[Cine] The Avengers (2012), y de cómo cada vez me siento más un marginado en los gustos sobre cine

Cine

The Avengers (2012), 2 de mayo de 2012.

Este filme fue visto en versión original subtitulada y por ello se ha conservado el título original en inglés. En las pantallas españolas se ha estrenado también en versión doblada bajo el título Los vengadores.

En diversas ocasiones me he propuesto que no iba a volver a ver películas de superhéroes. El 90% de las ocasiones salgo escaldado. El fin de semana me resistí a sumarme a esta moda. Incluso la misma mañana del miércoles, comentaba con una amiga esta resistencia. Pero por la tarde, sin un plan mejor que hacer, acepté ir a ver la película. Sólo puse como condición que la veríamos en versión original. Aun a costa de sufrir el prescindible y cefalálgico 3D. Por lo menos, que tuviese la utilidad de hacer oreja con los idiomas.

Hortzmuga - Super Plast

Unos cuantos superhéroes carnavalescos para alegrar la entrada. Como este «hortzmuga».

Yo durante un tiempo fui aficionado a los cómics de superhéroes. Comenzó mi afición cuando nació mi hermana, tenía yo 9 años, y me duró hasta poco antes de cumplir los 11. Ni siquiera de adolescente me sentí atraído por este tipo de productos. Eso sí. En esos apenas dos años en los que leí este tipo de tebeos, mis favoritos eran Los vengadores. Siempre he creído que, a pesar de mi corta edad, se debía a las curvas que lucía una de sus miembros que no aparece en la película, La Bruja Escarlata. Que si no recuerdo mal tenía el exótico nombre de Wanda. Tal vez equivoco el personaje. No recuerdo bien.

El argumento, por si alguien no lo sabe o tiene algún defecto mental que le impide imaginárselo, es que  hay un malo muy malo que quiere dominar o destruir al mundo, y un grupo de aguerridos superhéroes que tienen que impedírselo, eso sí con grandes dificultades y destrozando Nueva York, que es lo habitual. No hay más. El esquema, el habitual desde los tiempos de las primeras películas de OO7, si no antes. Una primeras escenas de acción trepidante y un final muy pirotécnico, salpicado de alguna persecución y algunas otras balaceras, ligadas por escenas con diálogos, generalmente prescindibles. Todas las películas de acción en las nosecuantas últimas décadas siguen este esquema. Debe estar en el manual del guionista. Que los diálogos sean prescindibles o soportables depende de otros factores, que no suelen acompañar a las producciones Marvel en lo que es mi experiencia.

Disfraces y foto

O las inevitables amenazas del espacio exterior, rodeadas de pricesitas.

La cuestión es que todas las críticas que pude leer en los días o semanas previos sobre esta película fue bueno. Incluso algunos ponían el filme por la nubes. Y esto me hace pensar que el problema es mío. Que de alguna forma, en esta cuestión, como en tantas otras, me he ido del mundo.

No voy a cuestionar la capacidad del director, Josh Whedon, un tipo que quiere hacerse un nombre en el mundo del cine tras haber conseguido algunos productos más o menos interesantes pero de cierto éxito en televisión, para dirigir escenas de acción. Pero es que a mí, todo lo que vi, sólo me podía parecer coherente, hasta cierto punto, si consideraba la película como una parodia. Como entiendo que no es esta la intención de sus creadores, algo falla. O la película, o yo. Si tenemos que admitir la democracia en estas cuestiones, evidentemente quien tiene una grave tara es mi humilde persona.

