[Cine] Nuremberg (2025)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Unas imágenes de la ciudad bávara que da título a la película mucho más amables que las que surgieron de los años 30 del siglo XX.

Nuremberg (2025; 56/20251130)

Ya adelanto una cuestión; esta, para mí, ha sido una de las decepciones de la temporada. Esperaba con ganas esta película. Por el tema, los juicios de Núremberg, a los que se les puede sacar mucha punta desde muchos niveles. Por el reparto, con Russell Crowe como Hermann Göring y Rami Malek como psiquiatra que atendió a los principales acusados durante un tiempo, y el cuestionamiento ético del trabajo que realizó. Por un director, James Vanderbilt, que se ha prodigado escasamente como tal, se ha dedicado más a tareas de guionista y productor, pero de vez en cuando asociado a películas interesantes. Y por lo antecedentes, puesto que siempre me viene a la memoria la impresionante película de 1961 que trató también este tema, aunque con un enfoque muy distinto. Que menudo reparto tuvo aquella. Y sin embargo…

La película nos traslada a la detención de los oligarcas nazis tras el final de la guerra que no pudieron huir o suicidarse. Centrándose en la figura del asqueroso de Göring, una de las figuras más desagradables, y ya es decir, del perverso régimen fascista alemán. Y junto a él, un psiquiatra enrolado en el ejército al que se le ofrece la oportunidad de ser el responsable de que los encausados lleguen a juicio, y a la ejecución de las hipotéticas sentencias. Y que él ve como una oportunidad para estudiar a estos individuos, escribir un libro y ganar fama y prestigio. Así que… tampoco es una hermanita de la caridad, precisamente, puestos que sus motivos no son precisamente altruistas. Y alrededor, los organizadores del juicio, que quieren aprovechar los conocimientos sobre los acusados que el psiquiatra obtiene en la relación médico-paciente en favor de la acusación. No muy ético, ¿verdad? Dijéramos que en aquella época la bioética y la ética asistencial, aunque tenían unos principios establecidos, también tenían unas carencias que ahora sería largo detallar. Hablar de «ética militar» o «ética política»… parecería que estamos hablando del algún que otro oxímoron.

Hay muchos temas interesantes en este filme. Un análisis detallado de aquellos juicios es importante. De la naturaleza perversa del régimen nazi y de sus jerarcas caben pocas dudas entre las gentes de bien. Sin embargo, no existían precedentes, y siempre se ha puesto en duda la imparcialidad de la justicia de los vencedores. Los juicios fueron mucho más amplios que el juicio principal e inicial que se trata en la película. Y los juicios secundarios se realizaron en circunstancias muy diversas, y no siempre con las garantías procesales adecuadas. Y cuando interesó, especialmente con el estallido de la guerra fría, se frenaron e incluso se invitó a antiguos nazis, no muy conspicuos, a participar en la organización de lo que sería la República Federal de Alemania. En Japón todavía fue más escandalosa la manipulación de los norteamericanos con MacArthur al frente. Hirohito, al fin y al cabo, que fue obvio que había tenido graves responsabilidades en el conflicto, acabó siendo uno de los emperadores más longevos del País del Sol Naciente, y murió pacíficamente en la cama honrado por su súbditos/ciudadanos. Estados Unidos y Rusia, entonces Unión Soviética, fueron promotores de los juicios, pero hoy en día no reconocen la autoridad de los tribunales internacionales encargados de depurar crímenes de guerra y contra la humanidad. Fundamentalmente porque se reservan la potestad de perpetrar estos crímenes sin conceder el derecho a nadie de juzgarlos.

La figura de Göring, y su entorno familiar, que no renegó especialmente nunca de las acciones del jerarca nazi, hubiese merecido también un análisis detallado. Pero también algunas de las contradicciones derivadas de los cargos contra el desagradable militar de aviación. Uno de los cargos fueron los crímenes de guerra por los bombardeos que impulsó como responsable de la aviación de guerra alemana. Que fueron ampliamente superados en número, extensión y víctimas civiles por los aliados que ganaron la guerra y formularon las acusaciones. ¿O no? Y luego está la figura del psiquiatra, que es un manual absoluto de conductas inapropiadas por parte de un profesional médico hacia sus pacientes, y que también hubiera merecido un análisis más profundo.

La cuestión es que todos estos temas, en la película quedan diluidos, simplemente esbozados, queriendo abarcar mucho y apretar poco. Y especialmente el protagonismo que se le da al personaje interpretado por Malek, que acaba cansando y resultando muy desagradable, condiciona mucho al conjunto de la película. Malek no está especialmente afortunado con la interpretación en esta película. Aunque pongo una buena valoración por el trabajo del resto del reparto, y muy especialmente de Crowe… que se convierte en un Hermann Göring convincente e interesante. La película va constantemente lastrada por no saber donde quiere ir, por flirtear constantemente con cierto sensacionalismo y por no centrarse en los temas realmente importantes que realmente hubieran hecho del largometraje un filme de referencia. Me ha faltado poco para suspenderla. Pero bueno… se deja ver, aunque me dejase muy decepcionado.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ***

[Cine] Wicked: for good (2025)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Otro palacio para ilustrar esta fantasía que tan poco me ha convencido, el de Schwerin, en Alemania.

Wicked: for good (2025; 55/20251121)

Voy a perder muy poquito tiempo con el comentario de esta película que, al fin y al cabo, es la segunda parte o continuación de la que pudimos ver hace un año. De hecho, aquella parte, aunque aceptable, me entusiasmó tan poco que estuve en un tris de pasar de ver esta segunda parte. Pero al fin y al cabo, ya que has empezado a ver una película, pues termínala… ese fue el argumento con el que fui convencido por almas bienintencionadas. Pero a las que les costará encontrar el perdón en mi corazón por haberme arrastrado a ver esta película

Como digo, lo que pude decir en aquella entrada de hace más o menos un año, sigue siendo válido. Sobre la factura de la película, sobre las interpretaciones, mucho más pobres de lo que muchos argumentan en mi opinión, y de una banda sonora y unas canciones más bien mediocres en comparación con tantos y tan buenos musicales que en la historia del cinematógrafo han sido. Y una continuación de la historia se convierte en muy previsible. Al fin y al cabo, conociendo la historia clásica de The Wonderful Wizard of Oz, era evidente que en algún momento se había de solapar con esta. Y se solapa. Y a partir de ahí… todo se hace, como digo, muy previsible.

