[Cine] Los tres últimos estrenos vistos antes de las vacaciones

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Fotografías de Dublin en verano, mucho más luminosas que la gris ciudad irlandesa en invierno en la que transcurre la acción de la película de aquel país que comento hoy.

Cuando cojo vacaciones y voy a estar unos cuantos días sin publicar los contenidos habituales, tengo la costumbre de dejar a cero el contador de películas pendientes de comentario, entre los estrenos recientes que ya he visto. Pero en esta ocasión, por el lío que he llevado en los últimos tiempos, se me han acumulado nada menos que tres de ellas. Y además muy dignas de comentario.

Eddington (2025; 42/20250918)

Estamos ante la última película estrenada del director Ari Aster. Vi la opera prima de este director y, a pesar de las muchas alabanzas que recibió, especialmente de los críticos, a mi no me entró. Hasta tal punto que no había vuelto a ver una película de Aster, a pesar de las sistemáticas alabanzas que recibe. También es cierto que flirtea siempre con el terror, y no soy muy de este tipo de películas. En esta ocasión, de la mano de Joaquin Phoenix, Pedro Pascal, Emma Stone y otros, nos lleva a lo más profundo de los Estados Unidos, al ficticio pueblo de Eddington, donde se desata un conflicto entre el sheriff, el alcalde, grupos antifascistas y grupos muy fascistas. Aster lleva el conflicto general del país a un microuniverso. Y como parece costumbre en él, desata un exceso de sangre y desatinos. Que resulta preocupante… porque podría ser verdad en algún momento. Creo que es una película razonablemente recomendable, aunque a mí no me ha despertado tantos entusiasmos como a la crítica. Las interpretaciones son muy recomendables.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ***

Small things like these (2024; 43/20250924)

Casi de tapadillo, confundida entre los diversos estrenos de este mes de septiembre, llega esta película irlandesa, dirigida por Tim Mielants, y a la que le ha costado llegar a nuestro país. Se ha ido estrenando muy poco a poco por el mundo… principalmente por Europa. Y se centra en un problema que diría que es muy irlandés… si no fuera porque también se ha dado en otros países tradicionalmente «católicos», entre ellos España durante la dictadura, de una u otra forma. El protagonista de la película es un padre de familia, Cillian Murphy, trabajador, honesto, dedicado a su familia y devoto cristiano, que vive junto a un convento que regenta una lavandería. Una de las infames lavanderías de la Magdalena. Un día observa como a una chica la arrastran a este convento. Como sirve de carbón al mismo, se la encuentra encerrada un día en la carbonería, en mal estado. Y empieza a sospechar que algo pasa en el establecimiento. Lo cual despierta todo tipo de conflictos internos. Por su pasado, es hijo de madre soltera, acogida por una señora caritativa y honesta, y por su presente de familia devota con hijas. Tras muchas dudas, pasará a la acción, aun bajo las amenazas de las intimidante superiora del convento, Emily Watson.

Impresionante película, muy introspectiva, que en hora y media plantea y desarrolla un conflicto, real y psicológico, con la ayuda de un reparto de primera categoría. Una plena denuncia de los desmanes de las instituciones católicas, que ha llevado a que Irlanda, uno de los países más devotos tradicionalmente del mundo católico haya adquirido notables cifras de abandono de esta fe ante los escándalos de la Iglesia, con la mejora masiva de la educación y con la amplia apertura al mundo de las últimas décadas. Muy muy recomendable.

Valoración

Dirección: ****
Interpretación: *****
Valoración subjetiva: ****

One battle after another (2025; 44/20250926)

