[Cine] The Thursday Murder Club (2025)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. La acción de la novela/película transcurre en la ciudad ficticia de Fairhaven, en el condado de Kent, Inglaterra. Obviamente, uno no puede visitar un lugar ficticio, pero Canterbury también está en el condado de Kent, como su propio nombre indica.

The Thursday Murder Club (2025; 38/20250828)

Recupero el comentario de la película que me salté hace unos días, una película de reciente estreno en Netflix, que adapta una famosa novela de este género que se ha puesto de moda y se ha dado en llamar «cozy crime» o «cozy mistery». Novelas detectivescas o policiacas que se caracterizan por un tono ligero, amable, con un tono de comedia, con protagonistas simpáticos, muchas veces no profesionales de la acción detectivesca. En realidad, es un género que tiene ya sus años, pero que parece que ha revivido últimamente. Incluso yo he leído la novela, tras la recomendación de una compañera de trabajo. Aunque la novela me entretuvo, no hubiera pensado yo que me fuese a interesar especialmente la película, porque tampoco es que acabara entusiasmado con la lectura. Simplemente, una lectura intrascendente y amable. Así que cuando me enteré que con Chris Columbus como director nos llegaba esta película…

… a pesar de que Columbus no me entusiasma, el reparto me parecía excepcional. Me parecía muy difícil que este grupo de veteranísimos intérpretes, la mayor parte de ellos británicos, no sacasen adelante la película. La trama… pues ya la comenté en su momento, cuando la novela. En una residencia para personas mayores de absoluto lujo en algún lugar del sur de Inglaterra, se comete un crimen, al mismo tiempo que los especuladores inmobiliarios amenazan con cargarse la residencia. Pero allí está el Club del Crimen de los Jueves (Helen Mirren, Pierce Brosnan, Ben Kingsley, Celia Imrie), dispuesto a resolver un crimen actual y no ha entretenerse con viejos casos sin resolver. Lo harán cola colaboración de una joven agente de policía (Naomi Ackie), poco valorada por sus jefes. Y enfrente tendrán a malvados como Tom Ellis o David Tennant. Y otros secundarios de ringo rango como Jonathan Pryce.

No perderé mucho tiempo en comentar una película que se defiende sola gracias al reparto, lleno de desparpajo, simpatía y oficio, en el que destaca especialmente Mirren, como de costumbre, pero sin desmerecer ni un pelo a cualquier de los demás. Columbus se limita a tirar de oficio para hacer una realización razonablemente adecuada para que el elenco se luzca, al mismo tiempo que, probablemente, se lo pasa de miedo con este trabajo, y el público se entretenga con espectáculo amable y palomitero. Ideal para familias que cenan en casa el fin de semana, piden comida a domicilio para no trabajar demasiado y se entretienen con ella.

¿Es recomendable? Sí, por qué no. Creo que ya lo he dejado claro. Esta no va a ser una película que opte a los Oscar ni nada por el estilo. No tiene mayores pretensiones. Al fin y al cabo, ese es el tipo de cine que ha hecho Columbus a lo largo de su carrera. Y si encima hay un buen trabajo actoral, y cuando termina te deja de buen humor, ¿qué más quieres pedir? Pues eso. Ahora bien, dentro de un tiempo no será más que un ligero recuerdo agradable… salvo que decidan que hay material para segundas partes y vuelvan por sus fueros. Pero, ¿es necesarios? Ya no lo tengo tan claro. Y me voy a tener que poner las pilas, porque aun tengo dos estrenos vistos pendientes de comentario… Tendré que seguir con dos entradas cinematográficas a la semana, en una segunda quincena de septiembre en la que probablemente me falte el tiempo para muchas cosas.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ***

[Cine] Mickey 17 (2025

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Glaciares e icebergs en Islandia.

Mickey 17 (2025; 16/20250319)

Me enteré de que se iba a estrenar esta película hace dos meses, cuando preparaba mi comentario sobre la novela en la que se basa y que había terminado de leer unas semanas antes. En ese momento, ni siquiera había una fecha de estreno para España. Para la mayor parte del mundo estaba prevista para principios de marzo… y al final ha resultado que en España también. Lo cierto es que la novela me gustó. No es la octava maravilla de la ciencia ficción, pero era bastante disfrutable. Muy divertida. Y su adaptación al cine venía avalada por estar dirigida por Bong Joon Ho, oscarizado director surcoreano, que ha hecho una variedad de películas bastante interesantes.

