[Televisión] Cosas de series; la maldición Gallagher y una bofetada no del todo bien dada

Televisión

Estoy en crisis televisiva. Los días de vacaciones han amontonado los episodios por ver, ha habido novedades, también algún final, no acabo de estar a gusto con lo que estoy viendo, y tengo menos tiempo de ver televisión. Hay que hacer limpieza, centrarse en algunas cosas, y esperar tiempos mejores.

Las comedias de situación están en crisis. O por lo menos hace tiempo que no aparece ninguna que me satisfaga. De la semana pasada conocimos Weird Loners, que salvo la atractiva Becky Newton, poco más me aportó. No la incorporo a la cartelera. Además he decidido eliminar Fresh off the Boat y One Big Happy. Ninguna me decía gran cosa.

También estuve a punto de ver el primer episodio de una serie «conspiranoica», American Odyssey, en la que además aparecía en el reparto la encantadora Anna Friel (sigo pensando en ella como en Charlotte Charles). Lo cierto es que no aguanté ni medio episodio. Fuera en 20 minutos. No me aportaba nada ni me centraba en absoluto en los tópicos topicazos que me estaban contando.

En el campo de los dramas, aunque más interesante a priori, después de varias semanas tampoco he acabado de engancharme a American Crime, así que lo saco de cartelera.

En la reducción de tiempo de series televisivas influye también mi deseo de recuperar películas de antaño. Por ejemplo, esta semana, tras la estancia en Verona, he recuperado "Romeo y Julieta" de Franco Zeffirelli.

En la reducción de tiempo de series televisivas influye también mi deseo de recuperar películas de antaño. Por ejemplo, esta semana, tras la estancia en Verona, he recuperado «Romeo y Julieta» de Franco Zeffirelli.

Han regresado a las pantallas The Red Road, una serie de la que se habla poco pero en la que hay interpretaciones interesantes, la segunda parte de la primera temporada de Outlander, interesante cambiar el punto de vista del narrador, y la segunda parte de la última temporada de Mad Men, solamente un par de escenas del último episodio valen más que todas las series mencionadas en los primeros cuatro párrafos de esta entrada. Estas se quedan. Mad Men por poco tiempo, porque tiene las horas contadas. Pero de eso ya hablaremos.

Se nos ha despedido la quinta temporada de Archer. Esta serie de animación es diversión asegurada. Los demenciales agentes y empleados de la agencia de espionaje privado ISIS son risas garantizadas. Esta TIA americana no puede faltar en mi cartelera. Es cierto que no ha estado al mismo nivel de desmadre y cachondeo que las dos anteriores temporadas, pero yo me lo paso de miedo. Ya les hecho de menos.

Se nos ha despedido la quinta temporada de Shameless. Y estos también son fijos en mi cartelera y en mi corazoncito televisivo. Cada vez quiero más a los Gallagher, que acarrean sobre sí esa maldición que les impide salir en el agujero en el que están metidos, en el agujero en el que insisten en meterse y cavar ellos mismos. Pero hemos visto a una Fiona (Emmy Rossum) casi derrumbándose porque su familia sigue en desmadre y sin tener claro a quien y como quiere, a un Lip (Jeremy Allen White) que potencialmente puede ser un genio o puede ser su padre, a un Ian (Cameron Monaghan) camino de convertirse en una versión triste de su madre, a Debbie (Emma Kenney) demostrando que es la que más afecto necesita, equivocándose al buscarlo y con la mayor potencialidad de todos para acabar en un desastre todavía más absoluto, a Carl (Ethan Cutkosky) entrando inevitablemente en el sistema de correccionales juveniles camino de convertirse, como estaba predestinado, en un delincuente habitual, y a Frank (William H. Macy),… a Frank mostrando por primera y clara ocasión sentimientos altruistas por una personas. Como de costumbre, la serie sigue caminando por el camino peligroso entre la esperanza y la fatalidad. Pero ya está tardando la primera gran tragedia en esta peculiar familia. Porque debería ser inevitable. Y a pesar de todo, sigue siendo una comedia. Genial.

La película cosechó bastante éxito; fue candidata a los óscar a la mejor película y a la mejor dirección, y ganó los de mejor dirección de fotografía y diseño de vestuario. Su actriz principal, una guapa adolescente argentina establecida en Inglaterra, Olivia Hussey, también alcanzó bastante fama.

