[Cine] Al espacio con Netflix: Over the Moon (2020) – The Midnight Sky (2020)

Cine

Llevo un desmadre impresionante con los comentarios cinematográficos. Y además, ayer, el día se me hecho encima y no tuve ocasión de preparar una entrada para este Cuaderno de ruta. Tiene su guasa que eso suceda el año que hemos decidido que ante los riesgos, no merece la pena celebrar la Navidad. Al fin y al cabo, los que nos juntamos en esas cenas… nos queremos todo el año. Y precisamente por eso, mejor no celebrar nada estos días. En cualquier caso, como yo soy bastante descreído, puestos a felicitar… ¡Feliz solsticio de invierno!

El caso es que para ir avanzando voy a introducir hoy dos películas en mis comentarios. La que lleva más retraso y la que menos. Pero tienen algo en común… los viajes al espacio. Y ahí acaban, casi los parecidos. Bueno. Y que se pueden ver en Netflix.

Aunque a ratos dé la impresión de que en la realidad la humanidad también ha entrado en los inicio de algún tipo de apocalipsis, lo cierto es que la vida sigue. Y ayer, aprovechando que no tenía urgencias sobre compras navideñas, me di una vuelta amplia caminando por la mañana, con una mi cámara Instax, y también una de mis cámaras digitales más recientes, pero armada de un viejo objetivo de los años 50. Y había sensación de paz en las calles de Zaragoza. Hasta entré a visitar una exposición con muchas montañas. De Eduardo Marco Miranda.

Over the Moon (2020; 64/20201214)

Animación norteamericana realizada por los tránsfugas de Disney y Pixar Glen KeaneJohn Kahrs, en coproducción con China, cuyo plan para dominar el mundo incluye también hacerse con la industria del cine. Son más películas de las que os imagináis donde fluye el dinero chino. En algunas es a la chita callando, pero en esta es con todo el descaro. Al fin y al cabo la película transcurre en China,… y en la Luna, y está basada en la leyenda de la diosa Chang’e, unan diosa que vive en la Luna. También es el nombre del programa chino de exploración lunar, así que doble ración de propaganda para el dictatorial régimen del país más poblado del mundo.

La película va de un niña, Fei Fei, cuya madre muere de enfermedad, y que con catorce años y con su padre «amenazando» con casarse otra vez, de una señora muy simpática con la voz de Sandra Oh, decide irse a la luna a visitar a la diosa Chang’e. Como si fuese una película de Disney, hay canciones, animales que hablan y otros elementos de tono cómico. Y la diosa, en un momento dado, canta como una estrella del mandopop. Que es la copia china del K-pop. Eso sí, con la voz de la estrella de broadway Phillipa Soo. Como manda lo «políticamente correcto» todos los actores de voz son de origen asiático. Aunque no necesariamente chino. Mmmmm… no sé. Alguien protestará.

Por lo demás, es una copia del estilo de las películas «disney» con canciones, y con no demasiado fondo, aunque es entretenida. En algún lugar he leído albanzas a su estilo visual, pero a mí hay momento en que siento que me va a provocar un desprendimiento de retina por el exceso de colorido saturado y en constante movimiento. Cada vez que pienso en cierta película de Studio Ghibli basada en una leyenda sobre una princesa de la luna,… menos me convencen esas apreciaciones sobre el estilo visual de la película.

Pero no está mal. Es una película muy apta para una visualización en familia con los niños, tiene ritmo, unos personajes que caen simpáticos, y suficientemente intranscendente para que mientras la ve la familia, los adultos conversen sobre otras cosas sin perderse nada importante mientras retoman la historia. Dicho queda.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

The Midnight Sky (1988; 67/20201223)

Nueva película dirigida y protagonizada por George Clooney, que parece que le ha cogido cierto gustito a las aventuras espaciales. Aunque esta vez no es el quien se aventura en el espacio. La película está basada en una novela de Lily Brooks-Dalton, que ha alcanzado cierta popularidad en la literatura Ci-Fi.

Mientras una misión espacial vuelve de una luna joviana que nadie había visto todavía a pesar de ser grande y capaz de albergar vida, qué despistado este Galileo, y en la que viaja Sully (de su apellido Sullivan; su nombre de pila, astutamente se lo reservan hasta el final) (Felicity Jones), la otra protagonista de la película, un cataclismo radioactivo está acabando con la vida humana sobre la Tierra. Augustine (George Clooney) un astrofísico que trabaja en una base científica ártica, y que está enfermo terminal, trabaja contrarreloj para intentar avisar a la misión espacial de que no vuelvan y se refugio en el mundo recién descubierto.