Dada la irregularidad de los últimos tiempos en la oferta de versiones originales en la gran pantalla, y dado que durante casi dos semanas no vamos a poder ir al cine, ayer me escapo a ver esta película, la última de Paul Thomas Anderson, que me interesaba mucho. Con ella volvemos a los conflictos actuales de la sociedad americana. Y más específicamente a los de la inmigración y el racismo estructural de la sociedad estadounidense. Un grupo revolucionario encabezado por Perfidia (Teyana Taylor), de la que es pareja uno del militantes (Leonardo DiCaprio), realiza acciones contra los centros de reclusión de inmigrantes, liberándolos, contra centros de poder social y económico reaccionarios y algún atraco que otro para sostenerse. Perfidia también mantiene un relación patológica con un policía de inmigración (Sean Penn). Un día, un atraco saldrá mal, atraparán a Perfidia que ha tenido una niña, y venderá a su banda. Muchos caerán. Pero su pareja y la niña escaparán. Perfidia también escapará a Méjico. Años mas tarde, el policía, ya coronel, quiere entrar en un grupo de presión supremacista blanco, y va a ser investigado. Sabe que Perfidia tuvo una hija, ya adolescente (Chase Infiniti), pero no sabe si es suya, lo cual lo podría perjudicar. Por lo que iniciará una demencial acción policial desmesurada para raptarla, comprobar la paternidad, y si es necesario eliminarla. Pero Bob, como se llama ahora la antigua pareja y quien ha sido el padre de la niña, no se cruzará de brazos y encontrará aliados (Benicio Del Toro) para desbaratar la acción.

Entre la comedia negra y la acción más desbaratada, Anderson pone en marcha el ventilador para exponer las miserias de la sociedad norteamericana, como lo hace Aster en la primera de las película comentadas hoy, y en un entorno no tan diferente, aunque sobre bases distintas. Y sobre todo lo hace con elevada maestría realizadora, con ritmo, y con más corazón que Aster, lo que hace que la película de este quede, desde mi punto de vista, mal parada en la comparación. Pero no todos estarán de acuerdo. Al fin y al cabo, son dos etilos distintos. En cualquier caso, a mi me ha parecido una película excelente, muy divertida, muy recomendable, sus dos horas y media de duración no se hacen largas, y que se ve acompañada de unas estupendas interpretaciones, con DiCaprio, Pen, Infinity y Del Toro en auténtico estado de gracia. Muy muy muy recomendable.

Valoración

Dirección: *****
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ****

[Libro] El loco De Dios en el fin del mundo – Javier Cercas

Literatura

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Un día de extraordinario buen tiempo siendo diciembre en Ciudad del Vaticano en 2004.

Supongo que fueron las noticias repetidas sobre los ingresos hospitalarios de Jorge Bergoglio, conocido popularmente como el papa Francisco, su nombre elegido como monarca absoluto del estado teocrático de Ciudad del Vaticano, lo que me hizo interesarme por este libro de Javier Cercas. En su momento ya me habían interesado otras obras de Cercas de no ficción, un autor que tenía un poquito olvidado, y decidí agenciármelo. Era el día 7 de abril. Y claro, que Bergoglio falleciese dos semanas más tarde, de repente puso al libro muy de actualidad. «De repente» se refiere al interés por el libro, no al fallecimiento de Bergoglio que, para cualquier conocedor de lo que es los males y enfermedades de los ancianos, se veía venir a pasos agigantados dijeran lo que dijesen los telediarios. No obstante, hasta casi un mes después de que Bergoglio se reuniese con su creador,… suponiendo que esté exista, y es mucho suponer,… o con el diablo, cuya existencia me resulta más probable,… no empecé su lectura, mientras todavía estaba recorriendo tierras sicilianas.

Pero al fin y al cabo, según lo que nos relata Cercas en su libro, una de las motivaciones para escribir el libro fue tener la oportunidad de preguntarle al argentino, en nombre de su madre, si realmente la buena mujer se iba a reunir con su difunto marido tras exhalar su último aliento. Dejando de lado que ya existe por ahí alguna demostración «científica» que nos enseña que todos vamos a ir al infierno, siendo además un sistema exotérmico, y por la tanto, como se nos ha contado, bastante calentito, esta excusa me parece más un entretenido macguffin más que otra cosa. Aunque tampoco tengo motivos para dudar que por motivos emotivos, para el autor, sea importante. En cualquier caso, al autor se le presentó la oportunidad de sumarse a la comitiva papal durante un viaje pastoral a Mongolia. Hablan de él como uno de los últimos… claro que siendo en agosto-septiembre de 2023, habiendo fallecido en abril de 2025, tendría que ser de los últimos. Pero a lo tonto modorro, aun hizo un par más por tierras francesas, uno por el Benelux y otro por países de Oceanía y el Sudeste Asiático.

