[Libro] La acusación – Bandi

Literatura

Estos días es noticia la reunión en un cosmódromo en la región de Amur, una de las más orientales de Rusia, entre Vladimir Putin, dictador ruso, y Kim Jong-un, el monarca absoluto de Corea del norte. Vamos… dos perlas. Al segundo, hubo un momento en que, por su aspecto y sus modales, nadie se tomaba en serio, pero hace un tiempo que, viéndose sus delirios, se le tiene cierto miedo. Al primero, hubo un tiempo que se le recibía de igual a igual en las reuniones de los mandatarios del mundo, como si fuese alguien respetable. Ahora da mucho más miedo que al coreano.

Cuando estuve en Corea, evidentemente estuve en la del Sur. Creo que lo más al norte que estuve fue en Inwangsan, uno de los montes que hay dispersos por la gran urbe de Seúl.

Parece claro lo que han negociado. Corea del Norte fabricará munición para matar a la población ucraniana, mientras que Rusia les ayudará a apuntar sus misiles nucleares y les mandará comido. Lo primero, seguro. Lo segundo, como sería para el pueblo, ya veremos. Y como cantaba Sabina en tiempos en los que la Rusia era la Unión Soviética, antes el riesgo de una guerra nuclear, «mientras tanto tú, cambiando de champú». Es decir, el resto del mundo preocupado por tontadas, por mezquindades, por estúpidos orgullos nacionales, que impiden las acciones conjuntas contra quienes atentan contra ese defectuoso sistema de gobierno que llamamos democracia, pero que es el menos defectuoso que conocemos.

Y cuando volvía de Estocolmo hace unas semanas, leí este libro de siete relatos que os traigo aquí, escritos por un ciudadano norcoreano que se autodenomina Bandi, nadie conoce su auténtico nombre, y más vale así, porque tiene una poderosa diferencia respecto a otros norcoreanos que han publicado en el resto del mundo. El no se ha escapado de Corea del Norte. Sigue allí. Le hubiera gustado escapar. Pero eso hubiera supuesto la muerte, o cosas peores, para sus familiares. No. No me he equivocado en la frase anterior. Hay cosas peores que la muerte.

La colección de siete relatos se escribió entre los años 80 y principios de los 90 bajos los regímenes de Kim Il-sung y de su hijo Kim Jong-Il. Y algunos de ellos podrían ser obras cómicas si no fuese por las trágicas consecuencias que lo relatado trae para sus protagonistas. Véase por ejemplo ese niño pequeño, de edad preescolar, que llora cada vez que ve un enorme retrato de Karl Marx ante la ventana de su domicilio, confundiéndolo con un Obi, un monstruo del folclore coreano… lo cual pone en grave peligro a la familia, en un entorno lleno de delatores que buscan trepar denunciando a sus vecinos. Y… no voy a extenderme en sinopsis de los siete relatos, que van desde lo absurdo a lo irónico a lo simplemente trágico.

Los relatos, su lectura, no son interesante sólo desde el punto de vista de lo que narran. De lo que podemos deducir de su traducción, tienen un alto nivel literario. Se nota que no es un ciudadano que como afición, para liberar su descontento, escribe. Es un auténtico escritor, con enorme oficio a la hora de narrar y escribir. Uno de los mejores libros de relatos que he leído últimamente. O, simplemente, uno de los mejores libros que he leído.

[Recomendaciones fotográficas] Polaroids y Corea del Norte

Fotografía

No he recopilado muchas cosas esta semana. Fundamentalmente por falta de tiempo. O porque he dedicado mucho de mi tiempo a otras cosas. Buena parte de las tardes se me han quedado reducidas a la nada en lo que se refiere a sentarme un poquito, aunque solo fueran 20 minutos, delante de la pantalla del ordenador a navegar por internet. Ni siquiera he podido avanzar mucho con mis fotos del libro de fotos del sur de Francia, ahora que ya me ha llegado impreso el de Múnich y otras ciudades bávaras. Así que, más por necesidad que por virtud, seré breve.

