[TV] Cosas de series; cuando una galaxia muy muy lejana se pone seria

Televisión

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia está de moda como escenario de dramas de ciencia ficción, y ha acabado siendo parte del Senado Galáctico en Coruscant. Para algo tendrían que valer las «calatravadas».

Hasta cierto punto, esta entrada casi se podría considerar una segunda parte de la última que publiqué sobre series de televisión. Hasta cierto punto. Distopías y esas cosas. Lo que pasa es que en esta ocasión no miramos a un futuro más o menos cercano. En mayo de 1977 ya quedó claro en la pantalla de los cines que estamos hablando de cosas que sucedieron hace mucho tiempo en una galaxia muy muy lejana. Sí. Estamos hablando del universo Star Wars, y nos vamos a centrar en la serie cuya segunda y última temporada se terminó de emitir recientemente. Andor, probablemente,… o sin probablemente,… la mejor serie que se ha realizado sobre este universo, y probablemente… o sin probablemente,… lo mejor de esta franquicia desde el estreno de The Empire Strike Backs en 1980.

Cuando Disney decidió quemar la marca para amortizar los costes de adquisición de la franquicia estrenando una película al año, alternando las del tercer ciclo principal con historias de otros personajes y acontecimientos en el mismo universo, en diciembre de 2016 se estrenó Rogue One: A Star Wars story. El personaje principal de la película, el que ocupaba la mayor superficie del cartel anunciador, era Jyn Erso (Felicity Jones). Pero aunque pese a la voluntariosa interpretación de la protagonista, la franquicia nunca ha sabido muy bien qué hacer con sus personajes protagonistas femeninos. Fíjense ustedes en la endeblez del desarrollo de Padme Amidala. Incluso la princesa Leia tuvo momentos en que andaba un poco despistada en esta historia. Y además, como se ha podido comprobar, muchos aficionados a la franquicia, especialmente en Estados Unidos, han resultado ser unos cazurros machistorros. Es una ironía que entre los aficionados de una franquicia que nos habla de una rebelión contra una tiranía fascista, haya tantos que parece que salen de las filas del MAGA en lo que se refiere a su actitud hacia las protagonistas femeninas. Aquella película no estuvo mal, pero tenía no pocas debilidades en su desarrollo, mereció mejor guion y realización, y además quedó marcada por las horribles presencias del Gran Moff Tarkin y de la joven Leia Organa generadas por ordenador. Tras terminar la serie que nos ocupa hoy volví a verla… y me horroricé más todavía.

Así pues, a la hora de generar una precuela que nos hablara de los inicios de la rebelión, se fijó en el siguiente personaje principal; Cassian Andor (Diego Luna). El melancólico capitán rebelde que va un poco por libre y acaba montando la de Dios es Cristo para justificar la difusión de los planos de la Estrella de la Muerte. Por cierto, ¿siendo una transmisión de radio el modo en que la remitió a la flota rebelde, de verdad que sólo la captó una de las muchas naves que había por allí, desde la que fueron incapaces de trasmitirla a otras, y tuvieron que llevar los planos en mano en la famosa corbeta coreliana que fue atrapada por Darth Vader haciendo prisionera a la princesa Leia? Tremenda debilidad en el argumento. Pero vamos a lo que estábamos. Hace unos años nos anunciaron una serie centrada en el bueno y melancólico Cassian, llegando a decir que necesitaría cinco temporadas para desarrollar la historia. Han sido sólo dos. Y realmente… no hacían falta más.

Sip. Una para conocer a Cassian, la otra para desarrollar la chicha de la historia. Las aventuras de Cassian Andor nos sirven para presentarnos esos inicios de la rebelión, con algunos personajes ya conocidos por los largometrajes del ciclo principal, como Mon Mothman (Genevieve O’Reilly) o Bail Organa (Benjamin Bratt), y algunos nuevos como el imprescindible Luthen Rael (Stellan Skarsgård), una de las almas de la historia, junto con su adoptada «hija/discípula» Kleya (Elizabeth Dulau), uno de los personajes que merecerían más protagonismo en este cotarro. Una rebelión lejos de aquella que se nos presentaba en la trilogía original, un grupo de alegres proscritos al más puro estilo Robin Hood, siempre valerosos, unidos y de frente. Aquí tenemos disputas, desconfianzas, diferencias en las estrategias, dudas, y mucho barro. Es todo más real. No entraré a comentar mucho la parte imperial… porque es la más fácil. Es fácil tipificar un totalitarismo de tipo fascista, para el que no hay más que tirar de receta. Los fascismos están todos cortados por el mismo patrón y hacen lo mismo. Lo que es complicado de definir es una democracia. Porque la tendencia al «lado oscuro», no de la fuerza, sino de la ética y la política es preponderante en todos los bandos. Y si no, vean los telediarios… si es que a estas alturas se fían de ellos.

