Malavita (2013), 17 de noviembre de 2013.
En un fin de semana feo por el clima, frío y lluvioso, en el que no teníamos previsto cine porque si todo va bien iremos entre semana a ver la última de Woody Allen, nos escapamos a primera hora de la tarde del domingo a ver alguna que echen en versión original y que pueda ser razonable. No muy convencido por mi parte, nos metemos a ver este filme firmado por Luc Besson, conocido por haber hecho alguna cosa memorable, pero también algún que otro truño de mucho cuidado, o por haber nadado tranquilamente por la mediocridad cinematográfica.
Nos encontramos en algún momento de finales de la década de los noventa en Francia. Deduzco la época por los coches y porque todavía usan francos y no euros. Una familia de mafiosos se traslada a un pueblecito de Normandía. Están en el programa de protección de testigos del FBI, por que el cabeza de familia, Giovanni Manzoni (Robert De Niro), delató a toda su familia que lo quiere muerto. A él y a su mujer Maggie (Michelle Pfeiffer), su hija de diecisiete años Belle (Dianna Agron) y su hijo de catorce Warren (John D’Leo). En el pueblecito intentarán encajar, lo cual no será fácil porque todos tienen en algo en común con Giovanni. Una afición tremenda a engañar a manipular a los que les rodean, y resolver con gran violencia los conflictos con quienes se interponen a ellos. El agente que lleva su protección es un veterano agente federal, Stansfield (Tommy Lee Jones), que anda ya un poco quemado con el encargo. Y además, un desliz en uno de los miembros de la familia va a poner en riesgo la vida de todos.

Tengo la sensación de que el ficticio Cholong-sur-Avre está en la Alta Normandía, y no en la Baja Normandía como Bayeux; pero este último están en el departamento de Calvados… que tiene un nombre más sugerente.
No me extenderé mucho. En principio, esta película es una comedia. Con tintes negros. Es cierto que tiene su parte de drama. Oscila entre la parodia y el homenaje. Los guiños cinéfilos son abundantes. Especialmente para quien es aficionado al cine de gángsters y mafiosos. Aunque el último cuarto de la película no deja de recordarnos por detalles diversos a High Noon (Sólo ante el peligro), y no faltan tampoco las alusiones al cine de institutos. Entre las cuestiones que se ponen en solfa, con frecuencia, están las idiosincrasias nacionales de franceses, norteamericanos, italianos,… y hasta con los tomates españoles se meten. Injustamente. La cuestión es que durante el planteamiento de la película se levantan muchas expectativas, que no siempre quedan satisfechas. Esta película parece constantemente un querer y no poder, o no saber. Sin embargo, uno se entretiene.
Las interpretaciones son razonables. Especialmente por los intérpretes veteranos. Tanto De Niro como Pfeiffer como Jones tienen muchas tablas, tienen en su haber películas relacionadas con el papel que hacesn, y se mueven en sus papeles cumpliendo sin mayores problemas. Y sin mayor brillo, tampoco. El chaval de catorce años creo que está desaprovechado, podría dar más de sí. Y la chica, Agron, que es conocida por su paso por una célebre serie de televisión de institutos donde todos cantan, pues canta. Porque aunque tiene cara de jovencita, es un pedazo de mujer que difícilmente la ves como una adolescente de diecisiete años, que pueden ser casi diez menos que los que en realidad tiene. Pero bueno. Pase.
En fin, un entretenimiento como ya he dicho. Que tenía material para algo más incisivo, con más mala leche, con más intensidad y mejor, y se queda a medio camino. Por lo que tenemos que suponer que realmente Besson tampoco tiene mucho más que dar. O no le apetece. En cualquier caso, es visible, aunque probablemente olvidable.
Valoración
- Dirección: *** Se cumple el expediente con razonable oficio y poco más.
- Interpretación: *** Volvemos al tema de que hay oficio, y se saca la papeleta adelante sin más problema.
- Valoración subjetiva: *** Aprueba, por poco, pero aprueba; nos hemos entretenido y hemos consumido tranquilamente una tarde de domingo que amenazaba sosa.