[Cine] Challengers (2024)

Cine

Challengers (2024; 22/20240429)

Estamos en el primer día de mayo. Y eso, desde el punto de vista de los aficionados al cine suele ser una mala noticia. Porque durante la primavera la cartelera suele estar bastante anodina. Puedes esperar que se anime con alguna película europea o de cinematografías asiáticas que no encuentre cabida en la distribución cuando las películas norteamericanas dominan el mercado, como sucedió la semana pasada, y como tal vez suceda en alguna otra ocasión antes del final de esta semana. Pero en general es una época de poco interés. Por ello, no esperaba grandes cosas de los estrenos procedentes de Hollywood en estas semanas. Pero nos estamos encontrando que podemos estar, gracias al festivo entre semana, en una semana gloriosa para nuestro grupito de aficionados al cine. Y vamos con el primer ejemplo de ello, dirigida por Luca Guadagnino, muy de moda en la última década. El palermitano no sólo está haciendo propuestas interesantes y muy bien hechas, sino que además está lanzando a intérpretes jóvenes hacia el estrellato con una gran visión a la hora de seleccionar sus protagonistas. Lo cual no quiere decir que todo lo que haga me interese… pero bueno, son cosas que pasan.

De hecho, cuando vi el trailer de la película que nos ocupa hoy, un trailer que muchos han alabado, la película no me atrajo. Todo indicaba que Guadagnino se había lanzado al cine más comercial, había fichado algunos jóvenes intérpretes en ascenso y cuerpos danone, y se había marcado el típico triángulo rectángulo, con una hipotenusa de muy buen ver tentando a dos jóvenes tenistas y comprometiendo la mutua amistad. Posible topicazo argumental con el tirón de ver en ropa interior, y quien sabe si sin ropa interior, a estos guapos protagonistas. Y algo de eso parece que hay, pero… hay muuuuuuuucho más en esta historia llena de sutileza, dobles significados, metáforas visuales, en la que cuesta menos de lo que parece darse cuenta que la hipotenusa (Zendaya), que lo hace muy muy bien, de Oscar, no es necesariamente el personaje más importante del film.

Recorriendo 13 años en la vida de tres tenistas que se conocen en la adolescencia, y con numerosos flashbacks, se va desarrollando ante nosotros una compleja interrelación de sentimientos y caracteres, donde no siempre los dos catetos (Josh O’Connor y Mike Faist) reconocen qué es lo que realmente les pone y les mueve. Pero dado que a ambos parecen gustarles las salchichas, los plátanos y los churros, el espectador mínimamente espabilado pronto se coscara de lo que realmente nos habla la película. Después de todo, por muy espectaculares que sean las secuencias de los partidos de tenis, y por muy bien que lo haga Zendaya, que lo hace de maravilla, ambos son macguffins de primer orden que mueven la historia de los dos jóvenes. Es algo más complejo que todo eso, no quiero en absoluto desmerecer el papel de la joven actriz, que nos deja con la boca abierta por muchos motivos, pero tengo un espacio limitado para dejar mi impresión sobre lo visto.

Dejando pues sentado que estamos ante unas excelentes interpretaciones, todos los aspectos artísticos y técnicos de la película, magistralmente dirigidos y orquestados por Guadagnino, una excelente montaje, una excelente fotografía, una potente banda sonora, un guion soberbio, hacen que lo que parecía un producto más de cine puramente comercial se acerque, gozosamente, a una obra maestra. Quizá no alcance ese estatus… pero se acerca mucho. Una desvergonzada y maestral película de cine comercial y con tirón que algunos pensábamos que ya no existía, dada la afición de Hollywood a las producciones formulaicas, prácticamente indistinguibles unas de otras. Bienvenido el huracán de viento fresco que aporta el director italiano al panorama cinematográfico actual. ¿Que si recomiendo esta película? Sinceramente, no sé qué narices hacéis sentados en el sofá de casa viendo tontería en la televisión. Sorprendentemente, en España ha tenido un estreno comercialmente muy discreto. Será que tenemos suficiente con las patochadas de la clase política nacional, que parecen escritas por Azcona y dirigidas por Berlanga desde el cielo de los amantes al cine.

