[Cine] Drive (2011)

Cine

Drive (2011), 3 de enero de 2011.

Las críticas con las que ha llegado esta película eran muy buenas. Muchos la proponen como una de las candidatas a los óscar. Su director, Nicolas Winding Refn, un danés recién llegado a Hollywood lleva un tiempo levantando expectación,… aunque hasta el momento no recuerdo haber visto ninguno de sus filmes. Su actor protagonista, Ryan Gosling, está de moda, trabajando mucho, y con papeles muy diversos, muy polifacéticos. La chica,… bueno, es Carey Mulligan, y estoy, cinematográficamente hablando, profundamente enamorado de ella. Así que si no os he hablado antes de esta película es porque una impertinente faringitis me ha tenido los últimos días varado en casa o poco más.

Por cierto, aclaro una cosa. La película ha aterrizado en la cartelera de Zaragoza con varias copias. Bien. Pero ninguna en versión original. Muy mal. Así que fuimos al cine, pagué mi entrada, pero luego no me da ningún reparo en confesar en que mientras tanto me bajé un copia en buena calidad y en versión original de la misma. Supongo que ningún distribuidor, autor o lo que sea se enfadará. Yo demuestro mi disposición a pagar; ellos demuestran que no les interesa mi dinero por un producto auténtico sin adulterar. Así que supongo que todos contentos. O no. Porque la industria nunca está contenta. Así que el comentario será una mezcla de ambas experiencias.

Aprovecho esta entrada para subir mis primeras fotografías del 2012, que de momento jugarán un poquito con los colores, la luz, y la abstracción. Todas ellas tomadas con Panasonic Lumix GF1, M. Zuiko 45/1,8.

La historia nos presenta a un conductor (Gosling), cuyo nombre no sabremos nunca, que se dedica por el día a trabajar en un taller mecánico y como especialista en producciones cinematográficas. De noche pone sus habilidades al servicio de delincuentes que buscan alguien que les permita un huida limpia, garantizada. Su jefe, Shannon (Bryan Cranston), está en tratos con  un mafioso, Bernie (Albert Brooks), para poner en marcha un coche de carreras que el conductor pilotaría. Algo que bien podría dar dinero a todos. En estas estamos, cuando el conductor conoce a Irene (Mulligan), una joven vecina, que tiene un hijo de no muchos años, y cuyo marido está en prisión. Entre ambos nace una amistad, que probablemente lleva detrás algo más. Sin embargo, Standard (Oscar Isaac), el marido de Irene, es puesto en libertad. Al poco, es agredido por unos matones. Debe dinero a la mafia por la protección que le brindó en prisión. Tiene que perpetrar un robo para ellos. Si no, irán a por Irene y su hijo. El conductor ayudará al ladrón. Pero las cosas se torcerán mucho, mucho, mucho…

He de decir que me ha parecido una película de gran belleza. Lo cual contrasta con el hecho de que es una película muy violenta. Visceralmente violenta. Con un nivel de gore que se mantiene discreto, pero que está ahí y que sale a escena cuidadosamente en determinados momentos. No ha lugar a la imaginación. Sabemos lo que pasa. Y en este contraste entre belleza y horror está el gran hallazgo de este filme. Con dos partes muy diferenciadas, la presentación de los personajes y el progresivo desarrollo del enamoramiento entre los dos vecinos, calmado, tranquilo, bello, poético en ocasiones, y el descenso a los infiernos en el que pocos saldrán a flote, cuyo único objetivo por parte de el conductor es la salvación de Irene y su hijo.

Luces de escaparate.

Visualmente, la película tiene escenas que merecen el apelativo de antológicas. La escena del ascensor, que por su tratamiento, por el uso de la cámara rápida, la alteración del transcurso del tiempo, y el cambio del nivel de luz, siempre nos quedará la duda sobre si existe como tal o es una mezcla entre la realidad y los deseos de protagonista, me parece el momento supremo de la película. Pero no podemos olvidar tampoco la escena en el motel con Blanche (Christina Hendricks), la irrupción en el camerino de las streappers, o las persecuciones automovilísticas. Todo ello acompañado por una peculiar banda sonora, que al principio extraña, pero que finalmente llega a convencerte.

Por supuesto, nada de esto podría funcionar sin el excelente trabajo de los intérpretes. Esta es un película, afortunadamente, sin verborrea. Los diálogos son directos, económicos, claros. Pero excelentemente complementados por la capacidad de los intérpretes para expresar sensaciones, emociones, intenciones, simplemente con un gesto, o con ligeras modificaciones del semblante. Todos ellos lo hacen muy bien. Un reparto impresionante, del que sólo me ha quedado por mencionar a otro de los mafiosos, Nino, brutalmente interpretado por Ron Perlman. Y aquí, es donde brilla una vez más mi admirada Mulligan. Esa capacidad de que mínimos cambios en el gesto, en la mirada, en el cierre de la boca sea capaz de transmitir tanto, cuando sus textos se limitan a frases breves, pocas palabras, y a la vez tiene que justificar lo que el protagonista hace… Indudablemente, una de mis actrices favoritas del momento. Sólo espero que le vayan llegando papeles del nivel que merece. Por supuesto, esta película, como casi todas, debe verse en versión original.

