[Cine] Supai no tsuma スパイの妻 [La mujer del espía] (2020)

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Supai no tsuma スパイの妻 (2021; 47/20210714)

Sensaciones muy contradictorias con esta película de Kiyoshi Kurosawa. Tras el fiasco, esperable, de la última superproducción de Marvel, nos acercamos esta semana en grupito pequeño a ver este drama de época japonés del cual habíamos leído alguna crítica muy elogiosa, tanto a la dirección como a la interpretación de su protagonista femenina, Yû Aoi.

Del director no soy consciente haber visto nada todavía, pero tengo reservadas en Filmin para ver cuatro de sus películas, especialmente dos de ellas, Tokyo Sonata y Kishibe no tabi 岸辺の旅 (Viaje hacia la orilla), de las que he oído hablar muy bien. A la actriz, la he visto en el simpático drama adolescente Hana to Arisu 花とアリス (Hana y Alice), donde interpretaba a アリス (Alice), una de las protagonistas, y en la nueva versión de Tōkyō monogatari 東京物語 (que se tituló Tōkyō kazoku 東京家族, una familia de Tokio) y sus lamentables secuelas, una nueva versión innecesaria del clásico inigualable de Yasujirō Ozu. En cualquier caso, Aoi interpretaba a Noriko, el mismo papel que Setsuko Hara, que interpreto a tres Norikos en tres películas distintas de Ozu, independientes entre sí, pero que se consideran una trilogía temática. Y Aoi era de lo más salvable de la versión moderna, igual que Hara era una de las piezas claves de la versión clásica.

Así que teníamos ciertas expectativas por la película. Las historia que nos relata comienza un año antes del comienzo de la guerra entre Japón y Estados Unidos. El imperio nipón está en guerra con China y mantiene en Manchuria un estado satélite, un títere con una independencia ficticia. En un viaje a Manchuria de Yusaku Fukuhara (Issey Takahashi), un comerciante de telas y cineasta aficionado, presencia algo que revuelve su conciencia por lo que considera su deber, como ciudadano del mundo por encima de ciudadano japonés, desvelarlo a los Estados Unidos. Pero la situación afectará además a su esposa, Satoko (Yū Aoi), a quien ronda un amigo de la infancia enamorado de ella que se ha convertido en un oficial de la kenpeitai 憲兵隊, temida policía militar del régimen militarista nipón.

La película juega durante todo el metraje con el equivoco. Y mi sensación es que lo hacía intencionalmente. ¿Realmente la vivencia de este matrimonio es real? ¿Realmente están en posesión de un secreto militar que puede poner en jaque la política japonesa si la información es difundida en el exterior? ¿Están en riesgo por entrar en una actividad de espionaje aun sin el respaldo de una potencia extranjera? ¿O estamos ante un delirio del matrimonio, o sólo de la esposa, en una época de incertidumbre, de represión, de falsas noticias, de pensamiento único? Unas frases al final de la acción todavía generan más incertidumbre, decantándola en cierta medida hacia que todo ha sido real… y a que la historia fue real, aunque no he encontrado ningún referente histórico a la misma. El caso es que al final sales más con una sensación de confusión que de una incertidumbre, buscada por el director. Y eso no es bueno para la película. Que además es irregular en sus ritmos y en la concatenación de situaciones.

A lo anterior hay que añadir que buena parte del peso de la película lo lleva la actriz principal… que en esta ocasión no me parece que esté acertada, aunque he visto alguna reseña en la que alababa su trabajo. A mí, sinceramente no me convence. Así que… me dejó bastante frío esta película. Originalmente concebida para televisión, donde se estrenó, con un nuevo tratamiento del color fue presentada en Venecia en 2020, y se decidió su estreno en salas. Supongo que por la satisfacción ante el resultado… pero yo, sinceramente, no le he pillado la gracia. Aunque os puedo asegurar que tengo bastante claro qué tipo de película creo que se buscaba, y podría haber sido muy muy muy interesante. Una pena.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **

[Cine] Summerland (2020)

Cine

Summerland (2020; 44/20200914)

Tras la excelente película de la semana anterior, los nuevos estrenos no traen nada especialmente atractivo a la cartelera. Las salas de cine están abiertas, pero las distribuidoras no arriesgan, y la oferta que llega es muy anémica. Nos llama la atención una película británica dirigida por Jessica Swale, su primer largometraje de ficción, y protagonizada por la interesante Gemma Arterton. No hay comentarios entusiastas sobre ella en ninguna parte, pero pensamos que con los británicos es difícil equivocarse mucho.

