[Cine] Benediction (2021)

Cine

Benediction (2021; 37/20220714)

Nuevamente quedamos para ir al cine con una cartelera de verano que presenta pocos atractivos y, como en otras ocasiones, alguna bien reciente, nos decidimos por una película británica de época. Los británicos tienen buenos intérpretes y oficio para estas producciones, así que suelen ser una apuesta más o menos segura, aunque no siempre memorable. Dirigida por Terence Davies, muy especializado en películas de época, se trata de una película biográfica que, a priori, presentaba buenas oportunidades.

La persona histórica biografiada es el poeta inglés Siegfried Sassoon, interpretado en su juventud por Jack Lowden y en su últimos años de vida por Peter Capaldi, al que seguimos desde que es ingresado en un sanatorio psiquiátrico por negarse a volver al frente. Previamente considerado un oficial valeroso, casi temerario, en el frente occidental de la Primera Guerra Mundial, afectado por la guerra se revolvió contra ella y escribió contra quienes la mantenían en lugar de buscar la paz con el diálogo. Las autoridades, por sus antecedentes, en lugar de juzgarlo decidieron atribuir esto a causas médicas y lo enviaron a un psiquiátrico en Escocia. Y es aquí donde comienza la película que seguirá al poeta durante unos quince o dieciséis años, principalmente en sus relaciones con diversos hombres, hasta su sorprendente matrimonio con una mujer bastante más joven. Intercalada con la biografía de esta parte de su vida, conoceremos a un Sassoon anciano, melancólico, convertido al catolicismo, su origen era una adinerada familia judía con la que no mantuvo relación al parecer, con una relación difícil con su hijo George, a quien quiso mucho.

Aprovecho unas fotos de Londres que seleccioné hace poco para mi Instagram viajero, y las uso para ilustrar esta tan británica entrada cinematográfica.

Como de costumbre en estas producciones, están hechas con oficio, tanto en la realización como en la interpretación. Como decía antes, en esto son una apuesta segura. Pero en esta ocasión, para mí, insuficiente. Aunque no se puede «suspender» a la película, no acabó de engancharnos el personaje. La película falla a la hora de centrarse, explorar y profundizar en cualquiera de los conflictos que plantea; el antibelicismo, sus relaciones románticas o sexuales con los hombres, algunas muy tormentosas, la relación con su mujer, o los motivos de su conversión al catolicismo, una religión que rechaza, y más en su momento, a los homosexuales declarados. Todo esto es presentado, mostrado… pero no debatido. No sabemos cuál es la tesis del autor sobre la vida de Sassoon. Y salimos del cine con la sensación de haber ingerido una cena muy bien presentada, pero sin un sabor definido que nos haga recordarla. En fin… cada cual verá si le interesa.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Libro] Cantares de Ise

Literatura

Hace unas semanas, haciendo tiempo antes de acudir a un compromiso, estuve con unas amistades en una librería de viejo y ocasión. Compré alguna cosita. Pero una de estas amistades encontró un libro que compró y que le pedí prestado. Es el que traigo aquí hoy. Se trata de la edición de la traducción de Ise monogatari [伊勢物語], un anónimo japonés de relatos cortos del siglo IX, el periodo Heian, que parece tener una gran relevancia en la historia de la literatura japonesa… y que ha resultado ser una lectura muy entretenida.

Ya advierto que no soy un buen lector de poesía. La poesía es, evidentemente, como muchas otras formas artísticas, un gusto adquirido. No es un gusto innato. Necesita ser cultivado para ser correctamente apreciado y para que apetezca su consumo. Nuestras lecturas habituales son en prosa y prosaicas, y tanto las formas como los conceptos que maneja el arte poético precisan dedicación. Que no he tenido en grado suficiente. Eso no quiere decir que eventualmente no haya disfrutado de obras poéticas. Y este es uno de esos casos. Que debe tener una explicación previa.

Tuvimos ocasión de visitar Ise durante nuestro último viaje a Japón, y por supuesto, su antiquísimo santuario, que es derribado y reconstruido cada 20 años.

