[Televisión] Cosas de series; alguna baja, alguna alta,… poca cosa de significativa

Televisión

Pues lo que comentaba en semanas anteriores. Que la temporada de verano seriéfila no está siendo muy brillante. También es cierto que no estoy siguiendo de forma uniforme las series, por líos diversos. Así que esta entrada no será muy prolija.

He dado de baja a Longmire. Son buenos actores, la serie no está nada mal en su conjunto, pero yo me canso enseguida del western aunque sea ambientado en el siglo XX. Y bastante he hecho con aguantar dos temporadas y media. Me caen bien, pero han dejado de engancharme.

Una novedad, You’re the Worst, que parece que puede ser una comedieta gamberra que anime alguna tarde de verano. Ya veremos. De momento, la añado a mi cartelera particular.

Teniendo en cuenta que solamente he tenido ocasión de ver un episodio de Masters of sex, de momento tengo que considerar como la serie de la temporada a la británica The Honourable Woman. La intriga político-criminal alrededor de Nessa Stein (Maggie Gyllenhaal) empieza a tener momentos brillantes. Incluso capítulos brillantes en su conjunto. Una trama compleja, pero bien urdida, donde no puedes dar nada por supuesto, aunque te imagines muchas cosas, y donde destacan unas interpretaciones de alto nivel. Es cierto que algunos papeles como el de Lubna Azabal recuerdan demasiado a las tramas de algún filme que protagonizó con anterioridad, pero ya digo que nos puede sorprender.

La serie que más me interesa en estos momentos se desarrolla en Londres, que aquí vemos desde Primrose Hill.

La serie que más me interesa en estos momentos se desarrolla en Londres, que aquí vemos desde Primrose Hill.

Un escalón por debajo, pero a buen nivel, está The Leftovers. El misterio de la desaparición del 2% de la población mundial es evidente que no es más que un enorme macguffin. La cosa no está en qué pasó y por qué pasó, sino en lo que les pasa a los que no desaparecieron. Momentos dramáticos, momentos estrambótico, entre el humor negro y la tragedia, pero en dosis justas y bien combinadas, con buenas interpretaciones. El episodio del niño Jesús robado ha tenido momentos estupendos también. Una de las series que espero con más ganas.

Empezó poco a poco, tímidamente, pero el drama policiaco-judicial Murder in the First con policias poco habituales y poco escrupulosos está dejando buenos momentos. Si encima contamos con el buen hacer de James Cromwell que ha cambiado King’s Landing por ser un abogado criminalista con muy mala baba, pues mejor que mejor.

Y finalmente, la serie que también empieza a tener mucho morbo con momentos muy entretenidos es Power. Los flirteos entre el traficante de alto nivel afroamericano con la agente del FBI latina que sin saberlo va a por él, han tenido también momentos muy conseguidos.

En fin. Que entre la flojera general, encontramos tres o cuatro series de interés, en medio de un panorama más anodino o de mero entretenimiento. Pues nada. A disfrutar de lo que se pueda.

Londres, desde luego, es un buen lugar para el que se junten en una misma trama judíos, musulmanes, yanquis,... y por supuesto, británicos. Algunos en la más pura tradición de los espías al servicio de su majestad, y no me refiero al petardo de 007.

Londres, desde luego, es un buen lugar para el que se junten en una misma trama judíos, musulmanes, yanquis,… y por supuesto, británicos. Algunos en la más pura tradición de los espías al servicio de su majestad, y no me refiero al petardo de 007.

 

[Televisión] Cosas de series; estado de situación a punto de empezar el verano

Televisión

Pues sí. Quizá después de muchos cierres de temporada y algunos principios de cara a la temporada de verano, quizá sea el momento de recapitular las cosas más notables de las últimas dos semanas.

Hay dos estrenos de primavera, los dos flojos, para qué nos vamos a engañar, que parece que han sido cancelados, o suspendidos, o demorados… vamos, que la emisión de su primera temporada se ha interrumpido sin que hayan terminado de emitir todos sus episodios. Una es la comedia de situación Friends with Better Lives, que la verdad es que tampoco era tan mala como parecía al principio. Fue mejorando algo con el paso del tiempo. Pero está definitivamente cancelada. La otras es el drama médico con problema psiquiátrico de fonto Black Box. Han dejado de emitir capítulos sin más noticias. O por lo menos yo no me he enterado. Tampoco sufriré por ello. Por ninguna de las dos.

Llegó una nueva serie, un drama médico, muy «original» esto lo de la gente que trabaja en urgencias. Pero con muchos protagonistas muy guapos y muy monos, con personajes que proceden todos del «aguerrido» ejército americano que se dedica a matar gentes de países subdesarrollados con «mucho sufrimiento» para «defensa de la libertad». The Night Shift se llama el engendro, y no le concedí más beneficio que el de ver la piloto.

Otra novedad es Power, un drama también con intérpretes muy macizos, en el que el «prota» es un distribuidor de drogas a lo grande que tiene como tapadera un club de moda en Nueva York. Mi impresión, tras un primer episodio, es indecisa. Nada nuevo bajo el sol, muchos tópicos, pero todavía podría salir algo bueno de ahí. Aunque no soy optimista.

Holyrood Park

Una inmersión intensa en «Game of Thrones» me hace recordar los viajes por Escocia. Algunos de sus paisajes me recuerdan a los «glenns», como este de Holyrood Park que, paradójicamente, se encuentra en la misma ciudad de Edimburgo.

Ha vuelto el shérif Longmire a la tele, y eso es siempre una buena noticia. Con nuevos problemas, con otros que lleva arrastrando desde hace tiempo, buenos guiones y buenas interpretaciones. Albricias.

