[Breve – foto] Berlin de la era comunista, Nueva York nocturno, y la adolescencia entre la candidez y la sensualidad | La Lettre de la Photographie

Fotografía

Berlin,Thomas Hoepker Pictures of East Germany.

New York, Night Vision: Photography After Dark.

Toulouse, Claude Nori The Geometry of the flirt.

Mis recomendaciones de hoy entre las novedades que nos presenta La Lettre de la Photographie. El Berlín de la era comunista, una ciudad de la que vi retazos cuando por primera vez visité la ciudad, pero de la que ya queda poco por el empeño del gobierno alemán y de sus ciudadanos de irla reconvirtiendo. En el otro polo, en el del mundo capitalista, la noche en Nueva York vista por distintos fotógrafos, varios de ellos clásicos que hay que conocer como Robert Frank. Finalmente algo totalmente distinto. Imágenes de adolescentes a principio de los años 80, con actitudes muy diversas entre la ingenuidad y la sensualidad, pero siempre con el deseo de encantar.

[Libro] Las serpientes ciegas

Literatura

Es curioso. La primera vez que hoy hablar de esta historieta fue hace un año aproximadamente cuando se le concedió el Premio Nacional del Cómic. Por aquel entonces, a mí me había empezado a picar el gusanillo de ponerme al día con el género, y salí a mis librerías habituales a buscarlo. Y no lo encontré en ninguna. Es cierto que no hice más esfuerzos. Ni hablé con los libreros para encargarlo, ni lo busqué por internet ni nada de eso. Tenía otras cosas que leer. Pero me llamó la atención, que un libro premiado no estuviera en las estanterías a la vista del público. Curiosamente, hace un par de semanas lo vi. Casi me había olvidado de él, pero me llamó la atención la portada y me di cuenta que era el mismo libro. Así que lo cogí, y aquí va lo que me he encontrado.

Las serpientes ciegas
Bartolomé Segui (dibujo) y Felipe Hernández Cava (guion)
BD Banda; Pontevedra, 2008
ISBN: 9788461249787

La acción comienza en el verano de 1939. Un individuo de extraño aspecto, pelirrojo y que viste de rojo, llega a Nueva York buscando a alguien. Alguien que tiene cuentas pendientes con su pasado; Ben Koch. Para ello se dirige a una pensión, cuyo dueño conoce a Koch. Y esperará pacientemente a que aparezca. Mientras, en una serie de flashbacks que no siguen un orden aparente, y que nos permiten conocer el conjunto de la historia poco a poco, sabremos que Koch llegó huyendo de un siniestro pasado en Detroit a Nueva York, donde se unió a organizaciones relacionadas con los partidos de inspiración comunista, que se desenvuelven entre la necesidad de la acción y la persecución policial. Allí conocerá a Curtis Ruciano, que le acabará arrastrando a marchar a Europa, donde acabará alistándose como brigadista en la guerra civil española. A partir de ahí, asistiremos a una historia de traiciones, venganzas y ajustes de cuentas, fuertemente incardinado en el estilo del género negro. Una historia que nos sorprenderá al final del penúltimo capítulo, en los montes que flanquean el Ebro a su paso por Cataluña, y que dará un giro sorprendentemente en el capítulo final que nos proporcionará la comprensión final de la historia.

He de decir que la historia me ha sorprendido por lo bien narrada que está. Con una separación por capítulos que tienen una cohesión interna y narrativa excelente, y que a lo vez nos van transportando en esos saltos en el tiempo y en el espacio, adelante y atrás, en Nueva York o en la España en guerra, de forma aparentemente caótica pero que en realidad están muy bien pensados para dar la información oportuna en cada momento para el desarrollo de la historia. Como ya he dicho, la narración es heredera del género negro, pero también tiene tonos de la historieta fantástica, sabiamente dosificados.

En lo que se refiere a la ilustración, me ha gustado bastante, y creo que lo más destacable es el buen uso del color, que nos va dando constantemente pistas de los ambientes, situaciones y orígenes de los distintos personajes. Aunque no lo sepamos hasta el final. Creo que hay una excelente correlación entre dibujos y guion. No lo sé expresar mejor. Que sólo hace poco más de un año que me tomé en serio lo de leer alguna que otra historieta de vez en cuando.

