moderna y contemporánea.

Explicaciones sobre «La Virgen entronizada» de Blasco de Grañén.
La segunda planta incorpora fundamentalmente la obra de Goya, así como de algunos de sus contemporáneos, fundamentalmente la de sus cuñados los hermanos Bayeu, Ramón, Manuel y especialmente Francisco. Además de las obras pictóricas que se exponen, creo que lo más destacado es poder contemplar las cuatro series de grabados de Goya íntegras, Los Caprichos, Los desastres de la guerra, La tauromaquia y Los disparates. A mi siempre me han parecido algunas de las obras más geniales del pintor, y como aficionado a la fotografía no puedo dejar de reconocer en el grabado un antecedente en el deseo del ser humano de facilitar la reproducibilidad de la obra de arte, garantizando la consideración de obra de arte a cada una de las copias obtenidas a partir del material original del autor.

Representación de la Inmaculada Concepción pintada por Francisco Bayeu.

Detalladas explicaciones de la técnica del grabado antes de visitar las series completas de los de Goya.
Finalmente, la tercera planta incluye obras de artistas posteriores a Goya, con una orientación a aquellos que lo copiaron con más o menos éxito, y de forma más importante a aquellos en los que influyó de forma característica. Ya hemos mencionado su carácter de precursor de muchas corrientes del arte moderno y contemporáneo, podemos ver obras de escultores como Gargallo, Serrano o García Condo, y pintores como Beruete, Barbasán, Palencia o Fermín Aguayo, entre otros nombres ilustres.
Durante la visita, la guía, de cuyo nombre no me acuerdo, fue parándose y explicando una serie de obras seleccionadas del conjunto de las expuestas de la colección de forma permanente. Estas obras, para todos aquellos que todavía no conocéis el museo, son las que en la página en internet del museo vienen agrupadas bajo el epígrafe de 15 esenciales.

«El joven de la margarita» de Pablo Gargallo, supuestamente la esencia de ser aragonés.

Una de las esculturas de Honorio García Condoy.
Finalmente, tras la visita guiada, la dirección del museo nos permitió permanecer en las dependencias del mismo con libertad para hacer fotografías, sin flash, como las que ilustran este artículo. A pesar que la norma general, por alguna indicación que pudimos ver a la entrada, es de prohibición para las mismas. Desde luego, agradecemos el detalle hacia nuestro grupo. Pero quiero aprovechar para lanzar la segunda sugerencia que se me ocurre mientras escribo. Cuando visité París por última vez, en diciembre de 2014, pude conocer la campaña Tous photographes! (¡Todos fotógrafos!) (enlace en francés). Esta es una iniciativa del gobierno francés, consecuencia de que en la actualidad la práctica fotográfica y fílmica es omnipresente en las vidas de los ciudadanos. Todo el mundo lleva una cámara en su teléfono móvil, que cada año que pasa es capaz de ofrecer una mejor calidad de imagen en todo tipo de situaciones. Reconociendo la dificultad, por no decir imposibilidad, de luchar con prohibiciones contra quienes toman fotografías del interior de los museos y los monumentos más destacados, publicaron una declaración de buenas prácticas, promotora de un comportamiento ético (PDF en francés) para todas las partes implicadas. Consta de cinco artículos que establecen la necesidad de respetar la propiedad intelectual de las obras expuestas, especialmente cuando se comparte en las redes sociales, evitar conductas que puedan producir daños en las obras, no molestar al resto de los visitantes mientras realizamos la fotografía, no molestar a los trabajadores de los museos y monumentos haciéndoles fotografías que probablemente no deseen, y solicitar autorizaciones específicas cuando se quiera usar un material especial o las imágenes tengan un fin comercial. Por supuesto, nada de flash, trípodes o paloselfis. Reconozco que es más fácil implantar campañas de este tipo cuando las obras artísticas están en propiedad de los poderes públicos. Pero a pesar de todo, considero que son iniciativas a copiar y a respetar, para una mejor difusión de la cultura.

La familiar silueta de Francisco de Goya en las paredes del museo.
Y finalizaré este artículo con mi tercera sugerencia, que no se me ha ocurrido sobre la marcha, sino que la he pensado hace tiempo. En las visitas que he realizado a muchos museos por el mundo, es frecuente que existan los abonos anuales, que por una cantidad superior a la entrada individual pero moderada, permitieran a la población local la entrada libre durante todo el año al museo. En estos momentos, con los cuatro euros de la entrada, buena parte de los habitantes de Zaragoza van a visitar el museo en un momento dado, y luego,… de forma excepcional o en las jornadas de puertas abiertas; día de los museos, fiestas locales señaladas, etcétera. Imaginemos que ponemos un bono anual por ocho euros. El equivalente a dos visitas. Pero que permite entrar cuantas veces quieras… ¿No saldríamos ganando todos? Los ciudadanos, que accederíamos más, el museo, que tendría una mayor vitalidad, y la cultura, que recibiría un cierto impulso. Ahi queda.
Y por supuesto, reiterar a la dirección y empleados del Museo Goya – Colección Ibercaja por su invitación y por la extrema amabilidad y paciencia de la que hicieron gala durante la visita.

Autorretrato con pequeña y coqueta escultura de un autor que, sinceramente, no recuerdo.
Entre castillos y museos en Malmö – Fotografía y otras artes visuales
ViajesEntre castillos y museos en Malmö – Fotografía y otras artes visuales.
Ya voy avanzando por la que considero mi cuarta etapa en mi viaje interrumpido por Suecia y Dinamarca. En este caso, volvemos al arte moderno y contemporáneo, pero sin salir de Malmö.
Por supuesto, todas las etapas del viaje las encontráis en el cuaderno de viajero: Öresund / Øresund, 2014.
[Fotos] Martín del Río, Escucha y Montalbán
ViajesAyer por la tarde salí a pasar lo que quedaba del fin de semana con unos amigos, en su casa de Martín del Río, y una cuanta peña más. Una reunión muy animada. Muy bien. Acabo de volver, y he decidido no dejar el día en blanco en este Cuaderno de Ruta. Os dejo con unas cuantas fotografías del lugar, así como de las visita que hemos hecho a Escucha y su museo minero, y el paseo por Montalbán, pueblo con rincones majetes.

Llego a Martín del Río, población de la provincia de Teruel en la comarca de Cuencas Mineras, al ponerse el sol. Se promete una cena copiosa, así que nos damos un paseo para hacer ganas de comer.

Tras un día de calor, el atardecer está agradable, y se agradece el descenso de temperaturas que trae.

Una semana justa antes de esta foto, el río Martín, tan tranquilo aquí, iba desbordado debido a unas lluvias torrenciales.

Un paseo nocturno para rebajar grasas; y una foto de la Vía Láctea, que ilumina ligeramente el cielo sobre nuestras cabezas.

Vemos caer algunas perseidas, pero fotografiarlas es más complicado. De echo, aunque la foto apunta a la constelación de Perseo, si no me orienté mal, no tengo claro si la estela corresponde a una perseida o algún objeto artificial.

Domingo por la mañana; soy de dormir lo justo, y mientras espero que el resto de la compañía se vaya despertando me doy un paseo por los alrededores.

A las once de la mañana nos dirigimos a visitar el museo minero de Escucha. No es mi primera vez. Antes de entrar hay que ponerse cascos y algún otro dispositivo como medidas de seguridad.

Por motivos no muy claros, no permiten hacer fotos en el interior; pero yo obtengo alguna imagen clandestina.

Tras la visita a la mina, y antes de tomar un aperitivo e ir a comer, nos damos un paseo por Montalbán.