Porque claro sólo a mí me puede parecer absolutamente ridículo que el motivo por el que los superhéroes se unen es que a un tipo que lo han apiolado su superhéroe favorito no le ha firmado los cromos. O absolutamente incoherente que un monstruo grande y verde que no atiende a razones, y que intenta en un momento dado masacrar a la guapa curvilínea de la película, que no le ha hecho nada, de repente es capaz de formar equipo con los demás. Por cierto, que puestos a elegir entre portaviones voladores capitaneados por alguien tuerto, prefiero los de Sky Captain y el Mundo del Mañana. Es que aquella capitana está más buena que el de esta película. Desconozco cual es el original y la copia. Aunque la mencionada película es anterior, pudieron copiar la idea del portaviones volador con tuerto de algún tebeo.

Supermán bajo la lona

Creo que Supermán es de otra «empresa», pero bueno,… qué más da…

De las interpretaciones prefiero no hablar demasiado. Van de lo razonable dadas las circunstancias de Mark RuffaloJeremy Renner, o Scarlett Johansson (ésta es que además está muy buena), a lo desagradablemente histriónico de Robert Downey Jr, pasando por la sosez más absoluta de Chris Evans, la nulidad interpretativa de Chris Hemsworth, o el caracartonismo de Samuel L. Jackson y la televisiva y mediocre aunque también guapa Cobie Smulders. El que me desconcierta es el que hace de malo, Tom Hiddleston. No parece mal actor, pero su personaje es tan caricaturesco…

Bien. Ya he reconocido que probablemente el problema es mío. Que no entiendo de cine. O por lo menos del cine actual. Que soy de esos pesados que opinan que la pirotecnia es insuficiente para salvar una película, que algo de sustancia ha de haber en ella. Un outsider, eso es lo que soy. Para mí sólo hay dos cosas buenas en haber ido al cine a verla. Las curvas de la Johansson, y las cervezas y las risas de después. Así que da igual que propósitos haga ahora, no puedo garantizar que no tropieza dieciocho veces en la misma piedra y vuelva a ver otra de superhéroes.

En la puntuación seré relativamente benevolente, teniendo en cuenta el beneplácito de gran parte de la afición.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **
¿Superhéroe o Supervillano?

Este, con esa calavera en el pecho, me da que es más un supervillano que un superhéroe. Da igual, también.

[Cine] We Bought a Zoo (2011)

Cine

We Bought a Zoo (2011), 8 de enero de 2012.

Nota previa: Esta película ha sido vista en versión original subtítulada al castellano, y por ello se conserva su título original como encabezado de la entrada. En los cines españoles es posible encontrarla también doblada bajo el título Un lugar para soñar. Ya esta el criminal ése, el de las traducciones de los títulos de las «pelis», suelto otra vez.

Después de unas cuantas semanas de estrenos notables en la cartelera española, contra todo pronóstico por la coincidencia con las fiestas navideñas, ahora curiosamente cuando terminan estas los estrenos pegan un considerable bajón. Teníamos dos opciones para ver, a primera hora de la tarde, en versión original. De las dos habíamos visto el avance, y ninguna de las dos nos convencía mucho. Al final nos decidimos por aquella por la que no sentíamos un mal rollo a priori con el personaje principal. Así que sin grandes expectativas, ayer pasamos casi dos horas en una sesión de lo que por ahí se conoce como «cine-cebolla». Con intenciones moderadamente lacrimógenas. Y muy buen rollo. Que no falte.

En algún lugar del sur de California, Benjamin Mee (Matt Damon) es un viudo reciente que trata de salir adelante con sus dos hijos, sin que haya superado realmente todavía el duelo por la muerte de su encantadora esposa. Un chico, Dylan (Colin Ford), de 14 años, y una niña, Rosie (Maggie Elizabeth Jones), de 7. Con la niña no tiene problemas, pero el chaval está francamente deprimido, tiene problemas en el colegio, aunque evidentemente es listo, y se comunica mal con él. Así que ante la expulsión de Dylan del instituto, decide cambiar de casa y de entorno, y con sus (abundantes) ahorros compra, en contra del criterio de su hermano mayor y contable Duncan (Thomas Haden Church), una casa que parece ideal, pero que tiene el inconveniente de que lleva aparejada un zoológico, en estos momentos cerrado al público y ruinoso, con todos sus problemas. Al frente de los trabajadores está Kelly (Scarlett Johansson), que vive allí mismo también con su prima de 13 años Lilly (Maggie Elizabeth Jones). A partir de aquí asistiremos a las peripecias que han de pasar para recomponer y abrir al público el zoológico, y para recomponer también los estados emocionales de los distintos miembros de la familia.