Desconozco el motivo de porque este musical tuvo éxito y se consideró que merecía la pena ser llevado a la pantalla. Bueno… supongo que acertaron, porque en taquilla lo ha petado. Pero lo cierto es que el musical me parece mediocre. Y por mucho que se hayan derrochado medios en su adaptación cinematográfica, la parafernalia visual no ha conseguido quitarme esa sensación. Y esta segunda parte poco a poco me fue echando de la historia… y acabé poco menos que aborreciéndola. Desde mi punto de vista, no merece la pena. Pero parece que pertenezco a una corriente de opinión minoritaria. Qué se le va a hacer. Que les aproveche. Parece que se está desinflando en la temporada de premios, así que igual no la tenemos que sufrir demasiado en esos eventos.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: **

[Cine] Jay Kelly (2025)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Un atardecer en Cortona, ciudad medieval al sur de la Toscana.

Jay Kelly (2025; 57/20251208)

Hoy voy a comentar la última película de estreno que he visto. Y lo hago saltándome las dos anteriores. Y es que tenía a mano unas fotografías de la Toscana, que son adecuadas para ilustrar la entrada, y he decidido aprovechar, porque, aunque no tan agobiado como las últimas semanas, sigo con poco tiempo disponible. Así que vamos con una película Noah Baumbach rodada a mayor gloria de su protagonista, George Clooney. Clooney es uno de los poco actores que saltan con éxito de la pequeña pantalla, gracias a su papel de pediatra en urgencias, y tiene un par de Oscar, uno por actor de reparto y otro como productor. Pero no tiene un premio gordo actoral. Supongo que Baumbach pensó que había que darle la oportunidad.

Baumbach, asociado en gran medida al concepto de cine independiente, es un director que me cae bien… desde Frances Ha, creo, aquella película que rodó con una cámara fotográfica como una que tengo por casa, pero que eso era lo de menos, porque la película tenía mucha alma y merecía mucho la pena. Y ha ido teniendo sus momentos buenos, tanto en su rol de director como en el de guionista. Y en esta ocasión se ha venido arriba, se ha aliado con Netflix, no es la primera vez, y ha jugado más fuerte… emulando a Fellini. Porque está claro que Baumbach se inspira en el genio italiano para plantear y rodear su película. La historia de un actor veterano al que van a dar un premio en la Toscana, y emprende un demencial viaje en tren desde París hasta Italia, tras los pasos de una de sus hijas, la menor, tras haber intentado en vano que la mayor le acompañe. Por que el actor (Clooney) ha tenido un gran éxito en su carrera como actor, pero a costa de ir perdiendo familia y amistades por el camino.

Lo lógico sería considerar que la inspiración felliniana de Baumbach sea 8 ½, en la que era un director de cine el que se perdía en sus recuerdos. Sin embargo, cuando caí en la cuenta que el director neoyorquino estaba emulando al de Rímini fue en una escena en el tren, el Arlecchino preservado de la serie ETR 250 de los ferrocarriles italianos, un elegante electrotren para servicios de prestigio. Y esa escena me recordó a alguna otra de Amarcord, película en la que Fellini echó una nostálgica mirada atrás, hacia su infancia en la ciudad costera del Adriático. Lo que sea, el caso es que, aunque con el protagonismo absoluto de Clooney, Baumbach plantea una película coral, con muchas caras conocidas del cine de ambos lados del Atlántico, llena de nostalgia, buen humor, y ¿reflexiones personales?

El caso es que Baumbach es buen director, pero no es Fellini. Y Clooney es una actor simpático y con presencia, pero no es Mastroianni. Y las nostalgias de Fellini eran propias, era el autor desnudándose en la pantalla. Y no a otro. Y además era el absurdo italiano, más demencial en ocasiones, más profundo en otras. Clooney está muy bien. Como lo está Adam Sandler, el segundo personaje que más aparece en pantalla. El resto, en una película tan coral, salvo Laura Dern que agunta algo más, tienen pasos fugaces, aunque hay mucho famoseo como ya he dicho. No obstante es una película recomendable y divertida. Probablemente su paso por las salas de cine ya habrá terminado, fugazmente, porque es producción de Netflix y ya está disponible en su catálogo. Así que es claramente una recomendación para los suscriptores de la plataforma, que tienen pocas ocasiones de disfrutar de buenas películas entre las muchas que estrenan estas gentes.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ***

[Cine] The long walk (2025)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. A lo largo del camino, un adelanto sobre las fotografías realizadas con Fujifilm GFX 50R con una óptica nueva… de segunda mano.

The long walk (2025; 54/20251116)

En estos momentos, a las 8:30 de la mañana del 8 de diciembre de 2025, día festivo en España a pesar de la teórica separación iglesia-estado, celebrándose el absurdo mito que dice que una adolescente de hace 2030 años más o menos dio a luz a un niño sin haber mantenido relaciones sexuales en su vida, siento una sensación de profundo desconcierto. No por lo de la mítica adolescente, casada con una señor más mayor, carpintero, que dicen que nunca la tocó. Sino por otras cuestiones. El mes de noviembre ha sido una mezcla de cosas buenas y cosas no tan buenas, de constante sensación de no tener horas suficientes en el día y de varios caos que se han ido resolviendo milagrosamente. Siempre decimos en mi entorno laboral que una de las fases en la planificación de los proyectos de salud y asistencia sanitaria es «Culminación inexplicable del proyecto». Seguida de «Premios y honores a los que no han participado». Pues algo así.

En este ambiente, en el que se mezcla lo laboral con lo privado, aunque he ido bastante al cine, lo he hecho de forma irregular. Y aún he tenido menos tiempo para hablar de ellos. Como colofón, en estos días de fin de semana extendido, he pillado algún virus, que me está haciendo la pascua. Lo noté ya el jueves. Pero hasta el viernes no se declaró en su forma total. No es grave. Las mañanas las paso bien. Pero las tardes, en estado de postración y dolores musculares difusos, no importa los bocadillos de ibuprofeno que me tome, las paso de forma más bien miserable. En esta mañana me he vuelto ha despertar de forma razonablemente entonada. Espero que no se tuerza la cosa por la tarde. Así que me pongo con el comentario de una película que vi… ¡¡¡ el 16 de septiembre !!? En fin, vamos con esta adaptación de una novela temprana de Stephen King dirigida por Francis Lawrence.

