[Recomendaciones fotográficas] Fotografía contemporánea (y no tanto) y temas de siempre

Fotografía

No he recogido muchas recomendaciones esta última semana. Esto es algo que cada vez repito más. Estoy muy ocupado con cosas diversas, y no tengo tanto tiempo para revisar con detalle mis fuentes de información sobre novedades en el mundo de la fotografía. Pero algunas cosas ha habido y os las traigo.

En Wanderer, una revista digital para viajeros, pero que tiene valores añadidos sobre las páginas que se dedican a los viajes habitualmente, nos hablan de los problemas de las mujeres afganas, vistas por los fotógrafos viajeros. O fotógrafos documentales. O simplemente, los fotógrafos. Hablamos de un trabajo colectivo, 29 miradas, realizado por fotógrafos, escritores y cineastas, que recrean, escenifican, situaciones típicas para las mujeres de aquel complejo país, y los riesgos que afrontan desde el día en que nacen, por el mero hecho de haber nacido mujeres. Bonita, estremecedora, casi podría decir imprescindible.

Narcisos y crocus florecen ya en el Parque Grande anunciando la primavera que ya se adivina en el horizonte temporal del futuro.

… …

Hace unos días tuve una día tonto. Uno de esos días en los que simplemente no me apetece relacionarme con el mundo ni hacer las cosas que se supone que tengo que hay que hacer o hay que hacer. Son días que me pasan esporádicamente, una vez cada dos meses o menos, sin una frecuencia definida. Los afronto de diversa forma. En esta ocasión me puse una película, no muy buena, y sin embargo interesante, aun con sus numerosos defectos, sobre la guerra civil en Estados Unidos por la secesión del sur esclavista. Dura más de cuatro horas… lo que garantiza el no hacer nada en toda la tarde. Muy pocos días después, en Lenscratch, leí sobre el trabajo de William Betcher basado en fotografías, ambrotipos y daguerrotipos de los tiempos de aquella guerra, retratos de soldados caídos, poniéndolos en contraste con los de los caídos de las guerras actuales. Cambian las tecnologías, pero no la esencia de la barbarie. Por cierto, siempre es interesante buscar fotografías de aquel conflicto, uno de los primeros en los que los fotógrafos acompañaron a los ejércitos para documentar los hechos.

Creo que ya había traído a estas páginas alguna vez al taiwanés Lin Yung Cheng, también conocido como 3cm. Con sus imágenes de cuerpos humanos deconstruidos, alterados, incompletos… entrando en ocasiones en el surrealismo. Fotografías que me extrañan y me fascina. Me lo recordaron en la cuenta de Instagram de Nowness Asia.

Y también en otra cuenta de Instagram, la de If you leave, me llama la exploración del paisaje urbano que realiza la fotógrafa Lynn Saville (Instagram). Paisajes urbanos al anochecer, frecuentemente carentes de la figura humana, aunque la presencia del ser humano se intuye constantemente, sabemos que hay personas ahí, en algún lugar.

Por último, en Aesthetica Magazine hacen un repaso a fotógrafos contemporáneos emergentes. Fotógrafos que me hubiera gustado explorar un poco antes de escribir esta entrada, pero no he tenido ocasión, en cualquier caso, os he dejado el enlace por si queréis explorar vosotros. Yo, si puedo y me acuerdo, intentaré hacerlo en un futuro, y hablar de alguno de ellos en concreto.

[Cine] Triangle of sadness (2022)

Cine

Triangle of sadness (2022; 17/20230223)

Sensaciones muy contradictorias me despierta esta película del sueco Ruben Östlund, de la que muy poco sabíamos hasta su estreno, pero que nos animamos a ver ante algunas críticas que la hacían muy prometedora. Previamente había visto una película de Östlund, que no me disgustó, pero en la que acabé con la sensación de que no culminó del todo bien una buena faena con muy buenos mimbres. Aunque todos los comentarios que el tono estaba en el entorno de la comedia satírica. O al menos paródica.

Segunda ocasión en pocos días que ilustro la entrada con fotos de Estocolmo. La película de hoy comienza con secuencias en la capital sueca.

Dividida en tres actos, en el primero conocemos a una pareja de modelos, él en declive (Harris Dickinson), ella al alza (Charlbi Dean), y con una dinámica peculiar. Parece que se quieren… pero no necesariamente se entienden. En el segundo, esta pareja se embarca en un crucero de lujo, que compartirán con un conjunto de ricachones pasajeros, que representan todo lo podrido de la sociedad capitalista globalizada actual, y con los empleados del barco, destinados a complacer a los anteriores, pero pasando desapercibidos como si no existiesen. Y capitaneados por un bebedor capitán (Woody Harrelson) que se encierra en su camarote mientras pone como fondo musical La Internacional a gran volumen. Una tormenta y un ataque pirata arruinarán el crucero. En el tercer acto, en una isla «desierta», los ricos supervivientes de un naufragio dependerán de las habilidades de la señora que limpia los lavabos (Dolly de Leon) para sobrevivir hasta que sean rescatados.

La película tiene intenciones claramente subversivas. Si el primer acto subvierte las relaciones de poder en una pareja de enamorados, el segundo acto pone en ridículo en un escenario paródico, absurdo, satírico, a aquellos que ostentan el poder político, económico y social en las sociedades globalizadas actuales, mientras que el tercer acto subvierte las relaciones de poder, cuando estos «poderosos» se convierten en inútiles y dependen de las habilidades de los sirvientes. Se cierra la película en una secuencia en la que el absurdo, que se veía venir, que se intuía constantemente, hace explotar la historia, devolviéndonos a la realidad con una final abierto que cada cual puede interpretar como quiera. Desde muchos puntos de vista, una película excelente, realizada con una precisión casi milimétrica.