Toda esta historia de buen rollismo y superación personal tan propia de los telefilmes americanos con los que nos han castigado en tiempos en las sobremesas está dirigido por un presunto ilustre como es  Cameron Crowe. Director que a mí siempre me ha parecido un poco sobrevalorado. Y ciertamente estamos ante un producto que si bien está rodado con corrección artesanal, tiran de recurso facilón, basado en los tópicos propios de los dramas familiares más o menos lacrimógenos, para soltarnos una historia más propia como decía de un telefilme al uso que de un producción importante. Muy convencionales las situaciones, muy planos los personajes secundarios, poca tela hay que rascar de un argumento basado en una historia real de lo que aconteció con un zoológico británico, de la cual han conservado el nombre del personaje central, pero han modificado muchos otros datos para adaptarlo a las necesidades de fácil digestión del público norteamericano.

En lo que se refiere a las interpretaciones, el peso lo lleva el protagonista masculino. Damon, en un registro más luminoso y más expresivo de lo que es habitual en él está más que razonablemente competente, y hace que la historia, tan limitada en su planteamiento, salga adelante más airosa de lo que parecía en un principio. Johansson está de florero. Es cierto que en la historia era necesario un personaje que tuviera competencia técnica para sacar adelante el zoo, pero en lugar de una chica mona con la que se inicia un flirteo que a parece un poco forzado, igual podría haber sido un viejo capataz de 60 años, sin más historia romántica que la del viudo con el recuerdo de su fallecida esposa. No obstante, está simpática y guapa, y cumple con un papel que no tiene mucho más que ofrecer. Lo mismo que el romance entre los dos adolescentes, que también está muy pillado por los dedos, y así resulta la interacción entre ambos.

Como resumen, decir que si alguien se ve en la necesidad de ver esta película, pues no es una catástrofe. Es mejor de lo que nos temíamos, o de lo que el avance prometía, que no es poco. Aunque yo recomendaría que si quieren pasar un buen rato viendo sacar adelante un peculiar zoológico, saquen del baul de los recuerdos Criaturas feroces (Fierce Creatures), que sin ser tampoco el mejor trabajo de su grupo directores e intérpretes, por lo menos te hechas alguna risa.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***
Zoo - Jirafa

En este zoo, al contrario que en el de la Casa de Campo de Madrid, no hay jirafas, pero han prometido que habrá (Pentax P30N, Sigma 28-70/3,5-4,5).

[Breve – cine] Ghost World (2001)

Cine

Ghost World (2001) – IMDb.

Vista en televisión. Pequeño drama que se centra en las dudas e indecisiones de una adolescente, Enyd (Thora Birch) que acaba de graduarse en el instituto, junto con su amiga Becky (Scarlett Johansson). Mientras esta última parece que enseguida aclara sus ideas, consigue trabajo y empieza a buscar un apartamento para independizarse, Enyd que recuperar la asignatura de arte, conoce a un individuo maduro, solitario y extraño, Seymour (Steve Buscemi), con quien comienza una extraña relación de amistad, y no consigue centrarse en lo que hace, ni en lo que quiere hacer. Basada en un cómic, supongo que por ello me pasó desapercibida, merece la pena verse por la frescura de su guión y sus situaciones, y por la excelente interpretación de Birch y Buscemi. Johansson pasa más desapercibida. Dirigida por Terry Zwigoff.

