[Fotos] Las primeras fotografías del otoño de 2024

Fotografía

Como siempre priorizo las fotografías de los viajes a la hora de ir revisando y procesando las fotografías que hago, cuando ya se nos acaba el mes de noviembre, con las nieblas invadiendo las calles de Zaragoza, todavía estoy con las fotografías de los primeros días de este otoño de 2024 en las que no faltaron las lluvias. Este año, hemos tenido otoño real, frente a los últimos años en los que tuvimos unos veranos prolongados y otoños con sabor a primavera, por lo benigno del tiempo.

El comentario técnico de las fotografías que aquí os muestro lo encontraréis como de costumbre en su publicación de Carlos en plata. Realizadas con una película que, aunque tiene sus momentos en los que proporciona un rendimiento interesante, en realidad no me gusta mucho. Pero bueno, llegó a mis manos, y la usé. Y alguna de las fotografías, especialmente cuando aparece gente, las guardaré con cariño.

[Cine] The instigators (2024)

Cine

The instigators (2024; 57/20241120)

En esta irregular temporada cinematográfica de otoño, seguimos con dificultades para personarnos en las salas de cine. Una mezcla de «tengo la vida más liada que de costumbre» y «vaya horarios birriosos que dejan para las películas en versión original». Sip. Nos negamos ya a ver películas dobladas. Una vez que te has acostumbrado a escuchar los originales, te das cuenta de que los doblajes, incluso los mejores, son horrorosos. Y una adulteración de la obra original. Así que la semana pasada, con una agenda muy apretada, no hubo salas de cine, pero el miércoles tras una larguísima jornada de trabajo, me apoltroné en el sofá de casa y puse este estreno de este año de Apple TV+ dirigido por Doug Liman, un director que mezcla en su carrera productos notables con muchos otros de carácter anodino. Por otro lado, uno tiene la sensación de que los estrenos directos en la plataforma de la manzana mordida tienen algo más de nivel que los de otras plataformas,… aunque también nos da algún disgusto de vez en cuando.

La acción transcurre en Boston, ciudad que no he tenido ocasión de visitar; pero constantemente se habla de huir a Montreal, que sí visité en su momento, y por cuyas calles pasearemos fotográficamente en esta entrada.

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Entendámonos, cuando me decidí por esta película no tenía una expectativas muy altas. Me bastaba con que me entretuviera entre la hora de la cena y la de irse a dormir. Al fin y al cabo la pinta que tenía era la de comedia de acción. Pues eso, puro entretenimiento. Dos individuos (Matt Damon y Casey Affleck), con motivaciones muy distintas, se apuntan a un robo en la sede de la campaña electoral del corrupto alcalde de Boston (Ron Perlman) durante la velada tras el cierre de las urnas. Pero siendo los únicos supervivientes del robo, se ven involucrados en una persecución, bajo la presunción de que han matado a un policía, que no ha sido así, y porque ponen en peligro la carrera política del alcalde. En su huida, contarán con la ayuda de la psiquiatra (Hong Chau) de uno de ellos, que quiere echarle una mano… de alguna forma.

Lima configura una buddy movie de manual, en la que virtualmente están todos los elementos tradicionales del género. Dos hombres, diferentes en personalidad y motivaciones, que han de compartir una aventura, salir de aprietos y colaborar, incluso forjar una relación de amistad y confianza, mientras se suceden tiroteos y persecuciones. Y con los esquemas tradicionales del género. Nada nuevo. Una más como tantas. Con una virtud. El conjunto del reparto, no sólo los dos protagonistas, deciden tirar de oficio y, junto con un ritmo ágil, una narración correcta y una realización técnicamente adecuada, sacan adelante una película que nos da exactamente eso que decía, un entretenimiento adecuado para disfrutar tranquilamente en casa.

