[TV] Cosas de series; sagas galácticas y asesinas a sueldo

Televisión

Se me han acumulado en las últimas semanas un montón de series para comentar. Cuando a finales de diciembre pensaba que me podía quedar sin series para comentar en alguna semana de enero… Pues nada, que no me enteraba de nada. Que un montón. Así que vamos con tres de ellas. Como dice el título de la entrada, dos aventuras espaciales, y una de espías y asesinos a sueldo.

Star Wars: Skeleton crew es el intento de Disney de hacer su propia versión de las aventuras de niños y adolescentes tan populares en los años 80 del siglo XX, pero ambientada en el universo Star Wars. Y a pesar de unas críticas benevolentes, y una razonable aceptación, al parecer, por parte del público, a mí me ha parecido un aburrimiento sin interés. Todavía no entiendo cómo llegué hasta el último de sus ocho episodios, afortunadamente no muy largos. La cosa va de un grupo de críos en un planeta que parece aislado del resto de la galaxia. Establecido antes de la caída de la Antigua República, sobrevivió oculto al Imperio de Palpatine. Y así sigue. Pero los críos encuentran una vieja nave pirata semienterrada en un bosque, y acaban por arrancarla accidentalmente volando fuera del planeta. La cosa va de volver, cuando ni ellos saben dónde está su planeta de origen. Y además, acabarán codeándose con todo tipo de piratas. Y entre ellos, aunque con capacidades jedis, un tipo que no saben muy bien si es de los buenos o de los malos. Ni la presencia de Jude Law, el pirata buenimalvado, salva para mí el tedio que me ocasiona esta serie que no me dice absolutamente nada. No seguiré viéndola, ni aunque me ofrezcan los placeres de los siete cielos.

El universo de Dune está de moda. Así que había que aprovechar la ocasión y hacer algo. Y como ya está Villeneuve embarcado en los largometrajes de la saga principal, alguien decidió ir a por una precuela. De esas que te trasladan a miles de años antes, cuando se estaba configurando el imperio aristocrático/plutocrático que conocemos. Y así, nos vamos a 10 000 años antes de los hechos narrados en la novela original, cuando, ya terminada la Yihad Butleriana que acabó con las máquinas pensantes, están surgiéndo las casas aristocráticas, la casa Corrino está en proceso de estabilizarse como dinastía imperial gobernante, y surge poco a poco como un elemento importante la Bene Gesserit. Y esta última será el centro de una trama para consolidar el statu quo, el poder de la orden, y el impulso de su plan de desarrollo genético que les lleve al Kwisatz Aderach. Alguien a descrito esta serie como Juego de tronos en el espacio. Pero es que cualquier trama con distintas facciones peleando por el poder va a parecer Juego de tronos donde sea que transcurra. Tiene momentos buenos, con interpretaciones notables de gente como Emily Watson, Olivia Williams o Mark Strong. Pero también tiene irregularidades. En cualquier caso, va de menos a más. Y, aunque te quedas con la sensación de que se queda a medio camino de lo que podría haber sido, te quedas con ganas de más.

Finalmente, cambiaremos el espacio exterior por Londres. O sea… por un mundo también algo marciano. Y nos iremos a una serie de Netflix, Black doves, que parece que prometía. En ella, la esposa perfecta de un político de alto nivel, interpretada por Keira Knightley, resulta pertenecer a una organización de espionaje privado, en la que lo mismo puede dedicarse a obtener información, que a apiolar a quien convenga. Pero cuando muera el embajador chino y secuestren a su hijo, y al mismo tiempo asesinen a tres personas, entre las cuales su amante, se lanzará a una aventura de investigación y venganza, en compañía de otro asesino a sueldo, Ben Whishaw, que durante años a permanecido fuera del país. Le pasa un poco lo que a la anterior. Tiene momentos buenos y otros más flojos, va de menos a más, te quedas con la sensación de que podría haber sido mejor y, hasta cierto punto, te quedas con ganas de más. Bueno, tanto de esta como de la anterior, supongo que veremos nuevas temporadas.