Finalmente, considerar los temas de la obra. Es posible que haya mucha gente que al oír hablar de la guerra civil se pongan en guardia y les entren reticencias. Es un tema demasiado sobrexplotado en la ficción española de cualquier género. Sin embargo, no es el tema principal de esta obra. Aquí estamos ante otros temas. Unos más generales, como la forma en que los totalitarismos en cualquier forma que se presenten son necesariamente perniciosos para las personas. Otros más personales, como el concepto de venganza, o el ajuste de cuentas, bien entre personas o con nosotros mismos y con nuestro pasado.

En resumen, una obra muy interesante, que he leído con calma pero intensidad en este largo fin de semana que acabamos de pasar, y que recomiendo a cualquiera que quiera acercarse al género literario, la historieta, que tratamos hoy.

Camino de Santiago

No faltan los personajes solitarios en esta historia, no; el caminante de la fotografía recorre un tramo del camino de Santiago entre Villanúa y Castiello de Jaca, Huesca - Panasonic Lumix GF1, G 20/1,7 ASPH.

Libros: Ciudad de cristal

Literatura

Es una historia curiosa la de cómo he acabado leyendo estos dos libros. Sí, dos. A pesar de que el título sea sólo uno. Veamos. Paseaba yo hace un par de semanas por una librería de Zaragoza perteneciente a una conocida cadena de ellas. Cuando al retirarme de la sección de libros de fotografía, pasé por la de cómics, y decidí curiosear. Y me llamó la atención ver un libro con la característica encuadernación de la colección Panorama de narrativas de Editorial Anagrama. Al principio pensé que alguien había descolocado un libro. Pero me llamó la atención que un volumen que normalmente hubiese estado expuesto en la planta calle de la librería, se encontrase en un rincón de la primera planta. Mucho recorrido para haber sido depositado por un visitante casual que se hubiera arrepentido de la adquisición del volumen. Así que lo cogí y lo hojee. Estaba bien situado. Era una adaptación al formato de historieta de una novela de Paul Auster. Me picó la curiosidad, y lo cogí para comprarlo.

Seguí mi recorrido por la librería, y bajá al sótano para mirar entre los libros de bolsillo. Una semana más tarde tenía el viaje a Colonia, y quizá viniese bien tener algún librillo previsto. Y claro. Allí estaba. La novela adaptada en el libro anterior, en la colección  Compactos Anagrama. Y me lo cogí también. Y los he leído. En el orden lógico. Primero la novela y después la adaptación.

Ciudad de cristal – novela

Ciudad de cristal
Paul Auster
Compactos, Editorial Anagrama; Barcelona, 2001
ISBN: 9788433914767

Perteneciente a la llamada Trilogía de Nueva York, es uno de esos relatos en los que el entorno, en este caso la ciudad de Nueva York, tiene un papel fundamental en el desarrollo del mismo. Se nos presenta en esta novela a un escritor, Daniel Quinn, que, desolado por la pérdida prematura de su mujer y su hijo, entra en una apatía que le lleva a dejar un lado su prometedora carrera literaria para ganarse la vida escribiendo novelas detectivescas bajo seudónimo. En esto está cuando empieza a recibir llamadas nocturnas en las que le preguntan si es el detective Paul Auster (el mismo nombre que el autor de la novela), que lo necesitan con urgencia porque es una cuestión de vida o muerte. Tras rechazar las llamadas en varias ocasiones, finalmente decide contestar y se hace pasar por el detective en cuestión. Es citado una mañana en un apartamento neoyorquino, y allí conoce a Peter Stillman y a su atractiva mujer. Stillman es una persona con discapacidades derivadas de haber sufrido en su infancia un aislamiento experimental por parte de su padre, del mismo nombre, que lo mantuvo en una habitación aislado durante casi una década. Ahora, después de trece años, su padre, que fue ingresado en una institución psiquiátrica, va a ser liberado y teme que venga a matarlo. El falso Paul Auster debe evitar este hecho. El protagonista acepta el encargo, en parte porque le intriga el asunto, en parte por el atractivo de la mujer. Y ahí comienza un extraña investigación, en la que no sólo intervienen los personajes mencionados, sino que el propio escritor, el auténtico Paul Auster, tiene una participación en la trama. En ella asistiremos a una particular bajada a los infiernos del protagonista, con lo ciudad de Nueva York como escenario fundamental.

