Armand (2024; 09/20250220)
Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Bryggen, el barrio de los muelles, en Bergen, Noruega.
La semana pasada no sabíamos muy bien que ir a ver en el cine. Teníamos un par de posibilidades, una que nos llegaba desde Noruega y la otra desde Italia. Cada una nos atraía por algún motivo, y al mismo tiempo nos repelía por algún otro. Al final nos decidimos por esta película noruega dirigida por Halfdan Ullmann Tøndel, nieto de Ingmar Bergman y Liv Ullmann, que venía con muy buenas críticas, aunque probablemente sin mucho atractivo para el público. Lo que temíamos es fuese uno de estos docudramas sobre los problemas del mundo educativo. Eso es muy frecuente en el cine francés, pero tal vez con los noruegos fuera distinto. Y nos arriesgamos. En las carteleras españolas se encuentra con un título «traducido», La tutoría.

En un colegio de educación primaria, la dirección del centro cita a una reunión a los padres de dos niños de seis años. La dirección encarga a una joven profesora (Thea Lambrechts Vaulen), la más nueva e inexperta del centro, para que lleve la reunión en la que asistirá la madre del niño (Renate Reinsve) que da título a la película en su idioma original, Armand, y los padres de otro niño (Ellen Dorrit Petersen y Endre Hellestveit) compañero y amigo. Los progenitores no son extraños. El matrimonio a veces cuida de Armand ya que su madre lo cría en solitario, ya que el padre murió. Pero también esta recibe en su casa de vez en cuando al otro niño. Pero las acusaciones son graves. Se dice que Armand agredió al otro niño, incluyendo acciones de carácter sexual.
La puesta en escena sugiere muchas veces una adaptación de una obra teatral al cine. Que yo sepa no lo es. El guion es original del propio director. Con un iluminación sombría, de profundos claro oscuros, y la cámara enfocando las más de las veces los rostros, las expresiones de los intérpretes. Apenas hay acción propiamente dicha durante la mayor parte del metraje. Diálogos. Diálogos en los que se pretende decir cosas, pero nunca de forma abierta o clara. Una mezcla de tabús y lenguaje políticamente correcto que traba constantemente la comunicación y el entendimiento. Un entendimiento difícil puesto que ningún padre/madre está dispuesto a reconocer lo que está implícito en el diálogo. Al mismo tiempo que al propio espectador, como en algún momento se dice en la propia película, le cuesta entender la malicia en algunas de las cuestiones puestas encima de la mesa sobre las presuntas conductas de carácter sexual… porque son niños de seis años. Reconozco que esa primera mitad aproximadamente del metraje es densa y cuesta. Pero…

La película da un giro. Los personajes pasan de cuestionar al niño, es difícil sostener la malicia de un niño de seis años en estas cuestiones, para cuestionar a la madre. Una madre sola, cuya pareja, el padre del niño, murió. Joven en circunstancias que parecía claras, un accidente, pero que tal vez, se plantea la duda, la sospecha, no lo fue. ¿Un suicidio? Pero la madre no es una mujer desconsolada. Es una mujer que vive la vida. Cuida de su hijo, es solidario con otros padres, trabaja, y también se divierte cuando encuentra la ocasión. Busca la compañía y el afecto, psicológico o físico, da igual, de otras personas, de otros hombre. Y el conservadurismo del entorno aflora. La responsabilidad del posible comportamiento «aberrante» del niño de seis años es el comportamiento de la madre. Y se produce la ruptura de la dinámica, mezclada con una disrupción de determinado tipo en el colegio.
Con unas interpretaciones tremendamente meritorias, la película va de menos a más. Es un constante in crescendo conforme lo que nadie quiere o se atreve a decir, o se oculta en el eufemismo y en los políticamente correcto, surge. De plantear preguntas sobre el comportamiento y la sexualidad de los niños, que contra a lo que muchos creen no es nula, se plantean preguntas sobre los prejuicios y los valores morales potencialmente tóxicos que rodean las comunidades humanas en general y las educativas en particular. En un entorno egoísta, en el que los padres buscan lo mejor para sus hijos, incluso haciéndoles competir en lugar de colaborar con otros niños, y que niega las debilidades de sus retoños, se ataca al otro. Al diferente. Al que lleva un estilo de vida menos convencional. O alternativo. Quizá no sea una película perfecta. Ni fácil de digerir en ocasiones. Exige un esfuerzo por parte del espectador. Pero resultó por encima de nuestras expectativas, y nos pareció bastante recomendable. Eso sí, aficionados al cine palomitero… quizá estos no… pues eso.
Valoración
Dirección: ****
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ****
