Las fotos de hoy están tomadas en distintos lugares del condado de Kent, Inglaterra, donde transcurre la película.

La película nos cuenta como una escritora un tanto misántropa (Arterton), que vive en la costa del canal de la Mancha, se encuentra de repente con que le han asignado un niño refugiado de Londres durante los bombardeos de la capital inglesa. Aunque al principio es remisa y quiere que se haga cargo del niño otra familia, al final, ambos conectarán y lo aceptará de buen grado. Hasta que se lleve la sorpresa de saber que tiempo atrás conoció a la madre del niño, que es quien maniobró para que lo acogiera.

Película con una realización académica, muy correcta y muy funcional, con el buen hacer de los británicos para las películas de época, pero sin mucho más que destacar. Descarga la directora, en realidad, el buen destino de la película en el buen trabajo de los intérpretes. Que como intérpretes británicos que son lo saben hacer muy bien, y el duo formado por Aterton y el niño, Lucas Bond, funciona con eficacia para sacar adelante una historia de buen rollo y buenos sentimientos en tiempos difíciles.

La película, muy políticamente correcta en lo que se refiere a diversidades de orientación sexual y racial, mucho más de lo que sería esperable para la época en la que se desarrolla, se deja ver sin problemas. Pero también es previsible que no deje poso durante mucho tiempo y pase a ser una de tantas películas por el estilo que nos ofrecen de vez en cuando los británicos. Se deja ver. Por cierto, el Summerland del título, en español En busca de Summerland, es un lugar ficticio, una especie del cielo después de la muerte para religiones paganas. Pues vale.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Libro] Lección de alemán

Literatura

Durante mi reciente escapada a Berlín, tuvimos la ocasión de visitar la Hamburger Bahnhof. Esta instalación dedicada al arte moderno y contemporáneo, es una de las dependencias de la Nationalgalerie. En su programación incluye exposiciones con fondos propios, junto con exposiciones temáticas con fondos propios y ajenos. Entre las exposiciones que pudimos visitar en esos días estuvo la dedicada al pintor expresionista alemán Emil Nolde.

«Imperial Love» de Robert Indiana, variante de su más afamada obra, «Love», que se encuentra en el patio delantero de la Hamburger Bahnhof. Esta como el resto de las fotografías, pertenecen a mi escapada berlinesa de este año, realizadas con la Pentax MX de los años setenta y unos cuantos carretes de película en blanco y negro.

Nolde es un figura controvertida. Y la exposición que tuvimos ocasión de visitar tenía como finalidad poner al artista en su sitio. Antisemita convencido, militó en el Partido Nazionalsocialita Obrero Alemán de Adolf Hitler. Sin embargo, eso no impidió que su obra fuera incluida dentro del «arte generado» que en forma de exhibición ridiculizadora recorrió Alemania en 1937. La exposición tuvo mucho más éxito que las dedicadas al arte aprobado por los jerarcas nazis. Durante la guerra fue expulsado de la Cámara de Bellas Artes del Reich, lo cual supuso la prohibición absoluta de ejercer la profesión de pintor y de exponer o vender su obra. Lo cual le permitió presentarse tras la guerra como una víctima más del nazismo y adquirir cierto prestigio. Como decía, la exposición que visitamos puso las cosas en su sitio, y sus obras se han retirado de edificios oficiales, reservándose para los museos.

Una de las cosas que nos llamó la atención en la exposición es que la figura de este pintor inspiró al escritor Siegfried Lenz, prestigioso literato del siglo XX, uno de los que más contribuyeron a la reflexión y catarsis sobre el periodo de barbarie política que sufrió Alemania en la primera mitad del siglo. En la propia exposición conocimos de la existencia del libro que nos ocupa hoy, comprobando que en España está publicado por Impedimenta. Una editorial que cuida mucho sus publicaciones.