En unos Estados Unidos gobernados por un gobierno autoritario y populista, no sé qué manía tienen los críticos de cine en confundir una sociedad distópica de algo que simplemente es una dictadura policiaco-militar, con el fin de levantar los ánimos años después de una guerra civil, todos los años se reúnen un grupo de jóvenes, uno por cada un de los estados que forman el país. Y se lanzan a una carrera caminando. Que termina cuando sólo queda uno vivo. Porque si alguno se para. O si simplemente baja la velocidad por debajo de un determinado límite, un militar armado con un fusil le pega un tiro en la cabeza. La película nos narra una estas carreras, durante la que conoceremos a algunos de sus participantes, sus motivaciones… y poco más.

Me costó decidirme a ir a verla. Lawrence, el director, ha hecho carrera a base de dirigir videoclips y a Jennifer Lawrence como heroína de acción. Y Stephen King… no es santo de mi devoción. Pero bueno… ya que estábamos, la vi. No está mal hecha… está bien hecha de hecho. Y bien interpretada. Quizá es lo que más valga la pena de la película. La forma en que estos jóvenes actores llevan sus diálogos y responden al absurdo de la situación, a la que han llegado de forma más o menos voluntaria, más o menos forzada. Y con lo que está cayendo en el mundo, y en Estados Unidos en particular, diríase que, aunque la novela es de los años 70, se adapta especialmente bien a la deriva antidemocrática y antiliberal del régimen presidencialista de la potencia norteamericana. Y sin embargo…

Sin embargo, la historia tampoco supone una especial reflexión sobre estas cuestiones. Sip, se nos presenta un país con un sistema dictatorial. Militarizado. Pero del que sabemos poco. De hecho, parece un mero macguffin para justificar que se realice esta carrera que, por lo demás, sin más explicación, o con las que se nos ofrecen, parece más bien estúpida. ¿Qué puede tener de estimulante para un país sin libertades el ver por la televisión como van fusilando a 49 de los 50 participantes? ¿Qué puede tener de edificante? ¿Es una mera amenaza del tipo «esto os puede pasar en cualquier momento si nos da la gana»? No tiene que ver con nada realmente, simplemente se describe una situación angustiosa, que no sabemos de dónde procede exactamente ni sabemos dónde va. Más allá de ese final, absolutamente previsible a partir de una determinada conversación entre los personajes interpretados por Cooper Hoffman y David Jonsson, ambos estupendos por lo demás. Una película correcta, razonablemente recomendable, si no ha desaparecido de las pantallas a estas alturas, pero que deja con una sensación de que tiene menos dentro de sí de lo que aparenta. A la larga, es más una película de terror que un comentario político. Y a mí, el terror, no me va demasiado.

Valoración

Dirección: ****
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ***

[Cine] Una odisea espacial, 48 años después, a lo grande

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Una tarde de finales de invierno, cerca de Almudévar, en la que hubo un eclipse de luna; la película de hoy juega con eclipses, alineamientos, conjunciones, oposiciones… astronómicas, claro.

2001: A space odyssey (1968; extra/20251128)

Debió ser en 1977. Un año en el que en España pasaran muchas cosas, después del referendo de la ley de reforma política en el més de diciembre de 1976, y de la convocatoria de cortes constituyentes en junio de ese 1977. No sé llamó así a la convocatoria. Simplemente elecciones generales. Pero bueno, todo el mundo sabía que tenían que redactar una constitución nueva. Y por aquel entonces, no recuerdo exactamente la fecha, supongo que al socaire de los nuevos tiempos y las nuevas tolerancias, el cine Rialto, tradicional cine de reestreno, lo que en otros ámbitos se llamaba un cine de barrio, se convirtió para asombro de un vecindario de clase obrera, en cine de arte y ensayo. Ahí es nada. La cuestión es que, estando yo acostumbrado a ir al cine los domingos por la tarde al Rialto, en la cuesta de la avenida de San José de Zaragoza, a cinco minutos escasos de mi casa, cuando era un cine de reestreno, de péplums y espagueti-westerns, seguí yendo a ver las películas que de repente allí empezaron a proyectarse.

Tengo el recuerdo de que fue allí donde vi por primera vez, en una sala de cine, la película 2001: A space odyssey, aunque doblada al castellano, o sea, 2001: Una odisea del espacio. Y tengo el recuerdo muy nítido… aunque no puede ser. Porque el Rialto se convirtió en sala de arte y ensayo en octubre de 1977. Yo acababa de empeza 1º de BUP, el bachillerato unificado y polivalente del ministro tecnócrata franquista Villar Palasí. Que conste que todavía hay muchos que piensan que aquella EGB y aquel BUP eran mejores que casi todo lo que ha venido después. No tengo criterio. No soy ducho en pedagogía y no tengo hijos que me lo pongan en perspectiva. Pero lo que sí recuerdo es que, unos meses antes, cuando todavía estaba en 8º de EGB, u octavo de básica, el profesor de ciencias, el señor Ibarra, quien sabe si había llegado todavía a los 30, pero era serio y con la barba me parecía muy mayor, nos preguntó una tarde si alguien había visto la película. Y yo levanté la mano. La había visto. Luego no pudo ser el Rialto. Fui el único que levanté la mano. Me preguntó que me había parecido y qué había entendido. No recuerdo qué respondí, pero sonrió levemente, ya he dicho que era serio, y dijo que muy bien. Existe la posibilidad que viese la película en el cine Arlequín, que había recibido este nombre en 1976, antes era el Fuenclara, por estar en el palacio de este nombre. Y que aunque formalmente no era de arte y ensayo, recuperaban películas prohibidas durante la dictadura, para estrenarlas con los nuevos tiempo. Recuerdo perfectamente El gran dictador de Chaplin. Pero no estoy seguro. Me gustaba ir al Arlequín con las personas que iba…

En cualquier caso, aquella visualización de 2001… fue uno de los hitos que me marcó en mi afición al cine. En lo que se refiere a 1997, también fue el estreno de La guerra de las galaxias, pero también, como he dicho, el año del Rialto como cine de arte y ensayo, lo que me condicionó mucho. Les vacances de monsieur Hulot, Solyaris,… y otras muchas, película impensables para un adolescente, entonces y ahora, pero que devoraba con pasión… y me convirtieron en un «raro» de por vida. Fíjate tú que forma de enfocar mi afición a las aventuras espaciales; 2001… de Kubrick, la galaxia de Lucas y Solyaris de Tarkovsky, en un espacio de dos años. Dos de arte y ensayo, aunque la de Kubrick se estrenó en salas convencionales en todo el muno y una supercomercial. Dos norteamericanas y una soviética. Y tres estilos totalmente distintos.

