Hace unos años, ocho ya, tuve la ocasión de leer un libro que me regalaron que partía de un hipótesis que desde entonces he visto expresada de una forma u otra en una diversidad de artículos o textos.
La idea es la siguiente. Periódicamente en la historia de la humanidad, civilizaciones florecientes y muy influyentes sufren un colapso que lleva a que la humanidad sufra un retroceso demográfico, cultural, social, político… de todo tipo. El ejemplo más claro de esto es la caída del Imperio Romano. Este supuso en el siglo V de la era común un derrumbe de buena parte de la civilización mediterránea surgida bajo el liderazgo de Roma. Y fue seguida de un periodo en el que la pobreza, las enfermedades, las hambrunas y la mortalidad aumentó, con la consecuente depresión demográfica, muchas ciudades decayeron, desaparecieron muchas estructuras políticas avanzadas en favor de un sistema feudal mucho más simple, desapareciendo el concepto de ciudadanía, hubo inestabilidad política con guerras, se perdió una gran parte del conocimiento científico y de ingeniería civil, hubo un aumento de las creencias supersticiosas. La recuperación fue lenta y desigual. Al final de la edad media se habían conseguido adelantos en algunas disciplinas que mejoraban los logros del mundo clásico; arquitectura, armamento, imprenta y difusión de libros, por poner algunos ejemplos. Pero otros no se recuperaron hasta el siglo XIX o más tarde, como por ejemplo los sistemas de alcantarillado y de suministro de agua potable que tanto hacen por el control de las enfermedades transmisibles.

Muchas de las excavaciones que descubrieron y estudiaron los sitios arqueológicos con las claves de lo que sucedió en el Mediterráneo Oriental hace entre 3000 y 3500 años fueron llevadas a cabo por arqueólogos alemanes. Y muchos tesoros arqueológicos los encontramos en los museos de Berlin Mitte. No entraré a debatir ahora si es ahí donde deben estar o si deben retornarse a los países donde se encontraron. La situación del mundo complica mucho el debate. Pero en fin, si queréis haceros una idea del mundo antiguo, Berlín es un buen destino.
Pero en aquel libro, se hablaban de otras situaciones similares que se habían producido a lo largo de la historia. Se comentaban algunas otras crisis, como la demográfica del paleolítico superior, el colapso del imperio maya o la crisis de los Pueblos del Mar en el Mediterráneo Oriental, en las que una constelación de causas diversas provocan un derrumbe del estado de la civilización y la cultura humana, provocando un fuerte retroceso en su condición. Y lo que es más preocupante. Se preguntaba si determinados síntomas que estamos percibiendo hoy en día como son la crisis medioambiental, determinadas tendencias políticas y sociales, y una potencial crisis de materias primas y el comercio, no podrían ser los anuncios de un potencial derrumbe de la civilización actual, con un terrible matiz añadido. Los ejemplos anteriores, salvo la crisis del paleolítico superior, no amenazaron al conjunto de la especie humana sino a civilizaciones locorregionales más o menos amplias en extensión. Pero un crisis actual de la civilización tendría unas consecuencias absolutamente imprevisibles por sus dimensiones globales. No se trata de temer un apocalipsis, salvo situaciones bélicas de carácter cataclísmico, no podemos olvidar que recientemente se ha adelantado medio minuto el reloj del fin del mundo, sino de un derrumbe profundo de la cultura, la demografía, las comunicaciones, la ciencia y la técnica que podría durar siglos.

Todos los días recibo el boletín de Amazon Kindle Flash, en el que me proponen libros electrónicos a precios baratísimos, con descuentos de hasta el 80 %. Por menos de un euro o menos de un euro y medio puedes comprar un libro. Que muy muy muy muy de vez en cuando merecen la pena. Pero sucede. Habitualmente son libros de ficción o de autoayuda. Pero hubo un día hace unas semanas en las que propusieron una serie de libros de historia que tenían una pinta estupenda. Por ejemplo, Posguerra de Tony Judt, que ya he leído, pero que no tengo porque me lo prestaron. De repente se podía comprar por un precio ridículo, 0,94 euros, así que me lo agencié para consultarlo de vez en cuando. Y otro de los que aparecieron fue el libro que nos ocupa hoy, escrito por Eric H. Cline y traducido por Cecilia Belza. Que me costó el doble… 1,89 euros.

Este arqueólogo norteamericano se centra en las causas y consecuencias de uno de los derrumbes de la civilización mencionado. En concreto, el de la civilización mediterránea oriental en el siglo XII antes de la era común, que popularmente se conoce en ocasiones como la crisis de los Pueblos del Mar. Por haber coincidido esta crisis con la aparición en la escena histórica de las migraciones de una serie de pueblos que se conocen con este apelativo.
Hacia el final de la edad de bronce se había constituido una civilización multicultural en el Mediterráneo Oriental, que involucraba con una red de relaciones comerciales y políticas a culturas diversas como Micenas y otras civilizaciones en la cuenca del Egeo, las culturas minoica y chipriota en Creta y Chipre, Hatti, el imperio de los hititas, en lo que es hoy Anatolia y zonas adyacentes, las ciudades estados y comerciales de Canaan, y la potencia más destacada cultural, política y militarmente, Egipto. Habría además relaciones con las culturas mesopotámicas, libias y de otros puntos próximos. Este libro parte de las fuentes arqueológicas para hacer un repaso primero de la profundidad de las interrelaciones entre estas culturas, para posteriormente hacer un análisis de las causas de su caída, con el profundo vacío que se produjo y que no se pudo cubrir hasta siglos más tarde, incluso si alguna de estas culturas, como Egipto, tuvo cierta resistencia al colapso.

No voy a decir que este libro sea una recomendación de carácter general para todo el mundo. Pero si os interesa el tema… Y bueno, que si hubiera tenido que pagar los 13,29 euros que cuesta habitualmente me lo hubiera pensado dos veces. Pero, por un precio mucho más reducido, no era cuestión de pensárselo. Y se lee rápido.
