[Breve – historia] World War II: Internment of Japanese Americans – Alan Taylor – In Focus – The Atlantic

Fotografía, Historia

World War II: Internment of Japanese Americans – Alan Taylor – In Focus – The Atlantic.

Ya he recomendado varias veces la serie de reportajes fotográficos que se están publicando en el blog fotográfico de The Atlantic sobre la segunda guerra mundial. Su décimo capítulo está dedicado a uno de los capítulos vergonzosos de «los buenos». El internamiento en campos de concentración de ciudadanos norteamericanos de ascendencia japonesa. Sin que constase ningún hecho desleal. Simplemente por su origen étnico. El racismo y la xenofobia no fue una característica sólo de «los malos». La diferencia fue básicamente de magnitud en las acciones reprobables humanamente.

[TV] The Sinking of the Laconia

Historia, Televisión

Leí recientemente una recomendación sobre esta miniserie británica de la BBC, sobre el incidente del RMS Laconia. Un incidente muy discutido por las potencias beligerantes y que cambió para mal algunas de las formas de hacer la guerra, ya de por sí bastante dañadas en el tremendo conflicto que supuso la segunda guerra mundial.

Aviso: los comentarios que siguen a continuación pueden desvelar hechos fundamentales del argumento que un potencial televidente preferiría descubrir por si mismo durante la visualización de la miniserie. En otras palabras,… ESPOILERS.
Vasa

Hace milenios que los seres humanos llevan su afán de muerte del prójimo a los mares; a veces fracasan como cuando se les hunden los barcos apenas botados. Como el Vasa, que sólo se cobró las vidas de los marineros que llevaba a bordo cuando zozobró - Panasonic Lumix GF1, G 14/2,5 ASPH.

Hechos históricos

Este fue un barco transatlántico de la compaía Cunard White Star que al comenzar la guerra en 1939 fue requisado por la marina real británica para se reconvertido en un mercante armado con 14 piezas artilleras, apto para el transporte de tropas.

El 12 de septiembre de 1942, el buque fue torpedeado y hundido por el submarino alemán U-156 no lejos del ecuador y de las costas occidentales africanas. Llevaba varios meses de travesía, ya que había partido meses antes de Suez transportando fundamentalmente 1800 prisioneros italianos, guardados por una compañía de soldados polacos, así como soldados británicos de permiso, y algunas decenas de civiles, que junto con la tripulación habitual se dirigía a Gran Bretaña.

Tras el hundimiento del barco, el submarino alemán emergió para recabar información de posibles oficiales del navío siniestrado. Al constatar la existencia de personal civil, mujeres y niños entre ellos, entre los náufragos, decidió realizar actos de salvamento de los mismos. Además de agrupar cuantos botes salvavidas pudo, acogió en sus cubiertas un número de náufragos, emitió una llamada codificada invitando a una tregua entre los buques de distintas nacionalidades que pudieran colaborar en el rescate. También exhibió bandera de la cruz roja, para indicar que desde ese momento no se encontraba en misión militar.

Sin embargo, la enorme desconfianza entre las partes hizo que nadie se sumara con decisión a las acciones de rescate, y en un momento dado, un bombardero norteamericano con base secreta en la isla de Asunción, bombardeó al submarino y a los botes de náufragos. Ante esta circunstancia, el comandante alemán ordenó la expulsión de los náufragos del sumergible, y cortó amarras con lo botes salvavidas, dejando a sus tripulantes a sus propios medios. Muchos de estos murieron antes de ser rescatados.

Hay estimaciones que dicen que en caso de colaboración en el rescate, los supervivientes pudieron haber sido el doble de los que fueron. Además, otra consecuencia fue una orden del almirantazgo alemán por la cual se prohibía a los comandantes de sus barcos el iniciar acciones de rescate. O sea, más muertos evitables en los años subsiguientes. Nadie quiso aceptar responsabilidades en la catástrofe. Todos se escudaron en tecnicismos o en los literalismos de la Convención de Ginebra para justificarse a sí mismos.

Submarinos de bolsillo en el museo marítimo

Pequeños submarinos de bolsillo en el museo marítimo de Hamburgo; los alemanes, por sus debilidades en otras aspectos de la guerra marítima siempre han tenido afición a los sumergibles - Panasonic Lumix GF1, Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8

La narración televisada

Básicamente la miniserie de dos capítulos de casi hora y media de duración cada uno narra lo anterior, con pocas variaciones o ninguna. Sin embargo, introduce elementos novelados, de ficción, para dar interés humano a los hechos. Los tres personajes principales son el comandante del sumergible alemán, el Kapitänleutnant Werner Hartenstein (Ken Duken), el tercer oficial del Laconia Thomas Mortimer (Andrew Buchan), y la refugiada de origen angloalemán Hilda Smith (Franka Potente). El primero de ellos fue un personaje histórico real, los otros dos son personajes de ficción basados en determinados aspectos de personajes reales que viajaban en el buque siniestrado. No obstante, es un drama coral con muchos otros personajes, muchos de los cuales tienen momentos de protagonismo a lo largo de las casi tres horas que dura en total la narración.