En esta lección de alemán, conocemos a un joven que a principios de los años 50 del siglo XX no ha alcanzado todavía la mayoría de edad y se encuentra internado en un centro de reforma en una isla del Elba cerca de Hamburgo. El joven, un niño durante la guerra, es castigado a realizar un trabajo de redacción sobre el tema Las alegrías del deber que no ha culminado en clase de lengua alemana. Será recluido hasta su finalización. El joven se embarcará en la redacción de sus memorias en tiempos de la guerra, en una pequeña población de Schleswig-Holtein costera con el mar del Norte y cercana a la frontera danesa, donde su padre es el agente encargado del puesto de policía local, y donde reside un afamado pintor que, al igual de Nolde, recibe la prohibición de no ejercer su profesión. Y el padre del niño, la orden de impedir que incumpla la prohibición. Esto generará unas presiones y unas tensiones en el niño en los últimos años de la guerra que tendrán consecuencias en su juventud.

Un libro duro por lo que se cuenta, en la que se pone en solfa el «sentido del deber» de la población alemana ante las demandas de sus líderes nazis, con consecuencias lamentables. Pero al mismo tiempo, presenta una narración y una descripción de los paisajes en los que transcurre la historia que no carece de valores poéticos, generando un ambiente muy especial. Es una novela que se ha de leer con calma, digiriendo lo que está pasando en la mente del protagonista, que es nuestra vía para conocer lo que pasa en la de los demás, con la visión deformada del niño que fue. Hay momentos cómicos, tiernos, dramáticos, humanos, terribles, inhumanos, absurdos…

He de decir que me costó cogerle el ritmo a la narración, pero cuando lo hice no la hubiera abandonado por nada del mundo. La escritura, si la traducción al castellano es un buen reflejo, es excelente. La historia llega a ser apasionante, humana. Y da qué pensar. Sobre ese «sentido del deber» que tan importante parece al director del reformatorio años después del final de la barbarie nazi… en la que también era tan importante el «sentido del deber». Muy recomendable.

[Cine] Sesión doble: Churchills y Van Goghs (2017)

Cine

Nuevamente una semana con sesión doble. Y ya se han hecho públicas las candidaturas a los Oscars. Y ya sabemos que las dos optan a premios en distintas categorías. Y las dos están dedicadas a sendas figuras históricas. Vamos a por ellas.

Darkest Hour (2017; 05/20180122)

Si habéis visto Dunkirk, esta película podría titularse algo así como «Y mientras tanto en Londres…». Porque efectivamente trata del nombramiento de Winston Churchill como Primer Ministro del Reino Unido durante la ofensiva alemana en los Países Bajos, Bélgica y el norte de Francia en mayo de 1940, y de las presiones y dudas sobre si firmar una paz con la Alemania nazi o mantenerse en guerra a pesar de lo mal que iban las cosas.

La película está dirigida por Joe Wright, un especialista británico en películas de época, por lo que el oficio a la hora de poner en pie el largometraje estaba asegurado a priori, aunque en su filmografía hay cosas que me gustan más y otras menos. Se sustenta el film sobretodo en la interpretación de su protagonista, Gary Oldman, absolutamente irreconocible en su caracterización. El resto de personajes tienen pequeños papeles de soporte o ambientales, con simpáticas interpretaciones de Lily James, como secretaria de Churchill, y Kristin Scott Thomas, como su esposa. Pero no pasan de ser personajes accesorios por completo.

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Van Gogh, definitivamente no era francés, sino holandés. Y en Amsterdam está el principal museo dedicado a su obra, que no es demasiado amistoso con los fotógrafos. Por lo menos en 2010, la última vez que estuve. Pero sus alrededores están muy bien. Incluso cuando amenaza lluvia.