Nota: O’Connor es también el protagonista destacado de la película de Rohrwacher que vimos la pasada semana. Parece que el irlandés es un valor muy al alza.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Dune: Part Two (2024)

Cine

Dune: Part Two (2024; 13/20240225)

Cuando comenté en septiembre de 2021 la primera parte de la adaptación de la novela homónima de Frank Herbert realizada por Denis Villeneuve, lo dejaba muy claro. Aquella película, larga película, estaba realmente muy bien hecha, y tenían interpretaciones muy notables,… pero estaba tan inacabada que no podía manifestar entusiasmo final real alguno. Su carácter de presentación, de puesta en marcha de los acontecimientos que realmente importan era de tal calibre, que a pesar de sus bondades dejaba un poso de insatisfacción. En estos momentos, después de ver la película que nos ocupa hoy, me pregunto hasta que punto era necesario realizar una película de dos horas y media de duración simplemente para situar las piezas sobre el tablero. Desde luego, agruparlo en una única película hubiera supuesto un ejercicio de adaptación más intenso. La película hubiera sido menos fiel al original literario. Lo que no siempre es malo. Al fin y al cabo, literatura y cine, son dos medios distintos con lenguajes diferenciados. A partir de aquí, el comentario que sigue puede desvelar elementos importantes de la trama.

Seguiré ilustrando Arrakis con el semiárido paisaje de La Palma. Aunque ni los plátanos, ni la sal tengan la trascendencia política y económica de la especia de Arrakis.

Pero el meollo de la historia de Herbert, y también de la adaptación de Villeneuve, es esta segunda parte. Dune es una novela política. Tenemos un sistema político basado en en una mezcla de aristocracia y plutocracia, con un primus inter pares al frente, el emperador, un miembro de la aristocracia. Y tenemos una situación de crisis cuando hay un bien, la especia que sólo se produce en Arrakis, es dominado por una sola facción de forma monopolística, incluso si es en forma de concesión imperial. Pero este sistema de concesión ha quedado corrompido por la colusión del emperador con una casa aristocrática, Harkonen, en contra de otra casa, Atreides. De fondo, un juicio moral. Los Atreides son superiores éticamente a los Harkonen. Son más justos, son menos crueles. Y de fondo, una población que no cuenta, pero que, como tantos desposeídos, ha generado un sistema de supersticiones religiosas potencialmente desencadenante de un fanatismo religioso. A Paul Atreides (Timothée Chalamet) se le presenta un dilema. ¿Recuperará el poder sobre Arrakis por las vías tradicionales de la noble casa Atreides? ¿O desencadenará la jihad fanática de los fremen? ¿Cuál de estas vías es el mal menor? ¿Cuál es su obligación ética?

Leía hace un tiempo que uno de los motivos por los que Herbert dio continuación a la historia en libros sucesivos fue la mala interpretación que los lectores hacían de Paul Atreides. Paul Atreides no es un héroe. No es un figura admirable en sus valores. Sin embargo, eso es lo que parece al leer el libro. Probablemente como consecuencia de la extrema dicotomía entre los desagradables y crueles Harkonen (Stellan Skarsgård), la naturaleza taimada y traicionera del emperador Corrino (Christopher Walken) y los guapos y nobles Atreides. Pero Paul es responsable de desencadenar una guerra santa interestelar que va a sumir a ese imperio humano en la guerra, la muerte y el sufrimiento. Es un mesías que va a ocupar el poder absoluto, rompiendo los elementos moderadores del sistema tradicional, por imperfecto que fuese, y va a generar una espiral de violencia sin precedentes. Las variaciones que Villeneuve introduce en el carácter de Chani (Zendaya) están encaminadas, muy acertadas en mi opinión, están encaminadas a romper la imagen heroica que acompañó la novela de Herbert y que exigió la escritura de unas secuelas que pusieran al personaje en el lugar que le correspondía. Pero que nunca tuvieron la misma repercusión que la novela original. Me he encontrado con frecuencia lectores de la misma que ven a Paul como un héroe, y no como una catástrofe.

Todo lo anterior está perfectamente contenido en esta segunda entrega de la historia, muy superior a la primera. No tanto en su calidad técnica o en su puesta en escena, que son equiparables, sino en el planteamiento, desarrollo y culminación de la historia. En el desarrollo de los personajes, no sólo los mencionados sino también Lady Jessica (Rebecca Ferguson) o el conjunto de los fremen, cómo va a surgir el fanatismo entre ellos, incluso si inicialmente no está generalizado. La religión como fuerza impulsora de las mayores catástrofes políticas. Ni que decir tiene que, las interpretaciones están también a un nivel muy alto. Y que nos quedamos con más ganas de saber más de la princesa Irulan (Florence Pugh) o de Lady Fenring (Léa Seydoux).