Es la misma galaxia de siempre. Pero por mucho que los rebeldes de vez en cuando repitan el típico latiguillo «Que la fuerza te acompañe», aquí no hay «fuerza», no hay magia, hay chabisque material, barro político. Al final nos quedamos más con ese «Tengo amigos en todas partes», como auténtica contraseña de esperanza, de que en cualquier lugar hay alguien, muchos o pocos, dispuestos a remangarse realmente para responder al fascismo. Aunque haya que perder algo de pureza en el proceso. Pero es que a los fascismos no se les vence con remilgos. Afortunadamente, no han sido cinco temporadas, y han realizado esta segunda temporada de la serie, con varios episodios con carácter realmente antológico. No sé que les ha pasado en Disney… después de tanto bodrio, se han debido despistar y han debido dejar esta serie en manos de alguien competente. Por cierto, ver Rogue One después de terminar la serie resulta raro… porque todos los actores comunes… tenían diez años menos.

[Cine] Dune: Part Two (2024)

Cine

Dune: Part Two (2024; 13/20240225)

Cuando comenté en septiembre de 2021 la primera parte de la adaptación de la novela homónima de Frank Herbert realizada por Denis Villeneuve, lo dejaba muy claro. Aquella película, larga película, estaba realmente muy bien hecha, y tenían interpretaciones muy notables,… pero estaba tan inacabada que no podía manifestar entusiasmo final real alguno. Su carácter de presentación, de puesta en marcha de los acontecimientos que realmente importan era de tal calibre, que a pesar de sus bondades dejaba un poso de insatisfacción. En estos momentos, después de ver la película que nos ocupa hoy, me pregunto hasta que punto era necesario realizar una película de dos horas y media de duración simplemente para situar las piezas sobre el tablero. Desde luego, agruparlo en una única película hubiera supuesto un ejercicio de adaptación más intenso. La película hubiera sido menos fiel al original literario. Lo que no siempre es malo. Al fin y al cabo, literatura y cine, son dos medios distintos con lenguajes diferenciados. A partir de aquí, el comentario que sigue puede desvelar elementos importantes de la trama.

Seguiré ilustrando Arrakis con el semiárido paisaje de La Palma. Aunque ni los plátanos, ni la sal tengan la trascendencia política y económica de la especia de Arrakis.

Pero el meollo de la historia de Herbert, y también de la adaptación de Villeneuve, es esta segunda parte. Dune es una novela política. Tenemos un sistema político basado en en una mezcla de aristocracia y plutocracia, con un primus inter pares al frente, el emperador, un miembro de la aristocracia. Y tenemos una situación de crisis cuando hay un bien, la especia que sólo se produce en Arrakis, es dominado por una sola facción de forma monopolística, incluso si es en forma de concesión imperial. Pero este sistema de concesión ha quedado corrompido por la colusión del emperador con una casa aristocrática, Harkonen, en contra de otra casa, Atreides. De fondo, un juicio moral. Los Atreides son superiores éticamente a los Harkonen. Son más justos, son menos crueles. Y de fondo, una población que no cuenta, pero que, como tantos desposeídos, ha generado un sistema de supersticiones religiosas potencialmente desencadenante de un fanatismo religioso. A Paul Atreides (Timothée Chalamet) se le presenta un dilema. ¿Recuperará el poder sobre Arrakis por las vías tradicionales de la noble casa Atreides? ¿O desencadenará la jihad fanática de los fremen? ¿Cuál de estas vías es el mal menor? ¿Cuál es su obligación ética?

Leía hace un tiempo que uno de los motivos por los que Herbert dio continuación a la historia en libros sucesivos fue la mala interpretación que los lectores hacían de Paul Atreides. Paul Atreides no es un héroe. No es un figura admirable en sus valores. Sin embargo, eso es lo que parece al leer el libro. Probablemente como consecuencia de la extrema dicotomía entre los desagradables y crueles Harkonen (Stellan Skarsgård), la naturaleza taimada y traicionera del emperador Corrino (Christopher Walken) y los guapos y nobles Atreides. Pero Paul es responsable de desencadenar una guerra santa interestelar que va a sumir a ese imperio humano en la guerra, la muerte y el sufrimiento. Es un mesías que va a ocupar el poder absoluto, rompiendo los elementos moderadores del sistema tradicional, por imperfecto que fuese, y va a generar una espiral de violencia sin precedentes. Las variaciones que Villeneuve introduce en el carácter de Chani (Zendaya) están encaminadas, muy acertadas en mi opinión, están encaminadas a romper la imagen heroica que acompañó la novela de Herbert y que exigió la escritura de unas secuelas que pusieran al personaje en el lugar que le correspondía. Pero que nunca tuvieron la misma repercusión que la novela original. Me he encontrado con frecuencia lectores de la misma que ven a Paul como un héroe, y no como una catástrofe.