Han vuelto también las reclusas de Orange is the New Black, en la que ya lo de menos es lo que le pase a la protagonista. La serie, como se puede ver en el segundo episodio de esta segunda temporada, tiene vida sin ella. Hay que plantearse que podría ser una serie que se puede ir renovando indefinidamente con nuevas protagonistas. En cualquier caso, siguen los diálogos inteligentes, los personajes interesantes, las buenas interpretacioens, y una dosis de cinismo que le sienta muy bien.

A punto de dejarno con una vacío enorme Game of Thrones, su episodio 9 de la temporada ha sido espectacular como de costumbre. Pero es que en esta ocasión en la que la acción ha avanzado más despacio que en otras ocasiones, los momentos impactantes no han faltado. Sin embargo, muchos de los mejores momentos han venido de escenas de serenos diálogos de los que no hay que perderse ni una coma. Y queda el episodio 10, que habiendo leído los libros y suponiendo por donde va, va a ser sonado también. Ya puedo decir que ha habido modificaciones en relación a la trama de los libros que le han sentado bien a la serie. Evidentemente, el medio literario y el audiovisual tienen reglas distintas y una adaptación excesivamente literal podría haber ido en contra del resultado final. Eso sí, me sumo a la queja de muchos. El actor que interpreta a Jon Snow, Kit Harington, es excesivamente inexpresivo y dada la importancia que parece tener el personaje, es uno de los lastres de la serie. Se ha demostrado en determinada escena del capítulo 9, a la que esta inexpresividad resta dramatismo. Decepcionado de ese momento. Como diría mi muy querida Ygritte (Rose Leslie), «You know nothing, Jon Snow». Esta chica merecería mejor partenaire.

Castillo de Dunnotar

Y sobre todo, castillos casi inexpugnables como este de Dunnotar.

Mientras disfrutamos como enanos de la secuela televisiva de Fargo, que en su momento merecerá un comentario más amplio, nos entretenemos con la intrascendencia de los últimos y demorados capítulos de la segunda temporada de Beauty and The Beast, y a un nivel mucho más elevado con el humor de Californication y Nurse Jackie. La próxima semana decidiré si The 100 ha sido un acierto o una pérdida de tiempo. Y cada vez disfruto más con Orphan Black, que en su segunda temporada tiene momentos sorprendentes, divertidos y muchos, muchos clones. Mi favorita, la histérica y alcohólica maruja Alison (Tatiana Maslany), que convierte la serie en una comedia divertidísima.

Y finalmente, destacar el final de temporada de Cosmos: A SpaceTime Odyssey. Considerándose a sí misma como la heredera espiritual de la producción de los años 80 Cosmos de Carl Sagan, desde mi punto de vista, la serie actual cuyo rostro amable es el científico y divulgador Neil deGrasse Tyson, está algún paso por detrás de aquella. Falta el carisma de Sagan, falta la osadía, cierta transgresión con base científica sobre la visión general del mundo, del universo y de la ciencia. Tiene un tono más conservador, hasta el punto de mezclar en algún momento ciencia y creencias. Por no hablar de las críticas sobre alguna inexactitud sobre acontecimientos históricos narrados. Durante un tiempo vi episodios de la serie The Universe, que se viene emitiendo desde 2007, con menos alaraca propagandística, y me parece superior tanto en el rigor como en los medios infográficos utilizados. Por lo menos, lo que yo vi en su momento. ¿Quiere decir esto que la serie es mala? No. Simplemente que las expectativas que levantó, especialmente por las referencias a la serie de hace 30 años, no han sido cumplidas desde mi punto de vista. No se sabe todavía si habrá segunda temporada. O por lo menos, yo no lo sé.

Castillo de Urquhart

O el de Urquhart, a orillas de Loch Ness. Bueno, en realidad, este fue tomado repetidas veces. Pero es mono.

[Televisión] Cosas de series; los «indios» están de moda

Televisión

En una semana en la que se está produciendo regresos, por ejemplo la continuación de la 4ª y 2ª temporada respectivamente de Rizzoli & IslesPerception, y otros que llegarán de aquí al fin de semana, también hay algunas novedades y algunos cierres, aunque sean en falso, que merecen ser comentados.

Definitivamente, Killer Women ha sido dada de baja del universo seriéfilo, siendo el episodio sexto el último emitido, y que se emitió saltándose alguno entre medias, resolviendo alguna trama, y dejando un cliffhanger que supongo nunca veremos resuelto.  La verdad es que la serie era muy, muy, muy, muy floja, y que el único aliciente era ver a la excylona Tricia Helfer. Pero lo cierto es que ir siguiendo esta serie tenía más de guilty pleasure que de otra cosa.

En la huerta de las Fuentes (paisajes)

Si ayer eran fotografías de los suburbios de la ciudad, hoy ya hemos salido plenamente al campo. A la huerta de las Fuentes, donde alguien quiso montar la «expo-nabo».

Y parece que están de moda los «indios». O como se denominan hoy en en día más correctamente, los pueblos nativos americanos. Los vemos todos los veranos a vueltas con el sherif Longmire, forman parte del extraño y violento universo de Banshee, y ahora nos los proponen en una nueva serie The Red Road, cuyo episodio piloto pude ver hace unos días, se estrena oficialmente este fin de semana, y que me transmitió buenas sensaciones. Ya comentaré algo más amplio conforme tenga más material para opinar. En principio, parece que el sherif local de un localidad a unos 40 kilómetros de Jersey CityNueva York, va a tener que llegar a algún pacto con un torvo lider de la comunidad de nativos americanos del lugar, ante las consecuencias de los desequilibrios de su mujer, interpretada por la interesante Julianne Nicholson, que tan buen sabor de boca nos deja en Masters of Sex o en el largometraje August.