Poco me queda por decir. Si esta película hubiese llegado una semana antes es posible que estuviese liderando mi clasificación de películas de 2011. Pero de momento es una aspirante para liderar la del 2012 durante muchos, muchos meses. Porque por primera vez en mucho tiempo me atreveré a decir que estamos virtualmente ante un obra maestra del cine romántico y del cine negro simultáneamente. Y la cuestión tiene más mérito por cuanto no soy especialmente aficionado al cine negro. Yo no le encuentro pegas. Quizá más adelante,… pero de momento…

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: *****

Sol de atardecer.

[Fotografía] Recomendaciones semanales: Nuevos números de revistas virtuales de fotografía, el duelo en Corea del Norte y algunas cosas más

Fotografía

Mal final y comienzo de año estoy teniendo. Llevo una faringitis horrible, que está en su tercer día de evolución, donde me duele todo y de todo en torno a mi enrojecida garganta. Un rollo. Así que llevo todo el día al ralentí. Funcionando en mínimos. De todos modos, a esta hora de la tarde del domingo, he decidido ponerme un poco proactivo, y hacer mis recomendaciones semanales de lo que he visto estos últimos días en el mundo de la fotografía.

Una de mis fuentes habituales, LaLettredelaPhotographie.com está un poco como de vacaciones. Y además de los porfolios del fin de semana, sólo publica imágenes festivas remitidas por los lectores. Pero tampoco me han llamado mucho la atención. Con alguna excepción. Lúdico festiva, claro.

Creciente

Mis últimas fotografías del 2011 fueron tomadas el 28 de diciembre camino del cine. La tarde estaba tranquila, y un bonito creciente lunar adornaba el cielo de un intenso azul. Aunque he preferido las versiones monocromas de las fotos (Leica D-Lux 5).

En alguna entrada ya he hablado de recopilaciones de fotos del año, así que me abstendré de esa manida costumbre en estas fechas. Y propondré una visita a una de las galerías de In Focus: The Atlantic, donde nos muestran las tremendas muestras de duelo entre los norcoreanos por la reciente muerte de su «monarca» comunista. El caso es que la llantina colectiva, que se está difundiendo por doquier a pesar de las teóricas restricciones en dicho país para tomar fotografías, adquiere un carácter que si no me atreveré a llamar cómico (o sí), al menos es surrealista. No sé. Cuanto más miro las fotos, más alucinado me quedo.

En otro orden de cosas, más mundano, el pasado día de navidad The New York Times publicó una galería de retratos de personas del mundo del arte y la cultura. Fotografías de distintos autores. No me canso de mirar el retrato de Carey Mulligan realizado por Fred R. Conrad. Estoy profundamente enamorado de esta chica. A ver si mañana estoy en condiciones y puedo ir a ver la última película que ha llegado a nuestras pantallas con en ella en un papel importante.

Estorninos

Al pasar por el Parque Grande de Zaragoza, me llamó la atención las evoluciones de un pequeña bandada de estorninos, moviéndose siempre como un unidad orgánica (Leica D-Lux 5).

Pero quizá la mayor sustancia ha venido de dos revistas virtuales, que se dedican a publicar porfolios de fotógrafos contemporáneos. En gran medida con una intención de descubrimiento, de dar a conocer. De una ya he hablado en alguna ocasión. Se trata de Fraction Magazine, y su número 34, enero de 2012, cambia su línea editorial. En lugar de traer porfolios de fotógrafos emergentes como es su costumbre, nos ofrece algunas colecciones de imágneses de fotógrafos más reconocidos pero que han influido en la fotografía del editor de la revista. Particularmente me han gustado los paisajes de Robert Adams y los retratos de Judith Joy Ross.

He tenido también la ocasión de conocer la revista Time Machine que se edita desde Australia. Sólo he podido hojear con cierto detalle el último número. Muy rico en su visión del mundo para hacerse desde un lugar tan teóricamente alejado de las rutas habituales. Pero quizá es la demostración de que el mundo se está haciendo realmente un sitio muy pequeño. Personalmente recomiendo un vistazo a los trabajos de Gilbert Bel-Bachir, Toni Greaves y Sarah Rhodes, sobre temas tan distintos como la región de Xingjiang en China, la exploración de los motivos por los que una joven de 21 años puede decidir hacerse monja de clausura en Nueva Jersey, o el mundo de los juegos en la infancia tardía, respectivamente.