Las hojas de los ginkgos en Zaragoza se están poniendo feas directamente desde el color verde, sin transición por el bonito e intenso color amarillo que adquieren en otoño. Será porque con las temperaturas que tenemos, no se puede llamar otoño a lo que tenemos encima. No sé. Ayer estuve caminando un rato por la luz del atardecer.

En Lenscratch han estado de Polaroid Week. Semana dedicada a la fotografía sobre polaroids. Es curioso. Aunque el sistema que ha dado continuidad a la fotografía instantánea, el que no dejó de fabricarse en los últimos 20 años, es el Instax de Fujifilm, nunca me he encontrado con artistas que lo usen. Los habrá, sin duda. Pero no me constan. Algunos podrán decir que es por el tamaño. Pero… la Instax Wide tiene la misma superficie útil que una polaroid tradicional. Pero no es cuadrada… claro. O quizá sea las diferencias del soporte. O tal vez porque no está insertada en la cultura popular de la misma forma que las polaroids, que ya atrajeron a artistas del popart y del posmodernismo hace tres o cuatro décadas. Lo que sea.

En cualquier caso… lo publicado… es suficientemente diverso como para que algunas cosas me atraigan y otras no. Por ejemplo, me ha gustado la entrada de ayer sábado dedicada a Selwhyn Sthaddeus “Polo Silk” Terrell, que lleve fotografiando la cultura y la sociedad negra de Nueva Orleans desde hace más de tres décadas. Me ha llamado la atención especialmente que algunas de las fotos que se muestran son en formato Spectra, no son cuadradas, que lamentablemente ya no está disponible. Tengo una cámara para este formato polaroid, llamado Image System en Europa, y daba una calidad muy superior a las infinitas variantes de las Polaroid 600.

También me han gustado los dípticos, trípticos y polípticos de Rachel Portesi, utilizando diversos formatos de fotografía instantánea. desde el típico formato cuadrado de las Polaroid 600/SX-70 hasta las grandes copias de las Polaorid 8×10 (pulgadas; o sea 20×25 cm). Viendo algunas de las fotografías, especialmente las más antiguas, lamentas la desaparición de algunos de los formatos y sistemas que ya no están entre nosotros y que daban unas estéticas estupendas, y una calidad muy superior a lo que nos ha quedado.

Las polaroids en blanco y negro de Nathan Pearce son curiosas, pero no tienen el nivel de los dos anteriores. Aunque tienen una virtud innegable; son una fuente de inspiración para cualquiera que tenga una cámara básica instantánea de las que puedan funcionar todavía por disponer de película compatible o por ser nuevas, y quiera sacarle un poco de rendimiento. El resto de los días son artistas que utilizan las pequeñas copias fotográficas para intervenir sobre ellas con técnicas mixtas o alteraciones físicas o químicas, a veces con más sentido, otras con menos.

Por último, el lugar al que les gustaría ir buena parte de los fotógrafos documentales que en el mundo existen, si no todos, es Corea del Norte. Precisamente por que es difícil ir y conseguir permiso para hacer fotos. Lo que pasa es que los que van… todos trae fotos parecidas o de las mismas cosas, y acabas no distinguiendo a unos de otros. En Feature Shoot han recopilado la obra de cinco de los fotógrafos que han tenido la oportunidad de visitar el autárquico país oriental, la única monarquía inspirada por Marx y Lenin que se conoce abiertamente… aunque no me atrevo a decir que haya sido estrictamente la única. La de China no es hereditaria… pero no me atrevo a decir que las intrigas del régimen, por lo que hemos visto en los últimos días, fueran muy distintas de las de los palacios de las antiguas dinastías imperiales. ¿Cuáles me han llamado la atención?