En la huerta de las Fuentes (paisajes)

Ese domingo salí con el viejo Elmar 5 cm 1:3,5, diseño de los años 20 del siglo XX con fabricación de principios de los 50. Y que a diafragmas de trabajo normales poco tiene que envidiar a objetivos más moderno, con su cuatro únicas lentes en tres grupos. Incluso aguanta bastante bien la presencia del sol en el encuadre.

Ya que mencionamos Banshee, aparte de las palizas habituales al protagonista, que compensa con los polvos que se pega con tías estupendas, que no sé como aguante con la cantidad de cardenales que tiene que llevar por todo el cuerpo, la serie ha alcanzado nuevas cotas de nivel gore a propósito de una picadora de carne. Y mira por donde que una de las macizas oficiales de la serie, de las que no tienen inconveniente en mostrar generosamente sus encantos, Lili Simmons, ha decidido mostrarlos también con igual generosidad en True Detectives. Si es que estamos que lo tiramos. Sus cualidades interpretativas no acaban de convencerme en exceso, pero que está como un queso es indudable…

Y finalmente, entre los pilotos candidatos a convertirse en series que hace unas semanas puso Amazon a disposición del público, vi el de Transparent. Tres hermanos/as y un padre que tienen unas vidas no excesivamente bien centradas y con sus secretillos, y que es el único de estos pilotos que he visto que me ha dejado con auténticas ganas de que me sigan contando lo que pasa. A ver si hay suerte.

En la huerta de las Fuentes (paisajes)

Aunque también usé el C-Biogon 35/2,8 de Zeiss, muy nitido. Y que aún hubiera aguantado mejor el sol en el encuadre. Pero lo usé cuando la luz empezó a escasear.

[Televisión] Cosas de series; hasta la vista Longmire, hasta siempre Luther, y bienvenidos los políticos daneses

Televisión

En primer lugar las incorporaciones. En diversas ocasiones había oído buenas críticas de una drama político danés, BorgenBorgen es la palabra danesa para castillo, y es como se suele denominar al complejo gubernamental de Christiansborg en Copenhague, donde se encuentra el parlamento danés, las oficinas de su primer ministro y algún que otro órgano gubernamental. Lleva ya algunas temporadas en emitiéndose, así que voy a ver si me pongo al día hasta que empiece la temporada de otoño en serio en las televisiones norteamericanas. En su inicio, nos cuenta cómo la líder de un partido político minoritario llega al poder gracias a una carambola debida al desprestigio de los líderes de los partidos más importantes. Algunas de las situaciones políticas que he visto hasta ahora me han parecido un poco simplonas, pero la protagonista, Birgitte Nyborg (Sidse Babett Knudsen), y algunos de los personajes parecen tener bastante carisma, así que seguiré a por ella, a ver cómo evoluciona.

Ayuntamiento de Copenhague

Durante unas cuantas semanas, tocará pasear televisivamente por Copenhague. En la foto el ayuntamiento de la capital danesa.

Ya comenté que habían anunciado la no renovación de Bunheads. Un poquito de pena me dio. El caso es que a falta de una despedida en condiciones, algunas de sus más jóvenes protagonistas se han reunido para grabar, una última danza, una despedida final. Simpáticas. Os la dejo puesta.

Final de la segunda temporada para Longmire (Robert Taylor). Este western del siglo XXI en el ficticio condado de Absaroka, en las grandes praderas de Wyoming, empezó a la chita callando, se ha confirmado en su segunda temporada como una de las mejores series de televisión que nos llegan desde el otro lado del gran charco. Hemos asistido a todo tipo de intrigas y amenazas en ese peculiar microcosmos de rudos colonos y disntante cheyenes. Y nuevamente la serie ha ido ganando en intensidad conforme ha avanzado la temporada, combinando sabiamente la parte procedimental de cada episodio con las historias de fondo. La única pega que le pondría es que el personaje de la ayundate Vic (Katee Sackhoff), a pesar de tener su propia trama de fondo, ha perdido algo de fuerza y algo del sentido que tenía su presencia junto al viejo Longmire. Pero es una serie muy recomendable.

Frederiksholm Kanal

No tengo fotos del ‘borgen’ al que hace referencia el título de la serie, pero al fondo de este canal (Frederiksholm Kanal), algunos edificios soleados de la derecha, formarían parte del complejo gubernamental.

Adiós para siempre a Luther (Idris Elba). Menos mal que al final nos han permitido despedirnos también adecuadamente de la estupenda Alice Morgan (Ruth Wilson). El torturado policía británico, de métodos muy (¿demasiado?) heterodoxos se ha enfrentado a la que finalmente ha sido declarada como última temporada de la serie, con cuatro capítulos que han estado separados dos a dos por los casos externos, mientras que de fondo sufría la no menos heterodoxa investigación de un detective de asuntos externos, y en lo personal se le habría una nueva oportunidad de encontrar a alguien que le sacase de la soledad y de la senda de autodestrucción.  En líneas generales ha estado bien, aunque ninguna de las dos últimas temporadas ha llegado en mi opinión al nivel de la primera. Y es que en la  primera fue en la que pudimos disfrutar ampliamente de Alice, esa encantadora malvada que creo que es un personaje que marca diferencias. Que con su frialdad, ironía e inteligencia ofrece un contrapeso a la impulsividad y al todo corazón y tripas que es Luther. En esta última temporada hemos vuelto a disfrutar de ello. Eso sí, como una especie de deus ex-machina que en último resuelve (al menos en parte) las situaciones. El deus ex-machina no es un recurso argumental que me guste. Odio la llegada del séptimo de caballería cuando la situación es desesperada para los colonos cercados por los siux. Pero es Alice, y perdonamos por ello en esta ocasión la utilización del recurso. Echaré de menos a Luther. Pero confieso que, de quien estoy profundamente enamorado es de Alice Morgan.