La película cosechó bastante éxito; fue candidata a los óscar a la mejor película y a la mejor dirección, y ganó los de mejor dirección de fotografía y diseño de vestuario. Su actriz principal, una guapa adolescente argentina establecida en Inglaterra, Olivia Hussey, también alcanzó bastante fama.

Y ha sido interesante seguir las vicisitudes de los personajes de The Slap, adaptación norteamericana de una serie australiana, que prometía mucho y nos ha dejado con una sensación agridulce. Con un reparto prometedor, esa bofetada de un adulto a un niño en una fiesta familiar que pone en jaque y cuestiona la razón de ser de toda la red de relaciones familiares y de amistad que aparentemente sostiene a este conjunto de personas de clase media neoyorquina, estos ocho episodios han tenido momentos muy buenos, pero también carencias y momentos de cierta mediocridad. Ha sido una serie muy ambiciosa por el número y profundidad de los temas a tratar. Las relaciones de familia, la maternidad y la paternidad, la violencia de género, la inmigración, la infidelidad, la tolerancia, la homosexualidad, la humillación pública y sus consecuencias, las relaciones de adolescentes con adultos,… sólo hablar por los principales y directamente afectados por sus protagonistas. La serie se ha centrado en uno o dos de ellos en cada episodio. Sin embargo, da la sensación de haber dejado un aura de superficialidad en todos ellos. Aquello de que quien mucho abarca poco aprieta. También ha sido irregular el trabajo del reparto, con gente muy buena y otros no tanto; algunos personajes han adquirido personalidad, pero otros se han quedado en el estereotipo. Y aunque la idea global es buena, y la sensación de círculo que parte de la visión de un joven adolescente fotógrafo que observa un mundo y unos hechos, y que tras la reflexión que deberían haber provocado los episodios intermedios, volvemos a esa visión adquirida en el capítulo final para hacer una reflexión sobre las responsabilidades de cada cual, todo ello está muy bien, por algún motivo, no acabamos de quedar satisfechos. La resolución queda como carente de algo; nos quedamos pensando si hacían falta tantos bueyes para tan poca carga. Una pena.   Había material para haber hecho algo más interesante. En principio se consideraba una miniserie, una adaptación de una novela, así que no hay que esperar continuación.

Como vemos, esta semana entre finalizaciones y cancelaciones personales, hay más salidas que novedades. El objetivo era de bajar de dos episodios televisivos de promedio al día, con algún día de tres, que no podía mantener, a tener entre uno y dos al día, con días que pueda dedicar a otras cosas, como recuperar alguna película.

Sin embargo, tengo la sensación de que no ha envejecido bien y pudo estar sobrevalorada. Desde luego Hussey hace una Julieta convincente, sin embargo el actor que hace de Romeo,... me parece flojo. Entre el reparto, un joven Michael York interpretado a Tebaldo, el pendenciero primo de la Capuleto.

Sin embargo, tengo la sensación de que no ha envejecido bien y pudo estar sobrevalorada. Desde luego Hussey hace una Julieta convincente, sin embargo el actor que hace de Romeo,… me parece flojo. Entre el reparto, un joven Michael York interpretado a Tebaldo, el pendenciero primo de la Capuleto.

[Fotografía / viajes] Fotografiando el patrimonio de la humanidad: Verona, Mantua, Modena, Vicenza,… incluso el Garda si nos hubieramos informado mejor – Fotografía y otras artes visuales

Fotografía, Viajes

Fotografiando el patrimonio de la humanidad: Verona, Mantua, Modena, Vicenza,… incluso el Garda si nos hubieramos informado mejor – Fotografía y otras artes visuales.

Hace unos meses fui publicando en carloscarreter.es, donde me centro en los aspectos más relacionados con la fotografía y las artes visuales de mi tiempo libre, algunas entradas relacionadas con fotografías de lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con posterioridad a mi viaje a Japón. Ahora, a la vuelta de unos días en Italia, toca hacer algo parecido. Porque con la riqueza cultura del país transalpino, prácticamente cada día es estar en contacto con uno de estos lugares. Los detalles en el enlace que encabeza esta entrada. A continuación, las fotos.

Verona, piazza delle Erbe.

 

Arena de Verona.

 

Centro histórico de Mantua.

 

Centro histórico de Mantua.