Quizá las de Dieter Leistner, ya fallecido comparando escenas «similares» de las dos Coreas. Si es más o menos tendenciosos, vete tú a saber. Pero en algunos de los pares es ingenioso. Siempre hay que considerar las de Carl de Keyzer, que siempre incluyen no poca ironía y sátira del régimen, aunque él diga que no es su intención. Y también, por su atención al pequeño, pero importante, detalle, especialmente cuando ese detalle da humanidad a la foto, las de Tariq Zaidi, que creo que es el que mejor se acerca a la humanidad de este triste país.

[Libro] Pyongyang

Literatura

Esta es la reseña que iba a publicar ayer, pero que decidí posponer porque me apetecía hablar del meteorito de los Urales. Por cierto, que he actualizado someramente esa entrada con algún dato añadido. Y que me he pegado un buen rato viendo el vídeo enlazado en la misma, a su máxima resolución de 1080p en la televisión de 42 pulgadas. Hipnótico el resplandor del momento en que se desintegra en la atmósfera. Lo curioso es que las características del bólido sideral han podido ser muy bien caracterizadas gracias a las estaciones de infrasonidos que vigilan las actividades nucleares de Corea del Norte y otros bárbaros. Bueno, oficialmente también los terremotos, volcanes y esas cosas,… pero… El caso es que el libro que os traigo hoy tiene mucho que ver con el pequeño, orwelliano y aberrante estado asiático, única monarquía hereditaria comunista del mundo a pesar de su denominación oficial como «república popular democrática». No se puede decir más falsedades con sólo tres palabras. Por cierto, se trata de una novela gráfica. O comic. O historieta. Como prefiráis llamarlo.

Pyongyang
Guy Delisle (traducción de Laureano Domínguez)
Editorial Astiberri; 7ª edición, Bilbao, 2012

El libro tiene un carácter autobiográfico, ya que nos cuenta la estancia de dos meses del historietista quebequés en la capital norcoreana, cuando trabajó para un estudio de animación francés, y en el marco de la producción deslocalizada a países asiáticos de las producciones de cine y televisión de animación. Los choques que experimenta el protagonista son diversos. El régimen político que sólo puede estar a la altura del 1984 de Orwell, único libro que paradójicamente introduce en el país cuando llega. Los problemas de trabajar con personas con motivaciones, intereses y culturas muy distintas. La cultura de la sociedad norcoreana y el comportamiento habitual de sus gentes.

Todo ello tratado con un humor muy incisivo pero no borde. En ningún momento pretende hacer sangre. Intenta empatizar con los nativos con los que se relaciona, aunque se nota la desesperación personal por los fracasos sucesivos. No faltan las críticas a la actitud de los países del resto del mundo hacia la pequeña república/monarquia asiática, siempre impregnada de hipocresía, como suele ser habitual en las relaciones internacionales. Y desde luego, no falta el anecdotario hilarante ante las inimaginables situaciones a las que debe enfrentarse una persona procedente del extremo ideológico, social y económico del mundo como es Canadá.

Me cuesta centrarme en la historieta. Y aunque desde hace unos años me propongo no dejar de lado el género, para evitar desilusiones, procuro seleccionar mucho lo que leo. Pero en esta ocasión no me arrepiento en absoluto. De hecho, considero que la lectura pausada y reflexiva de este cómic debería ser casi obligatoria, y un complemento necesario a las obra de Orwell mencionada anteriormente. No os la perdáis. Merece la pena.

Tras la gélida realidad social norcoreana, he decidido acompañar la entrada con una foto de una fría mañana zaragozana, con el raro evento de la nieve sobre el parque Pignatelli, pero con la calidez que transporta el paseo de un niño con su padre, y con una sonrisa en sus gestos.

Tras la gélida realidad social norcoreana, he decidido acompañar la entrada con una foto de una fría mañana zaragozana, con el raro evento de la nieve sobre el parque Pignatelli, pero con la calidez que transporta el paseo de un niño con su padre, y con una sonrisa en sus gestos.