Estorninos

Así que con estas imágenes me quedo; con mis problemas de salud, todavía no he tenido ocasión de hacer ninguna foto en el 2012 (Leica D-Lux 5).

[Breve – cine] Pride & Prejudice (Orgullo y prejuicio) (2005)

Cine

Pride & Prejudice (Orgullo y prejuicio) (2005) – IMDb.

Nunca he sido muy entusiasta de las adaptaciones de las novelas de Jane Austen que digamos. Aunque ha habido algunas de ellas realmente notables. Pero el mundo que describen me resulta muy ajena. Pero ayer, fundamentalmente por pura vagancia para buscar otra cosa más interesante, me comí esta película que ya había visto en televisión pero con poca atención. Aunque correctamente hecha, muy bien ambientada y esas cosas, me resulta algo fría. Pero lo que ofrece esta película es un ramillete de jóvenes actrices británicas algunas de las cuales han destacado ya. Curiosamente, las «hermanas Bennet«, aunque de distintas edades en la ficción, en la realidad son todas nacidas el mismo año. Salvo la mayor, interpretada por la guapa Rosamunde Pike.

Además de ésta, que ya alcanzó cierta fama como chica Bond, y la protagonista absoluta de la película, la flaca Keira Knightley, aparece también en un discreto segundo plano Carey Mulligan, que luego volvió a trabajar con las otras dos en distintas películas.

Con Pike en An Education. Fue en este filme donde Mulligan destacó muchísimo y alcanzó fama por su excelente papel de adolescente enredada con un tipo mayor. Pike tenía un papel secundario, pero en mi opinión muy bien llevado.

Con Knightley en Never let me go (Nunca me abandones), donde compartían protagonismo. En teoría. Porque en la realidad, como interpretación, Mulligan la superaba ampliamente. Creo que Knightley este sobrestimada. Y creo que Mulligan, si le van dando buenos papeles puede ser una de las grandes actrices de los próximos tiempos. Y durante tiempo. Y además fue también protagonista de un capítulo maravilloso de Doctor Who. Que hoy vuelve con sus aventuras.

[TV] El Doctor vuelve, y otras cuestiones televisivas

Televisión

Mayo ya está aquí. Y eso quiere decir que muchas de las series de ficción norteamericanas que vienen emitiéndose desde el otoño pasado, con un número de episodios por temporada de entre 20 y 24, irán cerrando sus temporadas actuales a lo largo de este mes. Así que las noticias sobre televisión, en la medida en que sean series de ficción que me hayan interesado, irán apareciendo por estas páginas con cierta frecuencia. De momento algunos comentarios sobre algunas novedades.

Doctor Who vuelve con fuerza

Reconozco que salvo Fringe, de cuyo final de temporada ya hablaré cuando llegue, poca cosa interesante he encontrado en la ciencia ficción en los últimos tiempos, abandonados desde hace tiempo «uves», «puertas estelates» y otras zarandajas por ser francamente un tostón, me llena de ilusión la nueva temporada de Doctor Who. Nunca vi las series de las épocas antiguas, y sí que empecé a ver las modernas cuando las empezaron a emitir por el canal Sci-Fi, actualmente SyFy. Lo cierto es que el interés por este personaje y esta serie ha ido aumentando conforme se ha ido desinfantilizando un poco y conforme han ido encontrando protagonistas y acompañantes de mejor nivel. Y actualmente, ya sólo por ver a Amy Pond (Karen Gillan), que me tiene enamorado, ya se empieza a justificar la cosa.

Empezó dedicando el primer episodio a Elisabeth Sladen, que representó a Sarah Jane Smith, compañera del Doctor en los años 70, y que llegó a tener una serie propia con el mismo personaje. Falleció una semana antes del comienzo de la sexta temporada.

Pero el verdadero comienzo fue cuando empezaron a aparecer imágenes rodadas en Estados Unidos, con un doble capítulo inicial que se desarrolla en aquel país, en un claro intento por abrir mercados internacionales a la serie. La verdad es que empezó muy fuerte, con alguna escena muy impactante, y sobretodo con la presencia de la doctora River Song (Alex Kingston), que es uno de los personajes recurrentes más divertidos que ha salido en la serie. Parece que tendremos la oportunidad de saber toda la historia de la relación entre estos dos viajeros del tiempo. Aunque viajen en direcciones opuestas.

