[Fotocomentario] El futuro de la fotografía con película tradicional

Fotografía

Hoy en día, es fácil leer en diversos medios sobre el resurgimiento de la fotografía con película tradicional. «Fotografía analógica» como se le llama como contraposición a la fotografía digital. Pero nunca me ha gustado ese término. Creo que no es adecuado. La fotografía digital es una captura electrónica usando una señal digital para la información, y hubo una fotografía electrónica analógica en el pasado… esa fue la fotografía analógica real… Pero bueno, es batalla terminológica perdida. Lo dicho. El mercado de las cámaras de segunda mano para película tradicional ha visto como los precios subían mucho en los últimos años. Y los fabricantes de película, que habían reducido mucho su capacidad productiva, no dan abasto, y encima, por la ley de la oferta y la demanda, los precios de la película se han puesto en pocos años por las nubes.

Pero soy pesimista con el futuro de este tipo de fotografía a largo plazo. Esos precios del material sensible no me parecen sostenibles a la larga. La gente se cansa de pagar tanto dinero por la película. Cuando se pase la moda,… es fácil que volvamos a la situación de hace unos años, por una nueva contracción de la demanda. Pero puede darse un equilibrio en un futuro, que pudiera llevar a unos precios asumibles para una demanda estabilizada. Quiero pensar que tal cosa puede darse, aunque lo digo con no poca dosis de escepticismo. No confío en las empresas. Demasiado rapaces con el dinero, han perdido la visión del pasado de ganar dinero, pero también prestigio e influencia. Parecía que ahora van a hacer la caja rápidamente… sin preocuparse por el futuro. Es como las iniciativas de financiación colectiva. Desarrollar un producto, más o menos original, que se venda en un lote inicial, recaudando dinero que permita su fabricación y deje unos beneficios, pero abandonándolo después. Mejor sacar otra cosa repitiendo el ciclo. Nada queda de forma permanente.

Pero lo peor es que no se hacen cámaras decentes nuevas para la película tradicional. Hay algunos talleres más o menos artesanos, de más o menos nivel, haciendo cámaras de gran formato. Muy caras, salvo alguna iniciativa británica. Hay iniciativas diversas de cámaras de plástico de escasa calidad con colores llamativos para aprovechar la moda peliculera. Y como cuento en La nueva Leica M6 frente a la vieja M6 y lo que podría/debería haber sido – Leica M6 con Kodak Ektar 100, Leica saca modelos para los más adinerados. Pero no hay cámaras decentes, de nueva fabricación para el aficionado avanzado y para el nuevo aficionado que quiera ir más allá de los juguetes de plástico. Así que… soy pesimista. Es cierto que hay muchísimas cámaras fabricadas hasta hace quince o veinte años esperando que alguien les dé una segunda vida. Pero no tienen reparación, y se irán agotando o estropeando poco a poco. En fin. A lo que eso suceda… probablemente a mí ya no me importará. Pero me da pena.

[Cine] Armageddon Time (2022)

Cine

Armageddon Time (2022; 59/20221124)

Después de quejarme hace unos días de la falta de ocasiones para ver buen cine en las salas, va y acumulamos tres visitas a las mismas en diez días. Por lo que ahora llevo un retraso considerable en mis comentarios cinematográficos. Hace dos jueves, por poco nos quedamos sin ir a ver la versión original de esta película. Porque las versiones originales cada vez aguantan menos en cartelera. Y si lo hubiésemos dejado para el día siguiente, como pensábamos, no la hubiéramos visto. El caso es que el reparto era atractivo, las críticas leídas sobre ellas muy interesantes… y lo único que nos tiraba para atrás era el tema. Dirigida por James Gray, es la enésima película en los últimos tiempos en la que un director echa la vista atrás, a su infancia y adolescencia, para, en un ejercicio de nostalgia, contarnos sus cosas. Y aunque es cierto que las más de las veces son películas majas… empiezan a cansar un poquito.

Una visita escolar al Museo Solomon R. Guggenheim tiene una gran importancia en la vida del joven protagonista. Define su vocación artística latente en su inquieta personalidad.

Aunque se nos avisa que la historia es ficción, también se nos avisa que está directamente basada en las vivencias del director, por lo que asumimos que el chaval protagonista, Paul Graff (Banks Repeta), nacido en una familia judía que no son ricos, pero viven cómodamente en Queens, es el alter ego del director. Un chaval muy inquieto, muy movido, que escucha poco y hace mucho, con inquietudes artísticas, que tras meterse en varios líos en su escuela pública, especialmente en compañía de un alumno repetidor afroamericano (Jaylin Webb), es transferido a un colegio privado, muy elitista.