El libro es una reflexión sobre la identidad personal, en la que distintos nombres y personalidades son aplicado a un mismo personaje, el escritor, con la consiguiente confusión ante la realidad que padece, mientras que en otras ocasiones un mismo nombre se aplica a personas distintas, bien sea la dualidad padre-hijo, bien sea el detective a quien no llegamos a conocer realmente y el escritor que se introduce en su propia novela. Particularmente reveladores son el caótico monólogo de Peter Stillman hijo cuando contrata al falso detective, y las entrevistas entre el protagonista y el Peter Stillman padre. Y muy perturbador la desestructuración personal que el protagonista sufre en el tramo final de la novela, cuando queda absorbido por la investigación, que lo desconecta de todo y de todos.

No es una novela fácil de leer, pero es indudablemente interesante, y desde luego que da que pensar un rato. No me atrevería a recomendarla a todo el mundo, pero sí a quien no tenga miedo de salirse de los caminos más trillados de la narrativa de ficción.

Ciudad de cristal – historieta

Ciudad de cristal
Paul Auster, Paul Karasik y David Mazzucchelli
Panorama de narrativas, Editorial Anagrama; Barcelona, 2005
ISBN: 9788433970831

Sobra volver a repetir el argumento de la historia. La adaptación gráfica por parte de Karasik y Mazzucchelli de la novela es absolutamente fiel al relato escrito. De hecho la gracia del experimento artístico es el ejercicio de traslación a un medio distinto de una historia con una personalidad tan particular. Y valen los mismos comentarios sobre el interés del libro que he mencionado antes.

Pero claro, hay que comentar los aspectos propios del medio. He de decir que llevo ahora alrededor de un año dedicándome a leer periódicamente alguna historieta. Y todavía no tengo todos los resortes del medio para sentirme seguro a la hora de expresar mis opiniones. Pero la sensación que me ha dejado es que casi me ha gustado más la adaptación que la novela original. Los dibujos y el guion se combinan de una forma muy precisa, con bastante economía de medios, con cierta austeridad pero con claridad, para contar una historia que ya hemos visto que es difícil de narrar, y que lleva de tras los pensamientos y los sentimientos de sus personajes, que son complejos. Pero de alguna forma, yo me he sentido cómodo con ella.

En cualquier caso, siempre me quedará la duda si me hubiese parecido lo mismo en el caso de que no hubiese leído previamente la novela. Pero eso es algo que ya nunca podré saber. En cualquier caso, el experimento realizado de leer ambas versiones de Ciudad de cristal me ha parecido muy interesante y muy estimulante. Así que si alguno se anima, ya sabe.

Colonia - Hauptbanhof (estación central)

Un momento importante es cuando el ficticio residente se encuentra con Stillman padre en Penn Station, en Nueva York; a falta de imágenes de tan emblemático lugar, valga una vista de la concurrida estación central de Colonia - Panasonic Lumix LX3

Si la cosa funciona (2009)

Cine

Si la cosa funciona (Whatever Works, 2009), 5 de octubre de 2009.

Con esta película recibimos la dosis anual de cine de Woody Allen. Después de su «trilogía» británica, que en líneas generales hemos de reconocer que tuvo un buen nivel, nos llegó el año pasado ese publirreportaje sobre tópicos hispanos que nos dejó un sabor de boca un poco amargo. Y ahora, se ha vuelto a su Nueva York querido para rodar una de sus clásicas comedias, con los temas de siempre. La muerte, el sexo, la religión (o ausencia de), etc. De hecho, podríamos decir que esta película ya la hemos visto, de una forma u otra.