En cualquier caso, se han abierto una serie de arcos argumentales, que supongo que se irán desarrollando salpicados por otros episodios de aventuras autoconclusivas. Se han inventado unos nuevos mal, El Silencio, que aunque lo han intentado, no han desplazado en mi afecto a los más terribles malos que son los Angeles llorones. Todavía pienso que el primer episodio en el que aparecen estos últimos, el admirado Blink, protagonizado por mi cada vez más admirada Carey Mulligan, es el mejor de la segunda época del Doctor. Pero también ha aparecido una niña, misteriosa, capaz de regenerarse… Y sabemos cuando muere el Doctor… Y nos quedan dudas sobre si Amy está o no está, ha estado o no ha estado embarazada… Y de qué o de quién en caso afirmativo… Y, ¿quién es realmente River Song? Apasionante. Van a ser unas semanas muy divertidas. No sé que me dice que los 13 episodios nos van a saber a poco. Con el agravante que van a partir la temporada por la mitad con la llegada del verano. Agggggg…

Pasando de series nuevas

Sin embargo, en las últimas semanas he desdeñado algunas series nuevas, tras haber visto sus primeros episodios. En el campo de la fantasía, venía muy recomendada Game of Thrones. No sé, tal vez la grabe del satélite. Pero no me acabó de enganchar esta variante del género que inauguró El Señor de los Anillos, aunque esta venga con intrigas políticas y sexo. Tampoco me he enganchado a The Borgias. Con esta serie, obviamente se trata de explotar el filón que ya inauguró The Tudors. Intrigas políticas y sexo. Pero me cansé un poco de la anterior, así que paso. Y la enésima recreación del ciclo artúrico, Camelot, me pareció bastante floja. Y eso que se basaba en lo de antes, intrigas políticas y sexo.

Más noticias televisivas, en las próximas semanas. Creo que están a punto de finiquitar las aventuras de la segunda temporada de Raylan Givens… ya os contaré.

Península de Lleyn

Los primeros capítulos de la sexta temporada del Doctor han sido rodados en parte en Estados Unidos, aunque la mayor parte del rodaje de la serie se hace en Gales; donde está tomada esta foto, concretamente, en la península de Lleyn - Canon EOS D60, Sigma AF 28/1,8

[Cine] Nunca me abandones

Cine
Nota: Existen algunos sitios en internet que chupan el contenido original de otros para montar sus blogs. Copian íntegramente los contenidos, supongo que basándose en las etiquetas de entradas como estas y de formas más o menos automáticas, llenan todo de publicidad muy intrusiva, descarajan la cuidadosa maquetación que algunos pensamos para bien del lector, y se quedan tan contentos. Este sitio esta bajo licencia Creative Commons y permite sin más restricción que el respeto por el contenido original, la cita de la fuente original y el uso no lucrativo de la reproducción de contenidos. Creo en la libre circulación de la información en internet, pero también creo en un mínimo de ética a la hora de hacerlo. Y un mínimo de estilo. Por tanto, si te encuentras este texto en un sitio horrible, puedes pasar a leerlo por carloscarreter.com, que no es perfecto pero es honesto.

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Nunca me abandones (Never Let Me Go, 2010), 21 de marzo de 2011.

Con poco, con muy poco ruido, ha llegado esta película a los cines españoles. Lamentablemente, a Zaragoza no ha llegado ninguna versión original. Seguro que merece mucho la pena. Por los adelantos que las sinopsis oficiales ofrecían, uno no podía dejar de pensar en uno de los bodrios de la década pasada. Pero una serie de elementos hacían suponer que esta película británica dirigida por Mark Romanek, y adaptación de una novela del escritor británico de origen japonés, Kazuo Ishiguro, iba a ser algo completamente distinto. Y su interesante reparto también indicaba algo por el estilo. En seguida os cuento en que ha quedado la cosa.

Sinopsis

Tras unas indicaciones sobre el hecho de que estamos ante una historia alternativa, una ucronía, en la que hay un método científico que permite a los humanos vivir una larga vida desde mitad del siglo XX, nos adentramos en un drama en tres actos, con tres caracteres protagonistas, que vivirán a lo largo del tiempo su particular triángulo amoroso.

Primer acto: Hailsham (años 70) – Conocemos a Kathy (Izzy Meikle-Small), Tommy (Charlie Rowe) y Ruth (Ella Purnell), tres niños de alrededor de once años que estudian en lo que aparenta ser un típico internado inglés, bajo la dirección firme pero bondadosa de Miss Emily (Charlotte Rampling), y la atenta tutoría de Miss Lucy (Sally Hawkins). Los niños viven en un entorno protegido, bien cuidados y alimentados, con supervisión médica, y con actividades que alienta el deporte y la actividad física, así como la creación artística. Kathy se siente atraída por Tommy, un niño que parece algo marginado de quienes les rodean, pero Ruth se interpone entre ellos y es quien final comienza un romance preadolescente con el muchacho. En un momento dado, Miss Lucy revela a los niños de su clase la realidad de la sociedad en que viven. Son criados y cuidados para donar sus órganos vitales a otras personas, y están condenados a morir siendo adultos jóvenes.