[TV] Cosas de series; en la esencia de lo británico

Televisión

Pues sí… dos elementos tan distintos como Doctor Who y la Casa Real de los Windsor están en la esencia de lo británico. Para bien o para mal. Y como han estado en el candelero televisivo, los Windsor también en el candelabro, durante las fechas navideñas, vamos a ocuparnos de ellos. En un caso para echar el cierre a una de las series más prestigiosas de Netflix en los últimos años. En el otro, porque nos advierten de un cambio de ciclo en las aventuras del más estrafalario viajero del espacio-tiempo de la televisión, así como el más longevo. Es lo que tiene,… tener dos corazones y ser capaz de regenerarse.

Buckingham Palace y los soldaditos de plomo que adornan las dependencias reales de los Windsor y otros entes públicos londinenses.

The Crown, una ficción histórica basada inspirada en hechos reales de la vida y de la historia de la familia real británica, ha sido durante años una de las series más prestigiosas de Netflix y de la televisión en general. Seis temporadas de diez episodios cada una, con tres protagonistas distintas en el papel de Isabel II del Reino Unido, en tres épocas de su vida, o en tres intervalos de edad distintos. En realidad cuatro. En los últimos episodios, en un flashback, se nos presentó a la Isabel adolescente de 19 años, al final de la guerra mundial en Europa. Como he dicho… FICCIÓN. Aunque esté basado en lo que la prensa y los historiadores saben de los acontecimientos que han protagonizado durante la segunda mitad del siglo XX y en los primeros años del XXI, la mayor parte de lo que aparece ante nuestros ojos es ficción, más o menos plausible, sobre lo que pudo pasar en la esfera privada de la familia real o en sus interacciones con otras personas, públicas o privadas. Hay quien no tiene en cuenta esto a la hora de valorar la serie, y la considera como una especia de docudrama, que no es. Los grandes activos de la serie han sido sus excelentes interpretaciones y la grandísima calidad de la dirección de producción.

La sexta y última temporada nos la han presentado en dos partes, separadas por algunas semanas, aunque ahora se puede ver de tirón. Los primeros cuatro episodios nos marcan el camino que llevó a la muerte de Diana de Gales (Elizabeth Debicki) y sus consecuencias inmediatas, mientras que los últimos seis episodios recorre el salto de siglo hasta el jubileo de la reina y el matrimonio de Carlos de Gales (Dominic West) con su amante de largo recorrido, Camilla Parkes Bowles (Olivia Williams). Han dedicado cierta atención a los hijos de Diana de Gales, especialmente al príncipe Guillermo (Ed McVey), actual Príncipe de Gales. Y sí… probablemente sea la más floja de las temporadas de la serie. Aunque hay que manifestar que la misma había acumulado un cierto agotamiento, a lo que hay que sumar que el fallecimiento de la reina, punto al que no llegan, y la historia mediática posterior y reciente de los Windsor también han restado interés a lo que contaba esta temporada. Y las críticas sobre cómo se cuenta la muerte de Diana de Gales… pues si tenemos en cuenta que es FICCIÓN… tan válido como cualquiera otra forma. Pero sigue siendo una buena serie; otra cosa es que haya dejado de interesar en la misma medida en la que lo hizo en su inicio. Pero bueno. Punto final. Y creo que de forma adecuada. Ah… se me olvidaba… Imelda Staunton está al mismo nivel o superior al de sus predecesoras en el trono. ¿La más verosímil de las «tres reinas»?

Y hemos tenido cuatro especiales de Doctor Who. Uno de ellos el especial navideño. Los tres primeros han sido la transición del decimotercer(a) Doctor(a) al decimoquinto (Ncuti Gatwa). Síp… el decimocuarto Doctor sólo ha durado tres especiales de una hora de duración, con el mismo rostro y personalidad que el décimo Doctor (David Tennant). Por lo tanto, hemos podido tener en pantalla, durante unos minutos simultáneamente, al que probablemente sea la regeneración más popular del personaje, Tennant, sin duda alguna, nos ha ofrecido siempre una de las personalidades más interesantes y exuberantes, con el futuro protagonista de la serie durante un par de años por lo menos. De forma similar, se recupera a una de las compañeras más populares y con más perosnalidad, Donna Noble (Catherine Tate) y se nos presenta a la futura, Ruby Sunday (Millie Gibson), una expósita con un misterio a cuestas, que ha protagonizado el especial navideño. Y sobre estas novedades, lo que puede marcar más la serie en un futuro, creo que ya lo ha hecho en estos especiales, el regreso como showrunner a la serie de Russell T. Davies. En mi opinión, Davies ha sido responsable junto con Steven Moffat de los mejores arcos de la serie. Aunque yo prefiero a Moffat.