Nueva película relacionada con la fotografía; dos americanitas deambulan por Barcelona

Cine, Fotografía, Páginas personales

Hoy han anunciado que Penélope Cruz es candidata a los Oscar. Y me he dado cuenta que había olvidado por completo que la última película de Woody Allen tenía que ver con el mundo de la fotografía. Y resulta realmente sexy ver a la guapa Scarlett Johansson manejarse con una Leica… Pero si queréis saber lo que realmente pienso de este filme, tendréis que visitar mi sección sobre La Fotografía en el Cine, y pulsar el enlace a Vicky Christina Barcelona.

Yo sigo con mis fotos, específicamente con mi serie de Esquí y románico, paseando por San Juan de Busa.

San Juan de Busa - inscripción sobre la puerta

Inscripción en caracteres cúficos en la puerta de San Juan de Busa - Panasonic Lumix LX3

Vicky Christina Barcelona (2008)

Cine

Vichy Christina Barcelona (2008), 23 de septiembre de 2008.

Antes de nada, tengo que advertir que considero la nueva película de Woody Allen un filme absolutamente pornográfico. Y para demostrarlo, y en contra de lo que es mi costumbre, pondré una imagen que no he tomado yo, que pulula por ahí en internet y que no sé quien tomó. Si alguien conoce el autor, que me lo diga y lo pondré. O si el autor no quiere que esté, que me lo diga ya la quitaré. Pero es que he tenido una debilidad y la pongo.

Sí. Se trata de Scarlett Johansson fotografiando en Barcelona con una Leica M6. Para mí, más erotizante que si hubiese salido en pelotas. Cosa que no. Que ya se cuida ella de que en las escenas de cama, el nivel de la colcha no baje más allá de un determinado punto. O de dos determinados puntos. Y la chica sale con tan hermoso aparato en varias escenas… Y Penélope Cruz también empuña tan pornográfico juguete… Ufff…

Pero vayamos al grano cinematográfico. La última película de Woody no pasará a la historia como una de sus obras maestras. Las aventurillas amorosas de dos americanitas por Barcelona, no pasará de ser un historia simpática, dedicada a entretener, sacar guapas a sus protagonistas y hacer un poco de propaganda de Barcelona y de Oviedo. Esta última ciudad metida en la película con calzador. A saber a qué compromisos responderá este hecho.

Las chicas están muy guapas y lo hacen bien. No conocía a la guapa Rebecca Hall (Vicky), pero lo hace muy bien, y también es muy atractiva, aunque con un estilo totalmente distinto a la voluptuosa Johansson (Christina). Javier Bardem sale un poco soso; se limita a poner su planta. Es el hombre florero de la película. Finalmente, Penélope Cruz hace un papel interesante pero desaprovechado. Es el personaje que más salsa le pone a la película y del que está desaprovechado tanto su versión dramática como la cómica. Otra cuestión. La película es bilingüe en su rodaje; y eso debería haber sido respetado. Lamentablemente, toda ella está doblada al castellano en la versión que se proyecta en Zaragoza. Incluso los diálogos originalmente en este idioma. Y pierde. Pierde mucho. Maldito doblaje.

También me gustaría notar que la dirección de fotografía le ha sido confiada al español Javier Aguirresarobe, uno de los mejores profesionales de este campo en nuestro país. Y lo hace muy bien. Particularmente con una paleta de colores que a mí me gusta mucho. Aunque por una entrevista que le hicieron en la radio, tal vez distinta de la que hubiera preferido él. Pero Woody manda.

En resumen, una película amable para pasar el rato. Yo le pongo un siete a todo, tanto a la impresión general como a la dirección como a la interpretación. Creo que la pueden ver hasta los que normalmente no entienden y no gustan del cine del excéntrico director.

La foto de hoy, cómo no, la Sagrada Familia de Barcelona, monumento típico y tópico que también sale en el filme.