Segundo acto: Cottages – Las casitas (años 80) – Ya convertidos en unos adolescentes de 18 años, los protoganistas han abandonado el colegio. Tommy (Andrew Garfield) y Ruth (Keira Knightley) siguen juntos como parejas, y junto con Kathy (Carey Mulligan) y otros similares viven en unas pequeñas casas de campo en relativo pero no absoluto aislamiento del resto de la sociedad, en la que apenas tienen capacidad para desenvolverse. Viven su vida entre mitos sobre su destino y sobre como podrán demorarlo. Especialmente, sufren por el mito de que si dos donantes se enamoran reciben un aplazamiento en las donaciones. Al final de este periodo, la pareja que forman Tommy y Ruth entra en crisis, y Kathy opta por dedicarse a ser cuidadora de aquellos donantes que ya han comenzado el proceso de donaciones. Los tres compañeros se separan.

Tercer acto: Donantes (años 90) – En una visita de Kathy a una de las donantes a las que cuida, se encuentra en el hospital con Ruth que ya ha realizado dos donaciones y se encuentra en mal estado de salud. Tras hablar entre ellas, optan por reunirse con Tommy que también ha realizado una donación, aunque se encuentra bien. Retoman la amistad, y Ruth confiesa su interferencia cuando niña en la relación entre sus dos amigos, expresando su lamento. Kathy y Tommy se convierte en pareja y, sintiendo que se amor es verdadero buscan a sus viejos responsables del colegio para conseguir un aplazamiento. Y ahí se encontrarán con la realidad completa de sus vidas, que dejaré que descubra el potencial espectador de la película.

Producción y realización

Técnicamente impecable, tanto en las localizaciones, como en la fotografía, en el sonido o múltiples aspectos de su producción, la fría realización de Romanek impone un ritmo y unos trazos que teóricamente deberían alejarnos de la extraña realidad que estamos presenciando. Conocemos a los donantes. Apenas conocemos a los ciudadanos normales, más allá de las educadoras que más influyen en sus vidas. Pero esa frialdad y esa distancia funcionan, puesto que sistemáticamente nos vamos acercando a los personajes, vamos simpatizando con ellos, al mismo tiempo que nos vamos horrorizando sobre lo que vamos conociendo de una sociedad claramente distópica, que tan apenas conocemos más allá de unos borrosos límites sociales, y de un aspecto general que no es distinto de la realidad que se vivió en esos años en el Reino Unido.

Interpretación

Como suele suceder en las producciones británicas, la interpretación es uno de los puntos fuertes de esta película. Todos están bastante bien, tanto los tres actores protagonistas como las secundarias de lujo que realizan sus convincentes y definitivos aportes a la historia. Es imprescindible la calidez que aporta Sally Hawkins para entrever el único momento de rebeldía ante una sociedad tan horrible como la que se nos está presentando. Es necesaria la elegancia, el aplomo y el saber estar de Charlotte Rampling para dar veracidad y generar estremecimiento en el monólogo que lanza a los protagonistas sobre el alma de los donantes. Uno de los momentos más duros y dramáticos del filme, y que será responsable entre otras cosas de que nos llevemos esta película a casa y la volvamos a ver en nuestra mente una y otra vez. Pero es sin duda Carey Mulligan quien lleva el peso absoluto del filme a través de la variedad de emociones, sensaciones y pensamientos, muchas veces inexpresados verbalmente, que nos muestra en pantalla. Con un físico que enamora sistemáticamente por su mezcla de fragilidad y determinación, llena la pantalla y se come a sus ya de por sí competentes compañeros de reparto. Sólo he visto a esta chica en tres ocasiones, pero ya estoy pensando en sugerirle a Escarlata Ojara que le dedique un espacio en sus memorias.

Conclusión

Vale alguna de las reflexiones que hice en la última película que comenté. Esta película me gustó en el momento de verla, pero desde entonces no he dejado de pensar en ella. Y cada vez el veo más matices interesantes. Más que ninguna otra cosa es una película de amor. Los tres protagonistas se aman entre sí de alguna forma. Unos más egoistas, otros más desprendidos, pero todos se aman. Pero también es una película sobre el amor de Kathy hacia todos los que son como ella. Su vocación como cuidadora, la satisfacción que encuentra en ella a pesar de ver como tantos de los suyos «cumplen» [complete, en el original inglés]. «Cumplimiento» [completion], ese terrible eufemismo para decir que son asesinados en beneficio de esos longevos ciudadanos de primera que siempre vemos de pasada, de quienes tan apenas conocemos nada. O lo conocemos todo.