Apoyada además por unas interpretaciones que están a un nivel superior al que parecen, hemos de lamentar el fallecimiento poco después de finalizar el rodaje de una de las protagonistas, Charlbi Dean, la película aspiraba a ser rompedora y una referencia para el futuro. Sin embargo, en muchos momentos se lastra por el efectismo de la situación. Si el primer y el tercer acto son contenidos e interesantes, mucho más interesante el primero, el acto central, en su crescendo hacia la catástrofe entra en una serie de situaciones que me parecen más efectistas que efectivas. Me dejan una sensación de exceso, probablemente no necesario porque la tesis ya había sido planteada, y me generan una cierta insatisfacción en el balance global de la película. Que en ocasiones me parece la versión borde y canalla de la genial The Party de Blake Edwards, también crítica social de una época, aunque mucho más amable. Y divertida.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Viajes] En Madrid con película fotográfica, enero 2023 (II)

Viajes

Primera de las entradas dedicadas a mis fotografías realizadas con película tradicional en Madrid en mi escapada a la capital del reino el 31 de enero pasado. Los detalles técnicos de las fotografías los encontraréis en Viaje en el día a Madrid (II) – Minox 35 GT-E con Kodak Tri-X 400. Aquí os dejo unas cuantas fotos, de las que hice con película para negativos en blanco y negro. Hace unos días, os mostré las que hice con película para negativos en color.

[TV] Cosas de series; amor, música, libros y anarquías diversas

Televisión

Esta semana traigo dos series que me han gustado. Bastante. Más de lo que esperaba a priori. Y de orígenes muy diversos. Una de ellas, japonesa; comedia/drama romántico/existencial. La otra, sueca; comedia romántica con tintes de parodia sobre diversas cuestiones de «la vida moderna».

Hoy toca Estocolmo, muy apropiada para una de las dos series de hoy.

Kärlek & Anarki (Amor y anarquía) nos ha presentado su segunda temporada, en la que ha continuado el peculiar flirteo y el peligroso juego de «a ver si te atreves» entre Sofie (Ida Engvoll), convertida de consultora a directora general de la editorial, y Max (Björn Mosten), el joven y atractivo informático contratado en la misma. Pero las cosas entran en terreno resbaladizo. La nueva dirección estratégica de la prestigiosa editorial, adaptándose a los tiempos modernos, no siempre atina en sus medidas. Max se ha buscado un ligue dentro de la propia editorial. Y Sofie sufre la muerte por suicidio de su padre, con quien tenía una relación peculiar, y lleva un duelo malamente llevado. Entre las diversas pequeñas historias, más o menos alambicadas del resto de los miembros de la editorial. Lo cierto es que la primera temporada me pareció simpática, pero la segunda me ha parecido muy estupenda y totalmente recomendable. Es una comedia con todas sus consecuencias, pero también apunta afiladamente a parodiar muchas de las tonterías actuales del mundo empresarial, del mundo intelectual, de internet y sus redes sociales, entre otras cosas. No sé si habrá más temporadas. En realidad,… ha quedado bastante cerrada. Pero con temporadas de ocho episodios de media hora aproximadamente, si tiene éxito, tampoco creo que les cueste mucho seguir tirando de la manta.

Quartet es una serie japonesa de 2017, diez episodios de tres cuartos de hora, salvo el inicial de una hora, que se anunció como estreno en Netflix, que parece que ha comprado últimamente varias series de este país. Me llamó la atención por varias cuestiones. Una, por su buena valoración en muchos medios y entre los votantes de IMDb. Otra, porque una de sus protagonistas, Hikari Mitsushima, lo fue de otra serie japonesa que comenté recientemente. Así que me dispuse a verla. En un encuentro aparentemente azaroso, cuatro personas, que tocan instrumentos de cuerda, se encuentran en un karaoke. Y deciden formar un cuarteto de cuerda. Dos mujeres, Maki, primer violín, (Takako Matsu) y Suzume, chelo, (Mitsushima), y dos hombres, Beppu, segundo violín, (Ryūhei Matsuda) y Iemori, viola (Issey Takahashi). El caso es que ninguno es sincero del todo con sus circunstancias personales, su pasado. Y ni siquiera el encuentro en el karaoke es azaroso. Y mientras conviven en una casa en las montañas, en Karuizawa, irán apareciendo las cosas que cada uno de ellos ocultan. Aunque el tono de la serie es de comedia, en realidad la serie es un drama. Con buen rollo. En el que la amistad, la solidaridad, el tener alguien en el que apoyarse es importante. Y sentirse orgullosos como cuarteto… aunque no sean muy buenos. La serie se acompaña además de la buena música de cuerda, entre la que destaca por ser un motivo recurrente Music for a found harmonium, uno de los temas emblemáticos de la Penguin Cafe Orchestra, que tanto escuché en su momento, y una bonita canción de Sheena Ringo, Otona no okite (おとなの掟, la ley de los adultos), que sirve de cierre a la mayor parte de los episodios y es cantada por los propios protagonistas. La podéis encontrar en Apple Music, y supongo que en otras plataformas, si buscáis como autor Doughnuts Hole. Aunque también la propia Ringo la versión para sí misma. La serie me ha parecido estupenda. Casi podría decir que me ha sabido a poco. Los personajes generan mucha empatía. Y hay un personaje femenino secundario, una caradura de tomo y lomo (Riho Yoshioka), que es la caña. Que merecería un spin-off para ella sola.