No voy a entrar en otros detalles de la historia, entre otros los que tienen que ver con una niña llamada Iris (Caoilinn Springall) para no destripar la historia. Aunque esta… pronto se vuelve bastante predecible. Esta película la voy a aprobar, Justina, por las buenas intenciones, y su razonable buena realización desde el punto de vista técnico, junto con unas interpretaciones suficientemente solventes, al menos de los dos principales nombres del reparto. Pero su guion tiene agujeros enormes. Así como el trabajo de los asesores científicos o ingenieros espaciales, porque hay que ver las tonterías que hacen últimamente las tripulaciones espaciales de ficción. Decisiones absurdas, incomprensibles. Por otra parte, la película tiene dos historias. La del científico solitario en su lucha contra el reloj, y la de la tripulación que regresa y que incomprensiblemente no consigue contactar con los centros de control en Tierra. El caso es que como no se centra en ninguna… no conseguir enganchar con la angustia y el sufrimiento emocional de ninguno de los personajes. Por lo que queda en una historia relativamente pequeña, que a pesar de todo se prolonga por casi dos horas. Es ahí donde falla la historia. En un guion muy mal planteado.

Pero se deja ver. O quizá no. Definitivamente, creo que no le daré el aprobado. Pincha en falso a muchos niveles. Por cierto. Tan obvias son las referencias a otra película, On the beach, que hasta nos muestran una escena de aquella película de finales de los 50. Y que es más recomendable. Y que realmente angustia. Nada más angustioso que un riesgo de muerte invisible.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

[Libro] Luna Apogeo

Literatura

Sinceramente, supongo que el éxito de ventas que se nos dice que tiene este libro entre los libros electrónicos de Amazon se debe a que suele estar a precios muy baratos. Típico producto de la autopublicación, la de los autores que se quejan de que las editoriales no los aceptan, y no les dan oportunidades. Desconozco cuál es la realidad de la relación del autor del libro Rubén Azorín. El comentario anterior tiene un carácter generalista. Pero si he aprendido algo en los últimos tiempos, después de varias experiencias con los libros autopublicados, es que la existencia de un editor es un cribado importante para garantizar la calidad de los libros que llegan al lector. Otro problema es los criterios que imponen las empresas editoriales, que pueden sesgar sus decisiones, dejar en la cuneta obras interesantes y publicar algún pestiño que otro. El tema es complejo. Pero cada vez estoy más convencido de que tiene que haber alguien, con criterio, que sirva de puente entre el entusiasmo del escritor, que ha dedicado tiempo y esfuerzo a su obra, y que comprensiblemente quiere que se lea, y el lector… que debe tener ciertas garantías de que lo que se pone a la venta tiene alguna cualidad que hace que eso merezca la pena.

Había leído previamente un relato de Rubén Azorín. No sé si llamarlo novela corta o cuento largo. Y si no era redondo, apuntaba algunas maneras. Era un tanto confuso. Quizá con pretensiones un poco elevadas… pero bueno. No entusiasmaba, pero se dejaba leer. Y hacía tiempo que había ido viendo comentarios sobre estas novelas sobre la Luna del mismo autor. Pero determinadas experiencias relativamente recientes sobre libros autopublicados me hacían ser prudente. Hasta que apareció a la venta por el ridículo precio de 89 céntimos. Y dije… bueno… a partir de ahora lo único importante que puedo perder es el tiempo. Y decidí leerlo.

Pues eso… la luna. Fotografías de la luna o con la luna… que para eso estamos, para estar en la luna.

Y aquí vino la sorpresa negativa. El libro no es realmente ciencia ficción seria. Por muchos comentarios que veáis de gente que diga eso… pues no. Fijaros… una anédocta…

En resumen… 89 céntimos es un precio excesivo para este libro. Claro está, atraerá a muchos lectores que ante determinadas políticas demenciales de precios del libro en España y otros países de Europa, optan por libros baratos. Luego… bueno, en los aficionados a la fotografía es conocido el fenómeno que poca gente reconoce que se ha equivocado a al comprar su cámara fotográfica. Y se convierten en defensores de su trasto, aunque no les guste nada. Pues supongo que puede pasar algo así en el mundo editorial. Surgen muchos apóstoles de la autopublicación,… que luego no pueden volverse atrás cuando este sistema empieza a provocar una lluvia de mediocridades. Cuando no de bodrios. Quizá la autoedición, la autopublicación pueda tener sentido en determinados entornos… pero con un público educado y con criterio para discriminar. Si no… es preciso un proceso editorial. Quizá por eso me gustan las pequeñas editoriales que arriesgan donde los intereses comerciales de las grandes lo impiden. Pero un cierto proceso editorial, un cribado, una crítica constructiva a priori, ha de existir. Si no, vamos mal…