Los cuatro especiales han sido muy divertidos. Lejos quedan las pajas mentales sobre el sobre Flux de la temporada anterior. Los tres especiales con Tennant y Tate al frente han ido a esquemas clásicos pero bien hechos. Realizados para celebrar el 60º aniversario de la llegada al universo televisivo del primer Doctor, hemos tenido una buena invasión alienígena en Londres, una nave espacial varada en el fin del universo con un «monstruo» invisible que amenaza a los protagonistas y a todo el universo conocido, y un siniestro y avieso juguetero (Neil Patrick Harris), uno de esos rivales tradicionales del Doctor, amenazando Londres y al planeta. Afortunadamente, nada de Daleks o Cybermen, que me parece muy cutres… Muy entretenidos. En el mismo nivel o muy cerca de mi especial favorito. Y el especial navideño también ha sido muy divertido. La serie precisaba una renovación o estaba condenada a languidecer. Ya estaba languideciendo. Frente a quienes criticaban a los protagonistas por ello, creo que el problema han sido los guiones. Por ejemplo, los tres especiales del 60º aniversario han mostrado cómo se puede integrar la necesaria diversidad humana en las historias, sin que resulte forzada o chirriante. Por supuesto, a los sectores más conservadores e intolerantes toda integración de la diversidad les parecerá mal. Davies señala que a partir de ahora debemos considerar como un nuevo ciclo completamente nuevo. Algo como lo que supuso el regreso de la serie en 2005… aunque con un poco más de continuidad. Veremos. Ncuti Gatwa promete. Viene de bordarlo en Sex Education, es un intérprete muy versátil. Aunque hasta ahora con cierta tendencia a la sobreactuación. Y si se confirma el regreso a un sólo acompañante principal, frente a los grupetes de los últimos tiempos… también puede ser bueno. Favorece que el espectador empatice con quien le representa en la serie… el ser humano común. Confiemos en el futuro.

[TV] Cosas de series; en el terreno de la fantasía y de la realeza

Televisión

Series de origen europeo, suponiendo que podamos considerar que el Reino Unido sea parte de Europa, que no es lo mismo que la Unión Europea, y no se haya convertido en un universo paralelo y alienígena. En cualquier caso, dos de Netflix y una de HBO. Dos británicas y una alemana. Y con mucha fantasía por el medio, incluso en la que se basa en hechos reales, me parece a mí.

Como hay mucho británico en las series de hoy, ilustraré la entrada con fotografías de mi visita a Stratford-upon-Avon, la ciudad natal de William Shakespeare en las Midlands inglesas. ¿Que cosa más británica/inglesa puede haber, dejando de lado a los rancios y apolillados Windsor?

Con cambio de protagonistas, como era de esperar para ajustarse al envejecimiento de los personajes, hemos asistido a la quinta temporada de The crown. La celebrada serie de Netflix, una ficción razonablemente verosímil, pero ficción, basada en hechos reales entorno a la difunta Isabel II de Inglaterra (Imelda Staunton) y su familia. Con especial atención en esta temporada al actual Carlos III de Inglaterra (Dominic West), a su anterior y difunta exposa, Diana de Gales (Elizabeth Debicki), y en menor medida a Felipe de Edimburgo (Jonathan Pryce) y otros miembros de la familia, allegados, apegados y advenedizos. Con la aparición estelar del erotismo de retrete de Camilla Parker-Bowles (Olivia Williams), actualmente reina consorte Camila de Inglaterra. Cuando digo «de Inglaterra» hay que considerar que habría que incluir también el resto de los «dominios» del Reino Unido y países de la Commonwealth que reconocen al soberano británico como jefe del estado. Los acontecimientos de esta quinta temporada han correspondido a la ajetreada época que sufrieron en los años 90, muy centrados en las desavenencias entre los príncipes de Gales, aunque con otros derivados o asuntos en paralelo. Pensaba que terminaría con el finiquito al personaje de Diana de Gales… pero no. Eso lo dejan para la sexta temporada. En cualquier caso, sigue siendo una muy buena serie, aunque haya perdido ya el factor sorpresa y novedad de las primeras temporadas. Las nuevas «chicas», Staunton, Debicki, Williams y otras, siguen haciendo papeles tremendamente creíbles y bien adaptados, mientras que a los nuevos «chicos» me cuesta más verlos en sus personajes. No porque lo hagan mal, hacen lo que pueden… pero no los veo. En cualquier caso, sigue siendo una serie muy recomendable.