Sin complicaciones. Tampoco es una película que vaya a pasar a la historia del séptimo arte. Ni dejará mucho poso en el espectador. Probablemente, dentro de unos meses,… me haya olvidado de ella. Pero en ese momento cumplió su misión, y ya me vale. ¿Recomendable? Si ajustas tus expectativas en los parámetros mencionados, sí. Sin más.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: ***

[TV] Cosas de series; dramas coreanos… uno de ellos, bastante bien

Televisión

Vayamos con una nueva ronda de k-dramas. Fundamentalmente, comedias románticas, salvo que una de ellas, la tercera, la que he visto más recientemente, tiene algo más de sustancia de lo que es habitual en estas producciones, y es de las pocas que, habiéndome gustado, incluso ha crecido en mi memoria desde que la terminé de ver hace unos días. Pero vamos por orden.

Eommachinguadeul [엄마친구아들, el hijo de la amiga de mi madre], conocida en inglés/castellano como Love next door/Amor en la puerta de al lado, es una serie de estreno reciente, emitida fuera de Corea del Sur por Netflix en buena parte del mundo, y se emitió entre finales del verano y principios del otoño. El principal aliciente para verla era su pareja protagonista, especialmente la chica, Jung So-min, que tan buen recuerdo dejó en alguna serie que vi en su momento. Jung protagoniza a una joven profesional, que terminó sus estudios en EE. UU. y comenzó a trabajar en una importante y prestigiosa empresa, y que vuelve a Corea habiendo cancelado su boda y renunciado a su trabajo. Y aquí reconecta con su antiguo amigo de la infancia, el hijo de una vecina, diplomática, que prácticamente fue criado por la madre de la protagonista. Ahora convertido en un joven y prometedor arquitecto con gabinete propio. Ya supondréis por donde van a ir los tiros. Y no empieza mal la cosa. Pero introducen en la trama un elemento dramático, la causa de que la chica lo deje todo para volver, y con eso lían demasiado el argumento. Por eso y por otros detalles. El caso es que la serie va de más a menos, y al final, la terminé de ver por inercia. Una pena.

Bo-ra! Deborah [보라! 데보라], conocida en inglés como True to love, mientras que en castellano mantiene el título original, es una comedia romántica de 2023 que podemos ver en Amazon Prime Video. La Bo-ra o Deborah del título (Yoo In-na) es una experta en relaciones románticas, con un programa radiofónico, que está en contactos con una editorial para escribir un libro. Pero uno de sus programas provoca de una forma u otra la ruptura de su noviazgo, al pillar a su novio engañándola con una mujer más joven, y también la ruptura de la relación del editor jefe de la editorial. Por lo que sus relaciones comenzarán de forma lamentable, pero poco a poco se apañarán… y ya supondréis por donde van los tiros. Esta serie es aceptable, es entretenida. Y es especialmente divertida la panoplia de secundarios que rodean a los protagonistas, que ayudan y mucho a sostener el interés de estas largas series de 16 episodios de 70 minutos con argumentos que no dan para tanto. Mención especial a la mejor amiga de la protagonista, interpretada por Park So-jin, una actriz procedente del mundo de la música que, no sólo es guapa, sino que también tiene muy buenas actitudes para la comedia.

Y finalmente, Mr. Plankton, en inglés en el original, o El Sr. Plancton en castellano, un estreno muy reciente de Netflix, que por ser producción propia apareció en pleno para poder maratonear. No maratoneé. Pero no tardé muchos fines de semana en terminar de verla. Entre otras cosas porque me resultó muy interesante. Comedia dramática y romántica. Él (Woo Do-Hwan) es un hombre de 30 años que fue concebido por reproducción asistida. Pero con el tiempo se descubrió que, por un error, el donante de semen no fue su padre sino otra persona, lo que causó la ruptura de su familia, y que se escapara de casa. Ha sido diagnosticado de una enfermedad cerebral y le han dado tres meses de vida. Ella (Lee Yoo-mi) es una mujer de 30 años que fue abandonada por su madre y criada en un orfanato. Se considera la mujer más desafortunada del mundo. Fue novia del anterior, pero no funcionó. Y ahora, a punto de casarse con un rico heredero (Oh Jung-se) de un dinastía tradicionalista, descubre que tiene una menopausia precoz por lo que nunca podrá concebir. En el momento de su boda, es «raptada» por el protagonista para que le acompañe a buscar a su padre biológico, mientras su prometido actual () desesperado, sale en su busqueda, al mismo tiempo que son perseguidos por otros personajes con distintas intenciones.