Es cierto que había un detalle que me mosqueaba. Ese ‘1’ delante del ‘7’. Eso implicaba que la adaptación se tomaría sus libertades. Y tal y como yo percibía la obra literaria original, era fácilmente transplantable al cine sin necesidad de adaptaciones especiales. Si ya estaba bien… ¿necesariamente los cambios la llevaría a ser mejor? Este tipo de cuestiones me generan serias dudas. Y, desde mi punto de vista, y a pesar de que la película ha recibido buenas críticas, aunque no unánimes, de alguna modo falla.

La película tiene un planteamiento inicial similar al del libro, Mickey 17 (Robert Pattinson), un clon considerado «trabajador prescindible» en una incipiente colonia humana en un exoplaneta que ha resultado estar en una fase de bola nieve, cae por una grieta de un glaciar, se le da por muerto, y se «imprime» un nuevo clon, Mickey 18 (también Pattinson, claro). Pero los seres vivos originales del planeta lo salvan, y eso crea una situación tabú. No puede haber seres humanos «repetidos». Ambos Mickeys intentarán evitar ser exterminados, pero todo acabará viéndose enredado, incluso con la colaboración de la novia de… ¿ambos? (Naomi Ackie). Además la colonia está gobernada por un dictadorcillo fascistoide (Mark Ruffalo) y su esposa (Toni Collette). Y está la «amenaza» de las criaturas que han salvado a Mickey 17.

Con una realización correcta y con interpretaciones correctas, tendentes al histrionismo, a la exageración, pero porque así lo pide el planteamiento de la película, esta adquiere un tono de comedia satírica, ácida. En ocasiones comedia negra. La novela original, mucho menos cómica, más aventurera y de acción, llevaba consigo un cierto comentario social y político, asociado a los intereses económicos de las civilizaciones, a los riesgos de la colonización de lo desconocido, convirtiendo los nuevo asentamientos en lugares sin ley o con una ley arbitraria, y sobre los genocidios. Podría ser incluso un western de frontera, en el que los «indios» son las criaturas del planeta. Incluso si no tiene el aspecto o las formas del western. También sobre los fanatismos religiosos y el desprecio al trabajador «prescindible» de una forma u otra. Algunos de estos elementos permanecen en la película, pero en un segundo plano, tomando protagonismo el fantoche dictadorcillo de la colonia, una mezcla de distintos dictadores fascistas con políticos y empresarios modernos fácilmente reconocibles.

Pero el desarrollo no me convence. Todo resulta atropellado. Y unas situaciones no siempre son una consecuencia clara de las anteriores. El papel de Mickey 18 está muy modificado con respecto al Mickey 8 del relato escrito, y eso cambia muchas perspectivas. Y genera de forma residual un cambio en la personalidad y la importancia de la novia de Mickey. De ser el contrapunto humano y comprensivo de la colonia frente a los fanatismos, o las rigideces paramilitares, se convierte simplemente en una persona a la que le gusta follar con los Mickeys. Y puestos a innovar, la científica modosita (Patsy Ferran) que recoge el testigo del humano empático y comprensivo, un personaje que no está en el libro, apenas recibe desarrollo. Todo ello me lleva a que conforme transcurre el metraje, me voy alejando de la película, llegando en la práctica a salirme de ella y sentirme insatisfecho. No sé si plantar una franca NO recomendación, porque tal vez quien se acerque a la película desde la falta de prejuicios por no haber leído el libro la pueda disfrutar. Pero… no sé.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: **