Todo lo anterior está perfectamente contenido en esta segunda entrega de la historia, muy superior a la primera. No tanto en su calidad técnica o en su puesta en escena, que son equiparables, sino en el planteamiento, desarrollo y culminación de la historia. En el desarrollo de los personajes, no sólo los mencionados sino también Lady Jessica (Rebecca Ferguson) o el conjunto de los fremen, cómo va a surgir el fanatismo entre ellos, incluso si inicialmente no está generalizado. La religión como fuerza impulsora de las mayores catástrofes políticas. Ni que decir tiene que, las interpretaciones están también a un nivel muy alto. Y que nos quedamos con más ganas de saber más de la princesa Irulan (Florence Pugh) o de Lady Fenring (Léa Seydoux).

Como conclusión final, estamos ante la que probablemente es la mejor película de ciencia ficción de los últimos años, cuando los últimos años son… ¿los 10,… 15,… 20 años? Una aventura espacial impecable, de excelente factura, con profundidad argumental y temática, que no quita para que además haya aventura y diversión. El único «pero» que le puedo poner es que sea necesario verla en dos partes, y que el total sean cinco horas de cine. Cuando la primera parte no es tan esencial en su detalle y se podría acortar y reorientar. Por lo demás, para mí no es necesario ir más allá en la historia. Que cada uno la siga mentalmente con su imaginación. Pero si Villeneuve decide seguir, con el mismo estilo y saber hacer, estaré encantado de ver qué nos tiene que contar. Y cómo reencaja a Chani en su papel de concubina imperial. Salvo que decida apartarse de la continuación concebida por Herbert.

De Javier Bardem… podría hablar un ratito… pero no es tan trascendente. No lo hace mal. Pero nunca imaginé a un Stilgar como el que encarna Bardem. Y Feyd-Rautha… nada que ver con Sting… pero no está mal. Aunque que distinto el personaje que encarna Austin Butler aquí del aviador que estamos viendo en cierta serie de televisión que está en marcha en estos momentos.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Dune Part One(2021)

Cine

Dune (2021; 61/20210917)

Ya venía avisando en las últimas entradas sobre cine que estábamos a la espera del estreno de la película que nos ocupa hoy. Los motivos son diversos. Cierto es que cuando por primera vez leí que el canadiense Denis Villeneuve, director que sigo al detalle desde que vi por primera ver una película suya, que nada tiene que ver con lo que hace últimamente, las cosas de tener prestigio y presupuesto, han pasado diez años… ya me he líado. Como decía, cuando leí que el director iba a adaptar la más famosa novela de Frank Herbert, y una de las más celebradas de la ciencia ficción, al mismo tiempo me entró un tembleque de ilusión… y de miedo. Dune es una novela compleja, con temas diversos, difícil y tratados como quizá sólo se podían tratar en 1965. Y con algunas ironías a posteriori curiosas. ¿Quién iba a imaginar que el nombre del emperador galáctico, Shaddam IV, iba a tener tanta resonancia en el ámbito de los tiranos de carne y hueso en las últimas décadas del siglo XX y en la primera del XXI? A la hora de adaptar la novela ha habido fracasos sonados, que ni siquiera se empezaron a rodar, series de televisión relativamente olvidadas, y la adaptación de David Lynch, que no satisfizo a nadie, que también tuvo sus problemas de gestación, con unos efectos visuales que ya no eran presentables en la época en la que se estrenó, el distópico año de 1984 (imaginad ahora), y que curiosamente ahora tiene una facción de partidarios que hace que haya quien la considere una «película de culto». La he vuelto a ver en Filmin estos días… y es, simplemente, la peor película de Lynch, y en el mejor de los casos, una película regular regular regular. Os puedo asegurar que cuando la vi de estreno, a mis 22 añitos, tanto me había gustado la novela, tantas ganas tenía de que fuera buena, que casi me convencí a mí mismo de que era así… aunque,… no.

A falta de fotos de un desierto con montones de arenas en dunas, como debe ser, pongo unas cuantas fotos de los desolados paisajes volcánicos de la isla de la Palma, que están de moda.

En su sinopsis más elemental, la historia nos cuenta las manipulaciones de un tirano, el emperador galáctico Shaddam IV de la Casa Corrino, en un imperio gobernado por un sistema aristocrático de casas nobles, que quiere deshacerse de las dos casas que en un momento dado pueden disputarle el trono, y que además se odian entre sí, la del duque Leto Atreides (Oskar Isaac, Atreides por los átridas griegos, aunque van vestidos de militares prusianos), y la del barón Harkonen (Stellan Skarsgård, nunca se ha establecido su ascendencia a ninguna casa real de la realidad, y a pesar de su apellido, no van vestidos de militares prusianos). Y parece que lo va a conseguir si no fuese porque la concubina del Atreides, Lady Jessica (Rebecca Ferguson) y el hijo de ambos, Paul (Timothy Chalamet), se van a empeñar en no morirse y en refugiarse entre unos tipos, los fremen (por aquí aparece Javier Bardem y Zendaya, muy inspirados por los beduinos del Sahara, bastante brutos. En una sinopsis más compleja, que no haré, habría que hablar de política, luchas por el poder, religión, mesianismo, monopolios, plutocracias y otras oligarquías, y otras guerras santas… o jihads. Esa sinopsis la haré si algún día releo la novela y la comento.