Junto con el relato relativamente fiel de lo acontecido, la narración televisiva introduce elementos de drama personal para fomentar la simpatía o antipatía hacia los personajes. Los maltratos de los prisioneros polacos de manos de los guardias polacos, el fatalismo del capitán del buque británico, el telegrama con la noticia de la muerte en un bombardeo de la familia de  Mortimer, la historia de Hilda de porqué está embarcada de tapadillo en el buque inglés siendo alemana, el destino de la niña bebé, aparentemente su hija, que acompaña a Hilda, etcétera.

Más allá de juzgar los hechos históricos, la necedad de quienes toman decisiones en tiempo de guerra, más allá que la necedad de la propia guerra, esta producción realizada con el oficio y maestría propio de los británicos, y con la muy estimable interpretación de un reparto a medias británico a medias alemán, se encamina más bien a dar un mensaje de optimismo sobre las reacciones del ser humano, capaz de vencer los odios ancestrales en momentos de apuro y mostrar su solidaridad. Muy buen rollo entre las gentes de buena voluntad aunque quienes dirijan el mundo sean unos cretinos.

Impresión personal

Ya he dicho que la serie está muy bien hecha y muy bien interpretada. Hay oficio a raudales en este drama histórico, y ya sólo por eso merece la pena ser visto. No parece que esté prevista su emisión por ningún canal nacional, así que habrá que acudir a medios alternativos si alguien está interesado.

Sin embargo, a mí me cuesta tragarme el mensaje buenrollista que me están vendiendo. Yo me imagino que las cosas tuvieron que ser mucho más difíciles y tensas. Que semejante acumulación de buenos tíos y chicas majas no pudo darse tan fácilmente. Y sobretodo, creo que sí había margen para realizar una narración crítica con los criterios bajo los que se hace la guerra entonces y ahora. La intrínseca falta de humanidad que hay asociada a la guerra. No sé que pasaría por la cabeza del comandante del submarino alemán. Murió en 1943 con toda su tripulación cuando el sumergible zozobró bajo el ataque con cargas de profundidad de un bombardero americano. Pero a lo que sucedieron los hechos ya había mandado al fondo del mar a varios miles de personas y estaba encantado de seguir haciéndolo. Es difícil creerse el buen rollo cuando has hecho eso y estás dispuesto a serguir haciéndolo. Igual que me resulta difícil de creer que si eres una refugiada alemana, perseguida por los nazis, uno de cuyos submarinos acaba de mandar al fondo del mar a tu sobrina, la única familia que te queda, acabarás despidiéndote de sus oficiales con un beso en la mejillo. Oiga. No me lo trago.

O a lo mejor es que me he vuelto muy misántropo, muy escéptico y muy desconfiado. Que cada cual se quede con lo que quiera. Lo mejor para que cada uno lo juzgue es verlo. Y eso está bien.

Recomendación musical

Sigo con Natalie Merchant. Ahora la escucho como solista de los 10.000 maniacs. Más pop. Me gusta menos. Aunque los califican como rock alternativo. Sea lo que sea eso.

AF Chapman

El caso es que los barcos pacíficos, como el af Chapman en Estocolmo, han llegado a ser objetos realmente bellos; lástima que algunos hayan disfrutado destruyéndolos - Leica D-Lux 5

[Fotos y música] Algo de historia en fotos y un curioso y estupendo disco de canciones infantiles

Fotografía, Música

Hoy dedicaré buena parte del día a ir revelando fotografías del viaje a Estocolmo, y a actualizar el diario de viaje del mismo. Así que de momento os dejo un breve con dos recomendaciones.

La primera es que no hay que perderse la entrega del domingo pasado de la serie sobre la Segunda Guerra Mundial de In Focus (The Atlantic). Imágenes sobre los preparativos de los Estados Unidos para una eventual entrada en la guerra. Son fotos de encargo del gobierno estadounidense del momento, y muchas de ellas son poses, no son auténtico reportaje. Pero están hechas de maravilla y en color. Usar el color en los años 40 era rarísimo. El proceso todavía estaba en sus principios y era manifiestamente mejorable, y los fotógrafos todavía no eran capaces de sacarle todo su potencial. Es algo que tardaría tiempo. Pero en esta serie de fotografías hay imágenes más que notables. Muy buenas, con colores maravillosos y un uso de la luz estupendo. Me he quedado maravillado.