 

Catedral de Módena.

 

Piazza Grande de Módena.

 

Terraza de la Basílica Palladiana, Vicenza.

 

Teatro Olímpico, Vicenza.

 

Iglesia de la Santa Corona, con la orquesta sinfónica de Vicenza ensayando la Sinfonía Inacabada de Schubert.

 

En Peschiera del Garda, de haberlo previsto, podríamos haber conocido el sistema de palafitos de los Alpes.

 

El sistema de palafitos de los Alpes también tiene representación en Sirmione, también a orillas del lago de Garda. Para otra vez.

 

[Libro] La hija del sepulturero

Literatura

Sigo intentando ponerme al día con los libros leídos, y voy por uno que terminé a mediados de marzo, y que hasta ahora no había encontrado un hueco. Lo cual no viene mal, porque esta novela de Joyce Carol Oates tiene mucho sobre lo que pensar y reflexionar antes de dar opinión. Es un relato, un largo relato para lo que es mi costumbre, que nos cuenta muchas cosas, muchas situaciones, y nos describe unas evoluciones personales y sociales que dan mucho de sí. Es uno de los éxitos más recientes de la autora, de la cual comenté hace unos meses otro relato con características muy distintas.

La hija del sepulturero
Joyce Carol Oates; traducción de José Luis López Muñoz
Editorial Alfaguara, 2010
Edición electrónica

Rebecca Schwart es una joven de 22 años. Casada con un niño pequeño que tuvo a los 19, trabaja en una fábrica en el norte del estado de Nueva York. Su marido pasa largas temporadas fuera de casa. Por motivos de trabajo, se supone. Un día es acosada por un individuo elegante, que la confunde con otra mujer. La desazón que le supone este hecho le lleva a retroceder a su pasado. Los Schwart, Jacob y Anna, fueron un matrimonio con dos hijos que huye hacia finales de los años treinta del ambiente de persecución a los judíos existente en su Alemania natal. Su entorno social y cultural tenía cierto nivel antes de la llegada de los nazis. Ella era música, interpretaba al piano. Él había sido profesor en un instituto y trabajó en una imprenta dedicada a los libros técnicos y científicos. Tras una travesía en malas condiciones, con Anna embarazada, llegan al puerto de Nueva York, donde no bajan a tierra hasta que da a luz a Rebecca en un difícil parto. Una vez en el país de acogida, tienen dificultades para establecerse, y Jacob acaba encontrando trabajo como sepulturero en un pueblo del estado de Nueva York. Han pasado de una confortable clase media en Alemania a lo más bajo de la escala social en el ambiente rural de Estados Unidos. Esto será nefasto para la familia, y condicionará la vida de la joven Rebecca, que vivirá una serie de tragedias en su niñez y en su juventud que le llevarán a la necesidad de reinventarse a sí misma. Completamente. A vivir una vida que es una mentira. Para salir adelante ella, pero sobretodo para sacar adelante a su hijo.

Rebecca, la protagonista de la novela, nace a finales de los años 30 en el puerto de Nueva York, lo que la hace, al contrario de su familia, americana de nacimiento.

Rebecca, la protagonista de la novela, nace a finales de los años 30 en el puerto de Nueva York, lo que la hace, al contrario de su familia, americana de nacimiento.

Inspirada la novela por las vivencias de la abuela de la escritora, que de hecho fue hija de un sepulturero y sufrió la violencia a manos de su marido. Sin embargo, la escritora carece de toda la información sobre lo sucedido. El tema no se trata libremente en su familia, por lo que según entiendo no puede contar la historia como fue. Así que rellena el desconocimiento con la invención de unos personajes inspirados por los de la historia de su abuela, y sitúa la acción en un entorno, el norte del Estado de Nueva York.

A partir de ahí, los temas a tratar son muchos y difíciles. El racismo y la xenofobia; el miedo o el desprecio al extranjero. La pobreza y sus consecuencias. La inadaptación de las personas expatriadas a sus nuevos ambientes; el miedo a ser despreciados y las barreras a integrarse en la nueva sociedad. La violencia familiar; la violencia de género.  El descubrimiento de la sexualidad asociada al miedo y a lo desconocido. Las carencias afectivas que impiden identificar los sentimientos auténticos de los impostados. La maternidad y la necesidad de proteger al hijo deseado. El sentimiento de abandono por el hijo que triunfa que ya no necesita de la madre. Y sobretodo, la necesidad de mentir, de recrearse a sí misma, de crear una nueva vida, un nuevo pasado, unas falsas raíces, de interpretar continuamente las 24 horas del día y durante años un personaje. Renunciar a quien eres, para conseguir salir del agujero en el que has vivido desde el momento que no moriste en un nacimiento no deseado.