[TV] Cosas de series; la más veterana y un «spin-off» no declarado

Televisión

Pues sí. La serie más veterana de mi cartelera televisiva. Quizá en competición con la nueva época de Doctor Who. Tanto la ciencia ficción británica como Grey’s Anatomy llevan en el aire desde 2005. Pero el número de episodios y la regularidad de emisión de las aventuras y desventuras de los cirujanos de Seattle ha sido mucho mayor que la del Señor del Tiempo. Así que le concedo el título. Bueno,… en realidad,… La segunda época del Doctor comenzó el 26 de marzo de 2005 con la presentación de Rose (Billie Piper) como una de las compañeras más carismáticas que ha tenido el alienígena. El comienzo del programa de residencia de Meredith Grey (Ellen Pompeo) y sus compañeros en Seattle comenzó el 10 de noviembre de 2005. Sin embargo, si no recuerdo mal, me enganché al drama médico antes que a los viajes en el tiempo en la Tardis. En cualquier caso, Grey y sus compinches acaban de terminar su 17ª temporada, mientras que el Doctor terminó su 12ª temporada con el especial de Navidad del 1 de enero de 2001. Que cada uno cuente los episodios especiales entre 2007 y 2008 en la temporada que quiera.

«Master of None» es una serie muy neoyorquina. Así que fotográficamente nos trasladamos a la Gran Manzana. Y nos subimos al Empire State Building. Para tener buenas vistas.

La temporada 17ª de Grey’s Anatomy ha estado marcada por la pandemia de covid-19. Lejos de los 24 episodios de algunas temporadas previas, se ha quedado en 17 episodios en los que la factoría Shondaland básicamente ha adoptado una actitud de crítica social ante las consecuencias y desigualdades de la pandemia y las consecuencias de la violencia policial contra los ciudadanos afroamericanos. Sin embargo, eso ha sido a costa de unas tramas mucho más flojas, y unos diálogos excesivamente «pedagógicos» y muy poco naturales. Entendámonos, hace mucho años que Grey’s Anatomy es una de mis placeres inconfesables, que ni yo mismo entiendo porqué sigo viendo. Sus mejores tiempos… pasaron muy deprisa. Aunque sigue siendo una de las series de televisión más vistas en EE.UU. Pero como buen vicio bien arraigado en el adicto, esperaré con «impaciencia» [esto es irónico] la 18ª temporada. En esta se ha producido varias bajas destacadas. Y quedan ya muy pocos históricos. Pero históricos de verdad. Aparte de Grey, Webber (James Pickens Jr.) y Bailey (Chandra Wilson). Cada vez suenan más las voces que anuncian que el fin está cerca. ¿Quizá con la 20ª temporada? No tengo ni idea.

Hace unas semanas llegó a Netflix la tercera temporada de Master of None, con el subtítulo Moments in Love. Y es que más que una continuación de las dos primeras temporadas de la serie creada y protagonizada por Aziz Ansari, ha resultado una derivada (nombre correcto en castellano del anglicismo innecesario spin-off, pero que nadie va a usar) de la serie original. La segunda temporada se remonta a 2017, año de su emisión original. Y en el tiempo que media se le interpuso… el #MeToo. En enero de 2018 fue acusado en un medio en línea de acoso sexual. Pero el caso tuvo sus detractores y sus partidarios. Quienes opinaban que la actuación de Ansari con su denunciante era reprochable, y quienes opinaban que no. Y quienes veían que había zonas grises en las que es difícil establecer la realidad y se corre el peligro de linchar socialmente a un… no vamos a decir «inocente», utilicemos el término de los juicios de las teles… «no culpable». No tengo ni idea de lo que paso, y por lo tanto, no tengo criterio. La cuestión es que en el regreso de la serie, Ansari ha tenido un papel ante las cámaras que va poco más allá de un cameo, y los cinco episodios de la temporada se han centrado en la relación de Denise (Lena Waithe), personaje habitual en la serie, y Alicia (Naomi Ackie), un nuevo personaje que aparece como la esposa del anterior al principio de estos episodios. En los dos primeros, cortos, de una media hora de duración, vemos como la relación entre en crisis, por los desequilibrios entre las dos cónyuges en su vida profesional, sumado al fracaso al intento de ser madre de Alicia. Luego vienen dos episodios largos, de una hora, en los que vemos cómo cada una de ellas reconstruye su vida. Y termina con otro corto, en la que ambas se reencuentran años más tarde, porque algo quedó de lo que tuvieron. No ha estado mal. Aunque la intensidad o el interés de los distintos episodios ha sido muy diversa. Si hacemos caso de los votantes de IMDb, comparados con los de las dos primera temporadas poco amor han recibido los nuevos del público. Aunque vete tú a saber los motivos. A la crítica le ha gustado. Y yo también pienso que tiene momento de valor que hacen que merezca la pena su visualización.