Como dijo el Descuartizador del Támesis, que pudo ser o no ser la misma persona que Jack el Destripador, «vayamos por partes». Y no nos queda más remedio, porque de entrada, cuando se abren los títulos de crédito de entrada, en lugar de ver en grande la palabra «DUNE», vemos tres palabras «Dune Part One», cosa que no consta en la cartelería anunciadora, ni en la cartelera oficial de cine, quizá para no espantar a quienes no sepan que van a ver la mitad de la historia, y no la historia completa. Especialmente si llegas a sospechar que ni siquiera está confirmada la realización de «Dune Part Two». Esto hace de entrada que en mi valoración subjetiva de la película se haya caído una estrella. La película está inacabada, con sus 155 minutos de duración. Que no se hacen largos. Que la película está muy bien hecha, que tiene unos efectos visuales de los de «creérselo». Que comentaré después, los que salen actúan bien o muy bien. Que a pesar de contar una historia muy densa, el guion va (casi siempre) fluido. Que la banda sonora me gustó… aunque en esto no hubo acuerdo. Y que sólo hay dos pegas que se le pueden poner. Una, que yo juego con ventaja, porque al conocer la novela, a la que es relativamente fiel, sé de qué va la cosa; quien no la haya leído tal vez se pierda en algunas cuestiones. Dos, ¿lo he dicho ya?, que la película está incompleta. Que la han cerrado donde la han cerrado porque es un buen lugar, si fuera una teleserie, para cerrar un episodio y volver dentro de un rato o a la semana que viene con el siguiente episodio. Pero no hay un siguiente episodio. Al menos, todavía. Y nadie ha confirmado que lo vaya a haber. Esto es como la rotoscópica versión animada de The Lord of the Rings, de la que se hizo una primera parte, hasta la batalla del abismo de Helm, pero ni Aragorn llegó nunca a Gondor, ni Frodo al Monte del Destino, y mucho menos regresó a la Comarca.

El reparto está bastante acertado. Vamos a ver… el reparto que importa. La película está llena de nombres conocidos… aunque falta Sting ¿Por qué no está Sting-Feyd-Rautha Harkonen poniendo cara de cínico sádico? Pero la novela es tan coral, que la aparición en pantalla de muchos de esos nombres conocidos es cortita y no valorable en materia interpretativa. Por supuesto, en nombre de lo políticamente correcto, hay algunos cambios de color de piel y sexo entre personajes de la novela y la película actual, pero eso da igual. A la larga, las dos interpretaciones que realmente importan son las de Rebecca Ferguson y Timothy Chalamet. Este último está correcto, aunque creo que es un actor que todavía tiene que madurar, pero bien. Y la que es una roba escenas de mucho cuidado es la nueva Lady Jessica, que prácticamente se lleva, merecidamente, el protagonismo de la película. La sueca de apellido escocés me encanta como trabaja, en general, incluso cuando la mayor parte de su filmografía no me interesa mucho, realmente.

Dicho todo lo cual, estamos ante una versión de la novela de Herbert muy digna, muy bien hecha, que hace lo mejor que se puede hacer para adaptar una novela compleja, sin perder mucho por el camino, que es una delicia para los sentidos, pero cuya valoración final tendrá que esperar a que alguien la termine. Porque no… no es lo mismo que el final en cliffhanger de The Empire Strikes Back. De hecho, aquella afortunada película, la mejor con ventaja de la saga galáctica, es una película muy distinta de la que le precedió y de la que le siguió (y no digamos ya del resto). ¿Qué pasará con Dune Part Two? Ya me lo preguntaréis dentro de unos años.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[TV] Cosas de series; catástrofes diversas y Sherlock versión nipofemenina

Televisión

Esta semana vamos con dos (o tres cosas) muy distintas. Vamos por lo serio y trascendente. Pero vamos también por lo lúdico.