Hace unos años, una serie alemana de fantasía/ciencia ficción, no sé cómo calificarla porque no terminé de verla, sorprendió al público de Netflix, y tuvo gran éxito. No terminé de verla porque era tan compleja, que a lo que llegó su segunda temporada se me había olvidado casi todo y no tenía ganas de volver a ver la primera temporada para que la segunda y la última tuvieran sentido. Pues bien, de sus creadores ha llegado 1899, que empecé a ver con reticencia por si me sucedía lo mismo. Esforzarme en una primera temporada para que luego me costase excesivo esfuerzo retomarla al cabo del tiempo. Pues bien, sin preocupaciones, porque a pesar del éxito y las buenas críticas, a Netflix no le han salido las cuentas y la han cancelado. Con un reparto coral y multinacional, recorremos la peripecia del pasaje de un trasatlántico tipo «Titanic» que recibe una llamada de socorro de un gemelo suyo desaparecido, y que como consecuencia también empieza a sufrir las consecuencias de una realidad alterada que va afectando profundamente al pasaje. Evitando destripar la serie, esta se mueve entre la intriga y la fantasía hasta desembocar en el ámbito de la ciencia ficción en sus últimos compases. Que para mí es cuando la cosa empieza a tener más interés… pero nos quedaremos sin saber qué narices pasa en realidad. Netflix no encuentra su rumbo y lleva un tiempo dando bandazos. Todas las plataformas los dan; la cuenta de resultados pesa mucho en la toma de decisiones, lo que genera la frustración de los espectadores tarde o temprano. Por mi cabeza ha pasado ya en varias ocasiones la idea de mandarlos a freír espárragos. Es difícil recomendar una serie de misterio inacabada. Pero no está mal si te gusta este tipo de ficción.

Y la que sí que ha llegado a término es la fantasía basada en las novelas de Philip Pulman, His dark materials. Reconozco que estuve a punto de abandonarla en algún momento durante la segunda de las tres temporadas que la componen. La serie tiene logros notables, pero también tiene momentos débiles. También es de las que complican enormemente la trama, como múltiples ramificaciones, que son llevaderas en forma literaria, pero que en formato audiovisual, no siempre es fácil equilibrar el seguimiento y el cierre progresivo de todas las subtramas. También hay un problema de reparto, con algunos logros notables, entre los que he de considerar la presencia de Ruth Wilson, solidísima actriz británica, encarnando el personaje más complejo e interesante de la historia. Sin embargo, los dos protagonistas juveniles, Dafne Keen como protagonista principal y Amir Wilson como su partenaire principal, no siempre me convencen. Son dos intérpretes que empezaron en su preadolescencia y han terminado la serie hacia el final de su adolescencia, pero con todavía una falta de madurez interpretativa, que no han terminado de alcanzar. La chica protagonista resultaba más convincente al principio, por su aire más espontáneo, con una edad más temprana, pero no me ha parecido que mantuviera la solidez con el tiempo. No es que lo haga mal. Ninguno de los dos. Pero no sé si están a la altura de la encomienda de sostener una serie de por sí compleja. No obstante, la tercera y última temporada ha estado bien desarrollada, proporcionando buenos cierres a todos los hilos pendientes, y lo único que me ha chirriado ha sido el prescindible último episodio, que no sé hasta que punto interpretarlo como un pie a futuras secuelas. Bien. Visible. Con momento muy buenos. Pero sin más.

Como curiosidad, Ruth Wilson/Mrs. Coulter y Dominic West/Carlos de Gales coprotagonizaron hace un tiempo una serie que tuvo momentos excelentes… como amantes.

[Cine] The Father (2020)

Cine

The Father (2021; 22/20210330)

Hace tiempo que vimos esta película en el cine. En enero. Pero me negué en su momento a hacer el comentario, porque la versión original subtitulada en español duró muy poco en las salas, y a horarios inconvenientes para nosotros, y al final la vimos doblada. Y si hay algo que no tiene sentido es ver una película con tantos matices, en la que el trabajo actoral es tan principal, en versión adulterada. Con el tiempo he tenido la posibilidad de acceder a la versión original de esta obra firmada por el francés Florian Zeller. Y ya estoy en disposición de opinar lo que me ha parecido.