No voy a entrar en el «argumento» del viaje… que lo podéis encontrar en muchos lugares de consulta. El escritor, dedicó buena parte de su tiempo hábil en las semanas anteriores al viaje, durante el viaje y en los días posteriores a entrevistarse con distintas personas; de los medios de comunicación y relaciones públicas vaticanas, de la curia vaticana, misioneros diversos en el país centroasiático… etcétera. Lo cual le permite realizar una semblanza sobre la naturaleza de Bergoglio como líder supremo de la Iglesia Católica, y de su visión y cómo le gustaría que esta fuese. No voy a entrar mucho a cuál es la visión que los entrevistados dan de su líder supremo, ni de cómo lo entiende el autor. Al igual que Cercas, yo soy muy escéptico sobre la autentica naturaleza de la ideología de Bergoglio. Nunca he acabado de verlo como ese papa progresista, incluso de izquierdas para disgusto de la derecha más ultramontana, que muchos proclaman.

Siempre he creído que Bergoglio es un «apolítico»… es decir un señor de derechas. Confesarse «apolítico» es una forma de ser de derechas, incluso cuando quienes se proclaman como tales ignoran este hecho. En cualquier caso, existen varios ejemplos, y Cercas nos ofrece algunos, que muestra que Bergoglio estuvo dispuesto a contemporizar o colaborar con regímenes autoritarios a cambio de que a «su» Iglesia le fuese bien. Lo cual es una tendencia común a muchos de sus antecesores. Y su visión a favor de los desfavorecidos, no deja de ser esa visión caritativa, pero no comprometida con la justicia social y la equidad. Cercas, no obstante, no hace sangre. Los medios próximos al Papa le ofrecen la posibilidad de tener una experiencia única, y de plasmarla en un libro con garantías de publicación. Y sin renunciar a su propia visión, opta por mantener una postura amable; sin «hacer sangre».

Por lo demás, aquí no descubro nada nuevo, Cercas escribe bien. En mi opinión uno de los mejores escritores españoles contemporáneos. Y además de escribir bien, escribe para que se le entienda, lo cual tiene más mérito en su conjunto, sin decaer en el nivel literario de su escritura. Y eso me gusta. Me gusta que al terminar un libro tenga la sensación de que he aprendido a hablar o escribir mejor que al empezarlo, y que ademas me haya sentido interesado y entretenido, que ambas cuestiones son válidas simultáneamente. Realmente no debería haber tenido tan olvidado durante tan tiempo a este escritor.

[Cine] Conclave (2024)

Cine


Conclave (2024; 65/20241224)

Otra de las tradiciones del final de año, o del principio de año más bien, es que el primer día del año, en este Cuaderno de ruta, publico mi comentario sobre las últimas películas que he visto en el año anterior, con el fin de realizar el resumen del año al día siguiente. El año pasado me quedaron tres películas por comentar del 2023 para el primer día de 2024. Pero este año sólo ha sido una. Los días festivos no me han dado para sumergirme en los estrenos cinematográficos como otros años. Y la última del año la vi en la tarde de Nochebuena, o sea que hace ya más de siete días. Fue una película que, cuando la vi anunciada, me interesó. Hay películas y series muy interesantes sobre la sucesión papal, el reparto de esta película que os traigo hoy me parecía de muy alto nivel, así que me apetecía mucho ver qué visión nos aportaba el director Edward Berger a esta cuestión. Especialmente después de la interesante versión que nos ofreció de un clásico de la literatura bélica. O mejor dicho, antibelicista.

Durante la película que hoy nos ocupa, vamos a seguir los pasos del decano del colegio cardenalicio (Ralph Fiennes) cuando, a la muerte del papa, ha de organizar el cónclave que ha de elegir a su sucesor. Este cardenal británico, encuadrado en el sector progresista de la iglesia católica (en la medida en que un cardenal pueda ser progresista, que no lo es mucho), se preocupa tanto de que todo esté bien organizado. Pero ha llegado a un punto en su vida en el que le consumen las dudas. Y los problemas se acumulan. Cuatro cardenales se disputan a priori la cátedra De San Pedro; un italiano conservador y ultratradicionalista (Sergio Castellitto), un moderado canadiense, pero poco escrupuloso (John Lithgow), un africano cuya postura no es clara, más bien conservador (Lucian Msamati), y un estadounidense claramente progresista (Stanley Tucci). Pero le llegan informaciones que comprometen las posiciones de algunos de ellos por diversos escándalos. También se encuentra con que ha de admitir en el cónclave a un nuevo cardenal mejicano (Carlos Diehz), desconocido, que el anterior papa había nombrado de forma secreta, por la delicada situación en la que se encuentra al ejercer su ministerio en Kabul. Incluso la monja que organiza los asuntos hosteleros del cónclave (Isabella Rossellini), devota al anterior pontífice, puede tener su papel en el resultado. Mientras, en el exterior, comienzan a producirse atentados terroristas, que afectan incluso a las deliberaciones del colegio cardenalicio.