[Fotografía] Recomendaciones semanales: Nuevos números de revistas virtuales de fotografía, el duelo en Corea del Norte y algunas cosas más

Fotografía

Mal final y comienzo de año estoy teniendo. Llevo una faringitis horrible, que está en su tercer día de evolución, donde me duele todo y de todo en torno a mi enrojecida garganta. Un rollo. Así que llevo todo el día al ralentí. Funcionando en mínimos. De todos modos, a esta hora de la tarde del domingo, he decidido ponerme un poco proactivo, y hacer mis recomendaciones semanales de lo que he visto estos últimos días en el mundo de la fotografía.

Una de mis fuentes habituales, LaLettredelaPhotographie.com está un poco como de vacaciones. Y además de los porfolios del fin de semana, sólo publica imágenes festivas remitidas por los lectores. Pero tampoco me han llamado mucho la atención. Con alguna excepción. Lúdico festiva, claro.

Creciente

Mis últimas fotografías del 2011 fueron tomadas el 28 de diciembre camino del cine. La tarde estaba tranquila, y un bonito creciente lunar adornaba el cielo de un intenso azul. Aunque he preferido las versiones monocromas de las fotos (Leica D-Lux 5).

En alguna entrada ya he hablado de recopilaciones de fotos del año, así que me abstendré de esa manida costumbre en estas fechas. Y propondré una visita a una de las galerías de In Focus: The Atlantic, donde nos muestran las tremendas muestras de duelo entre los norcoreanos por la reciente muerte de su «monarca» comunista. El caso es que la llantina colectiva, que se está difundiendo por doquier a pesar de las teóricas restricciones en dicho país para tomar fotografías, adquiere un carácter que si no me atreveré a llamar cómico (o sí), al menos es surrealista. No sé. Cuanto más miro las fotos, más alucinado me quedo.

En otro orden de cosas, más mundano, el pasado día de navidad The New York Times publicó una galería de retratos de personas del mundo del arte y la cultura. Fotografías de distintos autores. No me canso de mirar el retrato de Carey Mulligan realizado por Fred R. Conrad. Estoy profundamente enamorado de esta chica. A ver si mañana estoy en condiciones y puedo ir a ver la última película que ha llegado a nuestras pantallas con en ella en un papel importante.

Estorninos

Al pasar por el Parque Grande de Zaragoza, me llamó la atención las evoluciones de un pequeña bandada de estorninos, moviéndose siempre como un unidad orgánica (Leica D-Lux 5).

Pero quizá la mayor sustancia ha venido de dos revistas virtuales, que se dedican a publicar porfolios de fotógrafos contemporáneos. En gran medida con una intención de descubrimiento, de dar a conocer. De una ya he hablado en alguna ocasión. Se trata de Fraction Magazine, y su número 34, enero de 2012, cambia su línea editorial. En lugar de traer porfolios de fotógrafos emergentes como es su costumbre, nos ofrece algunas colecciones de imágneses de fotógrafos más reconocidos pero que han influido en la fotografía del editor de la revista. Particularmente me han gustado los paisajes de Robert Adams y los retratos de Judith Joy Ross.

He tenido también la ocasión de conocer la revista Time Machine que se edita desde Australia. Sólo he podido hojear con cierto detalle el último número. Muy rico en su visión del mundo para hacerse desde un lugar tan teóricamente alejado de las rutas habituales. Pero quizá es la demostración de que el mundo se está haciendo realmente un sitio muy pequeño. Personalmente recomiendo un vistazo a los trabajos de Gilbert Bel-Bachir, Toni Greaves y Sarah Rhodes, sobre temas tan distintos como la región de Xingjiang en China, la exploración de los motivos por los que una joven de 21 años puede decidir hacerse monja de clausura en Nueva Jersey, o el mundo de los juegos en la infancia tardía, respectivamente.