Como conclusión final, estamos ante la que probablemente es la mejor película de ciencia ficción de los últimos años, cuando los últimos años son… ¿los 10,… 15,… 20 años? Una aventura espacial impecable, de excelente factura, con profundidad argumental y temática, que no quita para que además haya aventura y diversión. El único «pero» que le puedo poner es que sea necesario verla en dos partes, y que el total sean cinco horas de cine. Cuando la primera parte no es tan esencial en su detalle y se podría acortar y reorientar. Por lo demás, para mí no es necesario ir más allá en la historia. Que cada uno la siga mentalmente con su imaginación. Pero si Villeneuve decide seguir, con el mismo estilo y saber hacer, estaré encantado de ver qué nos tiene que contar. Y cómo reencaja a Chani en su papel de concubina imperial. Salvo que decida apartarse de la continuación concebida por Herbert.

De Javier Bardem… podría hablar un ratito… pero no es tan trascendente. No lo hace mal. Pero nunca imaginé a un Stilgar como el que encarna Bardem. Y Feyd-Rautha… nada que ver con Sting… pero no está mal. Aunque que distinto el personaje que encarna Austin Butler aquí del aviador que estamos viendo en cierta serie de televisión que está en marcha en estos momentos.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[TV] Cosas de series; una de las mejores series de la actualidad, y una entretenida curiosidad

Televisión

Hace unas semanas, mientras tomábamos unos chismes antes de entrar a una sesión de cine, dialogábamos un grupo de amigos sobre los gustos literarios de los niños y adolescentes actuales. Libros que considerábamos clásicos cuando teníamos entre 12 y 14 años, ahora no son considerados, ni conocidos, por los jóvenes de esa edad. No había datos objetivos en la conversación; eran las opiniones de quienes tienen vástagos que están pasando o han pasado recientemente por esas edades. Yo escuchaba más que hablaba… porque no estaba en esa situación. Pero parece que Julio Verne, Emilio Salgari, Robert Louis Stevenson, Mark Twain, Jonathan Swift, Walter Scott, Daniel Defoe, por mencionar algunos autores que a mí me apasionaban. En aquellas edades en las que viajaba durante 20.000 leguas bajo el mar, me adentraba en las entrañas de la Tierra por el Snaefellsjökull en Islandia, buscaba tesoros de piratas en islas tropicales, participaba en la Guerra de la Dos Rosas, recorría la estepa rusa como mensajero del zar, enamorándome de paso de una guapa y rubia chica livonia, me enriquecía y empobrecía gracias a un diablo embotellado, luchaba en la guerra de la independencia americana junto a los corsarios bretones, recorría el Misisipí en un barco de vapor, tenía un amigo indígena llamado «Viernes»… o daba la vuelta al mundo en 80 días enamorándome de simpática y joven viuda en la India. Entre otras vidas, como cantaba Sabina. Y por lo que me cuentan, encuentran risible cosas «más modernas» como las aventuretas de adolescentes británicos que bebían «cerveza de jengibre» tal y como las contaba Enid Blyton.

Y todo esto viene a cuento de que recientemente se ha podido ver, o se puede ver, una coproducción de televisiones europeas, que adapta una de las más famosas novelas de aventuras de Jules Verne, Around the world in 80 days. Aunque la serie incluye suficientes cambios en los personajes protagonistas como para decir que se basa en la novela de Verne, más que ser una adaptación de la misma. El carácter de Phileas Fogg (David Tennant) es marcadamente distinto, así como el de Passepartout (Ibrahim Koma). Y no digamos el personaje de Fix (Leonie Benesch), que pasa de ser un torpe detective de Scotland Yard, personaje secundario de la historia, a convertirse en una osada reportera en un mundo de hombres, con un rol protagonista. Con un tono que alterna la aventura con más o menos humor, con dramas más oscuros en las vidas de los protagonistas, esta reinterpretación modernizada de la aventura que imaginó Verne, no acaba siendo todo lo redonda que podría haber sido, pero es bastante entretenida y visible. Aunque sinceramente, el Fogg de Tennant hay algunos momentos en que me resulta un tanto cargante. El final de la serie deja abierta una posible continuación que se basaría en otra novela del imaginativo escritor francés. Aunque no me consta que se haya confirmado la misma.

