Llegamos a los último días del años. Probablemente, casi seguro al 99,99 %, esta es la última entrada del año en mi blog técnico sobre fotografía. En este Cuaderno de ruta aún publicaré los resúmenes fotográficos del año. Estos no son los últimos rollos del año. Tengo tres rollos en color para revelar, pero como los revelo a mes vencido, hasta dentro de unos días, entrado enero de 2022, no dispondré de ellos. Y me falta por revelar un rollo de blanco y negro. Si todo va bien, lo revelaré hoy. Mañana lo digitalizaré. Pero no creo que hable de él hasta el 3 de enero por lo menos. No sé si estos días que quedan de 2021 empezaré algún rollo más… pero quizá los considere ya del 2022. Así que, a efectos prácticos, estas fotos van a ser mi cierre fotográfico del año.
Una entrada breve para el día de Navidad, que servirá también como mis recomendaciones fotográficas de esta semana. Dos libros de fotografía que encargué hace unas semanas y que me han llegado recientemente. Algunos paquetes de correos o de empresas de transporte llegan sin problemas… pero sólo algunos. Y estos dos son algunos de ellos.
Fiel al espíritu de Robert Adams, algunos paisajes suburbanos, en uno de los polígonos industriales de Zaragoza, en un largo paseo dentro de la niebla en la mañana de hoy mismo, día de Navidad.
Bueno… el primero de ellos, más que hace unas semanas, lo encargué hace unos meses. Es una amplísima retrospectiva de uno de los fotógrafos contemporáneos que más cosas me dice. Recogiendo fotografías que abarcan desde 1965 a 2015, cincuenta años de carrera como fótografo, American Silence es el último libro publicado sobre la obra de Robert Adams. Lo encargué ya… a finales de septiembre o principios de octubre. Cuando todavía no había salido a la venta. El caso es que en Amazon han tardado más de lo que pensaban en tenerlo disponible. Pero al final ha llegado a punto, como «regalo» un tanto «inesperado» de Navidad. Miembro de la famosa exposición colectiva New Photographics, de los años 70, es uno de los fotógrafos norteamericanos que se fija en el paisaje alterado por el ser humano. Su mirada se centra en los espacios abiertos y en los suburbios de las ciudades de estados del oeste americano como Colorado, California y Oregón. Su fotografía, en blanco y negro, es directa, sin florituras, descriptiva, pero de calidad. Y fundamentalmente pone el foco en la crisis de los valores más importantes de esta región del mundo, una vez que es alterada por la presencia del ser humano. Y no me refiero precisamente a los nativos americanos que vivían por allí. Como decía, uno de mis fotógrafos favoritos… por lo tanto, para mí, un libro imprescindible, que tardaré días en digerir.
Un tono menos trascendente tiene el libro Happy Tonite, libro que recoge una selección de autores chinos contemporáneos de las colecciones del Archive of Modern Conflict. Esta organización cultural privada, originalmente estaba dedicada a la recuperación y recopilación de fotografías y otros objetos procedentes de la Segunda Guerra Mundial y otros conflictos armados que le siguieron en el siglo XX. Fotografías de lo que los anglófonos llaman vernacular photography, es decir, no realizadas por fotógrafos profesionales con fines documentales, reporteros gráficos o fotógrafos con un interés artístico. Vamos… la fotografía de la gente común o la que realizan profesionales de otros campos para sus propios fines. Con el tiempo, se extendió el archivo fotográfico a otros temas y procedencias, y en este libro se reúne una selección de fotografías contemporáneas, que reflejan la realidad constantemente cambiante del gigante asiático, con un enfoque específico en la ilusión de prosperidad y felicidad, sean estas más o menos reales, o más bien ficticias. Interesante la selección de fotografías, y viene bien para conocer a algunos de estos autores.
Las fotos de hoy son de los días festivos del puente de la «Inmaculada Constitución». Y fue un día en que consideramos oportuno hacer una sesión de retrato, por la luz con la que amaneció, algo casi improvisado, con dos rollos de la misma película. Lo que pasa es que entre retrato y retrato en distintas localizaciones en la zona entre el parque de la Granja y el azud del río Ebro en Zaragoza.