Londres… donde al parecer transcurre la acción de la película.

Es la primera película dirigida por Zeller, que es más conocido como escritor, en la que adapta una obra teatral propia. Zeller tiene un gran prestigio como dramaturgo, y esta obra teatral, Le Père, se ha traducido a una variedad de idiomas y estrenado en teatros de al menos una cincuentena de países. En ella, y también en la película, asistimos a cómo avanza una persona mayor, Anthony (Anthony Hopkins), empieza a sufrir fallos en la memoria y confusión en su vida, al mismo tiempo que interacciona habitualmente con su hija Anne (Olivia Colman), y con otras personas de su entorno, otros familiares, cuidadores,… (Mark Gatiss, Olivia Williams, Imogen Poots, Rufus Sewell).

Con un reparto de primera categoría como el mencionado en el párrafo anterior, y jugando con los decorados en un número limitado de localizaciones (uno o más apartamentos, una residencia de personas mayores,…), Zeller realiza un análisis detallado de lo que supone una demencia, centrándose en lo que pueden ser las vivencias de la propia persona que sufre la enfermedad. El relato, por lo tanto, sufre las mismas alteraciones en la continuidad espaciotemporal que podríamos suponer en la mente deteriorada de la persona, de Anthony en concreto. Confusión de lugar, confusión de tiempo, confusión de personas,… Determinados detalles ayudan al espectador a conectar y evitar la confusión propia. La luz, el reloj, el decorado de las habitaciones, los distintos roles que pueden adoptar los intérpretes.

En su conjunto, el trabajo de dirección y producción es encomiable, aunque muy académico, lo cual puede resultar en cierta frialdad en algunos momentos. No hay riesgo en la realización. Hay que considerar que es el primer largometraje de Zeller. Y quizá esta historia, en su translación cinematográfica, pedía alguna desviación de la obra original y ciertos riesgos en la dirección y en la visualización de lo que pasa con Anthony. La historia es muy poderosa, es una visión distinta de los muchos acercamientos cinematográficos, algunos muy muy buenos, que se han hecho en las dos últimas décadas al problema de la demencia. Creo que es una película que hay que ver. La interpretación del elenco ya justifica la decisión de hacerlo. Y está muy correctamente realizada en general. Así que ya sabéis. Pero si podéis… en versión original. Siempre en versión original.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] Maps to the Stars (2014)

Cine

Maps to the Stars (2014); vista el miércoles 18 de marzo de 2015.

No ando con mucho tiempo para hablar de la película que vimos hace unos días. Hoy hemos tenido una maratón rugbística, que nos ha dejado con el corazón acelerado y la tensión por las nubes. Emoción como hacía tiempo no se veía, de la que os hablaré probablemente el lunes. Mientras, y antes de salir a despejarnos un poco en la noche del sábado, os dejo aunque sea un rápido comentario sobre la última película de David Cronenberg, director del que siempre esperamos que nos proporcione otra agradable sorpresa como algunos excelentes filmes que dirigió en el pasado, y más cuando tiene un reparto tan atractivo como ésta.

Agatha Weiss (Mia Wasikowska) es una joven que regresa a Los Ángeles después de un tiempo ausente, separada de su familia formada por el psiquiatrá Stafford Weiss (John Cusack), su madre Christina (Olivia Williams), y su hermano pequeño, Benji (Evan Bird), una rutilante estrella del firmamento de los intérpretes infantiles y adolescentes, con quienes comparte un oscuro pasado. No siendo especialmente bien recibida por estos, entrará a trabajar como asistente de una actriz en decadencia, Havana Segrand (Julianne Moore), que quiere reverdecer viejos laureles realizando una nueva versión de la película que lanzó al estrellato a su madre, también actriz, con quien también tuvo una tormentosa relación. Poco a poco, iremos descubriendo las miserias que esconden estos y otros famosos de Hollywood.

Quiero aprovechar la entrada de hoy para recordaros que tengo un tumblr dedicado a las fotografías de mis viajes.

Quiero aprovechar la entrada de hoy para recordaros que tengo un tumblr dedicado a las fotografías de mis viajes.