La colección completa se puede conseguir en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.

También una recomendación musical. Como en alguna otra ocasión, como acompañamiento musical para el viaje cargué el iPod con podcasts de A todo jazz y La madeja, ambos programas de Radio 3 que recomiendo vivamente. Entre los de este último programa, uno de un disco de Natalie Merchant con 26 canciones inspiradas en poesía y cuentos infantiles, Leave Your Sleep. Me ha parecido estupendo. De un gusto esquisito. Desde temas de estilo celta o centroeuropeo, a blues o reggae.

Tivoli, parque de atracciones, visto desde Kastellholmen

Ya que estamos con cuestiones infantiles, en Estocolmo no faltan los alicientes para los pequeños, como este parque de atracciones en Djugården visto desde Kastellhomen.

[Breve – fotos e historia] World War II: Pearl Harbor – Alan Taylor – In Focus – The Atlantic

Fotografía, Historia

World War II: Pearl Harbor – Alan Taylor – In Focus – The Atlantic.

Recordatorio de que cada domingo y durante 20 semanas tendremos la Segunda Guerra Mundial en imágenes en In Focus (The Atlantic). Ya van por la séptima semana. En pleno ataque a Pearl Harbor que llevó la demencia destructora todavía a más lugares del planeta.

[Breve – foto e historia] World War II: The Invasion of Poland and the Winter War – Alan Taylor – In Focus – The Atlantic

Historia

World War II: The Invasion of Poland and the Winter War – Alan Taylor – In Focus – The Atlantic.

Segunda parte de las veinte de las que constará este gran reportaje sobre la segunda guerra mundial. La invasión de Polonia, la muchas veces desconocida e ignorada Guerra de Invierno, y la drôle de guerre en el frente occidental.

[Breve – foto e historia] World War II in Photos – In Focus – The Atlantic

Historia

World War II in Photos – Alan Taylor – In Focus – The Atlantic.

El excelente fotoblog de The Atlantic ha comenzado este domingo ha publicar una serie de reportajes fotográficos retrospectivos sobre la Segunda Guerra Mundial, que se extenderán durante 20 semanas, hasta el 30 de octubre de 2011. Mediante el enlace que encabeza esta entrada, podréis acceder la página de presentación donde irán apareciendo los enlaces a los diversos reportajes. El primero está dedicado a la época de anteguerra, los años treinta. La depresión, el auge de los fascismos en Italia y Alemania, la guerra chino-japonesa, la guerra civil española,… estos entre otras cuestiones están representadas en las primeras 45 fotografías. No hay que perdérselo.

La primera de las fotografías del reportaje retrospectivo, un ominoso Adolf Hitler en 1924, a su salida de prisión.

[Libro] Por qué ganaron los aliados

Historia, Literatura

Después de unos cuanto libros de ficción seguidos, vuelvo como de costumbre a meterme en un libro de historia. En este caso, me llamó la atención al hojearlo en la librería. Porque libros sobre la Segunda Guerra Mundial hay muchísimos. Demasiados. Pero la mayor parte de ellos hablan de batallas, de ejércitos, de cañones y de tanques. Son menos los que hablan de los motivos y las sociedades que participaron, y de cómo evolucionaron, y de qué factores influyeron para que la cosa terminase como terminó. Y como esto es lo que prometía este libro, pues me lo compré, y aquí va lo que he encontrado.

Por qué ganaron los aliados
Richard Overy
Tusquets Editores; Barcelona, 2011
ISBN: 9788483832943

En principio, el libro habla sobre todo del conflicto con la Alemania nazi y, en menor medida, del conflicto con Japón. Podemos dividir el libro en cuatro partes, cada una con uno o varios capítulos:

Una introducción en un primer capítulo, en el cual el autor expone la tesis de que la victoria aliada, aunque aparentemente inevitable a posteriori, pendió de un hilo en determinadas fases de la guerra. Y la victoria de las potencias del Eje, o al menos una paz a su conveniencia, fue una posibilidad muy real.

En una segunda parte con cuatro capítulos, hace referencia a los aspectos más importantes de las campañas militares, centrándose en cuatro escenarios fundamentales:

El dominio de los mares, con especial hincapié en la guerra naval del Atlántico, aunque también comenta las acciones navales del Pacífico que obligaron a los japoneses a ponerse a la defensiva.

Los aspectos principales de la guerra en el frente oriental, con especial detalle en la ofensiva de Stalingrado y el saliente de Kursk.
La ofensiva de bombardeos sobre las ciudades y las industrias alemanas y su impacto sobre el transcurso de la guerra.
La compleja planificación y desarrollo de la invasión de Francia y la reapertura del frente occidental.