Durante la mayor parte del metraje, la película es estupenda, rozando la excelencia. Bien ambientada, dirigida con precisión, y con unas interpretaciones del nivel que podemos suponer en el reparto que he ido comentando. Profesionales de la interpretación con una trayectoria impecable, con calidades muchas veces demostradas, que no defraudan, con un Fiennes a la cabeza, uno de mis actores vivos favoritos, siempre sólido y versátil, que nos guía en sus dudas por los intrincados recovecos del cónclave. Con unos planteamiento que, aunque ficticios, nos parecen plausibles. Pero… Ah… Hay un gran pero en mi valoración global de la película y en las decisiones argumentales de la historia. Y es que, en el tramo final de la película, cuando ya está electo el que va a ser el nuevo papa, uno de los mencionados con anterioridad, aunque no diré quien, se produce una revelación que… desde mi punto de vista es innecesaria, cambia por completo el sentido de la película, convirtiéndola en una historia sensacionalista, y tirando a la basura, o al menos arrinconando todos los contenidos mostrados hasta el momento. Un giro… que para mí, no tiene sentido. Incluso ni siquiera debiera plantear problema ni dilema, y lo digo desde mi punto de vista como profesional de la medicina.

Es curioso. Esta película, en el 80 % del metraje iba destinada a ser una de mis favoritas del año. No es perfecta. Aunque tiene el mérito de reclamar a la iglesia católica un regreso a virtudes esenciales, a la espiritualidad (esto es imaginar que en algún momento ha tenido estas virtudes, que es mucho imaginar), también es cierto que algunos de sus argumentos son simples. Pero no necesariamente erróneos. Desde luego, la película no ha gustado a la jerarquía católica, les ha debido tocar al punto doloroso, especialmente a los más carcas. Pero sí ha gustado a otras gentes vinculadas a la religión católica fuera de las jerarquías, y que consideran necesaria esa reforma de formas y fondos. Pero, ay, esa salida de tono, sin mucho sentido, que aporta poco, desde mi punto de vista, Hace que todo se valla un poco al traste. Sigue siendo una buena película. Merece una oportunidad del aficionado al cine. Pero se aleja de mis puestos de honor del año.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ***

[Cine] Spotlight (2015), el «hombre de los caramelos» estaba «dentro» y no «a la salida» del colegio

Cine

Spotlight (2015; 092016-0131)

Como el fin de semana pasado fue «largo» en Zaragoza, hubo tiempo para dos películas. Al fin y al cabo, estamos en plena temporada previa a los óscars y hay que «trabajar» a destajo si uno quiere saber porqué tiene que considerar una vez más que estos premios están «devaluados», «no significan nada» y «no son más que un montaje de la industria del cine». Para dado que estos hechos son así, o más o menos,… pues vamos al curioseo y al comentario previo. Que luego llegará el cotilleo posterior alabando a las chicas que estaban realmente guapas en la alfombra roja y poniendo a caldo a aquellos, o aquellos, a quienes viste su peor enemigo.

Es frecuente escuchar o leer que la película que hoy nos ocupa trata de los abusos sexuales, violaciones hablando claro, perpetrados por sacerdotes y otros clérigos católicos sobre víctimas menores de edad, incluso en edad francamente infantil. Abusando de la autoridad que sobre estos menores ejercen estos individuos en el marco de sus parroquias o sus colegios privados. Pues no va de eso.

¡¡¡¡¡?????

¡Dejad que los niños se acerquen a mí, porque suyo es el reino!... parece que muchos sarcerdotes no han entendido el mensaje. Santa Maria in Cosmedin, Roma (Italia).

¡Dejad que los niños se acerquen a mí, porque suyo es el reino!… parece que muchos sarcerdotes no han entendido el mensaje. Santa Maria in Cosmedin, Roma (Italia).