La edición que llegó a nuestras manos es la traducción de 1987 debida a Antonio Cabezas, a quien también debemos la presentación y el epílogo de la obra, que nos ayudan a entenderla mejor. No olvidemos que estamos hablando de fechas en las que en la Península Ibérica se estaba produciendo la transición desde el latín vulgar de la Hispania visigoda a los romances medievales de los cuales algunos como el castellano, el aragonés, el catalán, el asturleonés o el gallegoportugués estaban en sus fases iniciales en rincones del norte de la península, mientras que en la mayor parte de ella se usaba de forma cotidiana el árabe como lengua culta, con los dialectos mozárabes como continuación de la evolución de la lengua latina vulgar. Así que el japonés se encuentra también en proceso transformación lingüística hacia formas más tardías. Aunque uno se queda con la sensación de que aquel japonés sería más semejante al actual, que los romances de la época al castellano actual. No sé si es una conclusión acertada por mi parte.

La obra está formada por una serie de relatos, escritos por un autor anónimo, que narran sucesos diversos, aunque en una gran parte de ellos, el protagonista de los mismos es el que es llamado «un hombre», «el hombre» o «nuestro hombre». Este hombre, coinciden los estudiosos, que es Ariwara no Narihira. En castellano sería, Narihira de Ariwara. Nieto de emperadores, tanto por parte de su madre como de su padre, tuvo distintas posiciones en la corte de Kioto, aunque sin llegar a alcanzar especial prominencia política. Pero destacó por ser un consumado poeta y por sus amoríos. Parece que tuvo relaciones con damas prominentes como Fujiwara no Takaiko, hija de emperador, Fujiwara no Takako, que llegó a consorte principal del emperador Seiwa, y de la señora de Ise, la princesa Yasuko, sarcedotisa virgen del mencionado santuario, hija también de emperador. Y que puede ser el origen del nombre la compilación. Cada relato contiene uno o dos poemas, en ocasiones más, cuya autoría, en su mayor parte, se atribuye a Narihira. La relatos que los contienen, que serían del autor anónimo, mezclan lancen galantes, aventuras, historias sobrenaturales o reflexiones de carácter más o menos filosófico.

El traductor hace un esfuerzo por trasladar el espíritu de los poemas a la lengua castellana, advirtiendo en su presentación de las dificultades. Por las diferencias entre los dos idiomas, y por las diferencias entre las formas poéticas de los dos idiomas. La forma poética más habitual de los poemas japoneses sería el tanka, cuya métrica es 5-7-5-7-7, donde el número se refiere a las moras, algo parecido a las sílabas, pero no exactamente lo mismo. En japonés, la poesía no se rima. El autor opta, por una serie de razones que explica en la introducción, por trasladarlas a poemas de cinco versos también, del tipo 6-6a-5-6-6a. Es decir, hace rimar en asonante el segundo y el quinto. Un tipo de poema que tendría cierto parentesco con las seguidillas. No estoy cualificado para valorar esta decisión, pero el resultado no me disgusta. La forma más popular en nuestros días de la poesía japonesa es el haiku, de 17 moras repartidas en 5-7-5. Como se deduce, es un tanka sin los dos últimos versos de 7 moras cada uno. Son muchos los que intentan usarla en nuestro idioma, con resultados que pocas veces me resultan convincentes. No hay más que ver la escasez de verbos que suelen tener esos intentos.

La lectura me ha resultado amena. Y la única pega que le encuentro a la traducción, no quiero decir que no tenga más, es que yo no soy capaz de verlas, es que transcribe los nombres de personas y los topónimos con una aproximación fonética al castellano que… es, eso, una aproximación. Estoy acostumbrado a la transcripción más o menos oficial actual al romanji de los caracteres japoneses, y conozco sus valores fonéticos. Así que ver Fujiwara como Fuyiuara, o Yasuko como Iásuko, entre otras formas, me resulta raro. Por lo demás, la verdad es que he disfrutado más de lo que pensaba de las aventuras y lances galantes de Narihira. Y me ha sorprendido el obvio despendole sexual que había en el antiguo Yamato.