Estoy poniendo a prueba HBO más allá del mes de prueba que ofrecen. Si hay algo innegable es que esta cadena tiene un catálogo de producciones para televisión de altísima calidad, que van mucho más allá que las aventuras «tronadas» de moda en los últimos años. Y si dicen que como muestra basta un botón, expresión con la que sinceramente nunca he estado de acuerdo, hace un par de semanas me merendé Chernobyl. Miniserie que si bien está producida para la cadena americana, tiene un sabor muy europeo, con tres intérpretes principales de la talla de Jared Harris, Stellan Skarsgård y Emily Watson, acompañados de un reparto de secundarios poco conocidos pero de gran nivel actoral. Como su propio título sugieres, en cinco intensos capítulos nos narra la catástrofe nuclear de la llamada central nuclear de Chernóbil, gran desastre ambiental, económico y humano, que cobró un peaje en vidas humanas difícilmente evaluable, pero que superan las 31 víctimas reconocidas oficialmente por las autoridades soviéticas en varios órdenes de magnitud, hasta los varios miles. La serie no sólo está excelentemente interpretada y ambientada, sino que además explica de forma muy didáctica cómo se produjo la catástrofe. Dejando claro que la causa última de esta estuvo en el muy deficiente funcionamiento de la estructura burocrática estatal soviética, carente de mecanismos compensatorios por el hecho de ser un régimen dictatorial y, por lo tanto, con un nivel mayor o menos de corrupción global del sistema. No es que sea una serie recomendable. Es una serie IMPRESCINDIBLE.

Fotográficamente, dejaré de lado las tragedias, y pondremos unas cuantas potenciales «misu Shārokku», en un país tan tradicional como es Japón, donde el escalón social y económico entre hombres y mujeres es increible e injustificablemente alto para un país con su nivel de desarrollo.

Como consecuencia, me sentí atraído a volver a ver otra producción de la casa, también de gran influencia británica, que ya pude ver de estreno hace un buen montón de años en el extinto Canal Plus. Se trata de Conspiracy, titulado en español con el título más sensacionalista de La solución final. El que probablemente sea el mejor trabajo actoral de Kenneth Branagh reconstruye lo que pudo suceder en la llamada Conferencia de Wansee a partir de la única copia que se recuperó de las transcripciones de la reunión, en la que se discutieron los aspectos prácticos del exterminio de ciudadanos europeos judios en todo el continente sometido al nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. Otro ejemplo de burocracia dictatorial, en esta ocasión impulsada tristemente al «éxito» por la eficiencia en ingeniería de los alemanes, así como por el fanatismo de los mismos, que antepusieron el odio hacia determinados colectivos a su necesidad de ganar la guerra. Hay momentos que te ponen los pelos como escarpias. Altamente recomendable también.

Así que después de estas dos producciones, necesité algo más ligero. Y lo encontré dentro de la propia HBO, en la que deber ser la única producción de HBO Asia programada en las plataformas occidentales, Miss Sherlock [ミス・シャーロック ( Misu Shārokku)]. Encarnada por la actriz Takeuchi Yūko, encontramos a una versión femenina del clásico detective británico que, aunque manteniendo las características esenciales del mismo, su femineidad y su japonesidad le otorgan un carácter diferenciador y, desde mi punto de vista, refrescante. Es una detective excéntrica, ciertamente, pero que carece el envaramiento del tradicional que siempre me ha producido cierto rechazo hacia el personaje. Por su puesto, si el Holmes tradicional no tenía sentido sin su compañero «humano» el doctor Watson, su versión femenina y nipona tiene su propia compañera, Wato-san (Kanjiya Shihori), doctora en medicina que ha regresado de ejercer como voluntaria en el conflicto armado en Siria y afectada por un trastorno de estrés postraumático. Quizá no alcance al nivel de las recientes versiones televisivas modernizadas del personaje, pero como digo sí que tiene cierto interés y sí que aportar cosas nuevas al personaje, sobre todo en el ámbito de la compasión hacia sus semejantes, aunque se esconda bajo la fachada de alguien que lidia con el hecho de ser «diferente».

Como nota graciosa, la actriz que hace de casera de «Shārokku» y Wato-san, Itō Ran, formó parte de un trío femenino de música pop en los 70 que tienen algunos temas muy divertidos. O dejo con uno de sus vídeos. Es la cantante principal, la del centro. Hoy en día una señora de… bueno… 45 años más, claro.

[Cine] The Railway Man (2013)

Cine

The Railway Man (2013), 20 de julio de 2014

Animados por los nombres del reparto y algún otro detalle, aunque con unas expetactivas moderadas, nos vamos a ver este filme en versión original, motivo por el cual conservo su título original en inglés. En la cartelera española es posible encontrarlo doblado al castellano bajo el anodino e insulso título Un largo viaje.

Dirigida por el infrecuente Jonathan Teplitzky, por su temática ferroviaria que se encuentra presente a lo largo de todo el metraje de la película, la incluiré también en mi colección de películas sobre la historia del ferrocarril, CineTren.

Trenes en Waverley Station bajo Carlton Hill - Edimburgo

A falta de fotografías del ferrocarril de Birmania, nos conformaremos con los ferrocarriles escoceses. Como esta salida de la estación de Waverley en Edimburgo, bajo la colina de Carlton Hill.