Y ya que estamos con adolescentes, nos vamos al mundo de los californianos protagonistas de Euphoria, una de las mejores series de televisión que se puede ver en la actualidad. Con una inspiradísima Zendaya en estado de gracia interpretativo a la cabeza del reparto, la primera temporada de esta serie, emitida en 2019, ya nos dejó grandes momentos. Pero estos se vieron muy superados por los superlativos especiales emitidos entre diciembre de 2020 y enero de 2021. Con su segunda temporada, el interés de la serie no sólo se ha mantenido, sino que ha aumentado, con episodios absolutamente antológicos como el 5º de la temporada, Stand Still Like the Hummingbird, uno de los más inspirados descensos a los infiernos de un drogadicto que se haya filmado para la pequeña pantalla, en el que el significado de la expresión «huida hacia delante» toma nuevos significados, hasta que delante sólo hay un enorme y terrorífico abismo. Aunque sería absolutamente injusto no mencionar el 7º de la temporada, The Theater and Its Double, que convierte el drama de los protagonistas en un musical, con protagonismo para la discreta Lexi (Maude Apatow). Como digo, una de las imprescindibles del panorama televisivo actual, que justifica suscribirse a HBO por un mes para verla. Y no he mencionado más un par de los muchos memorables momentos que ofrece la serie.

[Cine] Dune Part One(2021)

Cine

Dune (2021; 61/20210917)

Ya venía avisando en las últimas entradas sobre cine que estábamos a la espera del estreno de la película que nos ocupa hoy. Los motivos son diversos. Cierto es que cuando por primera vez leí que el canadiense Denis Villeneuve, director que sigo al detalle desde que vi por primera ver una película suya, que nada tiene que ver con lo que hace últimamente, las cosas de tener prestigio y presupuesto, han pasado diez años… ya me he líado. Como decía, cuando leí que el director iba a adaptar la más famosa novela de Frank Herbert, y una de las más celebradas de la ciencia ficción, al mismo tiempo me entró un tembleque de ilusión… y de miedo. Dune es una novela compleja, con temas diversos, difícil y tratados como quizá sólo se podían tratar en 1965. Y con algunas ironías a posteriori curiosas. ¿Quién iba a imaginar que el nombre del emperador galáctico, Shaddam IV, iba a tener tanta resonancia en el ámbito de los tiranos de carne y hueso en las últimas décadas del siglo XX y en la primera del XXI? A la hora de adaptar la novela ha habido fracasos sonados, que ni siquiera se empezaron a rodar, series de televisión relativamente olvidadas, y la adaptación de David Lynch, que no satisfizo a nadie, que también tuvo sus problemas de gestación, con unos efectos visuales que ya no eran presentables en la época en la que se estrenó, el distópico año de 1984 (imaginad ahora), y que curiosamente ahora tiene una facción de partidarios que hace que haya quien la considere una «película de culto». La he vuelto a ver en Filmin estos días… y es, simplemente, la peor película de Lynch, y en el mejor de los casos, una película regular regular regular. Os puedo asegurar que cuando la vi de estreno, a mis 22 añitos, tanto me había gustado la novela, tantas ganas tenía de que fuera buena, que casi me convencí a mí mismo de que era así… aunque,… no.

A falta de fotos de un desierto con montones de arenas en dunas, como debe ser, pongo unas cuantas fotos de los desolados paisajes volcánicos de la isla de la Palma, que están de moda.

En su sinopsis más elemental, la historia nos cuenta las manipulaciones de un tirano, el emperador galáctico Shaddam IV de la Casa Corrino, en un imperio gobernado por un sistema aristocrático de casas nobles, que quiere deshacerse de las dos casas que en un momento dado pueden disputarle el trono, y que además se odian entre sí, la del duque Leto Atreides (Oskar Isaac, Atreides por los átridas griegos, aunque van vestidos de militares prusianos), y la del barón Harkonen (Stellan Skarsgård, nunca se ha establecido su ascendencia a ninguna casa real de la realidad, y a pesar de su apellido, no van vestidos de militares prusianos). Y parece que lo va a conseguir si no fuese porque la concubina del Atreides, Lady Jessica (Rebecca Ferguson) y el hijo de ambos, Paul (Timothy Chalamet), se van a empeñar en no morirse y en refugiarse entre unos tipos, los fremen (por aquí aparece Javier Bardem y Zendaya, muy inspirados por los beduinos del Sahara, bastante brutos. En una sinopsis más compleja, que no haré, habría que hablar de política, luchas por el poder, religión, mesianismo, monopolios, plutocracias y otras oligarquías, y otras guerras santas… o jihads. Esa sinopsis la haré si algún día releo la novela y la comento.