Siendo como es una buena película, me parece que no llega ni de cerca a ser una película brillante, por buenos que sean los ladrillos con los que está construida. Para empezar, sinceramente, no me simpatizan las interpretaciones basada en los extremos. Excesos de caracterizaciones. O excesos en la interpretación. Incluso si el personaje es excesivo. Por otro lado, el dilema sobre el que trata la película, las opciones de Churchill respecto a la guerra, no me parece que mantengan un nivel de debate interno y externo tan grande como para justificar el largometraje. Creo que al final es una cuestión que se trata de un forma un tanto simplista. Con una escena en el metro, que desconozco que aval histórico tiene, pero que me resultó excesivamente patriotera y simplona. Se deja ver, no está mal, pero sin más.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

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Loving Vincent (2017; 06/20180126)

Película de animación cuyo principal argumento de ventas es que se filmó a partir de nosecuantitas decenas de miles de óleos realizados por 100 pintores o así. Lo cual es cierto pero con matizaciones a la hora de describir la técnica utilizada. En realidad, la base de esta película anglopolaca dirigida por Dorota Kobiela y Hugh Welchman es la rotoscopia. Es decir, la filmación con auténticos actores para luego, sobre la imagen de los fotogramas filmados, pintar los fotogramas de la animación. Lo que facilita mucho el trabajo del pintor y la progresividad de la animación. El óleo no me consta que se hubiese utilizado todavía en animación. Pero otras técnicas pictóricas, como la acuarela, sí. Y sin la ayuda del rotoscopio.

Y así seguimos el periplo de Armand Roulin (Douglas Booth), hijo del jefe de carteros, para entregar una carta póstuma de Vincent van Gogh (Robert Gulaczyk), muerto en lo que parece un extraño suicidio, meses más tarde de su muerte, a su hermano Theo, que también ha fallecido. Y por lo tanto ha de buscar la forma de entregarla a la viuda de este, a través del doctor Gachet (Jerome Flynn) y la hija de este, Marguerite (Saoirse Ronan). Lo cual le llevará a querer conocer más sobre las circunstancias de la muerte del pintor, y sobre su personalidad.

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La principal virtud de la película es su virtuosismo técnico, indudable. Sin embargo, y a pesar de la buena acogida de la crítica, creo que su planteamiento, su guion y sus diálogos están poco cuidados, resultando un tanto simplones. Hubo momentos en que me sentí algo aburrido, por una trama que, pese a la limitada longitud del metraje, 88 minutos, me pareció innecesariamente alargada.

Loable intento, que hay que ver si uno es un aficionado a animación cinematográfica. Pero que puede aburrir a quien no sepa apreciar estas técnicas.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **/***

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[Cine] La encrucijada de Ángel Sanz Briz

Cine

La encrucijada de Ángel Sanz Briz (2015); visto el 27 de septiembre de 2015.

No soy muy de documentales en sala de cine. Básicamente, tengo la sensación de que la mayor parte de ellos se han realizado más pensando en la difusión televisiva, se acomodan bien a ese formato. Y cuando veo un documental en casa en la televisión, me gusta la interactividad que actualmente se puede establecer con internet. Puedes ir contrastando lo que te cuentan con datos a los que se puede acceder a través de la red de redes. Mi forma de ver el cine documental es muy distinta de como afronto el cine de ficción. Existen excepciones, y hace un poco menos de una año acudimos a las salas de cine a ver un documental que se debe ver en salas de cine por la naturaleza de sus imágenes. No hay verdades absolutas en esto.

Pero a pesar de ello, acudimos el domingo por la mañana a ver una de las proyecciones que se han programado en salas de cine de este documental sobre la figura de Ángel Sanz Briz, un diplomático español en Budapest durante la Segunda Guerra Mundial, que tuvo un papel destacado en la protección de judíos de las persecuciones a las que los alemanes y los fascistas húngaros los sometieron.

Sanz Briz fue de Zaragoza y estudió en los escolapios de Conde de Aranda.

Sanz Briz fue de Zaragoza y estudió en los escolapios de Conde de Aranda.