La película nos cuenta la historia de Eric (Jeremy Irvine joven; Colin Firth maduro), soldado del cuerpo de transmisiones británico durante la Segunda Guerra Mundial, que es hecho prisionero como consecuencia de la rendición de Singapur, y que como tantos otros fue llevado a trabajar en el Ferrocarril de Birmania, el mismo que el del famoso puente sobre el río Kwai. Comparados con otros de sus compañeros, por sus capacidades como ingeniero lleva una vida menos penosa, hasta que es descubierto el receptor de radio casero que han construido para conocer lo que pasa en el mundo. Es sometido a tortura por el Kempeitai, especialmente bajo la batuta de un presunto traductor Nagase (Tanroh Ishida joven; Hiroyuki Sanada maduro). Tras la guerra, vive una existencia tranquila en Escocia, relativamente solitario aunque en contacto con algunos de sus compañeros como Finlay (Sam Reid joven; Stellan Skarsgård maduro). Su afición son los ferrocarriles en todos sus aspectos, y en uno de sus viajes conoce a Patti (Nicole Kidman), de la que se enamora y se casa. Pero el síndrome de estrés postraumático está presente y la vida del matrimonio se hace difícil. Al final será una drástica acción de Finlay, la que le llevará a afrontar el pasado. Viajará a Birmania para confrontar a Nagase.

Estación de Stirling

Los modernos trenes que circulan por Escocia no son tan monos como los de hace unas décadas, pero se han conservado algunas de sus estilosas señalizaciones mecánicas, como estas de la estación de Stirling.

Película relativamente convencional, con esquemas parecidos a otras que hemos visto con anterioridad, no aporta excesiva originalidad, sobre como afrontar el pasado, sobre las desgracias de la guerra, y sobre si es posible que antiguos enemigos con culturas y valores muy diferentes puedan llegar al perdón y al entendimiento. Realización académica, impecable, pero sin brillo, para una historia que en ocasiones carece de la emoción que merecería. Este academicismo en la realización la convierte en una película excesivamente fría. Buenas interpretación en general, especialemente de los dos antagonistas y del veterano Skarsgård. Kidman está un poquito más de florero.

Estación de Arrochar and Tarbet

No, no es la línea de Tailandia a Birmania entre las selvas tropicales; es la línea de Glasgow a Fort Williams y Mallaig atravesando los bosques de Argyll cerca de Loch Lomond en la salida de la estación de Arrochar & Tarbet.

Película por lo tanto que se deja ver, pero que tampoco dejará una huella especialmente intensa en el espectador. Si quieres pasar de blockbusters veraniegos, y no quieres arriesgar con otras propuestas que llegan en el verano, puede ser una opción razonable para pasar la tarde fresquito en la sala de cine. Sin más.

Enlace a la reseña en CineTren, en la que además de lo aquí expresado, se comenta el interés ferroviario de la película.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

Estación de Stonehaven

Y nos despedimos con este moderno automotor a punto de salir de la estación de Stonehaven.

[Cine] Nymphomaniac (2013)

Cine

Nymphomaniac I y II (2013), entre enero y marzo de 2014.

No perderé mucho tiempo en el comentario de esta película. Esta entrada en el fondo va a ser más una crítica a la industria de la distribución y la exhibición del cine en España que otra cosa. A finales de diciembre de 2013 llegó la primera parte de este filme dirigido por Lars von Trier a la cartelera española. Es una película larga, de unas cuatro horas de duración, que por lo tanto se ha dividido en dos partes, cada una estructurada en cuatro capítulos, que nos narra la historia de Joe (Charlotte Gainsbourg / Stacy Martin), una mujer cuya vida se ha visto marcada y condicionada por la adicción al sexo, y que tras recibir una brutal paliza, es recogida por Seligman (Stellan Skarsgård), un buen samaritano que le presta auxilio, y al que cuenta la historia de su vida. Una larga historia. Creo que está previsto un montaje, para ser visto de tirón, que todavía duraría más tiempo.