Se oye con frecuencia que el potencial del cerebro es impresionante y que sólo se usa el diez por ciento del mismo. Hay… un montón de obras de ficción, literarias o audiovisuales, sobre esta premisa. La realidad… el origen de esta creencia fue la entrevista de un periodista a un neurocientífico. Este lo que dijo en realidad es algo así como ‘no sabemos para qué sirve el diez por ciento del cerebro’, que no es lo mismo que ‘el diez por ciento no se utiliza’… pero el periodista transcribió como el vino bien. Es como cuando un periódico de mi ciudad, el Día Mundial del Sida, allá por mediados de los años 90, convirtió el dato ‘un 12 % de los infectados por el VIH lo han sido por transmisión heterosexual’ en un ‘un 12 % de los heterosexuales están infectados por el VIH’, lo cual hubiera sido en aquellos momentos una catástrofe monumental. Se quedaron tan anchos. Nunca hubo rectificaciones.

Volvamos al libro… empecé a ponerme mosca cuando el autor refleja en un momento dado la mandanga esta del cerebro sin usar. Claro que lo usamos… anda que no cuesta energía y problemas en el parto el tener un cerebro de este tamaño… como para no usarlo… Empecé a sospechar del bajo nivel científico del libro… y continuó… bueno. No es un libro de ciencia ficción. Es un libro que toma elementos de mitos urbanos diversos y teorías conspiranoicas diversas para montar una trama con hombrecitos verdes y la luna que se aleja, mezclado con las tradiciones más consolidadas de ese infame cine que es el de catástrofes naturales.

El libro se va desmoronando por completo. Los personajes están prefabricados, nunca sabes exactamente cuál es el principal… ni siquiera hay una convergencia real y clara de muchos ellos que dé sentido a las historias más o menos paralelas… no hay empatía real. Y todo desemboca en un tramo final confuso y sin resolución. Pero al mismo tiempo, tampoco sientes que allá un cliffhanger que te induzca a creer que va a haber una segunda parte, la hay, y que merezca la pena leerla. Que no creo. Y espero que nadie se enfade mucho porque no me haya gustado la novela… que luego recibo comentarios o mensajes de todo tipo. Algunos son educados, y se pueden ver. Pero otros son groseros… y esos no. Parece que no gusta en algunos autores, y con más frecuencia en sus amigos, que a algunos no nos gusten sus libros.

[Cine] First Man (2018)

Cine

First Man (2018; 49/20181101)

Sesión matinal de cine el día de Todos los Santos, que nos llevó a recuperar esta película de Damien Chazelle y protagonizada, casi en absoluto, por Ryan Gosling. Le podemos conceder algún protagonismo, puntual, a la señora de Armstrong, antigua reina británica, (Claire Foy). Todo lo demás son secundarios, que por bien que lo hagan, hacen papelitos con intervenciones puntuales esporádicas, en un largometraje que se centra básicamente en un único personaje, de carácter histórico, y en un único intérprete.

Chazelle y Gosling fueron dos de los «culpables» principales del estupendo musical de hace un par de años, que a muchos nos encantó, sencillamente, pero que demostró que la mayor parte del personal ha perdido el gusto por ese tipo de películas. Y eso era suficiente para arrastrarnos a las salas de cine. Pero el tema, el astronauta Neil Armstrong, nos daba un poco de lado. De este, siempre se ha conocido su condición pública de héroe americano, pero su carácter relativamente reservado hacía una incógnita sobre su auténtica personalidad. La posibilidad que de estas carencias surgiera una película patriotera… nos daba mucho miedo. Para colmo, como se estrenó durante nuestras vacaciones, perdimos al final una parte de la ventana de tiempo para verla en versión original subtitulada, y tuvimos que verla doblada. Lo cual siempre desmerece cualquier filme.

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No me voy a ir a la Luna para obtener fotos para esta entrada. Pero estamos en un planeta, la Tierra, con rincones muy bellos. Os dejo con algunas fotos de Taxeras, en los Pirineos Aragoneses. Mañana os hablo un poco más de esta excursión.