El documental tiene un carácter claramente apologético. Realizado con subvenciones de prácticamente todas las administraciones públicas aragonesas y alguna española, Sanz Briz nació en Zaragoza, lo que hace es ensalzar en términos absolutos la figura del diplomático con motivo de la protección que brindó a varios miles de judíos en la Budapest ocupada por los alemanes en 1944, con someras pinceladas de lo que fue su vida desde que nació hasta que salió de la escuela diplomática, poco antes de la guerra civil española, y lo que fue su carrera diplomática con posterioridad. Hay un estruendoso silencio sobre sus actividades entre 1936 y 1942, cuando se casa y pasa a formar parte de la legación diplomática española en Budapest. Es decir, se nos oculta que participó activamente en la guerra civil en el bando fascista. Dato sobre el que parece que nadie quiere decir nada en ningún sitio. Pero resulta difícil pensar en un joven diplomático haciendo carrera en la España de los cuarenta sin un cierto grado de adhesión al franquismo.

Entendámonos bien. Creo que la actuación de Sanz Briz en Budapest fue muy meritoria, digna de ser contada, y de reflexionar sobre lo sucedido. Fueran cuales fueran sus motivos para realizar estas acciones, la oposición a la barbarie alemana y fascista es de destacar. Pero si alguien se pone a hacer un película seria, documental o ficcionalizada, sobre un personaje histórico, creo que se debe contar todo aquello que es fundamental para comprender de forma íntegra al personaje. Y yo salí del cine con la sensación de que me faltaba mucho para saber quién era Sanz Briz. Intuyo quién era por los retazos que se van soltando, pero no lo sé. No veo trabajo de investigación. De hecho, el documental no me cuenta nada nuevo. Un mero ensalzamiento, una «subida a los altares civiles» de alguien que hizo algo destacado en un momento dado de su vida y un momento difícil de la historia, pero de quien sé realmente poco más.

Pero vámonos a Budapest,... donde en vísperas de la fiesta de Szent István encontramos puestos de paella y otras especialidades españolas.

Pero vámonos a Budapest,… donde en vísperas de la fiesta de Szent István encontramos puestos de paella y otras especialidades españolas.

Se ha comparado mucho, o se le ha llamado, «el Schindler español». Creo que ambos personajes coincidieron en un hecho, la protección de unos miles de judíos durante las persecuciones alemanas, pero se diferenciaron en muchos. El caso es que Spielberg, en su película sobre el industrial alemán, aun con los déficits sobre la verdad histórica que una ficcionalización puede acarrear respecto a un documental, profundiza mucho más en el personaje. En sus debilidades, en las cosas que hizo bien, pero también en las que hizo mal. Y al final, si decidimos simpatizar con Oskar Schindler, sabemos porqué lo hacemos o a pesar de qué lo hacemos. En el documental dirigido por José Alejandro González Baztán «nos imponen» la simpatía hacia el personaje.

Para la mayor parte de un público acrítico, acostumbrado a lo «políticamente correcto», que en ocasiones es la mentira o la ocultación de lo políticamente incómodo, el documental estará muy bien, se sentirán confortables con lo visto y pasarán a otra cosa, mariposa. Para quienes intentamos comprender los sucesos histórico, para quienes pensamos que las cosas que pasan tienen múltiples causas, para quienes tenemos la impresión constante de la multidimensionalidad de las personas, lejos de los planteamientos maniqueos tan de moda desde hace un par de milenios, el resultado es pobre y no le hace favor alguno a la figura del diplomático. Mi admiración o mi respeto por él no ha aumentado por este documental. Sé que hizo algo muy bueno en un momento dado, pero sigo sin saber quién fue. No digo que los reconocimientos hacia su figura no sean merecidos; pero tampoco me aclaran que todas las alabanzas que se vierten hacia el diplomático lo sean en su totalidad. Oportunidad perdida; un producto mucho más superficial de lo que parece.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: No aplicable
  • Valoración subjetiva: **

No he comentado la inoportunidad de la cuestión... pero estos húngaros que nos cuentan homenajean a los héroes antifascistas... en estos momentos están cayendo en olas de xenofobia con las crisis de refugiados y otras inmigraciones... Si es que esta historia que deja mal a los apologetas de turno.

No he comentado la inoportunidad de la cuestión… pero nos cuentan en la película cómo los húngaros homenajean a los héroes antifascistas… y en estos momentos están cayendo en olas de xenofobia con las crisis de refugiados y otras inmigraciones… Si es que esta historia que deja siempre mal a los apologetas de turno.