Después vienen una serie de capítulos dedicados a los aspectos sociales, económicos y morales que condicionaron el desarrollo de la contienda:

Las economías de guerra.
Los aspectos tecnológicos aplicados al poderío militar.
La gestación de la alianza contra Hitler, las características del liderazgo político y militar, tanto en los aliados como en los países del Eje.
Los aspectos morales que condicionaron la respuesta de las poblaciones al esfuerzo bélico.

Finalmente, un capítulo final que resume las conclusiones de lo expuesto, y un epílogo sobre las consecuencias que tuvo para el mundo futuro.

He de decir que la lectura del libro me ha parecido muy amena, a pesar de que algunos capítulos traten temas un poco más abstrusos, especialmente si se han de abordar cuestiones económicas o de cifras de volúmenes de producción. Pero el autor no abusa de esto. Se limita a datos esenciales y demostrativos, y va construyendo un discurso razonado sobre el porqué de cómo sucedieron las cosas, obviando el detalle fino de cómo sucedieron. No es excesivamente crítico con los errores de coordinación y de previsión política de los aliados, y en las cuestiones morales, se centra más en los aspectos positivos que en los negativos. Aunque los menciona, no insiste en exceso en el auténtico horror que para la población civil supusieron los bombardeos, ni las motivaciones reales que algunos de ellos tuvieron, más que discutibles. Se despacha con un, «hoy en día se ven las cosas de otra forma a como se veían entonces». Tampoco entra en los aspectos morales en la actuación del ejército soviético desde el momento en el que invadió territorio polaco y alemán. También es relativamente benevolente con los líderes norteamericanos, y poco crítico con su credulidad ante las ambiciones soviéticas.

Pero en general, es una lectura interesante, que arroja luces sobre los aspectos más importantes de una contienda que no debemos dejar de analizar y comprender, ya que el ser humano tiene cierta tentación a cometer las mismas estupideces de vez en cuando. Recomendable para los aficionados a la historia y en particular a la del siglo XX. Los que esperen análisis concienzudos de estrategias y tácticas militares, de batallitas y de generales, se sentirán más decepcionados.

Recuerdo a las atrocidades nazis

En las calles de Colonia podemos encontrar entre los adoquines recordatorios a hechos relacionados con los horrores nazis; Colonia fue también una de las ciudades más castigadas por los bombardeos aliados - Panasonic Lumix GF1; G 20/1,7 ASPH.

[Libro] Suite francesa

Literatura

Decidí hace unos días que iba a seguir leyendo todos los libros de la colección Xº Aniversario de Salamandra, dado que los cinco leidos hasta ahora, como parte de la colección, o en ediciones anteriores, me han gustado bastante. Pero si hasta ahora todas las obras leídas tenían una longitud moderada o relativamente corta, en esta ocasión me he enfrentado a 500 páginas en edición de bolsillo, de una obra inacabada. La autora, Irène Némirovsky, fue asesinada por los alemanes en Auschwitz en el verano de 1942, antes de haber podido narrar este amplio fresco de Francia de la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial.

Suite francesa
Irène Némirovsky
Salamandra; Barcelona, 2010
ISBN: 9788498383386

Le Bugue

Vista del ayuntamiento de Le Bugue, en el Perigord Noir; pequeña población francesa, similar probablemente a algunos de los escenarios de la Suite francesa - Canon Digital Ixus 400D

En la edición que he leído, tras un prefacio de Myriam Anissimov, se incluyen las dos partes escritas de la suite, Tempestad en junio y Dolce. Finalmente, se incluyen las anotaciones encontradas sobre la obra de mano de la propia autora, y diversa correspondencia de la autora o relacionada con la autora en la epoca previa a la guerra y hasta su desaparición tras su arresto por los alemanes.

En Tempestad en junio, la acción se sitúa en el momento de la invasión alemana de Francia en junio de 1940, desde pocos días antes de la entrada de la wehrmacht en París, hasta finales de julio cuando los refugiados ya han ido regresando a sus lugares de origen y se establece una cierta normalidad bajo la ocupación. En este periodo de tiempo, la autora nos permite acompañar a distintos grupos de personas que huyen de los alemanes abandonando la capital francesa. Hay banqueros, empresarios, artistas, religiosos,… y también alguna gente humilde, y algunos soldados que huye en retirada. En su recorrido se irán encontrando con otras personas que los acogerán de diversos modos.