Bueno,… sí que va de eso… Pero no solamente. Es más, si la película que dirige Tom McCarthy es interesante es porque es más que eso. Bastante más que eso. Sobre los abusos sexuales a menores, perpetrados por clérigos o no, se han hecho ya una diversidad de filmes. Sobre los abusos que los clérigos de la Iglesia Católica u otras confesiones ejercen sobre las comunidades que dominan moralmente, retorcidas morales muchas veces, aunque no sean de naturaleza sexual, también se han visto películas. O hemos leído interesantes obras de ficción. Pero hacía falta algo más. ¿Qué faltaba?

Pues lo que nos ofrece este relato basado en la investigación periodística del Boston Globe sobre los casos de abusos en la significativa ciudad de Nueva Inglaterra. Una reflexión crítica sobre la postura del resto de la sociedad ante estos hechos. Porque nos encontramos en una sociedad, que presume de ser de las más avanzadas, ricas y progresistas de los Estados Unidos, cuyos policías, cuyos jueces, cuyos abogados, cuyos políticos, cuyos tenderos, cuyas abuelas,… todo el mundo, incluidos los periodistas que son protagonistas en esta historia, hasta que se dan las circunstancias adecuadas miran para otro lado, ignoran la realidad, se niegan a plantar cara a una institución, la Iglesia Católica, que no es más un poder fáctico más de los que parasitan las sociedades humanas.

Parece que el cardenal de Boston, lejos de ser castigado por el Vaticano, fue destinado a Santa Maria la Maggiore, una de las basílicas vaticanas en suelo romano, un destino prestigioso.

Parece que el cardenal de Boston, lejos de ser castigado por el Vaticano, fue destinado a Santa Maria la Maggiore, una de las basílicas vaticanas en suelo romano, un destino prestigioso.

Miren. Con frecuencia se mezclan los conceptos de moral y ética. Yo los distinto. La ética es el comportamiento guiado por una reflexión personal, sobre unos valores reconocidos y admitidos por el individuo que los posee, y que busca alcanzar la felicidad, generalmente con un comportamiento prudente. Sin hacer daño a nadie por el camino, vamos. La moral es el comportamiento dictado por las costumbres. Miren la etimología de la palabra, del latín «mores». O tempora o mores, decía Cicerón en una de sus Catilinarias. ¡Qué tiempos, qué costumbres! Y las costumbres son producto de la presión del grupo. De la presión social. De la presión de los grupos de poder fáctico. Entre ellos las jerarquías religiosas. Y las costumbres, la presión de los grupos no tienen porque ser buenas para la persona. Para las personas. Especialmente para los más débiles. Por ello debe haber vigilantes. De los grupos fácticos. Tradicionalmente, el papel que se otorgaba a la prensa libre. Un papel al que parece que la prensa está renunciando a marchas forzadas, en manos como está de potentes grupos económicos. Poderes fácticos, por lo tanto. Ya la hemos jodido.

Pero en Boston, en el año 2001, quedaban algunos periodistas que todavía estaban dispuestos a hacer su trabajo. Y esta película nos lo cuenta. Con sobriedad. Sin alaracas. Yendo al grano. A los hechos. A lo que documentalmente se puede probar. Con ganchos directos al hígado del tejido social de una sociedad más o menos privilegiada, pero con más carencia de equidad de la que están dispuestos a reconocer. Y debemos dar gracias a quienes han trabajado en este filme por enseñarnos la lección. Porque hay otros grupos de poder fáctico ahí. Porque hay otras morales hipócritas. Porque hay otros indefensos que sufren. Y no lo vemos. O no lo queremos ver. Y nadie nos lo cuenta. O nadie nos lo quiere contar.

El reparto estupendo, por cierto. Todos.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

Nos contaban los padres escolapios que todos los niños teníamos un angel de la guarda, dulce compañía... que se debe tomar un rato libre e irse a beber unas birras cuando hay algún cura cerca. Puente de Sant'Angelo, Roma (Italia).

Nos contaban los padres escolapios que todos los niños teníamos un angel de la guarda, dulce compañía… que se debe tomar un rato libre e irse a beber unas birras cuando hay algún cura cerca. Puente de Sant’Angelo, Roma (Italia).

[Cine] Philomena (2013)

Cine

Philomena (2013), 28 de febrero de 2014.