Porque este es otro de los temas del filme. El egoísmo de las personas que conforman nuestras sociedades. El distópico sistema de donantes funciona porque hay una mayoría de la sociedad a la que le viene bien. Y esos somos nosotros. Esos son los ciudadanos de la Europa occidental de la segunda mitad del siglo XX. Hoy en día, en tiempos de crisis económicas y turbulencias políticas, podemos encontrar numerosas situaciones en las que las sociedades toleran situaciones de injusticia manifiesta porque eso permite a una mayoría más o menos grande vivir bien. Por «el bien común». Por el «interés general». Inmigrantes, parados de larga duración, mujeres maltratadas, contratos basura,… todas estas situaciones no dejan de ser realidades para las que la metáfora de los «donantes» es válida. Me impresiona mucho ver circular en la película furgonetas con el logotipo y anagramas del «National Donor Service», claramente a imagen y semejanza del National Health Service, el servicio de salud británico que sí que existe. Nos integran el sistema de donantes en el estado del bienestar. Una de las claves de las sociedades distópicas; se admiten las mayores aberraciones para beneficio de la sociedad. Escalofriante. Especialmente para quien como yo, soy un firme convencido del estado del bienestar. Pero por supuesto no de uno que excluya por motivos egoístas a quienes nos interese.

Finalmente, y aunque implique que destripo hasta cierto punto la película, esta la reflexión sobre la sumisión y la aceptación. Entre los donantes se busca el aplazamiento, se quiere vivir más, pero en ningún momento apreciamos indicios de rebeldía, de sentimiento de estar recibiendo una injusticia. Se ven a sí mismos como hijos de lo más bajo de la sociedad, sin que en ningún momento sepamos exactamente de donde proceden, cuál es el descubrimiento científico que permite este sistema social aberrante. Aquí no hay aventuras. Aquí sólo hay sentimientos. Y la empatía y las reflexiones que estos sentimientos generen en el espectador del filme.

Nos gustó mucho la película. Sin embargo, vimos salir a algunos espectadores desconcertados, e incómodos de la sala de cine. Preguntándose qué habían venido a ver. Y quizá eso sea también un buen halago para este filme. Un filme que recomiendo sin lugar a dudas.

Calificación

Dirección: ****
Interpretación: ****
Valoración subjetiva:
****

Una mirada melancólica en las costas de Cornualles, no muy distinta de la que los protagonistas lanzan hacia el mar que los mantiene presos en la isla en la que viven - Fujifilm Finepix F10

Por fin he comenzado mi historia de amor con Doctor Who… o más bien con Amy Pond

Televisión

Mi primer intento con el Doctor fue cuando SciFi, actualmente Syfy (distinta grafía, misma pronunciación en inglés), estrenó la primera temporada de la nueva época de Doctor Who. Doctor Who es la serie de televisión de ciencia ficción de más larga trayectoria en toda la historia de la pequeña pantalla. Se emitió de forma relativamente ininterrumpida por la BBC desde 1963 a 1989. Hubo algún largometraje con el personaje en los años 90, y volvió en una nueva época en el año 2005. Y con éxito. Es una figura importante de la cultura popular británica.

Piccadilly Circus

Serie británica por excelencia, Londres es un escenario habitual de la acción; en la imagen Picadilly Circus - Pentax P30N, SMC-A 50/2

Para quienes no lo conozcan, el Doctor es un alienígena, el último superviviente de su raza, los señores del tiempo, de aspecto humano, aunque sabemos que tiene dos corazones, que viaja por el espacio y por el tiempo con su nave, la TARDIS. Esta tenía la capacidad de mimetizarse con el medio en el que se encuentra, pero una avería hizo que se quedase con la forma de una cabina de la policía, típica del Londres de principios de los 60s.

El Doctor no viaja solo. Viaja con uno o varios compañeros. Generalmente, el compañero principal suele ser una compañera. Y, generalmente, suele ser joven y guapa. Parece que tradicionalmente no había tensión sexual entre ambos. Pero en la nueva época, pues algo si que hay. Actualmente, al final de la quinta temporada de la nueva época, la compañera principal es Amy Pond, una estupenda, animosa, y guapa pelirroja de origen escocés, interpretada por Karen Gillan, muy escocesa ella también.

Producida por BBC Wales, algún episodio de la serie está rodado en Cardiff, donde parece que hay una grieta que perturba el espacio-tiempo; yo no noté nada cuando estuve, salvo que hacía bastante calor - Canon EOS D60, EF 28-135/3,5-5,6 IS USM

Y además, el Doctor tiene otra característica. Y es que de vez en cuando se transforma. Teóricamente puede morir; tiene el equivalente a 900 años de edad en tiempo terrestre, aunque siempre resulta confuso saber cuándo nació por su capacidad para viajar en el tiempo. Pero de vez en cuando, en circunstancias diversas pero estresantes o potencialmente mortales, cambia su apariencia. Ingenioso elemento argumental que permite cambiar de protagonista cuando este se quema o se cansa del personaje. En la actualidad, vamos por la undécima encarnación del Doctor, interpretada por Matt Smith.