En Dolce, nos trasladamos a Bussy, un pueblo indeterminado en el centro de Francia (hay diversas poblaciones con este nombre repartidas por la geografía francesa), que ya aparece en algunos capítulos de Tempestad en junio. En la población se aloja un regimiento alemán, y la narración se centra en la convivencia, relativamente pacífica entre lugareños e invasores. Especialmente, nos habla de Lucile, la joven esposa de un prisionero de guerra francés, y su relación, más intelectual que otras cosa con un oficial alemán, de quien acabará enamorándose. También nos habla de otros personajes de la localidad, como un celoso campesino, evadido de un campo de prisioneros, y otros.

Por las anotaciones encontradas, sabemos que la suite iba a tener tres partes más. Cautividad iba a transcurrir en París, y algunos de los personajes de las dos partes anteriores iban a caer presos de los alemanes, mientras que el oficial alemán  de Dolce, iba a caer en el frente ruso. De Batallas y La paz nada se sabe, ni siquiera sabía la propia escritora ya que iba construyendo su historia en función del transcurso de la historia real.

En cualquier caso, es una historia de ficción íntimamente arraigada a la realidad social e histórica del momento en que se escribió. Un documento de primera magnitud de una testigo directa de lo que estaba sucediendo, y de cómo se comportaban los franceses en esta situación.

Brantôme

Brantôme, otra coqueta población perigordina, rodeada por los brazos del Dronne - Leica CL, Voigtländer Snapshot Skopar 25/4

Hay que decir que no pretende reconstruir la historia real, sino transmitir unas vivencias que la representan. También es de notar que hay una crítica bastante feroz de la burguesía francesa, aunque no parece un ajuste de cuentas. Conviene saber que la autora fue una judía rusa que se refugió en Francia tras la ascensión de los bolcheviques al poder. A pesar de su éxito como escritora, y de su conversión al catolicismo, las autoridades francesas le negaron la nacionalidad francesa en 1938, lo que la mantuvo como apátrida, y en el momento de la invasión alemana, esta situación prácticamente la condenó a la deportación y a la muerte. Sin embargo, también se le ha acusado de haber colaborado con el antisemitismo francés, ya que colaboró con revistas francesas de esta ideología. En su suite, no menciona para nada la situación de los judíos, y a pesar de la crítica contra la burguesía, muestra simpatía sobre las clases trabajadoras y reconoce la honestidad y la integridad en algunos personajes, tanto franceses como alemanes. No está escrita con odio, a pesar de ser consciente de los peligros que corría.

Para terminar, he de reconocer que la novela me ha impresionado. El hecho de que esté inacabada no importa. De hecho, para mí, el final actual es apropiado. Nos cuenta lo que nos tiene que contar, y establece unos puntos suspensivos adecuados al momento en que se escribió. Creo que es una novela más que recomendable.

Recomendación musical

La obra de un músico, Django Reinhardt, que a pesar de su etnia, manouche, sobrevivió en París a la ocupación nazi. Aunque bien pudo haber caído en similares circunstancias a Némirovsky.

Le Bugue

Una nueva vista de Le Bugue, a orillas del río Vézère, afluente del Dordoña - Canon Digital Ixus 400D

[Libro] La bandera invisible

Historia, Literatura

Estos días paso mucho tiempo metido en un hospital. Esto no es raro en mí, que trabajo en uno. Pero no. Estoy metido en «otro» hospital, y no precisamente por motivos de trabajo. Voy y vengo. Espero resultados. Atiendo necesidades. Y los ratos libres ando con pocas ganas de hacer nada. Así que leo. Es una de esas situaciones donde das gracias por la invención de los libros de bolsillo. Menos mal que hace unos días compré varios y tengo para leer unos días. Pero también es verdad que los acabo mucho más deprisa de lo habitual.

El que comento hoy era un misterio para mí. Me llamó la atención en la librería. Curiosamente, estaba entre las novedades de la sección de ficción, aunque se trata de las memorias de guerra de Curt Emmrich, un médico y periodista alemán, que sirvió como cirujano en un puesto de socorro avanzado de una división de la Wehrmacht, en el frente soviético. El libro está escrito bajo el seudónimo de Peter Bamm. Y bueno… ha resultado una lectura interesante. A continuación os la comento.