El director tira de artillería pesada a la hora de configurar la familia del chaval. Con Anne Hathaway y Jeremy Strong como padres y Anthony Hopkins como abuelo materno, y con un excelente diseño de producción y fotografía, nos traslada con facilidad al Nueva York del cambio de década, en vísperas de la elección presidencial que llevó a Ronald Reagan al poder. Lo cual, para muchos supone el punto de inflexión hacia la deriva populista de los partidos conservadores. De todo el mundo, puesto que coincidió con la llegada de Thatcher al poder en el Reino Unido. Gray saca a la luz todo el abanico de prejuicios raciales, étnicos y sociales que arrastra la sociedad norteamericana, incluida la supuestamente más cosmopolita sociedad neoyorquina.

La película es bastante recomendable,… pero me ha pasado algo diferente a lo que me pasa habitualmente. Cuando salimos de las salas de cine, hay película que me han gustado y otras que no. Y otras indecisas. Y las indecisas suelen crecer en mi interior después con cierta frecuencia, para luego valorarlas mejor que cuando salí del cine. Por eso tardo unos días en comentar las películas en este Cuaderno de ruta. Pero es raro el movimiento contrario. Que una película que me haya gustado, luego disminuya en mi consideración. Y con esta película me ha pasado un poco. Y tiene que ver con lo que decía al principio. Estas películas nostálgicas, sobre los años mozos de los autores, están bien… pero empiezan a cansar. Y si no aportan algo realmente especial, se quedan en ejercicios de estilo y añoranza, que luego ya no se quedan con facilidad en la memoria. A pesar del buen hacer del estupendo reparto.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine (y fotos)] 30 años de «Jamón, Jamón» en el Parque Pignatelli

Cine, Fotografía

La oí anunciada hace unas semanas, pero me había olvidado de ella. Pero el viernes pasé por el Parque Pignatelli de Zaragoza, actualmente en obras de ampliación, y la vi en la sala de exposiciones Depósitos Pignatelli. Entre un ratito y me gustó. Ayer sábado volvía a pasar, pero esta vez con una cámara apropiada para guardarme algunos recuerdos visuales de la exposición, y tener material para volver a pensarla de nuevo. La exposición era un homenaje, recordatorio y reflexión en el 30º aniversario de la película Jamón Jamón, probablemente la más conocida del cineasta Bigas Luna, quizá la mejor, aunque eso puede ser opinable. También es cierto que la carrera del director catalán ya fallecido hace casi una década, fue importante, pero más irregular de lo deseable, en mi humilde opinión.

Pero Jamón Jamón llegó en un momento interesante en mi recorrido como aficionado al séptimo arte. Al contrario a mi situación actual, en la que siento un profundo desapego del cine español, cuyas causas hoy no me apetece comentar, aquel triunfal 1992 era un momento en el que el cine de este país me parecía importante. Que tenía mucho que decir, con muchas voces, especialmente directores, pero también actores, directores de fotografía, guionistas… que tenían mucho que decir y sobre temas muy variados. No faltarán las voces que digan que hoy también… y sin embargo yo no lo siento así. Y lo siento. Lo siento mucho. La película de Bigas Luna, rodada en las duras y áridas tierras monegrinas fue una de las importantes de aquel momento. Y si ahora me obligaran, a punta de pistola, porque no es algo que quiera o me apetezca hacer, a escribir mis diez películas favoritas del cine español, creo que Jamón Jamón estaría entre ellas.

Tengo la sensación que los directores de cine españoles de aquella época eran más libres. No me refiero a libertad social o política o cosas de esas. Me refiero a que eran más libres de imaginar. De crear. De innovar. Creo que se sentían menos obligados a hacer determinado tipo de cine o a demostrar nada. Creo que arriesgaban más. Y Bigas Luna siempre fue de los que fue por libre, y de los que nunca anduvo escaso de ideas o imaginación. En un año que se presentó tan política y socialmente trascendente, el famoso 1992 de expos, juegos olímpicos y quintocentenarios, el año que suponía la reválida como país de España entre las democracias occidentales europeas tras haber salido del oscurantismo de la dictadura militar, nacional y católica, Bigas Luna nos hablaba a través de dos triángulos de relaciones de la transición de la España bruta y profunda hacia la España europea y refinada. Pero sin conceder ventaja a ninguna de las dos. Cada una con sus defectos. Y con un enfrentamiento que siempre fue, es, y será inevitable. Porque aunque en aquel momento pareció que España superó aquella reválida, en los últimos años no siempre parece que fue así, o fue por la mínima, o por la autocomplacencia de quienes dictaron aquel aprobado. Aquel enfrentamiento no desapareció. Sólo se hizo inaparente, para volver 25 años más tarde renovado con brío. Para desgracia de todos nosotros.