Estorninos

Así que con estas imágenes me quedo; con mis problemas de salud, todavía no he tenido ocasión de hacer ninguna foto en el 2012 (Leica D-Lux 5).

[Breve – fotos]North Korea in Surprising

Fotografía

North Korea in Surprising, Multifaceted and Nuanced Views by David Guttenfelder of The A.P. – NYTimes.com.

David Guttenfelder nos ofrece algunas imágenes de Corea del Norte. Algo raro de conseguir por el férreo control que esta monarquía comunista mantiene sobre las actividades de los extranjeros que esporádicamente entran en el país. Pero sus peculiaridades éticas y estéticas ofrecen increíbles oportunidades para tomar imágenes imposibles en cualquier otro rincón del mundo.

60 años de la Guerra de Corea, y sigue uno de los muros que en el mundo han sido

Historia

Hoy hace 65 años comenzó oficialmente, por lo menos según las cuentas del mundo occidental, la Guerra de Corea. Una guerra de la que hoy en día se habla mucho menos que otras, probablemente tapada por el recuerdo de la Guerra de Vietnam, pero que en su relativamente corta duración fue notablemente brutal por ambos bandos.

Corea estuvo bajo dominio japonés hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, en el que tras la oportunista intervención soviética en la guerra con el Japón, quedó dividida en dos áreas de ocupación divididas por el paralelo 38º. A partir de 1948 quedó confirmada la división de la península coreana en dos repúblicas, una apoyada por Estados Unidos en el sur y otra por la Unión Soviética en el norte.

Si bien el régimen norcoreano habla de una agresión por parte de la república del sur, lo cierto es que el 25 de junio de 1950 tropas masivas del norte atravesaron la frontera, arrollando al ejército del sur y a sus mal pertrechados aliados estadounidenses, que quedaron en una situación precaria, sosteniendo apenas una pequeña porción del territorio en torno a Pusán. Tras conseguir estabilizar la situación, el contraataque norteamericano fue igualmente contundente y en octubre de ese mismo año habían llegado al norte de la península a punto de hacerse con el control de la misma, unificando el país bajo el gobierno de la república del sur. Sin embargo, en ese mismo momento una intervención masiva de tropas chinas volvió a empujar a los surcoreanos y norteamericanos hacia el sur, perdiendo la capital, Seul. Finalmente, hubo cierta estabilización del frente en torno al mencionado paralelo 38º. Todo ello en el plazo de menos de un año. A partir de ahí fue un mantenimiento del statu quo, hasta la firma del alto el fuego en julio de 1953. No se ha firmado la paz; oficialmente, persiste el estado de guerra.

Lo cierto es que fue una guerra extremadamente cruel y sangrienta, con un elevadísimo número de víctimas civiles, provocadas por ambos bandos. Incluso Picasso pintó su particular versión de las muertes de civiles por el ejército norteamericano. Sin embargo, tengo la sensación de que es una guerra más desconocida que otras. Entre la euforia de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial, y la turbidez de los años del Vietnam, da la sensación de que ha quedado poco entendida. No son muchas las referencias populares a este conflicto. Por supuesto, está esa delicia de filme que fue M.A.S.H., donde con mucho sarcasmo se pone en solfa la institución militar en el marco de este conflicto, y la serie derivada de ella, mucho más correcta políticamente. Hubo también algunos filmes propagandísticos por parte de Hollywood, pero de calidad muy diversa.

En cualquier caso, hace unos días el fotoblog de The Denver Post publicó una colección de 119 fotografías de aquel conflicto que merecen la pena ser vistas, y que aprovecho como excusa para recordar tan relevante hecho histórico.

En la playa de Sopot

Hoy comienzo las vacaciones; hace dos años fue en dirección a Polonia, en la imagen la playa de Sopot, este año... ya os lo contaré - Fujifilm Finepix F10