Esta primera parte de la película la pudimos ver en la cartelera zaragozana tanto en versión original subtitulada al castellano como en versión doblada. Bien. En principio, bien. Cada uno que elija, entre la versión auténtica y la adulterada. Unas semanas más tarde llegó la segunda parte. Pero sólo en versión doblada. Lo cual me parece injustificable. Es absolutamente frustrante para quienes hemos optado por la versión original, que no se nos permita ver la obra completa en condición homogéneas. Supongo que la atracción del público no fue lo suficiente grande, y hacia finales de enero, la competencia por la taquilla, con buen parte de la cartelera copada por las candidatas a los óscar, y con criterios puramente económicos, se decide que no pasa nada por defraudar a esa pequeña proporción del público más exigente. Paradójicamente, es muy probable que estés decepcionando a tus espectadores más fieles, a quienes más gusta la experiencia del cine en su plenitud. La que está más dispuesta a pagar por verlo en sala grande, con buena calidad y por la obra original. Pero supongo también que es un público no familiar, que no consume toneladas de palomitas y refrescos de cola. Que no interesa comercialmente. Señores de la distribución y de la exhibición del cine, de la industria del cine en general, no me hablen de promoción de la cultura y mandangas. A ustedes eso les importa poco. Sólo como argumento reivindicativo cuando las condiciones pintan bastos. Para reclamar el IVA cultural y esas cosas. Pero en realidad sólo están interesados por hacer caja. Supongo que si pudieran adocenar a miles de adolescentes todos los días en subproductos de superhéroes en pijama, y atiborrándose con quilos de maíz en palomitas, sal, aceite, y toneladas de azúcar en refrescos gasificados de todo tipo, y sacar por todo ello sus buenos 15 euros por persona en total, si con un poco de suerte hemos colocado el 3D para tener una excusa para cobrar algunos euros más, sería el cielo para ustedes. Y permítanme que les diga, eso no tiene nada que ver con la cultura. Nada.

Tren Regional en el puente Hohenzollern de Colonia

Aunque la sensación es que la acción de la película transcurre en Inglaterra, parece que está rodada en Alemania, en el estado de Baja Renania-Westfalia, al que pertenece Colonia.

Siempre he estado dispuesto a pagar un justo precio por la cultura. A recompensar el esfuerzo de los creadores. No soy partidario de las descargas indiscriminadas, simplemente porque están ahí y son fáciles de conseguir. Pero no me gusta que me tomen el pelo. Un pelo que a mis años ya es escaso. Y en este caso, no encontramos ningún motivo ético para no considerar que esas descargas fuera de los cauces habituales son el medio de distribución adecuado para ver, en versión original, esa segunda parte de la película, ya que la industria del cine nos falta al respeto con tanta alegría y despreocupación. Sinceramente. Estas campañas de promoción que duran tres días y que llevan a mucha gente coyunturalmente a las salas de cines, me parece una melonada. Porque lo único que demuestra es una cosa. Si algo es barato, la gente va. Pero habitualmente no lo es. Por lo tanto, tendrás que ofrecer algo a cambio. Supongo que calidad y servicio. Si no, tarde o temprano surgen alternativas, legales o irregulares, como sean, que son más convenientes para el público, y te abandona. Y te quejas y le echas la culpa a todo el mundo. Y lo único que parece que no se te ocurre es que tu política y estrategia empresarial son de otro siglo. Y por lo tanto, una mierda. Con perdón.

Dicho lo cual, tras una primera parte interesante, entre la comedia y el drama, divertida en general, protagonizada principalmente por la joven MartinLars von Trier nos sumerge en una segunda parte de la historia más oscura, más dramática, más violenta y más cínica, pero que no tiene los mismos atractivos y que nos acaba perdiendo como espectadores. Ni siquiera nos llama la atención el paradójico y chusco final, que hubiera tenido más sentido si hubiera mantenido mejor el tono a lo largo de todo el filme. También es dudoso que se necesiten 4 horas, o más, para contar esta historia. Porque lo esencial de la misma, con un mínima habilidad, se cuenta pronto. Hay mucho supérfluo.

Despedida de soltera en la estación de Krefeld

Curiosas, divertidas y peligrosas aventuras las de la protagonista en un tren; no sé si estas participantes en una despedida de soltera en la estación de Krefeld llegarían a esos extremos.

Encontramos cosas positivas. Es notable el capítulo que protagoniza Uma Thurman, lleno de ironía y humor negro. Aunque me pregunto qué narices se ha hecho esta mujer en la cara, que en ocasiones parece una actriz totalmente distinta.

En resumen, experiencia negativa para esta película, en gran medida por motivos ajenos a la misma. Pero también porque tiene debilidades intrínsecas que hacen que esta vez Von Trier no nos acabe de convencer.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

Ante la catedral de Colonia

Muchas referencias, más o menos filosóficas, a las religiones y su papel sobre la sexualidad de las personas. Colonia fue una ciudad estado en el Sacro Imperio gobernada por príncipes arzobispos… Uf, cuánta religión en todos los órdenes de la vida.

[Cine] The Girl with the Dragon Tattoo (2011)

Cine

The Girl with the Dragon Tattoo (2011), 18 de enero de 2012.

Esta película fue vista en versión original y por ello el título es el original en idioma inglés. En las pantallas españolas es posible verlo en versión doblada con el título Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres.