[Cine] The Kindergarten Teacher (2018)

Cine

The Kindergarten Teacher (2018; 24/20190414)

Película que había dejado pendiente de comentar, vista antes de las minivacaciones de Pascua. Es una nueva versión estadounidense de una película israelí que recibió muy buenas críticas y que no he visto. No soy muy partidario de estas nuevas versiones, que en muy contadas ocasiones mejoran el producto original. Pero algunas circunstancias nos hizo acercarnos a ver esta película dirigida por Sara Colangelo, una directora que me resultaba desconocida hasta la fecha.

Unos paisajes de atardecer para relajarnos de una película con un tono ciertamente inquietante, sobre la insatisfacción personal.

Y es que el principal aliciente para ver la película es la presencia en el papel protagonista de Maggie Gyllenhaal, una actriz que se mueve principalmente en el cine independiente y que me parece de lo mejor en el panorama interpretativo mundial actual. En esta ocasión, encarna a la profesora de parvulario del título. Una mujer que parece tener una vida completa, con un trabajo que le gusta, una familia que la quiere, con los problemillas habituales de tener hijos adolescentes y esas cosas, y que la complementa acudiendo a clases de formación de adultos sobre escritura creativa y poesía. Su vida cambiará el día que se dé cuenta que uno de sus jóvenes alumnos, Jimmy (Parker Sevak) de cinco años, es un pequeño genio capaz de componer hermosos y profundos poemas. Y su interés por impulsar el talento del niño, llevará a la profesora a una escalada de acciones de consecuencias poco previsibles.

Con una puesta en escena intimista, sin estridencias, que busca un ambiente próximo, pero al mismo tiempo un poquito agobiante, la directora confía en el buen hacer de sus intérpretes, especialmente de su protagonista para sacar adelante este estudio sobre una mujer que parece tener todo, pero a la que le falta ese punto de creatividad o de originalidad que la saque de lo cotidiano y dé sentido a su vida. Un estudio sobre la insatisfacción que se proyecta sobre el niño que… sólo quiere ser un niño. Y todo el entorno está de acuerdo en ello salvo la profesora.

Interpretación intensa en una escalada de sentimientos y acciones impulsada por Gyllenhaal y que justifica sobradamente la visualización de esta película. Y que confirma, una vez más, que es una de las mejores actrices de su generación, en un papel que es de los mejores de su carrera, y al que sólo le falta una realización más brillante y menos funcional para que hubiese destacado más de lo que lo ha hecho.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] Paterson (2016)

Cine

Paterson (2016; 662016-2112)

Entre las buenas críticas que estaba leyendo y el boca a boca que me estaba llegando, me habían entrado muchas ganas de ver esta película. Pero al mismo tiempo, no encontraba con quien ir. Que «para la semana de Navidad que tendremos fiesta», fue una contestación habitual. El caso es que temía que con la llegada de la época festiva, la versión original de esta película fuese fulminada dado «el interés de transmitir la cultura» que «suelen» manifestar los distribuidores y exhibidores de cine en determinadas fechas. Así que me fui solo a verla. No ha desaparecido de la programación, pero su presencia se ha reducido, y se la han llevado a un horario nocturno muy inconveniente. Lo dicho. Hay que dar paso a los «taquillazos» palomiteros.

Con Jim Jarmusch al mando, un director sobre el que tengo sentimientos contrapuestos, hay cosas que me gustan mucho de él y otras me resultan bastante indigestas, y con uno de los actores de moda, Adam Driver, que lo mismo se involucra en el cine independiente, que se asoma a las series de televisión de las cadenas más prestigiosas, que se convierte en el nuevo villano en una galaxia muy, muy, muy lejana.

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En Estados Unidos sólo he visitado Nueva York… así que representaré el espíritu de las ciudades pequeñas norteamericanas con las tranquilas calles de Kingston (Canadá). Aunque tal vez no necesariamente sea tan similares sociológicamente hablando. Es un pálpito que me entra viendo los desaguisados electorales en los EE.UU.