Amalienborg

En algún momento, los políticos son recibidos por su majestad la reina, supongo que en Amalienborg.

[Televisión] Cosas de series; irregularidad en las series del verano

Televisión

Como ya suponía la semana pasada, pocas novedades en este principio de agosto en mi cartelera televisiva. Si la semana pasada comentaba que había iniciado la visualización de la serie policíaca belga Salamander, lo cierto es que no he sido capaz de seguir con ella, y la he abandonado.

Dejando aparte aquellas series cuya misión no va más allá de proporcionar un cierto entretenimiento, la tónica que noto entre las que tienen alguna pretensión más es la irregularidad.

Con Dexter en el ecuador de su última temporada, la sensación es que todavía no sé por donde va a tirar la misma. Ha ido saltando de una trama a otra sin que ninguna se convirtiera en principal. Quizá el regreso de Hanna (Yvonne Strahovski) anime un poco más el cotarro, porque los conflictos entre hermanos difícilmente van a dar mucho más de lo que hemos visto.

Soto de Cantalobos

Estos días atrás de calor tremendo, hoy a suavizado, me hacen añorar las tardes de otoño en las que apetece ir a caminar kilómetros sin sudar la gota gorda, como por el Soto de Cantalobos, de las fotos de hoy.

Under the Dome, adaptación de una novela de Stephen King, era uno de los estrenos estrellas del verano. Me costó entrar en ella, y luego ha tenido momentos notables. Pero sigue con altibajos y con grandes irregularidades entre las diversas tramas que se producen bajo la cúpula. Estoy lejos del entusiasmo, moderado ciertamente, que muestran muchos medios especializados en la cosa televisiva.

Otra que no acaba de coger el tono que tenía en su primera temporada es The Newsroom. Sigue siendo una serie entretenida, pero por algún motivo que todavía no he terminado de analizar, sus personajes no acaban de tener el carisma que tenían la primera temporada. O quizá sea que los personajes/actores con más carisma de la serie tienen menos minutos y menos protagonismo, en favor de la tramas de otros caracteres que no enganchan tanto. Tengo la sensación de que, por lo que a mí respecta, por ahí van los tiros. Otros harán análisis más sesudos sobre la serie, pero no deja de ser un drama con algún tono de comedia sobre una serie de gentes.

A dos capítulos para su final, la Guerra de las Dos Rosas vista desde el punto de vista de las mujeres que nos presenta The White Queen, se mantiene a un nivel aceptable sin llegar nunca a la brillantez, salvo en la vistosidad de la adaptación a la época. En cualquier caso, en estos últimos capítulos, en los que supongo que asistiremos  al transcurrir del reinado de Ricardo III y el ascenso al poder de los Tudor, tiene que competir con la impresión que de ese drama dejó en mi hace ya tiempo el Ricardo III de Shakespeare en sus diversas versiones. Mala comparación.

Soto de Cantalobos

Durante el verano, aparte del agobio y la dura luz que hay hasta muy tarde, se te comen los mosquitos y todo tipo de bichos.

Y las dos series que me parece que mantienen su tono habitual son Longmire, que al igual que en la primera temporada va cogiendo carrerilla para ir ganando en intensidad, en este western moderno en las llanuras del medio oeste americano, y Futurama que a pesar de los años que lleva danzando, sigue manteniendo un buen tono y diversión. Probablemente, el secreto de ambas series es que ofrecen exactamente lo que prometen. Y ya decía Sabina que si dos no se engañan, mal puede haber desengaños.

Por último, el runrún internetero televisivo ha sido el anuncio del actor que será la duodécima reencarnación del Doctor a partir del especial de Navidad. Lo que desconozco, no lo he investigado, si protagonizará ya dicho especial o si hará su estelar aparición al final del mismo. Muchos comentarios y entusiasmo oigo sobre el nuevo Doctor. Lo cual no entiendo, porque sin conocer todavía cómo será la personalidad del nuevo Doctor… ¿cómo podemos saber si nos gustará? Como curiosidad, cierto episodio del principio de la temporada 4 de la era actual, The Fires of Pompeii, habrá de estar sometido a observación continua. La anterior compañera del doctor, Amy Pond (Karen Gillan), tenía allí un papelito. Y Peter Capaldi, la 12ª encarnación del personaje principal, también.

Soto de Cantalobos

Pero bueno, todo es cuestión de esperar unas semanas, a ver si desaparecen los rigores del verano en el valle del Ebro.

[Televisión] Cosas de series; despidiendo familias de todo tipo, y lo floja que pinta el verano

Televisión

Con la mayor parte de las series que nos han acompañado en la temporada 2012-2013, queda finiquitar por aquí alguna cosa, y algún comentarios sobre alguna novedad.