Un hecho que le sirve de poco, porque sufre de una falta continuada en sus primeras décadas de vida de documentación sobre quién es y cuál es su estado. No le impide sentirse extraña entre sus "compatriotas".

Un hecho que le sirve de poco, porque sufre de una falta continuada en sus primeras décadas de vida de documentación sobre quién es y cuál es su estado. No le impide sentirse extraña entre sus «compatriotas».

La novela está escrita de forma fluida y, al menos en la traducción al castellano, te lleva a una lectura atrayente y difícil. Hay pequeños y grandes dramas y tragedias a lo largo de una vida, con algunos éxitos y satisfacciones. Pero no han faltado los momentos en los que te tienes que parar y descansar durante un día para reflexionar sobre lo leído, sobre lo acontecido y su significado. Como ya se ha visto hay muchos temas trascendentes en marcha en la vida de Rebecca.

El libro termina con un intercambio epistolar entre la protagonista, ya convertida en una mujer mayor, viviendo retirada en Florida, con una prima alemana que creyó perdida y que ha adquirido notoriedad como escritora. Una sección del libro que se escribió de forma independiente y con anterioridad, pero que le da un final con mucho sentido al relato, al mismo tiempo que nos hace pensar sobre el sentido de la vida de las personas, como lo vivimos cada uno, como lo ven los demás.

Un libro muy interesante, que engancha, aunque no siempre te convenzan las soluciones argumentales de la escritora. Pero con razonable coherencia en su conjunto. En líneas generales, me parece una lectura recomendable, sobre la que me he dejado muchas cosas en el tintero. Pero es que tampoco me apetece extenderme en exceso en una entrada de blog personal, que no pretende ir más allá de comentar mis lecturas y expresar una opinión.

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Necesitará reinventarse para acabar siendo aceptada. En cualquier caso, tendremos que suponer que su entrada quedaría registrada en las oficinas de Ellis Island, que adivinamos en esta fotografía tras la isla y la estatua de la Libertad. ¿De qué libertad estaremos hablando?

 

[Viajes] Unos días por Italia, a modo de resumen

Viajes

Ayer, entre llegar a casa, poner la lavadora, ver a la familia, descargar las tarjetas de fotos, sacar la lavadora, poner otra lavadora con alguna prenda delicada, cenar algo, relajarme un poquito ante la caja tonta y desesperarme pensando que las mini mini minivacaciones se habían acabado y había que volver a trabajar, apenas me dio tiempo para subir la anécdota del vehículo anfibio. Hoy ya puedo hacer el resumen del viaje, antes de reanudar la actividad habitual del blog. Y como de costumbre, os lo cuento con fotografías.

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El punto de encuentro y el cuartel general, es decir el hotel, lo hemos tenido en la bella ciudad de Verona. Ciudad que ya conocíamos, pero que nos venía bien como centro para nuestros recorridos. Aquí vemos la bella escalera del Palazzo della Ragione de la estupenda ciudad véneta.

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Más novedosa fue la visita a la ciudad de Mantua. Sabíamos poco de esta bella población, pero parecía interesante, y así fue. Con un animado centro histórico porticado, su basílica concatedral, su palacio ducal (en la imagen) y su Palazzo Te, ambos convertidos en museos, su castillo y su lago, da para un rato más largo del que preveíamos.

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Que se compensó con el hecho de que Módena, la siguiente parada del día, aunque maja, tenía menos encanto. Con spritz incluido en la Piazza Grande, en poco más de tres horas resolvimos la visita, patrimonio de la humanidad incluido.

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Probablemente, el día más relajado fue la visita al lago de Garda. En la foto, Sirmione, coqueto pero muy turistizado pueblo en la orilla sur del lago, donde embarcamos para recorrerlo durante todo el día.

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La parte más bella del lago de Garda, desde el punto de la naturaleza es la superior, más al norte, en la que más apreciamos la orografía glaciar que le dio origen. Y hasta el también bonito pueblo de Malcesine llegamos con el barco.