En esta película, Driver interpreta, muy coherente con su apellido, a un conductor de autobús urbano en la ciudad de Paterson, Nueva Jersey, que se llama a su vez Paterson. Casado con Laura (Golshifteh Farahani), de la que está muy enamorado, su vida transcurre en una rutina repetitiva. Se levanta pronto para ir a trabajar, desayuna, conduce su autobús, vuelve a casa, saca a pasear al feo perro familiar, se toma durante el paseo una cerveza en el bar de Doc (Barry Shabaka Henley), y vuelta a la cama. Mientras, Laura, que se queda en casa, se muestra inquieta porque quiere más. Aunque de forma poco clara. O bien se dedica a decorar la casa con múltiples motivos geométricos en blanco y negro, o le propone a su marido tener gemelos, o se dedica a hacer pastelitos para el mercadillo del sábado, o quiere aprender a tocar la guitarra para convertirse en una estrella del country. Paterson rompe la monotonía escuchando a sus viajeros, conversando con la gente con la que se encuentra, pero sobre todo, escribiendo poesía.

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La película es sencilla y compleja al mismo tiempo. Comienza un lunes a las 6:15 de la mañana, y termina al lunes siguiente a la misma hora. Y acompañamos a Paterson cada día, con una rutina que cada día va cambiando ligeramente. Y así comprendemos que detrás de la calmada rutina, de la bonhomía pacífica y solidaria de la que hace gala, algunos conflictos están larvados. Jarmusch trata al espectador con inteligencia. No cuenta mucho sobre la historia y el trasfondo de los personajes, pero nos va dejando pistas en toda la película, en los decorados, en determinados sucesos que nos hablan de los conflictos internos de los personajes, que inevitablemente afloran. Todo ello enmarcado por la ciudad de Paterson, una ciudad aparentemente anodina a poco más de 30 kilómetros de Manhattan, pero que parece encerrada en sí misma, y excelentemente retratada por el excelente aunque poco intrusivo trabajo del director de fotografía Frederick Elmes.

Y como piezas fundamentales de este mecano, las contenidas pero altamente convincentes interpretaciones de su reparto, empezando por un sobrio pero fenomenal Adam Driver, que muestra que puede estar destinado a ser uno de los grandes actores, sin necesidad de caer en el exceso que muchas veces muestran los actores masculinos más notables. Perfecta en su papel Farahani, que nos transmite esa mezcla de candidez e inquietud, capaz de enamorar o volver loco a cualquiera. Actriz iraní que merece que se le den oportunidades, alejadas de la notoriedad alcanzada por motivos políticos. Está condenada al exilio en su país por haber aparecido parcialmente desnuda en alguna publicación, acto que respondía también a una denuncia de la falta de libertades, especialmente entre las mujeres, en su país. Y no nos olvidemos de esos personajes secundarios que van apareciendo por el filme y dejando sus pequeñas perlas, aportaciones siempre interesantes. Imperdibles las conversaciones de los extraños en el autobús urbano.

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Realmente, en estas fechas del año en las que todo el mundo pretende ir de buen rollo cuando tanta gente practica el egoísmo más recalcitrante, esta película nos traslada a unos valores mucho más auténticos, ejercidos en el día a día. De alguna forma, el modesto conductor de autobús Paterson en Paterson, Nueva Jersey, se convierte en un héroe de lo cotidiano. Una propuesta de hombre sencillo y tranquilo, pero sensible y creativo, quizá un modelo a seguir, del que además te puedes montar su propia historia con los datos que el director te va dejando aquí y allí. Muy recomendable.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****

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[Libro] Fotorretórica de Hollywood, a propósito de Bob Dylan y su premio Nobel

Cultura, Fotografía, Literatura

No voy a hacer un comentario extenso de este libro de fotografía y poemas, que ya hice en su momento, hace ya casi siete años en este mismo Cuaderno de ruta. Pero me ha venido a la memoria y lo estuve hojeando ayer, y releyendo alguno de sus poemas. Quien lea mis comentarios de hace siete años podrá comprobar que las fotografías de Barry Feinstein me resultaron interesantes, los poemas acompañantes, no tanto. Esto puede deberse a dos causas…

La primera es que no soy buen lector de poesía. Leer poesía es una hábito que hay que cultivar, como tantos otros en el mundo de las artes y las letras. Salvo las formas más simples de poesía, no es un ámbito de la literatura fácil y no es un ámbito en el que se nos eduque adecuadamente. Por lo menos a mi generación. Observando las siguientes… no soy más optimista. Y mira que pocas veces opino que el refrán aquel sobre que «cualquier tiempo pasado fue mejor» sea cierto. No lo suele ser.