En vísperas de la gala de los óscars, ya comentada de una u otra forma, se estrena en Zaragoza, versión original incluida, una de las nueve candidatas, número claramente excesivo, al premio gordo de la Academia de Hollywood. Que además viene avalada por la dirección de Stephen Frears, y las interpretaciones de la prestigiosa Judi Dench así como del también guionista Steve Coogan.

Nos cuenta cómo, tras dejar su puesto en el departamento de comunicación del gobierno británico por un escándalo político, el periodista Martin Sixsmith (Steve Coogan) mientras decide por donde encaminar su futuro profesional accede a investigar el paradero del hijo de Philomena Lee (Judi DenchSophie Kennedy Clark de joven), una anciana irlandesa que en su adolescencia fue separada en contra de su voluntad de su hijo por las religiosas católicas del centro donde estuvo internada como consecuencia de su embarazo fuera del matrimonio. Esto les llevará a ambos a realizar un periplo por IrlandaEstados Unidos para averiguar qué pasó y qué fue del hijo de Philomena Lee.

Río Shannon en Clonmacnoise

El Río Shannon en Irlanda a su paso por Clonmacnoise.

Película sin muchas complicaciones que nos cuenta una «historia de interés humano», en la que hay una crítica, no especialmente incisiva, hacia las actitudes de la iglesia católica en relación con el tráfico de niños en adopción en la Irlanda de los años de posguerra. La película está interpretada con el oficio que caracteriza a los veteranos intérpretes británicos que en ella trabajan.

Siendo una película razonablemente visible, me parece bastante blandita dado los temas que tratas. Estando de fondo el tema del tráfico de niños y bebe a cambio de dinero por parte de instituciones religiosas presuntamente caritativas, opta por una historia amable de buenos sentimientos y pocas consecuencias. Se deja ver, como digo, pero no me parece que esté a la altura de una seria candidata a premios de importancia. Los personajes son reales.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

Clifden

Y más al oeste, sin salir de Irlanda, un puente de piedra en Clifden.

Mito y rito… o ir de boda en España

Política y sociedad

Este fin de semana hemos estado de jolgorio. Ha habido una boda en la familia. Lo primero que se me ocurre decir es algún tópico como «es agotador» y esas cosas. Pero bueno… si las cosas están razonablemente bien organizadas, y te tomas las cosas con cierta filosofía, pues tampoco es para tanto. El único problema real en el plano físico, el calor implacable al que estamos siendo sometidos este verano, especialmente en la ribera del Ebro.

Pero no voy a hablar del acontecimiento en particular, que pertenece a la privacidad de la vida familiar. Sí que me apetece hablar un poco sobre los ritos que habitualmente acompañan en nuestra sociedad a un acto que en esencia, y a efectos prácticos, no es más que un contrato público de convivencia entre dos personas. Sin embargo, aunque poco a poco se han ido extendiendo las bodas civiles, todavía se celebran muchas bodas bajo ritos religiosos.

Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche

Muchas personas caminan por la vida ignorando el hecho religioso en sus quehaceres cotidianos, pero sin embargo aparece presente en los acontecimiento sociales - Panasonic Lumix LX3

Según el Centro de Investigaciones Sociológicas, en 2005, un 76% de los españoles se definiría a sí mismos como católicos. Sin embargo, un 54% de ellos (un 41% de la población) nunca o prácticamente nunca realiza prácticas religiosas (acudir a misa, etcétera). Según el Eurobarómetro 2005, en España habría un 59% de personas que creen en algún dios, un 21% de personas que creen en algún espíritu o fuerza vital no identificable con el concepto tradicional de dios, y un 18% de personas que no creen en nada de lo anterior. No esta mal para un país que hace 30 años era obligatoriamente católico y con el que la Iglesia Católica mantiene una relación de claro privilegio, digan lo que digan o se quejen de lo que se quejen los obispos. Teniendo en cuanta que como consecuencia de la inmigración principalmente, un cierto porcentaje de personas que creen en Dios no serían católicos… musulmanes, protestantes, etcétera. Y también el hecho de que de los datos anteriores hay un cierto porcentaje de españoles que se definen a sí mismos como católicos, pero que no creen en un dios. Curioso, ¿verdad? Supongo que para muchos españoles ser católico no es profesar una religión sino identificarse con una determinada herencia cultural.