Como dijo el Descuartizador del Támesis, que pudo ser o no ser la misma persona que Jack el Destripador, «vayamos por partes». Y no nos queda más remedio, porque de entrada, cuando se abren los títulos de crédito de entrada, en lugar de ver en grande la palabra «DUNE», vemos tres palabras «Dune Part One», cosa que no consta en la cartelería anunciadora, ni en la cartelera oficial de cine, quizá para no espantar a quienes no sepan que van a ver la mitad de la historia, y no la historia completa. Especialmente si llegas a sospechar que ni siquiera está confirmada la realización de «Dune Part Two». Esto hace de entrada que en mi valoración subjetiva de la película se haya caído una estrella. La película está inacabada, con sus 155 minutos de duración. Que no se hacen largos. Que la película está muy bien hecha, que tiene unos efectos visuales de los de «creérselo». Que comentaré después, los que salen actúan bien o muy bien. Que a pesar de contar una historia muy densa, el guion va (casi siempre) fluido. Que la banda sonora me gustó… aunque en esto no hubo acuerdo. Y que sólo hay dos pegas que se le pueden poner. Una, que yo juego con ventaja, porque al conocer la novela, a la que es relativamente fiel, sé de qué va la cosa; quien no la haya leído tal vez se pierda en algunas cuestiones. Dos, ¿lo he dicho ya?, que la película está incompleta. Que la han cerrado donde la han cerrado porque es un buen lugar, si fuera una teleserie, para cerrar un episodio y volver dentro de un rato o a la semana que viene con el siguiente episodio. Pero no hay un siguiente episodio. Al menos, todavía. Y nadie ha confirmado que lo vaya a haber. Esto es como la rotoscópica versión animada de The Lord of the Rings, de la que se hizo una primera parte, hasta la batalla del abismo de Helm, pero ni Aragorn llegó nunca a Gondor, ni Frodo al Monte del Destino, y mucho menos regresó a la Comarca.

El reparto está bastante acertado. Vamos a ver… el reparto que importa. La película está llena de nombres conocidos… aunque falta Sting ¿Por qué no está Sting-Feyd-Rautha Harkonen poniendo cara de cínico sádico? Pero la novela es tan coral, que la aparición en pantalla de muchos de esos nombres conocidos es cortita y no valorable en materia interpretativa. Por supuesto, en nombre de lo políticamente correcto, hay algunos cambios de color de piel y sexo entre personajes de la novela y la película actual, pero eso da igual. A la larga, las dos interpretaciones que realmente importan son las de Rebecca Ferguson y Timothy Chalamet. Este último está correcto, aunque creo que es un actor que todavía tiene que madurar, pero bien. Y la que es una roba escenas de mucho cuidado es la nueva Lady Jessica, que prácticamente se lleva, merecidamente, el protagonismo de la película. La sueca de apellido escocés me encanta como trabaja, en general, incluso cuando la mayor parte de su filmografía no me interesa mucho, realmente.

Dicho todo lo cual, estamos ante una versión de la novela de Herbert muy digna, muy bien hecha, que hace lo mejor que se puede hacer para adaptar una novela compleja, sin perder mucho por el camino, que es una delicia para los sentidos, pero cuya valoración final tendrá que esperar a que alguien la termine. Porque no… no es lo mismo que el final en cliffhanger de The Empire Strikes Back. De hecho, aquella afortunada película, la mejor con ventaja de la saga galáctica, es una película muy distinta de la que le precedió y de la que le siguió (y no digamos ya del resto). ¿Qué pasará con Dune Part Two? Ya me lo preguntaréis dentro de unos años.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[TV] Cosas de series; Euphoria especial, marujonadas y Fargo

Televisión

Hay series que tienen especiales navideños. Especialmente las británicas. Suelen ser episodios amables. Eso… navideños. Aunque en ocasiones pueden hacer avanzar la trama de la serie de forma importante. Algunas lo han hecho. Pero en esta ocasión es una serie norteamericana la que nos ha ofrecido dos especiales… «alrededor» de la Navidad, más que navideños. Se trata de una de las series de moda en HBO, Euphoria. Especialmente después del reconocimiento interpretativo en los eventos de premios para su protagonista, Zendaya.