Como decía, intenté engancharme con la novena reencarnación del Doctor, interpretado por Christopher Eccleston, que estuvo acompañado en su temporada por Rose Tyler, encarnada por la estupenda Billie Piper, que luego nos enamoraría haciendo de pilingui de lujo en Secret Diary of a Call Girl. Los personajes estaban bien, pero no acabó de convencerme. Siempre me pareció que las tramas, los personajes y las relaciones entre ellos eran un poco infantiles. Bien es cierto que es una serie en la que en medio del buen rollo y buen humor general, la gente muere y hay lugar de vez en cuando para el drama.

Pero he aquí, que después de que en el año 2009 en lugar de una temporada completa de 12 ó 13 capítulos más el especial de Navidad, produjesen varios largometrajes televisivos de los que vi algunos, cuando volvió con una temporada convencional esta primavera, decidí volver a verla. Y me ha encantado. Y aparte de que el nuevo doctor me caiga bien, creo que buena parte del mérito se debe a lo estupenda que resulta la pelirroja Amy, una compañera con fuerte personalidad y con una historia de fondo, con sus grietas en la trama de espacio-tiempo, que han dado una continuidad y una solidez al conjunto que ha favorecido mucho a la serie. El comienzo de la serie fue bueno. Pero lo mejor fueron dos capítulos dobles.

El primer par fue aquellos en los que los adversarios fueron los Ángeles Llorosos, probablemente los malos más terribles y mejor conseguidos que he visto en esta serie. Estos adversarios ya habían salido en un capítulo en una temporada anterior, titulado Blink (parpadeo). Fue un capítulo que vi de forma aislada por estar protagonizado por la actriz Carey Mulligan, la encantadora protagonista de An Education, en el papel de Sally Sparrow, y en el que el Doctor es un personaje secundario. Me gustó mucho. Pues bien, los Ángeles Llorosos volvieron y nos obserquiaron con dos episodios excelentes, muy emocionantes. Episodios en los que apareció el personaje de River Song, una aventurera espacial capaz también de viajar en el tiempo, que interacciona de formas muy divertidas con el Doctor, y que está interpretado de forma magnífica por Alex Kingston, la antigua cirujana de Urgencias.

El segundo par de capítulos excelentes han sido los dos finales, con una aventura espacio temporal amplia y bien construida, en la que hemos vuelto a disfrutar de la presencia de River Song, espero que vuelva en un futuro, y que nos ha dejado con gana de más.

En resumen, me ha encantado esta temporada, y este verano voy a rescatar las temporadas anteriores. La de la nueva época sólo, claro. De momento, ya casi me he visto las dos primeras temporadas con Rose Tyler de compañera. Pero caerán las otras dos. Que el verano es muy largo. Y claro está, para todos los que tengan un mínimo de espíritu geek, hay que verla. Sin duda. Pero,… si soy honesto, ¿no será que me gusta por las chicas? Son todas estupendas. E incluso guapas.

El círculo de megalitos de Stonehenge es una localización fundamental en el capítulo doble final de la 5ª temporada de Doctor Who - Canon EOS D60, EF 28-135/3,5-5,6 IS USM

Actualización: 29 de junio.

Aunque el motivo principal de la entrada es el final de la temporada 5, he acabado también de ver las dos primeras temporadas de la nueva época que han sido repuestas en Syfi. El denominador común de ambas temporadas ha sido el personaje acompañante, la risueña, decidida y valiente Rose Tyler. Y reconozco que los dos capítulos finales, que nos han dejado a la estupenda Rose en otro universo han sido estupendos. Y entiendo que el Décimo Doctor está muy bien, mejor que el Noveno. Así que nada. Cuando vuelva de vacaciones y durante las cálidas tardes de verano, refrescado por el aire acondicionado del salón de casa, terminaré de ver las temporadas que me faltan. Estupendo. Divertido. Sin más problemas ni quebraderos de cabeza.

Vista de Canary Wharf desde una de las estaciones del ferrocarril ligero de los muelles; sede secreta del Instituto Torchwood, y escenario de los dos últimos episodios de la segunda temporda del Doctor - Fujifilm Finepix F10

An Education (2009)

Cine

An Education (2009), 1 de marzo de 2010.