Las fotos de retratos son privadas y no toca mostrarlas. Pero los paisajes urbanos sí que se pueden enseñar. Los datos técnicos en Ciertos paisajes urbanos en formato medio – Hasselblad 500CM + Distagon 50/4 C T* + Fujifilm Neopan 100 Acros II. En aquellos días festivos, vimos el sol y se paseó con agrado, a veces con algo de viento. Volvemos a estar de fiesta… pero el sol no parece querer hacer acto de presencia. Y llevamos así casi dos semanas.
Estamos en el noveno día consecutivo de nieblas en Zaragoza. Nos dice que el jueves pueden levantar. Lo cual probablemente quiere decir que el fin de semana de Navidad puede estar con tiempo revuelto. Es lo que tiene el invierno en «el Charco». Si el tiempo está calmado, nieblas; si se revuelve, cierzo. En cualquier caso, cualquier escusa es buena para intentar ver la luz y el sol. Aunque sea en fotos de semanas atrás.
En la primera quincena de septiembre, llevé en la mochila ciudadana la Olympus Pen F con su 38 mm f1,8 y un rollo de Kodak Portra 400. Así como la modesta y sencilla Olympus Pen EE3 la he utilizado con cierta frecuencia con película negativa en color, la Pen F, desde que la tengo, la he usado fundamentalmente con película en blanco y negro. Así que quise cambiar un poco la tendencia. Los detalles, no muchos más, los he contado en Recordando días soleados de principios de noviembre – Olympus Pen F con Kodak Portra 400. Aquí os dejo unas pocas de las muchas fotos que salen en un carrete hecho con las Pen de Olympus.
Quienes sigáis con frecuencia estas páginas de mi Cuaderno de ruta, sabréis que en las últimas semanas he dedicado varios artículos a rollos de película que han sido utilizados en todo o en parte para realizar paisajes urbanos a orillas de un determinado tramo del río Ebro a su paso por Zaragoza. Esto ya lo escribí aquí hace un par de días.
Estas son las fotos de la segunda parte de un paseo en un sábado de noviembre por la tarde, antes de la puesta del sol, me acerqué allí después de comer con una cámara de formato medio, dos objetivos, un estándar y un teleobjetivo corto, y un par de rollos de película negativa en color de distinta sensibilidad. La fotos de hoy son las del segundo de los rollos. Los detalles técnicos en El paisaje urbano a orillas del Ebro en color (2) – Hasselblad 500CM + Kodak Portra 400.
Quienes sigáis con frecuencia estas páginas de mi Cuaderno de ruta, sabréis que en las últimas semanas he dedicado varios artículos a rollos de película que han sido utilizados en todo o en parte para realizar paisajes urbanos a orillas de un determinado tramo del río Ebro a su paso por Zaragoza.
Así que un sábado de noviembre por la tarde, antes de la puesta del sol, me acerqué allí después de comer con una cámara de formato medio, dos objetivos, un estándar y un teleobjetivo corto, y un par de rollos de película negativa en color de distinta sensibilidad. La fotos de hoy son las del primero de los rollos. Los detalles técnicos en El paisaje urbano a orillas del Ebro en color (1) – Hasselblad 500CM + Kodak Ektar 100.
Comentaba hace unos días sobre un paseo para fotografiar paisaje urbano en la ribera del río Ebro a su paso por la ciudad de Zaragoza. Decía entonces que las condiciones de luz estaban equivocadas, lo que dio lugar a una fotos con poca gracia. Técnicamente correctas, pero más bien aburridas. Sin embargo, simultáneamente usé una cámara sumamente defectuosa en su concepción y su realización.
Y la suma de errores puede, siempre que el fotógrafo sea conscientes de ellos y los use a su favor, puede llevar a fotografías con cierto interés. Y así ha sucedido con algunas de este rollo. Los detalles técnicos se pueden leer en Ilford Delta 400 ligeramente caducada (2) – Holga 120N. Para quienes no estéis interesados, os dejo algunas fotos.