Hace ya año y medio que pudimos ver la primera temporada de este drama que explora las complejidades de la adolescencia, especialmente contemplando el consumo de drogas y los problemas de identidad sexual, o de identidad en general. Entre otros problemas de esa edad. Lo cierto es que es una serie que crece en el recuerdo. Hoy día, la aprecio más que cuando acababa de terminar de ver esa primera temporada. Todavía no hay, que yo sepa, fecha para la segunda temporada. Pero se nos han ofrecido dos especiales en torno al fin de año reciente. Uno, unas semanas antes (subido a HBO el 6 de diciembre de 2020), el otro, unas semanas después (subido a HBO el 23 de enero de 2021). Rodados con las precauciones necesarias por la pandemia con un equipo mínimo, el primero nos presenta una conversación de café de Rue (Zendaya) con Ali (Colman Domingo), un consumidor de drogas sobrio desde hace un tiempo, en el que eventualmente se apoya. Este episodio me pareció antológico; me dejó clavado al sillón. Excelente desde todo punto de vista. En el segundo encontramos a Jules (Hunter Schafer) en sesión de terapia, la primera, con una psicóloga (Lauren Weedman). No me ha impactado tanto, pero está también a un nivel muy elevado. Ambos nos han dejado con ganas de que vuelvan Rue y Jules con una segunda temporada que pueda mantenerse en los altos niveles que ha alcanzado la serie poco a poco.

No tengo fotos que se ajusten a las series de hoy, así que pongo algunas de un rollo que comentaré pronto en mi blog específico de fotografía. Paisajes urbanos, a este lado del Misisipí. Y del Ebro.

En el entorno de las fiestas de fin de año, sentí la necesidad de la intrascendencia. Hace unos meses hubiera apostado por una serie surcoreana. Un buen placer inconfesable perfecto. Pero no tenía ninguna a mano de las que me hubieran apetecido. Así que me fui a por una serie de la que me llegaban avisos constantemente en Netflix, aunque a priori no me había interesado. Era Virgin River, en español con el cursi título de Un lugar para soñar, que es un drama romántico culebronesco, que yo hubiera apostado que sólo se pueden ver en el canal Cosmo, pero que ya veis. Un enfermera altamente cualificada que, tras perder una niña en el parto y un marido en un accidente de tráfico del que se culpa… (culebronesco, os decía), opta por dejar Los Ángeles por ir a trabajar a un pueblo perdido en las montañas y los bosques del norte de California, donde… bueno. Da igual. Hay un tipo guapo y rudo con el que bueno… ya os imaginaréis. Pues eso… puro placer inconfesable. Si tuviera más sentido del humor, podría ser recomendable… pero le falta. Y no, por favor, que nadie lo compare con Northern Exposure (Doctor en Alaska). De verdad. Semejante comparación debería ser considerada crimen de lesa humanidad.

Y he visto la temporada cuarta de Fargo. Que me ha llevado muchas semanas. Y no porque sea mala, ni mucho menos. No sé si llega al nivel de las tres precedentes, pero sigue siendo una producción televisiva notable. Tradicionalmente, las historias de esta serie transcurrían en las frías llanuras del medio oeste americano, entre Dakota del norte y Minnesota, en cuyo límite está la ciudad de Fargo. Pero esta vez nos hemos desplazado a Kansas City, en el límite de los estados de Misuri y Kansas. Hay dos ciudades con este nombre, totalmente contiguas, perteneciente cada una a cada uno de estos estados. Por lo que entiendo, hemos estado en Misuri. Y allí hemos asistido al enfrentamiento entre la mafia italiana, ya establecida, a cuyo frente encontraremos a Josto Fadda (Jason Schwartzman) tras la extraña muerte de su padre bajo los cuidados de la excéntrica enfermera Oraetta Mayflower (Jessie Buckley), contra la mafia afroamericana, emergente, a cuyo frente encontraremos a Loy Cannon (Chris Rock). A ambos bandos dará abundante servicio la funeraria regentada por los padres de la joven e inteligente diecisieteañera Ethelride Pearl Smutny (Emyri Crutchfield), procedente de una familia multirracial. No voy a entrar en detalles de la trama, que es lo suficientemente enrevesada como para justificar que sea una serie de episodios. Últimamente vengo pensando que hay series innecesarias. Que lo que cuentan se puede contar en un largometraje. Y no necesariamente largo. Pero bueno. Las interpretaciones de los mencionados, así como de otros caracteres como los de Timothy Olyphant o Jack Huston o Ben Whishaw, son notables. Encontramos también curiosidades como el episodio 9 de los 11 que consta la temporada, rodado en su mayor parte en blanco y negro… con curiosas referencias al mago de Oz. Y lo único que encuentro a faltar es que esta temporada es la más seria de la serie, la que menos combina el absurdo o el humor negro con la seriedad de los argumentos. ¿Por qué me ha llevado semanas ver estos 11 episodios? Porque no se pueden ver de cualquier forma. Hay que centrarse en lo que ves. Y no siempre tengo la cabeza lo suficientemente en su sitio últimamente para ello.