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Desde Malcesine, cogimos los teleféricos del monte Baldo, que nos hicieron pasar desde algo menos de 100 metros de altitud sobre el nivel del mar hasta algo más de 1800. De los 17 ºC de Malcesine a los 0 – 1 ºC de las pistas de esquí, ya cerradas del monte Baldo.

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Ya en el barco de regreso, nos acercamos por las localidades de la orilla lombarda del Garda, donde se encuentran algunas como Saló, también muy bonitas y que acogen un turismo de más nivel socioeconómico.

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La tranquila marcha del barco nos hizo pasar ya cerca del ocaso por Garda, la ciudad que da nombre al lago.

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El sábado lo pasamos en Vicenza, ciudad que visité brevemente hace dos años. Apetecía visitar muchos de los lugares, especialmente los que debemos al arquitecto Andrea Palladio, que en aquel momento ya estaban cerrados al público. En la foto, la vistosa fachada de Casa Pigafetta.

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Visitamos una estupenda exposición en la Basílica Palladiana, con el tema de la noche en la historia del arte, y comimos también en la cafetería de este magnífico Palazzo della Ragione vicentino. Eso nos permitió pasear por las galerías y las terrazas de esta basílica civil.

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Después paseamos tranquilamente por los soportales del Corso Andrea Palladio, antes de dedicar la tarde a otros edificios de este arquitecto. En ese momento, ya estábamos invitados a cenar en casa de unas hospitalarias y excelentes gentes. No íbamos a poder dar un último paseo por Verona.

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Pero sí pudimos visitar el magnífico Teatro Olímpico, que Palladio construyó a imagen y semejanza de los teatros romanos. Y que magnífico es. Cómo me gustaría poder estar allí para los festivales de jazz que celebran en mayo. Y después de esto, una iglesia más, un palacio-museo más, unos spritzs en la Basílica Palladiana, una cena muy divertida, a dormir, y a volver a casa. Ya tengo ganas de volver.

 

[Viajes] De vuelta de Italia, el momento surrealista…

Viajes

Yo de coches y cosas del motor entiendo poco. Por lo tanto, lo que aquí os cuento, puede que para mí sea una novedad o algo extraño, y para otros no. Este campo es una cosa que nunca me ha atraído. Estuvimos en Módena hace tres días, y por todo los lados nos mencionaban la casa-museo de Enzo Ferrari, mientras que nosotros estábamos más preocupados por la cosa del «aceto balsamico tradizionale«.  Los motores de explosión y similares, los que queman árboles y dinosaurios muertos y fosilizados, siempre me han parecido chismes ruidosos y malolientes, y me pregunto qué intereses habrá en la industria para que a estas alturas no haya ya una alternativo más silenciosa y eficiente, menos contaminante y dañina. Porque capacidad para inventarla, estoy seguro que hay. Ganas de financiarla, eso es otra cosa.

En fin. No nos pongamos serios.

La cosa es que acabo de volver de una pequeña escapada por Italia. Y dedicamos un día a pasear por el lago de Garda, uno de los bonitos grandes lagos italianos. Estábamos ya navegando de regreso por la tarde, cuando el barco del servicio regular de viajeros llegó a la parada de Portese. Y mientras la gente subía y bajaba del barco, operación que contemplábamos asomados por la borda, de repente, a nuestros pies, vimos una furgonetilla en el agua. Con sus ruedas y todo. Mi primera sensación es que se hundía. Mejor os lo cuento con fotos.

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Esto es lo que vimos de repente. Yo creía que el coche se hundía. Eso parecía. Pero la pregunta era… ¿cómo narices había llegado hasta allí.

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Pronto vimos que se desplazaba por sus propios medios. Y que sus ocupantes, perro incluido, tenían más pinta de pasarlo bien que otra cosa.

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Tras pasar por el lado de estribor del barco en que viajábamos, se dirigieron a la bocana del puerto de Portese. Irían a atracar en algún lugar. Pensamos.

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Pero, no. Se dirigieron hacia el plano inclinado para sacar e introducir los barcos del agua, y se pusieron a subirlo.

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Y ya finalmente, con el tipo metido en la cabina normal de conducción del coche, se comenzó a alejar como un pequeño «pick up» cualquiera. Eso sí, con las ruedas bien limpias.