Con todo, he de decir que la impresión con la que salimos es muy buena. Y no ha empeorado con el tiempo. Realmente, Chazelle se concentra en explorar los aspectos psicológicos del personaje, sus posibles motivaciones, y el impacto de perder a su hija Karen de dos años por un tumor cerebral, poco antes de unirse a la NASA. Gosling es muy adecuado para este trabajo, ya que es un actor que peca de un exceso de inexpresividad, que no sabes muy bien ya que es que es algo que hace muy bien, o que es que simplemente es un actor más limitado de lo que nos ha venido pareciendo, y hacer de cara de palo es lo que se le da bien. En este caso es adecuado.

La película no abusa de situaciones de efectos especiales, pero la representación de diversas acciones relacionadas con vuelos de prueba y viajes al espacio, lleva a que los que hay son sobrio, con aspecto verosimil, no se apoderan de la película, pero aportan un plus de calidad, quizá poco apreciado a los efectos especiales espectaculares aunque fantasiosos. No, en está ocasión están muy bien ajustados. Y alguna escena escabrosa, como la muerte de la tripulación del Apolo 1 por un incendio, está tratada con mucha eficacia y elegancia.

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Globalmente, hemos llegado a la conclusión de que es una buena película. En algunos aspectos excelentes. No sé si tendrá mucho recorrido en la temporada de premios, pero alguno se tendría que llevar por ahí. Y aunque no creo que rasque mucho en los Oscar, candidaturas en varias candidaturas debería tener. A mí me parece bastante recomendable.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ****

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[Libro] La luna es una cruel amante

Literatura

Esta semana, dadas mis últimas experiencias televisivas más el libro que traigo aquí hoy, voy a hablar del tema de las inteligencias artificiales. Las computadoras inteligentes, los robots inteligentes, las máquinas con unas capacidades intelectivas similares a las del ser humano, han sido una cuestión planteada en la especulación científica y en la ciencia ficción desde hace mucho tiempo. A lo que hay que unir las actualizaciones de los mitos de Prometeo, del ser humano capaz de crear un ser inteligente, pretendiendo igualarse en ello a una supuesta deidad creadora. Y cayendo por lo tanto en desgracia ante esa deidad que de una u otra forma lo castigaría. En cualquier caso, se han propuesto algunas categorías para las inteligencias artificiales, que pueden ser las siguientes:

  1. Sistemas o máquinas que piensan como los seres humanos.
  2. Sistemas o máquinas que actúan como los seres humanos.
  3. Sistemas o máquinas que piensan racionalmente.
  4. Sistemas o máquinas que actúan racionalmente.

Una cuestión clave que se discute es la capacidad de tener sentimientos y deseos. Y por lo tanto una agenda personal de desarrollo, independiente de la de sus creadores. Son temas complejos como veis.

La luna, la principal protagonista de esta historia de anticipación científica y ficción política.

La luna, la principal protagonista de esta historia de anticipación científica y ficción política.

El libro que traigo hoy está escrito por Robert A. Henlein, considerado por muchos como uno de los grandes de la ciencia ficción universal, por su larga carrera, por la calidad de sus obras, por la diversidad de los temas y los planteamientos que tratan. Aquí nos movemos en el terreno de la anticipación científica mezclada con la reflexión política.

La luna es una cruel amante
Robert A. Henlein; traducción de Manuel Mata Álvarez
La factoría de ideas, Solaris ficción, 2003
Edición electrónica

Esta es la historia de cómo un técnico de computadoras que vive en las colonias humanas en la Luna, en su relación con un supercomputador de la autoridad competente a quien llama MIKE, comprende en un momento dado que este ha alcanzado un nivel de autoconciencia y razonamiento similar a los de un ser humano, pero con una capacidad de cálculo y un acceso a datos e información casi infinitamente superior. La asistencia a una reunión política que acaba siendo reprimida por la autoridad le lleva a entrar en contacto con una joven y guapa activista política partidaria de la independencia de la Luna de las autoridades terrestres y con un viejo profesor con ideas anarcocapitalistas que está buscando la ocasión para generar una revolución que lleve a que en la Luna se instaure una sociedad humana con un régimen político que el considera ideal. Entre los tres generarán la célula inicial de un movimiento político motivado por los cálculos de MIKE. Si no se hace nada, la economía de la Luna y sus relaciones con la Tierra entrarán en un rumbo de catástrofe en pocos años. Las probabilidades de que el movimiento recién formado por tan insospechados conspiradores también son escasas. Pero… sin riesgo no hay diversión.