La exposición es muy maja. Y gustará no solo a los aficionados al cine, sino también a la fotografía. 1992 todavía estaba a una década de la explosión de la fotografía digital. Aunque había alguna cámara de captura electrónica en el mercado, pero no de captura digital sino analógica, el still video que se llamaba entonces, prácticamente todo absolutamente todo era fotografía con película tradicional. Y es una gozada ver las polaroid de las pruebas de vestuario de Penélope Cruz y Anna Galliena, hija y madre en la película, o las estupendas panorámicas realizadas con varias fotos impresas por el propio Bigas Luna. Una demostración más de que siempre ha sido posible hacer cosas creativas y significativas sin depender del ordenador. Seáis cinéfilos, seáis aficionados a la fotografía, si estáis o pasáis por Zaragoza, no os la perdáis. Y el público general también podrá disfrutar de la exposición. Recordando. Añorando, tal vez.

[Fotos] Bonsáis en el Museo de Zaragoza, en color

Fotografía

No me da tiempo ha redactar un fotocomentario como con las fotos en blanco y negro de la misma ocasión. Voy con mucha prisa, que tengo que salir de casa a las 19:00 horas y son las 18:59. Pero os dejo las fotos.

Para saber más sobre las cuestiones técnicas de las fotos podéis visitar Bonsáis con película de alta sensibilidad (II) – Hasselblad 500CM con Lomography Color Negative 800.

[TV] Cosas de series; tragicomedia estupenda y aventuras castizas decepcionantes

Televisión

Como las últimas semanas ha habido animación y placeres inconfesables surcoreanos… preocupado estaba de que esta semana no pudiera tener nada disponible para comentar distinto a esos géneros que hoy en día son los que más me ayudan a desconectar en mi tiempo libre. Pero esta semana he terminado dos series que puedo traer ahora. Una estupenda… La otra… hasta cierto punto, decepcionante.

En Madrid… como García… Aunque también sale Canfranc… y el pantano de Lanuza con Peña Foradada…

Dead to me ha llegado a su temporada final y tenemos que decir adiós a Jen (Christina Applegate) y Judy (Linda Cardellini), en su tragicómica peripecia que les ha llevado a ser un duo para recordar en la historia de la ficción audiovisual. El duelo, el romance, la familia y, sobre todo y ante todo, la amistad entre dos personas radicalmente distintas pero cuyos destinos se entrecruzan y saben afrontar su futuro, no siempre con talento, pero si con mucha solidaridad, estos son los temas y valores que nos han traído. La serie no ha perdido nunca comba. No ha tenido bajones. Bien concebida, ha sabido mantener y aumentar el nivel en la trama y en la definición de los personajes. Es difícil escoger preferencias, especialmente cuando uno lee que Applegate afrontó la última temporada con problemas de salud, pero siempre he tenido cierta debilidad por Cardellini, que me parece una actriz que podría haber dado más de sí en su carrera, con buena capacidad tanto para el drama como para la comedia. Muy recomendable, a veces me entran ganas de volver alguno de sus episodios más antológicos. Si tenéis Netflix, no os la perdáis por favor.

Y me entraron muchas dudas sobre lo que podía dar de si la serie española ¡García!. Las primeras impresiones, antes de ver nada, es que se trataba de un cruce entre el Capitán América, versión castiza, y Roberto Alcazar y Pedrín, desagradablemente castizos desde siempre. Sí… ya sé que ha habido quienes han querido reivindicar a estos últimos… pero no puedo… me huelen demasiado a fascismo. El caso es que decidí ver el primer episodio a ver que tal… y me lo pasé muy bien. Por lo que vi el segundo, y también bien. Efectivamente, me parecía una parodia suave de los dos anteriores, con puyas a la realidad sociopolítica actual, que no renunciaba a la aventura y a la acción bien dosificada. Sabiendo que eran seis episodios solamente, decidí terminarla, aunque algunos aspectos en la interpretación de los protagonistas no me convencían. Pero tampoco eran una catástrofe. La serie entró en un cierto bajón, a continuación, pero confíe en que se repusiera… pero no. La serie entró en bajón. Y si la terminé fue… porque solamente eran seis episodios. Incluso el final está más lleno de efectismo y simbología facilona, que de algo que sorprenda y entretenga. Todo muy previsible. Y el penúltimo episodio, para más inri, se aleja de los dos referentes mencionados, para convertir la Sección 9 en la T.I.A. de Mortadelo y Filemón… pero no especialmente bien. Dejan abierta la serie a futuras aventuras de García (Francisco Ortiz), no sé si con la compañía de Antonia (Veki Velilla), personaje que ha acabo por resultarme cargante. Pero en estos momentos, realmente… no me interesan.