La bandera invisible
Peter Bamm
Libros del Asteroide; Barcelona, 2010
ISBN: 9788492663293

Para empezar, y para entender un poco mejor lo que vamos a leer, conviene explicar qué es para el autor «la bandera invisible» del título. Para él sería la bandera del humanismo bajo la cual actuaron algunas personas durante el terrible conflicto que enfrentó a la Alemania nazi con el régimen soviético de Stalin. Un enfrentamiento en el que el nivel de deshumanización fue tremendo, y en el que la barbarie campó a sus anchas en ambos bandos. Así pues, las memorias que nos ofrece el autor no son un registro preciso ni concreto de lo que contempló en el frente. Hay que decir que el periodo de tiempo que abarca, desde el verano de 1941, cuando el grupo de ejércitos Sur avanza por la llanura ucraniana hasta que es evacuado por los pelos de la Prusia Oriental en la primavera de 1945 con destino Copenague, donde el autor se rindió a las tropas británicas que liberaron Dinamarca. Entre medio, la terrible campaña en la península de Crimea, el avance alemán hasta el Caucaso, la retirada de la cabeza de puente de Kuban, la segunda campaña en Crimea, de donde sería evacuado poco antes del desastre, para finalizar en un hospital militar de Prusia Oriental, donde quedó cercado contra el Báltico, hasta su escapatoria.

Siegesaule

Buena parte de los compañeros de la compañía de sanidad en la que estuvo enrolado el autor eran berlineses; y seguramente, hubieran dado lo que fuera en muchas ocasiones por estar paseando bajo la columna de la victoria en el Tiergarten, en lugar de tragando polvo en la estepa ucraniana - Pentax *ist DS, SMC-A 50/2

Todas las anteriores campañas son narradas indirectamente, ya que en realidad cada capítulo es la narración de un hecho en el que se pone de manifiesto y se da preferencia a las acciones de aquellos que, en medio de la barbarie bélica, mostraron una determinación por mantener el respeto o la soladaridad hacia el ser humano, independientemente de su bando, nacionalidad, creencia, o religión. Por supuesto, no puede evitar hacer referencia a las barbaridades. Pero aunque menciona las matanzas de judíos, no entra a fondo en ellas. Ni en el trato que mayoritariamente se dio a los prisioneros rusos. Para él, los nazis son «los otros». De hecho, nunca menciona la palabra nacionalsocialista o nazi, o SS,… sólo «los otros». Ni menciona nunca a Hitler. Para él es «el hombre primitivo». De alguna manera, es como si él y el conjunto de buenos alemanes que luchan en la Wehrmacht fueran también víctimas en esa guerra, en la que los alemanes cultos representan la esencia de los valores y la cultura europea, tanto en sus raíces clásicas como cristianas. Y son frecuentes las referencias históricas y literarias que aparecen en el relato a ambas raíces. En un momento dado, se sienten como lacedemonios de Leónidas en las Termópilas,… la primera línea de defensa ante la barbarie oriental. Lo cual conlleva una paradoja terrible. Los propios nazis utilizaron esta comparación para definirse ante el mundo contra los soviéticos.

Así, el conjunto del libro te sume una profunda reflexión sobre las contradicciones internas de la sociedad alemana. Creo que el autor es sincero a la hora de sentir unos valores positivos en su cultura, amenazados tanto por el enemigo externo como por la dictadura en el poder. Pero es inevitable leer entre líneas que frente a la capacidad de algunos individuos para diferenciarse en sus actitudes y comportamientos del poder nazi, aun a riesgo de sus propias vidas, hay una mayoría de alemanes que colaboran y luchan hombro con hombro con la estulticia nazi que en su soberbia llevó a la catastrofe a toda Europa en general y a su propio país en particular.

En resumen, se trata de un libro muy entretenido de leer, muy ameno. Pero que sin duda llenará de interrogantes al lector informado, puesto que no hay una correspondencia entre lo que lee y la historia conocida en lo que se refiere a los comportamientos globales de las personas que allí estuvieron, independientemente de los ejemplos de humanismo que selecciona el autor. Para el lector no informado, debe tener cuidado en no caer en el embrujo del buenrollismo que muestra el autor. Los alemanes actuaron en el frente oriental con crueldad criminal en su conjunto. Y pareciera que esto no es así, leyendo este libro.

Recomendación musical:

El autor del libro, junto con dos compañeros de fatigas, tienen un momento para escuchar en la lujosa casa abandonada del director de una fábrica en Prusia Oriental la Sinfonía Nº 3 en re menor de Bruckner, salvo el cuarto movimiento, interrumpido por el comienzo de un bombardeo con obuses por parte de los soviéticos. Así que esa es la recomendación para hoy.

Playa - Sopot

No lejos de las playas de Sopot, actualmente Polonia, se encuentra el puerto de Hel, donde el autor del libro consiguió embarcar en un transporte que los llevó por el Báltico hasta Copenague - Canon EOS 40D, EF 24-105/4L IS USM

Una enfermera que pasaba por Times Square…

Fotografía

… hace casi 65 años, un 14 de agosto de 1945. Poco antes había oído por la radio la noticia del final de la guerra. En ese momento, los letreros luminosos anunciaron la noticia que los norteamericanos estaban esperando con ansiedad. Realmente, la guerra contra el Japón había terminado. Y todo el mundo en la plaza empezó a celebrarlo. Y un marinero se dedicó a besar a todas las chicas con las que se encontraba. Y se encontró con la enfermera. Y un fotógrafo, Alfred Eisenstaedt, que estaba siguiendo la desaforada actividad «besatoria» del marinero los fotografió. Y se convirtieron en un icono del siglo XX.