De las novedades relacionadas con el verano que se nos viene encima, he probado dos comedias de situación. Una la he abandonado al segundo capítulo. Ya hablé de ella la semana pasada, The Goodwin Games, y salvo que la chica es mona y la habíamos visto en alguna serie previa, nada de interés. Fuera. La otra, con Anne Heche al frente como una despendolada y calamitosa esposa, madre y amiga, que de repente tras estar a punto de morir atragantada siente que le habla una especie de dios, y que tiene que arreglar las cosas. Se llama Save Me. Tampoco promete mucho. No pinta bien la temporada de verano.

Nos resarciremos porque han vuelto las aventuras de cierto sheriff de las grandes praderas, Longmire, y que ha vuelto con un muy buen episodio inicial en su segunda temporada. Espero grandes cosas de esta serie que el año pasado fue de menos a más, dejando muy buen sabor de boca.

Paisajes urbanos

Hace unos días le cacé el soviético Industar-22 50/3,5 a la Olympus OM-D E-M5; que dura la lucha contra la pérdida de contraste por reflejos internos. Parque Pignatelli.

Paisajes urbanos

Y si el motivo que queréis fotografiar tiene abundante detalle, ni se os ocurra ponerlo en el borde del fotograma. Parque de la Memoria.

Me he puesto también con una serie suecodanesa que ha recibido cierta atención estos meses atrás. Bron/Broen, el puente en sueco y danés respectivamente, nos va contando el caso de un asesino en serie, con ínfulas de justiciero social, y cuyo primer crimen sucede en el puente del Oresund, que une ambos países nórdicos. De ahí el título. Estoy viendo a episodio por día, por lo que la semana que viene os cuento más y mi impresión global. Pero de momento me tiene muy enganchado.

También he visto la corta temporada inicial de Rectify. Los primeros siete días tras la salida de la cárcel de un reo condenado a muerte, y que después de diez años, su caso es revisado y sale en libertad. Con unos problemas tremendos para estar en el mundo real. Que además está en el profundo sur de los Estados Unidos, que parece que no es el lugar más acogedor. Dos cosas; no sabemos si fue o no responsable del crimen por el que se le condenó inicialmente y, la verdad, no importa. Excelentes interpretaciones, principalmente de su protagonista, Aden Young, y su interrelación con la guapa mujer de su hermanastro, Adelaide Clemens, que además es una cristiana integrista. Esta chica que parecía que iba en papel menor, ha tenido algunos de los momentos más morbosos de la serie. La vimos en Parade’s End. Muchas ganas de que vuelva.

En el lateral de Helios

Ya que hablamos de puentes, estuvimos dando un paseo, a cuenta de mi convalecencia, entre los puentes del Ebro. Por el de Santiago no pasa el tren como en el del Oresund, pero no falta el tranvía.

¿Qué sujeta qué?

Luego, mientras nos tomábamos algo al resguardo del viento, nos preguntábamos si el puente de la Almozara sujeta a los troncos arrastrados por el río,… o es al revés. Esta posibilidad nos dejó un poco inquietos.

Se nos ha ido también la cuarta temporada de Modern Family. Qué decir de esta serie que no esté dicho ya. Aunque quizá ya no sorprenda tanto, sigue siendo una de las series más inteligentemente divertidas de la televisión actual, con su elenco aparentemente en constante estado de gracia interpretativa. Puesto que todos ellos nos han ido dando muestras en temporadas anteriores de su personalidad y cualidades, quizá este año haya tocado la revelación de Lily (Aubrey Anderson-Emmons), la pequeña de la familia si no contamos al recién nacido. Momentos hilarantes. Y sobre todo aquel dunphysmo, en aquel memorable capítulo en el que Phil (Ty Burrell) aleccionaba a su hija univesitaria:

Success is one percent inspiration, ninety eight perspiration and two percent attention to detail.

El éxito es un uno por ciento de inspiración, un noventa y ocho de sudor y un dos por ciento de atención al detalle.

En dos palabras, im-presionante.

Finalmente, me enteré el otro día, que para el otoño próximo se nos viene encima una serie titulada Resurrection. Y al conocer la línea argumental, me pregunté si sería un adaptación norteamericana de la francesa Les Revenants. No me ha quedado claro todavía, pero tenía guardada esta última, porque cuando la vi, aunque me gustó, sentí que por falta de concentración me había perdido cosas. La he vuelto a ver. Es buena. Mejor de lo que parece. Y efectivamente hay que poner mucha atención para no perderse detalle.

Qué bruja más pícara

En ese mismo paseo nos encontramos con esta pícara brujita, que seguro que no sería del gusto de los paletos del Profundo Sur de Rectify… pero a nosotros nos pareció la mar de bien.

Diálogo de ranas

Y finalmente, uno de los logros de los apaños de la expo fueron las ranitas de Ranillas. Qué simpáticas. Aunque la mayor parte hayan quedado escondidas por la vegetación… ¿no? ¿O las quitaron? No sé. No me importa.

[Televisión] Cosas de series, finales de temporada por doquier… unos más interesantes y otros menos, y otros que no lo son en realidad

Televisión

Pues sí. en los últimos quince días ha habido hasta cuatro aparentes cierres de temporada. Si bien es cierto que uno parece que no lo es, aunque lo trataré como si lo fuese. Entre el final de las olimpiadas y mi viaje a Ginebra de la semana pasada, he tenido que priorizar estas series para comeentarlas hoy. Y menos mal que ahora no estoy siguiendo muchas de ellas, porque si no llevaría un atasco imposible. Pero al grano. En el orden en que han terminado.