Bóveda

(Pentax K10D; SMC-DA 21/3,2)

Las hermanas Bolena (2008)

Cine

Las hermanas Bolena (The Other Boleyn Girl, 2008), 2 de marzo de 2008.

Tratándose de una película histórica la que nos ocupa, sobre la veracidad de los hechos narrados sólo diré una cosa. Quien haya visto la película, que compare el argumento con la biografía de Mary Boleyn. Sobre mi opinión acerca de la falta de rigor histórico en las producciones cinematográficas o televisivas, os remito al artículo que escribí en mi Cuaderno de Ruta V.1. Además, ese artículo lo escribí a propósito de la serie televisiva The Tudors, mucho de cuyos hechos argumentales son comunes con la película que hoy nos ocupa. Resumiendo, que nadie piense que va a ver algo que tenga que ver con la historia real; esto es una ficción más o menos fantasiosa sobre unos personajes que reciben los mismos nombres y posición que las personas que realmente existieron.

Una vez establecido que todo es mentira, vayamos a los hechos cinematográficos. Los meritos de esta producción son reunir a dos de las más interesantes actrices jóvenes de la actualidad en un mano a mano particular, y hacerlo en el marco de una de las siempre lujosas y prestigiosas películas de época, donde tanto importa el diseño de producción, el diseño de vestuario y otras cuestiones técnicas. Y aquí se acaba lo bueno que puedo contar de este filme.

Los hechos que se quieren contar en la narración abarcan un largo período de tiempo. Mary Boleyn llegó a la corte como dama de la reina en 1519 y su hermana, la reina Anne, fue ejecutada en 1536. Esto ocasiona, que los sucesos pasen de forma atropellada y sin una ligazón adecuada, y sin que se comprendan bien las relaciones causa-efecto. En ese período de tiempo, numerosos personajes tuvieron que ver con la historia, que en el filme quedan desdibujados como sombras de fondo. Sin embargo, el sentido del tiempo es inexistente en el filme. Todos los personajes viven una eterna juventud, al mismo tiempo que se muestran caracterialmente planos y maniqueos. Mary (Scarlett Johansson) es una ingenua enamoradiza y muy buena persona. Anne (Natalie Portman) es una bruja manipuladora. El rey Enrique VIII (Eric Bana) es un memo que solo piensa con la cabeza de su pene. El resto de los personajes acompañantes, especialmente la familia de las Boleyn, o son muy malos o son muy tontos. Sólo se salvan los personajes de la reina Catalina de Aragón (Ana Torrent) y Lady Elisabeth, la madre de las Boleyn (Kristin Scott Thomas), que son tratados con razonable aunque breve dignidad.

Las interpretaciones van acordes con la calidad de los personajes. Simplonas en general. La Johansson copia en muchos momentos el carácter que imprimió a La joven de la perla, con sus suspiricos y su mirada de corderica que llevan al matadero; pero sin alcanzar la profundidad de aquel filme. La Portman nos ofrece algún detalle de sus capacidades, pero sin llegar a enlazar una interpretación bien trabada en su conjunto. Lo impide la simpleza con la que es tratado su personaje. Bana queda reducido al papel de hombre florero. Aunque los personajes de Torrent y Scott Thomas son los más dignamente tratados, no dan como para salvar el conjunto; son excesivamente pequeños y testimoniales.

En resumen, un culebrón comprimido en menos de dos horas, que sólo satisfará a los fanáticos de las guapas protagonistas y de los dramas seudohistóricos. Para mí, una decepción. Por el esfuerzo de producción, le pondré un cinco, con otro cinco para la interpretación (al fin y al cabo, ellos no tienen la culpa) y otro para la dirección, Justin Chadwick, que si no suspende es porque es nuevo en los largometrajes cinematográficos.

La foto de hoy, cómo no, la ominosa figura de la Torre de Londres, donde acabó sus días la reina Anne (Canon EOS D60; Tokina AT-X Pro 12-24/4).