[TV] Cosas de series; entre adolescentes y la peor tripulación espacial (de la historia de la TV) que ha existido

Televisión

Hace ya un tiempo que terminé de ver las series que comento esta semana. Sigo llevando cierto retraso. Todas las terminé de ver antes de mi escapada berlinesa, es decir, antes del 10 de agosto. Espero que mi memoria no esté muy alterada…

Dos de ellas se introducen en el mundo adolescente,… aunque se parecen lo que un huevo a un elefante.

Derry Girls ya es una vieja conocida, y recientemente nos hemos sumergido en la segunda temporada de este grupo de adolescentes norirlandesas en los tiempos de The Troubles. Con temporadas de seis episodios de media hora de duración, sabe a poco. Indudablemente, las aventuras de la pandilla de descerebradas de dieciséis años, sus no menos descerebradas familias, la peculiar monja que pretende educarlas y el primito inglés que puede ser o no ser gay, es una de las series más divertidas del panorama seriéfilo actual. Y casi me atrevería decir que es de obligatoria visión si se te pone a tiro. Por supuesto, en versión original. Es inevitable que muchos de los chascarrillos de la serie estén asociados al cerrado acento irlandés y su choque con la forma de hablar de los ingleses.

Sí… en honor a las chicas de Derry, visitamos fotográficamente la isla de Irlanda. Aunque no los condados británicos del Ulster, porque no he andado por allí.

Sin embargo, Euphoria nos sumerge en una de las visiones más pesimistas de la adolescencia, en términos de drama que bordea constantemente la tragedia, que nos puede ofrecer hoy en día la televisión. Esta serie de HBO que se estrenó hace unas semanas, de la mano de Rue Bennett (Zendaya) y ese gran hallazgo que es la Jules Vaughn interpretada por Hunter Schafer, uno de los personajes con más matices y complejidades que he visto en mucho tiempo en televisión. La serie nos traslada a un vecindario más de los Estados Unidos, con su instituto, donde los y las adolescentes sufren las consecuencias de su inmadurez y su desconcierto ante cuestiones como el sexo, su identidad personal, la presión del grupo, el consumo de drogas y la violencia latente o explícita que rodea sus vidas, muchas veces asociada a cuestiones de género. A la serie le cuesta arrancar un poquito, y en sus primeros pasos no acababa de atraparme, pero poco a poco se centra y, de hecho, ofrece algunos episodios que tienen carácter prácticamente antológico. Totalmente recomendable, salvo que andes en estado depresivo o todavía te creas que la juventud es una etapa de la vida de color de rosa.

Finalmente, Netflix nos ha ofrecido una nueva serie en forma de primer contacto + aventura espacial. Y lo hacía con el aliciente de poner a Katee Sackhoff, la celebrada Kara Thrace «Starbuck«, al frente de una tripulación que debe recorrer a velocidades relativistas la distancia entre la Tierra y Pi Canis Majoris, una estrella a 96 años luz de distancia, de donde se supone que procede una nave alienígena que ha aterrizado en nuestro planeta, aunque muy poco comunicativa. El título de la serie es Another Life,… y hasta aquí todo lo positivo que se puede decir de la serie, que como veis son circunstancias a priori, antes de ver nada de la misma. A partir de ahí, todo es una absoluta catástrofe. To-do. En el plano de la producción, da la impresión de que el asesor científico de la serie es el profesor Bacterio. Sí. El de Mortadelo y Filemón y la T.I.A. La densidad de gilipolleces pseudocientíficas por hora que es capaz de producir esta serie avergonzaría hasta los terraplanistas. Ni siquiera voy a intentar recordar algunas de las muchas burradas que dicen o plantean relacionadas con conceptos físicos, astronómicos, biológicos, químicos,… plenamente asentados. Y todo ello enmarcado por los conflictos de una tripulación espacial que ha debido ser seleccionada entre la mayor panda de tarugos que jamás se haya visto sobre la faz de la Tierra, cuyas decisiones y comportamientos son siempre contrarios, no ya a los conocimientos científicos o de ingeniaría, sino al más básico sentido común, comportándose siempre como adolescentes. Adolescentes imbéciles, no como la mayor parte de los adolescentes, que seguro que tienen mucho más sentido común que estos personajes. Obviamente, la culpa no es de estos personajes, sino de los ineptos creadores y guionistas de la serie, que deberían ser juzgados ante el tribunal de la Haya por crímenes contra la humanidad. No creo que vuelva a ver un sólo minuto de esta serie, que aguanté hasta el final por ver si toda esa densidad de estupidez era fruto de un mal momento o era un mal crónico,… permanente. Lo que también me sorprendería es que Netflix, ante una serie que ha merecido una nota media en IMDb de 4,8, la renovase… pero cosas más raras se han visto en el mundo de la televisión. No ver. Bajo ningún concepto. Graves riesgos para la salud mental.