Common Law (1ª temporada)

Serie policiaca procedimental, con la típica pareja de policías muy distintos y aparentemente incompatibles (Michael Ealy y Warren Kole), que se ven obligados a convivir tras un incidente que no se nos cuenta hasta el último capítulo de la temporada, y además tienen que asistir a las sesisiones con una atractiva e inteligente terapeuta (Sonya Walger). Lo peculiar es que la terapeuta está especializada en terapia de parejas, y que el resto de los asistentes al grupo de terapia son matrimonios o parejas con problemas, y ese es el enfoque que se les da a los problemas de los policías. Mezclando humor y drama, la serie ha transcurrido sin demasiados sobresaltos ni sorpresas, entreteniendo razonablemente, y sólo hemos hechado de menos más presencia de Walger que daba un poco más de glamour a la serie.

No tengo claro si seguiremos viéndola o no. Si vuelve no pasa nada, pero si no vuelve, tampoco.

Longmire (1ª temporada)

Aunque situada en la época actual, en algún lugar del estado de Wyoming donde conviven como pueden comunidades blancas y nativas americanas, rodada como un western crepulscular está esta historia de Walt Longmire (Robert Taylor), quien ejerce como puede de forma heterodoxa com shérif del lugar. Sus principales ayudantes son Vic Moretti (Katee Sackhoff), una policía trasladada al oeste siguiendo a su marido, y a Branch (Bailey Chase), un joven arrogante, que le disputa el puesto de shérif, y además tiene a sus espaldas una aventura con la hija de Longmire, Cady (Cassidy Freeman). El protagonista le da al alcohol, sus métodos son heterodoxos, y está amargado por la muerte de su esposa una año antes en circunstancias no claras. Cuenta con su amigo Henry Standing Bear (Lou Diamond Phillips), un nativo americano que siempre está ahí para él, y que le sirve de puente cuando tiene que llegar a esta otra comunidad.

Tras unos primeros episodios en los que la acción y los personajes avanzaban dubitativamente, poco a poco empezaron a definirse los perosnajes, a materializarse las tramas transversales a los episodios, y a ser algo que me apetecía mucho ver durante las semanas de este verano. Parece ser que está renovada por otra temporada. Supongo que la veré. A mí me ha gustado.

Political animals (1ª temporada)

Ya lo comenté en su momento. Es la historia de Elaine Barrish (Sigourney Weaver) que fue primera dama de los Estados Unidos durante el mandato presidencias de su marido Bud Hammond (Ciarán Hinds), y que cuando fua a por la presidencia ella misma, fue derrotada en las primarias por un joven y dinámico candidato Paul Garcetti (Adrian Pasdar), que luego la nombró secretaria de estado. ¿A qué a mucha gente le suena esta historia de algo? Sólo faltaría que Garcetti fuese negro y viviese en Chicago. Tras Elaine está la periodista Susan Berg (Carla Gugino) que en su momento ganó prestigio amargándole la vida por soportar las infidelidades de su augusto marido. Durante seis capítulos hemos presenciado como se alternavan los dramas asociados a la acción política con los problemas, profundo, familiarres e los Hammond-Barrish.

He de decir que la serie ha sido irregular, pero dentro de que ha mantenido un buen nivel. Cuando se centraba en las intrigas políticas y periodísticas ha rayyado a muy alto nivel, mientras que cuando se ha convertido en un culebrón familiar ha sido francamente mucho más floja. En cualquier caso, todos sus intérpretes, especialmente los más destacados son de muy alto nivel, y son la principal razón para ver con ganas esta serie, que además es cortita. El piloto es buenísimo. Engancha.

Probablemente renovará. Y yo la veré. A pesar del muy, muy, muy previsible capítulo final de la serie.

Bunheads (1ª temporada)

Quienes hayan leído otras entradas en este Cuaderno de ruta en las que haya hablado de esta serie, sabrán que me gustó mucho cuando empezó, y mostré no poco entusiasmo. Recordaba no poco a Gilmore Girls, me gustaba mucho su carácter protagonista Michelle Simms (Sutton Foster), y también su»suegra» Fanny (Kelly Bishop), con quien mantenía unos notables diálogos y situaciones. Las chicas bailarinas me parecía más flojitas. Y los excéntricos vecinos de la ficticia Paradise, prometían. Lo cierto es que en los siguiente capítulos ha tenido altibajos. La protagonista me sigue pareciendo un encanto, aunque las interacciones con Bishop disminuyeron mucho, quitando chispa a la serie. Las tramas asociadas a las adolescentes, se han ido animando hasta convertirse en soportables, siempre teniendo en cuenta que son eso, adolescentes americanas.

Se parece mucho, tiene un estilo similar a Gilmore Girls, pero no ha alcanzado con la misma rapidez el altísimo nivel de divertimento que consiguió aquella. En cualquier caso, se ha publicado que los diez capítulos vistos, no agotan la primera temporada. Que habrá más dentro de unos meses, y que entonces se decidirá si renuevan por una segunda temporada. Pues veremos entonces. Yo de momento seré fiel a la segunda media primera temporada.

Termino recordándoos que voy elaborando el Diario de Viaje de Ginebra 2012, que ya tiene varias entradas, que podéis visitar. Y que aquí os dejos algunas de las imágenes que allí aparecen. En concreto las empinadas Escaliers du Marché de Lausana.