Sinceramente, esta es la segunda novela que leo de Henlein. Lo cual es relativamente sorprendente teniendo en cuenta la categoría que ostenta dentro de los autores de ciencia ficción. La cuestión es que siempre me sentí incómodo con la primera que leí, la que probablemente sea su más famosa novela, Tropas del espacio. Soy de los que opinan que detrás de la misma hay una ideología militarista y mucho más cercana al fascismo de lo que el propio autor esté dispuesto a reconocer. Me he llevado sorpresas en varias ocasiones cuando oyes opiniones procedentes de los Estados Unidos que sinceramente creen que están por la libertad y la democracia, pero sorprendentemente proponen soluciones a los problemas que se acercan sospechosamente a los fascismos, democracias selectivas o democracias orgánicas.

Un sistema de ferrocarril se desarrolla en ese futuro lunar para unir las ciudades colonias que se han fundado sobre la superficie lunar. Mejor dicho bajo la superficie; al igual que el ferrocarril es un metro. La radiación puede ocasionar consecuencias muy desagradables sobre el ser humano.

En este libro que comento hoy intentaré responder a tres preguntas que me hice mientras lo leía: ¿Expresa o se manifiesta favorable a una ideología política, distinta o no de la de Tropas del espacio? ¿Representa MIKE un ejemplo válido de inteligencia artifical, y de alguna forma la superioridad de la misma sobre los humanos, cuestionando algunas de las soluciones políticas planteadas? ¿Es una novela que se pueda recomendar?

Sobre la cuestión política, ya he avanzado que el personaje del profesor que entra en la rebelión tiene una ideología anarcocapitalista. Un estado con un tamaño cero o, si no queda más remedio, reducido a un mínimo considerado como «un mal menor», los libres intercambios económicos y el derecho del individuo a regir su vida sus interferencias y a defenderse por sí mismo. Estaríamos realmente ante una ideología muy popular en la actualidad entre las derechas más radicales de las sociedades actuales, especialmente en Estados Unidos, aunque fuera concebida inicialmente por economistas austriacos. El problema es que este planteamiento resulta utópico, y con frecuencia las soluciones a los problemas prácticos conllevan acercamientos a los fascismos. Hay pequeños indicios a lo largo de la novela que indican esa posibilidad, aunque no se profundice en ellos o se pasen más o menos por alto.

MIKE representa un problema. Es una supercomputadora. Es una inteligencia artificial pero no de aspecto humano. De hecho es una unidad de proceso con unos bancos de memoria, enorme, y una miríada de periféricos que le permiten obtener datos e información y ejecutar acciones. Pero a lo largo de la novela la vemos desarrollarse. Desde lo que podría ser una fase de infancia hasta una edad adulta. Lo cual supone un problema en sí mismo dentro de la ideología política de la obra. Porque a su ritmo de desarrollo puede alcanzar, o alcanza, un nivel de inteligencia y de poder superior al de cualquier humano. Es el germen del dictador «benévolo», la máquina que organiza al ser humano por su bien. Es la semilla para una distopia. Hemos leído otras obras que parten de la premisa de una sociedad humana gobernada por máquinas. No creo que Henlein fuera ajeno a las consecuencias de su creación literaria, y busca una «solución» al problema de la inteligencia artificial superior a la inteligencia humana, que no voy a desvelar. Pero que habla de las debilidades que el pensamiento político que tiene el autor, representado por el profesor conspirador. En cualquier caso, el acercamiento a la humanidad por parte de MIKE a través del humor me parece muy original. Y también añadiré que como inteligencia artificial no queda claro su desarrollo con algunos de los aspectos más problemáticos de la definición de una inteligencia artificial; las emociones, los sentimientos y la voluntad.

Finalmente queda la cuestión de si el libro es recomendable o no. Y os tengo que decir que me lo pasé estupendamente. El libro es muy divertido. Es muy entretenido. Mezcla intriga, humor, drama, alguna dosis de tragedia… La ironía de algunos de los pasajes del libro es lo que puede llevar a algunos a defender que el autor es crítico con determinadas formas de pensar, utilizando un género cercano a la parodia, más que un defensor de esas formas de pensar. Si uno se lo pasa bien, supongo que se puede recomendar, siempre que adopte un sentido crítico para las consecuencias de lo que se propone.