Aunque los derechos de reproducción de la imagen pertenecen a alguien, la revista Life o sus sucesores, o los descendientes del fotógrafo. La reproduciré aquí a baja resolución utilizando los mismos argumentos que podéis encontrar en la Wikipedia., básicamente apelando al buen rollo y a que no ilustro la noticia que ilustraba la foto, sino que comento la foto misma, sin ningún animo de lucro ni nada de eso.

VJ Day Kiss, Alfred Eisenstaedt para Life Magazine.

Pues bien, la enfermera de la fotografía, Edith Shain, murió hace pocos días a la edad de 92 años. Aunque hubo otras mujeres que reclamaron el honor de la identidad de la fotografía, parece que hay consenso en que fue esta mujer. Y así se le reconoció durante el resto de su vida.

Varios hombres reclamaron la identidad del fogoso marinero, pero no ha quedado claro del todo cuál de ellos pudo ser.

En cualquier caso, conforme van desapareciendo los iconos del siglo XX, más nos vamos dando cuenta de que estamos en otra época.

Curiosamente, el momento fue inmortalizado también por otro fotógrafo, Victor Jorgensen, que en aquellos momentos trabajaba para la marina estadounidense. Y precisamente, por ese motivo, porque la fotografía pertenece al gobierno norteamericano, está en el dominio público. Y la reproduzco aquí a mayor tamaño.

Kissing the War Goodby por Victor Jorgensen para la U.S. Navy

Si se observa la actitud del marinero de atrás que sonríe al ver la escena, se puede comprobar que ambas imágenes se tomaron prácticamente al mismo tiempo. Lo que pasa es que la famosa es la de Eisenstaedt. Lo cierto es que la composición es mejor, más dinámica. Me parece a mí. Pero el valor documental… ¿Qué es lo que hace que una foto sea especial frente a otra? Buen motivo de reflexión.

El pasado domingo también reinaba la alegría en la Calle Alfonso I de Zaragoza. Pero sin que tuviese que terminar una guerra para ello.

Sambista

Samba y batucada, Sámbese quien pueda, en la Calle Alfonso I un domingo por la mañana de primavera - Panasonic Lumix GF1, G 20/1,7 ASPH.

Libro: La caída del Japón

Humor, Literatura

Como ya comenté hace unos días, ver la serie de televisión The Pacific sobre la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico despertó mi interés sobre la historia de esta guerra desconocida en gran medida para mí en muchos de sus detalles. Y si hace unas semanas mi interés se centraba en algunas campañas bélicas, hoy voy a comentar un título en el que se discuten los aspectos políticos de la rendición del Japón.

La caída del Japón
William Craig
Caralt, Cultura Histórica; Barcelona, 2005
ISBN: 8421757415

Con una introducción en el que se narran con grandes trazos las consecuencias de la invasión de las Filipinas, Iwo Jima y Okinawa, estas dos últimas islas ya pertenecientes al territorio original del Imperio del Japón, el libro nos va narrando los acontecimientos que sucedieron desde poco antes del lanzamiento de las dos primeras bombas atómicas hasta la rendición final en el acorazado Missouri. Por el camino, se nos cuentan las vicisitudes de los prisioneros de guerra aliados ante el final de la guerra, las tensiones internas en el gobierno japonés, los peligros de un golpe de estado militar que pudiese prolongar la matanza, el lanzamiento de las dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, la capitulación del ejército y el comienzo de la ocupación norteamericana de las islas interiores del Japón, y de forma más sucinta, la declaración de guerra de la Unión Soviética a Japón al cumplirse los 90 días de la terminación de la guerra en Europa y coincidiendo con el lanzamiento de las bombas atómicas. Es decir, se nos cuentan muchas cosas, muy diversas, y desde enfoques muy diferentes.

Si bien es cierto que el libro es suficientemente informativo sobre muchos de los hechos que sucedieron en el mes de agosto de 1945, el salto entre diferentes escenarios para contar sucesos interrelacionados por la común situación de estar encuadrados en la guerra, pero no necesariamente entre sí directamente, hace que al libro le falte una continuidad suficiente. En algunas cuestiones se nos cuentan cosas con mucho detalle. Lo que pasa con un comando que se lanza sobre Manchuria para proteger prisioneros de guerra, si se suicidó o no haciendose el harakiri tal o cual oficial del ejército japonés,… Sin embargo, te da la sensación que te falta información sobre lo que sucedía en muchos sitios, como el cuartel general aliado, la Casa Blanca, el Kremlin o, en algunas ocasiones, en el propio palacio del Mikado.