La segunda de las posibles causas es que realmente los poemas no acabasen de convencerme porque no eran para tanto. ¿Y de quién eran los poemas? De Robert Zimmerman, más conocido como Bob Dylan, que acaba de ser anunciado como el galardonado con el Premio Nobel de Literatura 2016 por la Academia Sueca.

Dylan es fundamentalmente por su faceta de cantante popular, dentro del genero folk o folk rock, fundamentalmente. Y parece ser que este es el motivo por el que en nuestro país, al menos en las redes sociales más usadas, la concesión del premio se ha acogido con un cierto nivel de cachondeo que no entiendo. O sí que entiendo, dado el bajo nivel cultural que sufrimos en España.

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En el encabezado y en esta fotografía, el ayuntamiento de Estocolmo, donde cada año se celebra el acto de entrega de los Premios Nobel.

Bob Dylan es conocido como cantante. Pero cualquiera que sepa un poquito de su historia, sabrá que es fundamentalmente un poeta, que ha utilizado la música como vector de transmisión de sus ideas y conceptos. Algo que no es nuevo ni mucho menos en la historia de las artes. Casi nadie lee poesía, casi todos escuchan música. No soy especialmente «dylaniano», pero tengo alguno de sus discos, y desde que estoy suscrito a un servicio de música con cuota mensual, no pasa un mes en que dedique una tarde, mientras hago otras tareas en el ordenador, a escuchar temas de Dylan. Y es que además siempre me ha gustado más como letrista que como músico.

La concesión de un premio como el Nobel de Literatura siempre estará sujeto a polémica. Tal y como los definió Alfred Nobel en su testamento, debían premiar a la persona más destacada de determinadas ciencias, de la literatura y en la consecución de la paz en el año anterior. Debía estar abierto a científicos, literatos y personas de todo el mundo. Y los jueces habían de ser la Academia Sueca o de Estocolmo (literatura), la Academia Sueca de las Ciencias (física, química, más tarde se añadió ciencias económicas), el Instituto Karolinska (medicina o fisiología) y el Storting (asamblea) noruego (paz, en aquellos momentos Noruega y Suecia estaban unidas en una unión personal monárquica).

Pero las cosas son muy diferentes en estos momentos y los premios de ciencias se suelen conceder a descubrimientos o trabajos que pueden tener décadas, pero que por la naturaleza del método científico necesitan de tiempo para ser sometidas al necesario escrutinio que afiance las teorías científicas. Por ejemplo, los científicos que desarrollaron la idea de que era necesaria una partícula esencia para explicar que algunas otras tuvieran masa, el llamado bosón de Higgs, lo hicieron en los años 60. Pero hasta que no entró en funcionamiento el Large Hadron Collider no pudo ser corroborada la idea, de gran importancia en el mundo de la física. Por lo tanto, hasta 2013 no les fue otorgado el premio.

De forma similar, los premios Nobel de Literatura y de la Paz se suelen otorgar a personas con una trayectoria personal en sus respectivos campos que les haga ser reconocidos plenamente como merecedores del premio. En su momento, al principio de los premios, se dieron premios a autores con presencia en aquel momento pero con posterioridad la historia no los ha reconocido. Los dos primeros premios Nobel de literatura españoles, José Echegaray y Jacinto Benavente, fueron autores de éxito en su momento, pero hoy en día carecen del reconocimiento que tuvieron en su momento y han sido sujetos a crítica. Por otro lado, se premian autores vivos. Probablemente el literato español de mayor prestigio internacional en el siglo XX, y que probablemente hubiera sido candidato al premio, terminó su vida prematuramente «gracias» a un pelotón de fascistas impulsados por el odio que los fusilaron durante la guerra civil. Hablo de Federico García Lorca, claro, que ha superado con creces la difícil prueba del paso de la historia. Difícil papeleta las de las academias suecas o la de la comisión de la asamblea noruega. Esta última, por ejemplo, se «lució» con su concesión del premio de la paz a Barack Obama, que con su elección levantó muchas expectativas, pero que realmente no había conseguido nada todavía. Y en este campo, en el de la paz, ahora al final de su mandato… tampoco.