Originalmente una colonia penitenciaria, al estilo Australia, con el tiempo los ciudadanos son granjeros y profesiones complementarias útiles; pero no pueden hacer ejercicio al aire libre, confinados en el subsuelo, sólo salen al exterior con trajes protectores y evitando las horas de insolación. Nada que ver con la libertad de los ciudadanos terrestres actuales de correr al atardecer.

Originalmente una colonia penitenciaria, al estilo Australia, con el tiempo los ciudadanos son granjeros y profesiones complementarias útiles; pero no pueden hacer ejercicio al aire libre, confinados en el subsuelo, sólo salen al exterior con trajes protectores y evitando las horas de insolación. Nada que ver con la libertad de los ciudadanos terrestres actuales de correr al atardecer.

Luego está la cuestión de la anticipación. Una de las características tradicionales de la ciencia ficción es la anticipación científica y tecnológica. Prever con antelación por dónde van a ir los desarrollos científicos, tecnológicos y sociales. Muchas veces se señalan los «aciertos» de los autores de ciencia ficción. Pero lo cierto es que las más de las veces se equivocan. En 2001: una odisea del espacio, Kubrick y Clarke imaginaron que para el cambio de siglo estaríamos en disposición de mandar una nave espacial enorme y tripulada hasta Júpiter, cosa que estamos lejos de hacer. Pero fueron incapaces de imaginar el teléfono móvil, que en el año 2001 era ya un elemento popular, y no quiero ni pensar lo que se ha desarrollado quince años más tarde. Pues este tipo de cosas se encuentran multiplicadas por mucho en esta novela. Imagina Henlein un gran supercomputador, pero es incapaz de imaginar el ordenador personal, y no digamos ya el portátil o los dispositivos móbiles, o una red de intercambio de datos como internet. Las tecnologías de la novela son anticuadas, a pesar de la colonización de la Luna y un moderado viaje espacial. Plantea problemas demográficos, pero ni mención a los ecológicos que derivarían de ellos. Todo tiene un sabor añejo, un poquito rancio, pero con encanto.

En la actualidad, hay muchos escritores de ciencia ficción que han tomado conciencia de los riesgos de anticipar. Se denomina ciencia ficción a obras que son más bien intrigas tecnológicas, pero con tecnologías actuales o altamente probables. No toman riesgos por miedo a que con el tiempo parezcan ingenuos o poco sagaces. Es difícil prever el futuro.

Como veis, me ha salido una larga entrada. Pero me apetecía profundizar un poquito más en esta obra, que para muchos será una mera intriga política con más o menos acción en el exótico ambiente de la colonización lunar, pero que tiene mucho más como habéis visto entre sus líneas. Es divertida. Pero como ya he dicho, conviene ser crítico en su lectura.

¿Es un futuro factible colonizar la luna? ¿En esas condiciones? ¿Realmente es tan elevada la capacidad de adaptación del ser humano? ¿A qué precio? ¿Y las adaptaciones fisiológicas y anatómicas? Alguna especulación se deja caer. Aunque el tema principal sea un modelo viable de política lunar.

¿Es un futuro factible colonizar la luna? ¿En esas condiciones? ¿Realmente es tan elevada la capacidad de adaptación del ser humano? ¿A qué precio? ¿Y las adaptaciones fisiológicas y anatómicas? Alguna especulación se deja caer. Aunque el tema principal sea un modelo viable de política lunar.

Moon (2009)

Cine

Moon (2009), 9 de octubre de 2009.

Y bien. En un día poco habitual, un viernes, a la hora a la que van los friquis a ver este tipo de películas, a las cinco de la tarde, nos vamos a ver esta película de ciencia ficción, que ha recibido una promoción moderada, y que viene precedida por cierta marejada de fondo de críticas a su favor, engarzándola con cierta tradición de películas de ciencia ficción que parecía perdida.

La película está dirigida por Duncan Jones, el que es hijo del músico que creó uno de los astronautas más famosos del rock. Y sí las canciones del padre nos contaban la historia de un astronauta, el Comandante Tom, esta película nos cuenta la historia de un astronauta, Sam Bell, interpretado por Sam Rockwell, un obrero que trabaja en solitario en una base minera lunar, con la única compañía de GERTY, una computadora/robot que es su único enlace con el resto del mundo, con el que no se puede comunicar directamente por un fallo en un satélite de comunicaciones. Tiene un contrato de tres años que está llegando a su fin. En ese momento, con el fin de recoger una cápsula de producto (helio-3) de una de las factorías móviles automatizadas, sufre una alucinación y un accidente. Y a partir de ese momento, descubriremos que nada es lo que parece… Y hasta aquí puedo contar, que decían en aquel programa.