Esta serie destaca en mi opinión por encima de las anteriores y de la mayoría de las series románticas coreanas. En primer lugar, porque la historia está muy bien pensada, es muy dinámica, prácticamente es una road movie con bastante acción, que aguanta perfectamente toda la duración de la serie. Que son doce episodios en lugar de los típicos dieciséis, de una hora en lugar de los 70 minutos. En segundo lugar, porque está bien interpretada, con una innegable química entre los dos protagonistas, bien complementada por el trabajo de los secundarios. Los surcoreanos, cuando se esmeran y están bien dirigidos, con papeles interesantes, son realmente buenos intérpretes. En tercer lugar, porque la serie tiene corazón, sentimientos. No es una mera sucesión de convencionalismos. Reflexiona sobre los desaires de la vida, no presupone finales felices, aunque trata de luchar con fuerza, y contra todo pronóstico contra el determinismo aparente del destino de los personajes. Sobre si tiene un final triste o feliz… es cuestión de interpretaciones. Yo apuesto por «feliz», aunque con un toque amargo. Pero es que la vida es así. De las pocas comedias románticas surcoreanas que me han dejado algo más que un rato de entretenimiento.

[Viajes] En el curso alto del río Martín, un resumen

Viajes

En estos tiempos en los que tan de moda se están poniendo los entornos naturales en los angostos valles de las sierras interiores, con recorridos senderistas paralelos a los curso de agua que los forman, muchas veces ayudados por pasarelas y ayudas técnicas, como cadenas o apoyos metálicos, cuesta entender que los hocinos del curso alto del río Martín no esté más visitados. Por lo menos, en estos días, hemos estado solos. Los detalles técnicos de las fotografías están en Carlos en plata, como de costumbre.

El río Martín toma forma en las proximidades de Martín del Río, en la provincia de Teruel, a partir de los arroyos que bajan de los montes próximos, excavando profundos cañones, desfiladeros en los que ha veces se forman estrechos pasos, que según los lugares se llaman hoces, foces o, como en este caso, hocinos.

Son lugares bellos e interesantes de recorrer. Aunque como hemos podido comprobar, el poder hace los recorridos depende de los caprichos del agua a la hora de modelar el paisaje, lo cual hace que la morfología del mismo, y su accesibilidad, se vea modificada con frecuencia.

Además del paisaje natural, hemos paseado por Martín del Río, donde hemos estado alojados en… una casa rural… porque está en un pueblo. No. No es una casa “de turismo” rural, aunque hoy en día la gente se olvida de las dos palabras del entrecomillado. Es una casa de unos amigos, segunda vivienda en el pueblo de origen de su familia, bien arregladita y acogedora.

Como uno de los hocinos, el llamado de la Rambla o de las Televisiones, por la forma de sus pozas, no estaba accesible, también fuimos a Peñas Royas, un núcleo urbano perteneciente al municipio de Montalbán, que también admite el topónimo Peñarroyas. Y el nombre lo recibe de las formaciones rocosas del Triásico, de color rojizo, que dan belleza y espectacularidad al paisaje.

Han sido un par de días muy agradable, con buen tiempo, buena armonía, naturaleza y aire libre, y fotografía… que podrían ser mejores. Pero está el viejo dicho de que un paisaje hermoso y espectacular no siempre está en condiciones de ofrecen fotografías espectaculares. Depende de la luz, del punto de vista, y de la capacidad que tengamos para eliminar elementos superfluos. Y estos cursos fluviales tan estrechos, con frecuencia presentan un paisaje abigarrado. Pero es lo que hay.

[Viajes] Andalucía con película en blanco y negro

Viajes

Con unos cuantos días de retraso como consecuencia de la catastrófica situación en la Comunidad Valencia, me llegan revelados los carretes de película fotográfica que expuse durante la escapada a Andalucía de hace unas semanas. Sólo cuatro días aprovechables, pero que dieron mucho de sí. Más de lo que yo pensaba. En esta primera entrega de las fotografías realizadas con película fotográfica, las fotografías en blanco y negro. Las cuestiones técnicas de las fotografías las encontraréis, como de costumbre, en la publicación sobre el tema en Carlos en plata.