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Es el Storting noruego, una comisión que es nombrada por esta asamblea suprema legislativa noruega elige al Premio Nobel de la Paz.

Se han dado una serie de motivos para la concesión del Nobel a Bob Dylan. Por «haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición norteamericana de la canción», podemos leer en los medios. Y probablemente es así. Sin embargo, en las últimas décadas la Academia Sueca ha tenido guiños a diversas consideraciones sociales o políticas. Lo que le ha llevado a conceder el premio a literatos poco conocidos, que se han expresados en idiomas de escasa difusión y poco traducidos. Pero es una forma de expresar la voluntad de Alfred Nobel de extender el premio a todas las nacionalidades. Y también es una forma de posicionarse social y políticamente. Probablemente el premio del año pasado a la bielorrusa Svetlana Aleksiévich, tenga también mucho que ver con la situación política de su país, residuo dictatorial de la antigua Unión Soviética. Pero he de advertir que el premio no es gratuito. Tuve ocasión de leer, como comenté en estas páginas, una obra de Aleksiévich y me pareció impresionante.

Estamos en año electoral para la presidencia de los Estados Unidos. Y uno de los candidatos se está caracterizando, más allá de que compartas o no sus ideas políticas, por un nivel de zafiedad y patanismo cultural que espanta. Especialmente porque no está descartado que gane el puesto, probablemente la posición política más influyente del mundo y de las que más poder acumula. Dylan se ha caracterizado por su compromiso con la paz, los derechos humanos y civiles y su compromiso social. Es una especulación mía que estos hechos hayan tenido su importancia a la hora de decantar la concesión del premio. Pero no me parece descabellada.

En cualquier caso, muchos medios en su país están celebrando la concesión. Aquí, en España, muchos, que seguramente ni escuchan sus canciones ni lee sus poemas se lo toman a cachondeo. Yo, aparte de escuchar sus canciones, he leído al menos un libro con sus poemas, el que me sirve de excusa para este artículo. Y no sé si es la persona que más se merece el premio. Pero sí sé que se merece el respeto y el reconocimiento debido. Y por eso este rollo.

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Bob Dylan nació en Duluth, en el estado de Minesota; pero fue en la ciudad de Nueva York donde lanzó su carrera como músico y poeta. Robert Zimmerman de nacimiento, cambió su apellido por el de Dylan, se supone que en homenaje al poeta galés Dylan Thomas.

[Libro] Strindberg

Arte, Fotografía, Literatura

Este libro, sobre el que voy a hacer un breve comentario, fue un regalo por mi cumpleaños, hace ya unos meses. Empecé a leerlo enseguida, y lo hojeé muchas veces, puesto que está ilustrado con reproducciones de pinturas y fotografías. Pero al final me ha costado un poco más de lo que pensaba terminarlo. Y eso que no es muy voluminoso.

Strindberg. Escritor, pintor y fotógrafo
August Strindberg, traducción de Carmen Montes Cano
Nørdica libros; Madrid, 2012
ISBN: 978841571733

Skansen

Nos iremos para ilustra esta entrada a la antigua Suecia, de bosques y granjas con edificios de madera, y abundantes chimeneas para calentar el hogar en los fríos inviernos.

August Strindberg es uno de los artistas más importantes de los países nórdicos. Como escritor, no desdeñó ni poesía, ni drama, ni novela. Pero además, fue pintor y fue fotógrafo. El libro que aquí nos ocupa reúne poesías, cartas o fragmentos de textos en prosa a modo de antología breve de su obra, con los textos en sueco y en español, e ilustrado con reproducciones de pinturas y fotografías del autor, o relacionadas con el mundo en el que vivió y que le influyó, así como con las influencias que tuvo en autores posteriores.

Skansen

Una Suecia de bosques verdes y frondosos.