[Cine] El gran showman (2017), y una repesca

Cine

El gran showman (The Greatest Showman, 2017; 02/20180111)

Un primer aviso antes de pasar a la película de hoy. A lo largo del año, siempre hay alguna película que queremos ver y se nos escapa. En ocasiones, el tiempo que transcurre entre su estreno y su disponibilidad en servicios de vídeo bajo demanda es muy corto. Por lo tanto, se puede ver en casa al poco tiempo de su estreno. Esta posibilidad va a dar lugar a las «repescas». Breves comentarios de películas de «casi» estreno. Y hoy va la primera. No aparecerán en el balance final del año.

El «showman»… el «showman» es P. J. Barnum, personaje real del siglo XIX, muy polifacético, pero que en un momento dado fue precursor del mayor circo de la historia. Que ha desaparecido hace muy poco tiempo. El Ringling Bros. and Barnum and Bailey Circus. Y el «showman» es Hugh Jackman, actor a cuya mayor gloria está hecha esta película dirigida por Michael Gracey. Y aviso, es un musical.

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Me da la impresión que va a haber varias películas relacionadas con Nueva York en los próximos tiempos, y por lo tanto aparecerán fotos de la Gran Manzana con frecuencia. Aquí van unas cuantas.

A grandes y groseros trazos, la película narra los avatares de la vida de Barnum, desde su infancia y matrimonio con su mujer Charity (Michelle Williams) hasta que monta el circo. Pasando por situaciones como la gira que patrocinó de la cantante sueca Jenny Lind (Rebecca Ferguson). Y con un socio, Philip Carlyle (Zac Efron), que no sé si es un personaje real, y su interés romántico, una trapecista (Zendaya). Y la mujer barbuda (Keala Settle), y un enano (Sam Humphrey). Y unos cuantos más, y la reina de Inglaterra. Y todos cantando. Y con poca o ninguna fidelidad a la historia real.

Película anecdótica, que decepciona con unas canciones y unos números de baile más propios de «operaciones triunfos» y «especiales nochevieja» que de la tradición del gran musical americano y del cine musical de Broadway. Mucho pop, y mucho paso de baile apto para casi cualquier grupo de adolescentes al uso. Eso sí, con mucho colorín, escenarios a lo grande y complicados movimientos de cámara.

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Interpretaciones flojas. Incluso en quienes mejor papel esperas. Nunca había visto tan floja a Michelle Williams, a la que además se le nota ya en exceso su paso por «el chapista». ¿Por qué se maltratan tanto a sí mismas las actrices? ¿Por qué se quieren tan poco? Si esta chica era una monada al natural…

En fin. Decepcionante. Floja. Totalmente prescindible. Y encima en versión doblada. Afortunadamente, no las canciones. Aunque da igual. Vete tu a saber. Igual gana alguna de ellas algún óscar. Bah.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **

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Repesca: Hirune-hime: Shiranai watashi no monogatari [ひるね姫~知らないワタシの物語~]

En castellano «Ancien y el mundo mágico», en inglés, más moderno «Ancien and the Magic Tablet», aunque la protagonista no es Ancien, una «princesa», si no su hija Kokone, una adolescente de 17 años, huérfana de madre, y que se ve envuelta en una trama a caballo entre la realidad y el mundo de los sueños. Como curiosidad, Hirune-hime vendría a ser la «princesa siesta».

Dado el buen nivel de la animación nipona, quisimos verla cuando se estrenó en octubre, pero se nos pasó, porque duró muy poco en cartelera. Es simpática, pero no tiene el mismo nivel que el Studio Ghibli, ni las de Makoto Shinkai, ni alguna que otra joya que nos llega de vez en cuando de otros productores/directores. Pero se deja ver, así, en una sobremesa tranquila. En Filmin.

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