Con el tiempo, volvía a ver 2001… en salas de cine varias veces más. Al menos dos veces en los cineclubs universitario mientas estudiaba en la facultad. Y en los años 90 algún reestreno con versiones restauradas. Desde el momento en que salió al mercado la película en formato DVD la compré, la tengo por ahí, muerta de asco, pero la vi con frecuencia, una vez al año durante varios años. Y en su momento compré, con más calidad, la versión blu-ray, aunque probablemente sólo la viese un par de veces en ese formato cuando compré en 2007 el televisor de plasma que todavía tengo y uso, al que estoy acostumbrado. Y siempre encontraba algo nuevo. Algún detalle que ampliaba mi comprensión de la película. No sólo eso, en casa de mis padrinos, con una de cuyas hijas iba al cine arlequín, siendo ella una veinteañera cuando yo tenía 13 o 14 años, tenían la biblioteca Salvat, una colección que se vendió por entregas de 100 libros de la literatura mundial. Y allí estaba la novela de Arthur C. Clarke, escrita tras la película, en la que la Discovery, en lugar de a Júpiter, se dirigía a Japeto, una de las lunas de Saturno. Como me gustaba el capítulo sobre la maniobra de aceleración en la órbita de Júpiter. La leí varias veces. De las secuelas que escribió Clarke nada diré, porque no pegan ni con cola. Además, son secuelas de la película y no de la novela. Todo pasa en Júpiter.

En estos momentos, en Zaragoza, en el cine Palafox, se está emitiendo de nuevo la película en pantalla grande. En la sala 4, que es la tradicional del cine Palafox, antes de que se convirtiera en multicines. Una proyección de una copia de época, de los años 60, en buen estado, en formato 70 mm, para ver la película en toda su gloria visual, como la vieron los espectadores de la época del estreno mundial, y con la banda sonora incorporada, con sus defectillos acumulados. Qué espectáculo más maravilloso. Qué grande era Kubrick. Hacía tiempo que no me sentía tan emocionado por una experiencia cinematográfica. De las que son raras en estos momentos. Donde algunas cosas ya no maravillan… porque se dan por descontado. Pero en aquellos momentos… qué maravilla. Y qué historia. Qué momentos. Ganas me dan de volver a ir antes de que la quiten para siempre… o hasta el próximo evento dentro de unos lustros o décadas. Quién sabe.

Valoración

Dirección: *****
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: *****

[Cine] Hikaru kawa [光る川] (La doncella del lago) (2024)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Los bosques de Iwami Ginzan me vienen de perlas para ilustrar esta entrada.

Hikaru kawa [光る川] (2025; 53/20251114)

Cuando fui a ver en sesión tempranera de tarde esta película del japonés Masakazu Kaneko, tenía buenas sensaciones. Y en ese viernes, a las cuatro y media de la tarde, en la sala había más gente de la que esperaba. Poca, claro. Dada la nacionalidad de la película y que se trata de una versión original subtitulada, a la que la gente en este país, o al menos en Zaragoza, parece tenerles mucha alergia. El caso es que lo que había oído de ella, aunque no mucho, apuntaba a pequeña joya.

Kaneko nos lleva a finales de los años 50, cuando Japón ha pasado lo peor de la posguerra, y el desarrollismo económico está empezando a despuntar. En una pequeña población de montaña, un padre de familia ve con esperanza las obras que van a llevarse a cabo para construir una nueva presa en un angosto valle, aunque muchos árboles perecerán. Pero transmite a su hijo (Sanetoshi Ariyama) la esperanza del progreso. Poco después, este acude a una sesión de cuenta cuentos, donde el narrador, y también la película, nos traslada trescientos años al pasado. Allí una jovencita y bella aldeana (Asuka Hanamura) vive con su padre y su hermano menor (el mismo actor que el hijo del siglo XX). Aunque pretendida por el hijo del caciquillo de la aldea, se enamora de un joven en la montaña (Yo Aoi), que viaja con unos torneros de madera nómadas. Pero la relación parece imposible… y quizá con un final trágico,… que tal vez pueda evitar el niño del siglo XX.

Tiene muchas cosas para encandilar esta película. En primer lugar, la realización. Tranquila, reposada. Muy japonesa. De atención al pequeño detalle. Cámara tranquila. Sin movimientos bruscos, pero muy elegantes. A veces fija. Fotografía y sonido, naturalistas. Y hermosa, sin artificios. Aprovechando el paisaje, el entorno, sin falsearlo, de forma también muy natural. Y con un ritmo tranquilo, pero con ritmo. De gran nivel, en su sencillez.

En segundo lugar, sus interpretaciones. Kaneko saca oro de unos intérpretes jóvenes, especialmente los tres mencionados, dos jóvenes poco más que adolescentes y un niño de 10 años, que son capaces de expresar de todo con sus gestos y sus rostros. Aprovechando al máximo la belleza sin artificios de los jóvenes, y la naturalidad reflexiva y curiosa del niño.

Y en tercer lugar, la estructura y los temas que trata el filme. Un canto a la naturaleza y a un estilo de vida en el que el ser humano se integra en ella, con respeto mutuo. Y todo ello en forma de fábula, en la que el presente se mezcla con las leyendas del pasado y uno y otras se representan en el otro. Niños capaces de viajar al pasado, cuencos de madera que se aparecen en el presente. Un ciclo de reconocimiento y salvación mutua. Un hermosura de película y de historia. ¿Tengo que insistir en que es muy recomendable? Aunque probablemente ya habrá desaparecido de la cartelera. Cosas que pasan con el arte más puro. Lo peor,… el pretencioso título que le han puesto a la película en castellano.

