[Libro] Por la boca muere el pez

Literatura

Llevaba muchas semanas sin comentar un libro en estas páginas. He empezado varios en estos últimos tiempos, pero he terminado pocos. Y luego,… pues leo bastante pero otras cosas. Así que el otro día, me pasé por un comercio de una conocida multinacional del ocio, y vi este que hoy os traigo, una aventura del comisario Montalbano, en compañía de otra policía literaria italiana que yo no conocía, pero que debe ser famosa en su país de origen. El caso es que como el crimen transcurría en Bolonia, me parecía a tono con mis recientes experiencias viajeras, y lo cogí. A ver. Muy original. En seguida os cuento porqué.

Por la boca muere el pez
Andrea Camilleri y Carlo Lucarelli (Traducción de José Moreno)
Editorial Papel de liar; Barcelona, 2011
ISBN: 9788493667894

Estamos ante una novela epistolar corta, escrita mano a mano por los dos escritores, creadores de los dos personajes protagonistas de la historia, el comisario Montalbano (de Camilleri) y la inspectora Grazia Negro (de Lucarelli).

En la ciudad de Bolonia se ha encontrado el cadáver de un hombre, aparentemente asfixiado con una bolsa de plástico, pero la inspectora Negro no se conforma con los primeros informes periciales y sospecha que hay algo más que se le está ocultando. También siente recelo de la orden de inhibirse que recibe de sus superiores, y sospecha que hay gato encerrado. Así que por su cuenta y riesgo, mucho riesgo, decide seguir la investigación por su cuenta, y pide ayuda a Montalbano, ya que el fallecido y su entorno tenían relación con Vigata donde el comisario desarrolla su actividad. Pronto, ambos habrán metido las narices en un grupo corrupto de los servicios secretos italianos, y se las habrán de ver con una atractiva, pechugona y peligrosa asesina, que firma sus asesinatos, siempre relacionados con el agua, con un ejemplar de Betta splendens.

Como ya he comentado, estamos ante una novela epistolar. Es decir, la comunicación entre los dos protagonistas se produce a través de cartas. Primero remitidas a través de los correspondientes servicios de correos y, conforme el caso se enmaraña y complica, a través de las formas y medios más peregrinos. El desarrollo de la acción lo iremos conociendo también por la lectura de las cartas. Cartas que incluyen eventualmente transcripciones de atestados policiales, declaraciones de testigos, informes forenses. Eventualmente se transcribe alguna noticia periodística. Evidentemente, esta fórmula permite que cada uno de los dos escritores presente la parte de su protagonista, sin mayor problema. Entiendo, por los comentarios finales, que el desarrollo de la obra no estaba pactado, y que cada escritor fue respondiendo a lo largo de un proceso de cinco años ante el desarrollo que iba planteando el otro. Una especie de juego de ajedrez en la que las figuras son los personajes de la historia, y los jugadores van moviendo ficha por turno.

El resultado me ha parecido muy interesante. Ciertamente, el final no está del todo conseguido, pero en su conjunto la historia mantiene su interés y la fórmula permite dotar de su personalidad propia a cada personaje. Otra cuestión es que la novela destila humor y socarronería por arrobas. El cachondeo que se lleva con la redacción de los informes policiales y forenses, o con las declaraciones de los testigos, hace que las risas te vengan a la boca con cierta frecuencia. Es muy divertida. Una mezcla de novela negra y parodia de los servicios policiales.

Dado que la novela no es muy larga, y con lo comentado anteriormente, se lee en un momento. Un par de ratos antes de dormir son suficientes para terminarla. Casi podríamos decir que sabe a poco. Aunque entiendo que dada las peculiaridades de su redacción, sería complicado hacerla más larga. Pero desde luego, puedo decir que es una obrita francamente recomendable.

En la estación de Bolonia

Instantánea tomada en la estación de Bolonia, poco antes de la salida del tren regional con destino a Venezia-Santa Lucia, pero del que me bajé en la estación de Ferrara. Uno de los momentos más delirantes de la novela cuenta cómo el agente Catarella, colaborador de Montalbano, se pierde en la red ferroviaria italiana cuando se dirigía de Palermo a Bolonia, en un tren con destino Milán.