Escaliers du Marché

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Escaliers du Marché

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Escaliers du Marché

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Escaliers du Marché

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[Televisión] Cosas de series,… y lo surrealista de las retransmisiones olímpicas

Deporte, Televisión

Pocas novedades con respecto a la semana pasada. Las series, no muchas de las que estar pendientes este verano, las llevo al ralentí. Y más esta semana en la que la «sesión de noche» la dedico a los Juegos Olímpicos, fundamentalmente a las pruebas de atletismo. Por dejar las cosas claras. La semana pasada mostré mi admiración por uno de los personajes femeninos de The Newsroom, la analista económica Sloan Sabbith (Olivia Munn), que si en la semana anterior mostraba su lado dramático, en esta, con menos protagonismo mostraba buenos destellos de su capacidad para la comedia. Con éxito. Y lo sigo diciendo, está como un queso. Guapísima. Merece muchos más minutos que la sosa de Maggie (Alison Pill). Incluso la amiga de esta Lisa (Kelen Coleman) merece más minutos que la sosa en cuestión. Pero bueno, como véis, anecdótico.

Apoyar mi opinión de hace unas semanas, que el drama policiaco tipo western moderno, Longmire, ha ido creciendo en intensidad y en interés conforme ha avanzado su primera temporada y ahora, a punto de terminar, me va a saber a poco. Pocas cosas novedosas más que contar.

No todo es deporte en Londres; también hay cultura, como los museos,… o depósitos de expolios de tierras ajenas como el British Museum… Si ya conozco las razones de los británicos para decir que no es un expolio sino otra cosa… ya.

Pero volvamos a los JJ.OO. de Londres. Ya comenté también mi decisión por optar por las retransmisiones de Eurosport HD por la excelente calidad de las imágenes en alta resolución. Y también por la variedad de disciplinas deportivas que he podido ver, aunque sea en pequeñas dosis. No penséis que me estoy tragando muchas horas de juegos. Ni mucho menos. Alguna cosita por la tarde después de comer, y por la noche después de cenar la retransmisión de atletismo. Pero bueno. Aún estoy ahí. Los que tengo más dudas de que estén ahí, o en el mundo en general, son algunos de los comentaristas. Que confirman mi teoría de que lo peor de las facultades de periodismo debe ir a las secciones de deportes. Bien. Algunas perlas.

Se supone que saben inglés, pero de vez en cuando meten la gamba que da gusto. Por poner un ejemplo, no se han enterado que el lugar de las pruebas de tiro, The Royal Artillery Barracks, es el «Cuartel de la Artillería Real» y no el «barracón de artillería». Es por poner un ejemplo.

Un comentarista se metió en un berenjenal con el país de Bielorrusia, la «última» dictadura de Europa, lo cual es ser muy benevolente con algún otro régimen de la zona. Más o menos empezó a hablar de este país como la «Rusia Occidental», redondeándolo con la versión inglesa del término «Western Russia». Suponiendo que «Rus» y «Rusia», en los idiomas eslavos del lugar, fueran equivalentes como hacemos en español, lo cual no está claro, el país no sería la «Rusia Occidental» sino la «Rusia Blanca». Al ratito de meterse en este fregado, así como de pasada, aplicó este apelativo al país. Quizá alguién le dio un toque. O alguno de sus seguidores en Twitter de los que tanto presumen. Quizá este dato no sea del conocimiento del público en general, pero en un periodista que transmite unos juegos olímpicos,…

El Old Royal Naval College en Greenwich no está muy lejos de The Royal Artillery Barracks.

Creo que fue el mismo periodista, que en el momento de entregar las medallas de los 100 metros vallas femenino, empezó a hablar del Waltzing Matilda, canción popular tradiciona australiana, país de la ganadora, que ha sido propuesto en alguna ocasión como himno del país oceánico. Hasta ahí, pase. Pero coge y va y empieza a compararlo con el Paquito el Chocolatero. Una canción que, aunque muy popular, es profundamente nostálgica y canta algunos valores sobre la justicia social comparado con un pasodoble pachanguero de los de bailar en bodas y fiestas de pueblo, cuando vas bien servido vinorro y licores espirituosos. Esto es estar en lo que se está. Esto es tener sentido de la proporción y conocimiento del mundo… Por cierto, que la «matilda» de la canción no es ninguna señora, que la expresión «waltzing matilda» es sinónimo de vagabundear. Pero esto ya es mucho pedir.

Pero pasemos a lo políticamente correcto/incorrecto. No es que yo sea un fanático de lo políticamente correcto; a veces, tapa otras miserias y desigualdades que convendría dejar explícitas. Pero en general reconozco la necesidad de convivir en paz, y de no arremeter verbalmente contra el prójimo con comentarios que pudieran ofenderlo. Pero no hay que preocuparse, que para eso tenemos al comentarista, no sé si es el mismo u otro, no me quedo con los nombres, que a una chica norteamericana que compite en halterofilia, en la categoría de más peso, más de 75 kilogramos, pero que evidentemente padece una obesidad mórbida ya que acreditaba un peso corporal de más de 160 kilogramos, va el tío y empieza a decir que mira tú que suerte que en esa categoría de competicía la chica podía comer lo que quisiera, que qué feliz, que qué bien… No como las de las categorías inferiores que tenían que vigilar el peso. Y que se notaba que le gustaba menear el bigote… Yo no podía dar crédito a los sonidos que llegaban a mis oídos. De verdad. Sobretodo porque no creo haber escuchado en la competición masculina comentarios similares. Totalmente fuera de lugar. Catastrófico. En cualquier caso, también sería interesante hablar de cuándo el deporte no lleva aparejado el famoso «mens sana in corpore sano».

Tomando unas pintas o lo que sea en Covent Garden; si tomas muchas te arriesgas a terminar cantando el «Waltzing Matilda». O peor, bailando el «Paquito el Chocolatero».

Claro, en un tono no muy distinto, en los lanzamientos de objetos más o menos pesados en el estadio de atletismo, lo que en las competiciones masculinas eran demostraciones de fuerza o potencia, en las femeninas de repente se convertía en «mira tú que bestia», «pero será bestia» o similares. Y no voy a entrar en otros comentarios sobre el físico de las competidoras.