Valoración

Dirección: ****
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ****

[Cine] Bugonia (2025)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. El entorno en que suceden las cosas, tiene algo de anodino, así que voy con unas fotos de un entorno que a muchos les parecerá anodino, en la estación de tren de Casetas, próxima a Zaragoza.

Bugonia (2025; 52/20251108)

Desde hace un tiempo soy habitual de las películas de Yorgos Lanthimos. Desde Lobster, yo creo. No siempre tengo claro dónde quiere ir. Pero me parece que sus propuestas son muy estimulantes, que siempre tienen algo, que son buen cine y, además, te obligan a ser un espectador activo de la película. Especialmente frente a las propuestas comerciales más habituales, que son productos de digestión rápida para públicos pasivos. Para mí, por muy caras que cuesten, las exitosas películas de superhéroes y similares son el equivalente a comer en una hamburguesa con carne de origen desconocido, procedente de una cadena de comida rápida. Y ese tipo de comida, si alguna vez me gustó,… hace mucho que me cansó.

Y en esta ocasión viene acompañado de un corto reparto, pero con dos intérpretes que en los últimos años me han parecido excelentes. La más famosa Emma Stone, que aquí hace de empresaria de moda de una empresa biotecnológica, y al menos famoso, pero igualmente imprescindible, Jesse Plemons, que lleva una racha de películas con interpretaciones excelentes que ya quisieran muchos impresentables con Oscar honorífico. Y aquí hará de un tipo, entre activista y descerebrado, que secuestrará a la anterior con el fin de detener, según su paranoia de la conspiración, las actividades de unos invasores extraterrestres que controlan la Tierra, y de la que, según sus deducciones, la empresaria es una líder destacada. Y no nos olvidemos que hay un tercero en discordia, interpretado por Aidan Delbis, primo del anterior y coautor casi silencioso del secuestro.

La película es una peculiar adaptación de una película surcoreana del año 2003, dirigida por Jang Joon-hwan, que aparece como coguionista en los créditos de la película que nos ocupa hoy. Me gustaría ver la película original. Y según me dicen los buscadores, está disponible en Netflix EE.UU., pero no la encuentro en Netflix España… Si la encuentro por alguna parte… ya os lo contaré. El caso es que, aunque su premisa es relativamente original, he de decir que llegado un momento de la película, lleno de chispa, empecé a sospechar por dónde iban a ir los tiros. Será que soy médico… pero me pareció una pista muy descarada. Pero parece que muchos otros espectadores fueron sorprendidos. En cualquier caso, sin ser exactamente igual que a películas previas del director en su estilo, no deja de tener su punto de absurdo, al mismo tiempo que de crítica social. Lanthimos rueda bien. Y los intérpretes están estupendos. Pero…

Pero a la corta y a la larga, ya hace diez días que la vimos, la película deja poco poso. Sí. Nos intrigó. Pasamos algún momento bueno. Y alguno no tan bueno. Porque no faltan dosis de violencia y sangre en el filme. Pero tampoco aportar mucho más a lo que ya se ha dicho sobre muchos temas. Y en cuanto a su punto de absurdo… pues los hay más agudos, más ingeniosos. Por eso me gustaría ver el original. Saber cómo se planteó ahí el argumento y su resolución. Ver que llamó la atención de Lanthimos para adaptarla a su propia mirada. En cualquier caso, no me parece mala película. Tiene virtudes cinematográficas de sobra. Pero sin más. Normal.

Valoración

Dirección: *****
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ***

[Cine] Los domingos (2025)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. El año pasado visitamos el monasterio de la Encarnación de Osuna, de clausura. Donde constatamos algo de lo que no se habla en la película; que muchas de las novicias y monjas, más o menos jóvenes, especialmente las que vienen de África y Sudamérica, porque en España son pocas, acaban siendo las criadas y cuidadoras de las monjas ancianas. Y algunos ejemplos he conocido de monjas que abandonaron el convento con algún discurso como ese.

Los domingos (2025; 51/20251107)

Nos cuesta mucho ir al cine a ver películas españolas. Creo que ya lo he comentado en alguna ocasión. Pero resumiendo, las historias que nos quieren contar nos interesan pocas veces, y con cierta frecuencia, especialmente con repartos jóvenes, la interpretación deja que desear. Quedó atrás el tiempo en que los intérpretes se fogueaban en el teatro antes de pasar al cine, con suficientes tablas. Ahora pasan primero por la televisión, que no es buena escuela de interpretación las más de las veces. Pero las circunstancias se pusieron de cara para ir a ver la última película de
Alauda Ruiz de Azúa. Que también venía con unas críticas inmejorables, aunque eso tampoco es de fiar, por la tendencia a hinchar las bondades del producto nacional por parte de muchos críticos. A veces hasta cotas escandalosas.

Ruiz de Azúa nos lleva a Bilbao. A una familia bien. Padre (Miguel Garcés) viudo con tres hijas, la mayor, protagonista de la película (Blanca Soroa), de 17 años. Está la abuela (Mabel Rivera), que se ve buena mujer. Y la tía (Patricia López Arnaiz), que suple hasta cierto punto la ausencia de la madre, pero que tiene sus propios problemas. Como buena familia vasca, católica, lleva a las niñas a un colegio religioso de monjas. Aunque la tía se ha vuelto descreída. El padre intenta recomponer su vida con otra mujer (Leire Zuazua), aceptada por las niñas pequeñas, pero no por la mayor. Y tiene problemas económicos. Y en estas estamos cuando, la mayor a punto de entrar en la universidad, e influida por el cura del colegio (Víctor Sainz) y la superiora de un convento de clausura (Nagore Aranburu) donde hacen ejercicios espirituales, declara que contempla la posibilidad de profesar como monja del convento. Esto pondrá a todos los adultos patas arriba. Donde por otro lado, se me olvidaba, está la pareja de la tía, un argentino (Juan Minujín) con quien tiene un hijo, un poco despistado en la vida. Pero que conste ya que es el personaje más honesto y que mejor me cae de todos los que sale, y el que intenta tener la conversación más honesta con la chica de todos los que la rodean.