Cronenberg vuelve a dar un repaso a las miserias y entresijos del famoseo en una película que sinceramente no nos acabó de entrar, y con unos personajes por los que en definitiva no alcanzamos a sentir empatía alguna y cuyo destino nos importó más bien poco.

Lo cual es una pena, porque el nivel actoral del reparto es alto, si bien no lo suficiente como para levantar en ningún momento una película que se deja ver, pero que decepciona. Qué se le va a hacer. Veis, ya he dicho que iba a ser breve. Es que me están esperando.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

En él hago recorridos cíclicos a mi historia viajera. Ahora estoy subiendo fotografías de 2010. La dirección es:

En él hago recorridos cíclicos a mi historia viajera. Ahora estoy subiendo fotografías de 2010. La dirección es:

deviajeconcarlos.tumblr.com

El escritor (2010)

Cine

El escritor (The Ghost Writer, 2010), 5 de abril de 2010.

Tras las mini-vacaciones de la Semana de Pascua, con calma y tranquilidad, y a una sesión temprana aprovechando que no he ido a trabajar por la mañana, nos pasamos a ver la última de Roman Polanski. Un director que cuando me gusta me gusta mucho, y cuando no me gusta lo aborrezco. Y de todo hay en su filmografía.

Nos encontramos al principio del filme con un escritor de los que los anglosajones llaman ghost writers (escritores fantasma), y que en España son conocidos como los «negros». Y así se le denomina en el doblaje de la película. Estos escritores son aquellos que realmente escriben o suplen las carencias de las obras escritas que se publican bajo la autoría de personajes famosos pero cuya profesión original no es escribir. En este caso, al «negro» (Ewan McGregor) se le pide que redacte las memorias de un antiguo primer ministro británico (Pierce Brosnan), que en una primera impresión parece un trasunto de Tony Blair. Luego veremos que aunque basado en el personaje real, se trata de un personaje de ficción con otra personalidad. El puesto ha tenido un antecesor que ha fallecido por ahogamiento en lo que parece y ha sido calificado como suicidio. El escritor se traslada a una isla en la costa de Nueva Inglaterra en EE.UU., donde se encuentra el político. Coincide también con el momento en que las revelaciones de un antiguo ministro británico ponen al antiguo premier en el hojo del huracán, por presuntas torturas hacia prisioneros, y con riesgo de ser encausado por la Corte Penal Internacional de La Haya. Por supuesto, nada será lo que parece, y el escritor se verá metido en un drama de intriga al sospechar que su antecesor pudo ser asesinado.

Decir que la película está en general bien hecha es una obviedad dado que al director le sobra oficio a raudales. Rodada en el ambiente opresivo por el clima frío y desapacible de la isla donde sucede buena parte de la acción, la ambientación es buena. En cuanto a la historia, tiene sus momentos de previsibilidad, y la presencia de la mujer del político (Olivia Williams) en un rol que sabes que tiene más detrás de lo que aparenta, hace que supongas por dónde pueden ir los tiros aunque sin precisión. A mí me costó un poco entrar en la historia, y hay algunas situaciones que aunque previsibles no te las acabas de creer, como las escenas entre el escritor y la mujer del político, muy cogidas por los pelos. Pero globalmente resulta entretenida, y me gusta que el final sea tan poco convencional, aunque inquietante.

Está razonablemente bien interpretada. Los mencionados anteriormente cumplen. Creo que Olivia Williams es mejor intérprete que los dos masculinos, pero no se le dan suficientes oportunidades para lucirse plenamente. Una pena. Además, se luce Tom Wilkinson, siempre solvente, en su breve papel. Hay otros ilustres en el reparto, pero con papeles muy reducidos o poco significativos.

Para resumir, una película en la que se juega un poco entre el thriller y el drama político, que no está mal, que entretiene, pero a la que creo que no se le saca todo el jugo y toda la miga que podría haber dado. Con un poco de más mala leche, podría haber sido una crítica más dura a determinadas actitudes de determinados gobiernos occidentales en su política internacional. Por primera vez, estoy ante una película del director que ni me entusiasma ni la odio, simplemente me entretiene. Lo cual también es una decepción en sí misma.

La puntuación:

Dirección: ***
Interpretación: ***
Valoración subjetiva:
***

Amstel

Vista de Amsterdam a orillas del Amstel - Panasonic GF1, Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8