Pero para quienes no estéis interesados en los temas técnicos, me limitaré a traer aquí algunas de las fotos representativas del viaje. Espero que os gusten.

[Libro] La red oculta de la vida – Merlin Sheldrake

Sin categorizar

Durante la tercera semana de septiembre de este 2024, asistí a varias de las charlas del ciclo que ASAFONA Asociación aragonesa de fotógrafos de naturaleza organiza tradicionalmente por esa época del año. En muchas ocasiones me ha coincidido con el comienzo de mis vacaciones y no he podido asistir, pero este año sólo me perdí dos, creo recordar, una por coincidirme con una reunión de trabajo, la otra por celebrarse en Huesca, a unas horas en las que no me venía bien desplazarme. Y en una de ellas, el conferenciante, uno de los miembros de la asociación, Benito Campo, nos hizo algunas propuestas, muy interesantes, sobre la naturaleza invisible, esa que tenemos a nuestro alrededor, en nuestras casas, calles, barrios y parques, y a la que prestamos poca atención, pero está ahí y es digna de ser fotografiada. Y en un momento de su charla nos habló del libro que os traigo aquí, sobre el mundo, complejo, de los hongos.

El libro está escrito por Merlin Sheldrake, biólogo británico que se ha dedicado a la micología, al estudio de los hongos, siendo su área de especialización e investigación principal las micorrizas, las simbiosis entre los hongos y las raíces de las plantas. Este es un tema que desde que lo conocí por primera vez, hace unos años, me ha parecido apasionante, aunque no le haya dedicado mucho tiempo, porque hay demasiados temas en el mundo de las ciencias que me parecen apasionantes. Y, lamentablemente, sólo tengo una vida… excesivamente corta. Sheldrake nos ofrece un libro de divulgación científica, una denominación que me gusta más que la expresión inglesa popular science. Como las micorrizas son el punto fuerte del autor, reciben especial atención en el libro, junto con otras relaciones simbióticas de los hongos con otros organismos. Pero presta atención en general también a las interacciones, a veces simbióticas, otras comensales, otras parasitarias, de los hongos con muchos otros organismos y a su importancia en el equilibrio de los ecosistemas. Presta también mucha atención, quizá demasiada, y de forma un poco sensacionalista, a la producción de sustancias por algunos hongos, que tienen carácter psicotrópico.

Más fotos del hongos de los Pirineos franceses en https://carloscarreter.substack.com/p/fungi-in-the-french-pyrenees-ossau.

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Los hongos son un reino biológico muy desconocido para muchas personas. Más de lo que muchos creen. No son pocos los que se han quedado en la vieja clasificación de los reinos de la naturaleza, animal, vegetal y mineral, y ver las setas como plantitas que surgen en otoño cuando hay humedad, algunas muy ricas para comer, y otras muy peligrosas para comer. Pero ni siquiera son plantas. De hecho, están más próximas filogenéticamente a los animales que a las plantas. Ambos reinos, el de los hongos y el animal, son heterótrofos puros, para empezar, mientras que las plantas son autótrofas, o lo han sido en algún momento de su ciclo vital o de su filogenia. Y no. Las setas no son «los hongos». Son un órgano de algunos órdenes de hongos, el órgano fructífero que porta y dispersa las esporas. ¿Cuál es la especie tipo de estos hongos que producen setas? Pues los champiñones. ¿Cuál va a ser si no? Pero el mundo de los hongos es incomparablemente más diverso.

Con el tema de los reinos biológicos, hay varias propuestas de clasificación de los seres vivos en grandes grupos. No soy quien para determinar cuál es el mejor. Y si los biólogos no se ponen de acuerdo entre sí… Pero hay una que me gusta más, la propuesta en 2015 Ruggiero y colaboradores [artículo original PDF]. Nos dice que hay dos grandes superreinos, el procariota y el eucariota, según el tipo de célula de los organismos vivos. El procariota contendría dos reinos, las arqueas y las bacterias. El eucariota contendría cinco reinos, protozoos, cromistas, plantas, hongos y animales. Así que, por favor… olvidaros de los de animal, vegetal y mineral. Y dad a los hongo el rango que se merecen dentro del mundo viviente.