La película está realizadas con unos efectos especiales limitados. Al igual que en las películas de los 70 o de principios de los 80 tira más de maqueta y de decorado que de infografía por computador. Lo cual le da el aire de ser de otra época sin quitarle ni un ápice de credibilidad. Porque aquí viene una de las gracias de la película. Frente a la ciencia ficción de moda actual, basada en fuertes efectos pirotécnicos y mucha infografía digital, que dota de un carácter de irrealidad todo lo que vemos, suponiendo que los guiones permitiesen otro sentimiento. Aquí nos encontramos en una situación que podríamos encontrar razonablemente creíble.

En cuanto a sus orígenes conceptuales, indudablemente la película bebe de algunos clásicos como puede ser 2001: Una odisea del espacio, Solaris (la versión soviética, por supuesto), Naves misteriosas, e incluso Alien, entre otras. Desde este punto de vista, no sé si podría decir que es una película original. Pero sí nos presenta una historia interesante, que mejora con mucho a nivel humano lo que vemos habitualmente.

Salvo alguna aparición ocasional de otros personajes, con escasa incidencia en el conjunto, la película descansa sobre la interpretación exclusiva de Sam Rockwell, aunque no un monólogo como por ahí se ha escrito. Porque además del computador, cuya voz en el original es de Kevin Spacey, que no podemos apreciar en la versión doblada, hay al menos dos personajes que dialogan e interaccionan. Y eso es trascendente para determinar que la interpretación del actor es fundamental para el buen resultado final de la película.

En resumen, una película que es mucho más interesante y mucho más honesta que cualquier cosa que se ve en ciencia ficción en los últimos tiempos. Yo le pongo un siete, con la misma nota en la dirección y un ocho en la interpretación.

Hoy traigo una fotografía del Frente Fluvial del Ebro, reciente abierto al público en Zaragoza, con sus elementos futuristas y todo. Que es lo que pide la película de hoy.

Luz y sonido

Montaje de luz y sonido en el Frente Fluvial del Ebro en Zaragoza - Panasonic Lumix LX3

Libro: Claro de Tierra

Literatura

Este verano me está costando centrarme en libros de cierta trascendencia. Los comienzo, los interrumpo, casi los abandono. Por ello, cojo algún otro título más intrascendente, más relajado. Algo que mi «atormentada» y dura «cabecita» acepte con menos problemas. Y un campo con el que acierto con bastante seguridad es la ciencia ficción. Aunque no cualquier ciencia ficción, ya que en los últimos años también he desechado algún que otro pestiño con ínfulas de trascendencia e intelectualidad. Así que estando en estas, me refugio en una novela que podríamos llamar clásica de Arthur C. Clarke.

Claro de Tierra
ISBN: 9788497110983
Quinteto, Barcelona

Lo cierto es que esta novelita pertenece a un tipo de novela en la escritura de Clarke que me parece muy agradable. Novelas de carácter sencillo, en el que no se realizan alardes aventureros. Donde las cosas pasan a su ritmo, y en la que enfrenta alguno de los dilemas éticos que a juicio del autor pueden derivarse del continuado progreso científico y técnico de la raza humana. Para mí, está en un mismo tenor que algunas novelas excelentes como son Cita con Rama, donde se reflexiona sobre el primer encuentro con un objeto de origen extraterrestre, o Cánticos de la lejana Tierra, donde enfrenta a la humanidad con la inexorable realidad de que la vida en el planeta no será siempre posible y tal vez sea necesario, si es posible, emigrar. En menor medida con El fin de la infancia, que por su carácter de final de la especie humana tal y como la conocemos, es más desasosegante.

En este caso, tras doscientos años de progreso espacial, se afronta el primer conflicto entre la Tierra y sus ahora independientes colonias espaciales, conocidas como la Federación. El motivo del conflicto es el monopolio que la Tierra ejerce sobre materias primas que sólo se dan en abundancia en el planeta madre y, al parecer, en su satélite, la Luna, que políticamente pertenece a la Tierra. Si estalla una guerra, nadie sabe como puede ser. En este escenario, llega a la luna bajo la tapadera de ser un auditor contable un hombre que ha asumido una labor de contraespionaje. Se supone que en una de las bases científicas de la luna, un espía está suministrando información a la Federación.