Münster

Pórtico del Münster de Berna, donde se profesa una variante del protestantismo especialmente abierta y tolerante; diríase que cada cual puede creer lo que guste creer, y está bien - Panasonic Lumix LX3

Por otro lado, el Instituto Nacional de Estadística nos dice que en 2008 casi un 51% de los matrimonios se celebran por el rito católico, apenas un 0,40% por otros ritos religiosos, y casi un 49% en un ceremonia de carácter civil. La tendencia sería a que cada vez se celebra un menor porcentaje de matrimonios religiosos. Bueno. Si tenemos en cuenta que sólo un 35% de los españoles tienen una vivencia religiosa católica que puede ir de asistencia ocasional a frecuente a actos religiosos, es normal la tendencia. Es más, me sorprende que todavía se celebren tantos matrimonios católicos.

Hay que tomar en cuenta que, en general, se puede decir que los católicos viven relativamente de espaldas a la Iglesia a la que dicen pertenecer. La Iglesia Católica ha presentado una dura y áspera batalla a la legalización y normalización social del matrimonio entre personas del mismo sexo. Matrimonio tal y como lo define el código civil, claro. Sin embargo, el apoyo social de los españoles a esta cuestión llega al 70%. Obviamente, no hay que ser un genio de las matemáticas para deducir que en el supuesto de que todos los no católicos apoyasen el matrimonio entre personas del mismo sexo, lo cual es mucho suponer, los números nos dirían que en torno a 2 de cada 3 católico también apoyan el matrimonio entre personas del mismo sexo. Por ser irónicos, a esto se le llama un notable «divorcio» entre las personas y la institución católica por excelencia.

Todos estos datos, más lo que puedes deducir de lo que hablas con la gente, me hacen pensar desde hace mucho tiempo que la religiosidad de los españoles es baja, y que muchos de ellos serían protestantes si las circunstancias históricas lo hubieran permitido. Pero bueno, nadie se quiere meter en berenjenales por estas cosas, que muchos de ellos consideran poco importantes, y se mantiene una asistencia a ritos notables, bautizos, bodas, funerales, principalmente, motivados a medias por diversas consideraciones… Porque «casi todos lo hacen», porque «las bodas civiles son muy frías», porque «cómo no me voy a casar en la/el iglesia/ermita/santuario de mi pueblo», porque «a mi me parece un teatro pero es lo que quería mi pareja»…

Para muchos españoles, los dogmas religiosos están alcanzando el rango de meros mitos. Como sucede en todo el mundo, hay cierta predisposición a creer en algún tipo de ente sobrenatural para explicar aquellas cuestiones trascendentes que no han alcanzado una explicación científica. Pero los aspectos asociados a una creencia en particular son mirados con escepticismo. A muchos «católicos» les cae bien la figura de Jesucristo, su buen rollo con los pobres, con las «pilinguis» y esas cosas. Pero sobre su divinidad,… pues les da igual. No faltan los chistes sobre la «virginidad» de María y sus relaciones con la «pícara paloma», por poner un ejemplo. Pero parece que los ritos son más difíciles de erradicar. Forman parte de la tradición cultural. Y ahí nos toca encontrarnos de vez en cuando.

Y entonces es cuando te quedas mirando al cura de turno. Si es un pesado, si es un monótono, si es de los que riñen a los que no se comportan como la ortodoxia exige, acaban siendo «crucificados» por los comentarios de los asistentes. Si es entretenido, si va de colega, si es de los que abogan por el buen rollito,… pues caen simpáticos, y los más escépticos se limitan a echarles unas miradas irónicas, por las cosas que dicen, que sacadas fuera de contexto o de creencia son de lo más peregrinas, y son saludados con razonable respeto. Porque tengo la impresión, por éstas y por otras cuestiones, que los españoles somos mucho más tolerantes que la mayor parte de las instituciones de todo tipo y finalidad que dicen representarnos. Y especialmente, más tolerantes que las instituciones religiosas, claro.

Torre y cimborrio de la Seo

La torre y el cimborrio de La Seo de Zaragoza sobresale por encima de las vallas de las obras del balcón de San Lázaro; bonita sede metropolitana, de la que desgraciadamente con frecuencia salen sermones más destinados a formentar el sectarismo y la división, que la tolerancia y la concordia social - Panasonic Lumix LX3