Desde luego es un regalo que he apreciado, porque me parece un regalo pensado y apropiado. Si luego me ha costado ir leyendo todos los textos ha sido porque he querido leerlos pensándolos, sin prisas. Creo que el libro está pensado no simplemente para leerlo, sino también para contemplarlo y reflexionarlo. Así que, para todos aquellos que se quieran salir de los caminos trillados que nos ofrecen las librerías, es una sugerencia. Y claro está, ¡muchas gracias!

Skansen

A la que en esta ocasión llegamos cogiendo el tranvía, ya que se trata del parque Skansen, en la ciudad de Estocolmo, bonito y enorme museo etnológico y natural al aire libre.

[Libro] Veinte poemas de amor y una canción desesperada

Fotografía, Literatura

Venir aquí y ahora a descubrir una de las más famosas obras de Pablo Neruda es una tontería. Publicados por primera vez cuando el poeta chileno no alcanzaba todavía los veinte años, leí por primera vez esta obra cuando tenía poco más que esa edad. No soy lector de poesía. Me reconozco con los defectos propios de una sociedad y de una generación cuyos individuos han de hacer esfuerzos notables por sobreponerse a las carencias educativas. Algunos los he hecho, creo; otros, como el de la poesía, no. O no tanto. Pero algunas obras básicas he leído, y entre otras estas. ¿Cuál es la novedad, pues, para que traiga esta obra ahora, aquí, a estas páginas? Pues la fotografía. Es una edición reciente con fotografías.

Veinte poemas de amor y una canción desesperada
Pablo Neruda, poemas; Isabel Muñoz, fotografías
Random House Mondadori, DeBolsillo; Barcelona, 2012
ISBN: 9788499896878

Y es que Random House Mondadori, en una edición en tapa dura de su colección DeBolsillo, en un formato cuadrado para acompañar de forma adecuada las imágenes, nos trae la obra eterna de Neruda, acompañada de una colección de 14 fotografías de la fotógrafa española Isabel Muñoz, una de las autoras más importantes de nuestro país en la actualidad, a nivel internacional. Catorce fotografías que de alguna forma reflejan los contenidos de los poemas. En especial, en lo que se refieren a la sensualidad del cuerpo humano, tanto desnudo, como danzando, o como reflejado en otras obras de arte, como esculturas.

Quien se asome a estas páginas de vez en cuando sabrá que ya tengo varios libros, que aprecio mucho, que combinan literatura y fotografía, por lo tanto esta obrita no podía dejar de faltar en mi biblioteca. Más, porque es de las que puedes coger cuando te apetece y leer un poema, o un fragmento, o mirar las fotografías, sin prisas. Tranquilo. Recomendable. Por cierto, tras haber vuelto a leer los 21 poemas de la obra, se confirma lo que ya sucedió la primera vez que la leí. Mi favorito es Una canción desesperada. Y más ahora, con las experiencias que vienen con la edad.

Balcón de san Lázaro #azbfotos

Ayer quedada fotográfica en torno al Ebro organizada por la Asociación cultural "Zaragoza en blanco" (zaragozaenblanco.es); poco productiva fotográficamente, pero muy agradable por las compañías. Y bueno, alguna foto se hizo, como podéis ver.

[Libro (de fotografía)] Fotopoemario

Fotografía, Literatura

Hace algo más de un año os presentaba en estas páginas un libro de La Fábrica Editorial que combinaba las greguerías de Ramón Gómez de la Serna con las siempre interesantes imágenes de Chema Madoz. Me pareció una apuesta valiente y estimulante. A lo largo de 2010, la misma editorial ha apostado por nuevos productos editoriales que combinan la literatura y la imagen fotográfica. Os los comenté a principio y a finales del mes de junio. Parece que no han sido hechos aislados, ya que recientemente pude comprar un nuevo libro de estas características. Más parecido al primero, y de la misma colección, que los dos posteriores.

