Pues sí. En breve, este blog pasará durante unos cuantos días al modo sólo fotos. Tocan vacaciones. Y toca viaje a Japón. El tercero. Por eso, la entrada televisiva de esta semana está dedicada, de alguna manera, a ese país. Un par de series de Netflix que, sin ser maravillas, son simpáticas y me han hecho pasar algún rato simpático.
Karakai Jōzu no Takagi-san [からかい上手の高木さん, la bromista de Takagi] es una adaptación más de un popular manga, o sea, tebeo japonés, que ha sido objeto ya de diversas adaptaciones en forma de serie de animación, de película animada y, finalmente, con esta serie, a serie de televisión de acción real. Es un estreno actual de este 2024, del cual Netflix tiene los derecho fuera de Japón. La historia es muy simplona. En un ambiente de provincias, en un isla del mar interior de Seto, la jovencita Takagi (Rui Tsukishima) y el jovencito Nishikata (Soya Kurokawa) son compañeros en el segundo curso de la escuela intermedia. O sea, algo así como segundo de ESO en España. Unos 14 años. Son vecinos y, en una población pequeña, se conocen de siempre. Takagi es vivaz e inteligente, mientras que Nishikata es más tranquilo y muy confiado. Por lo que Takagi lo somete a una sucesión de bromas sin mayores consecuencias, que Nishikata intenta devolver sin éxito. Pero claro, entre ellos surge una tensión romántica no declarada. De la que la chica es muy consciente… el chico, más bobo e inmaduro, no tanto. Había visto una temporada de la versión animada. Simpática. En esta versión de acción real, poco a poco se deja de dar importancia a las bromas, para dar trascendencia a la relación entre los dos adolescentes. Y esto es lo que da valor a la serie, ya que estas relaciones, inocentes e indecisas son muy majas. La chiqueta es mejor intérprete que el chaval. En general, y a pesar del agridulce final, la serie deja buen sabor de boca… y se ve en un pispás. Parece ser que la película largometraje de animación da resolución a la relación. En inglés se encuentra como Teasing master Takagi-san y alguna de las versiones en castellano aparecen como Maestra en bromas pesadas Takagi-san… pero no me gusta, porque nunca son bromas pesadas.
Unnatural (en inglés en el original) es una serie japonesa de diez episodios de 2018. Lo cual da un punto de ironía a alguno de sus episodios que trata de un brote de síndrome respiratorio grave causado por un coronavirus. Es una serie más o menos típica de investigadores forenses. Los protagonistas trabajan en un instituto autónomo de medicina legal, en el que trabajan dos forenses y otros técnicos. El personaje principal, Mikoto Misumi (Satomi Ishihara), es una joven forense muy dinámica, querida por sus compañeros, que fue adoptada tras perder a sus padres. El complementario, Kai Nakado (Arata Iura), es un hombre, también forense, osco y algo misántropo, marcado por el asesinato de su novia ocho años atrás, del que fue acusado. En principio es un procedimental en el que en cada episodio o cada dos episodios resuelven un caso. Pero hay un misterio global, relacionado con la novia de Nakado y con crímenes recientes, que se resolverá al final.
Aunque empecé a ver el primer episodio sin mucho convencimiento, pensando que probablemente abandonaría la serie directamente, lo cierto es que me enganché. Y el principal motivo no está tanto en las tramas, que son correctas, pero lejos de la espectacularidad de lo que series similares norteamericanas plantean (hacen bromas a costa de una de ellas), sino en la empatía con los personajes. Se hacen querer. La chica protagonista es de estas actrices japonesas ubercharming que no lo hace mal. Y el conjunto que la rodea no funciona mal. Dentro de que la interpretación de los actores japoneses en teleseries siempre me resulta un poco forzada. Pero está bien. Yo la he disfrutado.