No hay una descripción de la acción desenfrenada. No hay persecuciones ni enfrentamientos. El objetivo del autor parecer ser ilustrar al lector sobre cómo imagina el hábitat humano en una futura colonización de nuestro satélite. A Clarke le gustaba la ciencia ficción dura, por lo que el rigor científico intenta ser máximo… dados los conocimientos existentes en el año 1955. Así, como cosas que chirrían, parece que resultaba difícil concebir la miniaturización de los sistemas informáticos, o de sus sistemas de almacenamiento de memoria, o de sus sistemas operativos… los operadores de los mainframes con los que trabajan los astrónomos del año 2150 siguen manipulando las tarjetas perforadas, desconocidas por completo para la mayor parte de los usuarios de computadoras actuales. Tampoco parece que se previese el desarrollo de la telefonía móvil, o el desarrollo de los satélites artificiales que resolverían de forma más eficiente algunos de los problemas cotidianos que se plantean en la narración.

El climax de la novela llega cuando se produce la primera batalla espacial en la historia de la humanidad, donde se pone de manifiesto la capacidad del hombre para llegar a la destrucción. No comentaré los detalles ni hablaré del desenlace. Aunque diré que la novela está teñida de esa idea que tenía Clarke de que el ser humano es esencialmente bueno si le dan la oportunidad de ser racional y científico. Vamos. Un eterno optimista.

A mí me ha agradado la lectura de esta novela. Quizá no esté a la altura de la imprescindibles Cita con Rama o de la poesía que subyace en los Cánticos de la lejana Tierra, pero indudablemente tiene su interés. Así que ánimo. Si os gusta el género, no os la perdáis.

Luna sobre el canal

Un poderoso creciente lunar luce sobre el Canal Imperial de Aragón a su paso por Zaragoza - Panasonic Lumix LX3

Fly me to the moon…

Ciencia

Es la canción de moda en los últimos días. No hay emisora de radio o programa de televisión en la que no la pongan aunque sea brevemente. Su primera estrofa dice…

Fly me to the moon
Let me sing among the stars
Let me see what spring is like
On Jupiter and Mars.

(Llévame a la luna,
déjame cantar entre las estrellas,
déjame ver cómo es la primavera
en Júpiter y Marte)

La puso de moda Frank Sinatra, aunque la cantaron muchos otros, pero yo siempre prefiero la sosita pero agradable versión de Astrud Gilberto. Menos llamativa, menos fogosa, pero más adaptada a una escucha tranquila e íntima. Algo que pienso que pide el romanticismo de la canción. Que por cierto, originalmente se titulaba In other words.

Pero lo cierto es que no se ha puesto de moda por que por fin el amor haya triunfado en el mundo y nos haya transportado a las estrellas en un éxtasis de romanticismo universal. Es que hoy se cumplen 40 años del alunizaje de Neil Armstrong y Buzz Aldrin, miembros de la expedición Apollo XI. Lo que se ha dado en llamar la mayor gesta de la humanidad. A mí me entra alguna duda de que no hay otras gestas más importantes. Pero hasta la fecha ha sido la más llamativa. Y además… retransmitida por televisión. Lo que marca mucho.

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Aprovecho la generosidad de la NASA con sus imágenes para colocar esta de Buzz Aldrin; su gran venganza por haber sido el segundo hombre en pisar la Luna fue que le puso a Armstrong la cámara, una Hasselblad, en las manos y, por lo tanto, es él el que aparece en la mayor parte de las fotos. Un cachondo, el tío; me cae mejor que el estirado de su compañero.

Una de las cuestiones que más se plantean en los medios de comunicación es la eterna pregunta de los grandes acontecimientos. ¿Te acuerdas de aquel día? ¿Te acuerdas de lo que hacías aquel día? Bien, pues yo recuerdo dónde estaba. De vacaciones. En un modesto apartamentito en Benicarló. Pero no recuerdo nada de aquello. Probablemente, en aquellos modestos pisos de pescadores, cuyos propietarios alquilaban a los veraneantes para complementar sus ingresos durante el verano, ni siquiera había televisión. Y además, pues sólo tenía… pocos años. Los que fueran.

Así que nada. Feliz aniversario a todos; por «nuestra» gloriosa gesta. Os dejo una imagen de nuestro satélite. Veremos cuando otro ser humano vuelve a pisarlo.

Luna

El creciente lunar sobre el Monasterio nuevo de San Juan de la Peña - Canon EOS 40D, EF 70-210/3,5-4,5 USM