Cuando vi el tráiler de esta película en algún momento de este otoño/invierno, no me llamó en especial la atención. No sé. Una de esas sensaciones… Sin embargo, luego se dieron dos factores que hicieron que me interesase por este filme. En primer lugar, las buenísimas críticas que recibió la interpretación de su protagonista femenina, Carey Mulligan, que incluso opta a un Oscar, junto eso sí con un destacado de siempre solventes actores y actrices británicos. En segundo lugar, la película va firmada por la danesa Lone Scherfig, que dirigió hace unos años una monada de filme que pasó bastante desapercibido para la mayor parte del público, y que fue Italiano para principiantes. Así que, impulsados por estas sólidas motivaciones, y con grandes expectativas, ayer nos fuimos a ver este largometraje británico.

La historia…, la historia es la de Caperucita Roja, pero sin metáforas. También parece ser una adaptación de la autobiografía de la periodista inglesa Lynn Barber en lo que se refiere al final de su adolescencia. Podéis leer la historia real aquí, aunque advierto que destripa el final de la película. Estamos en el Gran Londres, en Twickenham. Una adolescente de 16 años, hija y estudiante modelo, con una vida social e intereses normales para su edad y su época, el principio de los años 60, a caballo entre la popularidad del existencialismo francés y el Swinging London, de clase media pero de padres que se lo han currado y tampoco disponen de lujos, que invierten buena parte de sus ahorros en la educación de su hija en un colegio privado para chicas con el fin de que consiga una buena educación universitaria, en Oxford, conozo a un tipo que está en la treintena, guapo, estiloso y con un deportivo, con el que acaba ligando. El tipo, un judío dedicado a sus negocios, que pronto comprobaremos que son más bien oscuros, acaba merendándose a nuestra particular «caperucita», habiendo devorado previamente con su simpatía y modales a los ingenuos padres de la moza. Aunque sexo haberlo haylo, no es lo importante, ya que lo que realmente seduce a nuestra chica es el ambiente cosmopolita, los teatros, los amigos divertidos, la música, los restaurantes. Como podemos deducir, la chica es una romántica perdida, aunque el sexo no parece que sea para tirar cohetes. De hecho, el tipo en cuestión parece más bien torpón en la cama. Al final… Bueno, el cuento de Caperucita tiene dos finales. El clásico corresponde a la tradición oral, luego reescrito por Perrault, en el que la chica acaba devorada por el lobo y ahí queda todo para edificación de incautas adolescentes. Más actual y edulcorada, la versión de los hermanos Grimm, en el que un aguerrido leñador apiola al lobo y salva a Caperucita y a su abuelita. No destriparé cuál de los dos finales tiene la película, pero es uno de los dos. ¿O quizá una mezcla de ambos? No sé. Me lo estoy pensando.

La realización del filme es correcta. Con un guion razonable aunque tampoco para tirar cohetes. Se cuenta la historia y ya está. Quizá conforme van entrando en juego los diversos personajes, empiezas a sospechar por donde va a ir los tiros al final. El padre es tonto, pero buen tipo. Sospechas que la profesora realmente quiere a la chica. Sabes que el tipo es oscuro desde el principio. Quizá los principales defectos este en los personajes principales. Por muy encantador que parezca y por mucho deportivo que luzca, resulta difícil entender cómo la chica llega a comprometerse con él pensando en una boda. Una cosa es pasarlo bien y echar un quiqui de vez en cuando, pero si tan lista es no entiendes como llega a renunciar a un tipo que realmente no sabes muy bien qué tiene que ofrecer. Pero bueno, parece que así fue la cosa en la vida real.

La gran virtud de la película es su reparto, realmente. La Mulligan es perfecta para el papel. Es guapa, pero sin estridencias, y muy estilosa. Muy expresiva y se ajusta muy bien al personaje, aunque creo que es unos cuantos años mayor. El «lobo» también está bastante bien. Peter Sarsgaard tiene ese aire de treintañero que ha sido mono y todavía lo es, aunque un cuidadoso examen te demuestra que no es «tan joven» como quiere aparentar. Pero supongo que capaz de engañar a una adolescente incauta. Muy bien los padres de la joven, Cara Seymour y, especialmente, Alfred Molina. En el bando del colegio, en breves papeles encontramos muy acertadas a Olivia Williams, como profesora preocupada y dispuesta a ayudar, y a Emma Thompson como directora borde, carca y algo tonta. Y en el lado frívolo de la historia, también destacan los «amigos» mundanos de la pareja interpretados por Dominic Cooper y Rosamund Pike. Esta última, además, sale muy guapa, aunque le toca lidiar con el papel de rubia tonta.

En resumen, una historia entretenida que se salva de ser una historia más gracias a la interpretación de sus actores y actrices, lo que hace que sea un filme recomendable. Las notas:

Dirección: ***
Interpretación: ****
Valoración subjetiva:
***

Bridge of Sights

Un "puente de los suspiros" en los "colleges" de Oxford, meta académica de la protagonista de la historia - Pentax P30N, SMC-A 50/2