Vamos con las cosas buenas. La forma en que Ruiz de Azúa rueda se puede calificar, sin temor a exagerar, como magistral. Si alguna pega he de poner a la película será en el mensaje que nos hace llegar, no en su maestría a la hora de coger todos los elementos, encuadres, fotografía e iluminación, sonido, montaje, dirección actoral,… y hacerlos encajar a la perfección. La película es un goce de ver. Y a esto hay que acompañar los trabajos actorales que son también más que notables. Actuaciones expresivas, con las palabras justas, especialmente en la protagonista, pero no únicamente. Es una película en la que para alcanzar a imaginar lo que piensan los personajes hay que ir más allá de las palabras, porque todos son sinceros a la hora de decir que les importa la chica, a la que quieren, pero no lo son a la hora de decir que es lo único que los mueve. Salvo el tío argentino, probablemente el adulto más honesto. Por lo tanto, los gestos, los silencios, las posturas, las relaciones, son fundamentales para leer la película.

Donde empiezo a tener dudas es en el mensaje que nos quiere trasladar Ruiz de Azúa. Ella insiste en sus declaraciones que pretende no emitir juicios, que quiere plantear el dilema de la chica, y presentar lo que pueden ser las reacciones de quienes la rodean. Pero sin prejuicios. Y en esto me siento desorientado. En el lado de los que tiran de la chica hacia el convento,… Bueno, he de decir que no sé si lo que yo aprecio es lo que realmente quiere contar Ruiz de Azúa o si la película se le ha independizado y va por libre, sujeta a la interpretación del espectador. Los que tiran hacia el convento. No puedo considerar a la película neutra. La superiora es maquiavélica. Y el cura… habla en eslóganes, que pueden ser eficaces, pero en ocasiones llega a ser casi una caricatura de este tipo de curas. Y parece que no han cambiado mucho desde que yo estaba en esa edad en un colegio religioso a finales de los años 70. Pero el factor principal, no dejan de dorarle la píldora la chica con lo «inteligente» que es.

Los que tiran para el otro lado… prácticamente es la tía en solitario. Que después de haber representado el papel de madre sustituta en algunos aspectos, siente que se le escapa la niña. Y que comete el gran error, que es negar de alguna forma esa «inteligencia» con la que alaban los religiosos a la niña. Los que se la quitan. El padre… que presuntamente quiere respetar la libertad de su hija,… con problemas económicos,… y con una novia a la que la hija no traga… ¿de verdad esta respetando a su hijas como la mayor parte de los comentaristas dicen? ¿o esta viendo que se libera de una carga económica y para sus relaciones personales, quedando encima bien como padre abierto? Ahí lo dejo. Ya he sugerido que el tío argentino, puede ser el único que, sin intereses personales, bastante tiene con sus problemas, intenta dialogar de una forma respetuosa con la joven.

Y la joven, ¿es tan inteligente como dicen los religiosos?, ¿es tan inexperta en la vida como dice la tía?, ¿en qué medida no está sufriendo una presión de grupo que idealiza algo frente a los problemas cotidianos familiares? ¿Es libre a la hora de elegir o viene condicionada por el sesgo que le introducen quienes se sitúan «a su lado» frente a la familia en la que es una más, con sus responsabilidades y con las cosas que no le gustan? La interpretación de la chica sería perfecta, en cualquier caso es muy buena, si supiéramos que piensa realmente. Hay indicios. Y sabemos su decisión final. Pero no sabemos qué piensa sobre muchas cosas.

Y luego está el problema de las equidistancias. Me molestan mucho las equidistancias. Casi nunca que dos opuestos ideológicos se enfrentan hay equidistancia. Eso es una falacia. Como la confusión que lleva a que el derecho a respetar que todos tengan una opinión sea lo mismo que respetar todas las opiniones. No. No todas las opiniones son respetables. No todas las posturas son igualmente respetables. No todos los valores son igualmente positivos. No podemos ser equidistantes, porque eso da ventaja a las opciones más dañinas. Ruiz de Azúa no creo que sea equidistante, pero me molesta que juegue a serlo. O esa es mi opinión. Y como me molesta, a pesar de las enormes bondades cinematográficas de la película, salí molesto del cine. Como sucedió con las personas que me acompañaron. Pero no me da para reproducir ahora el intenso debate que vino después. No obstante, si podéis, ved la película. Con ojos muy críticos.

Valoración

Dirección: *****
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ***

[Cine] Frankenstein (2025)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. No sé muy bien que pasajes quieren representar en la película, pero en el original, las acciones claves suceden a orillas del lago Lemán, que es donde se gestó la historia, en el año sin verano.

Frankenstein (2025; 50/20251103)

Sinceramente, no soy un fan del Frankenstein de Mary Shelley, que no he leído entera, algún pasaje en alguna ocasión. De hecho, me cuesta mucho tirar hacia delante con la literatura romántica. Una de las características del romanticismo, de la que se habla poco, pero de la que está impregnada este relato, es el anticientifismo. Poco a poco, desde Newton y otros coetáneos y a través de la ilustración del siglo XVIII, la ciencia ha ido desarrollándose y ha ido perfeccionando un método científico que le permitirá acelerar su progreso. Los desarrollos sobre la electricidad y el magnetismo, entonces todavía vistos como fenómenos distintos, están de moda, y eso se encuentra presente en el relato de Shelley. También la máquina de vapor, desarrollada a lo largo del XVIII está empezando a impulsar, tras las vicisitudes de las guerras napoleónicas, la revolución industrial que caracterizará el siglo XIX. Y el estudio del ser humano, de la anatomía, se va haciendo más libre de las influencias de la religión, y de los límites que esta imponía. Aunque a la biología y a la medicina le han de llegar todavía sus mejores tiempos. Pero Shelley, escritora romántica, utiliza ese miedo a la ciencia, a la técnica, mezclado con otras preocupaciones suyas, para desarrollar su relato, en el que el ser humano, el hombre en concreto, excluyendo a la mujer, se convierte en dios utilizando esta ciencia y esta técnica. Pero yo soy un chico de ciencias. Y no me van estas visiones que tienden a retrogradar el avance humano, sin mejorar el auténtico problema que es la ética del ser humano. En las últimas décadas, la postmodernidad ha tenido un papel similar, también anticientífico, paradójicamente ante el avance de las tecnologías de la información, que se ha reflejado, por ejemplo, en las historias de superhéroes que nacieron como reacción a los riesgos de la ciencia y la técnica que aparecieron en el siglo XX; la radiación, la mutación, los peligros de lo que podemos encontrar en el espacio… «ciencia ficción» anticientífica. Qué ironía.