Este miércoles pasado quedé con una gente por la tarde para resolver unas cuestiones. Nos llevó menos tiempo de lo que pensábamos, y por el lugar donde estábamos, alguien sugirió pasar el resto de la tarde viendo una película en el cine. Nos pillaba a cinco minutos caminando. Y fuimos. Y vimos lo que había a esa hora. Y lo único que había que nos atrajese algo es la versión original de esta segunda versión cinematográfica de la primera novela de la famosa saga Millenium. No es que me apeteciera mucho. Me sé la historia. Con el tiempo he llegado al convencimiento que esta saga literaria está excesivamente sobrevalorada. La primera versión cinematográfica, sueca, sin ser para tirar cohetes era razonablemente digna. Me joroba un poco esta manía de los yanquis de repetir las películas que ya han funcionado en otros sitios. Pero en los pros había dos cosas. Que la nueva versión la ha dirigido David Fincher, el de la estupenda Se7en (Seven) (aunque a mi no me han convencido tanto otras de sus películas). Incluso dicen que puede ser candidata al óscar a la mejor película. Y que… bueno,… todos se metían al cine. O me unía o me iba a casa. Pues nada. Para dentro.

El argumento… pues ya se sabe. El periodista Mikael Blomkvist (Daniel Craig) caído en desgracia que es contratado por el millonario Venger (Christopher Plummer) para encontrar al presunto asesino de su querida sobrina Harriet, acabará cruzandose con la marginal Lisbeth Salander (Rooney Mara) superinteligente joven, víctima de los abusos del sistema y de los hombres, para entre los dos desenmarañar el misterio.

¿Habéis visto? En pocas líneas está contado el argumento. Y es que este es uno de los defectos de la película, de la primera película y de la novela, a la que los dos filmes son muy fieles. Excesivamente fieles. Las mejores adaptaciones de obras literarias no son siempre las más fieles. Literatura y cine son dos lenguajes distintos. Y si ya debemos considerar que la novela se podría haber contado en la mitad de páginas y hubiera mejorado mucho, pues similarmente la historia fílmica se podría haber contado en 90 minutos y hubiera mejorado mucho sobre las dos horas y media que dura. No es mucho lo que hay que contar. Es una historia muy hinchada. Para colmo, la película se hace interminable porque tras el clímax de la resolución del crimen está la historia de la venganza contra el tipo que hizo caer en desgracia al periodista. Que en el conjunto del filme, a esas horas nos importa más bien poco.

Afortunadamente, está bien hecha. Fincher tiene abundante oficio. La película esta muy bien rodada, con una fotografía espléndida. Da gusto el nivel que ha alcanzado la cinematografía digital. Es de agradecer además que hayan conservado de la historia original que la acción sucede en Suecia, y este rodada en Suecia. La primera versión era digna, pero no puede competir en medios y planteamiento con esta. Aquella era un producto para televisión aprovechado en la pantalla grande, esta es un producto pensado para su éxito en las salas de cine.

En el lado de las interpretaciones, por supuesto tenemos el factor de que cuando los actores son conocidos nos llaman más la atención que cuando no lo son. Pero me atrevo a decir lo siguiente. Craig es mejor Blomkvist que el sueco de la primera versión. Lo hace bien. Y a pesar de que tiene un físico que puede imponer, no deja de aparecer como desvalido cuando toca. Está bien. Mara no lo hace mal como Lisbeth, pero yo no la veo tan maravillosa como he leído en algunos sitios. De hecho, creo que en esta ocasión es la sueca Rapace la que se impone en la comparación. Del resto, pues llama la atención ver pasar por ahí en papeles más importantes a gente como Stellan Skarsgård, o el ya mencionado Christopher Plummer, que son gente muy solvente que siempre lo hacen bien. Y en papeles más pequeñitos a Robin Wright, o Joely Richardson que no tienen tiempo para lucirse pero también son siempre competentes. Incluso en algo que es prácticamente un cameo a Embeth Davidtz, que supongo que tendrá más minutos en las secuelas de la saga. Está muy bien esto de sacar a intérpretes de cierto prestigio aunque no sea más que para dar relumbrón. Se nota que iban bien de presupuesto.

En resumen, una película que es un entretenimiento perfectamente válido, aunque excesivamente prolongado, que lo único que aporta a la anterior versión es más lujo en la producción por el mayor presupuesto. Imprescindible para los fans de la saga, los demás… pues pueden ir si no tienen nada mejor que hacer, o esperar a que la echen por la tele, o lo que sea. Que no pasa nada.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

Lectura recomendada: Nora Ephron es una individua que me cae gorda por las películas que hace. Pero tiene un pequeño texto publicado en The New Yorker, The Girl Who Fixed the Umlaut (en inglés), parodia de los personajes y de la novela original, que pone de manifiesto los principales defectos de la novela, y que es muy divertido y recomendable.

Y ahora, os dejo con un pequeño reportaje en blanco y negro con vistas y escenas de la bella capital sueca, Estocolmo.

Ayuntamiento

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Sergels Torg

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af Chapman

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Vasa

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Skansen

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Palacio Real

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Källos Trocadero

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Gamla Stan

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Södermalm

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Södermalm

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Södermalm

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Aftonbladet

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