Dicho todo lo cual, siendo que el libro habla de temas interesantes, la forma en que está escrito me ha gustado a medias. Lo de que el autor sea británico lo vi después. Estuve convencido la mayor parte del tiempo de que era norteamericano. Porque tiene esa forma de escribir divulgación científica, propia de los autores estadounidenses, en los que buscan enganchar a los lectores no con el interés intrínseco de la materia, y una buena y amena narración o descripción, sino acudiendo a los aspectos potencialmente sensacionalistas de la materia. Que si el LSD, que si los hongos que esclavizan a los seres vivos, como si estuvieran hablando de alien… temas que están ahí y que hay que hablar de ellos, pero no con el tono excesivo, exagerado o que acaba ocultando otras cuestiones de interés, que son realmente más importantes. Pero bueno… es lo que es. Y parece que a mucha gente le atrae ese tipo de escritura. Y si no entran en los temas científicos. Una pena.

[Cine] Juror #2 (2024)

Cine

Juror #2 (2024; 56/20241111)

Sorprende que Clint Eastwood siga dirigiendo películas a sus más de 90 años. Sorprende en parte por su edad, pero sorprende sobretodo porque no son pocos los directores que se han tenido que retirar por no encontrar financiación de las productoras cuando llegaban a cierta edad. Y eso ha incluido en la historia del séptimo arte a nombres muy importantes. Pero bueno, supongo que tener tu propia productora ayuda. Aunque otra cosa es la distribución. Me cuentan que la distribución de la película ha sido muy limitada en su país de origen, y algo más digna en Europa. Desconozco lo que ha pasado en otras partes del mundo. Pronto irá a parar a una plataforma de contenidos en internet, donde la distribuidora tenía pensado llevarla de inicio. El país del mundo donde más ha recaudado hasta ahora es Francia. O por lo menos hasta que leí los datos. No Estados Unidos. Que probablemente tampoco ocupará el segundo lugar. Y eso que el consenso en la crítica es unánime. La película es buena, tirando a muy buena.

Me perdí algunas de las últimas películas de Eastwood. El director nunca ha escondido su ideología conservadora. Pero también sus mensajes se diferenciaban de la mayoría de los conservadores norteamericanos por su nivel de tolerancia y moderación. No obstante, desde que «hizo aterrizar un avión en el Hudson», su deriva me empezó a molestar. Sumado a que las críticas dejaron de ser tan buenas como antaño, dejamos de ir a ver sus película, que tampoco nos llamaban la atención por sus temas. De hecho, esta película la vi un poco por casualidad. Tenía un día de fiesta entre semana… no había otras opciones interesantes en versión original a una hora adecuada, teniendo en cuenta que hay que dormir y que madrugo… pues vale, incluso si el género judicial no es uno de mis favoritos, aunque haya verdaderas joyas en la historia del cine que transcurren en una sala de juicios.

Un hombre casado (Nicholas Hoult), con su esposa en avanzado estado de gestación, es elegido como miembro de un jurado popular en un juicio por homicidio. Un hombre ha matado a su novia. El transcurso del juicio es muy negativo para el acusado (Gabriel Basso), que probablemente será condenado, como así opinan la mayoría de los miembros del jurado. Pero este hombre sabe que no ha sido así. Lo sabe muy bien. Sabe que fue un atropello con fuga, y no una agresión directa. Y lo causó otra persona. Y otro miembro del jurado (J.K. Simmons), un policía retirado también tiene sus sospechas. Y ahí comienza un debate, mientras en paralelo, el abogado defensor (Chris Messina) logra introducir en la fiscal (Toni Collette), una mujer con aspiraciones políticas, la duda razonable sobre la culpabilidad del acusado.