Guillermo del Toro afronta la tarea de releer y reinterpretar a la criatura de Shelley, me resisto a llamarla monstruo, procurando ser fiel al espíritu de la escritora. Que como he leído en algún lugar escribe un relato de ambiente gótico más que de terror. El argumento tiene algunas alteraciones. Pero las cuestiones esenciales son menos. Y los ataques de ira de la criatura también más contenidos. Es más autodefensivo, que un furia ofensiva desatada. Sin embargo, no es la criatura (Jacob Elordi) quien es el protagonista. No. La criatura es una guía, en mi opinión, sobre el descenso a los infiernos en vida de Victor Frankenstein (Oscar Isaac). El científico que quiere crear, pero que no tiene un plan para su criatura. El moderno Prometeo que es capaz de robar el fuego de Dios o, si lo preferís, el fuego vital de la naturaleza, para crear una nueva vida, un nuevo ser.

A la obra de Shelley se le encuentran con frecuencia muchas interpretaciones y simbolismos,… no sé. Ya he dicho que sólo he leído parcialmente algún que otro capítulo. En lo que se refiere a la película de Del Toro, ya he mencionado por dónde creo que van los tiros y hay que interpretarla. Por lo menos, para un ser limitado como yo. Eso sí, en un lujoso envoltorio, como no podía ser de otra forma la capacidad creativa y realizadora del director mejicano. A nadie se le escapa la capacidad de crear universos y criaturas fascinantes. Como no podíamos esperar menos, a la realización se le pueden poner pocos peros, si es que se le puede poner alguno.

Sin embargo, las interpretaciones me resultan más problemáticas, lo cual puede sorprender a algunos o muchos. La mayor parte de la crítica ha alabado el trabajo actoral de la película. El problema es que las interpretaciones tirando a excesivas, incluso con un pizca de histrionismo, como las que nos regala Isaac, y en menor medida Christoph Waltz, no son de mi gusto. Siempre he preferido las interpretaciones contenidas, en las que se muestran ideas y sentimientos intensos sin necesidad de excesivos arrebatos o aspavientos. Es curioso encontrar a Isaac en esta película, ya que fue célebre su participación en un derivado moderno del concepto de Frankenstein que alcanzó bastante fama. También el papel de Mia Goth me resulta un poco excesivo, y con una justificación justa en su inserción en la acción para la aparente relevancia que tiene. Cogida por los pelos. Quizá el que mejor, Elordi, mucho más contenido a pesar de ser el más aparatoso en su caracterización como la criatura.

No lo voy a negar. En mi valoración algo justa comparado con lo que se comenta por ahí, en crítica y público, aunque este esté más dividido, influye mucho, y he de reconocerlo, mi poca apetencia por el género gótico en general y por la obra original en particular. Aunque me estoy planteando darle una oportunidad a esta. La de leerla completa, quiero decir. La película es recomendable, sin duda alguna, pero los aficionados al género la disfrutarán inmensamente más que quienes, como yo, se acercan con escepticismo al mismo.

Valoración

Dirección: *****
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: ***

[Cine] Den stygge stesøsteren (La hermanastra fea) (2025)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. El cambio de guardia en el palacio real de Oslo será adecuado para ilustrar esta entrada sobre príncipes y nobles.

Den stygge stesøsteren (2025; 48/20251030)

Recupero la película que me salté hace unos días en mis comentarios cinematográficos. Y tengo que empezar a planificar mejor estos comentarios, porque se me han acumulado en estos días. Incluida la película de hoy, son cuatro los estrenos que tengo pendientes de comentario, porque esta semana ha sido muy prolífica, debido a una serie de estrenos interesantes que se han producido recientemente. Pero vamos con esta extraña versión del cuento de la Cenicienta vista desde la perspectiva de su directora y guionista, la noruega Emilie Blichfeldt.

La cosa empieza con ironía. El día de la boda del padre de Cenicienta con la que será su madrastra (Ane Dahl Torp), que llega acompañada de sus dos hijas a la mansión de la familia de Agnes (Thea Sofie Loch Næss), el nombre real en la película de Cenicienta. Pero durante el banquete, ambas partes comprenderán que ambas partes están arruinadas, por lo que ninguna de las partes mejora su situación económica con el matrimonio. Y con la impresión, el padre de Agnes muere. La única solución para salir a flote es conseguir que un de las tres chicas se case con el príncipe. La solución obvia es la bella Agnes; pero una áspera discusión con la madrastra hará que esta opte por Elvira (Lea Myren), su hija mayor, que tiene un problema. No es especialmente atractiva a los ojos de los hombres. Así que mientras la hermanastra menor pasa de todo y va felizmente a su aire, Cenicienta se dedica a sus tareas domésticas mientras liga con el jardinero, la hermanastra mayor sufre un duro proceso de transformación corporal para poder competir por los favores del príncipe.

Blichfeldt toma pues el punto de vista de la hermanastra «fea» para contar la historia tradicional, pero con una transformación notable en las personalidades de los caracteres. Todo ello con el fin de poner en solfa, de realizar una crítica mordaz, y a ratos desagradable, ya que la película podría entrar dentro del género del llamado terror corporal, sobre los estándares de belleza impuestos a la mujer por la sociedad. Elvira no es fea, realmente. Es una chica normal. No está gorda ni tiene sobrepeso, pero acumula una ligera barriguita y tiene muslos rotundos y cara redonda. Por lo que ya la llaman gorda. Tiene unos rasgos normales, perfectamente aceptables, pero para ser princesa hay que tener las nariz, la boca y los ojos perfectos. Y así, etcétera, etcétera. Mientras, el príncipe es un caradura superficial y mujeriego, mientras que Cenicienta pasa de todo y tiene su mirada puesta en los atributos masculinos del jardinero. En su conjunto, es una sátira ácida, con bastante mala baba.

La realización es muy notable. La traslación al pasado indefinido de los cuentos, (¿siglo XVII, XVIII, principios del XIX?) es realista. No hay brillo en los escenarios, no hay iluminaciones maravillosas con candelabros que producen una sorprendente cantidad de luz a pesar de ser simples velas… Todo es sombrío, algo cutre. Incluso los nobles y el palacio real tiene su parte de pedestre. Una puesta en escena que refuerza la historia. Y acompañada por excelentes actuaciones, especialmente por su protagonista, Lea Myren, y la madrastra, Ane Dahl Torp.