Resumiendo, un libro un poco irregular, que si bien cumple con su misión de informar sobre el asunto, tiene a ratos un tonillo sensacionalista, y a ratos aburrido. Seguramente habrá algún otro volumen más interesante sobre el tema. Pero si os interesa la cuestión y no tenéis a mano otra cosa, bienvenido será.

Nubes

Alejo de mí las tribulaciones de la guerra con un tranquilo paisaje en el Parque Nacional de Connemara en Irlanda - Canon Powershot G6

The Pacific (TV)

Televisión

Esta semana es semana de final de temporada para muchas series de televisión que se emiten al otro lado del charco. Por lo tanto, en los próximos días es posible que las entradas sobre televisión sean frecuentes en estas páginas. Aviso. Empezaré por el final de una de las series más esperadas, la superproducción bélica The Pacific, heredera de Band of Brothers, producción de la que ya os hablé hace unos meses.

Si en Band of Brothers seguíamos las peripecias de una compañía de infantería paracaidista desde su campamento de entrenamiento hasta su desbanda tras el final de la guerra, a lo largo de las principales campañas en la Europa Occidental tras el desembarco de Normandía, esta nueva producción tiene en tres infantes de marina norteamericanos, con distintos aunque similares destinos, en el teatro de la guerra del Pacífico, también durante la Segunda Guerra Mundial. También son personajes reales, Eugene Sledge (interpretado por Joseph Mazzello), Robert Leckie (James Badge Dale), y John Basilone (Jon Seda).

Si en la serie que transcurría en Europa, el equipo, el conjunto era el protagonista, con puntos de atención sobre determinados personajes en cada capítulo. En esta va saltando entre los tres protagonistas escogidos que parten a la guerra con orígenes distintos, un sureño tradicional, un católico irlandés, y un italiano militar profesional, y que acaban pasando por diversas acciones de la infantería de marina norteamericana en los durísimos escenarios de batalla del Pacífico. Guadalcanal, Peleliu, Iwo Jima y Okinawa son los escenarios elegidos, con algún interludio más pacífico en Australia. Si bien Peleliu es el menos conocido de los tres, por el contraste entre la dureza y sin sentido de los combates y el escaso valor estratégico de la posición es el que se lleva más minutos de atención. Para mí es una decisión discutible… la batalla de Okinawa quizá hubiera merecido más atención. Fue una de las más duras de la guerra y aquella en la que más sufrió la población civil, ya que aproximadamente un 25% de la cual murió durante la acción. Que no es moco de pavo.

Pero dentro del lujo de producción y de la perfección técnica y artística de la misma, volvemos al mismo problema que ya consideré en Band of Brothers. No deja de haber un cierto grado de exaltación de los militares norteamericanos, cuando lo que estamos viendo claramente nos habla del sinsentido de la guerra y de las acciones que en ella se producen, venga de soldados fanatizados como los japoneses o de quienes tuvieron que aprender a odiar profundamente a su enemigo como los norteamericanos.

En su conjunto, esta serie es de lo mejor que se puede ver en la actualidad en la televisión mundial, sin lugar a dudas. Yo la he visto en Canal+, que la ha emitido un día después que en Estados Unidos, en alta definición y con opción a escucharla en versión original con subtítulos en español. Un lujo. Si las cosas fuesen así habitualmente, lo de las descargas en internet dejaría de ser un problema. Y si la industria no lo entiende, peor para ellos. Para mayor disfrute, simultáneamente ha emitido Band of Brothers con las mismas condiciones de calidad, pudiendo comparar ambas series. Y lo cierto es que la más veterana, en una segunda visión me ha gustado más todavía, y la considero superior. Aunque eso puede ser cuestión de gustos particulares.

En resumen, televisión de alto nivel, de la que se ve poca en las pantallas. Y al mismo tiempo, cine de alto nivel, muy superior también a mucho de lo que se ve en la gran pantalla.  Una pena que no dediquen estos esfuerzos y esta calidad a otros temas distintos del bélico. Pero Spielberg y Hanks son así. Qué se le va a hacer.

Defensas de la II Guerra Mundial

En Suiza, en las proximidades del Rin, se construyeron defensas contra una posible invasión alemana, no lejos de algunas zonas de actuación de la compañía Easy de Band of Brothers - Panasonic Lumix LX3