Otros fregados en los que se han metido con frecuencia han tenido que ver con los conceptos de raza/genética. En los últimos años,… décadas más bien,… los atletas de origen africano, han sido los dominadores de muchas pruebas atléticas. Y aquí me refiero tanto a los del África subsahariana, a los del norte de Africa, o a los descendientes de esclavos llevados al caribe o a Norteamérica. Lo que vulgarmente se denomina en la calle «negros» y «moros». Analizar porque esto es así es complejo, por la variedad de factores sociales, económicos, culturales, e incluso tal vez biológico, sólo tal vez, que llevan a ello. Pero esto no ha impedido para que hayan abundado los comentarios pseudocientíficos, sobre genética. Lo cual sorprende dada la relativamente escasa variabilidad genética de la especie humana que hace que el concepto de raza sea dudosa aplicación en esta especie. Pero ya, cuando el comentarista se pone a dar alaridos de alegría porque en una prueba ha ganado un blanco, en un ejemplo sorprendente e inapropiado de chovinismo «racial»… De verdad… ¿Tanto cuesta ignorar el color de la piel del atleta y simplemente aplaudir cuando lo hace bien y lamentarlo cuando las cosas van mal?

Estos son ejemplos. No me he dedicado a llevar un diario de gazapos e incorrecciones. Es simplemente de lo que me acuerdo. Ha habido más. No sé. Creo que los medios deberían meditar y cuidar un poco a quien contratan. Porque creo que los espectadores merecemos otra cosa. Aunque algunas veces te partas de risa por lo kafkiano de los comentarios. Otras veces, maldita la gracia que hace.

Qué queréis que os diga, visto lo visto, viva el Londres multiétnico.

[Televisión] Repaso al panorama de series veraniegas

Televisión

Después del monográfico de ayer dedicado a Eureka, y después de saltarnos un jueves esta sección semanal dedicada al cine en pantalla pequeño, haremos un recapitulación de algunas novedades, y algunas cosas de lo que estoy viendo.

En primer lugar decir que he seguido una sitcom sin pena ni gloria sobre cuatro compañeros de trabajo que básicamente hablan de mujeres, y poco más. Porque era una sitcom de 20 minutos que viene bien para rellenar algún rato tonto, porque por lo demás no era muy interesante. Su título, Men at Work. Dicen que ha renovado para el año que viene. Ya veremos.

Estreno de Perception, en la que un agente del FBI (en este caso, chica, pequeñita y mona), colabora con un experto (en este caso psicólogo académico, que da clases en la universidad). ¿A que suena el argumento a un millón de series actuales procedimentales? Se supone que la novedad es que el experto es una especia de «mente maravillosa«, película que no me gustó. Es entretenida tirando a floja. No sé si durará mucho.

Han vuelto los chicos de White Collar. Estos son un valor seguro. Así que me entretienen bastante una vez a la semana.

Estreno de Political Animals. Miniserie de contenido político, basada claramente en la figura de Hillary Clinton. Lo bueno es el reparto, con Sigourney WeaverCarla Gugino a la cabeza, aunque esta puede que sólo salga en el piloto. Que guapa está siempre la Gugino, siendo una actriz más que decente. Y que bien lo hace la Weaver. A mí me ha interesado y la seguiré con ganas.

Hay una serie, un western moderno, con shériff de hoy en día en algún lugar perdido de las grandes llanuras norteamericanas, cerca de las Rocosas, que a lo tonto se ha hecho un hueco fijo y gustoso en mi caja tonta. Se trata de Longmire. Y sin ser deslumbrante tiene su puntito.

Bunheads es la comedia cuyo principio me encantó. Ya está comentado. Ahora está en una fase tranquila, donde lo fundamental son los diálogos de sus dos actrices protagonistas. Realmente buenos. Pero quizá debería avanzar con más garbo. Y las adolescentes bailarinas no acaban de enganchar. Menos bien de lo que pensaba, pero razonablemente bien.

Dicen que The Newsroom está teniendo críticas encontradas en su país de origen. A mí me está encantando. Especialmente por sus dos protagonistas. Sin embargo, se deslizó en la pantalla de mi ordenador una información que puede suponer un vuelco absoluto en lo que se refiere a de qué va a tratar en el futuro la serie. No me gustaría que mis sospechas fuesen fundadas, pero tengo un par de indicios que me hacen sospechar. Por cierto, entre las secundarias del reparto, qué guapa es Olivia Munn. Y fue divertido ver a Jane Fonda en un episodio. Aunque creo que la voy a odiar.

Y bueno, hay alguna cosita más por ahí, pero ya vale por hoy. Voy avanzando, más lento de lo que yo pensaba con mi diario de viaje a Noruega. Pero ya hay fiordos majestuosos por ahí. Os dejo alguno. Y algún tren y paisajes majos. Mientras, en un podcast de Jazz porque sí, estoy escuchando un concierto de Shelly Manne absolutamente estupendo.

Navegando por el Nærøyfjord

Salto de agua en las paredes del Nærøyfjord.

Navegando por el Nærøyfjord

Navegando por el Nærøyfjord.

Saltos de agua desde el ferrocarril de Flåm

Salto de agua bajo la estación de Myrdal, visto desde el tren del ferrocarril de Flåm.

Saltos de agua desde el ferrocarril de Flåm (Kjosfossen)

Saltos de agua desde el ferrocarril de Flåm (Kjosfossen).