La película está dirigida de modo funcional. No hay grandes ejercicios de estilo autoral en la forma que Eastwood se enfrenta a esta historia. La cuenta de forma directa, con una desarrollo lineal del juicio y las deliberaciones, con los eventuales flashbacks que nos reconstruyen los hechos como los vieron los testigos. U otras personas que no forman parte de los testigos. Donde destaca la película es en las interpretaciones, que lejos de la frecuente estridencia o histrionismo que preside las películas de juicios, son naturalistas, verosímiles y creíbles. Como todo el entorno de la película. Todo el elenco esta a muy buen nivel, incluso los nombre poco o nada conocidos, y hay que mencionar especialmente al protagonista, que nos muestra a una persona, esencialmente decente en su forma de ser y comportarse en sociedad, pero sometido a un dilema prácticamente irresoluble. ¿Qué haríamos todos nosotros en su lugar, en su situación personal y familiar?

Si ese dilema ético personal es el centro de la película, Eastwood aprovecha, como viene siendo norma, para criticar el funcionamiento de las instituciones del estado. En este caso, el trabajo de investigación de la policía judicial, de la fiscalía (que en Estados Unidos es la encargada de la instrucción de las causas, no el juez de instrucción como en España), y de la propia institución del jurado y el procedimiento judicial. Lo malo de Eastwood es que critica las instituciones, pero en su posición de conservadurismo con notas de libertarianismo capitalista, no propone nada en su lugar, lo cual vacía un poco de contenido su propuesta política. Incluso con ese cierre con fundido a negro, con el cual cada cual puede pensar lo que quiera sobre lo que va a suceder. Yo creo que para Eastwood ese fundido a negro es pesimista sobre si la justicia corregirá sus propios errores. Pero en cualquier caso la interpretación está abierta.

Dicho todo lo cual, la película quedó por encima de mis expectativas. Bastante por encima. Y además, ha crecido en el recuerdo. Está muy bien, merece mucho la pena. Es muy recomendable. Es una pena que esté pasando desapercibida. O que quizá no responde ya a los intereses de unos espectadores que cada vez van menos al cine para pensar, y se dirigen simplemente con un interés de evasión, incluso si para ello han de ver producciones repetitivas, inanes, formulaicas. Que muchos creen que no tienen ideología, pero sí la tienen, y no necesariamente las más positivas. Pero es lo que hay.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ****

[TV] Cosas de series; tres buenas series… por fin

Televisión

En un contexto de agotamiento televisivo, en el que cada día nos cuesta más encontrar buenas series que nos enganchen, que no sean variantes de lo ya visto, sin que nos aporten nada realmente interesante, traigo esta semana tres series que me siguen divirtiendo, que me siguen sorprendiendo y que sí me enganchas. Muy diferentes entre sí, pero es de lo mejor que he visto este año. No son estrenos. Y alguna ha levantado discrepancias de opinión, pero es lo que hay

Londres… por la serie de ambiente británico con la que tan bien lo paso.

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Only murders in the building va por su cuarta temporada. Y cada vez me engancha más. La excelente química del trío protagonista entre sí, buenos guiones que nos traen misterios interesantes, el buen trabajo de los personajes secundarios y los invitados de cada temporada, y las notas de humanidad, de pequeños dramas, que acompañan al tono general de comedia, son la receta para una serie que no da señales de agotamiento. El cachondeo de esta temporada con las redes sociales y con las adaptaciones al cine o a la televisión de los productos que originalmente surgen en las redes ha estado bien. Y si la trama del asesinato en el Arconia es más o menos rebuscada, si existe algún deus ex machina camuflado en el argumento, da igual. Porque lo que importa claramente no es el desenlace sino el camino. El cozy mistery está de moda. Pero pocas producciones, cine o televisión, son capaces de sacarle todo el jugo al género como lo hace esta serie que se puede ver en Disney+. Y son episodios cortos, que encajan muy bien en la ajetreada vida de cualquiera.