En esta ocasión, el director no interpreta su eterno papel de judío creativo y neurótico. Elige a otro actor, Larry David, para ello. Nos encontramos con un físico teórico, que ya ha dado lo mejor de sí mismo en ese campo con un Nobel que cree que injustamente se le negó, y que se gana la vida enseñando ajedrez a niños. Ya mayor, con un matrimonio fracasado a sus espaldas, conoce a un chica joven, poco más que una adolescente (Evan Rachel Wood), sureña, paleta, a quien aparentemente considera de menos por las diferencias intelectuales que les separan, pero de quien se acaba enamorando y con quien se acaba casando, llegando a un estado de feliz rutina en su vida. La llegada a la ciudad primero de la madre de la chica, una estupenda Patricia Clarkson, y después del padre, trastocarán esa feliz rutina, en una serie de situaciones bastante divertidas y algunas de ellas hilarantes.

En realidad, la historia es lo de menos y muchas de las situaciones o similares ya las habíamos visto. Todo es un vehículo para exponer las ideas o las reflexiones tradicionales del director sobre sus temas favoritos, como ya hemos comentado antes. También para emitir críticas despiadadas a los sectores más intransigentes y conservadores de la sociedad americana. Y así, no podemos evitar sonreír en el diálogo que se produce mientras visitan la sala del museo de cera en la que quedan mezclados de forma curiosa Reagan, Bush, el Papa, Lady Di y algún otro personaje curioso.

Las interpretaciones son correctas, cumplen su misión, aunque sospecho que la versión doblada hace perder buena parte de su frescura. El mismo título de la película en castellano ya es una traducción «rara» del original ingles. El personaje principal habla demasiado como el director cuando actúa. Es difícil doblar el argot sureño y paleto de la chica. Pero bueno. Cumplen con su objetivo.

Resumiendo, una comedia fácil de ver, con sus ajustados 90 minutos de duración, que para qué quieres más, que satisfará razonablemente a los partidarios del director, aunque tampoco aportará nada nuevo. Le pongo un siete, con la misma nota en interpretación y dirección.

Continúo trayendo a estas entradas imágenes de mi visita a tierras portuguesas.

Enredadera

En los alrededores del Faro de Santa Marta, Cascais (Portugal) - Panasonic Lumix LX3

Almorzando en la obra

Fotografía, Historia

Desde hace unas semanas estoy siguiendo un nuevo blog que me pareció interesante. Bajo el título de La Druida de la Historia y del Arte, la autora nos ofrece pequeños artículos sobre algún acontecimiento histórico, siempre apoyados por una imagen fotográfica de la época relacionada directa o indirectamente con el acontecimiento. Lo dicho, un idea simple e interesante.

Reciéntemente, publicó la entrada titulada Prevención de riesgos laborales en la U.R.S.S. en la que se podían ver una serie de imágenes de obreros de la construcción en la antigua Unión Soviética trabajando en condiciones totalmente precarias. Las imágenes me trasladaron de inmediato a una de las fotografías más icónicas de la primera mitad del siglo XX en la que se veía un hilera de obreros almorzando en lo alto de la obra de construcción de uno de los muchos rascacielos de la ciudad de Nueva York. La propia autora hacía referencia a esta imagen, a la que había dedicado previamente otra entradilla en su blog.

Esta imagen que se ha extendido en la cultur popular en forma de carteles de todo tipo fue tomada por Charles C. Ebbets en 1932 cuando trabajaba como director fotográfico para el Rockefeller Center, en construcción en aquel momento. La fotografía se titula Lunchtime atop a Skycraper, y durante décadas aparecía en el carteles tan abundantemente vendidos al público general y en otros productos como de autor desconocido, ya que el propietario de los derechos no reconoció la autoría de la fotografía hasta 2003. Qué canallas, ¿verdad? Como curiosidad, la última versión de King Kong reproduce Nueva York basándose en fotografía de aquella época y hay una brevísima escena en la que se reproduce este almuerzo en lo alto del rascacielos.

En cualquier caso, para los aficionados a la fotografía puede merecer la pena conocer el resto de la obra del fotógrafo, bastante prolífico. Para lo cual, lo mejor es visitar EbbetsPhoto-Graphics.com.

Pocos rascacielos hay en Zaragoza, pero la Expo 2008 nos ha dejado una Torre (del agua) para desquitarnos un poquico.

Canal de aguas "desbravadas" (mod)

(Canon EOS 40D; EF 70-210/3,5-4,5 USM)