Fotopoemario (4ª edición)
Poemas: Joan Brossa; fotos: Chema Madoz
Biblioteca BLOWUP Libros únicos; La Fábrica, Madrid, 2010
ISBN: 9788496466180

El libro es muy sencillo. Tras una introducción a cargo de Glòria Bordons, patrona de la Fundación Joan Brossa, se nos ofrecen 12 cortos poemas del poeta barcelonés. Primero en catalán; después, su traducción al castellano. Finalmente, tras cada uno de ellos, vemos una fotografía de Chema Madoz, impresa en otro tipo de papel, y adherida a las hojas del libro. En total, pues, 12 poemas y 12 imágenes interrelacionadas de alguna forma. Y lo que tiene de bueno es que ambos artistas tienen un componente más o menos marcado de surrealismo en su obra, que hace que haya un excelente maridaje entre ambas propuestas.

Lo que se dice leerlo, se lee en media hora. Pero puede ser un libro eterno, ya que lo puedes revisitar siempre que quieras. Y lo puedes reinterpretar tantas veces como vuelvas a él. Interesante.

Escultura

Siguiendo con temas artísticos, no es la primera vez que visitamos en estas páginas esta escultura de Richard Deacon bajo uno de los puentes que cruzan el Ebro en Zaragoza - Pentax K-x; SMC-DA 70/2,4 Limited

Libro: Fotorretórica de Hollywood: El manuscrito perdido

Fotografía, Literatura

En los últimos tiempos, compro muchos libros de fotografía. Mejor dícho, de fotografías. No suelo comentarlos aquí; prefiero hablar de los fotógrafos e indicar algún lugar en internet donde conocer su obra. Pero en esta ocasión es distinto. Porque, además de ser un libro de fotografías, es también un libro que se lee. Es un libro de poesía. Y por eso, porque además de contemplar las imágenes he leído los poemas, he decidido comentarlo aquí.

Fotorretórica de Hollywood: El manuscrito perdido
Bob Dylan y Barry Fenstein
Global Rhythm Press, Barcelona, 2009
ISBN: 9788496879430

Hace un par de años, el fotógrafo Barry Feinstein, famoso fotógrafo de personajes del mundo de la música y del cine, encontró un paquete con fotografías tomadas en Hollywood a principios de los sesenta. Fotografías poco glamurosas. Actrices y actores en ensayos, la piscina de Marylin Monroe el día que murió, pruebas de aspirantes actrices, calles desiertas, anuncios, el famoso cartel de HOLLYWOOD con el deterioro que sufría en el momento.

Junto a las imágenes, apareció una colección de 23 poemas escritos por Bob Dylan, inspirados o referentes a las fotografías encontradas. El manuscrito que los contenía había estado perdido durante décadas; incluyo el propio autor había olvidado que las había escrito. Y como tampoco se trata de perder comba, decidieron publicar un libro con las fotografías y los poemas.

He de decir que las fotografías de Feinstein me han resultado más atractivas que los poemas de Dylan. Estos últimos me resultaron un poco caóticos; sin mayúsculas, carentes de signos de puntuación, con versos cortos, con frecuencia de una, dos, tres o como mucho cuatro palabras,… He tenido que alternar la lectura en el original inglés y en la traducción castellana. Ambas aparecen en paralelo. En ocasiones es mejor la versión en inglés para entender lo que estoy leyendo, pero en otras, ese caos mencionado anteriormente recomendaba la lectura de la versión traducida, espero que bien, para no perderme demasiado. Temas pesimistas, variados, pero con clara relación con las imágenes a las que acompañan.

En cuanto a las fotografías, son de las que cuando las vuelves a ver te dicen más que en la primera ocasión en que te enfrentas a ellas. Al principio, parecen imágenes relativamente banales. Parece meras imágenes documentales, sin más pretensión. Luego, las vuelves a observar y te vas percatando de los significados que contienen, y van adquiriendo un valor, más allá de documentar la parte no glamurosa de un Hollywood que ya había pasado sus mejores años, su época dorada.

En resumen, un libro que interesará al aficionado a la fotografía, con el plus añadido de los versos de Dylan, que no está mal para redondear el trabajo. Un documento de una época ya pasada que gustará también al aficionado al mundillo de la farándula hollywoodiense.

Pinares

Quien sabe si alguien, algún día, dedicirá colocar un cartel en las laderas de los Pinares de Venecia de Zaragoza, emulando al famoso carte de Hollywood, mientras tanto... - Panasonic Lumix GF1, G 20/1,7 ASPH.