The Lord of the rings: the rings of power, esa recreación de lo poco que dejó escrito Tolkien de lo que fue la Segunda Edad de la Tierra Media, entró unas semanas en su segunda temporada. Hubo división de opiniones con la primera temporada. Algunos opinan que hubo un movimiento malintencionado por determinados grupos para desacreditar la serie. Lo cual se refleja en la absurdamente baja puntuación entre los votantes de IMDb. A mí no me pareció un producto redondo, pero sí muy interesante. Con conceptos generales muy interesantes, buena factura, era una puesta en marcha, una definición de escenario y personajes, para desarrollar la historia más adelante. Me parecieron cuestionables cómo definían algunos personajes centrales, especialmente Galadriel (Morfydd Clark) y Elrond (Robert Aramayo). Esa representación como elfos jóvenes y más o menos impetuosos, especialmente en el caso de la elfa, no cuadra con el hecho de que Elrond naciera al final de la Primera Edad de la Tierra Media, y por lo tanto tiene siglos de presencia en la misma, y Galadriel fuera una de las exiliadas entre los Noldor, que nació en Valinos en las edades previas a Primera Edad de la Tierra Media, y tiene milenios de edad. Por lo tanto no cuadra esta visión de los personajes. Para mí es el principal fallo. Por lo demás, el recorrido de Gandalf (Daniel Weyman) no se corresponde con los libros de Tolkien, ya que en ellos dijo que Gandalf fue el último de los magos, seres angélicos en realidad, de la misma estirpe que Sauron (Charlie Vickers), en llegar a la Tierra Media, desembarcando en los Puertos Grises, donde Cirdan le entrego su anillo. Obviamente, la historia que vemos, es distinta, muy distinta. Aunque no está mal. Y no afecta a la calidad de la serie. El plato fuerte de la temporada ha sido la caída de Eregion, y la aparición del Daño de Durin, y esas subtramas han estado muy bien, con momentos espectaculares y bien llevados. Me ha gustado bastante más, por ejemplo, que la segunda película de la trilogía cinematográfica de The Lord of the Rings. Se ve en Amazon Prime Video.

Y finalmente, la entretenidísima segunda temporada de The diplomat, una de las series más interesantes que tiene en estos momentos Netflix, una plataforma que cada vez me interesa menos, y que estoy planteándome abandonar. El drama político creado por Deborah Cahn, a quien debemos algunas series muy interesantes previas en el mundo de la política o el espionaje, surgió en un entorno de actualidad determinado, caracterizado por un presidente de Estados Unidos anciano y una vicepresidenta fuerte, lo cual se refleja en la ficción de la serie, y un primer ministro británico errático y poco fiable, que también se reflejaba en la serie. Pero la serie ha evolucionado. Y el mundo también. Y los derroteros de ambos han divergido. Los seis episodios de la serie han servido para cerrar la subtrama de los atentados, y para abrir otra subtrama de rivalidades políticas entre dos mujeres, la protagonista, embajadora en Londres de los Estados Unidos (Keri Russell), y una vicepresidenta que sabe más el diablo (Allison Janney), y que sea tan peligrosa como este. Por lo que nos ha sabido a poco y queremos más. Pronto. La segunda sólo ha aparecido en dos episodios de la serie, y ya es la nueva coprotagonista. Además de esas dos excelentes actrices, menciones especiales al primer ministro británico (Rory Kinnear), a la jefa de la CIA en Londrés (Ali Ahn) y, cómo no, al marido de la embajadora (Rufus Sewell). Rory Kinnear también está en la Tierra Media, como uno de los personajes menos comprendidos del mundo de Tolkien. Tom Bombadil.

[Fotos] Después de la lluvia y antes del inclemente sol del verano

Fotografía

Qué barbaridad. Acabamos de entrar en la segunda quincena de noviembre, y todavía estoy revisando fotografías de este verano. Y es que llevo una temporada muy activo fotográficamente hablando. Desde el punto de vista técnico, podéis encontrar el comentario a las fotografías de esta entrada en la publicación correspondiente de Carlos en plata. Pero vamos a poner un poco de contexto a estas fotografías.

Realizadas un sábado muy de mañana, el último día de agosto, habíamos quedado con un colega aficionado a la fotografía que quería saber más de una cámara que había comprado de segunda mano, similar a otras que yo tengo. Quedamos pronto para evitar el calor de las horas centrales del día en verano. Pero lo cierto es que el calor no apretó. Había llovido y todavía quedaban nubes en el cielo, aunque poco a poco se estaban abriendo y la luz era muy agradable. Pasamos un buen rato hasta que las nubes parecía que iban a desaparecer y el sol a castigar como es propio del verano zaragozano. En ese momento, paramos, nos tomamos unos chismes para refrescarnos, y nos volvimos a casa.