Pues sí. Tenia unos rollos caducados de película y me fui el sábado por la tarde a ver si sacaba algún paisaje en blanco y negro con el río Ebro crecido por las últimas lluvias. Pero el paisaje estaba «equivocado». Las nubes que había en el cielo estaban en el lado erróneo. Detrás de mí, tapando el sol, en lugar de delante, adornando el cielo de mis fotos.
Hace un par de fines de semana, el domingo, ASAFONA Asociación aragonesa de fotógrafos de naturaleza, de la que soy socio, organizó una actividad promocional para socios y otras personas que quisieran sumarse con el fin de dar a conocer algunos de los «secretos» de la fotografía de aves y para promocionar la asociación entre personas interesadas en el tema. No voy a hablar de mi «desastre» en el ámbito de lo que se trataba, porque el olvido del adaptador de objetivos necesario me impidió usar el prácticamente obligatorio teleobjetivo durante la mañana.
Pero también me llevé la Olympus Trip 35 en el bolsillo, por si había ocasión para alguna foto en blanco y negro. Y al final, al no estar tan entretenido con la digital, hice más de las que pensaba. No de aves, porque con el objetivo de esta cámara… como no sean avestruces domésticos… y de cerca. En fin, los datos técnicos en Paseo «pajarero» con Olympus Trip 35 acompañante – Fujifilm Neopan 100 Acros II.
También voy a aprovechar que también dispongo de una galería de socio en ASAFONA, dedicada al paisaje alterado por el ser humano, con una perspectiva histórica, de los distintos impactos según el momento en que se produjo la principal intervención del ser humano en cada uno de los paisajes presentados. Desde los dólmenes del calcolítico hasta los modernos puentes actuales, pasando por conflictos bélicos, vistosas cataratas o recorridos por montañas lejanas.
La semana pasada hablaba de cómo había funcionado la Olympus Trip 35, que se está convirtiendo poco a poco en una de mis cámaras favoritas, a pesar de su tremenda sencillez conceptual, cuando le pones un filtro de color amarillo para mejorar el contraste de las fotografías con película en blanco y negro. Y la cosa fue bien. Realmente bien. Quedé muy contento con los resultados y con el funcionamiento de la cámara y su fotómetro, que determina la exposición automática, aun poniéndole el filtro delante.
En esta ocasión probamos un filtro rojo, con otro tipo de película. Los detalles técnicos en Olympus Trip 35 con filtro rojo – Ilford FP4 Plus 125. Los resultados no han quedado igual de bien ni de lejos. Pero no es culpa del material ni de la cámara, sino de mi mala cabeza a la hora de adaptarme a los mismos. Os dejo unas cuantas fotos de todos modos.
Hace un par de domingos hice un experimento… una comparación entre los dos sistemas de fotografía fotoquímica instantánea que se fabrican hoy en día, de la que, como digo en el título, no cabe extraer conclusiones; las instantáneas Polaroid Color y las Fujifilm Instax Monochrome.
Una de las carencias más importantes que encuentro en algunas cámaras compactas para película tradicional es la incapacidad o las dificultades para trabajar con filtros delante del objetivo de la cámara. Especialmente cuando se fotografía con película en blanco y negro. Los filtros de colores, amarillo, naranja, rojo, son los que más uso yo, aunque también cabe el verde, el azul o el infrarrojo, son fundamentales a la hora de controlar el contraste de la toma. Una de las características más interesantes desde el punto de vista creativo de las películas fotográficas es su sensibilidad espectral. Es decir, dentro de espectro de la radiación electromagnética que constituye la luz visible, a qué longitudes de onda una emulsión es especialmente sensible o no. Porque eso va a determinar cómo se van a restituir los distintos colores en tonos de gris.
Con mi reciente adquisición, la Olympus Trip 35, con la que estoy muy contento, he conseguido un adaptador que me permite utilizar algunos de los filtros que tengo, de 49 mm de diámetro de rosca, a la rosca de 43,5 mm del objetivo de la cámara, muy rara hoy en día. Las cuestiones técnicas las desarrollo en Olympus Trip 35 con filtro amarillo – Rollei Superpan 200. Para quienes no estén interesados, os dejo algunas fotos.