[TV/TV en pantalla grande] Cosas de series; el final del j***do mundo en Downton Abbey

Televisión

Hoy va de series inglesas. Una muy buena y otra que nos dejó momentos interesantes y que hoy se ha convertido en una anécdota.

La serie británica realmente buena es The End of the F***ing World. Si la primera temporada fue una excelente road movie de dos adolescentes (Jessica Barden y Alex Lawther) con problemas, serios problemas, de adaptación a su entorno o a sus familias, que se convertía en una historia de amor, no menos bella por poco convencional, y que nos dejaba un final que no sabíamos si era un drama o una tragedia, en esta segunda temporada, que comienza unos años después de los hechos acontecidos en la primera, poco se ha aclarado en la cabeza de estos chicos. Porque todavía viven el impacto de lo sucedido unos años antes. Porque todavía no saben cómo asumir la separación. Porque no saben qué sienten realmente el uno por el otro. Y encima aparece un tercer personaje, que no conocíamos, pero que también sufrió las consecuencias de aquellos actos (Naomi Ackie). Con sólo ocho episodios de apenas 25 minutos, esta serie casi se puede ver como una película de tres horas de duración. Si tienes ese tiempo, todo seguido. Y sigue contando con las solidísimas interpretaciones de sus protagonistas. A lo que, por raros que parezcan, no puedes dejar de cogerles un inmenso cariño. Y por muy pesimista que sea la visión de la sociedad que nos muestra, no deja de ponerle una vela de esperanza a la calidad individual de los seres humanos. Muy recomendable. No habrá tercera temporada. No tendría sentido.

Pompa y boato para un país, el Reino Unido, que parece no asumir que su papel en el mundo no es el que fue, y se aferra a unas tradiciones que a unos les resultan vistosas y otros casposas, al menos conceptualmente. Mientras les asaltan problemas que no tienen en absoluto el glamour que nos venden desde Downton Abbey.

En otro frente, llevamos ya un par o tres de años hablando de si las producciones de largometrajes de las cadenas de vídeo bajo demanda cuentan como cine. Hay muchos intereses en mantener el modelo de exhibición actual de los largometrajes cinematográficos, al mismo tiempo que las nuevas tecnología provocan nuevos modos, nuevos tiempos. No voy a entrar en el debate, aunque dejaré las cosas claras en lo que se refiere a mi postura. Me gusta más ver una buena película en la pantalla grande, pero entre que se vea y no se vea una buena película, acepto gustoso las nuevas propuestas. Y hoy estamos ante el fenómeno inverso. Y de hecho, de la misma forma que aquellos largometrajes que me parecen cine aunque se estrenen en la pequeña pantalla los incluyo en mis entradas sobre cine, hoy voy a incluir uno que se ha estrenado en pantalla grande en una de mis entradas televisivas.

Porque el largometraje Downton Abbey me ha parecido eso. Un episodio más de la serie. Una especia de especial de navidad pero sin temática navideña. Un producto destinado a contentar a los fans de la serie, en la que se puede disfrutar de toda la pompa y el boato de estas series del caduco sistema nobiliario británico a principios del siglo XX, con visita real incluida. Más allá de narrar la mencionada visita real, este episodio de lujo de la serie no tiene un argumento definido. Es un producto del tipo un momento en el tiempo. La vida venía y la vida seguirá. Hay pequeñas líneas argumentales, algunas de las cuales ni siquiera aguantan las dos horas largas que dura la película. Un terrorista por aquí, un romance que surge por allá, un problema conyugal por otro lado, una herencia que no sabemos donde va a parar por acullá… y los sirvientes de la casa haciendo el papel de bufones de la función más que nunca, mientras que los señores se dedican a ponerse guapos y pasearse por la pantalla con carísimos vestidos sin que pase absolutamente nada trascendente. Eso sí, mucha pompa, mucho boato, con parada y revista a los húsares reales incluida. Lo dicho. Episodio de lujo al servicio de los incondicionales de la serie, que poco más aporta a la misma. ¿Donde quedará el ingenio de episodios tales como el del diplomático turco?