Notable película por lo tanto, que merece una recomendación, aunque en mi valoración subjetiva global se quede en el aprobado, porque la verdad es que no me van mucho los excesos de eso que se ha dado en llamar el «terror corporal», el derivado de transformaciones generalmente desagradables. Pero es una película notable que apenas ha tenido repercusión mediática, porque cada vez más los medios se preocupan más de los extremadamente comercial que del buen cine.

Valoración

Dirección: ****
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ***

[Cine] Ballad of a small player (2025)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Uno de los días más divertidos de mi vida estando viajando solo, a mi aire, durante 24 horas, en Macao.

Ballad of a small player (2025; 49/20251101)

Me salto una película, la que hace la número 48 de 2025, que comentaré otro día, y paso a hacer un comentario rápido de este largometraje que se estrenó recientemente en Netflix, y que me llamó la atención por diversos motivos. Con un reparto interesante, y un director, Edward Berger, que en los últimos tiempos nos está presentando trabajos no menos interesantes, como este, o este, me llama la atención que parece haber llegado a la plataforma de contenidos de forma un tanto subrepticia. De tapadillo. ¿Poca confianza en ella? Vamos a ver.

En Macao, un presunto aristócrata británico, Colin Farrell, agota su crédito en los hoteles y los casinos de la antigua colonia portuguesa. Todo parece ir cuesta a abajo, en un proceso de desmoronamiento personal imposible de frenar. Pero conocerá a una prestamista china, Fala Chen, con la que iniciará una cierta relación, entre lo real y los fantástico, que puede dar esperanza a su situación, mientras una investigadora, Tilda Swinton, va tras él para reclamarle el dinero de sus deudas en otras latitudes del mundo.

La película, que en español tiene el tonto título de Maldita suerte, me generó mientras la veía sentimientos contrapuestos. Ciertamente, el oficio como realizador del director se nota, con planos precisos y ambiciosos, que cambian de tono entre la atmósfera del lujo de los casinos y de las suites de hotel, y los paisajes urbanos menos glamurosos que se pueden encontrar en algunos barrios o en las áreas costeras de Macao. Pero el tono entre el thriller y la historia de fantasmas no acaba de convencerme del todo, y en varios momentos de la película estuvo a punto de sacarme de ella. Especialmente estando viéndola en casa, un lugar donde te desconcentras más fácilmente que en la sala de cine.

Por otro lado, las interpretaciones tienen su mérito, pero se apoyan demasiado en el papel de Farrell, al que obligan a adoptar un tono quizá demasiado histriónico, cuando yo siempre me siento más a gusto con interpretaciones contenidas y sutiles. Si a eso sumas algunos planos visceralmente desagradables… lo que decía. Estuve todo el tiempo con un pie fuera del filme. Un filme que no me atrevo a recomendar, pero al que el amante del cine menos convencional quizá quiera dar una oportunidad. Desde luego, una película que no imaginaba yo que tuviera su sitio en una plataforma como Netflix, tal y como está evolucionando la plataforma en los últimos tiempos. En cualquier caso, como alguien ha dicho por ahí… ¿mucho ruido y pocas nueces? Que cada cual valore.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: ***

[Cine] The life of Chuck (2025)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. La película empieza en algún lugar de California… así que a algún lugar de California nos vamos fotográficamente hablando. A San Francisco en concreto.

The life of Chuck (2025; 47/20251021)

Años atrás hubiera empezado este comentario cinematográfico manifestando mi extrañeza por el hecho de que no se hable más de esta película. Sinceramente, hasta unas horas antes de ir a verla, en vísperas de salir de viaje a Málaga, poco sabía de ella. Su director, Mike Flanagan, no me llamaba especialmente la atención. Su carrera se ha dedicado principalmente al terror y misterio, géneros que pocas veces me llaman la atención, aunque no niego que existan buenas películas encuadradas en ellos. Pero… poco interés habían despertado sus películas. Y que esta película esté basada en un relato de Stephen King. Mucho se ha adaptado de este autor. Pero por cada película sobre sus novelas que me ha llamado la atención, hay varias que me han resultado absolutamente indiferentes. Así que…

La estructura de la película no es lineal. Bueno,… sí es lineal, pero con la línea del tiempo a la inversa. En tres actos, empezando por el tercer acto y terminando el primer acto. No me apetece mucho especificar el contenido de los tres actos, porque… bueno, no se trata tanto de destripar la película sino de respetar la forma en que se presenta la vida de Chuck (Tom Hiddleston/Jacob Tremblay/Benjamin Pajak/Cody Flanagan). Desde ese episodio extraño y apocalíptico protagonizado por Chiwetel Ejiofor y Karen Gillan, hasta el amplio episodio que nos permite saber de dónde viene Chuck y cómo eligió su camino en la vida, pasando por ese interludio musical simpático que nos permite entender quien es.

Una película muy bien planteada y presentada, bien rodada y con buen ritmo, que disfruta de unas interpretaciones con oficio y calidad. En los intérpretes veteranos, no extrañan, porque sabemos que son intérpretes con mucho oficio. Pero una sorpresa muy agradable en los más jóvenes, que llevan el peso del primer acto, último episodio de la película. Pero sobretodo una película con corazón, optimista, pero nada empalagosa, en la que entendemos las alegrías de la vida, pero también las tristezas, cómo todas ellas son parte de esa vida, cómo son complementarias, cómo son necesarias las tristezas, inevitables por otra parte, para disfrutar más y mejor de las alegrías.

Esta película ha pasado relativamente desapercibida por la cartelera. Todavía está hoy domingo en Zaragoza. Dejará de estarlo a la hora de comer. Y nada de versión original, ya. Y sin embargo es de lo que mas me ha gustado en lo que llevamos de año. Quizá no como para premios y esas cosas. Pero sí para pasar un buen rato de cine, salir con el alma un poquito más ligera, y quedarte con la solfa que a pesar de las enésimas partes, de los nuevas versiones, de contar la misma película de acción una y otra vez con los mismos o distintos superhéroes, todavía queda margen en el mundo del cine para contar nuevas historias que nos digan algo.

Valoración

Dirección: ****
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ****